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La mansión de las máscaras por Yami no Deshite

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Notas del fanfic:

 


Aclaración: los personajes de Gundam Wing no me pertenecen.


 

 

Camino por una galería donde los cuadros me observan desde antaño.

Sí, es esa la sensación que siento. La de ser observado y que nadie lo haga. Lo hacen desde el pasado y se que ya no están pero tal vez su espíritu si lo este. Me paro frente a esa pintura, pertenece a un muchacho rubio y de ojos aguamarina, un adolescente tal vez. O un hombre joven con cara de niño, a veces parece que tiene un halo pero, ¡no! Es la luz difusa que entra por la ventana, me hipnotiza. Esa mirada tan dulce y pura.

-Quatre Raberba Winner.- leyendo la inscripción que está al pie del cuadro -. Quatre, ¡que bello eres!

Lo observo desde el pasado, desde hace años que se para frente a mi imagen congelada en el tiempo y me observa como si lo hechizaran mis ojos. Su mirada se pierde en mi rostro, yo lo observo desde mi atemporalidad que fluye en la nada. Aquí desde el desconcierto y la fugacidad de mi ausente vida. Sólo puedo salir cuando sale la luna llena. Y su luz de plata abre la puerta hacía esta vida...

Desde hace cuanto, ya ni recuerdo. Si estuviera con Heero al menos estaríamos juntos. Pero nos tuvieron que separar, lo extraño.- Ahí viene ese hombre de ojos verde esmeralda...

~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~

Un rayo lunar abrió la puerta irreal que me separa del mundo, de la vida...

Volví a respirar, a sentir, en fin a vivir y debía buscar a Heero. Pero antes quería tocar mi violín ¡cómo extraño acariciar con el arco sus cuerdas! Voy al salón de música de la mansión. Ahí está todavía, sigue en el mismo lugar que lo había dejado la vez anterior. Lo tomo por el diapasón, tenso las cuerdas lo adecuado y sonrío como solía hacerlo hace tiempo, lo apoyo en mi cuello, acomodo mi cabeza sujetándolo y comienzo a tocar. Interpreto el Trino del Diablo, esa obra de un músico poseído que la escribió en una sola noche muriendo al amanecer. Las velas danzan mágicamente con su melodía que eriza el lomo de los gatos. Cosas del más allá...

-Soberbio, mi pequeño amigo...- Lo miro a sus ojos aguamarina y me sonríe con esa bella sonrisa, que ilumina desde hace tiempo mi vida.

-Heero.- Corro a sus brazos, los únicos a los cuales puedo abrazar hasta romper el hechizo.- Vamos a seguir buscando.

-Si, contigo lo que quieras.- Cruzo mi mirada con la suya y nos damos un suave beso en los labios. Una simple caricia, sensación de los dioses...

-En que parte de la mansión estará...- Mirando sus ojos cobalto que se fijaban en los míos aguamarina...

~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~

En el aposento de Sir Trowa Barton dueño por el testamento que dejara la desaparecida Lady Luna Shinigami desde hace unos años de la mansión, la brisa nocturna trae desde no se sabe que parte la melodía embriagante de un violín solamente escuchado en las noches de luna llena.

En sueños he de conocerte duende rubio y de ojos aguamarina, violinista que hechizas con tu música mi alma... sueños eróticos con un duende rubio... violinista de sueños y enamorado del alma mía... sueños que he de soñar con la luna llena... sueños que siento en mi piel que es profanada por ti, amor mío... me profanas... me excitas... me haces tuyo.. te hago mío... y tu piel que eriza la mía... y tus manos que acarician mi piel...- Esa música...- Me despierto pero no sé si lo estoy soñando, siempre me pasa lo mismo esa melodía me excita, me despierto con una erección de aquellas... y recuerdo esos versos que no tenían rima...

 

Un solo de violín seduciendo tu oído,

acariciando tu alma con sus notas

que flotando por el aire van

erizan tu piel, subyugándola...

 

Un solo de violín que hechiza al oído

haciendo suyo tu corazón humano

y el violinista mágico que interpreta

la melodía que ha subyugado tu alma...

 

Un solo de violín que penetra tu ser

profanando tu cuerpo hasta perecer

no has de yacer junto al violinista

que en sueños tu has amado...

 

-¿Dónde los leí?- Recuerdo haberlo hecho... en la biblioteca en el libro raro que hallé hace unos años, buscando “La divina comedia” y al lado de “El nombre de la Rosa”. Recuerdo haberlo leído con Duo y a él le llamó la atención que estaba forrado con piel de murciélago. Se llamaba Libro de las Tinieblas... es un libro de conjuros escrito por una mujer que perdió el juicio, no el judicial sino el mental, si ¿Cómo se llamaba...? lo recuerdo Yami no Deshite...

~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~

En el dormitorio de Duo Maxwell, la luna entraba dándole de lleno en su rostro angelical, su cabello suelto totalmente sobre la almohada, sus ojos cerrados y su boca entreabierta... había agitación en su sueño... veía a ese hombre de ojos cobalto que tanto admiraba cada vez que iba a la galería del lado sur de la mansión... sus cabellos chocolate revueltos le daban un aire de rebeldía que lo extasiaba... sus ropas que lo transportaban a otra época no tan lejana siglo XIII tal vez, quien sabe... esos labios que los soñaba sobre los suyos devorándolos... gimió...

-Esa melodía...- ¿Qué me pasa?- Pensé en voz alta -. Otra vez esa melodía y la luna llena.- Me levanté, me vestí y salí de mi cuarto, escuchaba la melodía tan clara. Mi piel se erizaba, era hechizante. Caminé y llegué al cuarto de Trowa, golpeé la puerta.

-Adelante.- Dije sobresaltado. La puerta se abrió, era Duo.

-¿Escuchaste la melodía? Viene del ala sur.- Le dije mirando esas orbes verdes, el estaba acostado entre sus sábanas de seda, creo que estaba desnudo pero no iba a ponerme investigar.

-Si me dejas, me visto.- Lo miré con insistencia a sus hermosos ojos amatista.

-Está bien vístete. Te espero afuera.- Salí y esperé apoyado contra la pared con mis manos detrás de la nuca. Mi cabello suelto y mis pensamientos, recordé el día que lo ví a Trowa por primera vez...

~*~*~Flash Back~*~*~

Caminaba por los pasillos de la Universidad de Oxford de la que era alumno, en ese momento cursaba materias de su carrera de Arqueología. Se había enterado que Sir Trowa Barton había llegado de unas excavaciones en Asia y quería hablar con él al respecto. Sabía que si ese semestre se sacaba muy buenas notas tal vez podría lograr la beca que tanto ansiaba. La Fundación Barton la otorgaba y el sería el primero en la lista, esa era su meta, además Sir Barton hacía poco tiempo había adquirido una extraña mansión de la que hablaba todo el mundo académico. “La mansión de las máscaras”, así le habían puesto los graduados y doctores en Arqueología. Tenía una colección única de máscaras y cuadros raros, además su biblioteca era privilegiada por la cantidad de textos muy extraños, allí se encontraba la novela que fue best-seller “The Silence Cathedral” de Lady Luna Shinigami, su dueña que había desaparecido tras un viaje a Egipto. Parece que en una de las excavaciones del Templo de Ra, una maldición la llevó al Antiguo Egipto, pero sólo son rumores, ¡por Ra espero que este bien!

Dicha mansión se encuentra en Chelsea una zona muy exclusiva en las afueras de Londres.

Esperaba fuera de las oficinas donde están los departamentos de las distintas carreras de la Universidad de Oxford y lo vió aparecer; era alto, cabello castaño con un flequillo raro tapándole un ojo y dueño de unos hermosos ojos verde esmeralda. Vestía un traje color verde seco y una camisa natural, llevaba zapatos marrones y un ataché del mismo color que su calzado.

-Buenos días, Sir Trowa Barton.- Le dijo Duo quien estaba nervioso le habían hablado maravillas de ese hombre no muy mayor que él.

-Buenos días, tu eres... Duo Maxwell.- Le contestó Trowa quien lo observaba muy detenidamente. Después de estudiar su cuerpo se detuvo en sus ojos amatista. -¡Qué color raro de ojos tienes! Sabes que esa piedra, la amatista. Tu tienes el color parecido a ella en los ojos, los estudiosos de gemoterapia dicen que si usas esa

-No lo sabía...- Le cayó bien Trowa a Duo.

-Me caes bien, tienes un lindo aura y pareces sincero...- Le dijo Trowa amablemente.- ¡Entras!

-Por supuesto, lo estaba esperando, ¡No!- Dijo Duo un tanto confundido pues Trowa ocasionaba eso en él.

-Cierto tenías una cita conmigo, me lo dijo mi secretaria Catherine Bloom.- Tomándose la cabeza en señal de olvido.- Sabés una cosa vengo de un viaje a China estoy investigando a un pintor de esa nacionalidad cuando China era Catay, la llamaban así en la época de Marco Polo.- Pero hay otra cosa en “La mansión de las máscaras” hay dos cuadros de ese pintor.

-¿Cómo se llamaba el pintor el cual mencionas?- Dijo Duo muy intrigado.

-Wufei Chang era su nombre, parece según dicen los estudiosos. Dicho pintor no solo pintaba sino que lo hacía con magia.- Trowa rió no creía pero eso es lo que había estado investigando.

-Leí algo sobre ese artista.- Dijo Duo sin quitar sus ojos de los del erudito.

Pasaron a una de las oficinas que estaba dentro del Departamento de Antropología de la Universidad. Era un lugar exquisito muy sobrio pero acogedor, muy inglés. Un escritorio del siglo XIII y sillones tapizados en cuero de un tono verde inglés, unas cortinas haciendo juego con el color de los sillones.

-Sientate, me gustaría que trabajaras conmigo.- Dijo cuando Duo se sentó.

-Pero...- No dejó que Duo continuara.

-Si, ya se te toma de sorpresa pero me agradas y eso es importante, que con quien trabajes te caiga bien además tienes un muy buen curriculum- Mirándolo fijamente a esas orbes amatista que lo intrigaban.

-Está bien.- De lo nervioso que estaba se quedó mudo Duo...

-Bueno ahora tengo cosas que hacer. Te veo mañana en la mansión.- Dijo Trowa quien en toda esa conversación que tuvo él con Duo, no se había sentado, se apoyó con su espalda y los brazos cruzados en el marco de la ventana.

-Entonces hasta mañana.- Levantándose el trenzado y yendo hacia la puerta.

-Me olvidaba trae tus cosas porque te quedarás conmigo en la mansión.- Dijo Trowa a sus espaldas.

Duo salió y no entendía nada, se acercó a la secretaria una pelirroja que lo miraba intrigada.

-Señorita Bloom, me puede dar la dirección de “la mansión de las máscaras”.- Le pidió a la mujer quien se la escribió en un papel y se la tendió.

-Aquí tiene, Sir Barton es una buena persona y si le pidió que trabaje con él es porque confía en usted, ¡por favor no lo defraude!- Le dijo amablemente Catherine al trenzado.

Y así fue como Duo terminó viviendo en la mansión con Trowa...

~*~*~Fin de Flash Back~*~*~

Me levanté, mi erección era notoria. Esa música me excitaba y ese hombre que se hallaba en el cuadro también. Tomé una remera color verde musgo y unos pantalones del mismo color, me calcé unas pantuflas y salí.

-Vamos.- Le dije a Trowa que estaba un tanto serio.

-Si, al cuarto de música.- Tenía una sensación extraña, como la que me asaltaba durante las excavaciones en Asia... ahora lo podía discernir. Caminamos en silencio, ese lugar...

-Voy a ir a la galería, Trowa...- Tuve ganas de ir a ver el cuadro de Heero, cada vez que lo veía sentía como que me miraba...

-Te espero en salón...- Le dije, no me llamó la atención su repentino cambio de idea. Duo era así, despistado y cambiante. Seguí caminando y al llegar a la puerta, esta se abrió sola... no lo podía creer y allí estaba él... ese hombre que me había quitado el sueño durante mucho tiempo y que durante las noches de luna llena, me extasiaba con su melodía...

Tocaba, mirando la luna que me empujaba a seguir y él se quedó estático delante mío... nuestras miradas se cruzaron... no era la primera vez... sin dejar de mirar esas esmeraldas que brillaban con destellos verdes coronadas por la luz lunar...

Sus cabellos rubio coronados de una aura plateada... sus orbes aguamarina se clavaron en mí... quedé extasiado, subyugado... mi piel ardía ante esa mágica presencia que debía haber salido de otro mundo... corrí hacía él...

Dejé mi violín... corría hacía mí... traté de esquivarlo pero no pude... me tomó de la cintura y caímos... el quedó sobre mí... sus labios casi sobre los míos... iba a besarlos cuando...

Estaba sobre mi duende rubio a punto de besarlo cuando fui alzado y separado de él...

-¡No lo toques...!

Sentí un puñetazo que me partió el labio y esos ojos cobalto que me miraban con odio...

Continuará...

~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~

 

Notas finales:

Si no hubiera sido por Axon Corvus, este fics, no hubiera vuelto a ver la luz. Ni tendrían el placer de leerlo...


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