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Un Beso por un Helado Respectshipping por LizzieVidal

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Notas del fanfic:

Ni Yu-Gi-Oh! Ni ninguno de sus personajes me pertenecen, estos pertenecen al gran master Kazuki Takahashi♥.

Notas del capitulo:

Ni Yu-Gi-Oh! Ni ninguno de sus personajes me pertenecen, estos pertenecen al gran master Kazuki Takahashi♥.  

Locuras y más locuras, whatever... 

Le debía este fic a una lectora y pues aquí está :3 

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“Que prefiero tus labios a cualquier tesoro en este mundo”.

 

La ciudad de Domino se caracterizaba por ser una ciudad en la que hacía demasiado calor en los veranos y un extremo frío en los inviernos; y justamente la hermosa ciudad se encontraba en pleno apogeo de la primera estación.

Era un típico y muy caluroso día de verano, los alumnos de la preparatoria Domino se encontraban preparándose para las vacaciones, todos ansiaban ese pequeño periodo de licencia donde podían disfrutar en sus casas de un merecido descanso después de tanta labor escolar.

Jueves, penúltimo día de clases, al sonar la campana que indicaba la hora de salida un apuesto chico de unos intensos ojos rubíes y un exótico cabello tricolor comenzó a preparar sus cosas para irse a descansar a su casa, si algo quería el chico de los ojos rubíes era ir y poder pasar la tarde descansando en la comodidad de su casa leyendo un buen libro o jugando algún videojuego, lo que fuera que lo atrapara primero, pero una cosa era segura, él no saldría de ese lugar, mucho menos en una tarde tan calurosa como la que se estaba propinando en esos momentos.

Yami salió tranquilamente de su salón de clases no sin antes chocar miradas con un chico moreno, castaño, alto, dueño de uno gélidos y despectivos ojos azules, ambos muchachos chocaron las miradas, el ambiente entre ambos chicos era tenso, a simple vista se podía notar que no llevaban una buena relación, pero era algo que poco le importaba al más bajo de los dos, Seto Kaiba por su parte odiaba a aquel chico aunque este no supiera el motivo, el de los ojos azules claro que tenía claro el motivo de odiarlo tanto.

Antes de poder seguir su camino fuera de las instalaciones de la preparatoria Domino, el chico tricolor fue detenido por una voz que conocía bien, ya había tenido la oportunidad de escucharla en otras ocasiones.

—¡Yami! -El mencionado volteó rápidamente su mirada para toparse con un chico más bajo que el, dueño de unos ojos color azul grisáceo y una larga y azabache cabellera.

—Hola Moki, ¿qué es lo que haces aquí? -Cuestionó sonriéndole cálidamente, el pequeño peliazabache era el hermano menor de Seto, el tipo que lo odiaba sin siquiera saber el motivo.

—Vine a ver a Seto para irnos juntos a casa, pero olvidé que hoy tiene una junta importante con los directivos de la escuela y estas suelen tardan mucho -Su rostro se miraba cabizbajo, Yami sentía un poco de pena por el pobre pequeño que debía esperar a su tonto hermano solo.

—Ya veo… amm bueno, ¿te gustaría que me quedara a acompañarte en lo que sale Kaiba? -Cuestionó amablemente, nada le costaba quedarse a esperar junto a Mokuba, aunque eso significara truncar los planes de su tarde.

—¿Harías eso? -Al cuestionarle aquello los ojos del peliazabache brillaron como un par de luces, Yami asintió sonriéndole levemente -¡Gracias Yami, eres muy bueno! -Exclamó feliz.

—Bueno, pero no podemos quedarnos aquí en pleno sol, ¿te gustaría ir a tomar algo en el parque? -El pequeño Moki no tuvo que pensar nada, era más que obvio que él iría con Yami, era obvio que seguiría a Yami hasta el fin de la tierra, simplemente porque Mokuba Kaiba estaba enamorado del chico frente a él, se había enamorado de él desde que lo vio por primera vez una tarde que fue a la preparatoria a buscar a su hermano, había sido “amor a primera vista”, esto era conocido por su hermano mayor y ese era el motivo del chico de los ojos azules de odiar tanto al de los ojos rubíes, Yami había conseguido embelesar a su amado hermano y eso era totalmente reprobado por el castaño, primero porque su hermano aún era muy pequeño como para estarse fijando en alguien y segundo Yami era idiota que no se daba cuenta de cómo se sentía Mokuba y sus actos de amabilidad con el pequeño solo hacían a este que se encaprichara mucho más con el de lo que ya estaba.

—Claro, me encantaría -La sonrisa del pequeño azabache era grande, estaría una tarde junto a Yami y eso lo adoraba, suplicaba porque eso pudiera repetirse cada día.

Ambos chicos se dirigieron hasta el parque de Domino que solo quedaba a unas cuantas cuadras de la preparatoria así que más temprano que tarde ambos chicos estaban en ese lugar, recorrieron un poco los alrededores y después terminaron parando en la heladería del lugar.

Al entrar Mokuba eligió una mesa de las que estaban al fondo, Yami lo siguió con una sonrisa.

Al pasar unos minutos un camarero fue a atender a los chicos, ambos hicieron su pedido, el mayor pidió un frappe de moka excelente para el calor y el menor pidió un Banana Split con Nutella.

Mientras esperaban sus pedidos platicaban amenamente, Yami estaba pasando un buen momento junto a Mokuba, a pesar de ser un niño tenía una gran capacidad intelectual para hablar fluidamente de varios temas de interés actual, eso le sorprendía de sobremanera a yami.

—Eres muy inteligente Moki -Mencionó sonriéndole alegremente.

—No es verdad, tú eres más inteligente -Refutó el pequeño algo sonrojado por el comentario del mayor, el corazón de Mokuba no había podido dejar de latir rápidamente desde que estaba junto a Yami, el peliazabache realmente creía que estaba enamorado de ese chico frente a él.

—Por cierto, Moki, ¿Kaiba no se molestará si sabe que estás conmigo?, ya sabes que no soy santo de su devoción -Mencionó el tricolor jugando con una pajilla que había tomado de un recipiente que estaba en la mesa.

—Tranquilo, Seto no dirá nada -La sonrisa del menor hizo sentir un poco de confianza a Yami.

—De acuerdo -Sonrió alegremente, a los segundos el camarero regresó con sus pedidos y ambos comenzaron a degustar sus postres mientras seguían su amena platica.

El tiempo fue pasando, al paso de una hora Yami pensó que era hora de regresar, seguramente el egocéntrico de Kaiba ya tendría que haber terminado su junta para ese momento.

—¿Seguro que debemos regresar ya? -Cuestiono el peliazabache algo decaído.

—Así es Moki, tu hermano ya debe haber salido de su “importante” junta -Mencionó haciendo comillas a la palabra importante cosa que hizo reír al menor.

—De acuerdo, si no hay de otra -Mencionó sin más mientras sonreía levemente, ambos se levantaron y cuando Moki iba a darle a Yami su parte para pagar el Banana Split, Yami negó.

—No te preocupes Moki, yo invitó –Mencionó Yami guiñándole al menor quien quedó encantado ante ese gesto del mayor, el pequeño asintió encantado y después salieron del local para emprender el camino de regreso a la preparatoria.

Mientras caminaban a dicho lugar seguían platicando cualquier cosa, Moki había pasado una tarde de ensueño junto a Yami y el segundo no se la había pasado nada mal, se había convencido que la sangre frívola e insensible de Kaiba no era una cualidad que compartiera el pequeño Mokuba y eso lo agradaba.

Al estar en la esquina de la preparatoria Moki se detuvo en seco tomando la mano de Yami.

—Yami, es mejor que te quedes aquí, yo puedo irme solo -Mencionó pensando en el regaño que se llevaría por parte de su hermano si lo veía llegar junto al de los ojos rubíes.

—No que no habría problema con Kaiba -Mencionó burlescamente Yami, el menor se sonrojo tiernamente -De acuerdo, entonces nos veremos en otra ocasión Moki -Mencionó revolviéndole sus cabellos mientras le sonreía cálidamente.

—Yami -Mencionó el pequeño Mokuba jalando su mano haciendo que el mayor se agachara un poco para poder darle un tierno y dulce beso en los labios, Yami se quedó estupefacto debido a la acción del pequeño Mokuba.

—¿Y eso por qué fue? -Fue lo único que atinó a cuestionar al ver marchar a gran velocidad del lugar.

—Es el pago de mi helado, nos vemos después -Mencionó el pequeño haciendo un ademán de despedida, Yami no podía creer lo que había pasado, solo atinó a responder el gesto y llevar una de sus manos a sus labios tocándolos suavemente, sentía como su corazón latía fuertemente y un gran sonrojo se implantaba en sus mejillas dejándolo totalmente descolocado, había sido sorprendido por el beso fugaz de un pequeño niño de once años, no podía creerlo, sin embargo no le había causado ninguna molestia ese pequeño gesto del menor, aunque estaba totalmente mal, era mucho menor que él, además, Mokuba era el hermano del chico que lo odiaba y ahora que lo pensaba muy bien, tal vez a eso se debía el porqué del odio rotundo del de los fríos ojos azules hacia él.

Yami se incorporó después de unos segundos y emprendió el camino a casa teniendo una sola cosa en mente, el tierno beso que le había sido entregado por el peliazabache, locura o no ahí estaba él pensando en ese momento, momento que trataría de hacer que se repitiera, nuevamente intentaría tener de recompensa un beso por un helado.

 

----Fin----

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Notas finales:

Ñam, ñam :3 eso es todo x'D ya me voy, desaparece antes de que le caigan a palos por este fic... 


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