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¡OMG! ¡James es idéntico a ti! por Ana y Alex

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Notas del fanfic:

Nos es grato informarles que los personajes son propiedad de J.K Rowling y que nosotras solo los ocupamos para nuestra diversion.

Esperemos que la historia les guste y sin mas les dejamos leer.

Notas del capitulo:

Los personajes son propiedad de J.K. Rowling.

Volvemos con una nueva historia que realmente nos alegra compartirles por lo que, sin quitarles más tiempo, los invitamos a leer.

Capítulo 1:

Era el año de 1985, y un pequeño moreno de ojos verdes jugaba con un collar, el cual poseía la forma de un reloj de arena, no supo cuántas vueltas le había dado, pero no le importaba era divertido hacerlo, o eso pensaba para sus escasos cinco años de edad, pero ahora que lo recordaba ¿Acaso su padre no le había dicho que no jugara con él? Parando de jugar se puso a recordar pero al no obtener esa información en su memoria se encogió de hombros y siguió jugando, al cabo quien culparía a un hermoso bebé oji-verde con sonrojadas mejillas y cabello despeinado, aparte también podría echarle la culpa a su queridísimo padrino, que debería estar jugando con él, pero estaba más ocupado con su cita del momento, que había conseguido para darle celos a su ex-pareja, solo que no le funcionaba en lo absoluto ya que el Gryffindor siempre salía a rogarle.

Se paró del lugar donde su padrino lo había dejado para que no molestara y camino a paso rápido hacia su cuarto, ya no soportaba ver a su padrino tirándose a una mujer como dos décadas más joven que él, al llegar a su destino, cerró la puerta y se sentó en su cama todo lo hizo dándole vueltas al objeto hasta que decidió que era suficiente, para no perderlo y evitar que lo regañaran se colgó el artefacto alrededor de su cuello, antes de que pudiera hacer otro movimiento el collar brillo y a los pocos segundos, Harry James Riddle Potter, ya no se encontraba en su alcoba, dejando solo él collar de oro.

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En la gran escuela de magia y hechicería, Hogwarts, un joven muy reconocido por parte de los habitantes del lugar, caminaba a la cocina del castillo en busca de algo comestible puesto que se había saltado la comida y no había llegado a tiempo a la cena por estar cumpliendo un castigo con la profesora McGonagall y todo por culpa del odioso de su eterno rival, Tom Riddle, como lo odiaba; al llegar al cuadro le hizo cosquillas a la pera para por fin llegar a su destino, al entrar todos los elfos le hicieron reverencias, mientras que él los saludaba con una de sus sonrisas, todo era perfectamente normal, solo que había un pequeño problema, y ese era que en una silla no muy lejos de él había un niño comiendo o más bien devorando todo lo que pusieran a su paso.

- ¿Quién es él? - preguntó extrañado de ver al inquilino.

-No sabemos señor James… llego hace poco envuelto de una luz blanca… estaba llorando, pedía de comer y a sus papás- el castaño asintió a todo lo que le decía el elfo, el pequeño oji-verde paro de comer al ver al Potter y alzó sus manos para ser cargado por el muchacho diciendo:

-Papi, papi, Tío Canuto trajo a otra señora a la casa- James confundido entre brazos y le pregunto.

- ¿Cómo me has dicho? -

-Papi, papi, tú eres mi papi- James pálido, volvió a dejar al niño y salió en busca de sus amigos mientras asimilaba la información.

La puerta de la habitación de los chicos de quinto grado se abrió estrepitosamente dejando ver a un castaño alterado y con cara de haber visto dementor.

-James… ¿Estás bien? - pregunto un joven de ojos color miel y de cabellos castaños mucho más claros que los del que tartamudeaba al no poder completar una oración digna de entender.

- ¿Qué pasa cornamenta? - la voz preocupada de un muchacho de cabellos negro con toques azulados, y ojos grises se escuchaba.

-James…- insistió el otro inquilino del cuarto.

-Vamos a las cocinas- fue lo único que dijo antes de volver por donde vino, seguido de sus amigos, los cuales lo miraban extrañados.

Al llegar a las cocinas, vieron al mismo pequeño con las mejillas sonrojadas a más no poder puesto que demasiadas lágrimas salían de sus hermosos ojos mientras repetía.

-Papi ya no me quiere- el castaño se sintió mal a ver la escena e inconscientemente cargo al niño y lo meció diciéndole.

-Tranquilo… tu papi si te quiero y mucho, eres los mejor que le ha pasado- consoló torpemente mientras lo veía a los ojos, esos hermosos ojos verde esmeralda que ya había visto en otra persona de la cual no se acordaba.

Él bebe se tranquiliza poco a poco y el oji-café miro a sus amigos, preguntándoles con la mirada “¿Ahora qué hago?” Para sorpresa de los demás Peter Pettegrew dijo:

-Hay que llevarlo a la habitación, y mañana hablamos con Dumbledore, para evitarnos otro castigo, ya tenemos muchos-

-Peter tiene razón no tenemos desocupado hasta dentro de tres semanas- dijo Remus checando la libretita-agenda que había realizo a finales de tercero para los castigos que siempre les ponían por sus “inocentes” bromas.

- ¿Mañana con quien tenemos? - pregunto Sirius mientras se dirigían a la salida de la cocina, con los demás siguiéndole los pasos.

-Si mal no recuerdo con Flitwick- dijo dudoso James mientras acomodaba al beber en sus brazos.

-Tú tienes con la profesora Merrythought mañana y Peter tiene con él profesor Slughorn, James, hasta el día siguiente, de nuevo con McGonagall-

-Sí que estamos algo ocupados chicos- comento con ironía el oji-gris.

-Ya vámonos a la cama, el niño está a punto de dormirse- ordeno el castaño viendo al oji-verde con adoración.

-Si mamá- contesto el pelinegro con burla, sacando sonrisas en sus compañeros.

Al llegar a la Torre de Gryffindor, luego de haber estado huyendo de los perfectos y los profesores que andaban en sus rondas, gracias a la ayuda de la capa de invisibilidad y al mapa del merodeador, se acostaron en sus respectivas camas dándole gracias a Dios que mañana era Domingo y podrían descansar.

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A la mañana siguiente fueron despertados por la estrepitosa aparición de una pelirroja de ojos verdes de su mismo curso, la cual los miraba con molestia en su rostro e invocando una tina de agua helada en cada una de las personas dormidas y les dejo caer el agua para así despertarlos.

- ¡Buenos días muchachos! - grito sobre los ruidos que hacían los inquilinos.

- ¡Lily! - gritaron los cuatro desde sus distintos lugares... Remus se encontraba sentado demasiado recto al tiempo en que trataba de controlar su respiración, Peter estaba tratando de zafarse la capa que se le había enredado en el cuerpo, Sirius estaba sentado en su cama con una mano sobándose la cabeza y quitándose el agua de la cara, James... James estaba tirado en el suelo con la manta atorada en su pierna con todo el pijama mojado por la pequeña broma, su mano libre estaba tratando de quitarse el agua de los ojos mientras que con la otra evitaba perder el equilibrio. Harry Riddle o mejor conocido para ellos como él "bebé misterioso" se encontraba en la cama del castaño riéndose como solo un niño puede reírse, sacando sonrisas en los presentes.

- ¿Por qué hay un niño? - pregunto ella con duda.

- ¡Es cierto hay que llevarlo con Dumbledore! - grito James.

Automáticamente los cuatro se pararon y haciendo malabares terminaron de arreglarse en tiempo récord.

- ¡Nos vemos Lily! - gritaron de nuevo todos lo merodeadores llevándose al pequeño a la oficina del director para que los ayudara.

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Al no saberse la contraseña empezaron a decir al azar palabras, hasta que Sirius soltando una muy estúpida frase les permitió pasar para así subir las grandes escaleras de caracol.

- ¡Profesor Dumbledore! - llamo Remus al abrir la puerta de la oficina.

-Muchachos ¿En qué les puedo ayudar? -  cuestionó el director con una leve sonrisa.

-Es este bebé- dijo un poco cohibido Peter.

- ¿Qué pasa con él? -

-Lo encontré ayer en la noche en las cocinas, no sabemos cono llego aquí- explicó el líder de los jóvenes -Los elfos me dijeron que llego en una luz blanca junto con un giratiempo-

- ¿Giratiempo? - alego Remus -James no estas insinuando que él bebe es del futuro- Él nombrado lo miro un poco sonrojado - ¡James con los Giratiempos solo se pueden viajar horas o hasta días no años! -

-Tienes razón, pero... Que otra explicación puedes darle el niño me ha llamado papá- después de unos segundos de silencio se escuchó el grito de Sirius que había estado mirando al oji-verde y a su mejor amigo.

- ¡Oh My God! ¡James es idéntico a ti! - grito el oji-gris con una voz demasiado chillona.

- ¿De qué estás hablando Sirius? -

Este sin hacer caso invoco un álbum de la familia Potter que él oji-café siempre traía consigo, abrió el cuaderno y les mostro una foto del nombrado de cuando era pequeño, y en defecto se podría decir que eran como dos gotas de agua, si el castaño tuviera su edad obviamente seria el gemelo del chiquillo excepto por los ojos ambos los tenían de diferente color, uno de color verde esmeralda y el otro de color avellanas.

-Eso... Eso... No... No dice nada- tartamudeo con negación el Potter mayor.

-Bueno... Podemos hacer un hechizo que mostrara el árbol genealógico del niño- dio la opción el director con una sonrisa mientras que la diversión bailaba en sus ojos.

- ¿Que necesitamos? - pregunto Peter.

-Solo una gota de sangre- contesto Dumbledore.

Y sin más tomo la mano del pequeño, le pincho el dedo, causando una réplica de dolor, le sonrió para tranquilizarlo luego dejo caer la gota en el pergamino y diciendo unas palabras que nadie entendió empezaron a aparecer nombres, encima del nombre de Harry se hallaba el de James Charlus Potter y el de una persona muy conocida para todos.

-James- llamo Sirius preocupado, el joven miraba el pergamino con los ojos abiertos de par en par mientras que susurraba.

-No es cierto... Debe de ser mentira... Yo nunca me casaría con él... Es imposible… Somos enemigos, pero cómo…-

El silencio reino hasta que fue desecho por el grito del joven oji-café.

- ¡¿Cómo mierda me fui a casar con Tom Riddle?!-

Notas finales:

Esperamos que les haya gustado como a nosotras nos encanto escribirlo.

Besos y abrazos

Ana y Alex


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