Presente
Hechizos, maldiciones, zumbidos, gritos de guerra, risas despiadadas, rugidos furiosos; el caos estaba por doquier. Donde quiere que miraras había gente sangrando, tiradas en el suelo gimiendo de dolor, cadáveres entre los escombros. Era como vivir una pesadilla. Los Muros del Castillos se derrumbaban ladrillo a ladrillo, el fuego consumía lentamente algunas secciones que todavía estaban intactas. La escuela era un esqueleto de lo que una vez había sido. Tardarían meses en reconstruirla.
Corrí desesperado buscándolo. Sabía que si no hacia algo, lo matarían, y no podía perderlo a él también.
No a él.
Recuerdo haberlo visto batallando magistralmente contra un grupo de Aurores, tan concentrado que no noto al causante de todo este desastre a su espalda con la varita en mano. No lo pensé muy bien, o más bien, no lo pensé en absoluto. No tenía tiempo para sopesar mis posibilidades. Corrí mientras recitaba el extraño hechizó de mi madre.
Sirius grito e intento detenerme pero ya era demasiado tarde. Lo esquive, corrí lo más rápido.
Cerré los ojos y trate de no perder mi concentración; de eso dependía una de las cosas más valiosas que tenia. Sentí un golpe fuerte en el pecho, mi cuerpo se estremeció por el impacto y me hizo perder el aliento pero ni con eso renuncié. No deje que los gritos a mi alrededor me desconcentraran, ni la sensación de hormigueó en mi cuerpo, ni la debilidad de mis piernas. Ni siquiera cuando sentí mi pecho ser rasgado por el hechizo o cuando mi corazón dio una sacudida.
Con el último fragmento de conciencia que tenía, una serie de oraciones comenzaron a formarse en mi mente, palabra por palabra, escrita con caligrafía desgarbada.
Nadie merece morir así, ni siquiera tú.
¿Por qué haces esto?
¡Quiero entenderte!
Eres tan necio...
Te lo agradesco.
No necesito tu piedad.
Lo siento.
Me gustan tus ojos, me gusta tu voz, me gusta lo fuerte que eres, lo inalcanzable que pareces, me gusta que seas inteligente, que seas arrogante, me gusta que puedas llegar a ser tan amable a tu manera. Amo como escribes, amo como peleas y amo como odias rendirte. Me gusta que me des cumplido, me gusta que siempre quieras llamar mi atención, me gust...
Lo prometo.
¡Me arrepiento de haberme enamorado de un asesino!
Las palabras se aglomeraron unas tras otras, hasta la última discusión que tuvimos antes de mi secuestro; y luego, la última noche que pase en esa pequeña sala en mi cautiverio. El único pensamiento que me mantuvo cuerdo todo el tiempo mientras estaba siendo torturado;
“No dejare que te maten, no dejare que te lastimen; no mientras viva. Incluso más allá o incluso si tú no quieres; te protegeré.”
La sensación de entumecimiento se expandió por el resto de mis extremidades y un pitido se instaló en mis oídos. No deje de recitar el hechizo. Ni siquiera cuando todo a mí alrededor se sumió en un sepulcral silencio o cuando ya no pude abrir los ojos.
Un grito. Y fue lo último que mis sentidos pudieron registrar antes de rendirme ante la oscuridad.
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Flash Back
-¿Sirius, que se sentirá morir?
No me contesto, solo se quedo mirando la inmensidad del prado recargando su cabeza en sus patas delanteras, sin embargo sus orejas se alzaron y su lomo se tenso; pero nada más, el silencio fue su respuesta. Incluso en su forma de perro, Sirius siempre buscaba una manera de contestar a mis preguntas, ya sea moviendo la cola, lamiéndome o gruñendo, pero esta vez no lo hizo. De hecho, no hizo nada además de ignorarme.
Desconocía si era intencional debido a que no le gustaba hablar del tema, no le di importancia. Había cosas muchos más importantes ocurriendo en ese momento como para mis obstinadas y sin sentido cavilaciones adolecentes como le decía Snape.
Habíamos huido a un bosque ubicado en algún lugar de Bulgaria, tratando de despejarnos un poco. Aparentemente la familia Black tenía, además de Mansiones, pequeñas cabañas esparcidas por gran parte de Europa. Y debido a que no había pasado ni una semana después de aquel día, mis heridas tanto físicas como mentales seguían frescas y estaba harto de la debilidad de mi cuerpo; necesitaba un respiro de todo y de todos mientras ideaba alguna manera de huir de la culpa y de la vergüenza. Después de todo, Sirius gozaba de libertada, teníamos que aprovecharla así que dijimos "¿por qué no?", y agregamos, “Solo serán unos días. El mundo no se puede acabar en unos días".
Fuimos tan idiotas en pensar algo así. Estamos a punto de iniciar la guerra ¡por Merlín!; una guerra en la que ambos estamos más involucrados de lo que deberíamos.
No teníamos ni idea del caos que ocasionamos con nuestra desaparición, ni el infierno que nos caería encima a nuestro regreso.
Fin del Flash Back
-Con que ¿Así se siente morir? -pensé con curiosidad.
No está mal.
No hay dolor, no hay angustia, no hay felicidad, no hay tristeza, no hay nada, además del frio, mucho frío.
Es parecido a estar sumergido en un mar de aguas calmas y gélidas. Es raro; de lejos, esta sensación es una de las cosas más extrañas que he experimentado hasta ahora. En mis 17 años de vida nunca experimente nada similar. Y por ser el dichoso “Niño-que-vivió”, considero que vi cosas extrañas y bizarras en mi corta vida, muchas gracias. Pero nada como esto.
Me gustaría poder contárselo a Sirius. Es una lástima, estoy seguro que le encantaría saber.
Los Muggles dicen que cuando estas a punto de morir vez toda tu vida como un recuerdo luego una luz que te llama y luego una calidez que te rodea. Si es así, deseo que la calidez llegue lo más rápido posible por favor.
De repente tengo la sensación como si algo cayera en estas aguas ¿alguien más estará muriendo? Bueno, es obvio, estábamos en pleno fuego cruzado, todo era un caos, alguien debió por lo menos salir lastimado de gravedad.
Una onda me golpea y mece mi cuerpo con brusquedad.
Algo está pasando afuera, había calma hace solo un momento y ahora se siente extraño. Hay ondas cada vez más seguidas, mas fuertes y el agua se está agitando cada vez mas. Parece que estoy dentro de un mar turbulento, donde las olas juegan con mi cuerpo y hacen que me hunda cada vez más.
Todo se está volviendo tan confuso. Ya no recuerdo ni porque estoy en este lugar. Lo último que recuerdo es la sensación de desesperación. Desesperación por no ser más rápido, por no poder apartarlo a tiempo, el temor de no poder protegerlo. Recuerdo haber escuchado gritos, ¿o era yo quien gritaba?, y después son todos borrones; todo demasiado rápido para que mi cerebro lo procese. Lo único seguro es que me dieron.
Bueno, un punto por la obviedad.
Esto se esta volviendo cada vez más extraño; ahora mi mano comienza a sentir calidez pero todo mi cuerpo sigue helado. Me pregunto si voy a tener que estar en este lugar siempre.
Quiero levantarme.
Levántate.
Corrección, quiero levantarme pero no puedo, mi cuerpo no reacciona. No puedo moverme, es como si mi cuerpo no respondiera a mis actos. Ya no siento la paz de hace un momento. Necesito moverme. No quiero permanecer en este estado por más tiempo, mucho menos para toda la eternidad.
La frustración está tomando lugar y luego un recuerdo viene a mí con fuerza, paralizando todo posible pensamiento.
Harry, mi cielo, este hechizo tiene un riesgo; si tu sacrificio se hace por mero capricho o si tu amor no es verdadero, el hechizo no funcionara y el sacrificio seria en vano. Solo la magia será capaz de decidir si amas de verdad o no. Si tu amor no es suficientemente fuerte o puro, morirías en vano Harry. Piénsalo bien antes de usarlo, se inteligente.
Atte. Tu madre Lily.
¡Muévete!
¡Necesito levantarme demonios!
Debí hacerle caso a Sirius, no debí haberme involucrado más de lo que estaba, al menos lo hubiera protegido de esto.
Merlín, no puedo levantarme; siento que mis huesos se congelan. No puedo rendirme, se lo prometí.
Lo Prometiste.
Tienes que levantarte.
Sé que lo prometí pero no dejare que alguien más muera por mi culpa. Aunque tenga que romper una y mil promesas, no lo permitiré. Los protegeré como pueda. Mi madre lo hizo así, y gracias a eso pude vivir.
¡Demonios! Tengo que moverme, no puedo morir, es obvio que el hechizo no funciono, el no me ama; el no puede sentir amor. Vamos Potter si no te levantas lo atacaran, y si no lo detienes el los matara a todos.
Abre los ojos.
Mierda, ni siquiera puedo parpadear. Estoy inmóvil, siento que me hundo como aquella vez en el lago congelado. Si, se siente parecido....
Fue una estupidez
Levántate ahora.
Muévete Potter ¡Vamos!
¡Tienes que moverte!
No puedo morir; no en incertidumbre, no mientras no sepa que todos estén bien. Si pudiera escuchar algo, a alguien, lo que sea...
En este momento solo siento ganas de llorar.
No quiero morir ahora, quiero una oportunidad para saber que funciono, solo una... para saber si está vivo.
Levántate Harry, Vamos. Mueve un músculo al menos.
-Es inútil.
Le quiero decir a mi cerebro, lo que sea que esté intentando animarme para poder superar esto. ¿Qué acaso no lo entiende?; si pudiera moverme ya lo habría hecho.
Me estoy perdiendo...
...No puedes irte.
No quiero irme pero ya no tengo fuerzas. Ya no quiero luchar más, es inútil. Me rindo, ya nada importa.
-Ya no quiero pelear mas Dragón, estoy cansado. Estoy cansado de todo esto.-Dije mientras sonreía sin fuerzas.
Dicen que los Gryffindors son los últimos en rendirse. Pues, oficialmente, Harry James Potter, ahora Potter-Black, “el niño que vivió”, “el chico de oro”, “la esperanza del mundo mágico” o cualquier otro estúpido sobrenombre que decidan ponerme; se rinde.
Mi cuerpo yace bajo esta agua helada, turbia e intranquila, hundiéndose; no puedo moverme, no puedo respirar, no puedo sentir, no puedo gritar y estoy perdiendo mi conciencia.
-Pero no existen razones para estar desesperado ¿no? -Mentalmente me quejo; estoy seguro que si pudiera moverme estaría llorando.
No puedo más, cada vez me siento más abajo de esta agua congelada y desolada, estoy apuntó de tocar fondo. Estoy asustado, ya no quiero seguir luchando.
-Voy a morir de todos modos. -Dije innumerables veces con una falsa valentía. Que ingenuo, nadie le teme a la muerte hasta que la enfrentas cara a cara.
Detente.
El agua se estremece a mí alrededor.
Esta guerra tiene que acabar de una u otra manera, si mi muerte es un detonante para el final entonces todo lo que he pasado hasta ahora valió la pena.
Estoy harto de luchar.
Y de nuevo, el muy familiar sentimiento de culpa aparece. Todas las promesas que hice y que voy a romper, a Ron, a Hermione, a Draco, a Cissa, Sirius, Dumbledore, Ginny, a Remus, sobre todo a mis padres, y a él.
Harr...
Lo lamento.
¡No te atrevas!
Solo puedo sentir como el agua se hace cada vez más pesada, más densa.
Pero antes de perder la conciencia, de nuevo, siento algo deslizándose por mi piel, en mi cara. Intentaría tocarlo pero sé que es inútil.
Y luego todo se va.
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Oscuridad.
Silencio y total oscuridad.
Un quejido rompe el abrumador silencio haciendo eco hasta perderse.
Hay vacio a mí alrededor, me siento en todos lados y a la vez en ninguno. Parece una mala broma existencial.
-Me duele la cabeza. -Me quejo.
Hay algo, un leve sonido, pero se escucha lejano. Siento que algo irrumpe en la oscuridad, como si me observaran. Hay alguien aquí, ya no estoy solo.
-¿No recuerdas nada portador? -Dijo una voz saliente de la oscuridad. Distorsionada y grave; no sonaba humana en absoluto.
Intento responder pero la voz no me sale, mis labios tampoco se mueven.
No sé porque estoy aquí. No puedo ver nada, no sé si estoy ciego, no sé donde esta mi cuerpo, no lo siento. Tengo miedo.
El ente da una pequeña risita antes de hablar;
-Eres bastante peculiar portador. Tranquilo, contrario a lo que muchos creen, soy particularmente simpático con los jóvenes. Te ayudare a recordar. -Cada vez que la voz hablaba la oscuridad parecía estremecerse, como la inferencia de un televisor.
Esto no está bien, ¿en dónde estoy?
-¿Recordar qué? ¿Por qué no puedo hablar? ¿Qué es este lugar?
Sigo haciendo preguntas pero la única respuesta es la risa de esa cosa. La extraña voz sigue riendo después de un momento, como si le hubiese contado un buen chiste. Su risa no retumba por el lugar, contrario a lo que pasó con el quejido, se escucha como si viniese de todos lados.
-Definitivamente eres interesante mi nuevo amigo. No te angusties, esto dolerá solo un momento...-Dijo la voz antes de que la oscuridad comenzara a distorsionar cada vez más y más. De repente un sonido agudo, como gritos de millones de cuervos, resonó por todo el lugar hasta intelarse justo en mis-putos-oídos.
-¿Qué demonios haces? Sácame de... -No pude seguir, un dolor insufrible me corto la respiración. Joder, era como si me golpearan con fuerza directamente en el cerebro una y otra vez.
Me duele.
Dolor.
Siento un liquido salir de mis oídos y luego de mi frente. El horroroso chillido parece hacerse más fuerte a cada instante. El dolor comineza a extenrderse por mi cuello y sigue bajando cada vez mas. Me duele bastante, pero el dolor hace que vuelva a sentir mi cuerpo.
-Definitivamente soy masoquista. -Llego a pensar e inmediatamente tomo mi cabeza entre mis manos tratando de apaciguar el dolor, pero es inútil. La presión en la cabeza se intensifica aun más. Intento abrir los ojos pero cuando lo logro la oscuridad pasa a ser una luz segadora.
-Joder.-Fue una mala idea. El dolor se incrementa cada vez más; a este punto, un líquido corre por mis mejillas -Solo espero que sean lagrimas.
Dentro de la luz y el ruido, la misma voz conversa con algo pero no logro escucharlos con claridad.
-Es realmente necio ¿no? ... Se está resistiendo. -Oigo que dice la “cosa” con simpatía. Me alegra que le cause diversión, pero él dijo que el dolor duraría solo un momento.
-Pues yo CREO que ese momento ya paso hace un tiempo. -Pienso con rabia y si pudiera abrir los ojos, lo estaría disolviendo con la mirada.
-Ja! Pero que valiente eres portador, supongo que eres su digno heredero ¿no? Pero como tu bien dices; los momentos no pueden ser eternos. -Podía incluso escuchar la sonrisa formarse mientras me hablaba, el muy bastardo.
-Ha... Más dolor, excelente. -El dolor se intensifico aun mas dificultándome la capacidad de respirar, la presión en mi cráneo y mis oídos se incremento, incluso mi piel se sentía en carne viva, luego el dolor se fue.
Caí jadeando al suelo sobre mis manos y rodillas, aliviado. Por un momento me quede en esa posición, tratando de que mi mente se enfocara de nuevo, sin embargo, todavía podía sentir la presencia de esa cosa cerca de mí.
Después de recuperar el aliento intente levantarme pero una mano toco mi cabeza y a acaricio mi cabello. Ese tipo de caricias me resultaba familiar, pero antes de seguir mis pensamientos la voz hablo.
-Nos veremos pronto mi nuevo portador. -Escuche antes de que la luz me consumiera y mis manos y rodillas cedieran cayendo al suelo. Intente luchar contra la pesadez de mis ojos pero fracase.
Y luego, adivinen; más oscuridad.
Fantástico.