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Sueño por Cristabelle

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Notas del fanfic:

Desde que vi el capítulo de "Pitidos" no pude dejar de pensar en esta pareja. Si Búho Cósmico se enamoro de la Mujer Pájaro que era Gunter y si Gunter es Orgalorg... por qué no shipear a Orgalorg y a Búho Cósmico? XP Les pido por favor le den una oportunidad a esta extraña propuesta (?) y por cierto los personajes no me pertenecen sino a sus respectivos autores.

Sentado en el sillón frente a la televisión, Búho Cósmico sentía a la soledad apoderarse de él como infinidad de veces antes. Miraba con parsimonioso aburrimiento su pequeño cuarto de motel, esperando con ansias poder quedarse dormido, pero ¿realmente podría? Hacía mucho que no dormía, incluso podría haber olvidado cómo hacerlo ya que casi no recordaba qué se sentía, tampoco necesitaba hacerlo, pero no abandonaba la idea de una siesta, debido a que en aquella ocasión se encontraba sumamente aburrido e incluso melancólico.

Últimamente sentía con más pesadez lo monótona que podía ser su existencia, que por más asombrosa que fuera igual caía en la rutina o tal vez todo se debía a que seguía amartelado por lo que sucedió con aquella mujer pájaro que gracias a un descuido suyo, manipulo un sueño de la gobernante del Dulce Reino, convirtiéndolo en una nefasta profecía que según se enteró, involucraba un evento cósmico y una monstruosa entidad ultrapoderosa, donde por razones del destino, o algo más, intervinieron Finn el humano y Jake el perro.

Por eso, las cosas entre él y esa persona acabaron muy mal y a menudo se preguntaba por qué tuvo que ser así.

Ella le pareció tan perfecta, apareciendo en el momento exacto, cuando sin saberlo, más necesitaba de alguien.

Todavía la extrañaba mucho y a pesar de que abrigaba una gran tristeza por los sentimientos que le dejo, ya no guardaba culpa por lo sucedido, probablemente aquel evento debía suceder y prefería pensar que él de alguna forma fue un instrumento del multiverso.

Aún se preguntaba en que se relacionaban esa dama y el cometa, dudando de si ella en verdad existía como individuo fuera del mundo onírico, pues bien podría haber sido la creación del sueño de alguien más.

Su recuerdo en esa ocasión parecía pesarle mucho más y dado que no aparecían notificaciones de encargo de profecías, de que le faltaban ánimos de tener una videollamada con Prismo, que conocía de memoria todos los juegos de mesa que tenía en su armario y que no había nada bueno en la televisión, la mejor opción seguía pareciéndole dormir y olvidarse de todo, aunque le estuviera tomando demasiado tiempo hacerlo, pero antes que se pusiera a contar ovejas y perdiera la paciencia, comenzó a soñar.

***

No podía volar y se conformó con caminar lentamente entre burbujas de aceite con la impresión de haber tropezado un par de veces en medio de la nada, hasta que se topó con una casa hecha de espejos a la que le pareció que lo obligaron a entrar.

Comenzó a pasear por el lugar, entreteniéndose al observar que su reflejo cambiaba de forma en cada ocasión que se veía reflejado, ya fuera en el suelo, los aparejos o los muros que también eran de espejo, pero se detuvo asombrado al ver que en una de las paredes, su reflejo era igual al aspecto de la hembra que lo había decepcionado, pero no se trataba de eso, estaban frente a frente, dado que ese panel a diferencia de las otros, no era un espejo, sino simplemente un vidrio que los hacía sentirse cerca y lejos a la vez, lo cual no era un producto de su sueño, ella realmente estaba ahí, gracias a que tenía cierta capacidad de entrar en sueños ajenos de forma lúcida de la mismo forma que Búho, quien la miro con frialdad y se retiró.

La mujer pájaro desolada por la indiferencia que le fue mostrada, como si se tratara de alguna clase de traje, al irse Búho, se despojó de esa apariencia.

Búho no pudo dar ni diez pasos más cuando se hundió en algo viscoso, le era imposible moverse mientras se desplomaba lentamente en la oscuridad, pero pudiendo notar con claridad que la dirección en que se hundía era antinatural, se caía hacía arriba, cómo si algo lo arrastrara queriendo tragárselo. No sabía que era aquello que intentaba llevárselo, pero de un instante a otro ya no estaba allí, sino en una ampulosa biblioteca, leyendo un libro en blanco, sentado frente a un hombre halcón de plumaje azul oscuro que lo miraba con afecto, pero eso no era cierto, porque estaba escapando de una horda de zapatos hambrientos, algo difícil de comprobar, dado que se hallaba comiendo mariscos en un restaurant muy elegante, siendo atendido con vehemente caballerosidad por un atractivo halcón que se le hacía familiar y en un parpadeo se encontró en una sala de reuniones con mucha gente que no reconocía, conversando con emoción a pesar de no saber de lo que hablaban, ya que ni siquiera podía entender sus propias palabras, cosa que no impedía que todos, incluyéndolo, disfrutaran del momento y en medio de la algarabía, dirigió su mirada a una de las esquinas de la habitación, viendo a un halcón que se mantenía solitario, observándolo con intensidad.

Entonces cayo en cuenta del asedio y haciendo uso de su increíble lucidez onírica, que había obviado usar hasta ese momento porque le restaba diversión al hecho de soñar, paralizo todo lo que sucedía a su alrededor como si se tratara de una cinta de video a la que le das pausa. Alzo  vuelo y batiendo con energía las alas, cambió la puesta en escena, transformando el lugar en un melancólico bosque de árboles rojos, al que acompañaba un atardecer de color cyan.

—¿Estás feliz? Arruinaste mi primer sueño en décadas— manifestó desafiante al aterrizar frente al halcón.

—Sí, te encontré.

—¡Era una pregunta retórica! Y no importa que hayas cambiado de forma para seguirme, sé que eres…— dubitativo dejo la frase inconclusa.

Ella o él, ¿eso realmente importa?

—Siendo sinceros... esto me confunde y debemos aceptarlo… —más que intentar persuadir a su interlocutor, buscaba convencerse a si mismo— lo nuestro nunca será; ni siquiera sé quién eres en verdad.

Hubo un momento de silencio y la apariencia del hombre halcón se distorsiono por un instante, dejando ver una forma monstruosa que desprendía un inmenso poder.

Búho se dio cuenta de quién se trataba, debido a que aquella figura había sido la protagonista de las pesadillas de miles de seres alrededor del cosmos y no hubo horror en su reacción, apenas indignación.

—Adiós.

En ese instante uso como recurso final un pitido especial que despertaba a cualquiera que lo escuchase, mismo que utilizo en su último encuentro con la mujer pájaro, pero esta vez no funciono, porque emplear dos veces el mismo truco con alguien como Orgalorg era una aberrante subestimación.

Sorprendido por el fallo, sólo le quedo emprender veloz fuga, esperando que su sueño pasase por otra transición que despistara al halcón, pero este hizo surgir de su cuerpo un humo espeso y oscuro que moldeo en un par de brazos descomunales con los cuales apreso a Búho en pleno vuelo, atrayéndolo lentamente hacía si, hasta que lo tuvo suficientemente cerca como para rozar sus picos y decirle suavemente:

—Quédate conmigo.

—No puedo— expreso inquieto.

—¿No?

Oprimió a Búho con fuerza, lastimándolo.

—No y tratarme con violencia no solucionara nada.

Afirmación que hizo al halcón suavizar su agarre mientras suspiraba con añoranza.

—Pero si ni siquiera me has dado mi primer beso…

Miro intranquilo al halcón que se acercó mucho más a él y se atrevió a juntar sus picos semi-abiertos, brindándole una húmeda caricia con la lengua antes de convertirla en un conducto hueco, con prominentes colmillos que hundió sin miramientos en la garganta de Búho y mediante el cual comenzó a devorarlo desde adentro.

En medio de la parálisis y la asfixia que le permitían escuchar con terrible detalle el masticar de aquellas fauces en su interior, que se sumaba a la impotencia mezclada de miedo, rabia, placer y dolor que se arremolinaban en su interior mientras sus entrañas eran trituradas, se alzaba el contradictorio deseo de despertar o no hacerlo, junto a un tintineo y una voz que resonó en su mente.

—¿Cómo se siente?

—Horriblemente bien.

Orgalorg guardo silencio complacido, a diferencia del campaneo que con cada segundo se volvía más rápido y fuerte, retumbando en los oídos de Búho a un ritmo ensordecedor, tan insoportable que lo hacía desear gritar como si no hubiera un mañana, pero no podía y eso incrementaba el deliciosa suplicio al que era sometido, pero no iba a rendirse, lo que estaba sucediendo no era justo y grito reuniendo todas sus fuerzas.

***

Despertó sumamente agitado, sudando frío y tosiendo por el esfuerzo que hizo al gritar o bien por lo vivida que se sintieron la asfixia y demás sensaciones en su sueño, escuchando todavía aquel sonido metálico que lo saco de su letargo y que no era otro que el de la alarma que le anunciaba de un sueño que requería de su presencia para trascender en profecía.

Dicha resonancia se detuvo en el momento en que el aparato que la emitía soltó un redondel dorado de su centro.

Aquella eufonía al ser un sinónimo de trabajo siempre lo ponía alerta y fue el despertador perfecto del sueño ¿húmedo? más extraño que tendría en su existencia y en el que se le había hecho una revelación sumamente importante que le costaba creer y que a pesar de explicar bastante, no acababa de responder todas sus incógnitas, que en esos momentos le parecían triviales en comparación a lo avergonzado y molesto que se encontraba.

Sea lo que fuere que le hizo Orgalorg, aunque fue placentero en alguna extraña forma, no estuvo bien porque no fue consentido y no quería justificarlo ¿pero qué se podía esperar del cruel destructor de mundos? En todo caso era un milagro que hubiese despertado en una pieza y no deseaba imaginar lo que le hubiera sucedido de haber permanecido dormido, sin contar que aquel encuentro avivo su romántica melancolía.

Dormir fue mala idea y no lo volvería a hacer en mucho tiempo.

Intentando recuperar la calma, se dirigió a cumplir su trabajo, sin saber que muy lejos de aquel motel, en el Reino Helado, alguien más compartía su desconsuelo.

Gunter se había dormido luego de consumir unos cuantos cocteles de sardinas que contenían cierta cantidad de alcohol en medio de una fiesta organizada por todos los pingüinos en la ausencia del Rey Helado que había ido a visitar a una tal Señorita Isla; al despertar no recordaba casi nada de lo que soñó, pero era consciente de que el final del sueño fue abrupto y eso por alguna razón le provocó mucha frustración, instándolo a lanzar cuanto artilugio tuviera al alcance, graznándole con ira a todo el que estuviera cerca de él, consiguiendo terminar la fiesta y que todos huyeran despavoridos.

Suspiro afligido en cuanto quedo solo y se adentró en el Castillo Helado buscando a su hijo en pos de darle un abrazo que lo reconfortara ya que tenía la impresión de que le faltaba alguien y es que esa frustrante sensación con la que despertaba últimamente sin razón aparente, sólo era similar a cierto sentimiento de vacío que yacía muy dentro de su persona, casi un sinsentido que lo desorientaba, que lo hacía sentirse extraviado y fuera de lugar, como si su destino le hubiese sido arrebatado y en su lugar estuviera viviendo una existencia ajena, algo que no entendía y solía manifestarse en sus sueños por medio del inconsciente, con mucha mayor fuerza desde un periodo de tiempo que no recordaba y que comenzó con un golpe en su cabeza que se dio en una fiesta muy similar a la que acababa de arruinar.

Olvidado, Orgalorg todavía dormitaba en lo más recóndito de Gunter, esperando una nueva oportunidad para surgir, paseándose por el mundo de los sueños deseando hallar una salida y reconquistar a cierto Búho.

Notas finales:

Qué les pareció? No sabía si usar el denominativo en inglés o en español para Búho... Cosmic Owl... pero al final me decidí por el primero a pesar de que su nombre suena más genial en inglés XD y bueno... en mi opinión Orgalorg no tiene género, pero como ya mostró su faceta femenina, este fic me pareció la oportunidad perfecta de mostrar la faceta contraria n,n

muchas gracias por leer!! 


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