Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Las fases de Kyoya Tategami. por Midori-Hikari1312

[Reviews - 3]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Hola mis amores!! *^*

Hey, que de tiempo que no subía un One-Shot xD

He estado muy ocupada actualizando “Mi profesor Favorito” y casi no había tenido tiempo de escribir este nuevo fanfics uwu

Tal vez por ahí también tenga una sorpresa, pero esa ya es para cuando termine de escribir “Mi profesor Favorito” ewe

Ustedes me conocen. Y saben que mis One-Shot son “algo” largos~ uwu

Si aún no lo saben, vuelvan a primer fanfics de esta pareja:“Extraño”, y verán que es verdad :v

Ok, para explicarlo un poco, aquí abajito les dejaré una imagen ↓↓↓ que fue la que me dio la idea de hacer este fic *^*

http://static.zerochan.net/Tategami.Kyouya.full.592820.jpg

Deberá ser vista de Izquierda a Derecha por si tienen alguna duda

Les recomiendo no cerrarla para que puedan ver la imagen y poder saber qué clase de hermosa expresión tenía Kyoya en ese momento <3

Yo espero que de verdad les guste *^*

Algunas aclaraciones del fanfic estarán en las notas finales uwu

PD: Si me ven usando expresiones que normalmente se ven en España…Es que me gusta como hablan los españoles xD ♥

Sin más, espero que les guste >w<

Perdón por los errores ortográficos u.u

 

~Las fases de Kyoya~

Se podría decir que todo el mundo al menos una vez ha escuchado hablar de Kyoya Tategami, ya que él es prácticamente una celebridad en el Beyblade. Y causa de esto las personas hablan MUCHAS cosas de él. Y una de ellas es que creen saber cómo es Kyoya dentro de una relación amorosa.
Hay muchas suposiciones. Las más conocidas son las que mayormente la gente cree. Unos dices que por ser un engreído y arrogante chico de 16 años, sus relaciones no suelen durar mucho ya que sólo juega con los sentimientos de las personas. Otras personas creen, que a pesar de todos esos defectos de egocentrismo y superación que tiene hacia muchas cosas, Kyoya tiene un lado "dulce", que lo mantiene cautivo todo el tiempo y que sólo lo deja salir cuando está con su pareja. Y otras más dicen, que toda esa personalidad de "El chico malo" es para pantallear y que en realidad es un chico muy tímido y cerrado con respecto a cualquier cosa que tenga que ver con relaciones amorosas con X persona.
Pero lo cierto es, que todas esas personas ignoran el hecho de que tu, Ryuga, el emperador dragón, el Blayder más poderosos de todos; eres la actual pareja de ese lindo peli verde.
Es verdad que algunas de esas personas no están del todo equivocadas con respecto a cómo es Kyoya dentro de una relación, pero otras personas...estás 100% seguro de que ellas sólo quieren ver arder al mundo, y cada vez que escuchas algo como "Kyoya sólo juega", "Kyoya me la suda" o "Quiero estar en la misma cama que ese sexy peli verde" te dan ganas de lanzarles un ladrillo que les de de lleno en toda la cara.
El único que conoce al verdadero Kyoya eres tú. Y si, es verdad, hay cosas que no suelen cambiar tanto dentro como fuera de su relación, pero hay muchas facetas de él que estás seguro, eres el único en haberlas visto.
Si, es cierto, te costó algún tiempo darte cuenta de que estabas enamorado de Kyoya, si mal no recuerdas fue a mitad del campeonato mundial de Beyblade que comenzaste a notar algo diferente en Kyoya, aunque más bien fue la forma que lo veías tu a él. Y si creíste que fue difícil enamorarte, no te imaginabas lo que te costó enamorarlo a él.
Durante ese "increíble viaje alrededor del mundo para hallar a todos los Blayders legendarios y salvar al universo", como la mayor parte del tiempo Kyoya estuvo solo, tu no dudaste en molestarlo cada vez que podías, que fueron muy pocas ya que te tocó ser la niñera del pequeño niño llorón.
Pero al final lograste que Kyoya te diera una oportunidad (si, eres muy exigente). Aunque, la verdad, ustedes nunca formalizaron nada, simplemente se te dio la oportunidad de darle un simple beso que Kyoya no rechazó, y de ese vinieron muchos más y a Kyoya no parecía molestarle, por lo que lo tomaste como una clase de aceptación.
Y cómo habíamos nombrado hace rato, Kyoya tuvo gran variedad de facetas durante una larga temporada estado contigo. Algunas de ellas fueron y siguen siendo realmente simples, ya que no son muy diferentes al verdadero Kyoya de todos los días. Pero otras de esas facetas fueron bastante personales en cuanto a su relación.
*****
Fase #1: INDIFERENCIA.

Al parecer, por un error tuyo, no mucho después de que Kyoya te aceptara; el resto del equipo del antiguo "Gang Gang Galaxi" supo sobre la clase de relación que llevabas con Kyoya, ya que cuando les creíste solos, aprovechaste para besarlo y justo durante el beso llegaron todos los demás.
A ellos tal vez no les pareció normal, pero si aceptaron de buena manera su relación. Aunque si no lo hubieran sabido fuese mucho mejor, ya que luego de ese accidente del beso, Kyoya se comportaba casi indiferente cuando ustedes estaban con ellos. Era el viejo Kyoya silencioso que sólo hablaba cuando le hablaban y caminaba siempre con su característico estilo presumido. Y para más tortura, casi siempre debían estar con ese grupo suyo, por lo que debías estar en una clase de abstinencia en todo ese tiempo.
Eso paso al menos unas semanas, incluso llegando a un mes y eso te alteraba de sobre manera, por lo que a partir de ahí aprovechaste aún más los momentos en los que ambos pudieran estar solos.

Fase #2: ALEGRÍA.
A pesar de que la mayor parte del tiempo siempre estabas con Kyoya (más que todo porque tú lo exiges), debías aceptar que Kyoya también quería pasar tiempo con sus amigos a solas, y como a veces tú no te llevabas bien con la mayoría de ellos, entendías porque te lo pedía.
Normalmente cuando eso pasaba, lo único que hacías era vagar por la ciudad de BeyCity tratando de buscar algo que hacer. La gente aún te tenía algo de miedo, por lo que no tenías a nadie para jugar Beyblade. Y actualmente tenías prohibido entrenar en Bey-Bit, y tampoco podías hacerlo a las afueras de la cuidad donde está el bosque, según ellos porque te dejabas llevar demasiado y terminabas destruyendo demasiadas cosas. Pero en realidad ellos son los exagerados. Unas cuantas paredes y unos cuantos árboles arrancados de raíz no le hacen mal a nadie.
Bueno. Al final, después de un par de horas, terminabas yendo a la bodega donde Kyoya estaría esperándote. El no acostumbraba a salir por mucho tiempo, seguía siendo el mismo Kyoya ermitaño de siempre.
Pero al menos después de todo ya podías estar solo con tu peli verde. Te gusta estar con el justo después de haber estado con sus amigos, ya que así podías ver la hermosa sonrisa que adornaba su rostro.
A pesar de que él no lo admita, a Kyoya le encantaba pasar tiempo con esos chicos de segunda clase. Cada vez que pasaba tiempo con ellos, siempre volvía con una historia diferente que contarte. La manera en la que sus ojos brillaban y esa hermosa sonrisa que abarcaba casi por completo su rostro al hablar de ello era insuperable. Nada en la tierra podía comprar esa sonrisa tan sincera y tierna de parte del mismísimo Kyoya Tategami.

Fase #3: PELEAS.
Como ustedes son una pareja común y corriente como cualquier otra en el mundo, obviamente tiene peleas.
Con Kyoya, las peleas son algo difíciles y la mayoría de las veces hasta ridículas. Suelen ser causadas por el veneno natural de los celos, en especifico los tuyos, y también por las respuestas demasiado directas del pequeño peli verde.
La mayoría de las peleas suelen terminar en golpes. Pero es de esperarse ¿no? Después de todo ambos son hombre con un orgullo que llega al cielo y casi siempre impulsivos e incapaces de controlar sus arranques de ira.
¿Última causa registrada? Esa tenía nombre y apellido:
A pesar de que Kyoya lo admira y al mismo tiempo odia por el hecho de ser más fuerte y mejor Blayder que él podría llegar a ser algún día, Gingka es la razón #1 de tus celos. La extraña enemistad que has comenzado a formar hacia el pelirrojo es bastante inusual. Kyoya no se ha demostrado en lo absoluto afectado con eso, pero en tu caso es todo lo contrario.
A ti no te molesta que se la pasen combatiendo ellos solos a cada rato para saber cuál de los dos es más fuerte, como son los mejores rivales, es algo que nadie puede evitar, pero lo que te molesta es que el pelirrojo parece una maldita garrapata cada vez que está con Kyoya.
Suele darle pequeñas sonrisas de vez en cuando, a lo que Kyoya responde de la misma manera, y lo peor de todo es que últimamente lo hacen casi todo el tiempo. Agarrarse de Kyoya parece ser lo que más le gusta, siempre está prendado a él, sea un brazo, sea el cuello, ¡sea una pierna!
Cuando él hace eso, tú no puedes hacer más que sentir como te hierve la sangre. Hasta que finalmente explotas internamente.
-¿Sucede algo, Ryuga?- te preguntó Gingka agarrado del brazo de Kyoya. Ambos te miraban extrañados, la verdad, todos los demás te miraban de la misma manera ya que pareciera que con sólo tu mirada fueras a prender fuego a alguien.
-No...- dijiste entre dientes- Estoy bien, sólo olvide algo- comenzaste a caminar en sentido contraria a donde ellos iban- Kyoya, nos vemos después- volviste a decir entre dientes y al final te terminaste yendo al almacén. Por alguna extraña razón te has acostumbrado a ir casi todo el tiempo a ese lugar, tal vez sea porque siempre Kyoya está ahí y siempre tienes que ir ahí para verlo. Entraste y te sentaste sobre unas de las grandes cajas que llenan ese lugar dándole la espala a la puerta. Lo mejor sería permanecer solo un rato hasta que se te pasara todo eso.
-¿Ryuga?- te sorprendió el escuchar la voz de tu peli verde detrás de ti, se supone que él debía estar con el resto del grupo- Ryuga, ¿Qué demonios te pasa?- preguntó caminando hacia ti, tu sólo volteaste de nuevo y le diste la espalda. Es muy inmaduro viniendo de alguien con tu edad pero cada vez que estas molesto por algo simplemente no te dan ganas de decir ni una sola palabra.
Sabías que Kyoya estaba mirándote mal en el sentido de que estaba comenzando a enojarse también, el odia ser ignorado y lo sabes, pero cuando estas molesto no puedes evitar hacerlo.
-Ryuga esto es absurdo ¿Ahora qué te pasa?- volvió a preguntarte. Tú lo miraste por encima de tu hombre viendo que efectivamente ya estaba enojado.
-¿No se supone que estabas con los demás?- dijiste con una voz gruesa y seria. Estabas siendo realmente frío con él.
-Vine porque quiero saber qué es lo que te está molestando ahora- dijo cruzándose de brazos y alzando una ceja. Si no estuvieras molesto te lanzarías a él sólo para besarlo. Amas cuando hace eso.
-No es de tu incumbencia...- volviste a darle la espalda mirando hacía la pared que estaba frente a ti.
-¿Es...Por Gingka?- preguntó algo dudoso y tú no te moviste de tu lugar- ¿O por mi?...- su voz volvió a sonar dudosa y tú te volteaste para verlo sin entender muy bien lo que decía.
-¿Por ti? ¿Por qué estaría celoso de mi propio novio?- le preguntaste bajándote de la caja y caminando hacía él.
Y todo este asunto nos lleva a la siguiente fase.

Fase #4: INSEGURIDAD.
-¿A qué viene esa pregunta?- preguntaste cruzando de brazos pero Kyoya no parecía tener intenciones de responderte. Pero al final lo hizo de una manera que te dejo con un mal sabor de boca.
-¿Por qué no me dijiste que habías tenido un romance con Gingka?- dijo mirándote como si te odiara y apretando sus puños con fuerza. Esa pregunta te sorprendió bastante. Lo miraste algo confundido y al hacerlo te pareció notar que Kyoya se acababa de dar cuenta de lo que recién había dicho, por lo que miró a otro lado arrugando levemente la nariz como si algo le estuviese molestando.
-¿Kyoya? ¿Qué sucede?- preguntaste extrañado acercándote más a él hasta quedar a su lado, colocaste tu mano sobre su hombro y él te volteó a ver sin quitar esa expresión que de algo le estaba perturbando.
-Es...Es que...- no parecía tener ganas de hablar de eso.
-¿Es que?- trataste hacer que terminara de contártelo- Sabes que puedes contar conmigo ¿verdad? Somos pareja. Nos tenemos el uno al otro ¿Recuerdas?- el peli verde miró al suelo como si estuviera debatiéndose consigo mismo para ver si lo decía a no.
-...Gingka me dijo que aún gusta de ti- dijo rápidamente y luego se te quedo mirando, como si estuviera esperando para ver qué clase de reacción tenías ante eso.
-¿Y eso a mí qué? Sabes que te quiero a ti- colocaste ambas de tus manos sobre sus hombros y te acercaste un poco más para mirarlo a los ojos- ¿Qué es lo que te está molestando?- dijiste con firmeza. Kyoya se quedó unos segundos mirándote antes de asentir con la cabeza.
-Cuando...Gingka me dijo que ustedes habías estado saliendo hace mucho tiempo yo realmente no le creí al principio. Y aunque eso haya sido o no verdad no me hubiera molestado para nada. Pero luego Gingka comenzó a decirme que era raro que tú no me hubieras dicho nada sobre eso y yo también me deje llevar por él y también comencé a pensar que era extraño que no me hubieras contado nada- Kyoya paró un momento mirándote como si estuviera dudoso de seguir contando y tú le sonreíste para que se sintiera más seguro-... Luego de un tiempo Gingka me propuso que ambos actuáramos de manera extraña frente a ti para saber cual era tu reacción. Sé que fue algo estúpido y que yo no soy de ese tipo de personas pero es que...no sabía qué hacer- Kyoya apartó la mirada de la tuya sin quitar esa expresión casi melancoliza de su rostro. No te gustaba verlo así. Por un rápido impulso tuyo lo abrazaste contra tu cuerpo y colocaste su cabeza en tu pecho.
-No te conté lo mío con Gingka porque no vi necesario que supieras algo tan insignificante como eso. Nosotros no salimos por mucho tiempo y la decisión de romper fue de ambos. Se podría decir que fue algo pasajero y sin compromiso, sólo atracción- hablaste tranquilamente sin dejar de abrazar a Kyoya que había correspondido al fin el abrazo- Pero aún así siento no habértelo contado...-.
-Ok...- susurró aferrándose a tu espalda. Ese gento te pareció realmente adorable viniendo de él.
-¿Qué se supone que deberíamos hacer ahora?- preguntaste mirándolo a los ojos y acariciando una de sus mejillas con tus dedos.
-Sólo bésame- exigió casi haciendo un puchero.
-Como ordenes- susurraste con una sonrisa y cumpliste generosamente su petición.

Fase #5: ¿QUÉ LE PASA A KYOYA?

-¿¡Dónde mierdas está Kyoya!?- gritaste arrastrando las palabras ya demasiado enojado. Habías corrido por toda la cuidad buscando a tu peli verde y esté nada que aparecía. Ya estabas empezando a preocuparte por que algo malo le haya pasado.
Todo el mundo sabe que no es raro no saber donde estaba Kyoya, pero lo que sí es raro es que él no haya dicho nada. Cada vez que se va él quiere que todo el mundo lo sepa y que sepan la razón de porque lo hace también.
-¡Gingka, responde!- le gritaste al pelirrojo tomándolo de la chaqueta sin delicadeza alguna, el resto del equipo intentó tranquilizarte, pero cuando se trata de Kyoya eso es algo completamente imposible.
-C-Cálmate, Ryuga...-.
-¡No me pidas que me calme, pelo de antorcha!- le gritaste estrellándolo contra la pared sin dejar de soltarlo-¡Responde!- gritaste.
-R-Ryuga, nosotros no sabemos dónde está...- habló nervioso Tsubasa- Es más, nos pareció raro a todos que él no estuviera hoy con nosotros- explicó el peli plata y los demás chicos sólo comenzaron a asentir con la cabeza igual de nerviosos.
-Ryuga, ya...- al escuchar la voz de Gingka, volteaste a verlo con la misma expresión de asesino logrando que el menor se asustara más.
-¡Habla!- ordenaste impaciente al ver que él se había quedado callado.
-¿Ya...Buscaste en la bodega?- preguntó dudoso.
-¿Acaso me vez cara de imbécil?- lo apretaste más contra la pared logrando escuchar un quejido de su parte.
-T-Tal vez, si vuelves él ya esté ahí. Es Kyoya ¿Recuerdas? Quizás volvió para estar solo...-.
******
Respiraste tan hondo como tu cuerpo te lo permitía, aún estabas algo alterado y como has estado todo el día así ya tu cabeza ha comenzado a doler.
-¿Kyoya?- preguntaste al aire al llegar al almacén y luego de unos instantes suspiraste al no ver ni escuchar nada nuevamente. Irte fue lo que estuviste a punto de hacer, pero aún parado frente a la puerta comenzaste a escuchar una serie de quejidos y jadeos que te dejaron algo perturbado.
-¿Kyoya?- llamaste nuevamente ya algo asustado de que algo le pudiera haber pasado a Kyoya. Entraste aún más dentro del lugar y los sonidos se hicieron más fuertes y prolongados- Tategami...- susurraste lastimero al ver a tu peli verde sentado en el suelo y recostado detrás de una de las cajas donde normalmente siempre se mantiene reposando-K-Kyoya ¿Estás bien?- te arrodillaste frente a él asustado al ver como gruesas lágrimas no dejaban de caer de esos hermoso orbes azules- S-Si es por lo de Gingka ya te dije que él no me interesa, si quieres no le hablaré más pero...Por favor dime qué te pasa...- comenzaste a hablar sin saber qué hacer y Kyoya aún no dejaba de llorar. Te sorprendió que de un rápido movimiento ya tuvieras a Kyoya pegado a ti abrazándote fuertemente sin señales de querer dejar de llorar. Tú suspiraste derrotado y sólo comenzaste a acariciar su cabeza y espalda con gentileza de vez en cuando para tratar de calmarlo mientras le susurrabas una y otra vez que todo estaría bien.
Ya cuando Kyoya se había calmado un poco él te pidió que por favor no le preguntaras de lo que sucedió anteriormente, que cuando llegara el momento él te contaría el por qué de su estado melancólico. Tú sin muchas opciones, optaste inmediatamente por aceptar su condición de no preguntar nada.
Tú confiabas en Kyoya, y si él decía que no era el momento de saber lo que sucedía, esperarías el tiempo necesario para algún día apoyarlo en eso también.

Fase #6 AVERGONZADO:

Después de que viste a Kyoya llorar no volviste a preguntar sobre ese asunto ni a él ni a los otros miembros del equipo, que por cierto, Kyoya te hizo disculparte con ellos por el mal rato que les hiciste pasar cuando lo estabas buscando.
Ya había pasado un tiempo y todo había vuelto a la normalidad, al parecer Kyoya estaba bien ya que sólo lo viste actuar tan vulnerable ese día y ya.
Era ya de tarde. A el sol le quedaba al menos hora y media de permanecer en el cielo antes de que llegara la noche, el ambiente era agradable ahí en el almacén donde estabas sólo tu viendo algunas fotos que un nuevo contacto te había obsequiado. ¿Por qué estabas solo? Bueno, por extrañas obras del destino, A Kyoya le había dado hambre y había ido a comprarse una hamburguesa para llevar. Cuando te dijo a donde iba ir te quedaste algo extrañado, ya que Kyoya era de esas personas que no sabes si de verdad come o no porque nunca los has visto hacerlo.
-Bienvenido- dijiste bajando el libro de fotos al ver al peli verde entrando al almacén, no llevaba nada en las manos, y era de esperarse, otra de las cosas que Kyoya odia es que lo vean comer.
-No estamos casados, no tienes que decir eso cada vez que me veas llegar- dijo sin parar de caminar en dirección a ti.
-Lo seguiré haciendo aunque tú no quieras- dijiste burlesco ya que sabías que le molestaba que le llevaras la contraria.
-¿Qué lees?- preguntó curioso.
-Bueno yo sólo...Investigo un poco sobre ti- dijiste volteando el libro y enseñándole A Kyoya un sinfín de fotos de él mismo cuando era un niño.
-...- Kyoya al ver lo que tú estabas viendo, se quedó en shock por unos tres segundos antes de que su cara adquiriera un color rojo fuerte- ¿D-De donde sacaste eso?- te preguntó inquieto tratando de arrebatarte el libro pero tú sólo lo apartabas de el cada vez más.
-Tengo mis contactos- sonreíste con picardía al ver como Kyoya, muy avergonzado, saltaba a tu alrededor tratando de quitarte el libro.
-¡P-Pues dile a tus contactos que voy a matarlos!- gritó avergonzado hasta el punto de tener también las orejas rojas de vergüenza- ¡Dame ese libro ahora!- exigió.
-Vamos Kyoya, si te veías adorable vestido de león cuando eras pequeño- dijiste enseñándole una foto suya de unos 5 años de edad, con una enorme paleta de dulce en una de sus manitas y vestido de Scar de el Rey León.
-¡Aleja eso de mí!- te dió la espalda y se cruzó de brazos aun avergonzado.
-O tal vez ésta, cuando dormías con la cama llena de peluches por todos lados. O ésta, te veías muy lindo con ese Yukata y esa enorme sonrisa cuando ganaste el pez dorado- comenzaste a describirle las fotos más adorables que ibas viendo en el libro- Cuando eras pequeño eras muy risueño ¿No, Kyoya? No sé porque ya no eres así-.
-¡Basta, Ryuga!- se tapó los oídos con sus manos.
- Tu cara al llorar no ha cambiado nada. Siendo un niño de 8 años o un adolescente de 16, aún eres lindo cuando lloras- dejaste le libro sobre una caja y abrazaste a Kyoya por la espalda.
-¡Ryuga, idiota!- volvió a reprocharte tratando de soltarse de tu abrazo aún más sonrojado.
-Te quiero, Kyoya- susurraste en su oído.
-¡Cállate!- gritó derrotado y se volteó para esconder su rostro en tu pecho. Aún escondiendo su rostro podías ver lo rojas que estaban sus orejas y no pudiste evitar sonreír- Eres de lo peor...- susurró abrazándote más fuerte.
-Lo sé ♥- le susurraste de vuelta correspondiendo también el abrazo.

Fase #7: ¿HACERLO...?

Ok, está es ese tipo de fases en donde tu paciencia está puesta a prueba.
Por petición, o más bien exigencia de Gingka, ahora estabas en una clase de pijamada con el equipo de Gang Gang Galaxi... Y Kyoya.
Madoka, Tsubasa, Kenta, Yu, Kyoya y tú. Se encontraban todos en el inmenso cuarto del Ganador de Battle Blayder: Gingka. ¿Y cómo ese pequeño ingenuo no va a tener un cuarto inmenso? si su padre es el directo de la WBBA y él es el segundo mejor Blayder del mundo. Después de ti claro.
Dejando eso de lado. Todos los demás hablaban de cualquier cosa estúpida que se diera en el momento, y tú estabas aburrido. Todos estaban sentados a mitad de la habitación riendo y jugando, y tú estabas observándolos recostado en el marco de la puerta con tus brazos cruzados.
-Entonces... jaja...Él terminó cayendo al suelo y todos comenzamos a reírnos como locos jajaja. Fue una locura- contaba Gingka entre carcajadas y al terminar de contar todos comenzaron a hacer lo mismo, incluso Kyoya estaba riendo por lo bajo.
-Ok, chicos- habló el pequeño de cabellos naranjas después de revolcarse en el suelo de tantas carcajadas que dió. Tú te le quedaste viendo algo curioso. Ese pequeñín siempre tenías algo interesante bajo la manga- Es hora de hablar de cosas más interesantes- el chico rió por lo bajo como si estuviera a punto de hacerle una broma a alguien. Eso te interesó lo suficiente como para caminar a donde todos ellos estaban y sentarte justo al lado de Kyoya.
-¿Qué es?- preguntó ingenuo Gingka.
-¿Qué no es obvio?- hablaste haciendo que todos voltearan a verte sorprendidos de que hayas dicho algo. En toda la noche no has dicho una palabra- Sexo.- respondiste con simpleza. Yu comenzó a asentir divertido con la cabeza. Madoka, Kenta y Gingka se sonrojaron hasta las orejas mientras que Tsubasa y Kyoya parecían más incómodos que avergonzados.
-¿E-Es enserio?- preguntó Kenta aún muy sonrojado.
-¡Sí!- respondió Yu con los ojos brillosos de la emoción.
-Y-Yo paso- respondió de inmediato Madoka, y como era la única chica del grupo, todos aceptaron en que ella debía salir de esa plática.
-Muy bien- comenzó a hablar Yu sin disimular su emoción- El primer tema a discutir será... La primera vez- dijo el chico aún con los ojos brillosos y extasiados de saber cosas íntimas de los chicos de esa habitación.
-¿No crees que es un tema demasiado avanzado para alguien de tu edad?- reprochó Tsubasa.
-Bueno. Ya que lo preguntas eso iré yo primero. No he tenido mi primera vez por la obvia razón de que aún soy uno de los más jóvenes del grupo, al igual que Kenchi, ¿Verdad?- se arrastró por el suelo hasta llegar al lado del pequeño peli verde y enganchándose del cuello del mismo que lo miraba sonrojado y algo incomodo.
-P-Por supuesto- dijo el chico tímidamente.
-¿Tsubasa?- Yu parecía cada vez más entusiasmado a medida que les iba preguntando. Y la verdad tú también estabas curioso de que si ese chico que pretendía ser tan perfecto podía llegar a tener sexo.
-Yo preferiría abstenerme de responder esa clase de preguntas- dijo con simpleza el de cabellos plateados. Tú y Yu comenzaron a abuchearlo, al perecer sólo ustedes dos estaban de acuerdo en que querían saber si Tsubasa podía tener esa clase de situaciones en su vida.
-¿Y qué hay de ti, Kyoya?- preguntó Gingka como si la incomodidad de su cuerpo se hubiera ido por completo, y lo peor de todo que a pesar de que se lo estaba preguntando a Kyoya, era a ti a quien te estaba mirando.
La verdad era que, esos pocos minutos que habían comenzado con la íntima conversación, habías esperado ansioso el momento en el que esa pregunta se le hiciera a Kyoya. Tú no querías hacerla porque se vería demasiado sospechoso, pero la persona de la que menos sospechaste que se lo preguntaría fue la primera que lo hizo.
-¿Y-Yo?- Kyoya parecía muy sorprendido de que esa pregunta llegara a él, ya que de inmediato su rostro se tornó rojizo y su voz comenzó a tiritar.
-Vamos Kyoya ¿No me digas que tienes miedo de responderle?- comenzaste a retarlo. Sabías que Kyoya aceptaba cualquier reto y estabas seguro de que esa no era la excepción.
-¡Vamos Yo-Yo. Responde!- volvió otra vez la voz chillona y entusiasmada del pequeño Yu.
-No...No yo...- cada vez se le veía en la cara que estaba más nervioso. Negaba con la cabeza y movía sus manos de igual forma. Y tal vez tú estabas igual de nervioso ya quería saber la respuesta de esa pregunta.
¿Qué?
¿Pensaron que por ser el gran Ryuga Kishatu, el más fuerte de la tierra y el más codiciado de la serie ya te había lanzado a Kyoya como una propia vestía salvaje?
Pues déjenme decirles que no están en lo correcto. Nunca estuviste a tal altura de preguntarle a Kyoya si antes de ti había tenido alguna relación, o si esas relaciones habían llegado a algo más que sólo caricias. Tu sólo estabas concentrado en que ahora eras tú el que estaba con él y ya.
-C-Chicos...- casi rogó Kyoya para que no le hicieran responder la pregunta.
-Vamos Kyoya, no te hagas de rogar. Sólo di sí o no- habló Gingka. Al parecer el también estaba muy desesperado por saber la respuesta. Kyoya te volteó a ver aún avergonzado y tú le diste una sonrisa confiada para tratar de convencerlo de que estaba bien responder.
-No...- susurró Kyoya de una vez por todas- Nunca he...tenido esa clase de...relaciones- Kyoya miraba al suelo avergonzado y tu apenas y pudiste contener la alegría para tus adentros.
-¿Vez? ¿Qué tan difícil fue hacer eso?- reprochó Gingka con aires de superioridad. Era la primera vez que veías actuar a Gingka de esa forma.
-Si tanta confianza tienes. Tu responde esa misma pregunta- habló Tsubasa tranquilamente, aunque sonó más como si tratara de defender a Kyoya.
-Sí- dijo sin rodeos- Si he tenido relaciones- cada una de esas palabras las dijo sin despegar su mirada de ti, pero tu trataste de evitarla fijando tu vista a Kyoya que te miraba aún sonrojado y levemente nervioso por lo que seguiste sonriéndole de la misma manera que hace unos segundo.
Maldices el momento en el que aceptaste ser el amante de Gingka Hagane.

Fase #8: ¿TODO SE ACABA?

¿Cómo pudiste ser tan tonto como para confiar en ese pelo de antorcha?
Bueno, Bien dicen que una mujer celosa es un problema, pues una diva es peor.
Al igual que como pasa con Kyoya, tu eres el único que conoce el lado oscuro de Gingka. Ese lado que nunca ha mostrado fuera de esa linda cara de ángel llena de luz y sonrisas sino que la enseña sólo cuando está cubierto por una oscuridad tan grande que te hela la sangre.
Había pasado un tiempo desde que habías visto a Kyoya, ya que después de la reunión en casa de Gingka habían vuelto a pelear y no se habían hablado en un par de días. Estabas camino en dirección al almacén para tratar de arreglar las cosas con Kyoya. Como siempre sus discusiones no son nada serio, y si tu eres orgulloso, está de más el que digas que Kyoya lo es muchísimo más que tu. Ya que podía pasar mucho más tiempo que esos pocos días y el seguiría sin dirigirte la palabras sólo porque él no quiere disculparse por pelear contigo.
En el camino estaban imaginando un sinfín de situaciones para ver cuál sería la indicada para que no terminen peleando de nuevo, estabas tan inmerso en tus pensamientos que no te diste cuenta cuando un objeto se interpuso en tu camino y sólo te detuviste cuando chocaste con ese algo, o más bien alguien. Al agachar la mirada te diste cuenta de que era ese pelo de antorcha que estos últimos días ha estado molestándote.
-Hola Ryuga~- dijo de forma melosa el pelirrojo- Que casualidad verte por aquí- dijo como si no hubiera sido él el que se puso en tu camino.
-No, no lo es para nada- dijiste mirándolo sin una expresión aparente. Ya Gingka estaba siendo lo suficientemente fastidioso como para con sólo verlo ya se te amarga el día- ¿Has visto a Kyoya? Quiero hablar con él- no sabes ni por qué le preguntas.
-No, no lo he visto- respondía comenzando a caminar a tu alrededor como si fuera un buitre- Si no estás ocupado ahora podemos ir a otro lado- sin quitar ese tono meloso que estaba comenzando a desesperarte, él se quedó frente a ti a una distancia bastante corta.
-Te he dicho que estoy buscando a Kyoya- dijiste apartándolo de tu camino y comenzaste a caminar.
-¿Acaso te pone nervioso estar a solas conmigo?- dijo en un tono bastante caprichoso.
-¿Qué estupideces estás diciendo?- te volteaste y miraste a Gingka que comenzaba a acercarte a ti nuevamente.
-¿Sabes? Me sorprendió mucho que aún no hayas tenido nada "exagerado" con Kyoya- comenzó a hablar quedando justo frente a ti- Se me hizo muy raro, pareciera que no quisieras tener nada serio con el- siguió hablando.
-Si yo me acuesto con Kyoya o no es mi problema, no el tuyo- apretaste tus puños tratando de controlarte de golpearlo y dejarle morado un ojo- Lo que tú y yo tuvimos fue algo completamente aparte a lo que yo tengo con él. Lo amo ¿Sabes? Algo completamente diferente a lo que sentí hacia ti en ese entonces- dijiste sin despegar tu mirada de la suya que no pareció inmutarse de lo que acababas de decir.
-Pero lo disfrutaste... ¿No?- te quedaste extrañado ante las palabras que usó- No te acuerdas de todas esas noches en las que tu y yo...- lo interrumpiste antes de que siguiera hablando.
-Ya te lo dije. Lo mío con Kyoya es diferente a lo que tuve contigo...- ibas a alejarte y seguir tu camino de ir a buscar a Kyoya, pero por la rabia que tenías no te habías dado cuenta de que Gingka se había acercado demasiado a tu rostro, y cuando trataste de alejarte el atrapó tus labios en un ardiente beso. No duró más de unos segundos ya que actuaste rápido y lo alejaste de inmediato. Lo mirabas con más furia y estabas a punto de gritarle lo que se merecía cuando él desvió la mirada y sonrió. Rogaste a Dios que por favor no sea Kyoya el que estuviera detrás de ti, pero tus suplicas no fueron escuchadas. Todo pareció moverse en cámara lenta. Volteaste a ver a Kyoya que se encontraba efectivamente detrás de ti. La expresión en su rostro no podías describirla de una sola manera: Decepción, Temor, tristeza y furia. Se veía tan destrozado que te quedaste petrificado al verlo de esa forma.
El peli verde salió corriendo a todo lo que daban sus piernas y obviamente estuviste a punto de ir detrás de él pero la mano de Gingka te detuvo, lo empujaste con todas tus fuerzas dejándolo tirado en el suelo.
-¡Kyoya!- gritaste corriendo detrás de Kyoya ya que él seguía huyendo de ti.
-¡Déjame en paz!- siguió corriendo a todo lo que daba sin voltearte a ver.
-¡Por favor déjame explicarte!- gritaste aún siguiéndole.
-¡He dicho que me dejes solo!- gritó nuevamente. Chasqueaste tu lengua ya enojado, Kyoya no quería hacerte caso y no te dejaba explicar tu parte.
Habían corrido ya por un rato y tus piernas que casi estaban flaqueando, y sabías que Kyoya debía estar peor, pero él no se detendría, así en un último intento de usar todas las fuerzas que te quedaban, corriste aún más rápido y lo atrapaste haciendo que ambos cayeran al suelo.
Obviamente Kyoya forcejeo, pero lograste retenerlo debajo de ti con ayuda de tu propio cuerpo. Lo abrazabas con fuerza y Kyoya sólo gritaba que lo soltaras.
-¡Suéltame! ¡He dicho que me sueltes! ¡Eres un desgraciado mentiroso!- gritaba Kyoya con la voz cortada. Sabías que estaba reteniendo sus lágrimas, estaba dolido y no quería escuchar razones, y las palabras que te estaba diciendo comenzaban a dolerte.
-Por favor déjame explicarte...- susurraste para que no se alterara más.
-¡No quiero que me expliques nada! ¡Sólo vete!- siguió exigiendo sin dejar de empujar tu cuerpo. Ya después de unos minutos de forcejeo Kyoya ya no dió para más, y simplemente se abrazó con fuerza a ti y comenzó a soltar débiles sollozos que te dejaron la sangre helada y un mal sabor de boca- Dijiste que...me querías- susurró tan bajo que apenas pudiste escucharlo.
-Maldición, y lo hago- dijiste rápidamente levantándote un poco de su cuerpo y lo viste directo a los ojos, que de nuevo los veías cristalinos y llenos de lágrimas- Te amo...- susurraste como si esa palabras te hubieran dolido a ti mismo, con tu mano apartaste los mechones rebeldes que siempre estaban sobre esos hermosos ojos azules y besaste su frente con delicadeza.
- No me beses después de haberlo besado a él- susurró con rabia tratando de secarse las lágrimas de una manera nada delicada. Tú te levantaste un poco ya que estabas aún sobre él y dejaste que se sentara, pero apenas lo hizo no dudaste y volver a abrazarlo- ¿Por qué lo besaste?-.
-¿De verdad piensas que soy capaz de engañarte?- susurraste con una sonrisa melancoliza en tus labios aún sin mirarlo, y su silencio fue como una estaca al corazón- ¿Dime cuántas veces más tengo que decir "Te amo" para que me creas? ¿10? ¿100? ¿1000?- alzaste tu vista y por un segundo te creíste perdido en esos hermoso ojos azules- Lo diré las veces que sea necesario, sólo para que me puedes creer- apoyaste tu frente contra la suya y cerraste tus ojos, como si de esa forma quisieras trasmitirle todos tus sentimientos y tu confianza.
-Ryuga tu...- al escuchar su voz te alejaste un poco para poder verlo mejor, y él te miraba como si en su vida hubiera escuchado el significado de esas simples dos palabras- T-Tu de verdad...¿Me amas?- sus ojos dieron un fugaz brillo, como su estuviera ansioso de volver a escuchar esas palabras salir de tu boca.
-Por supuesto- sonreíste tomando ambas de sus manos y entrelazándolas con las tuyas. Kyoya vio el enlace de sus manos por unos segundos y lentamente comenzó a ejercer fuerza entre ellas como si nunca quisiera soltarse. Permanecieron en un silencio total por unos segundos más hasta que Kyoya alzó la vista para verte como si el enojo hubiera vuelto a él.
-Ryuga, entonces por qué...- lo interrumpiste.
-¿Confías en mí?- le preguntaste directamente a lo que él te miró algo extrañado.
-S-Si pero...- volviste a interrumpirlo.
-Entonces lo único que tienes que saber es que yo no autoricé ese beso. Juro que jamás hubiera querido besar a Gingka y que tú eres el único para mí- sonreíste nuevamente de una manera bastante dulce.
-R-Ryuga...- reprochó Kyoya sonrojado- Y-Ya comenzaste con lo cursi...- trató de soltarse de su agarre pero tu lo miraste divertido y apretante más sus manos acercándose a su oído.
-¿Y vas a decirme que no te gusta que me ponga así?- sonreiste lasivamente acercándote más a su cara y Kyoya se sonrojó más aún tratando de soltarse-Sabes que eres el único que me ha visto ser tan cursi y es culpa tuya. Ven aqui~- y ahí ambos comenzaron una clase de juego muy parecido al gato y el ratón, y seguro que no era necesario explicar quien era quien cuando vemos a Kyoya tratando de escapar de ti totalmente sonrojado por tus palabras.

Fase #9: ¿QUE DEMONIOS...?

Muy bien.
Actualmente llevas unas dos semanas aproximadamente durmiendo con Kyoya. En primer lugar fue por, nuevamente, capricho tuyo, y en segundo fue porque Kyoya no quería que Gingka se volviera más loco que antes y matara a uno de los dos por la noche.
Tu tenías una clase de cabaña o posada en BeyCity, así que no dudaste en que ambos pudieran dormir ahí.
Ya era posible que fuese de madrugada, y tu despertaste al no sentir a Kyoya a tu lado, lo cual te pareció extraño.
Te levantaste y te sentaste sobre la cama frotándote los ojos para despertaste más. Miráste en un pequeño reloj digital que efectivamente era ya casi de madrugada. Te levantaste con pereza para poder ir a ver a dónde se había metido tu peli verde.
Buscaste por toda la pequeña casa y al no hallar a Kyoya vagando por ella te comenzaste a preocupar. Fuíste de nuevo a la habitación a ponerle cualquier camisa que encontrarás por ahí y proseguiste a dirigirte de nuevo hacia la puerta de entrada. Estuviste a punto de tomar el pomo de la puerta cuando éste guiró sólo, y a los pocos segundos de ella se dejó ver la figura tambaleante y agitada de Kyoya.
-¿¡Kyoya!?- lo tomaste rápidamente antes de que él cayera al suelo dándote cuanta de que estaba ardiendo- ¿Qué demonios pasó? ¿Dónde estabas?- comenzaste a preguntar, pero Kyoya no parecía estar en condiciones de responderte, así que colocaste su brazo sobre tus hombros para ayudarlo a levantarse y mientras tratabas de sostenerlo de la cintura para obtener más agarre éste se estremeció y terminó empujándote, lo viste extrañado y Kyoya te miró avergonzado y se dejó hacer después de eso. Terminaste llevándolo a la habitación y él se tiró hacia la cama, se encogió en ella mientras se abrazaba a si mismo comenzando a temblar con más fuerza. Preocupado volviste a preguntar que estaba pasándole, le tocaste levemente el hombro y éste volvió a estremecerse de sobre manera.
-Aún estas ardiendo...- susurraste preocupado subiendo tu mano hasta su cara y bajando hasta su cuello- Dime qué te pasa- preguntaste de nuevo.
-Y-Yo...- trató de hablar mientras los espasmos en su cuerpo no se detenían, su cara estaba completamente roja y estaba muy sudado- H-Hace un rato Gingka me...retó a una batalla, yo obviamente acepté pero...e-esta vez fue diferente...- tu estabas a su lado atento a cada débil oración que lograba salir de su boca- É-Él no usaba todo su poder y yo me enojé...Al parecer el t-tambien lo hizo y cuando me di cuenta estaba en el suelo y el...trató de darme una clase extraña de pastilla- hay fue cuando para las piezas comenzaron a tener forma para ti- Y-Yo no quería... Pero baje la guardia y por error termine tragando la pastilla...C-Cuando me di cuenta, el se habían ido y yo traté de hacer lo mismo pero a mitad de camino comencé a...sentirme extraño y...- él dejó de hablar y siguió temblando en la cama.
-Ese maldito desgraciado te drogó...- gruñiste con rabia. Tú sabías que tipo de droga era, y desgraciadamente sólo había una forma de quitar los efectos y sin permiso de Kyoya no lo harías. Estuviste a punto de levantarte para ir a buscarle algo de agua para que se calmara un poco pero él te lo impidió tomandote del brazo y pegándose a ti.
-¿Kyoya?- lo tomaste de los hombros para tratar de verlo a los ojos y de la nada el comenzó a besarte casi como si quisiera comerte, no rechazaste el beso, después de todo ese era uno de los efecto de la droga que usó Gingka.
-Ryuga...-susurró casi inaudible sin separarse del todo de tus labios- M-Mi cuerpo...se siente caliente- susurró nuevamente, te mordiste el labios inferior con fuerza tratando de contenerte.
-Lo se- fue lo único que dijiste apartando tu mirada de la suya- Dejame traerte algo de agua para ver si te calmas- trataste de soltarte pero el te lo impidió nuevamante.
-No...- susurró casi como si estuviera suplicandote que no lo dejarás solo- Y-Yo...quiero...algo dentro- susurró antes de morderse el labio inferior con fuerza bajando su mirada.
-¿Algo dentro?- te estabas haciendo el desentendido a propósito, tu auto control estaba llegando a su límite- ¿Donde?- preguntaste de nuevo.
-A-Aquí- el tomó tu mano derecha y sin pensar la llevó hasta su trasero- P-Por favor...- susurró suplicante. Tu para poder ver su reacción apretaste levemente su glúteo y el soltó un leve jadeo, volviste a hacerlo más fuerte y éste volvió a emitir un jadear pero con más fuerza. Y hay no pudiste mas y tu auto control de fue a la mierda.
- ¿Qué quieres que meta?- preguntaste con malicia en su oído dejándote llevar por su vulnerabilidad, tu otra mano acompañó a la primera con las caricias y Kyoya parecía derretirse entre tus manos que ahora comenzaban a explorar su cuerpo.
-¡Maldicion!, ¿que no entiendes que quiero que me folles?- preguntó desesperado y tu lo besaste de la misma manera que el lo había hecho hace apenas unos minutos, o tal vez más agresivamente que él.
Lo tumbaste en la cama contigo encima de él y comenzaste a quitarle rápidamente la ropa. Tu pensaste que su primera vez sería menos ruda por el hecho de que Kyoya es virgen, pero viendo las circunstancias, eso no era posible. Tu conocías muy bien la droga que ese pelo de antorcha había metido dentro del cuerpo de tu chico. Cuando estabas en Gingka, él solía usarla antes de que ambos tuvieran sexo, lograba aumentar su resistencia mucho más y la verdad tampoco te molestaba lo lasivo y atrevido que este podía llegar a ser con esa cosa en su cuerpo.
Kyoya estaba bastante inquieto, no sabía dónde colocar sus manos; estaban en tu cuello un momento y luego pasaban a acariciar tu espalda, luego se aferraban a las sábanas y después te tomaba del rostro para besarte más profundo. Era divertido a decir verdad, verlo tan desesperado como si cada segundo el se desesperaba más de no tenerte dentro de él.
-Pareces inquieto- sususraste en su oído cuando ya lo tuviste completamente desnudo ante ti, a excepción de su boxer. Pasaste tus manos por toda su piel nuevamante, el contacto con ella casi quemaba y eso lo hacía más excitante.
-R-Rápido- pidió jadeando por cada roze que tus manos hacían en si cuerpo.
-Se paciente- le besaste la frente y bajaste hasta su cuello, comenzaste a besarlo lentamente, te colocaste entre sus piernas y recostaste tus caderas contra las de Kyoya haciendo que éste de un lasivo gemido al sentir sus miembros juntos sobre la ropa, comenzaste a jugar con sus pezones mientras comenzaste frotar ambos miembros, Kyoya enrollaba sus piernas al rededor de tu cintura mientras seguida con ritmo rápido. Hubo un momento en el que te detubiste y Kyoya te miró feo, tu no pudiste esconder una pequeña risa ante su pequeño puchero. Le quitate el boxer para por fin verlo como vino al mundo.
A Kyoya no pareció importarle que lo vieras desnudo, parecía mas excitado que avergonzado a decir verdad, y a ti no te molestaba para nada que fuera de esa forma. Volviste a besarlo por unos segundos hasta que lo volteaste para dejarlo de espaldas a ti, y la vista fue mucho mejor desde ahí.
-¿Ryuga?- preguntó con la respiracion agitada viéndote por encima de su hombro.
-Quieto- ordenaste sacando un par de dedos que hace unos segundos estaban en tu boca. Con lentitud comenzaste a introducir uno de tus dedos dentro de él, Kyoya saltó de la impresión y dió un leve gemido, de inmediato sentiste como tu dedo eran presionados por el interior de Kyoya- Relajante...- sugeriste para que no fuera doloroso para el. Comenzaste a mover tu dedo y de inmediato Kyoya comenzó a soltar leves gemidos.
-R-Ryuga...- susurró entre sus gemidos de forma suplicante.
-Apenas lo estoy moviendo. Será acaso que...¿te gusta cuando duele?- preguntaste con malicia, Kyoya no respondio y simplemente siguió gimiendo, tu te inclinaste sobre el para llegar hasta su hombro y lo mordiste con cierta fuerza, el cuerpo de Kyoya tembló nuevamente y sus paredes volvieron a ejercer fuerza.
-N-No...Ryuga- pidió sin aliento.
-Pero si te está gustando- mordiste su trasero con más fuerza y Kyoya volvió a gemir. Comenzaste a morderlo y a chupar con fuerza por cada zona que tu boca podía alcanzar, era divertido ver a Kyoya estremecerse por algo tan sádico como una mordida.
Tus dedos se movían sin ningún problema ya dentro de Kyoya. Los movías con rapidez dentro de él logrando arrancarle varios gemidos que ya comenzaban a ser música para tus oídos.
Sacaste tus dedos de él y lo volteaste dejandolo nuevamente contra el colchón. Kyoya trató de regular su respiración, tu pecho subía y bajaba rápidamente, su boca estaba abierta para dejar salir el aire caliente de sus pulmones, sus ojos estaban entre abiertos y sus manos estaban a cada lado de su cabeza. Era tan exageradamente sunsual que casi querías comértelo.
Ya comenzaban a hacer calor por lo que te quitaste la camiseta que te habías colocado hace rato, Kyoya pareció ido mientras se quedaba viendo tu pecho casi embelesado y sonreiste satisfecho.
-Sabes lo que viene ahora ¿no?- preguntaste colocándote nuevamente entre sus piernas y colocando tus manos a cada lado de su cabeza para no dejar todo tu peso sobre el. Kyoya simplemente asintió con la cabeza. Luego comenzaste a entrar en Kyoya lentamente, de vez en cuando contenida tu respiración y te detuvias, Kyoya estaba apretando demasiado y aveces podía llegar a ser doloroso. Kyoya se sostenía con fuerza de tus brazos mientras trataba de contenerte algunos gemidos.
-Voy a moverme ¿Ok?- le preguntaste cuando ya estabas totalmente adentro y Kyoya se había calmado un poco, nuevamente Kyoya sólo volvió a asentie con la cabeza.
Comenzaste a moverte lentamente al principio, estaba con tu mirada fija a la cara de Kyoya para poder grabar en tu mente cada mueca que hacía. Las embestidas comenzaron a ser cada vez más fuertes. Te aferabas a su cintura para poder entrar más profundo dentro de él. Ambos gemían por cada movimiento, los tuyos parecían más jadeos que gemidos, mientras que los de Kyoya eran casi desesperados. Sonreiste al ver como un delgado hilo de saliva bajaba de la comisura de sus labios y tomaste su miembro para comenzar a masturbarlo.
-N-Naah... Ryuga voy a...Basta- Kyoya trató de embujarte con sus débiles brazos, mordiste su oreja y el volvió a casi derretirse debajo de ti, estaba completamente a tu merced. Segundos después Kyoya terminó viniendose manchando tu mano y ambos abdómenes, tu lo hiciste unas cuentas embestidas después.
No pudiste evitar recostarte sobre el cuerpo de Kyoya para tratar de regular tu respiración. Eso definitivamente fue increíble. Te levantaste y te sentaste en la orilla de la cama, te estiraste un poco y viste que Kyoya aún estaba tirado boca arriba en la cama, con el cuerpo todo sudado y la cara toda roja con la respiración un poco agitada aun.
-¿Quieres algo?- preguntaste acariciando su rostro retirando algunos mechones que se quedaron pegados en su frente.
-Agua...- susurró entre abriendo sus ojos mirándote cansado.
Sin decir nada simplemente saliste de la habitación y fuiste a la cocina, tomaste algo de agua, tu garganta también estaba algo seca. Te dirigirte de nuevo a la habitación con un vaso de agua en mano, caminabas lento y perezoso, eso te dejo algo cansado, pero al parecer a alguien no. Estabas ya llegando a la habitación y se podían escuchar leves gemidos tratando de ser retenidos. Sonreiste recostando en el marco de la puerta viendo a Kyoya boca abajo con...¿esa era tu camisa? Bueno, estaba masturbándose mientras al parecer estaba olfatensdo tu camisa y de vez en cuando también susurraba tu nombre. Dejame el vaso de agua en la mesita de noche sin dejar de observar a Kyoya.
-Al menos podrías haberme esperado ¿no crees?- Kyoya se detuvo en seco cuando hablaste, pero luego volteó su cara al contrario de ti y siguió con lo suyo- Que cruel~- susurraste para montarte en la cama y meter, sin pensarlo mucho, tus dedos dentro de él nuevamante. Kyoya volvió a temblar por la intromisión y trató de sacar tus dedos por lo que tomaste tu mano y la colocaste detrás de su espalda inmovilizándolo- Quieto. Es culpa tuya por no haberme esperado- dijiste fingiendo estar molesto, pero en realidad estabas excitado nuevamente al tenerlo inmóvil.
-P-Pero yo...- lo interrumpiste estrellando tu mano contra su glúteo haciendo que se le escape un gemido.
-Muy mal. Sabes mejor que nadie que no me gusta que me contradigan. Creo que te mereces un castigo- volviste a golpearlo está vez más fuerte y pudiste ver tu mano marcada hermosamente en su trasero- Después de todo...Tenemos todo la noche para nosotros...

Fase 10: ¿SUEÑO O REALIADA?

Actualmente seguías con la rutina de seguir durmiendo con Kyoya. Ahora estaba mucho más atento ya que con lo que pasó la otra noche fue más que suficiente. Ahora que lo piensas no puedes pasar una noche sin hacer tuyo a ese lindo y atrevido peli verde.
Ya como que era tu costumbre estarte parando a mitad de la noche, pero esta vez fue algo diferente. Cuando despertarse estabas incómodo, trataste de estirarte y te diste cuenta de que tus manos estaban atadas a la cabezera de la cama. Te asustaste un poco, más por no ver a Kyoya en la cama contigo que por ti que estabas atado y...¿desnudo? Lo único que estaba cubriendo tu cuerpo era tu ropa interior.
-¿Kyoya?- trataste de soltarte pero estaban muy bien atados, y cada segundo estabas más preocupado de en dónde estaría Kyoya.
-Hola...- escuchaste un susurró que venía de la oscuridad, trataste de enfocar la vista pero no lograbas ver nada, pero unos segundos más tarde se vio la delgada figura de Kyoya que se encontraba en las mismas condiciones que tu, sólo que sin sus manos atadas.
-¿Qué está pasando?- preguntaste extrañado al verlo tan tranquilo. Él simplemente te dio una sonrisa juguetona y se acercó a la cama lentamente moviendo sus caderas de una manera bastante sensual y provocadora dejándote con ganas de volver reclamarlo como tuyo.
-Tal vez yo... Quiero cambiar un poco las cosas- dijo sentándose en la orilla de la cama y comenzó a gatear hasta donde tú estaba sentándose sobre tus piernas.
-Sueltame- hiciste un último intento de romper tus ataduras a la fuerza. Kyoya simpletente sin quitar su sonrisa colocó sus manos en tus hombros y lentamente comenzó a moverse sobre tu miembro. Los suspiros de Kyoya no se hicieron esperar, tan suaves y lasivos que te hacían querer acariciarle cada rincón del cuerpo, volviste a pedirle que te soltara, y Kyoya simplemente terminó de quitarte la única y última prenda que cubría esa zona tan viral de tu cuerpo. Sin quitar la mirada de tu ya un poco erguido miembro, se relamió sus labios con descaro, en sus ojos se reflejaba ese espectacular brillo de excitación y deseo que lo hacía ver aun más provocativo.
Sin previo aviso, como si fuera lo más normal de todos los días o como si lo hubiera hecho un millón de veces, se agachó hasta tu miembro quedando justo frente a él, lo miraste desafiante, querías saber su ese porte de chico atrevido le duraba tanto como para hacerte sexo oral, te sorprendió que nuevamente volviera a relamerse los labios antes en engullir tu miembro dentro de su boca casi por completo
Apretaste tus dientes al sentir esa cálida y estrecha cantidad envolver tu miembro, volviste a pediste que te suelte, esta vez más suplicante, estaba moviéndose realmente lento, pausado y tortuoso para tu gusto, Kyoya simplemente te ignoró y siguió con su tarea que al parecer estaba muy a gusto con eso.
-Como sea, tendrás que soltarme en algún momento, y ahí vas a atenerte a las consecuencias...- dijiste con la respiración acelerada viendo como la velocidad de las felación comenzaba a ser más rápida y constante.
Ya después de unos cuantos minutos estabas a punto de llegar, para ser sincero contigo mismo, no era la primera vez que Kyoya te hacía algo como eso, esos pocos días que habían pasado desde que lo hicieron te encargaste de hacerle esa gran cantidad de cosas que habías quedado hacerle en mucho tiempo, una de ellas era "obligarlo" a hacerte un oral, pero ahora que lo estás viviendo de una manera bastante distinta a los anteriores no sabes si te encanta o te gustaría volver al sumiso Kyoya de siempre.
Ya estaba a punto de llegar, tu respiración estaba cada vez más agitada, estabas un poco encorvado por causa del placer, y Kyoya aún no tenía intención de soltarte y aunmenta un poco más la velocidad, pero aún así era suficiente para hacerte llegar rápidamente, estaba a apunto, eso se sentía tan condenadamente bien que ya no podía soportarlo más...
.
.
.
.
.
.

Dando casi un salto despertarse con la respiración agitada y tomando tus muñecas por una clase de impulso. Miraste por todos lados en la habitación notando todo tranquilo, miraste a tu lado viendo a un pleno y pacífico Kyoya durmiendo abrazado a tu cintura, y al verlo te diste cuenta de que una erección estaba entre tus piernas en ese momento, y no querías arreglárselas tu solo con eso, por lo que de inmediato te montaste sobre Kyoya despertándolo en el proceso.
-¿Que sucede?- preguntó adormilado el peli verde. Tu sólo pegaste tu erección con su miembro aún dormido para que se diera cuenta de la situación. Al sentir el duro bulto sobre su entrepierna, Kyoya te miro sonrojado y un poco indignado.
-Ni lo pienses, quiero dormir- trató de voltearse y escapar de ti pero lo sustuviste bien para que no se te escapara.
-Es tu culpa que esté así, así que es tu responsabilidad- te pegaste más a su cuerpo impidiéndolo moverse con libertad y luego le diste un beso.
-P-Pero Ryuga, qué estás...- interrumpiste su protesta.
-Te lo encargó, Tategami-.

Fase 11: ESTO ES RARO.

¿Qué le pasa a Kyoya?
¿Qué demonios le pasa a Kyoya?
¿Sabes qué le pasa a Kyoya?

Eran las preguntas que se te formulaban entre murmullos cuando de la nada, un día cualquier, Kyoya estaba más sonriente que nunca. Ya había pasado la mayor parte del día, y él aún seguía con esa simple sonrisa en su rostro, hablaba normal, caminaba normal e incluso si se se enojó en algun momento del día, simplemente se quedó callado con esa sonrisa en su rostro.
Todos estaban preocupados por el, no sabían que era lo que le pasaba, pero cuando ambos pudieron estar sólo pudiste sacarle que era lo que lo tenía tan extrañamente feliz y el te respondió que al fin había podido ganarle a Gingka.
Tu lo miraste realmente sorprendido, ya que si él de verdad había logrado hacerlo, lo convertía en el Blayder más fuerte después de ti, ósea el número 2.
De igual forma lo felicitaste, con razón se te hacía raro que ahora fuera Gingka el que haya desaparecido ese día.

Última Fase: KYOYA...¿CELOSO?

Ok, se podría decir que esta fase fue la que más te sorprendió de parte de Kyoya.
El que casi siempre se demostró indiferente hasta el hecho de molestarte a ti, demostró poder sentir unos celos bastante pronunciados a una persona que de verdad no tienes interés en el. Tratas de decírselo, pero el parece muy interesado en destruir a su oponente en el amor.
Kyoya es bastante empeñado cuando se lo propone, y de verdad era una de las muchas cosas que amas de él.
A pesar de que ya había pasado un largo tiempo, Kyoya seguía a la defenciva cada vez que Gingka lograba acercarse a ti, y te parecía bantante adorable ver que cada vez que tenías a el pelirrojo cerca de ti, Kyoya te tomara de la mano o el brazo mirando desafiante a ese pelo de antorcha.
Al final si fue verdad lo de que Kyoya le había ganado a Gingka, e incluso presencaste una vez ese maravilloso encuentro en el que Kyoya quedo vencedor.
Es verdad que Kyoya no es perfecto,tu tampoco lo eras; nadie lo era. Reconoces que Kyoya suele tener bastante defectos que en su mayoría son bastante ostiles, pero él es el único al que has logrado amar como lo haces ahora, y no quieres pensar que pasaría contigo si el llegara a apartarse de u lado.
Y si era posible, o si el tiempo lo permitía, quiseras pasar el resto de tus días al lado de esa increíble y extraordinaria persona.

-...*~FIN~*...-

 

Notas finales:

Wow, muchas gracias por haber llegado hasta aquí *Q*

¿¿Qué les pareció el fic?? owo

¿Le gustó? >w>

¿Quieren otro? ^w^

¿Creen que ya es hora de que deje de subir tanto Ryuga x Kyoya y comience a escribir sobre otras parejas Cannon qwq??

Okno TuT

Su opinión es mi ley uwu.

Aclaraciones:

Gingka*: Se los juro, yo no tengo absolutamente nada en contra del el lindo pelirrojo de Gingka u.u
Es más, de los personajes de Beyblade, el primero del que me enamoré fue de él xD Luego siguió el vicio con Kyoya y después con Ryuga-sama, y aún estoy atrapada entre esos dos @u@

Eeeen fin, lo que pasa es que como el Kyoya x Gingka y el Ryuga x Gingka son más Cannon que el Ryuga x Kyoya, tal vez mi subconsciente me hace hacer que el pobre Gingka siempre esté en medio de esos son guapetones echándolas a perder u.u Porque créanme, no tengo absolutamente nada en contra de esas dos parejas tampoco ewe (Midori les está diciendo que tiene una carpeta llena de imágenes para cada una xD)

Perdón las molestias si tuvieron alguna TuT

Muchas gracias por leer.

Sé que estuvo algo largo :v

Recuerdo que iba por la octava fase y tenía casi 5.000 palabras xD

Espero sus encantadores Review *^*

Comenten con:

#MeGustaElPastel xDD

Nos vemos >wo

Besos <3


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).