Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

¿Realidad o Fantasía? por Kazumi Andy

[Reviews - 30]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Desclaimer: Los personajes no me pertenecen, son propiedad de Furudate Haruichi. 

Notas del capitulo:

Hola~

En serio que quería escribir esto; pero la verdad no será de muchos capítulos, a lo mucho llegará hasta los cinco. Espero les guste esta pequeña cosita que salió de un momento que estaba en la cocina ;v; Estos dos son demasiado lindos y no pude evitarlo <3 

*Los nombres de los niños serán los mismos que el fic: ¡No quiero ese futuro!* 

Sin nada más que decir...¡A leer!

-Nos vemos Tsukki. – Dijo con una gran sonrisa tras tomar un camino diferente al de su mejor amigo.

 

Poco después de seguir caminando se detuvo un momento a pensar. Yamaguchi sabía ya porque tenía esa sensación tan extraña en su pecho que antes le atacaba. Otra punzada se hacía presente; los días pasaban y él seguía sin ser capaz de confesar correctamente sus sentimientos; ni siquiera podía asimilarlos del todo. Estaban hablando de su mejor amigo, además de que ambos eran hombres, fácilmente podía encontrar muchas excusas para no tener que mostrar aquellos sentimientos que tanto le molestaban todos los días.

 

¿Qué pensaría Tsukishima si se enterara? ¿Y si le gustaba alguien más? Nunca se había planteado la idea de un futuro sin él. Hasta ese momento siempre había estado junto al rubio en las buenas o malas. Sin embargo, sabía de sobra que eso cambiaría algún día y tenía que comenzar a aceptarlo.

 

Se graduarían en dos años, seguro irían a diferentes universidades, Tsukishima algún día se casaría, formaría una familia y Yamaguchi no podía esperar a que él esté siempre consigo. Debía de adaptarse a la sola idea de vivir así y no depender como desde hace mucho hace. ¿Realmente era lo que quería? Podía arriesgarse y confesar sus sentimientos; pero ¿Y luego? Si Tsukki no le correspondía entonces todo acabaría, todos esos años de amistad ya no podrían ser recuperados, todo porque decidió abrir la boca. Yamaguchi suspiró por quinta vez esa noche; no debía decir nada, si esconder todos sus sentimientos significaba seguir al lado del rubio entonces eso haría. El pecoso no supo en ese momento si era la decisión correcta; pero era la solución más cercana que podía tener.

 

Tsukishima y él tenían solo una relación de amistad que había durado muchos años; no era como Kageyama y Hinata que al poco tiempo de conocerse ya habían encajado a su manera, incluso después de que el pelinegro se había confesado al menor las cosas no parecían cambiar. Seguían igual de escandalosos y competitivos; solo que esta vez, tenían sus momentos un tanto cariñosos que pocas veces incomodaba y hacía reír a todo el equipo; pero Yamaguchi sabía que su situación era diferente a la suya.

 

Además ¿Qué podía haber de bueno en él? No es que tuviera una baja autoestima o algo así; solamente aceptaba parte de su pequeña realidad. No tenía un talento como los demás, o una perseverancia y resistencia que lo mantenía de pie; tendía muchas veces a caer antes de siquiera mantenerse en pie. Su cuerpo era demasiado delgado para su gusto y no tenía los músculos necesario para complementarlos; palpó su mejilla unos segundos y recordó los pequeños puntos que adornaban su rostro, bueno, eso no era un problema del todo. Pero su cabello despeinado, sus facciones aún infantiles y su rostro acongojado.

 

Él no tomaría tanto valor de confesarse y arruinar lo que ha logrado formar. No, no podía hacer eso. Iba tan concentrado o perdido en sus pensamientos que no supo bien por donde estaba esa noche, ni siquiera cuando uno de los policías le gritó, o el grito de una señora temiendo por él, o cuando las luces delantera de un coche lo tomaron por sorpresa y siendo su único recuerdo antes de caer contra el frío pavimento de cemento.

 

~*~

 

Esa mañana de invierno estaba demasiado fría para su gusto, el clima en Japón tendía a ser muy extraño. Aunque si bien recuerda, no hace mucho había empezado el verano en todo el país ¿Qué estaba pasando? Dobla su mirada hacia la derecha y ve unos copos de nieve caer a fuera de su ventana. El paisaje está pintado de blanco y las personas caminan apretando fuertemente sus abrigos. Aparte del extraño clima, se da cuenta que esa no es su habitación o el consultorio de hospital donde antes tenía sus citas.

 

La habitación del hospital era un poco más grande, la cama era cómoda y tenía el suero conectado en su brazo izquierdo; pero lo que más le sorprende son todas las personas que lo miran con curiosidad y sorpresa al mismo tiempo. No tiene ni idea de quienes son.

 

-¡Despertó! ¡En serio despertó! – Exclama un muchacho sonriendo siendo golpeado con otro por aquel escándalo. - ¡Ya basta Tobio!

 

- ¿Tobio?...-

 

-Que buen susto nos has dado Tadashi-kun, creímos que no despertarías. – Suspira aliviado un peliplata que no logra reconocer.

 

Abre la boca tratando de articular alguna frase coherente; pero lo único que logra decir ante ellos es:

 

-¿Quiénes son ustedes? – Por la confusión que se forma en la estancia sabe que eso es lo último que esperaban a que él dijera.

 

-¿¡Perdió la memoria!? –

 

-Cálmate Noya, recuerda que estamos en un hospital. – Sanciona un pelimarrón, volviendo a ver al paciente que sigue extrañado por su presencia. - ¿Yamaguchi? ¿No nos recuerdas?

 

-Karasuno… -

 

Aquello último dicho por el peliplata hace que abra los ojos con sorpresa. De razón no los ha reconocido, están mucho más…mayores. Las facciones de todos ellos han cambiado, para él ha sido encontrarse con adultos que resultan ser sus amigos y senpais. Otra vez recorre su vista por todos ellos. El pelinaranja que lo sigue mirando preocupado es Hinata, nadie más tiene ese tono de cabello tan vivo, y el que lo mira serio a su lado ha de ser Kageyama por como lo ha llamado momentos atrás. Al lado izquierdo están Daichi y Sugawara; pero el primero luce mucho más maduro de lo que recordaba, mientras que Suga parece tener un aire más maternal que antes.

 

El sujeto con una coleta frente a él es Asahi, aunque parece que ha crecido más; a su lado están Nishinoya y Tanaka, ambos a la espera de que diga algo. Mantienen su estilo de la preparatoria; pero se les ve muy diferente. A Yamaguchi le empiezan a temblar las mano ¿Acaso ha viajado en el tiempo o algo así? Lo último que recuerda fue despedirse de Tsukishima, caminar hasta su casa y luego…

 

-…el auto… - murmura bajito. Recuerda que hay más presentes con él y decide hablar. – L-Lo siento… no los he reconocido; se ven muy…mayores.

 

-¿Eh? ¿Acaso no te has visto en el espejo? –

 

-¡Tanaka! – Exclama Asahi.

 

Yamaguchi teme hacer eso; en el velador que hay al lado derecho de su cama hay un pequeño espejo circular. Aun temblando lo toma y lo eleva hasta su rostro. Por acto reflejo lo suelta y cae sobre sus piernas. Su rostro está más maduro, tiene una pequeña cicatriz en su mejilla izquierda, las pecas siguen ahí; pero parecen haber aumentado. Y cuando coloca una mano sobre su cuello, parece que su cabello también ha crecido un poco. Todos siguen preguntándose a que se debe la reacción del pecoso.

 

-Vaya, parece que el golpe te ha caído mal. – Dice Daichi. – Cuando escuchamos el estrépito estabas debajo de un montón de cajas ¿No te hemos dicho que no hagas sobresfuerzos?

 

-¿Cajas? Pero yo…

 

-Y nosotros que pensábamos que tendríamos que aplazar la boda porque no te despertabas, estábamos muy preocupados. – Nishinoya suspira; pero vuelve a sonreír al poco tiempo. - ¡Cinco días Yamaguchi! Sí que te pasaste esta vez.

 

-¿Boda? ¿De qué hablan? –

 

-Una boda; cuando dos personas se casan, deciden unir sus vidas y eso. – Hinata sonríe y le muestra su anillo. - ¿Ves? Como la que tuvimos Bakageyama y yo hace un mes.

 

Antes de que retire su mano, Yamaguchi toma su mano y observa ese anillo; mira a Hinata y Kageyama sin poderse creer lo que le están diciendo, él ni siquiera recuerda que el matrimonio se permitiera en menores de edad. Lo suelta y vuelve a bajar la mirada sin entender nada.

 

-Hombre ¿Es que no lo recuerdas? Si fuiste mi padrino. – El pelinaranja no dice nada más cuando el otro lo observa, encuentra mucha confusión en su mirada. – Tada-chan…

 

- ¿Tada-chan? ¿Tadashi? ¿Por qué usan mi nombre?-

 

-Alguien llame a Tsukishima por favor, ya ha de estar volviendo; pero para que se apresure. – Sugawara sigue mirando intrigado al pecoso ignorando lo que los demás están diciendo. Algo no parece cuadrar en todo eso. –

 

-Tsukki… me despedí de él antes de que me atropellaran… él me puede explicar que está pasando… -

 

Juega con sus manos, nervioso, sigue sin comprender como es que todos sus amigo charlan de momentos tan normales que él realmente no recuerda; excepto Sugawara, él parece esperar a que diga algo más.

 

-¿Por qué me llaman por mi primer nombre? – Pregunta, logrando solo que el peliplata lo escuche y vuelva a su confusión.

 

-¿Por qué? Pues…cuando una persona se casa tiende a perder el apellido ¿No? – Ríe nervioso. – Y bueno, tú decidiste llevar el apellido d-

 

-¿¡Casar!? ¿Eh? – Yamaguchi niega rápidamente, todos fijan su atención en el ojioscuro que parece más inquieto de lo que ya estaba.

 

Se remueve debajo de aquella sábana, quiere escapar y salir muy lejos de ahí, a donde alguien pueda explicarle que es lo que está pasando. Mira de nuevo en el velador y se da cuenta que hay un anillo junto a un celular, toma el anillo blanco con mucho temor; dentro se ven las inscripciones de dos letras que brillan con intensidad. ~K y T~. ¿Qué mierda? Suelta el anillo, no lo lanza; pero si se le cae, Kageyama lo recoge y vuelve a colocarlo en el velador. Yamaguchi no quiere verlo, ni a eso, ni a nadie de los que está ahí.

 

-S-Sugawara-san ¿Con quién me ca-…?

 

Antes de terminar la puerta se abre provocando el sobresalto de todos. Un rubio algo despeinado, la camisa a media abrochar y con un teléfono en mano estaba en el marco buscando con la mirada a alguien en particular. Cuando lo vio, aquella persona no supo ni que hacer.

 

-Tsukki. –

 

-¡Tadashi! – Exclama el otro. Yamaguchi lo observa cuando el otro lo abraza. Con eso todas sus dudas vuelven a aparecer. ¿Qué estaba pasando? Sigue sin entenderlo, logra ver la mano izquierda del rubio, tiene el mismo anillo que segundos atrás había lanzado. Eso solo significaba una cosa, una cosa que no quería creer. – No me vuelvas a preocupar así por favor.

 

-¿Tsukki? ¿Eres tú? – Pregunta sin querer, se siente idiota por hacer ese tipo de preguntas, mucho más cuando el rubio lo ve confundido. – Yo…

 

-Parece que el golpe lo dejó así, sabe quiénes somos; pero está muy confundido. – Explica Daichi.

 

-Y-Yo…lo siento. – suelta sorprendiendo a todos. Lleva ambas manos a su cabeza, hay una venda en su frente. – No entiendo que está pasando, no recuerdo que Hinata se haya casado o-o que yo lo haya hecho; no sé porque todos lucen tan mayores como si ya fueran adultos incluso yo… No entiendo nada. 

 

Con esa confesión todos se vuelven a sorprender, no esperaban que la caída del pecoso trajera tales resultados.

 

-¿Qué es lo último que recuerdas? – Se atreve a preguntar Tanaka.

 

-H-Habíamos terminado la práctica, estaba volviendo a casa, me despedí de Tsukki y…y luego… no me fijé por donde iba y un auto me atropelló. –

 

Todos lo miran sorprendidos; para ellos es otra versión de las razones por las cuales el chico ha terminado internado cinco días en el hospital. Inclusive todo lo acontecido después; pero Yamaguchi ha retrocedido demasiado en sus recuerdos.

 

-Yamaguchi ¿Cuántos años tienes? –

 

-Dieciséis. –

 

-¿Con quienes vives? –

 

-Con mis padres. –

 

-Cielos… -

 

-¿Qué sucede? Por favor… explíquenme porque sucede todo esto, quiero tratar de entenderlo. –

 

-Tadashi. – Dice Tsukishima. – Tienes veintiséis años, trabajabas en el turno de noche en un hospital y te caíste por una escalera cuando llevabas un material a uno de los depósitos.

 

Y Yamaguchi siente que está por perder la conciencia nuevamente ¿Se ha perdido diez años de su vida? Eso no puede estar pasándole, no recuerda nada; nada de lo acontecido en aquellos años. Empieza a respirar con más dificultad, no pertenece ahí, ese no es su tiempo; ellos no son los amigos que recuerda. Ni siquiera recuerda su graduación, su ingreso a la universidad, la boda de sus amigos, su propia boda o si tuvo una familia más adelante. No puede ser posible lo que le está pasando. Principalmente porque todo eso inició porque se daba vueltas en su mente con respecto a sus sentimientos por el rubio, ahora resulta que terminó casándose con él, no podía estar sucediendo eso.

 

-Vaya el paciente despertó. – Dice el doctor entrando a la habitación. – Por favor salgan que tendremos que revisarlo y hacerle un chequeo.

 

No sabe porque; pero el dejarlo solo le haría un poco de bien para tratar de procesar toda la información que le han dado, además de asimilar el hecho de que no tiene recuerdos de su diez años de vida. Cuando ve salir a Tsukishima, una punzada regresa a su pecho; no es justo lo que está pasando, no lo es para nada.

 

Ya afuera de la habitación los chicos no saben cómo tomar lo que les ha revelado Yamaguchi, no esperaban que la caída trajera tales consecuencias. El más afectado de todos ellos es el rubio que no parece decir nada sobre lo sucedido. Una pequeña aparece junto a una mujer de mediana edad.

 

-¿Y mamá? – Pregunta la menor.

 

-¿Cómo está Tadashi-kun? – Pregunta la madre de Tsukishima. Él no sabe que responder. – Kei…

 

-No recuerda esto. – Dice señalando su anillo. – No recuerda que estamos casados o que tenemos una familia, mamá no sé qué hacer.

 

Su madre se cubre la boca con ambas manos sorprendiéndose por la repentina noticia. La menor no ha entendido bien eso; solo quiere ver a su madre nuevamente y saber si está bien o no. Lo extraña demasiado.

 

-Tendremos que ver que dice el doctor. – Comenta Asahi. – Ha de ser una amnesia temporal; al poco tiempo pueda que recuerde pocas cosas.

 

-Eso esperamos Azumane. – Sugawara se recuesta en el hombro de Daichi, está muy preocupado por su amigo como para lucir tranquilo. – Nosotros nos retiramos, debemos ir por Miyuki a la escuela, cualquier cosa nos avisas ¿De acuerdo Tsukishima?

 

El rubio asiente y les agradece por vigilar a Yamaguchi horas atrás, así poco a poco, cada quien se va retirando a diferentes destinos a cumplir sus respectivas obligaciones; con la promesa de que volverán para ayudar al pecoso a recuperar sus recuerdos. Al final solo quedan a fuera de la habitación Tsukishima, su madre e hija. La pequeña solo espera a que su padre le diga algo, ha estado jugando con el anillo entre sus dedos.

 

-Debes tranquilizarte Kei. – Dice la mujer. – No servirá de nada si te alteras o sueltas algo incoherente.

 

-Sabes que no soy así mamás, solo… no sé cómo sentirme. – Suspira. – En la mente de Tadashi sigue estando el chico de dieciséis años, no recuerda que ya han pasado diez años y todo lo que ha sucedido.

 

-Por eso tienes que ayudarlo. Sé que ustedes pelearon la noche que él fue a su trabajo; tal vez eso influyó a que su mente esté así, por eso tienes que ayudarlo a partir de ahora y contarle todo; pero a su tiempo, si eso incluye en que aún no vea a Amaya, entonces tendremos que ser cuidadosos. – La pequeña al ser nombrado levanto su vista hasta los adultos, su padre solo sonríe al verla y le despeina su cabello. – Yo la puedo cuidar hasta el momento en que decidas decirle.

 

-Gracias mamá; pero creo que será mejor que lo sepa de una vez, no voy a ocultarle el hecho de que tenemos una hija. –

 

Su madre suspira; pero asiente, confiará en las decisiones que tome su hijo con respecto a su yerno. No paso mucho de eso cuando el doctor salió leyendo unas hojas adheridas a su tableta.

 

-Está mucho mejor de lo que imaginé. – Empieza a decir. – Tiene una pequeña contusión en la cabeza; pero nada que no se pueda solucionar y, por lo que me ha dicho, no recuerda lo que ha pasado estos diez años ¿Cierto?

 

-Correcto. –

 

-Lo que le recomiendo, Tsukishima-san, que se quede aquí por lo menos hasta mañana para que pueda recuperarse del todo y cuando le demos de alta, muéstrele algunas cosas, lugares o personas que puedan ayudarlo a que recupere poco a poco sus recuerdos; haré una pequeña receta de las medicinas que debe de tomar. –

 

-¿Puedo entrar a verlo? – Pregunta Kei.

 

-Claro; pero sea cuidadoso, una noticia de mucha gravedad podía afectarle.

 

-Creo que ya he dicho suficiente. – Piensa el rubio, después de que el doctor se queda conversando con su madre; él ingresa a la habitación y Yamaguchi parece distante observando su ventana. – Ta-… Yamaguchi…

 

El otro no responde; solo lo mira directamente, Tsukishima se siente extraño por ver los ojos del pecoso tan distantes y confundidos. Tras unos segundos de profundo silencio, el pelimarrón se acomoda en la cama sentándose contra su almohada. Tsukishima decide sentarse al borde de la cama también, es inesperado cuando el otro toma su mano.

 

-Dímelo. – Menciona. – Dime todo lo que ha pasado en estos diez años que mi mente no recuerda.

 

Y con eso, lo abraza tratando de calmar su agitado corazón. El rubio se sorprende; pero corresponder atrayéndolo más contra sí; coloca su barbilla entre el cuello y hombro de Yamaguchi, en verdad espera lograr aquello. 

Notas finales:

¡Fin del capítulo uno! 

En serio espero desarrollar esto sin complicaciones, esta pareja hace que me emocione demasiado, ains <3

Nos leeremos pronto.

Kaz.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).