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Ideas abyectas por Shinjimasu

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Notas del fanfic:

¡Hola! De nuevo estoy con una nueva historia c:

Ésta vez es algo especial porque fue una "apuesta" con un amigo. Prácticamente la idea de la trama es suya, pero la redacción y el desarrollo son míos; él también hizo una historia y de esa la trama es mía y el desarrollo y redacción suyos, pero en fin, el punto es que es una historia random por así decir xD

Espero la disfruten -w-

El club se había llenado alrededor de las 10:00 p.m.

Dentro no había más que el mismo ambie           nte que hostigaba a cualquiera que se atreviera a soportar una más de esas “fiestas” que ya habían dejado de ser buenas desde hacía varios años. Los puntos de reunión seguían siendo los mismos, ese por ejemplo, pero lamentablemente la ambientación sí que había decaído con el paso del tiempo.

La que debería ser una reunión para aclarar algunas normas de los contratos y para que los actores se familiarizaran entre sí terminó siendo una fiesta de adolescentes: la música casi ensordecedora del lugar; la gente bebiendo, tanto productores como directores, actores y camarógrafos, personas bailando y moviéndose de un lugar a otro, los inicios del caos…

Pero a pesar de todo lo irracional y extravagante que aquello podía parecer al tratarse de trabajo, de manera profesional todos los invitados atendían lo que se planteaba. Después de todo se trataba de su sueldo.

Dentro de esa multitud estaba Haitani Zinan, quien interpretaría uno de los papeles protagónicos de la nueva presentación cinematográfica de carácter independiente. Era esa la razón por la que todas esas personas estuvieran reunidas ahí esa noche.

-Estás loco, yo nunca habría aceptado ese trato-

-Eso es porque tú no eres tan bueno como yo- sonrió Zinan –Un buen actor sabe realizar cualquier trabajo-

-¿Me estás diciendo que sabes actuar como un homosexual?-

-¡Claro que sí! No es tan difícil, solo debes actuar como un marica y ya, afeminado y todo- contesto haciendo un ademán con su mano antes de beber un poco del coctel que estaba en la mesa.

-Sabes perfectamente que no me refiero a eso- rio su compañero de junto –Hablemos las cosas como son Zinan: ¿Acaso sabes gemir como uno de esos sujetos? ¿Ya te lo metieron? Digo, porque esa es una de las escenas de la película-

-¿Acaso dudas sobre si he leído el libreto? ¡Por supuesto que lo sé!- respondió simulando estar ofendido –He causado esa reacción en muchas mujeres como para saber cómo se debe escuchar-

-Estaremos de acuerdo en que no es lo mismo- se burló –Los hombres son… ya sabes, más “hombres”-

-No serían hombres si se dejan penetrar por otro-

-Bueno, bueno, el punto aquí es si realmente podrías gemir igual que uno de ellos, y lo digo por ti que todo lo que haces es “perfecto”-

-Te sorprenderás de lo bien que saldrá- le sonrió de manera desafiante –Tanto que incluso tú te excitarás-

Su compañero rio –Ya lo veremos, ya lo veremos-

-Siempre he estado en la cima ¿No es así? No veo porqué en esta ocasión no lo estaría- agregó mientras se ponía en pie y tomaba su chaqueta.

-Oye, no pensarás en irte tan pronto…-

-Lo siento, pero a diferencia de todos ustedes, simuladores, tengo una agenda apretada- les sonrió con burla –Así que… los veré mañana-

-No olvides que el jueves iniciamos la producción a…-

-Sí, sí, llegaré temprano- exclamó al dirigirse a la entrada. La verdad era que ya no soportaba estar ni un minuto más ahí dentro.

Subió a su auto y condujo hacia el centro de la ciudad. Las luces de los aparadores lo irritaron un tanto más, pero afortunadamente no duraría mucho su viaje.

Habían sido unas semanas difíciles y ahora solo quería tomar una ducha y meterse a la cama a dormir; ni siquiera tenía apetito como para cenar algo antes.

Cuando llegó a casa apenas y se dio tiempo para cerrar la puerta cuando ya había  arrojado con furia su chaqueta al suelo.

-¡Maldita sea! ¿Cómo demonios voy a hacer eso? ¡A buena hora se me ocurre aceptar un papel tan estúpido y superficial como ese!- se quejó molesto -¡¿En qué estaba pensando?!-

Ya había soportado mucho su frustración durante la tarde y en esa estúpida fiesta ¿Por qué seguir aparentando ahora? Estaba molesto, no, furioso. Al principio no le había parecido tan mala idea y realmente solo se había interesado en el papel debido a las ganancias que tendría, pero cuando terminó de leer el libreto (el cual solo había hojeado de manera general durante la junta de propuesta) se dio cuenta de que había cometido un gran error. Él nunca había estado en una situación similar a la de su personaje, tampoco conocía a alguien así ni mucho menos había visto ese tipo de relaciones enfermas.

Por primera vez se sentía humillado y confundido. No tenía ni idea de cómo actuar una escena como esa siendo él el Uke o el Pasivo o como fuera que podría llamarle. Se sentía engañado y frustrado a la vez, algo que nunca le había pasado, pero por más que se quejara no podía hacer algo para remediarlo: renunciar sería aún más humillante.

Se dispuso a relajarse para poder encontrar una solución a su “problema” pero mientras más lo pensaba más se daba cuenta de que había sido un verdadero idiota.

Buscó información en internet, pero todo lo que encontraba no era más que teoría aburrida y eso no le servía en lo absoluto. Necesitaba algo más, algo que en verdad le hiciera sentir estar dentro de una relación así, extasiado por el placer de… de que un pene se introdujera en su conducto anal.

Incluso decirlo así sonaba asqueroso, pero por más que lo pensara no lograba encontrar una solución.

Intentó buscar pornografía gay, pero fue más perturbador para él de lo que pudo haber creído. Esa había sido la noche mejor desperdiciada de su vida.

Estaba en un punto en el que realmente se suicidaría si no encontraba la solución, pero como si se tratara de un enfermizo juego o el más retrógrado de los destinos, terminó por desviarse de su objetivo de la manera más maravillosa de todas.

Fue en el momento que pensaba darse por vencido cuando una nota llamó su atención. Se fijó en la pantalla de su computador y leyó el encabezado “Migiwa Haruki, ganador del Premio F.B. de S. por su trabajo en antropología social de la Universidad B.” bajó un poco más y encontró una foto, reconociendo casi de inmediato a ese tal “Migiwa Haruki”.

Una sonrisa satisfactoria cruzó su rostro y corrió a su habitación para buscar su anuario. Las cajas cayeron por todas partes cuando esculcó dentro de su armario hasta que finalmente lo encontró; en efecto, era él, el mismo Migiwa Haruki que en la preparatoria había obtenido el mérito académico, el representante del grupo, el alumno ejemplar, el chico homosexual que se le había declarado al final del curso… el que ahora le ayudaría a conseguir lo que necesitaba.


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