Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Malentendidos. por 691396

[Reviews - 5]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Esta historia es un Three-shot, contiene, violencia, violación, maltrato infantil, deseos insanos, baja autoestima y un epilogo.

Notas del capitulo:

Los personajes de Naruto pertenecen a Masashi Kishimoto.

Ésta es la segunda historia que escribi, pero de las ultimas que me animé a publicar.

Disfruten.

 

 

MALENTENDIDOS




En una aldea llamada konoha había dos chicos que siempre peleaban aun sin siquiera saber sus nombres, solo se dedicaban a demostrar cuanto se odiaban con golpes; uno de los niños era pelinegro, ojos de igual color, de piel nívea y rostro casi sin expresión, su nombre: Uchiha Sasuke.


El otro era rubio con ojos azules, piel un poco tostada y tres marcas en ambos cachetes, siempre con una gran sonrisa en su rostro, o al menos es lo que siempre mostraba, su nombre: Uzumaki Naruto.


La rivalidad que sentían el uno por el otro no se puede explicar, simplemente el mirarse a los ojos hace que ambos exploten y quieran eliminarse; todo comenzó la primera vez que se vieron a los seis años, desde ese día las continuas luchas y trampas se incrementaron en la aldea, mas las derrotas del rubio que no había podido ganar ni una sola riña aunque empleara miles de tretas y embrollos, lo cual lo enojaba como no tienen idea; pasaron siete años, Sasuke tenia trece años y naruto estaba por cumplirlos, en ese tiempo la desgracia cayó en la familia Uchiha, la cual había sido aniquilada solo quedando Sasuke como sobreviviente, que ante la experiencia sufrida tuvo un cambio drástico, aunque desde pequeño ha sido un amargado, ahora era alguien solitario, arrogante con su corazón totalmente cerrado; Naruto le observaba en silencio sin evitar sentir algo de lástima, claro, sin impedirle seguir con las batallas que perdía, no importaba cuanto entrenara, cuanto luchara, cuanto sangrara ni gritara, por alguna razón no podía ganarle y eso daba más que frustración, daba vergüenza, rabia, odio y un sentimiento desconocido, uno que le impulsaba a hacer cosas estúpidas y que pensando con tranquilidad nunca se le cruzarían por la mente.


Después de una lucha y de su nueva perdida comenzó a maquinar un plan y lo iba a llevar a cabo esa misma noche.
Sasuke se encontraba entrenando como todos los días en el lago de su morada, entrenando sus jutsu de fuego, Cuyo resplandor daba vida al lago en donde se reflejaban, en una de sus grandiosas bolas de fuego golpeo algo, ese algo cayó de forma brusca en el lago, Sasuke al ver tal cosa se tiró a auxiliar ese “algo” pensando que era un animal, se sorprendió al ver que era una persona, una mujer, el menor se apresuró a sacarla del agua, revisó sus signos vitales, no respiraba, presurosamente el pelinegro aplico primeros auxilios viendo y escuchando como por la tos, el agua salía del interior de la chica, un suspiro de alivio salió de los labios del Uchiha, ahora solo faltaba tratar la quemaduras, sin más tomo a la chica en brazos llevándola a su casa y recostándola en su cama, para ir a buscar algunas vendas y hacer curación, cuando lo hizo tomo una silla, un libro y se sentó al lado de la mujer, viendo las nuevas ropas que le puso, las ropas de su madre ya que el kimono de la occisa estaba hecho ceniza, dejo de mirarla para concentrarse en su lectura.


Al día siguiente despertó, se había quedado dormido en la silla, posó su mano en la nuca acomodando sus vertebras para enfocar su mira en la chica y luego en un reloj, se le hacia tarde para ir a la academia, preparó algo de comida junto con un cambio de ropa para la chica, para luego irse, no quería estropear su record de buena asistencia.


Llegó a la academia sentándose en su lugar, viendo como los otros comenzaban a llegar, a los pocos minutos llegó Iruka, su profesor con Naruto atado en su espalda que después de un sermón y desatarlo manda a su sitio que desafortunadamente (al menos para el rubio) era al lado de Sasuke, quien al verlo susurro un “Idiota”, lo cual hizo que la mecha del revoltoso se encendiera.


-¡QUÉ FUE LO QUE…


No termino la frase, un dolor punzante en todo su cuerpo le amorró, así que simplemente se sentó en silencio, lo cual sorprendió un poco al pelinegro quien le restó importancia para prestar completa atención a las lecciones.


Al terminar las clases Sasuke se fue directamente a casa y a toda velocidad encontrando que la chica aun se encontraba allí, recostada en la cama, suspiro ¿Por qué se preocupaba? Se preguntó para ir a cambiarle los vendajes fijándose en algo a lo que no había prestado atención, la apariencia de la mujer, su rostro era bello, piel blanca, se veía delicada, labios rosa un poco resecos por la fiebre, pestañas largas y rubias al igual que su largo cabello, “es bella” fue la conclusión a la que llegó sasuke terminando de arreglar los vendajes, para luego como por inercia tocar el rostro de la rubia, “su piel es suave” susurró para sí, viendo como la mujer abría los ojos, se quedo hipnotizado por unos segundos, eran de un azul profundo, era como si pudiera ver a través de él.


-¿Quién eres?


Se escuchó la voz de la chica, Sasuke de inmediato se apartó.


-La pregunta correcta es ¿Quién eres tu? Apareciste de la nada y te lastime con mis técnicas, si no te hubiera auxiliado abrías muerto.


Ante esto la chica rió para sentarse con claro dolor.


-Me llamo Ryuuji, lamento las molestias.


Se disculpo con una sonrisa, mientras intentaba levantarse de la cama sin éxito, sus heridas eran más de lo que pensó, no podía moverse, no con ese cuerpo.


-Quédate en cama, te cuidaré hasta que sanes por completo, fue mi culpa después de todo –anunció el pelinegro sentándose en la silla –por cierto –se dirigió de nuevo a la chica con mirada seria -¿Por qué apareciste frente a mi así?


-Estaba huyendo.


-¿De quien?


-Mi Clan.


-¿Por qué?


-Quieren que me case con un primo, es como mi hermano, nunca podría hacerlo.


-¿De donde eres?


Ante la pregunta la chica guardo silencio, su expresión era rara.


-Esta bien, no preguntaré más, por cierto, mi nombre es Uchiha Sasuke ¿quieres algo de comer?


-Lo agradezco, pero no tengo ganas.


-Como quieras.


Cuando el pelinegro terminó de hablar retirándose, un ruido le hizo devolverse, el estomago de la chica comenzó a sonar y de una manera muy ruidosa.


-Pensándolo mejor, tal vez si quiera un poco.


Anuncio la chica muy apenada.


-Espera un poco entonces.


Pasaron unos momentos para que el pelinegro llegara con un plato de alimentos que la rubia consumió gustosa, como si fuera el alimento mas delicioso del mundo, lo cual causo gracia en el Uchiha.


Después de que la rubia terminara de comer, Sasuke se llevó los platos para luego poner un futon en otro cuarto de la casa y dormir, últimamente no se sentía muy bien de salud por lo que necesitaba descansar lo máximo posible.


Al día siguiente Sasuke se levantó pero su cuerpo se sentía pesado, no presto mucha atención yendo a inspeccionar a la chica quien aun se encontraba dormida, se acercó a ella para ver si tenia fiebre, en ese instante su cuerpo flaqueo y cayó sobre ésta, quien asustada se levanto presurosa olvidándose del dolor para auxiliar al pelinegro, toco su frente, ésta quemaba, tenia mucha fiebre, se veía doloroso, la chica sin saber que hacer se quito el Kimono para luego desvestir a Sasuke, hace mucho tiempo había oído que el contacto corporal servía de cura para la fiebre y así lo hizo, abrazo el cuerpo del uchiha con fuerza tratando de absorber la fiebre.


Algunas horas después sasuke despertó, su cabeza estaba despejada, raramente se sentía mejor, puso una mano en su cabeza para abrir los ojos, estaba en su habitación.


-un momento ¿estaba en SU habitación?


Pensó para luego intentar levantarse sintiendo peso extra, levanto las sabanas, estaba desnudo, pero eso no era todo la chica lo estaba abrazando estando en la misma condición que él, un sonrojo se hizo presente.


-¿Qué demonios hice?


Se preguntaba tratando de recordar, hasta que la voz de la rubia le interrumpió.


-Ya estas mejor.


Exclamo con alivio la mujer tocando la frente del pelinegro, quien rojo como no se lo imaginan se giró pasándole la sabana a la rubia.


-yo…nosotros ¿hicimos algo?


Preguntó un poco asustado de la respuesta, ya que para él, aun era muy joven para tener sexo.


-¡Claro que no! –Casi grito la chica con gracia –colapsaste sobre mí, tenías una fiebre muy alta y como no me puedo levantar te cure de la
única forma que tenía a mano.


-Ya veo…


Suspiro aliviado mientras se levantaba, no le importaba que le vieran desnudo.


-¿quieres ir a bañarte?


Preguntó ofreciendo su mano.


-Me encantaría.


Respondió la chica aceptando su mano. Después de todo siendo “la chica” no podía pararse sola.


Después de la corta plática que tuvieron se bañaron juntos, de algún modo su relación dio un giro drástico para mejorar.


Luego del baño Sasuke hizo comida para ambos la cual consumieron juntos, para luego irse a dormir, mañana tenia que ir a la academia y
explicar el por qué no fue hoy, se acostó en su futon, pero por razones desconocidas no podía dormir, por todo su cuerpo aun podía sentir el calor que la rubia le brindó; se quedó pensativo por un momento para luego decidirse, se levanto dirigiéndose a su cuarto.


-¿Puedo dormir contigo?


Preguntó como un niño temeroso, recibiendo una afirmativa.


A la mañana siguiente aunque ya era la hora sasuke no quería levantarse, el calor que brindaba aquella persona le hacia desear dormir para siempre.


-Sasuke-kun –llamó la chica de forma dulce, zarandeándolo suavemente –vas a llegar tarde.


Ante la última frase sasuke se levanto de inmediato para comenzar a arreglar todo, la ojiazul veía todo con gracia, sasuke se despidió de ella para irse presuroso, cuando lo hizo la chica borro su sonrisa, una expresión de culpabilidad apareció para que se levantara y fuera a algún lugar.


Mientras tanto…


Sasuke llegó agitado a la academia chocándose con Naruto.


-Mira por donde vas idiota.


-No me jodas.


El pelinegro ignoro lo último para ir a clases, pero algo le extrañaba, el rubio estaba muy callado, además de que tenia mas heridas de las normales, por algún motivo, le preocupaba.


-oye dobe…


Susurró para no interrumpir clases.


-¿Qué quieres teme?


Pregunto de igual manera.


-¿Estas bien?


-¿Disculpa?


-Que si ¿estas bien?


-¿Tienes fiebre o algo parecido? ¿Por qué me preguntas eso?


Ante tal osadía sasuke se enojo, pero no alzo la voz.


-Bueno, discúlpame por preocuparme de que uno de mis compañeros venga a clases todo quemado y magullado.


-Esta bien lo entiendo –sonrió –pero no te preocupes, me siento bien, no es grave.


-¿Cómo te lastimaste?


-Ah –suspiró –ya sabes los aldeanos que me odian, etc, etc.


Ante la respuesta el azabache calló, el rubio viendo esto volvió a sonreír.


-No tienes que preocuparte por eso, ya no me duele.


-No estaba preocupado dobe.


-Como digas teme.


Añadió por ultimo el rubio que no podía quitar la sonrisa de su cara, era la primera vez que hablaba normalmente con alguien además de Iruka, con sasuke concretamente, bueno, al menos era la primera vez que le hablaba como hombre.


Después de que se terminaron las clases, Sasuke busca al rubio para entregarle un ungüento pero no lo encuentra en ningún sitio, ni siquiera
en su casa, así que se va a la suya sorprendiéndose al no encontrar a la chica allí.


-¡Ryuuji!


Grita algo asustado.


-En la cocina.


Oye una voz de respuesta, dirigiéndose inmediatamente a donde se escucha, viendo a la chica cocinando, ya se podía parar, incluso caminar.


-Siéntate, la cena estará lista pronto.


Sasuke obedece sin chistar, se le veía feliz.


Después de la cena…


Ambos fueron a dormir de nuevo juntos, la rubia abrazaba al pelinegro de forma temblorosa.


-¿Qué te pasa?


Preguntó ante el extraño comportamiento.


-L-Lo lamento…


-¿Por qué?


-Lo lamento Sasuke yo… Soy… yo… pronto me tendré que ir.


-¿QUÉ?


Gritó alterado tomando los hombros de la chica haciendo que esta le mirara directamente.


-No te iras, ¡no lo permitiré!


Se oía desesperado.


-Mi clan me hallo, no quiero meterte en problemas, tengo que huir.


-No, ¡no te iras! T-te casaras conmigo, así no te iras.


-¿Qué?


-¡Te casaras conmigo!


Exclama sasuke para salir corriendo dejando a la chica sola.


-¿Por qué haces esto tan difícil… teme?


Se preguntó la rubia agarrando su pecho con fuerza, algo dolía y su rostro lo demostraba.


Se quedo por un momento en la cama para luego levantarse quitándose las vendas, ya no había herida alguna; era momento de buscar a Sasuke, el cual al momento en que la ojiazul se levantó llegó con expresión seria.


-Toma.


El pelinegro le entrego una cajita negra de pana, la mujer la abre viendo un anillo con un diseño extraño, pero hermoso.


-¿De donde lo sacaste?


-Era de mi madre, pero ahora te lo doy a ti.


La mujer guardo silencio viendo el anillo.


-No puedo…


-Calla, solo tómalo, quiero que lo tengas.


Interrumpió, no quería una negativa, pero como respuesta solo recibió silencio.


-Me voy, pero volveré dentro de tres años en este mismo día y me casaré contigo.


Ante esto sasuke sonrió.


-Espero que sea verdad.


Dijo arrogante, mientras le ponía el anillo a la mujer, como si fuera un verdadero compromiso.


-Volveré, lo prometo.


Al decir eso la rubia se acercó besando los labios del azabache y se marchó.


Después de ese día pasaron dos años faltando algunos días para el aniversario de la fecha prometida, Sasuke ya tenía quince, la edad suficiente para saber que aquella mujer no volvería, pero de vez en cuando le gustaba recordar esos tiempos, recordar que el día en que se fue era el diez de octubre, una fecha que desde ese día se volvió importante para él y que justamente era la fecha de cumpleaños de Naruto, pero ¿Cómo lo sabe? Bueno, después de que la mujer se marcho sasuke se veía decaído pero nadie tenia el coraje de preguntarle el por qué, solo hacían especulaciones, claro que ese “nadie” no valía para el rubio, que con una sonrisa preguntó que era lo que ocurría recibiendo un “no te importa” de respuesta; sin prestar atención a eso siguió insistentemente al uchiha por semanas, dándole regalos, comida, hablándole de cosas personales de las cuales no estaba seguro de que el otro escuchara, incluso le dijo su fecha de nacimiento, comida favorita, talla de calzoncillos etc. Pero no había mayor reacción, el rubio a punto de rendirse dio un último regalo, una caja de camarones fritos, que según lo que escuchaba era el alimento preferido de sasuke, se lo entrego en las manos y con una sonrisa siguió prestando atención a la clase.


En el receso…


Desde que entrego el bento, no había recibido respuesta alguna del azabache por lo cual de alguna manera le hacia sentir mal, estaba sentado en su columpio viendo a los otros hablar cálidamente, su expresión comenzó a tornarse triste, para luego cerrar los ojos un momento su rostro comenzaba a arder, su cuerpo le pedía llorar, pero él no quería, ese día no, y para su dicha, no paso, sintió como alguien le golpeaba suavemente en el rostro con algo, miro algo sorprendido viendo al azabache sujetar una caja con una envoltura azul turquí.


-Feliz cumpleaños… dobe.


Pronuncio el otro un poco sonrojado sin dejar de lado su arrogancia, ante esto, la sonrisa de Naruto apareció como nunca antes, abrazando sin querer al azabache, mientras agradecía de forma entusiasta.


-¡GRACIAS! ¡GRACIAS! ¡GRACIAS! ¡GRACIAS! ¡GRACIAS SASUKE!


Gritaba emocionado mientras abrazaba fuertemente al otro que extrañamente encontró ese toque confortable.


-dobe… -estaba dudando en si decir algo o no, le gustaba ese calor –apártate, tu regalo se estropeara –ante lo ultimo el rubio se apartó y sin
pena abrió el regalo, era un colgante con un dije en forma de espiral, Naruto lo miro sorprendido –Es por tu apellido significa tornado ¿no?


-si, así es, muchas gracias.


La felicidad lo estaba inundando, tanta fue que comenzó a llorar, esta vez lagrimas de felicidad.


-oe, dobe, no llores –se comenzaba a desesperar, no le gustaba ver esos ojos azules, tan parecidos a los de ella derramar lagrima alguna –solo te estaba regresando el favor, tu me has dado regalos los últimos dos años, mira –saca un colgante con el símbolo uchiha –este fue el primero que me diste, no te lo dije antes, pero gracias.


-No tienes por qué agradecerme, el solo hecho que me hables es suficiente para mí.


Sonrió menguando sus lágrimas.


Ante lo anterior un ligero sonrojo se poso en las mejillas del de piel nívea ¿A dónde se había ido su eterno rival? ¿Quién era este chico que
mostraba su debilidad como si no fuera nada?


Después de ese día pasaron ocho meses en los cuales esos dos se volvieron prácticamente inseparables, “los mejores amigos” en eso se convirtieron desde ese entonces, faltaba un poco más de un mes para que sasuke cumpliera años y Naruto como novia enamorada estaba emocionado por conseguir un regalo, regreso a casa después de una “noche de chicos” por no decir cita con sasuke, por lo que se encontraba bastante feliz, por no decir eufórico.


Abrió su puerta encontrando como siempre una desolada oscuridad acompañada del frio silencio.


-estoy en casa… familia.


Rió ante lo último para entrar y ver su cuarto completamente desordenado, suspiró para, en un evento muy raro del destino comenzar a organizarlo, lavó su ropa, levantó la basura, limpio los muebles y el piso, arreglo su cama etc.


Cuando comenzó a arreglar su armario descubrió una parte hueca, se extrañó comenzando a examinarla, era una pared falsa, la removió, había un cajón con un sello y una cerradura, intento remover el sello sin éxito, luego examino la cerradura, su forma era extraña, no podría decir que era exactamente, se levanto observando el cajón ¿Qué rayos hacia eso en su armario? Y ¿Cómo lo abría? ¿Cuál era la llave?
Comenzó a buscar por todas partes en su habitación, pero no encontró nada; enojado se tiro al suelo en forma de berrinche golpeándose la cabeza en el suelo, sonó hueco, lo que lo alertó, se levanto y esta vez con su mano golpeo el sitio, suspiró de alivio, pensaba que había sido su cabeza.


Después de descubrir que su cabeza no era hueca o al menos no sonaba como tal, levantó una parte del piso encontrando paja, buscó entre ésta encontrando otro cofre, lo abrió sin dificultad, no estaba cerrado, encontrando una foto de un niño pelinegro mientras dormía, lo que le extraño, acercó su mira detallándolo mejor, se parecía a Sasuke, no, ese ERA Sasuke, aún confundido de por qué tenia esa fotografía vio que había algo mas en la arquilla, algo que brillaba, lo saco encontrando un colgante, un cristal, se quedo un momento examinándolo, tenia la forma perfecta para abrir el cajón, se quedo pensándolo por un momento, pero su curiosidad ganó, posicionó el cristal en la cerradura viendo como el sello brillaba, comenzó a girarlo; a medida que lo hacia el sello desaparecía.


Quitó por completo el sello viendo como el cristal se hundía y el cajón se abría por si solo, sin querer esperar mar hurgó en su interior encontrando un pergamino junto con una carta y una cajita de pana, curioso abrió la carta; estaba escrita con su letra, pero no recordaba haberla hecho, sin más comenzó a leerla.


Para mi futuro yo:


Si estas leyendo esto es que ya lo recordaste, pero si no es así, abre el pergamino y ejecuta la técnica, luego sabrás que hacer.



Tras ese corto escrito Naruto obedeció, abrió el pergamino la técnica era para “regresar lo perdido”, aun sin saber de que se trataba ejecutó la técnica, cuando terminó su ultima posición de manos un gran dolor de cabeza le hizo caer al suelo revolviéndose, gran cantidad de imágenes comenzaron a fluir recordando todo lo que había pasado casi tres años atrás.


Recordó que se había transformado en mujer, que así se había acercado a Sasuke, que lo hizo para descubrir sus debilidades pero… que terminó enamorándose, se enamoró de sasuke, de alguien que al igual que él estaba solo, sus manos temblaron, miro la cajita de pana abriéndola en un lento movimiento, no dejaba de temblar, abrió la caja a la vez que sus lagrimas se desataban; allí en esa caja estaba el anillo, el anillo que Sasuke le había dado a él, no, que le había dado a “ella” junto con una proposición, miro el anillo fijamente empañándolo de sus lagrimas, los diamantes rojos y negros que formaban un loto de flor roja y hojas nagras brillaban como estrellas, tomó el anillo con sus dos manos y lo apretó contra su pecho ya estando de rodillas, sus lagrimas no dejaban de salir el dolor de su pecho se incrementó, ¿Por qué era tan idiota? ¿Por qué lo había hecho? Tenia ganas de gritar recordando como se había portado después de ese día con sasuke, que en el día en que “ella” se fue, ejecuto la técnica para olvidar, ¿Cómo podía ser tan hipócrita? Después de todo, los aldeanos tenían razón, él se merecía ese titulo, eso es lo que él era, y como recordando las palabras se aferro aun mas al anillo como protección al saber que lo que iba decir lo destruiría aun mas.


-Soy… un monstruo.

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).