-Hijo, nunca olvides quien eres, pase lo que pase nunca lo hagas, aun te falta mucho por vivir y saber...todavía eres muy joven, así que, tenlo siempre presente...te amo-dijo mi padre antes de cerrar sus ojos para siempre mientras sostenía una de sus manos entre las mías-
La partida de mi padre ha sido muy dolorosa para mí, a pesar que ya han pasado unos meses de eso. Pero tenía razón nunca olvidaré lo que soy, y como hacerlo si en esta casa me lo recuerdan cada que pueden. Soy un bastardo, el fruto de la infidelidad de mi padre a su esposa y mi madrastra. Ella me odia y se ha encargado que mis dos hermanos mayores lo hagan también, soy el menor de los tres, mi hermano mayor es alto y fornido, cabello oscuro, algo largo y ondulado de las puntas, piel blanca, nariz respingada, labios finos y algo rosados, sus ojos son color miel como los de mi padre, su nombre es Antuan, mi hermana igual es alta pero no tanto como el, piel blanca, nariz pequeña, su labio superior es delgado a comparación del inferior que es más carnoso y los cuales siempre pinta con un labial color rojo intenso, mejillas rosadas y llenas de vida, ojos medianos, grises y con grandes pestañas, su cabello es igual de oscuro como el de Antuan, ondulado y largo hasta más abajo de sus pechos, una perfecta cintura y muy buenos atributos, su cuerpo está lleno de enormes curvas, su nombre es Maryse y la arpía de su madre es igual a ella solo que más vieja que siempre se arregla recogiéndose el cabello su nombre es Melina. Esa mujer se la vive arruinándome todo junto con Antuan y en ocasiones Maryse, siempre que salgo tengo que cerrar con llave mi habitación debido a que si no lo hago como en ocasiones anteriores lo han hecho, entran revisan mis cosas, toman lo que les ha gustado y lo demás lo destruyen negándolo todo.
Pero aún hay más, aunque mi padre me haya reconocido como su hijo, ante la sociedad legalmente no lo soy así que a duras penas pude reclamar parte de la herencia que me dejo mi padre, no puedo trabajar en el negocio familiar que es la importación y exportación de telas de la mejor calidad, también tenemos una tienda en el pueblo, así que, con ese dinero quise hacerme de un negocio pero esa arpía siempre aparece para arruinarlo todo, y lo que pocos sabían ahora lo sabía todo el pueblo si no es que todo el reino, saben que soy un bastardo por lo tanto no querían hacer tratos conmigo o querían ganar más mientras que solo obtendría un 20 o 30% de las ganancias y yo no puedo aceptar tales tratos.
En lo único en lo que no se metía era en lo que me dedicaba en mi tiempo libre, cuidar el jardín en especial las rosas de mi padre pues todos decían que era el jardín más hermoso que hayan visto, incluso más hermoso que el del mismo rey.
No podría decir que sea cierto, pues no conozco sus jardines y mucho menos a él, lo conocería o al menos sabría cómo es físicamente pero como ya he dicho Melina es toda una arpía y por eso así le digo, ella evito que fuera su coronación que fue semanas después de la muerte de mi padre.
Hace unas horas llego una invitación para asistir a un baile que ofrecerá el rey, se ha rumorado que está en busca de una esposa, supongo que esa es la razón por la cual hace este baile, evento al cual no podre asistir y no se en parte no me molesta.
Escucho un ruido proveniente de la puerta la cual es abierta por mi hermana que la cierra tras de sí, ella es un poco más amable conmigo, pero ya verán la razón y sospecho que lo hace para tenerme bajo su dominio chantajeándome.
-Sucede algo Maryse?-pregunte preocupado dada l ahora, ya era muy tarde-
-Solo que no puedo dormir y ya sabes que Antuan no me permite dormir con el-dijo abultando un poco sus labios y bajando la mirada-
-Ven- le sonreí e hice a un lado las cobijas para que se acostara junto a mí, lo cual no dudo ni un segundo pues corrió a hacerlo-y ahora cual fue la razón?- le pregunte mientras se acomodaba en mi pecho-
-Mi madre y tú
-Yo?
-Sí, discutí con ella porque quiero que nos acompañes al baile.
-No debiste hacerlo.
-Pero lo hice y lo conseguí-me sonrió- podrás ir con nosotros.
-Gracias pero no sé cómo lo tomara Antuan.
-Que lo tome como quiera.
-Oye niña, piensas dormir con la bata puesta?-le pregunte en forma de juego-
-Ah! Cierto lo lamento-se levantó y jalo del cordón desatando el nudo de su bata la cual bajo hasta sus hombros para que esta se deslizara sola hasta el suelo mostrando su cuerpo desnudo, solo sus largas mechas onduladas de su cabello cubrían su pecho y ella me sonreía acercándose a mí-
-Maryse, por favor ya hemos hablado de esto, ponte tu bata y creo que no podrás dormir aquí hoy.
-Por qué no? –Me contesto mientras jugaba con sus dedos en mi pecho-
-Porque somos hermanos ya te lo he dicho… aunque Melina diga lo contrario-le reproche-
-Medios, somos medios hermanos
-Aun así, lo somos.
-Pero eso a mí no me importa-beso mi cuello-
-Además tu solo quieres tener sexo conmigo.
-Y si así fuera qué?! Si el rey no me escoge en el baile, de un momento a otro tanto mi madre como Antuan me pueden vender al mejor postor sin importar que sea un viejo horrible al cual voy a tener que entregarme quiera o no, voy a tener que permitir que el haga lo que quiera conmigo sin que yo sienta algo de placer o deseo por hacerlo… yo en verdad te deseo Kamijo y quiero que seas tú el que me haga sentir el placer de estar con otra persona.
Después me volvió a besar pero ahora en los labios, sentándose sobre mí y así comenzar a mover sus caderas tomando mis manos y con ellas recorrer su cuerpo empezando por sus muslos subiendo hasta sus pechos. Separo nuestros labios para así poder acomodar su cabello del lado derecho, mis manos aún seguían en sus pechos y ella aún seguía moviéndose, después tomo una de mis manos introduciendo unos dedos en su boca, en seguida se volvió a inclinar para besarme, hasta entonces no había podido reaccionar, respondí a sus besos con una mano la sostenía de la nuca y con la otra abrazaba su cintura para después girar quedando ahora yo sobre ella mientras que enredaba sus piernas en mi cintura y con sus manos recorría mi espalda.