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Rivalidad entre capitanes por ArtemiaCelosia

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Notas del capitulo:

Todos los derechos pertencen a J.K. Rowling. No me lucro de ninguna forma usando sus personajes, sólo los uso como mero pasatiempo y diversión.

Oliver recogía las bolas de Quidditch que habían usado para el entrenamiento. Sus compañeros ya se habían marchado y él era el único que quedaba en el campo.

Miró con gran pesar la caja en la que se almacenaban todas ellas y suspiró. Sin un milagro no podrían ganar ese año...

Cogió la caja con bastante esfuerzo y la llevó a la oficina de la profesora Hooch.

 

—Tenemos que poder hacer algo para ganar la copa... —murmuraba pensativo.

 

Salió de allí bastante abatido, sobresaltándose al cerrar la puerta y que unos brazos se pusieran a cada lado de su cuerpo.

 

—¿Llorando por las esquinas por la nueva derrota asegurada?

 

—Flint, ¿cómo no? —Giró su cuerpo entre sus brazos—. ¿No tienes nada mejor que hacer que perseguirme?

 

Sonrió con socarronería. —No te persigo, pasaba por aquí y he escuchado unos llantos de niña perdedora.

 

Oliver empujó a Marcus con todas sus ganas, volviendo a caminar para alejarse de allí, mascullando:

 

—Estúpido trol...

 

Escuchó sus pasos detrás de él y como cada vez que aumentaba la velocidad, los pasos lo hacían también. Comenzó a correr hasta llegar a su sala común.

 

—Hola Oliver, ¿ocurre algo? —Percy le miró con fijeza, su respiración entrecortada de tanto correr y su expresión confusa delataban que algo no había ido bien.

 

—No, nada. Es que me había olvidado de algo.

 

El pelirrojo asintió y, antes de marcharse, le dijo: —Intenta no correr por los pasillos, los de primero podrían imitarte y no queremos eso.

 

Asintió algo avergonzado de que le llamaran la atención, aunque sabía que Percy no lo hacía con mala intención, pues eran amigos y compañeros de habitación.

Se metió en su dormitorio y se dejó caer en el colchón.

 

“¿Por qué me he puesto a huir de él? Siempre me ha molestado pero nunca he sentido ganas de correr y correr...” pensó.

 

—Y aquí está nuestro capitán pensando en su novia.

 

Fred se tiró a su derecha.

 

—No digas tonterías. —respondió molesto, girando su cuerpo para darle la espalda.

 

—¡Claro que sí! En su novia llamada Copa. —rió George, situándose en su izquierda.

 

Bufó exasperado. Eran buenos golpeadores, pero también muy pesados.

 

—Chicos, por favor... No estoy de humor.

 

Los gemelos se apoyaron en sus codos y se miraron sobre Oliver.

 

—Venga, podemos ganar. Sólo necesitamos un poco más de entrenamiento y además, eres nuestro capitán. ¡Seguro que sale bien!

 

—Sólo necesitamos tus discursos motivacionales para subir el ánimo del equipo.

 

Oliver suspiró, volviendo a ponerse sobre su espalda y se puso el antebrazo sobre los ojos. En realidad, desde que había encontrado a Flint, sus preocupaciones sobre la copa se habían desvanecido. Su mente estaba llena de esa maldita serpiente tramposa.

 

—No es eso, chicos.

 

—¿Entonces qué es? —preguntaron a la vez.

 

Encogió los hombros y se quedó en silencio durante unos segundos. Los gemelos se miraban entre sí, haciendo gestos para comunicarse sin que su capitán se enterara, a pesar de que el colchón se movía debajo de ellos.

 

—Por cierto, me he encontrado a Flint. —dejó caer.

 

George rodó los ojos mientras Fred enarcaba una ceja.

 

—Podemos hacerle alguna jugarreta si te ha hecho algo.

 

—Y si no te ha hecho nada, también.

 

Oliver sonrió. —Eso estaría bien. —miró a sus golpeadores, que se reían escandalosamente y planeaban con ilusión la “pequeña broma”.

 

____

 

Oliver caminaba con Harry Potter, quien le ayudaba a llevar la pesada caja, hacia el jardín. McGonagall le había ido a buscar mientras estaba en clase de Defensa Contra las Artes Oscuras, le había dicho que había encontrado un nuevo buscador, uno que podía hacer sombra a Charlie Weasley. Se sentía completamente emocionado y animado.

 

—Bien, te enseñaré lo básico del Quidditch.

 

—De acuerdo. —Harry prestaba toda su atención a la clase que le iba a dar.

 

El capitán se acercó a la caja y cogió una pelota marrón que tenía surcos hundidos.

 

—Esta es la quaffle, es la más importante para los tres cazadores pues es la que utilizamos para pasar a través de los aros. Cada vez que marcamos, ganamos diez puntos. También se encarga el guardián de defender sus aros de esta bola. —Harry asintió y él la volvió a colocar en su lugar—. Eh... toma esto. —le pasó un pequeño bate y deslizó un cerrojo que mantenía una bola sujeta.

 

La bola negruzca salió por los aires y se dirigió a Harry, que le dio un fuerte batazo, haciendo que pasara entre los brazos de una estatua.

 

—¡Wow, un muy buen golpe! —La bola volvía. —Será mejor que te apartes...

 

La recibió contra su pecho y se tiró al suelo para intentar controlarla. La llevo trabajosamente hasta la caja, cerrando las cadenas que la mantenían sujeta.

 

—Bueno... —susurró cogiendo aire—. Bludgers. Debes tener cuidado con ellas, atacan a los jugadores.

 

—¿No es peligroso? —preguntó Harry.

 

—Sí. —respondió con sinceridad pero al ver la cara de Harry se arrepintió—. Pero no debes preocuparte. Los dos bateadores las golpean para alejarlas y los nuestros son buenos.

 

—Son los hermanos de Ron.

 

—¡Fred y George Weasley! Cierto, su hermano menor ha entrado este año también. ¿Eres su amigo? —Potter asintió feliz—. ¡Genial! Por lo que me han contado también le gusta mucho el Quidditch, quizá puedas preguntarle cosas, como tú has venido del mundo muggle te iría bien aprender lo básico antes de entrenar.

 

—Lo haré. 

 

Oliver asintió mientras se acuclillaba de nuevo junto a la caja, esta vez para sacar una pelotita pequeña y dorada que, al verse libre, desplegó sus veloces alas.

 

—¡Wow!

 

—Esa es la más importante para ti, Harry. Es la snitch dorada y el buscador, en este caso tú, debes intentar cogerla. No te lo pondrá fácil, es muy rápida y esquiva. Si la atrapas, ganamos ciento cincuenta puntos y el partido se termina.

 

Harry siguió con la mirada la pelotita que ya volaba a una velocidad frenética.

 

—¿Eso significa que ganas directamente?

 

—Sí, bueno... Si el otro equipo tiene más que más puntos que tú, aunque se sumen los de la snitch, no ganarías, sino que cogerías la pelota, sumarías ciento cincuenta puntos y perderías. Pero para eso harían falta cuatro o cinco días de juego por lo menos, y eso no suele pasar, no en Hogwarts.

 

Harry le miró sorprendido y él sonrío. Después de repasar y de algunas preguntas del joven, se dirigió de nuevo a llevar el material a la oficina de la profesora, aunque esta vez Harry le quiso volver a ayudar por tomarse las molestias de enseñarle.

 

____

 

Se dirigía tranquilamente al Gran Comedor, para servirse algo después de clase de pociones cuando una mano se aferró fuertemente a su brazo.

 

—¿Qué...? —giró su rostro para ver quién lo había agarrado con tal fuerza y no pudo reprimir un suspiro cansado cuando lo vio—. Flint.

 

Marcus le miraba con fijeza, su rostro estaba completamente serio.

 

—¿Qué significa que Harry Potter es el nuevo buscador de Gryffindor?

 

Oliver sonrió. Quería mantenerlo en secreto para darles la sorpresa en el partido pero el chisme se había descontrolado y había sido imposible.

 

—Pues lo que oyes: tenemos nuevo buscador.

 

—Y tú le das clases privadas, ¿no?

 

Oliver frunció el ceño ante el tono usado por Marcus.

 

—Soy el capitán, ¿recuerdas?

 

—¡Oh, sí! El capitán llorón de los leones que ahora va detrás de uno de primero. Eres lamentable.

 

Oliver enrojeció de vergüenza y rabia. —¡¿Pero se puede saber qué dices?! Harry es nuestro buscador y como capitán debo mostrarle cómo jugar y las tácticas a seguir. ¿O es que no sabes cuál es el trabajo de capitán aun siéndolo?

 

Marcus apretó la mandíbula y el brazo de Oliver con más fuerza.

 

—Además, no soy yo el que va babeando por niños de primero. ¿Qué ocurre con Draco Malfoy?

 

Al ver el parpadeo confuso de Marcus se dio cuenta de que había metido la pata y ni siquiera sabía por qué había dicho eso. Con un tirón de su brazo se soltó del agarre de la serpiente y se dirigió al gran comedor.

 

____

 

—¡Oliver!

 

—¡Capitán!

 

Los gemelos se separaron para que Oliver se sentara justo en medio. El castaño rodó los ojos y procedió a sentarse, sabiendo que a los cinco minutos ya se habría arrepentido.

 

—La gente está emocionada por Gryffindor. Muchos Hufflepuff han venido a preguntarnos qué tal juega Harry.

 

—A mí se me han acercado dos Ravenclaw antes. Y lo mejor de todo... ¡Los Slytherin están que echan humo!

 

Los tres rieron y Oliver dirigió la mirada a la entrada, donde pasaba Marcus junto con... Malfoy. Se quedó serio cuando Draco le dirigió la mirada al avanzar.

 

—Malfoy... Exactamente igual que su padre. Será mejor que le ignoremos. —dijo Angelina al ver la mirada que se sostenían.

 

Oliver asintió mientras volvía a llevar la mirada a la puerta.

 

—¡Harry! —gritó e hizo un gesto con la mano.

 

Angelina se hizo a un lado para dejar sentarse a Harry y Ron con ellos.

 

—Gracias. —susurró Harry algo avergonzado a Angelina—. Ya sé más sobre Quidditch, Ron me ha estado ayudando mucho.

 

El pelirrojo menor infló el pecho de orgullo.

 

—Para algo tenía que servir. —dijeron los gemelos a la vez, riéndose de la cara de mosqueo de su hermano.

 

____

 

Marcus entró en la habitación personal de Draco. Su padre le había conseguido una, algo increíble teniendo en cuenta que nadie más tenía esa opción. 

 

—¿Has visto como ha saludado a ese estúpido de Potter?

 

Draco se sentó junto a él, en la cama. —No creo que Wood esté interesado en Potter, parecía más concentrado en mirarte a ti. O a mí con mucho odio.

 

—De todas formas me gustaría que cayese de la escoba en el primer partido. ¿Crees que esto servirá de algo?

 

—Si le gustas lo hará ver y eso es lo que querías saber ¿no? —El moreno asintió—. Pues solo necesitamos ponerle un poco más celoso y lo sabrás.

 

Marcus miró al rubio con fijeza. Tenía ciertas preocupaciones ante el plan propuesto por el chico.

 

—No quiero que tú te busques un problema o que...

 

Draco interrumpió su palabrería antes de que dijera lo impensable. —Sólo te ayudo en esto. Ni me meteré en problemas, ya que todo estará en la cabeza de Wood, ni me enamoraré de ti. No te preocupes, nada saldrá mal.

 

El mayor llevó una mano a la cabeza de Draco y le frotó el pelo como si fuera un perro, algo que intentaba ser cariñoso, pero que era más bien molesto.

 

____

 

—Bien, chicos, este año tenemos un gran equipo y a un joven buscador...

 

—El discurso de todos los años. —susurró uno de los gemelos al otro.

 

—¡Callad! Lo que decía... ¡Podemos ganar y vamos a hacerlo!

 

—¡Sí! —gritó todo el equipo.

 

Oliver se dirigió a la entrada, seguido de los demás. Cada uno con su escoba en la mano.

 

—¿Nervioso?

 

—Un poco. —susurró Harry.

 

—Es normal, pero no te preocupes, estaremos a tu lado.

 

El menor asintió decidido. —¿Cómo fue tu primer partido?

 

—No lo recuerdo. A los dos minutos de salir me golpeó una bludger y desperté una semana después en la enfermería.

 

Harry tragó duro, no iba a ser nada fácil. Tendría que confiar en Fred y George.

Las puertas se abrieron y, subiéndose en sus escobas, salieron volando.

La gente aplaudía y movía banderines con los colores del equipo al que apoyaban.

 

—¡Los jugadores están en el campo y la profesora Hooch se dispone a soltar las bolas y advertir a los participantes, como hace todos los años!

 

McGonagall riñó a Lee por esa impertinencia.

 

—Quiero un juego limpio, ¿entendido? —gritó la profesora con los brazos apoyados en sus caderas.

 

Harry observó cómo Marcus giraba hacia uno de sus golpeadores y le sonreía maliciosamente.

Hooch liberó las bolas con un puntapié y tiró la quaffle hacia el cielo. El juego había comenzado.

 

—¡Angelina coge la quaffle en primer lugar y zigzaguea con una habilidad impresionante! ¡Cualquiera diría que es una serpiente y no una leona!

 

La gente reía por los comentarios de Lee.

 

—¡Empujan a Angelina fuera del campo, pero ella vuelve con una simple voltereta! ¡Oh, Merlín, se acerca peligrosamente a los aros enemigos! ¡Está claro que estas serpientes no son emplumadas, ya que les cuesta moverse!

 

McGonagall volvió a llamar su atención por su falta de imparcialidad, aunque aguantó una pequeña sonrisa.

 

—Lo siento, profesora... ¡Angelina tira y...! —la gente estaba expectante durante unos segundos—. ¡Los primeros diez puntos para Gryffindor!

 

Las gradas se llenaron de aplausos, gritos de emoción y banderines ondeando rápidamente.

 

Oliver sonrió a Angelina, que pasaba cerca de él, y chocó su mano con la de ella.

Marcus agarró la quaffle que le tiró uno de sus cazadores y avanzó hacia los aros de los leones, propinando una patada en el estómago a uno de los cazadores enemigos.

 

—¡Flint esquiva dos leones y le propina una patada a otro, una jugada muy rastrera!

 

Esquivó una bludger y tiró la bola con toda su fuerza.

 

—¡Wood para la quaffle y le impide a Flint conseguir sus primeros diez puntos! ¡¡Una jugada increíble, señores!!

 

Oliver sonrió con burla y le alzó la ceja al ver que Marcus mostraba sus dientes en una mueca de rabia y frustración.

 

El partido seguía su curso. Los Gryffindor conseguían marcar en otra ocasión, provocando que los tramposos Slytherin se ensañaran más con ellos, intentando dejarles fuera de juego.

 

—¡Los Slytherin vuelven a lanzar y...! ¡¡Oliver para la quaffle con sus propias manos!!

 

Marcus se acercó a uno de sus bateadores y le quitó el bate, golpeando con rabia una de las bludgers y dirigiéndola hacia un lado de Oliver. Pretendía asustarle lo suficiente como para distraerlo, pero tuvo tan mala suerte que le golpeó, haciéndole pasar por el propio aro y caer al suelo arenoso.

Levantó la vista y ahí estaba Potter mirándole con rabia, lo que le hizo sentir más iracundo aún.

 

—¡Oliver Wood cae al suelo! ¡Gryffindor no tiene guardián, ahora hasta un mono ciego podría anotar!

 

Los Slytherin se rieron de la caída de Oliver, mientras que los Gryffindor gritaban su nombre dando ánimo para ver si se levantaba.

 

—Dos cazadores de Slytherin saltan sobre uno de los pelirrojos gemelos y... ¡Diez puntos para Slytherin!

 

Marcus le hizo señas a uno de sus cazadores para que se dirigiera hacia el lado izquierdo de Angelina, situándose él en el derecho.

 

—¡Los Slytherin hacen un sándwich con Angelina y la mandan contra una de las estructuras de la grada!

 

La chica descendió entre las vigas, golpeándose con ellas, y quedó inconsciente en el suelo de gravilla que limitaba el campo. Eso distrajo a algunos de sus compañeros, lo que le dio ventaja a uno de los cazadores de Slytherin para marcar de nuevo.

 

—¡Diez puntos más para Slytherin, van empatados!

 

Harry observaba todo desde las alturas cuando pasó un sonido estridente por su costado derecho. Dirigió la vista hacia allí y vio la pelotita dorada, por lo que no dudó en lanzarse hacia ella.

 

—¡Harry Potter se pone en marcha, parece que ha visto la snitch! ¡El otro buscador le sigue a pesar de que no ve tres en un burro!

 

—¡Ya le he dicho que no haga esos comentarios tan inadecuados, tendré que suspenderle si sigue así!

 

—De acuerdo... ¡Los buscadores se empujan para seguir la snitch, ambos quieren hacerse con la pelotita! ¡Ésta cae en picado y los buscadores con ella, al parecer no se dan cuenta de que tocarán el suelo con sus propias narices!

 

Marcus miró la jugada desde arriba y volvió a girarse donde se encontraba Oliver, aún tendido. No había pretendido darle...

 

—¡La serpiente buscadora decide levantarse y Harry apura los segundos, consiguiendo quedar a ras del suelo y poniéndose en pie...! ¡¡Se ha lanzado de la escoba!!

 

La gente estaba expectante para ver que ocurría a continuación. Harry daba arcadas, una imagen completamente desagradable. Hooch tocó el silbato anunciando que el partido terminaba.

 

—¡Ha escupido la snitch, al parecer no había comido suficiente antes del partido! ¡Harry Potter ha atrapado la snitch dorada, por lo que se suman ciento cincuenta puntos al marcador! ¡¡Gryffindor gana!!

 

Las gradas de los leones se volvieron locas, mientras que los Slytherin maldecían a Potter por haber entrado en el equipo y tener la suerte del principiante.

 

Harry levantó su mano, mostrando la pequeña bolita dorada a los demás. Sus compañeros lo celebraban levantando las manos, aplaudiendo y chocando sus bates.

 

Marcus descendió y desmontó su escoba bastante cerca del joven buscador.

 

—Sólo ha sido suerte, Potter. —escupió con rabia y le golpeó en el hombro al pasar por su lado.

 

____

 

—¡Qué mala suerte que te perdieras la jugada! —Fred estaba sentado junto a él.

 

—Fue buenísima, ¡se puso de pie en la escoba! —comentó George emocionado.

 

Oliver estaba acostado en la camilla de la enfermería con una gran sonrisa en el rostro.

 

—Dadle la enhorabuena de mi parte, pasaré la noche aquí.

 

Los gemelos asintieron y se despidieron de su capitán antes de que alguien supiera que estaban allí a ciertas horas de la noche en las que no podían salir de su sala común.

Oliver decidió acomodarse para intentar dormir, pero al cabo de unos minutos escuchó de nuevo la puerta de la enfermería y cómo alguien intentaba caminar de forma silenciosa.

 

Sobresaltado por notar una presencia tras su espalda, giró para ver de quién se trataba.

 

—¡Flint!

 

—No grites, no quiero que me descubran aquí. —susurró el chico.

 

—Entonces quizá deberías irte. —dijo en su mismo tono de voz, bastante molesto.

 

Marcus se agachó junto a la cama y suspiró.

 

—No quería darte, ¿de acuerdo?

 

—Claro. Uno coge un bate, golpea una bludger hacia una persona y no pretende darle. Lo típico del día a día.

 

El mayor se pasó la mano por el cabello.

 

—Sólo quería asustarte para distraerte y que jugaras mejor, ¡no he lanzado para darte!

 

Oliver miró con atención a Marcus. Esa situación había pasado antes, pero nunca había venido a darle explicaciones y mucho menos pareciendo que pedía disculpas.

 

—¿A qué viene esto?

 

—¿El qué?

 

—¿Por qué estás aquí diciéndome esto? Has intentado hacerme daño en muchas ocasiones, pero en ninguna has venido a disculparte.

 

Marcus frunció el ceño. —Quizá era porque en las otras sí pretendía hacerte daño. Y no he venido a disculparme.

 

Oliver le dio la espalda mientras se volvía a acomodar en la cama.

 

—Entonces ya puedes irte, no tengo ganas de seguir viendo tu cara de trol si ni siquiera sientes haberme herido, a pesar de que, según tú, no pretendías hacerlo.

 

Escuchó un crujido de nudillos, lo más seguro es que estuviese molesto pero él tenía más razones para estarlo.

 

—Seguro que te gusta más la cara de Potter, ¿no?

 

Se giró de nuevo hacia él.

 

—¿Otra vez con eso?

 

—Has empezado tú.

 

—Yo no he empezado nada. Ni siquiera he mencionado a Harry.

 

Marcus susurró entre dientes: —Harry... Cuánta confianza.

 

Oliver suspiró, no entendía en absoluto lo que le ocurría a Flint.

 

—Definitivamente has perdido la cabeza. —Una idea pasó de repente por su mente—. ¿Celoso, Flint?

 

—Más quisieras.

 

Rodó los ojos. —No, no lo querría. Y se nota porque yo no te acoso por los pasillos y te voy mencionando a otros sin ningún sentido.

 

—¿No te gustaría saber lo que hago con Draco cuando estamos en su habitación privada? —Marcus sonrió maliciosamente.

 

Oliver sintió un pinchazo en el estómago, en los ojos de Flint se notaba la maldad de ese comentario. No le dejaría saber que eso le importaba.

 

—No. Aunque no te entretendré, así podrás estar con ese niño que va oliendo mierda todo el día, adiós. 

 

Volvió a girarse molesto y Marcus decidió que ya había conseguido suficiente ese día, por lo que se marchó feliz.

 

____

 

Draco miró hacia la puerta, Marcus acababa de ingresar por ella con una sonrisa.

 

—¿Qué tal la visita a la enfermería?

 

—Celoso.

 

El rubio sonrió con su amigo.

 

—¿Mucho?

 

Marcus asintió felizmente.

 

—He conseguido el horario de quinto de su casa. Mañana no tengo clase por la tarde, así que intentaré pillarle en algún pasillo a solas y procuraré conseguirte más información.

 

—Ten cuidado, Draco.

 

—No te preocupes, será una visita rápida.

 

____

 

Draco esperaba escondido detrás de una estatua. Llevaba más de diez minutos allí y estaba completamente aburrido.

La puerta del aula se abrió para y los alumnos de quinto curso comenzaron a salir. Observaba cómo la mayoría se marchaba directamente hacia las escaleras, en cambio Wood fue en su dirección, lo que le hizo pegarse a la estatua lo más que pudo.

 

Todo aquello no era una casualidad, había enviado una nota falsa diciendo que debía ir al despacho de la profesora Hooch para hablar sobre material de Quidditch.

 

Respiró profundo y se dirigió rápidamente al despacho por un pequeño pasadizo secreto que le había enseñado su padre. El plan constaba en encontrarlo de frente en la esquina para que se fijara en él y ver sus reacciones.

Y así ocurrió. Al escuchar pasos cerca de la esquina en la que esperaba, salió abruptamente, chocándose con el otro chico.

 

—Lo sien... —Oliver le miró fijamente con cierta irritación.

 

—¡Me has hecho daño! ¿No puedes mirar por dónde vas? —dijo sobándose el brazo.

 

—¿Y tú no puedes tener más cuidado al salir de las esquinas?

 

Draco frunció el ceño. —Se lo diré a Marcus.

 

Las aletas de la nariz de Oliver se abrieron a causa de la ira. —¡Ni que ese cabeza trol pudiera hacerme algo! ¡Ve a llorarle, a ver si te ocupa la boca en algo mejor! —empujó al joven y siguió andando.

 

El rubio se quedó en blanco. No podía creer lo que le acababa de decir.

 

____

 

—¡Marcus!

 

Draco corrió hacia él y lo llevo a un pasillo desierto.

 

—Wood...

 

—¿Sí? —los ojos de su amigo se mostraban emocionados.

 

—Wood se ha puesto muy, muy celoso.

 

—¿Qué ha ocurrido?

 

Draco le contó la corta situación y cómo se había puesto con tan solo mencionarle.

 

—¿En serio ha dicho eso?

 

Asintió. —Hoy tienen entrenamiento los Gryffindor, quizá podrías ir a verle.

 

—Me verían todos los demás.

 

—Wood es el capitán, siempre es el último en irse.

 

Marcus abrazó levemente al pequeño.

 

—Pero...

 

—¿Algún problema, Draco?

 

—No le sigas picando conmigo, creo que puede llegar a enfurecerse contigo si lo haces.

 

Asintió y se dirigieron al gran comedor.

 

Marcus miró hacia la mesa de los Gryffindor donde el capitán pasaba un brazo por el hombro de su joven buscador y le susurraba cosas al oído. Su mandíbula se apretó con fuerza y tembló de rabia.

 

____

 

Oliver recogía todo lo que su equipo había dejado por el medio. Sería un milagro si alguna vez le ayudaran o por lo menos no dejaran el material por el suelo.

Unas manos lo apresaron por la espalda, tapándole la boca y llevándolo debajo de las gradas.

 

—Shh... —le susurraron en el oído.

 

Mordió con fuerza la mano y se giró para enfrentar a esa persona.

 

—¡Flint, estás enfermo! ¡¿Cómo se te ocurre hacer algo así?!

 

El Slytherin lo apresó como el primer día que había empezado a actuar raro, sus brazos a cada costado del cuerpo del Gryffindor.

 

—¡No te acerques más a Potter!

 

Frunció el ceño. —Estás loco—. susurró mientras intentaba alejarlo.

 

—¡No! ¡Si vuelvo a ver a Potter cerca de ti lo haré trizas! ¡¿Me has escuchado?!

 

Oliver intensificó la fuerza para separarse de él, pero Marcus apoyó su cuerpo contra el león, dejando todo su peso muerto y sus caras enfrentadas.

 

—¿Y por qué no iba a poder hablar con mi buscador?

 

—Sabes perfectamente el porqué.

 

—No, no lo sé. —susurró. Su mirada se fue inconscientemente a la boca de Marcus cuando éste se mordió el labio inferior. Parecía estar dudando en si decir algo.

Marcus tomó aquella mirada como cierto interés, por lo que avanzó hasta pegar sus labios con los de su rival.

 

El menor intentó apartar el cuerpo que le apresaba, empujando con fuerza su pecho, pero no conseguía nada.

 

Marcus se separó de él y escondió su cara entre el hueco de su cuello y su hombro.

 

—¿Se puede saber a qué...?

 

—A nada. —sentenció Marcus, dejando a medias la pregunta de Oliver. Dejó su cuerpo libre y se alejó de allí, manteniéndose oculto entre las gradas.

 

El Gryffindor, totalmente confuso, se sentó en el suelo. Esperaba haber visto mal, pero cuando el Slytherin le soltó, parecía abatido por la situación.

 

____

 

Habían pasado días después desde el beso que Marcus le había dado y ahora simplemente le ignoraba, no sabía que pensar.

 

—¿Te ocurre algo, Oliver?

 

Miró a Percy, que estaba sentado en la mesa con bastantes libros en ella.

 

—Nada importante, no quiero distraerte de tus estudios.

 

—He terminado por ahora. —dijo cerrando un libro y ordenando todos los materiales.

 

Había tenido mucha suerte de que Percy fuera su compañero de habitación ya que era un chico muy tranquilo y ordenado. Lo único malo era que en época de exámenes tenía la luz encendida hasta bien entrada la madrugada. Nada que un hechizo o una camiseta en los ojos no pudieran solucionar.

 

—Verás... Creo que me gusta alguien. —confesó. Necesitaba hablar de ello y poder pedirle consejo a alguien maduro y discreto.

 

Percy asintió. —¿Lo crees? ¿De qué dudas?

 

—Me gusta, sí, pero... No sé si está jugando conmigo y no quiero interesarme si después...

 

El pelirrojo se acercó a su cama y Oliver se echó a un lado para que se pudiera sentar junto a él.

 

—Bueno, no tengo mucha información, pero por sus actos deberías saber si se trata de un juego.

 

Negó suavemente. —Te estoy hablando de un Slytherin.

 

—Los Slytherin son bastante confusos, supongo que por la educación que suelen recibir esas familias. ¿Podría saber de quién se trata? —Oliver quedó pensativo—. No tienes por qué decirlo, no te preocupes.

 

—Sí, sí. Es sólo que... Ya sabes, no quiero que nadie más se entere.

 

Percy asintió y se quedó en silencio, a la espera de la confesión.

 

—Se trata de Flint.

 

—¿Marcus Flint, el capitán del equipo de Quidditch?

 

—Sí. —El pelirrojo frunció el ceño.

 

—¿Y por qué dudas de su interés? Siempre te ha hecho la vida imposible.

 

Oliver se rascó la cabeza, gesto que hacía mucho cuando algo le avergonzaba.

 

—Me ha dado la sensación de que Flint está celoso por Harry. Insinúa, o dice claramente, que estoy con él. Y hace unos días me besó. Pero es que luego me trata tan mal y está tan cerca de ese chiquillo.

 

—¿Malfoy?

 

—Sí... Cuando acabé en la enfermería vino a verme. Pensé que quería pedirme disculpas pero al final no lo hizo, ¿lo puedes creer? ¡Fue su maldita culpa que yo estuviera allí! Me dijo que no había querido darme pero que no iba a pedir disculpas.

 

Vio el gesto pensativo de su compañero. Sabía que estaba conectando la información y buscando un porqué a la reacción del otro chico.

 

—¿Y qué ha ocurrido después del beso? ¿Cómo se ha comportado?

 

—Me ignora olímpicamente. Ni siquiera se mete conmigo. ¡He intentado llamar su atención gritándole por los pasillos y ha pasado de mí!

 

El pelirrojo miró con atención a Oliver.

 

—Creo que deberías hablar con él.

 

—¿Cómo?

 

—Flint parece un tipo muy orgulloso y sin mucho cerebro, pero no saca malas notas en Hogwarts y cuando habla con sus amistades parece tenerlo.

 

Suspiró. —¿Quieres decir que me gusta un trol?

 

—No, quiero decir que parece una fachada o que realmente es así pero sólo con las personas que no confía o no le gustan.

 

—Entonces no le gusto... —susurró.

 

—¿Y entonces por qué te besó?

 

Oliver miró las sábanas como si fuesen lo más interesante del mundo. —Quizá sólo quería confundirme.

 

—No lo creo. Podrías haberlo gritado a los cuatro vientos y haberle dejado en ridículo en medio del comedor. La gente se hubiese reído de él, incluso los de Slytherin. —Hizo una breve pausa al ver que los ojos de Oliver brillaban—. Lo hizo porque le gustas y confia en ti. Quizá no recibió la respuesta adecuada y por eso ahora te ignora.

 

—Pero está con Malfoy...

 

—¿Está con él o lo está usando para llamar tu atención?

 

El moreno le miró con la boca abierta y el pelirrojo asintió sonriéndole.

 

—Habla con él, será lo mejor para aclarar las cosas. Pero no intentes pedirle demasiado de primeras, no creo que consigas nada de esa forma.

 

____

 

—Quizá estaba sorprendido.

 

—Te digo que me rechazó, ¡me intentó apartar! —Marcus escondió su rostro en la almohada de Draco.

 

El rubio se acostó a su lado y suspiró, su amigo estaba bajo de ánimos desde que el maldito Wood no le había correspondido al beso.

 

—¿Cómo iba a rechazarte? Si eres increíble. —Intentó animarle.

 

Marcus se quedó en silencio mientras el joven seguía intentando levantarle el ánimo.

 

____

 

Se escondió detrás de un pilar de las gradas con el corazón latiéndole rápido. Los Slytherin casi le habían visto. Acababan de entrenar y se dirigían al castillo de vuelta. Pillaría a Marcus al igual que él le pilló aquella vez.

 

Su jugada no salió muy bien, ya que cuando se abalanzó sobre él para agarrarle y taparle la boca, Marcus se dio la vuelta y se apartó hacia un lado. Oliver casi se cae, pero el mayor le sujetó.

 

—¿Qué diablos quieres?

 

Oliver se sonrojó por haber fallado. —Hablar contigo.

 

—No tengo nada de que hablar contigo, Wood. Piérdete. —Le soltó y siguió caminando.

 

—¡Flint, para! —Le sujetó de la muñeca, mirando el rostro iracundo de su rival—. Vamos a hablar y lo vamos a hacer ahora.

 

—¡Ya he dicho que no tengo nada que...! —Oliver le calló con un beso que no era nada tierno, ni romántico. Sus manos se deslizaron por la espalda del león y acabaron sobre sus caderas.

 

Se separaron. Marcus estaba confuso y Oliver muy sonrojado.

 

—¿Podemos hablar ahora?

 

El mayor asintió y lo cogió de la muñeca sin ninguna delicadeza, tirando de él para llevarlo a un lugar mucho más privado, cerca del bosque prohibido.

 

—Habla. —ordenó.

 

—No quiero que me sigas ignorando.

 

—¿Y por qué no iba a hacerlo?

 

—Porque... —Miró al suelo, esto iba a ser muy complicado—. Porque me duele.

 

Marcus le miró serio, en su expresión no se adivinaba nada de lo que pensaba o sentía.

 

—No sé por qué lo haces, ni lo que quieres de mí.

 

—Yo tampoco sé por qué me besas si el otro día me apartaste. —comentó molesto.

 

—¡Pensaba que estabas jugando conmigo! Siempre me estás molestando y riéndote de mí, ¿qué querías que hiciese?

 

La serpiente se acercó a él, empujándolo un poco hacia un árbol para que apoyara su espalda y hundió la cara entre el hueco de su cuello y su hombro. tal y como hizo aquel día en el que tuvieron un primer contacto.

 

—¿Qué significa eso? —susurró Marcus.

 

Levantó su mano hasta acariciar la nuca del mayor, que suspiró sonoramente.

 

—Significa que me gustas y que no quiero que juegues conmigo de esta manera porque me harías mucho daño...

 

—No estoy jugando contigo de ninguna manera.

 

—¿Y Malfoy?

 

—¿Y Potter? —Marcus estaba a la defensiva, se le notaba en el cuerpo tenso y la rapidez para contestar.

 

—Te he dicho mil veces que no estoy con Potter, ni con otras personas. ¡Estás obsesionado!

 

Su cara se escondió aún más. —¿Y cómo no estarlo? El niño-que-vivió más guapo, con más fama, con dinero y con una posición bastante decente a pesar de ser mestizo.

 

Los brazos de Oliver se aferraron al cuerpo del otro.

 

—Aún no has respondido a mi pregunta...

 

—Draco es un amigo mío. Nos presentaron hace años. Fue él quien me quiso ayudar a saber si tú estabas interesado en mí.

 

—¡Entonces sí que lo has usado para encelarme!

 

Marcus levantó la cabeza y le sonrió.

 

—Y te encelaste lo suficiente como para decirle que ocuparía su boca con algo mejor. ¿Algo mejor como qué, Wood?

 

El león se sonrojó con intensidad, lo que ocasionó una sonora risa de Marcus.

 

—¡Basta, no es gracioso! —Se sentía sorprendido de ver al mayor reírse sin ninguna burla de por medio. Creía que era la primera vez que lo presenciaba de una forma tan natural.

 

—Estaría bien ocupar tu boca en algo mejor. —susurró en su oído.

 

—Te d-digo que no t-tiene gracia...

 

—No pretendía que la tuviese. —Oliver tragó duro ante esa afirmación—. Te veré aquí mañana, después de la cena.

 

Marcus se separó de él y comenzó a avanzar hacia el castillo.

 

—¡No he dicho que si! —le gritó molesto.

 

—No te he preguntado.

 

____

 

Percy acabó por girar su silla y mirar directamente a su compañero, que no dejaba de dar vueltas por la habitación.

 

—Es imposible estudiar contigo dando vueltas, ¿sabes?

 

—Lo siento... —susurró sentándose en la cama y moviendo la pierna en un tic nervioso.

 

El pelirrojo suspiró y se acercó a él.

 

—¿Qué ocurre?

 

—He hablado con Marcus. Me ha dicho que no está jugando conmigo.

 

—Genial, ¿dónde está el problema?

 

—¡Es que es un cara dura! Me ha ordenado quedar con él mañana. ¡Ordenado, Percy!

 

Percy rió abiertamente, por lo que se ganó una mirada asesina y una mueca de disgusto.

 

—A Flint siempre le ha gustado hacerte rabiar. Sólo lo hace contigo, ¿no lo ves?

 

—Es desagradable con todos.

 

—Pero no busca la atención de todos cuando lo es. Sólo hace algún que otro comentario y se va.

 

Oliver suspiró y se apoyó en el hombro de Percy.

 

—Sólo es... ¿No podría ser un poco más cariñoso? O al menos alguien un poco más normal. De esas personas que te preguntan si quieres quedar o si te apetece tomar algo.

 

—Dime, Oliver, si Flint fuese de esas personas, ¿tendrías el mismo interés por él?

 

El castaño levantó su mirada hacia los ojos azules de su amigo y entendió a la perfección lo que le quiso decir.

 

____

 

Draco entró cansado a su habitación y, tan pronto como cerró la puerta, sintió que sus pies dejaban de tocar el suelo. Marcus lo había levantado agarrándole de la cintura y le miraba desde abajo con una sonrisa.

 

—¡Hey! Bájame ahora mismo.

 

Lo dejó en el suelo y le tocó el pelo.

 

—¡Le gusto!

 

—Ya te lo dije. Nunca me equivoco.

 

Marcus rió y pasó un brazo por su hombro, apretando con fuerza a su joven amigo.

 

—He quedado con él mañana.

 

—¡Oh! ¿A qué hora te ha dicho?

 

—Le he dicho que después de la cena.

 

—No se lo habrás ordenado, ¿no? —Marcus miró a otro lado, haciéndose el loco—. ¡Marcus!

 

—¿Qué?

 

—Si no eres más tierno, no conseguirás nada.

 

—No puedo ser más tierno, eso sería tan... cursi.

 

—Entonces quizá no deberías haber elegido a un cursi león para enamorarte.

 

Marcus se quedó pensando qué podría hacer para ser “tierno”.

 

—¿Alguna idea?

 

Draco suspiró y negó con la cabeza; su amigo no tenía ningún remedio.

 

____

 

La espalda de Oliver chocó fuertemente contra un árbol cuando Marcus le empujó. Tiró de su cabello para ladearle la cabeza y tener vía libre para morderle.

 

—P-podrías ser más suave, ¿sabes? —gimoteó.

 

Marcus le soltó y le miró fastidiado. Llevó su mano al bolsillo y le entregó una bolsita llena de dulces con formas relacionadas con el Quidditch. Oliver le miró como si fuese lo más extraño del mundo.

 

—¿Quién eres tú?

 

—No molestes, ¿no querías algo más cursi? Pues ahí lo tienes.

 

—No he dicho que quisiera algo más cursi. —Sonrió al ver la bolsa—. Pero gracias.

 

—Mira, a mí no se me dan bien esas cosas. Yo no soy suave, cursi o romántico. Llámalo como quieras. He necesitado ayuda para darte eso.

 

El león agarró su mano.

 

—Quizá podríamos ir conociéndonos mejor y entendiéndonos.

 

Marcus sopló irritado y le soltó. —Eso significa muchas citas y poca cama.

 

La cara del menor se sonrojó visiblemente y él rió de esa forma tan burlesca, lo que incomodó a Oliver.

 

—Estás obsesionado.

 

—No lo sabes tú bien.

 

—Mira... Ya nos veremos en otra ocasión. ¡Adiós! —Oliver se alejó con rapidez de allí, corriendo para llegar a su sala común y que Marcus no lo atrapara, aunque en realidad el otro chicose quedó parado sin entender nada.

 

____

 

—Algo te ha ocurrido, capitán, no hay manera de que se nos escape una. —dijo un gemelo Weasley.

 

—Y sabemos que tiene que ver con Flint.

 

Su cuerpo quedó rígido. —¿Cómo...?

 

—Después de verle pegado a ti y mordiéndote el cuello con tanta ansia nos preguntamos si él te estaba forzando, pero como tú no lo apartaste...

 

—No pasó nada y no quiero hablar de ello. —sentenció con su rostro totalmente serio.

 

Los gemelos asintieron y salieron de allí, su capitán era muy bueno, pero tampoco habían logrado hacerlo enfadar y no querían intentarlo ahora.

Se estiró en la cama todo lo que pudo, pensando en ese día. Se había sentido tan utilizado al ver que Flint quería su cuerpo con tanta insistencia...

Sabía que le gustaba por su forma de ser, pero no podía evitar sentirse así.

Desde entonces lo había esquivado como había podido, aunque no sería una solución eterna.

 

____

 

—¡Y Gryffindor se lleva la victoria contra Hufflepuff!

 

Los leones celebraban la nueva victoria de camino al castillo, hasta que un grupo de Slytherin se puso en medio.

 

—¿Y vosotros qué queréis? —preguntó Angelina.

 

Marcus miró a Draco y éste asintió, enseguida contestó a la chica y el resto del grupo se puso a defenderla. Se había formado un verdadero caos que Marcus aprovechó para arrastrar a Oliver a otro lugar.

 

—¿Qué te pasa?

 

—Eso debería preguntarlo yo, eres tú quien me ha arrastrado hasta aquí.

 

—Pero yo no he estado esquivándote sin ningún motivo y dejándote plantado en medio de una visita.

 

El menor suspiró.

 

—Una visita... Mira, olvida lo que te dije. No me interesas.

 

—Eso es mentira. —fijaron sus miradas e iniciaron una batalla para ver quién aguantaba más.

 

—No quiero a una persona que sólo quiera acostarse conmigo para que sea una más de sus conquistas. Ni una persona que no es capaz de decir la palabra cita porque le resulta demasiado abrumadora.

 

—¡Te dije que eso no se me daba bien!

 

—¡No se trata de que se te dé bien, es que ni siquiera lo intentas!

 

Habían acabado gritándose por la tensión acumulada entre ellos y sentían un nudo en la garganta que les decía que no podían seguir hablando de esa forma.

 

—Lo siento...

 

—¿Cómo?

 

—He dicho que lo siento. —dijo más claro.

 

—¿Qué sientes?

 

Rodó los ojos antes de hablar. —Siento haberte golpeado en el partido, haberte ordenado quedar, haberte incomodado y que tengas una imagen equivocada de mí.

 

Oliver se acercó a él con lentitud y apoyó la cabeza en su hombro, esperando que Marcus se aventurara a abrazarle. Lo consiguió pocos segundos después.

 

—Sí estoy obsesionado, tienes razón. —prosiguió—. Pero no por saber si estás con alguien o por acostarme contigo, mucho menos con cualquiera.

 

—¿Entonces?

 

—Estoy obsesionado... por ti. —susurró.

 

Una sonrisa escapó de la boca del león, alzó la mirada hasta la verde y le besó con movimientos lentos, tortuosos según Marcus, pero esta vez se comportó y no le añadió intensidad.

 

—¿Sigue en pie la posibilidad de conocernos? —preguntó cautelosamente el moreno.

 

—Sigue en pie. —Sonrió el castaño.

 

____

 

Llevaban una semana quedando a escondidas de todos para intentar conocerse y conectar y aunque eso era bastante difícil (ya que Marcus solía dedicarse a bromear demasiado en contra del castaño), se podría decir que lo conseguían y se llevaban bastante bien.

Todo estaba bien hasta un suceso en el gran comedor.

 

Harry se acercó a Oliver para comentar algunas jugadas de Quidditch, seguían estando muy emocionados por haber ganado a los Hufflepuff e iban a por todas incluso en los entrenamientos, hasta que pasó un brazo por sus hombros y Marcus notó ese hecho al estar mirándolos fijamente.

El Slytherin se levantó de su mesa y se dirigió hacia ellos. Apartó a Harry con fuerza y le dio un posesivo beso a Oliver. Todo el mundo se quedó en silencio ante la sorpresa.

 

Oliver consiguió recuperarse al oír comentarios “graciosos” de los gemelos, por lo que se levantó rápidamente y salió del gran comedor, seguido por Marcus.

 

—¡¿Se puede saber por qué has hecho eso?! —gritó al girar una esquina, ya lo bastante alejado del Gran Comedor para que no pudieran escucharle posibles chismosos.

 

Marcus miró a otro lado con su rostro serio.

 

—¡Ahora todos lo saben! ¡¿Qué dirán tus compañeros de Slytherin?!

 

—¿Y por qué te importa lo que digan los de Slytherin? A mí me da igual.

 

Oliver se dejó caer por una pared, dejando su cara escondida en las piernas. El Slytherin le miraba fijamente.

 

—No deberías haber hecho eso. Ambos somos capitanes y... —susurró.

 

Marcus se sentó junto a él y le acarició la cabeza, consiguiendo que Oliver le mirara.

 

—No he podido evitarlo. Potter...

 

—Otra vez.

 

—No me gusta. Entiendo que es parte del equipo, pero no quiero que te toque. Tú eres mío.

 

El castaño se acercó a él y apoyó su frente en la mejilla ajena.

 

—Le partiré los huesos a cualquiera que te moleste o que hable mal de ti. No hay motivo para preocuparse porque los demás lo sepan.

 

—No creo que sea necesario partir huesos, podemos ignorarlos y ya está...

 

Marcus sonrió de medio lado. —Prefiero la opción de romper huesos, es más efectiva.

 

____

 

Marcus se tiró encima del castaño dejando todo su peso muerto.

 

—¡Quita! ¡Tengo que irme, pronto será el toque de queda y si me pillan en Slytherin...!

 

—Hoy no te vas y nadie te va a pillar aquí, es una habitación individual.

 

Suspiró. —Ya he visto que es una habitación individual. ¿No se supone que las serpientes necesitan calor? ¿Qué hacéis todos desperdigados?

 

—No es mi habitación, me la ha prestado alguien.

 

Oliver miró la habitación atentamente.

 

—¿A qui...? Malfoy. —Iintentó apartar a Marcus con todas sus fuerzas, pero el Slytherin no ponía nada de su parte—. ¡Me has traído a la habitación de Malfoy!

 

—Draco me aprecia y me ha prestado su habitación para que esté contigo.

 

El castaño cesó el movimiento. —¿Él sabe que estamos juntos?

 

—Fue el primero en enterarse, por lo menos por mi parte. Respeta y quiere que cumpla mis decisiones, de hecho, él me ofreció la habitación.

 

Se quedó en silencio ante la confesión de Marcus.

 

—¿Y dónde está él?

 

—En mi habitación, con un compañero que te aseguro, no le va a gustar.

 

Oliver rió al imaginar la escena y Marcus levantó su peso ahora que creía que el Gryffindor no se marcharía.

 

—Entonces... ¿él no siente nada por ti? —Recibió una negación—. ¿Ni tú por él?

 

Marcus arrugó la nariz ante la pregunta. —Siento por ti y por nadie más.

 

—Creo que se te está pegando un poquito lo Gryffindor. —Sonrió y se quejó ante el golpe leve que le había dado en la cabeza como contestación.

 

Se acercó a él y le besó, pegando sus cuerpos y acariciando la amplia espalda del moreno.

 

—Entonces pasarás aquí la noche, ¿no?

 

Rió ante la insistencia del otro y le mordió el labio inferior para después susurrarle:

 

—Pasaré aquí la noche.

 

____

 

Tres años más tarde, Oliver se encontraba en el estadio para ver la Copa Mundial de Quidditch, a la que había sido invitado por Marcus a asistir con sus padres.

 

—¡Harry, Ron!

 

—¡Oliver! —gritaron los jóvenes al ver a su antiguo capitán de Gryffindor.

 

—No sabía que vendríais a ver la copa.

 

—Hemos conseguido entradas para venir con toda la familia, obviamente Harry también es parte de ella. —contestó Ron y Harry sonrió.

 

—Me alegra mucho veros, chicos. ¡Habéis crecido tanto desde el último año que os vi! —rió ante las narices y ceños fruncidos de los menores.

 

En la lejanía, unos señores alzaron la mano intentando llamar la atención de Oliver, al parecer tenían unos asientos con una vista increíble.

 

—Mis padres. —dijo girándose hacia los menores.

 

—¿Te han invitado ellos o los has invitado tú? —preguntó Harry.

 

—Me ha invitado mi pareja, luego iremos a comer por ahí. Quise presentarle a mis padres y me dijo que sería mejor este plan. Creo que quería que fuese algo especial y que yo no estuviera tan nervioso. —habló rápido.

 

—No creo que haya conseguido lo segundo. —apuntó Ron. Rieron juntos hasta que una mano se enroscó en la cintura del castaño.

 

Oliver llevó una mano al brazo que le sujetaba con fuerza, acariciándolo con cariño y suavidad.

 

—Llegué. Potter, Weasley. —saludó con cortesía.

 

Cogió aire intentando calmarse. —Bueno chicos, creo que es hora de despedirnos. Nos veremos en otra ocasión. —Sonrió a los jóvenes—. Ya es momento de presentarte a mis padres. —se dirigió a Marcus que le dedicó una mueca burlona.

 

—¿Nervioso? Qué poco te fías de mí.

 

—Como si no tuviese motivos...

 

Marcus rió y lo arrastró hacia los asientos en los que esperaba que estuvieran los padres del castaño.

 

Harry y Ron se quedaron mirando como Marcus se presentaba de una forma educada y formal, mientras Oliver se sonrojaba y le miraba sorprendido. Sus padres parecían encantados de conocerle y no creían que tuviesen ningún problema con la relación.

 

Moreno y pelirrojo se miraron para reírse entre sí, antes de dirigirse a la tienda donde esperaban sus familiares.

Notas finales:

¿Qué os ha parecido el one-shot? ¿Os gusta esta pareja?

 

¡Muchísimas gracias a todos por leer!


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