Se encontraba centrado en sus pensamientos tratando de asimilar aquella situación, nunca imaginó que algún día se encontraría en aquellas circunstancias, viendo a quien una vez amó en los brazos de otra persona... y todo, por su culpa, por no haber aceptado sus sentimientos. Quizá fue cobardía lo que en el pasado lo hizo actuar de un modo incorrecto, quizá fue el miedo a lo que lo que los demás pudieran pensar de él lo que no permitió dar pasó a una relación como aquella
Aun lo recordaba, la vez en que votó su felicidad por la borda, la negación que creció en el al tratar de sacar lo que en verdad sentía. Si en aquel entonces hubiera tomado la decisión correcta, quizá sería él quien hoy estaría a su lado, pero ¿de qué serbia pensar en eso ahora? Incluso si pudiera retroceder el tiempo, sin duda sería el mismo idiota de entonces
-tú me gustas…- resonaba en su mente la voz de aquel recuerdo, las dulces palabras que él jamás se atrevido a soltar
Sí bien era cierto que no llevaban mucho tiempo de conocerse, y a pesar de lo molesto que a veces podía llegar a ser el chico rubio al estar siempre con aquella cara infantil, llamándolo por esos sobrenombres absurdos; en verdad él siempre lo consideró un amigo y.... aun cuando solo pensarlo le causaba miedo, también le gustaba ¿pero cómo decir eso? Ambos eran hombres, ambos tenían una familia que se sentiría defraudada de saber que había un “raro” entre ellos, eso sin contar que no se sentía seguro de llevar adelante una relación de ese tipo
Escusas absurdas, pensamientos incorrectos. En aquel entonces la única verdad era que tenía miedo, miedo de cosas que en realidad no tenían importancia, y siendo consciente de lo que sentía, actuó con egoísmo
-¡estas bromeando? Ambos somos hombres, además yo estoy comprometido, es completamente imposible que me tome en serio lo que dices; además yo odió a las personas de ese tipo…- soltó esas palabras de un modo tan indiferente, como si no le importara el dolor que podía causarle al otro, y a él mismo
-no es ninguna broma, tú en verdad me gustas…- volvió a decir aquello bajando un poco la cabeza, tratando de esconder la vergüenza y tristeza que seguramente sentía— se que ambos somos hombres, y se también las repercusiones que tendríamos si aceptaras una relación como esta; y aun así no me importaría afrontarlo; porque negarlo no me serviría de nada. Yo en verdad te quiero— continúo aun sin mirarlo, mientras trataba de contener la urgencia que tenía por salir corriendo al ver qué su confesión no estaba teniendo el efecto que imaginó. Pero, ni siquiera verlo de ese modo logró que él cambiara de actitud para ser sincero con sus sentimientos, y contrario a lo que ahora sabía que era lo correcto, dejó que su orgullo prevaleciera
-si en verdad piensas de ese modo, no podemos seguir siendo amigos…- eso había sonado tan serio y cortante, que el más bajo no pudo dar una respuesta inmediata y se quedo en completo silencio viendo algún punto en el suelo— si eso es todo, creo que ya podemos volver a la ceremonia de graduación— sin cambiar el tono de sus palabras, paso por su lado, y sin escuchar respuesta alguna, tan solo se fue dejándolo completamente solo
Luego de aquel día, pasaron años hasta que lo volvió a ver. Nunca creyó que el destino tuviera preparado para él aquella trampa; ya que simplemente fue sorprendente encontrarlo en la ceremonia de boda de dos amigos cercanos, que hasta el momento, nunca supo que tenían en común: Shaoran, el hijo de su jefe, y Sakura, la novia de este desde que estaban en preparatoria
-Kurogane, quiero presentarte al socio de mi padre, su nombre es Ashura, y también a su pareja, Fye, ambos son muy amigos nuestros, además Sakura y yo quisimos que ellos fueran nuestros padrinos de bodas…- habló shaoran sonriendo; sin embargo la voz del castaño fue desapareciendo de sus oídos poco a poco desde el instante en que vio a esa persona, su amigo de universidad, a quien hace algunos años mostró lo cobarde que era
Su mundo dio un giro de 180º en ese momento, y los recuerdos volvieron a su mente, la vos de sus palabras, el modo alegre en el que estaba siempre, los juegos infantiles, incluso la manera graciosa en la que siempre lo enfadaba al cambiar las letras de su nombre, y también estaba el “me gustas” que había cambiado todo de un momento a otro. No por lo que sentía el menor, si no por lo tonto que fue al dejarlo ir, algo que lamento todo este tiempo, pero que nunca pudo arreglar pues el rubio lo había dejado todo para irse y nunca lo pudo encontrar
Ahora lo veía ahí, mostrando afecto por aquel hombre, llenándolo de caricias y mimos que deberían ser suyos, mostrando ambos abiertamente que en verdad no importaba lo que digiera la sociedad, ese hombre le daba lo que él fue incapaz de darle, “sinceridad”. Quizá merecía ser el vencedor, y él el derrotado. Pero, incluso si una vez más era egoísta, se negaba a aceptar aquello, se negaba a creer que en verdad el ojiazul olvido lo que sentía por él, cuando él nunca pudo hacer lo mismo
Lo decidió, esperaría pacientemente el momento, debía haber alguna oportunidad para enfrentarlo a solas; mientras tanto, se decidió actuar algo indiferente, lo cual le era muy difícil. Aceptó la invitación que le hicieron los novios y se dirigió con ellos a la mesa central, para poder sentarse junto al chico de ojos azules; incluso si también estaba aquel tipo
-hay algo que me tiene inquieto…- habló el castaño de pronto, al notar que en todo lo que llevaban de la velada, tanto el rubio, como el chico de ojos rojos ni siquiera se dirigían la mirada, actuaban como si fueran dos personas que estaban peleadas, lo cual hacía incomodo el ambiente— ¿ustedes dos se conocen? — preguntó señalándolos a él y al rubio, cosa que los afecto a ambos, ninguno sabía que responder— ¿hice una pregunta indebida?— volvió a preguntar al notar su silencio y lo incómodos que estaban, mientras los otros dos en la mesa los miraban haciéndose seguramente la misma pregunta
-tuvimos una pelea en el pasado…- habló finalmente el ojiazul, captando la atención de todos— fue por culpa mía— continúo mientras el moreno se preguntaba si se atrevería a decir la verdad frente a “su pareja”— le dije que me gustaba… su novia, no era verdad, pero quería tenderle una broma que el malinterpreto
Eso sorprendió y confundió al más alto, quizá era comprensible que el rubio mintiera teniendo a ese hombre de pelo largo al lado, pero la palabra “broma” lo inquietó llenando su mente de inseguridades. Su confesión no era una “broma” y el no malinterpreto nada. Se rio de sí mismo tras cuestionarse, pues era absurdo preocuparse de eso siendo consciente de que nada de lo que dijo era verdad
-haces que me ponga celoso…- escuchó de pronto la voz del de ojos miel, por reflejo el moreno volteo la mirada y vio como este tomaba del mentón al ojiazul sin temer lo que los demás invitados pudieran pensar ¿de qué se sorprendía? Habían hecho eso todo lo que llevaba de la noche— tu eres mío, no puede gustarte nadie más— y con eso, el mayor lo beso, poniendo roja a Sakura, sorprendido a Shaoran, y eufórico a Kurogane, quien no aguanto más, y se levanto de su lugar para marcharse en dirección al cuarto de lavado
Se sentía frustrado, herido, y un completo idiota al ser consciente de que él tenía la culpa de estar en esta situación, y por más que trataba de asimilar todo y aceptarlo, no lo lograba ¿en verdad no tendría una segunda oportunidad? Se negaba a creer que así fuera. Abrió uno de los grifos y se lavo la cara, tenía que centrase en lo que haría a partir de ahora y pensar fríamente las cosas; al menos encontró a quien tanto deseo ver de nuevo, y ahora que lo tenía de vuelta, no permitiría que se alejara de él nuevamente
Se vio a través del espejo buscando las respuestas a las preguntas que ahora se hacía ¿y si Fye en verdad ahora amaba a ese sujeto? ¿Y si ahora fuera él quien lo rechazara? ¿En verdad podría recoger los pedazos del corazón que destrozo? ¿Y si lo odiaba por ser un cobarde? Esos pensamientos lo atormentaban y ponían en juego su juicio ¿y si nunca recuperaba lo que dejo ir? De pronto se oyó la puerta sonar, tratando de esconder su angustia cubrió su cara con la toalla simulando estar secándose. Aún era demasiado orgulloso como para permitir mostrar su lado débil a alguien más
-¿te encuentras bien?...- escuchó la voz de quien menos pensaba que iría a buscarlo, siendo a la vez la voz que más deseaba oír en ese momento— todos se sorprendieron por el modo tan repentino en que te levantaste, Shaoran quiso venir a ver si te pasaba algo malo, pero le dije que me dejara a mi hacerlo— continúo, mientras el moreno aun permanecía inmóvil sin atreverse a mirarlo de frente — ¿aun sientes repulsión por personas que se quieren a pesar de ser del mismo sexo?- esa pregunta fue como una puñalada a su corazón, sin embargo no dijo nada, y dejo que el otro continuara— si es así, lamento haber permitido que vieras tal escena, Ashura es muy impredecible, no siempre puedo saber lo que está pensando y me tomo por sorpresa, quizá pueda hacer que se disculpe contigo por ser irrespetuoso de algún modo, Ashura es noble y estoy seguro…
-no es eso…- lo corto de pronto, no soportó seguir oyendo más, no le gustaba escuchar el nombre de ese tipo en los labios del ojiazul, ni nada referente a él — si me molesto el beso, pero no del modo en el que te imaginas — su vos sonaba algo nerviosa, mientras el rubio tan solo se limitó a escuchar en silencio— de nada sirve irme por las ramas. Tú me gustas, siempre me gustaste, pero fui muy tonto como para aceptar ese hecho cuando tú te me confesaste hace dos años
Y eso sorprendió al más bajo. Él sabía que Kurogane a veces podía llegar a ser muy directo, pero, no pensó escuchar aquellas palabras de su parte jamás, y menos de aquel modo, fue muy inesperado para él ¿qué se supone que debería hacer? ¿Qué se supone que debería decir? ¿Cómo debía responderle? Ni siquiera tenía en claro lo que sentía
Cuando fue rechazado de un modo tan cruel en el pasado, su mundo se vino de cabeza, pasó días enteros arrepintiéndose por haber soltado esa confesión, y no tuvo el valor suficiente para volver a ver al moreno sabiendo que este seguramente lo odiaba, por ser un hombre que se enamoro de él, y por esa razón decidió mudarse al extranjero. Ahí conoció a Ashura, quien no dudo en brindarle su amistad, cariño y comprensión; con el tiempo él creyó superar su amor no correspondido, y se entrego a los brazos de su actual pareja
Todo estuvo bien, el en verdad era feliz; y hubiera continuado así, si Kurogane no se hubiera cruzado en su camino nuevamente; en ese instante fue como si las heridas volvieran a abrirse, encendiendo la pasión que en el pasado sentía cada vez que lo veía, un golpe duro a la realidad siendo esta vez consciente de que eso no podía ser. Kurogane destrozó su corazón, Ashura fue quien reunió esos pedazos para brindarle una nueva oportunidad, y aún siendo consciente de eso ¿porqué se sentía tan feliz de escuchar al moreno decir que le gustaba? Era absurdo
-todos te están esperando en la mesa, será mejor que volvamos…- trató de hacer caso omiso a la confesión del contrario, pensó que quizá esa sería una salida más simple, el mejor método para lograr que kurogane se retractara de lo que dijo, y así ambos continuaran con su vida, como lo habían estado haciendo hasta ahora
Gran error
De pronto vio a Kurogane acercarse, sintió como esas manos morenas sujetaban sus brazos, para posteriormente acorralarlo en una pared y obligarlo a verle directo a los ojos, poniéndolo de ese modo muy sorprendido y nervioso
-¿no escuchaste lo que te dije? Dame una respuesta ¿aún tengo una oportunidad? ¿Aun existe aquel sentimiento en ti? Responde con la verdad, no cometas el error que yo cometí al poner de prioridad cosas que no tenían importancia
Sus palabras sonaban honestas, y las confusiones e indecisiones no se hicieron esperar ¿aun existía aquel sentimiento? Sí, era frustrante saber que no importó lo mucho que luchó para olvidarlo, para sacar todo aquello de su mente y corazón; y hasta ese día creyó haberlo logrado, pero basto tenerlo cerca para que todo reviviera de nuevo
Pero si el aceptara ¿qué pasaría con Ashura? ¿Con lo que siente por él? Por mucho que quisiera ser feliz con la persona que ama, no podría serlo sabiendo que alguien no lo es por su culpa. Ashura siempre fue muy generoso, él demostró quererlo de verdad, le dio la luz que necesitaba cuando estuvo en el fondo del abismo, lugar en donde lo dejo la persona que ahora tenía en frente ¿Cómo borrar todo lo que sufrió con aquel rechazo? Y más aun ¿Cómo condenar al mismo destino a la persona que lo rescato de ese lugar?
-ya tengo pareja…- respondió dificultosamente, mientras los labios del moreno se iban uniendo a los suyos, cosa que trato de impedir pero no pudo, simplemente sus instintos fueron más fuertes
La lengua contraria inspeccionaba cada rincón de su boca, mientras sus manos se aferraban al cuello del más alto, al tiempo que comenzaba a sentir como este paseaba las suyas sobre su cuerpo, empezando a despojarlo de las prendas que llevaba, comenzando por el pantalón. La falta de aire se hizo presente y sentir que tenía “aquella parte desnuda” logró que al fin el rubio deshiciera el beso ruborizado por aquel acto
-debo irme…- habló al recuperar el aliento, mientras intentaba apartar al moreno, algo que no pudo
-incluso si no me das una respuesta, al menos regálame esta noche…- respondió el de ojos rojos, mientras sus labios volvían a unirse, cosa que el rubio no pudo evitar, pues simplemente para él su solo aroma era embriagante, así que sin pensarlo demasiado, aceptó
Las caricias iban en aumento, mientras más prendas caían al suelo, los labios del mayor recorrían cada rincón del cuerpo contrario, al tiempo que sacaba pequeños gemidos de la boca este, quien simplemente se dejaba hacer; hasta que llegó el momento en que ambos cuerpos estaban desnudos. Quizá el rubio haya decidido olvidarlo con otra persona, alguien que le curó las heridas y le regalo otra oportunidad, alguien que tenía todo para ser una mejor opción que él, alguien que no tenía espinas que pudieran lastimarlo
Pero sin duda había algo que ese hombre no tenía, y era la capacidad de conocerlo como él lo hacía, saber sin preguntar cuando sonreía de verdad, cuando hablaba con la verdad, cuando era sincero. Elevo una de las piernas del ojiazul para poder introducirse en el, mientras este se aferraba a su pecho, poco a poco llego hasta lo más profundo del rubio, y luego de esperar un momento, comenzó a moverse, llenando el lugar de pequeños gemidos que escapaban aun cuando lo intentaban evitar
Incluso si decidiera elegir a ese hombre, él sabía que el más bajo mentiría cada vez que le dijera “te amo” pues ahora mismo su cuerpo le demostraba que a quien correspondía era a él. Incluso si pareciera lo contrario, era ahora que el rubio estaba siendo fiel, fiel a sus sentimientos, aun cuando eso significaba serle infiel a él
Los movimientos de cadera iban en aumento, mientras ambos se encontraban ahora en el piso, el rubio boca abajo, y el moreno sobre el embistiéndole. El calor a ese grado era tal, que el frio de los azulejos se les hacía refrescante, tan placentero como ser uno al fin. Sabían que eran unos corruptos, rompiendo las reglas para hacer lo prohibido ¿pero qué podían hacer? si era lo que ambos deseaban, lo que ambos habían esperado
Los movimientos se hicieron más rápidos, dando anuncio del pronto final, el ojirojo término por venirse en el interior del de piel clara, mientras este lo hizo sobre el suelo, manchando parte de su abdomen también. Se les dificulto un poco recuperar el aliento y apenas haberlo logrado, la realidad golpeo la mente del ojiazul, que asustado se incorporo de inmediato para recoger sus prendas y comenzar a vestirse
-esto no debió pasar…- dijo preocupado, mientras el moreno empezaba a ponerse la ropa también— yo no pude haber caído tan fácilmente, es con Ashura con quien debería estar— hablaba más para sí mismo, pero el moreno podía oírlo perfectamente
-¿Por qué intentas negarlo?...- dijo mirándolo, mientras el otro se arreglaba la ropa—lo que hicimos, es la prueba que yo necesitaba, aun si el remordimiento te atormenta, nada cambiara lo que paso
Ante eso el rubio lo miro, sabía que tenía razón, su cuerpo le grito lo que sus labios ya no se atrevían a decir. Pero incluso si al principio dudó, sabía cuál era la respuesta correcta, el momento pasó y la realidad volvió, el pasado es algo que no puede ser reescrito, el futuro es algo muy lejano y difícil de vislumbrar; pero el presente, es lo único que es verdaderamente importante; y su presente no era Kurogane, era Ashura, el moreno formaba parte del pasado; el de ojos miel era a quien eligió
-nada cambia lo que paso, es verdad, del mismo modo nada cambia lo de aquel entonces, ni siquiera lo que pasó ahora, no puedo dejar a Ashura tan solo porque nos reencontramos tu y yo, y más aún por todo lo que sufrí cuando me rechazaste. Yo aprendí a vivir lejos de ti, aprendí a querer a alguien más, esa es la única realidad, lamento si te decepciona…- soltó esas palabras lo más calmadamente que pudo, mientras veía como el moreno se sumía en sus pensamientos; sin duda para él, así no era como debían ser las cosas, sus mayores temores, se vieron medio cumplidos; no porque Fye en verdad ya no lo amara, sabía que no era así, si no por el hecho de que aún amándolo, lo rechazara ¿pero que podía esperar? ¿Qué Fye lo recibiera de brazos abiertos después de todo lo que sufrió? ¿Después de lo duro que fue con él? Entendía el punto del menor, pero no lo aceptaba, y no lo aceptaría. El rubio al ver el silencio del otro, y sintiendo que ya no tenía más que decir, se dispuso a salir del lugar, pero la voz contraria lo detuvo
-yo no odio a ese sujeto, no puedo hacerlo después de que fue él quien enmendó de algún modo mi error, no después de que gracias a él pudiste salir adelante. Pero eso no significa que lo acepte…- lo ultimo sorprendió nuevamente al rubio, mientras veía como Kurogane se acercaba— recuerda, que aunque el este para ti, y este a tu lado; tú eres mío, y sin duda llegara el día en el que él se dará cuenta de eso, entonces será él quien te dejara marchar, cuando ese día llegue, yo estaré en la puerta esperando por ti, sin importar el tiempo que haya pasado…- y eso dejo en silencio al más bajo, mientras el azabache paso por su lado y salió primero
Sus palabras habían sonado como una advertencia, como si fuera un presagio, y aun cuando se negaba a aceptarlo, esperaba que fuera así, que Ashura lo dejara libre en un futuro, y que al abrir la puerta de salida, el moreno estuviera esperando por él; en ese entonces se libraría de las cadenas que lo atan, y sería feliz, sonrió tras ese pensamiento
Para Kurogane no era distinto, su lucha apenas empezaba y sabría cómo llevarla; sabía que llegaría el día en el que todo fuera diferente, el día en el que ninguno de los dos pusiera los obstáculos para ser felices. En el pasado había errado él, ahora sabía que erraba el ojiazul; tal vez al final quien haría lo correcto sería aquel sujeto, pues sabía que nadie podía ser feliz con una persona que sabes que no te ama, por experiencia podía afirmarlo, pues su prometida lo dejo por esa razón; quien sabe, por el momento era feliz por la noche y el momento que el destino le había regalado, y creería en que el futuro sería su presente tan anhelado, cuando por fin estuviera con la persona que amaba