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Order Vampire por ScarlletParaise

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Notas del fanfic:

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¡ULTIMOS 4 CAPITULOS!

 

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Notas del capitulo:

Los personajes de saint seiya son propiedad de Masami Kurumada.

 

Capítulo 1

Aquel lugar era nuevo para Camus, viajo de muy lejos para vivir con su tío y primo, supuestamente ellos estaba viviendo en una casa de dos pisos. Escuchaba música para tranquilizar sus nervios, era su primera vez que salía de aquel, lo peor de todas sus experiencias en aquel tétrico lugar era que jamás sintió lo que es el afecto y menos demostrarlo.

Odiaba a cualquier persona ambigua, odiaba ver siempre el cielo gris y notar que las nubes no descargan una tremenda lluvia, odiaba todo; En cambio, lo que si le agradaba era leer libros antiguos y de diferentes idiomas, sus pasiones era la buena música y el baile de salón.

El medio de transporte que abordaba en compañía de otras personas, paro en una pequeña estación de ómnibus, nunca pensó que aquella estación pareciese desértica, sus nervios aumentaron, pero debía dejar de escuchar música para así bajarse del transporte.

 

- “¿No deberían de estar mi tío y mi primo aquí para recibirme?” – Se preguntó mientras se bajaba de aquel colectivo, al bajarse inhalo un poco de aire y eso le relajo un poco. Debía de negar aquella pregunta que se formuló, ya que podía suponer que sus parientes se olvidaron de su horario de llegada. Pero debía de admitir que desconocía aquel lugar, fue con su pequeña mochila acuestas y a paso tranquilo fue directo a la ventanilla de información. Cuando llego al sitio, se colocó atrás de una pareja de ancianos quienes estaban consultando; acabada la consulta de las dos personas mayores seguía su turno – Disculpe señorita ¿Me puede indicar dónde están los teléfonos públicos? – A la persona que se dirigió no estaba haciendo su trabajo y pareciera que no se movía, pudo notar que la señorita era de cabellos largos y lilas, de mirada verde profunda, pero su apariencia pareciera de una joven de su edad y eso le estaba dando temor.

 

Al no recibir respuesta a su pregunta, Camus se dio la vuelta para ver el lugar que todavía estaba desértico y lo peor era de que era ignorado por esa muchachita, al volver a fijar su mirada notó en el reflejo a un sujeto que estaba tomando uno de los pasillos que desconocía, trato de seguirlo con la mirada pero le alarmo bastante cuando se dio la vuelta y una segunda vez para no encontrárselo más en su zona visual.

 

- Disculpe jovencito por la demora, es que estaba tomando un pequeño descanso – Hablo aquella muchacha, Camus se volvió a dar la vuelta para encontrarse a la informante parada y eso lo alerto bastante - ¿Me puede decir que necesita saber?

 

- “¡¿Qué diablos sucede aquí?! Primero le hablo a esta desconocida y no obtengo respuesta inmediata, segundo veo en el reflejo del cristal a un sujeto con ropas opacas y me doy la vuelta, pero… Creo que necesito ayuda psiquiátrica” Si es que… Yo… Necesito saber dónde están los teléfonos públicos – El tono de Camus parecía nervioso y lo malo era que sus pensamientos le estaban jugando una mala pasada, no sabía con exactitud que sucedía en aquella estación de ómnibus.

 

La muchacha le recomendó tomar el pasillo donde supuestamente había desaparecido aquel sujeto que vio en el reflejo, Camus fue educado y agradeció a la informante para así ir a por los teléfonos públicos.  

Cada paso que daba su respiración no iba de manera normal, no sabía qué hacer en aquel pasillo oscuro, Camus se paró su andar para notar que el aire frio aumentaba.

 

- “¿Por qué de repente paro? ¿Qué me sucede?” – Al no notar que alguien estaba detrás de él, una persona que le pasaba por unos centímetros, y aquel muchacho era de cabellos rubios rizados.

 

- “Es mejor que no mires hacia el frente, porque tu vida correrá peligro a partir de ahora” – Por inercia aquel sujeto tomo a Camus por la cintura, el muchacho que lo abrazo, de su mano saco una esfera carmesí para aniquilar a tres seres espectrales quienes emitían un sonido ensordecedor y lo más horroroso eran de las sonrisas que tenían; Cargo aquel muchacho que antes lo miro en un reflejo, para sacarlo del lugar y llevárselo fuera de la estación.

 

- ¿Quién eres? – Pregunto Camus, pero sabía que su mente estaba siendo usurpada por otra persona y eso le parecía demasiado irreal. Levanto su mirada y separarse un poco de su rescatador, ¿Lo podría llamar de esa manera? No sabía si esa pregunta era la correcta para ese momento.

 

- Alguien que no debes de ver a los ojos – Le contesto aquella persona que en su rostro figuraba una sonrisa de felicidad. – Por ahora no recordaras quien te toco – Camus levanto la mirada para toparse con aquellos ojos celestes, estaba embelesado por aquellos ojos, quienes lo miraban fijo. Mentalmente agradecía pero corporalmente deseaba más de aquella seguridad que le estaba transmitiendo aquel sujeto – “Ahora descansa” – El joven de cabellos rubios alzo su mano para crear aire y provocar que Camus se desmayara, al hacer esto tomo el cuerpo de aquel muchacho de cabellos aguamarinas para acostarlo en una banca.

 

Al hacer esta acción, el joven de cabellos rubios miro aquella figura que dormía plácidamente a causa de su hechizo de bloqueo mental casi temporal. Sin embargo, presintió que no estaba solo en ese momento.

 

- ¿Por qué lo volviste ayudar? – Pregunto un joven de cabellos cortos y castaños claros, quien estaba apoyado encontra de un poste de luz.

 

- No lo volví ayudar y este muchacho no es él Aioria – El mencionado comenzó a negar, cerro sus ojos para evitar la mirada desafiante que le estaba dando su mejor amigo.

 

- Jaja… ¿En qué mundo estás viviendo Milo? – Volvió a preguntar a su amigo quien estaba de pie y con un semblante enojado.

 

- En mi propio mundo… - Milo comenzó a avanzar para después desaparecer de aquel lugar – Y ni se te ocurra volver a mencionarlo. – Aioria lo comenzó a seguir mientras se reía bajo, ambos chicos se habían desvanecido.

 

Los minutos pasaron, en eso un vehículo de cuatro puertas y de color azul marino se estaciono  en frente de la banca donde estaba descansando Camus. Las personas que estaban arriba del vehículo se bajaron al notar que aquella persona  que conocían no se despertaba.

 

- Papá ¿Qué tiene Camus? – Pregunto aquel muchacho de cabellos verdes y de mirada violeta, a su progenitor quien se acercó para tomar los signos vitales de su sobrino.

 

- Él está bien Dégel, no es nada grave, puede ser que le fue largo el viaje – aquel muchacho asintió al diagnóstico que dio su padre. En eso los ojos de Camus se abrían de a poco y lo que enfoco fue a su tío y primo.

 

- Hola tío, hola Dégel – Saludo con pesadumbre Camus mientras se reincorporaba en aquella banca, en eso se sobre salto cuando su visión era otra - ¡¿Dónde demonios estoy?! ¡¿Cómo llegue hasta acá?!

 

- Deja de gritar hijo, evita que las personas del pueblo se sobresalten y nos miren de mala manera – Al escuchar aquellas palabras que le dio su tío, Camus se cruzó de brazos para mirar mal a sus parientes.

 

- ¿Y como se explica de porque estoy acá afuera? – Dégel negaba y emitía una pequeña risa al ver que su primo era muy caprichoso.

 

- Eso debes de saberlo vos y no nosotros – Respondió Krest para después ayudar a su sobrino a ponerse de pie – Dégel subí la mochila de Camus al auto, y vos niño llegas a casa comes algo y te vas con tu primo a conocer el pueblo – Camus asintió a lo que decía su tío, por otro lado Dégel tomo la mochila de su adorado primo para así los tres subirse al vehículo.

 

El viaje fue agradable, Camus disfrutaba estar con su única familia, jamás espero que a sus 16 años fuese a salir del orfanato para irse a vivir con su tío y primo. Trato de recordar algún momento feliz junto a ellos dos, pero no podía recordar nada, sabiendo que algo raro le estaba sucediendo, negó aquello para así disfrutar de ese momento de risas y charlas alegres que pasaba con su tío y primo.

Al llegar a la casa de sus familiares, Camus miro por la ventanilla la enorme casa que era y jamás espero que fuera igual a las otras casas que la rodeaban. Un barrio lindo y agradable, había vecinos que estaban con sus familias jugando, limpiando el frente, pero al momento que se debía bajar observo a un joven quien se estaba acercando a él.

 

- ¡Hola! – Saludo aquel jovencito de su misma edad, Krest miro al muchacho de reojo sabiendo que conocía a ese chico bastante bien.

 

- Hola, mi nombre es… - Camus no pudo terminar su presentación ya que su primo se acercó a ellos.

 

- Mu ¿No deberías de estar en la escuela rindiendo las últimas materias que debías? – El susodicho se cruzó de brazos para mirar a Dégel de una manera casi desafiante.

 

- Sí, pero recién vuelvo de rendir la materia de ciencias biológicas y saque un ocho – Dégel aplaudió a Mu, quien muy orgulloso por su progreso – y ¿él es tu primo Dégel?

 

- Sí, Camus él es Mu y va al mismo colegio que vos iras – El muchacho de cabellos aguamarinas miro a su primo muy sorprendido al escuchar aquello, ¿Iba a ir a la escuela? Nunca en su vida piso un colegio, sabiendo que en el orfanato que él estaba ya les enseñaba lo básico, pero él no se podía decir que era muy bueno en su clase.

 

- Espero que pronto comiencen las clases y de que podamos estar en la misma clase – Krest le hizo una seña a Mu para que se marchara cuando antes, y el muchacho de cabellos lilas asintió aquella seña – Bueno creo que deberé de irme, porque si no mi hermano Shion se va a enojar muchísimo.

 

Mu se despidió de aquella familia para irse a su casa. Después de que la visita se fuera, Dégel guío a su primo hacia la casa, al entrar Camus miro toda la decoración, debía de admitir que su tío tenía un buen gusto con las cosas rusticas y hogareñas.

 

- Bueno Camus, ¿Qué quieres comer? – El chico de cabellos aguamarinas y de mirada azulada se fijó en su celular la hora, para después percatarse de que ya se acercaba le medio día, ¿Tan rápido se le paso el tiempo? Pero debía de admitir que tenía un poco de hambre.

 

- Lo que haya tío Krest – contesto a la pregunta de su tío, quien asintió a lo que dijo su querido sobrino. Camus miro a su primo quien estaba bajando de las escaleras - ¿Desde cuándo subiste?

 

- Desde hace unos minutos primo y fui a preparar tu nuevo cuarto – Camus asintió a lo que decía su primo, en cambio Dégel le revolvió el cabello con ternura para después acercarse a él y decirle algo al oído – Después de almorzar vamos de compras, tu y yo, porque me da un poco de lastima de que no tuvieras mucha ropa.

 

- ¿Desde cuándo te importa la moda? – Le pregunto Camus con un tono divertido, provocando que Dégel desviase la mirada.

 

- Qué te interesa “Qué le interesa a él si me gusta o no… A veces pienso que no lo puedo olvidar” Ve a darte un baño en tu cuarto y después bajas – Dijo Dégel dejando a su primo muy desconcertado, en cambio Camus le restó importancia a las palabras de su primo para después ir a su nuevo cuarto.

 

En la cocina, Krest estaba preparando unos platos franceses sabiendo que su querido sobrino tenía los mismos gustos que su hermano. En eso Dégel se acercó para tomar un tentempié antes del almuerzo.

 

- ¿Camus? – Pregunto Krest mientras enjuagaba algunas verduras, en eso Dégel dejo salir un suspiro.

 

- Le dije que subiera a su cuarto, ya que me estaba a punto de hacer su típico interroga miento – Dijo con un tono de asco el muchacho de mirada violeta, en tanto debía de admitir que su respuesta le causo una risa a su padre - ¿Cuál es la gracia de mi respuesta?

 

- La gracia de cómo te enfuscas por las preguntas de tu primo, espero que las compras sean seguras sabiendo la hora en que sales con él – Dégel abrió sus ojos de la sorpresa que se llevó, se giró para enfocar su mirada en la hora del reloj.

 

- Diablos, creo que me olvide de que hoy viene Kardia a buscarme papá – El hombre de cabellos rojizos se giró para mirar de mala manera a su único hijo quien se había sonrojado un poco al mencionar el nombre de su novio.

 

- ¿Cuándo entenderás de que no debe venir más a esta casa? Dégel sabes muy bien lo que hizo con vos y con cierta personita – Asevero Krest ya que había dejado de hacer la labor de preparar el almuerzo.

 

- ¡Por qué no te dejas de estar rechazando mi relación con Kardia todo el bendito tiempo! ¡Él tenía que hacerlo y no lo vuelvas a mencionar más! – Grito Dégel sabiendo que su ataque de nervios comenzó, lagrimas amargas se asomaron y no podía de dejar de estar pensando en lo que pasó hace más de un año.

 

En la segunda planta, Camus al terminar su baño no se había esperado escuchar una pequeña discusión entre su tío y primo. Al poco tiempo sintió como una puerta se cerraba de manera brutal, y al poco tiempo sentir el llanto de su primo.

 

- “¿Qué le sucede a Dégel? Jamás fue de expresar sus sentimiento” o ¿Puede ser que alguien haya hecho algo con él? – En ese instante por arte de reflejo Camus se dio la vuelta para percatarse de que su tío estaba allí - ¿Qué sucede tío Krest?

- Camus, si vuelves a escuchar esos gritos o las discusiones que tengo con Dégel es conveniente para vos de que salgas a conocer el pueblo o ve a caminar un poco, para que no te traumatices por los gritos que da tu primo – Camus dejo salir un suspiro de tristeza al escuchar aquellas palabras castas que decía su tío, en cambio Krest trataba por todos los medios de que su sobrino no sepa del porqué de las discusiones frecuentes que tiene él con su hijo Dégel – Camus te hice un plato de sopa y si Dégel baja calienta un poco de pasta que hay en un taper dentro del refrigerador, porqué ahora debo de irme al hospital porqué me tocó guardia esta noche.

 

- Entonces esto significa que no almuerzas aquí y menos cenar – Krest asintió para después irse del cuarto dejando a su hijo y a su sobrino en disposición de la casa.

 

Al haberse ido al trabajo su tío, Camus bajo a la planta baja para ir a la cocina y almorzar aquella sopa. Tomo asiento en aquellas sillas rusticas, a sorbos le daba a su sopa de crema y admirar todo su entorno, debía de admitir que ese comedor era pequeño y muy acogedor como para una familia pequeña.

 

- Creo que el haberme ido del orfanato y estar viviendo ahora con mi tío, puede ser que pronto sepa de cómo es estar en familia – Al terminar de tomar su sopa fue a lavar la vajilla que uso y lo primero que quería era saber si su primo quería almorzar algo.

 

Al llegar al pie de la escalera el timbre comenzó a sonar de una manera exagerada y eso jamás espero a la hora que era, comenzó a ir hasta la puerta de entrada para abrirla y lo que notó fue la presencia de un chico de cabellos azules y de mirada turquesa, tenía una gran impresión cuando este le saludo.

 

- Hola y ¿Quién eres tú? – Le pregunto aquella persona de una tez un poco pálida, Camus no sabía que decir lo primero que hizo fue hacerse aún lado e indicarle a esa persona que pasara y así lo hizo.

 

- Hola señor, yo soy Camus, vengo a vivir con mi tío y primo – Aquel hombre abrió sus ojos grandemente al ver que ese jovencito tenia algunos rasgos parecidos a su amado – y ¿Quién es usted?

 

- Chiquillo no me hables con formalidades, yo estoy aquí por Dégel ¿Está en casa? – Le pregunto aquella persona, Camus se cruzó de abrazos ya que no le gustaba que le dijeran chiquillo en un tono de voz molesto.

- Sí él está… Pero ¿Qué es usted de mi primo? – Camus se apoyó en la pared y no cambiar su semblante interrogativo, deseaba saber todo acerca del entorno en el que se movería.

 

- Qué maleducado eres mocoso, primero me tratas de usted, ya que odio a las personas de antaño como vos… Y eres casi parecido a mi hermano, quien siempre está con preguntas filosóficas y se las hace hasta al perro – Decía aquel muchacho quien había optado el mismo semblante que Camus – y dime Camus ¿Por qué preguntas tanto a las personas?

 

- Hago preguntas para conocer, sabiendo que esa es una buena manera de saber que temas le gusta hablar a las personas… Y otra cosa usted no me dijo que hace aquí, para qué vino, dejando de lado de que vino por mi primo quien está encerrado en su cuarto llorando como magdalena – Aquella palabra le hizo un clic al hombre de mirada turquesa quien a toda velocidad fue hasta la habitación de su novio - ¡Oye! ¡No seas irrespetuoso! “¡¿Qué se cree este patán?!” – Camus fue subiendo a la primera planta para después ir al cuarto de su primo.

 

Ya en el cuarto de su novio, Kardia toco la puerta y al recibir respuesta se adentró a ella, odiaba ver a su amado tirado en la cama y con los ojos llorosos.

 

- Mi amor ¿Qué sucedió ahora? – Kardia a paso tranquilo se acercó a la cama de su novio, quien estaba sosteniendo un pequeño osito de color café y vestido de marinerito – ¿Es tu padre quien te volvió a cuestionar por aquella vez? – Dégel asintió para después sollozar mientras abrazaba fuertemente al pequeño osito. Afuera de la habitación, Camus estaba escuchando la conversación que se estaba dando en el cuarto de su primo. – Sé que no debí de hacerlo, pero si el consejo se enteraba Dégel… Me matarían de la misma manera que les paso a mis padres… Sé qué siempre lo quisimos pero debía de protegerte a vos, para no convertirte uno de los míos – Dégel fue hasta su novio, se sentó en la falda de él quien estaba sentado en un sofá que había en su cuarto, y ambos consolarse mutuamente.

 

Por otro lado, atrás de la puerta Camus se sentía muy confundido acerca de las emociones que estaba teniendo en ese momento y más sabiendo que sus dudas acerca de su primo iban en aumento.

 

------- En el próximo capitulo ------

(…)

- ¿Qué haces aquí Kardia? – Le pregunto un cierto rubio quien se acercaba a ellos.

 

- Vengo acompañar a mi novio y a su primo de compras Radamantys – Contesto Kardia en mientras colocaba aquellas personas atrás de él.

 

- Uh parece que ambos son personas muy deliciosas – Decía Minos quien uso su habilidad de tele transporte para ponerse tras de los dos primos. (…)

 

- ¡DEJALOS! – Se dejó oír un grito de una persona quien había lanzado algunas flechas negras. (…)

 

- Muchísimas gracias Aioros – Agradecía Kardia quien estaba en su modo bestia, con sus colmillos salidos y con unas ganas de pelear. Pero debía de admitir que su mejor amigo había llegado en un buen momento.

 

N/A: Nos leemos en el próximo cap.

Notas finales:

Espero que les haya gustado, es mi primer fanfic de esta tematica...

Bueno nos leemos en el proximo Cap.. :)


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