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Llamare tu nombre por Dark hime

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Notas del fanfic:

Bueno, lo primero que debo confesar antes de que lo noten (porque efectivamente lo notaran D:) es que aunque me apunte para un fic angustia… la verdad no me salió angustioso ni nada x.x aun así, estoy muy contenta por participar

 

No he tenido mucho tiempo libre así que no he tenido la oportunidad de pasar a dejar miles de comentarios y eso, pero bueno, las ultimas horas del domingo se hicieron para leer fics, así que es lo que tengo pensado hacer

 

Sobre el título y el resumen: están retomados del ED Bungou Stray Dogs… porque me encanta y me inspire para escribir escuchando la canción

 

Los personajes no me pertenecen y en todo caso yo solo quiero a Mura… es mucho pedir? (es mucho pedir?!!!!)

Mil gracias desde ya por pasarse

I

-Atsushi

La primera vez que Murasakibara escuchó su nombre de los labios de su nuevo compañero, sintió calor en sus mejillas, había sido un comentario casual, algo referente al entrenamiento seguramente, la verdad es que no le había puesto atención, dejó de escucharle después de que pronuncio su nombre, porque su nombre en los labios de Akashi Seijūrō sonaba dulce, tan dulce que aquella idea de dejar el equipo, en seguida desapareció de su mente.

II

-Atsushi

Aka-chin había dicho su nombre en voz baja, con un tono de complicidad, cuidando no ser escuchado por el tirador perfecto, cuando a mitad de un partido le había pasado por lo bajo un caramelo, él sonrió de forma cansada, pero solo por costumbre, porque en realidad esa acción le había causado una extraña alegría, un extraño calor, como cuando te alcanzan los rayos del sol...

III

-Atsushi

Había sido únicamente un susurro, pero el más alto le había escuchado, cuando le preguntó al capitán si ocurría algo, este negó inmediatamente, como deseando no haber pensado todo en voz alta y se fue seguido de Shintarō… Murasakibara se los quedó mirando un rato mientras se iban y se sintió molesto, con el peliverde, con Akashi, con todos… alguien tan fuerte como él podría aplastarlos a todos… esa fue la primera vez que pensó que tal vez no los necesitaba… Ni siquiera a él.

 

IV
Los ojos de Aka-chin habían cambiado de color, algunos creyeron que "solamente" había desarrollado heterocromía  y por eso su ojo  había cambiado, sin embargo,  para Atsushi a quien no le importaban los detalles y mucho menos las definiciones, los ojos de Akashi habían cambiado, los dos, porque ahora ya no tenían ese brillo que había catalogado como bonito.
Y entonces se sintió mal, de haber sido altanero y retarle, el resto de la generación de los milagros (los presentes) y del equipo, creyeron que se había intimidado por el despliegue habilidades que el líder del equipo acababa de demostrar, pero lejos de eso, fue que sintió que Akashi ya no era Aka-chin.

-no te preocupes, seré buen chico y vendré a todas las prácticas- fingió molestia de haber perdido aunque en el fondo le tranquilizaba que ahora el número 4 le vigilaría para no perder los entrenamientos y entonces de a poco todo regresaría a la normalidad

-no… puedes ignorar ese acuerdo. Haz lo que quieras...- fue la verdadera respuesta que recibió, seguida de la explicación de que realmente ya ninguno de los milagros eran requeridos en el entrenamiento. Solo entonces, descubrió que ya estaban muy lejos de regresar a lo que fueron… porque Akashi ya no dijo más su nombre con ese tono especial.

 

V

-Aka-chin… yo… te seguiré siempre- le había confesado algo avergonzado, todo eso venía a que ese día, después de que el capitán se retiró de la mesa del comedor del colegio, se escucharon varios comentarios (de los propios milagros) cuestionando sus ideas sobre cuántos puntos anotar o el competir entre ellos en los propios partidos, aunque ninguno lo dijera todos sabían que ya no confiaban en su cordura.

 

Cuando Akashi escuchó su confesión, sonrió, fue solo un par de segundos, pero sonrio de la forma sincera que tanto extrañaba el más alto. Para Atsushi esa fue la señal que necesitaba, para mantenerse firme, para seguir diciendo su nombre, tal como en el pasado, Aka-chin, había hecho con el suyo… Atsushi iba  a tenderle la mano a Aka-chin hasta que regresara… si era por él, Murasakibara no se rendiría

 

VI

-Aka-chin… Parece que todos nos separaremos- Se había animado a decirle Murasakibara cuando de pronto hablaban sobre las escuelas que buscaban reclutar a cada uno de los milagros y como esperaba, el pelirrojo no se mostró afectado y como también esperaba, no le propuso ir juntos a la preparatoria, hizo un puchero y se preguntó si se lo propondría a Mido-chin, suspiro con pesadez recordando que así había comenzado todo lo malo la última vez.

 

VII

-Seguiré en contacto contigo, asegúrate de seguir las indicaciones- Akashi no se había molestado en decir su nombre aquella vez, después de revelarles a sus “compañeros” el plan de enfrentarse hasta saber quién era el más fuerte

 

-Aka-chin…- solo entonces el pelirrojo lo miró, como esperando saber qué quería, pero al no escuchar nada más siguió con su camino

 

VIII

-Aka-chin yo sigo aquí- le había dicho sin rastro de la voz infantil y perezosa que utilizaba todo el tiempo, cuando después del esperado reencuentro de la generación de los milagros, lo alcanzó dejando a los demás hablar de lo desquiciado que había sido al intentar “apuñalar” con esas tijeras al según hermano de Muro-chin. El capitán de Rakuzan lo miró detenidamente un par de segundo pero no dijo nada, después siguió con su camino.

 

IX

-Atsushi

Himuro había dicho su nombre con cariño mientras le extendía unos dulces, después de ver como Akashi lo había ignorado, Murasakibara primero sonrío, porque los dulces siempre le hacían sonreír, pero enseguida sintió algo extraño en su pecho, en su garganta y si preguntó si de eso era de lo que había escuchado hablar una vez a Momoi, llamándolo nostalgia… porque él extrañaba cuando Akashi también le hablaba con cariño

 

-Atsushi

Himuro había dicho su nombre de forma enojada mientras lloraba y él mismo se molestó, por siempre dejar de lado todo, por no poder ser serio con nada, porque aunque en esa ocasión Akashi no lloro, igual se debió sentir mal…

 

-Atsushi

Muro-chin había dicho su nombre de forma tierna, cuando le confesó sus sentimientos cuando se encontraron después de que el moreno había arreglado las cosas con su hermano… después lo repitió con una sonrisa triste al saberse no correspondido, aun así se quedó junto a Murasakibara a ver el partido de quien sabía si correspondía…

 

X

 Había cambiado… Akashi nuevamente había cambiado; había perdido y aunque sonara extraño, al mismo tiempo parecía haber ganado… y el pelimorado suspiro resignado, al final él no había logrado hacer nada para traerlo de regreso, así que igual que los otros milagros simplemente salió del gimnasio seguido de su nueva “familia” ya cada uno tenía una vida muy distinta

 

“Hasta el próximo año” susurró apático, y no supo si se lo dijo a cada uno de ellos o solo por saber que ya no tendría oportunidad de encontrarse con Akashi fuera de un partido

 

 

-Atsushi-

Akashi había pronunciado su nombre para detenerlos, Himuro sonrió entre feliz y triste y siguió su camino y Murasakibara miró directamente a esos ojos que parecían brillar nuevamente

 

-supongo que Aka-chin pudo haber ganado- le dijo infantil mientras miraban el cielo desde un parque cercano, el nombrado lo miró, serio como casi siempre y Atsushi pensó que en realidad al otro no le importaba

 

-gracias- soltó de pronto, con voz firme, nada amable, tal vez por costumbre, tanto que el más alto no entendió del todo si en verdad le estaba agradeciendo algo, el pelirrojo pareció relajarse y sonrió como en los recuerdos de Murasakibara -Gracias por nunca dejar se decir mi nombre

 

-Yo nunca dejare a Aka-chin… bienvenido- el pelirrojo sonrió feliz y en un impulso no muy propio de él, lo abrazo y sintió como Murasakibara lo cobijaba con sus brazos

 

-estoy en casa-

 

-ahora, los dos lo estamos-le susurró, después una caricia seguida del encuentro de ambas miradas y finalmente la esperada unión de sus labios.

Notas finales:

Mil mil gracias!


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