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Christmas Day por RinneRaccoon

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Notas del fanfic:

Resubiendo esta serie de one-shots navidaños /fuera de temporada, wtf/ que tenía subida en la cuenta de 4KMNah. òó

Por fin había llegado el veinticinco de diciembre, ese día se celebraba la fiesta por excelencia de todos los años en la casa de Kris. Realmente era todo un anfitrión y montaba unas fiestas inolvidables con una temática diferente todos los años y ese año… era sobre ciervos. Porqué ese animal se preguntaba continuamente Sehun, quien había decidido rendirse y olvidarse de Rudolph, alias Luhan. El maknae suspiró y se puso la almohada encima de la cabeza, intentando no pensar. Se había declarado todos los días desde que Kris los había presentado en la fiesta del año pasado, que por algún misterioso motivo era sobre pandas. ¿Acaso Kris era zoofílico?


Sehun decidió levantarse, bostezó con pereza para luego mirarse detenidamente en el espejo. Tenía los ojos hinchados de tanto llorar y es que su confesión de hacía unos días atrás, tras planearlo con gran minuciosidad, había sido un completo fracaso como venía siendo costumbre. Incluso un día había llegado a confesarse tres veces, pero nada, Luhan siempre lo rechazaba con una maldita sonrisa tierna. ¡¿Por qué?!, gritó mentalmente mirándose aún en el espejo… ¿por qué lo rechazaba? ¿Acaso era feo? No, eso no era. Rio ante esa idea, cómo iba a ser feo si desde niño siempre había recibido piropos tanto de hombres como de mujeres. ¿No le gustaba su piel blanca? Imposible, Luhan tenía la piel igual o incluso más blanca, casi como un muñeco de porcelana. Era tan hermoso… con un perfil fino y casi femenino, pero Sehun veía la belleza personificada en ese delgado cuerpo. Se quedaba sin aire cada vez que veía esas pestañas espesas que adornaban esos ojos color avellana tan adorables y hermosos.  


-Aigo… -hizo un pequeño puchero aún delante del espejo y resopló- Luhan… hoy serás mío… ¡me dirás que sí!


Mientras en la casa de Kris, con la pequeña luz que se filtraba por las oscuras cortinas, se despertaba un chico muy delgado, con un rostro fino y dulce. Luhan bostezó estirando los brazos, desperezándose. Pestañeó varias veces y miró a su alrededor, algo desubicado ya que había llegado la noche anterior en la madrugada por su apretada agenda como modelo, realmente había echado de menos su país, China. Se levantó aún con los ojos medio cerrados y se dirigió a tientas por la habitación hasta el cuarto de baño. Allí se metió debajo de la ducha y abrió el grifo de agua fría sin darse cuenta, sus ojos se abrieron ampliamente como un venado asustado y entre maldiciones e insultos cerró el grifo de golpe para luego abrir el del agua caliente.


-En serio… no me sienta nada bien dormir tan poco… -suspiró y siguió duchándose tranquilamente mientras tarareaba canciones de moda.


Esa mañana debía ayudar a Kris a preparar las cosas para la fiesta de esa noche, cruzó los dedos con la esperanza de que Sehun se rindiese de una vez y no lo molestase más. Salió de la ducha y se miró en el espejo, se observó y sonrió varias veces satisfecho con lo que veía, demasiado. Le gustaba lo que veía, pero no le gustaba que un niño lo persiguiese por todas partes. Al principio había hecho caso a las insinuaciones de Sehun, pero cuando Kris le dijo la edad que tenía… Todo cambió, vamos que si lo hizo…no podía ni verlo en pintura sin poner una expresión falsa y que todo su cuerpo se tensara completamente. Se sentía incómodo en la presencia del rubio y en su última confesión no pudo más y le dijo palabras muy crueles. Suspiró poniendo mala cara a su reflejo y le enseñó la lengua. Rápido fue a vestirse y bajó al salón donde Kris con la ayuda de sus compañeros de piso: Tao, Amber y Chen, inflaban un montón de globos de color rojo, dorado, blanco y verde, los típicos colores navideños.


-Buenos días –saludó Luhan con una amplia sonrisa, corrió a los brazos de la chica y la besó en la cabeza.


-¡Por fin, dios mío! ¡El venado decide aparecer! –dijo Chen exagerando la situación como siempre, incluso se puso de rodillas mientras se le escapaba el aire del globo que estaba inflando y lo despeinaba, todos empezaron a reírse inmediatamente mientras él intentaba hacer pucheros.


-Mira que eres tonto- dijo Amber haciendo un nudo a un globo más mientras lo tiraba al suelo junto a los demás.


-No sé ni cómo puedo vivir contigo… -susurró Kris llevándose la mano a la cara de la vergüenza ajena que sentía.


-¡Oh, vamos! Porque soy una hermosura y todos besan el piso por donde paso, ¡ja! –dijo Chen poniéndose de pie y se sentó en el sillón mirándose sus perfectas uñas en un intento de hacerse el interesante.


-En fin… -susurró Amber con una suave risa y abrazó fuerte al ciervo- ¿Ya te sientes mejor? –preguntó preocupada ya que ella era la única que sabía sobre lo que había pasado con la última confesión de Sehun.


-Aún me siento mal… -susurró el chico agachando la cabeza e intentando no derramar ninguna lágrima, sobre todo delante del energúmeno de Chen.- ¿Cuándo vas a darte cuenta de que te…? –no pudo terminar de hablar ya que rápido habían tocado el timbre de la casa y Chen antes de que Kris lo regañase por hacer el vago, fue a abrir la puerta con una gran sonrisa seductora, pero en cuanto vio quién era hizo una mueca de desagrado, sin embargo, luego sonrió con malicia.


-¡Oh…! Eres tú. Pasa, pasa, eres bien recibido –dio vueltas sobre sí mismo como si estuviese intentando hacer ballet, pero más bien mostraba una imagen muy cómica- Lulú~~ Mira quién ha venido a verte, tu querido príncipe~ -dijo mientras dejaba paso al chico y sonreía con sorna.


-Hola… -murmuró el pequeño mientras entraba con timidez en la sala, arrastrando un poco los pies e intentando evitar mirar a Luhan a los ojos, este se tensó y notó cómo Amber lo tomaba fuerte de la mano.


-No seas tímido. Entra, muchacho. –dijo Chen empujando al chico hasta que lo puso delante del ciervo.


-¿Qué haces tú aquí? –preguntó fríamente Luhan sin ni si quiera mirarlo, Sehun alzó la cabeza y luego se lamió los labios nervioso e intentó hablar, pero las palabras no le salieron.


-Tsk, ni si quiera para eso sirves… eres un inútil –dijo Luhan poniendo los ojos en blanco y con un chasquido de lengua se fue a sentar al sofá lejos de ese paliducho.


-Bueno… -comenzó a decir Tao algo incómodo con la situación y miró a su novio Kris, intentando que salvara la situación.


-Venga, ¡no seáis vagos! Tenemos que tener todo listo en dos horas –sonrió Kris maliciosamente, metiéndole prisas a todos.


Tao sonrió y tomó del brazo a Sehun para apartarlo un poco del ciervo cabreado y le llevó hasta la cocina para empezar a preparar ambos la comida. Tao le colocó sonriente un delantal por el cuello y le dio unas pequeñas palmaditas en el hombro para luego sacar una bandeja y empezar a hacer comida para picotear aunque Kris había contratado un catering entero, a Tao le hacía ilusión hacer algo, aunque sea un canapé.


-¿Cómo puedes… no rendirte? –preguntó de repente mirando a Sehun con curiosidad, no se conocían mucho, pero Tao había pensado, igual que todos, que el chico se rendiría pronto y buscaría otra víctima, sin embargo, todos se equivocaban.


-Pensaba… -Sehun se había congelado al oír la pregunta, pero luego se relajó y se apoyó en el pollo de la cocina- Realmente pensaba rendirme… la última vez… salí muy dolido, sus palabras fueron muy crueles… pero aún así... y-yo…-a Sehun le tembló la voz, cerró los ojos y continuó hablando- no lo sé, pero hoy al verle sentí nuevas fuerzas, pensé que si realmente estoy luchando es porque lo amo, no es un simple capricho ¿no?


-Hm… -Tao se le quedó mirando y asintió levemente, miraba al pequeño con envidia, él sí tenía fuerza de voluntad.


-Ya no sé ni qué hacer ni qué decirle… Cada vez que me separo de él, que no puedo ver su sonrisa, sus ojos… sus labios –rió débilmente- Siento que me muero, que me falta la respiración y hasta que no lo vuelvo a ver… no me tranquilizo, no me siento protegido. Dependo de él, de sus sonrisas porque si él es feliz… yo también, por eso, esta mañana pensé rendirme… porque si él es feliz sin mí… yo seré feliz porque él lo es aunque me esté muriendo por dentro…-se mordió el labio indeciso, de repente, estaba soltando todos sus sentimientos en ningún momento los había ensayado como en todas sus confesiones, todo le salía natural.


-Sehun…-dijo Tao mirando a la espalda del chico, ya que en el marco de la puerta había aparecido un sonrojado Luhan.


-Sí, lo sé… -contestó Sehun- Soy un niñato… y seguramente Luhan no quiere tonterías, quiere estar con alguien mayor, rico, maduro… un adulto… -el chico se llevó una mano al cabello y empezó a desordenarlo- Pero… yo realmente… si él quiere eso, ¡yo puedo esperar! Dentro de nada terminaré el instituto, estudiaré todo lo que haga falta y luego viajaré al extranjero, a una de las mejores universidades del mundo… ¡me convertiré en lo que él desee!


-Sehun… mira… -comenzó Tao de nuevo para advertirle de la presencia del venado, pero el rubio continuaba hablando sin parar, necesitaba sacar afuera todos sus pensamientos y sentimientos, todos esos que no podía decir delante de Luhan porque se ponía nervioso y temblaba más que un flan.


-No, Tao, no es un simple capricho… Yo realmente amo a Luhan y quiero ser egoísta, quiero que su felicidad sea estar junto a mí, quiero que sonría cuando me vea y no haga una mueca de odio, quiero que me abrace tiernamente… quiero que sus labios rosados y tiernos besen los míos… quiero… protegerlo, atesorarlo para siempre junto a mí… ¿me entiendes? –alzó de nuevo la mirada hacia el alto y este asintió con sonría divertida- ¿Ah? ¿Ocurre algo…?


-No, te ves demasiado tierno así de rojo por pensar en ese chico –Tao sonrió suavemente y lo cogió de la mano- Rápido, Kris está echando chispas ahí fuera por culpa del duende JongDae, tenemos que terminar-dijo sonriendo ampliamente, Sehun también sonrió y ambos empezaron con la faena.


Luhan iba a entrar en la estancia, pero estaba tan nervioso y rojo que sus piernas fallaban así que sigilosamente se dio la vuelta encontrándose con una mirada expectante de su mejor amiga Amber. Él le hizo una señal con la cabeza y ella asintió, se reunirían en su habitación en cuanto ella pudiese escabullirse del controlador de Chen, quien vigilaba a todos para que no se le escapase ningún detalle de nada. Luhan subió tranquilamente a la parte de arriba cuando la chica comenzó a distraer al otro empezando a molestarle.


-¡Yah, Amber! Si simplemente deseas una cita conmigo… solo tienes que hablar con mi secretario Kris –dijo dándose aires de celebridad mientras Kris enarcaba una ceja y le daba una colleja.


-Anda, calla. Si alguien aquí tuviese que ser mi criado, serías tú. –dijo Kris serio mientras terminaba de inflar un globo- Aunque… viendo que no haces nada, ni para eso sirves, tsk. –el rubio chasqueó la lengua y anudó el último globo, tirándolo al suelo agotado.


-Pero qué dices… ¡si yo envié las invitaciones!-dijo ofendido el chico, abriendo ligeramente la boca, aunque todo de una forma muy fingida.


-¡Pero si Tao fue quien las escribió! Tú solo le diste a un botón –empezó a reírse Kris de toda la situación, pues el pequeño no dejaba de poner tontas, pero ingeniosas excusas a todo lo que le decían.


Justo en ese momento que el chico estaba distraído con el más alto, Amber aprovechó para subir rápido las escaleras. Cuando entró en la habitación del castaño abrió los ojos de súbito pues parecía que había pasado un huracán y había sacado toda la roba del armario en un torrente de color. Luhan salió del baño recién duchado de nuevo y maquillado, haciendo resaltar de una forma muy natural sus ojos castaños.


-P-pero… ¿y este cambio? –preguntó boquiabierta la chica, quien no cabía en su asombro, o sea, ella sabía que su amigo estaba loquito por ese chico, pero siempre lo negaba… ¿qué había cambiado?


-Yo… -comenzó Luhan, pero rápido sus mejillas se tiñeron de un ligero rosado, muy tierno- Sehun… bueno yo…


-Ambos sabemos que desde el primer momento que lo viste, te enamoraste –dijo Amber cruzándose de brazos, dando un toque de realismo y cordura a todo ese enredo de sentimientos, el chico solo pudo asentir- ¿Y qué te ha hecho cambiar de opinión?-preguntó curiosa, pues ella había intentado por todos los medios hacerle abrir los ojos.


-Bueno… escuché sus sentimientos, se los dijo a Tao… y no parecía falso, ni ensayado como las otras veces… -susurró el chico secándose el pelo, Amber suspiró y se acercó a él para pisarle un pie.- ¡Auch!


-Te lo mereces por cabezón y alégrate de que no te haga nada peor… -sonrió malévolamente, mirándolo fijamente a los ojos mientras lo señalaba con el dedo índice- ¡Sabías perfectamente que eso era porque el muchacho se muere por tus huesos! ¡Que tenía que leerte las cosas y preparar todo con minuciosidad porque sus nervios lo traicionaban! –dijo la chica de una forma colérica- Y ahora que lo escuchas decir unas palabritas de nada, decides hacerle caso…-la chica iba a continuar, pero Luhan le tapó la boca.


-Simplemente no digas nada, solo ayúdame a… prepararme, quiero estar deslumbrante para él… -susurró avergonzado, agachando un poco la cabeza mientras volvía a sonrojarse.


-¡Oh, Luhan, por favor! Eres modelo… con cualquier trapito estás perfecto, ¡incluso ahora!- chasqueó la lengua y cogió unas prendas al vuelo.


Luhan la miró horrorizado, pero luego se dio cuenta de que conjuntaba perfectamente y encima con temática navideña. Cogió la ropa y fue al baño a cambiarse rápido, se puso unos pantalones entubados de color negro, unas botas marrones, de estilo militar, las cuales adornaban sus delicados pies y en la parte superior, sobre una camiseta de vestir, llevaba un jersey beige con detalles de rombos en el pecho, encuadrados en una franja, de color rojo y verde. Salió sonriente y abrazó a la chica ampliamente, besándole varias veces su mejilla, muy cariñoso.


-¿Cómo lo has hecho? –preguntó asombrado, aún sin soltarla.


-Una se acostumbra a hacer esto a diario con un amigo que está continuamente sufriendo crisis de vestuario –dijo riendo mientras se encogía de hombros, claramente se refería a él.


-Oh… me ofendes –dijo llevándose una mano a la frente, haciéndose el ofendido con ella.


-Tonto, pero falta un pequeño detalle… -sonrió cómplice y de detrás de su espalda sacó una diadema adornada con dos cuernos de ciervo- Eres nuestro venado personal –sonrío divertida y le guiñó un ojo mientras le colocaba con mucho cuidado la diadema en la cabeza, sin despeinarlo- ¡Listo! Estás perfecto –sin darle tiempo a que se mirase en el espejo lo empujó hasta la escalera para que bajase.


Durante todo el tiempo que estuvieron en la habitación preparando al chico para su gran noche, todos los invitados ya habían llegado a la casa de Kris. La música sonaba suavemente un poco por encima del barullo que hacia la gente, pero no demasiado ya que se trataba de una velada tranquila, las fiestas ruidosas ya las hacían todos los sábados. Luhan intentó buscar al chico de semblante serio entre todos los presentes, se mordió suavemente el labio inferior sin encontrarlo, pero luego lo vio situado en una esquina junto a dos chicas, Jessica y Krystal, quienes no paraban de jugar con su cabello en un claro acto de coqueteo con el chico. El venado frunció el ceño y bajó como una furia hasta el más joven, se metió en medio de las dos chicas y lo cogió de la mano, tirando suavemente de ella para llevárselo lejos de allí. Sehun abrió la boca ligeramente, muy sorprendido, pero aun así se dejó llevar por el mayor.


-¿H-hyung…? –preguntó este una vez estuvieron en el jardín trasero, lejos del ruido de la casa, Luhan se giró y lo miró incrédulo mientras alzaba una ceja.


-¿Dónde quedó lo de “Hannie”, mh? –preguntó molesto, cruzándose de brazos.


-Yo… -Sehun comenzó a hablar y agachó la cabeza, veía muy molesto al chico- Sé que te molesta… y creo que es hora de aceptar mi derrota… -susurró abatido, con un notable dolor en su voz.


-Oh –comenzó Luhan, con su característica voz de frialdad que utilizaba cuando iba a rechazar a alguien- ¿Y por eso ya te buscas a dos chicas para tirártelas? –preguntó notablemente molesto.


-¿Eh? –dijo Sehun sorprendido, alzó la cabeza suavemente algo aturdido, pero entonces Luhan se abalanzó encima de él, empujándolo contra la fachada de la pared y comenzó a besarlo con pasión, no lo dejaba respirar.


Sehun torpemente comenzó a mover los labios, aún aturdido, no se creía lo que estaba pasando. No podía ser posible que su Hannie lo estuviese besando de esa forma cuando este… ¿lo odiaba? Dejó de pensar cuando notó que la suave lengua de Luhan le rozaba el labio inferior y entreabrió los labios para dejarle paso. Rápidamente sintió una oleada de diferentes sensaciones: pasión, deseo, calor, pero también dulzura, amor, felicidad…todo eso se mezclaba en el estómago de Sehun, quien estaba sintiendo mariposas, pero lo mismo le pasaba al castaño. Esos labios lo estaban volviendo loco y aún más al entrelazar su lengua con la del rubio, se sentía extasiado y a punto de perder el control.


Ambos se separaron para tomar aire, se miraron sonrojados y luego sonrieron tiernamente. Luhan se acercó a él y le besó la nariz, luego rodeó su pequeña cintura con los brazos y unió de nuevo los labios con los del rubio. Le dio varios picos, muy suaves, casi una rozadura entre ambos, pero otros duraban más, demostrándole así que realmente no lo odiaba, es más, sentía algo por él.


-Me gustas, Hunnie… -susurró Luhan nervioso y se acercó al oído del otro, para que pudiese escucharle, Sehun se erizó al notar la respiración del castaño- Perdóname… ¿te gustaría ser mi maravilloso novio a partir de ahora, Hunnie?- preguntó Luhan suavemente, su voz parecía que acariciaba el corazón del más joven, este sonrió con los ojos rayados y sus lágrimas empezaron a caer por sus mejillas.


-Te haré muy feliz, Hannie… lo juro… -susurró y devoró sus labios para sellar esa promesa bajo, lo que parecía, una rama de muérdago que pendía desde el techo justo donde ellos estaban. Ambos se fundieron en ese beso profundo, uniéndose el uno con el otro, prometiéndose amor eterno y fidelidad sin necesidad de utilizar palabras.


            Amber observaba la escena de los dos chicos junto a Chen quien no dejaba de relatar lo que ocurría como si ambos estuviesen viendo un documental sobre el apareamiento de dos leones. Sobre ellos, que estaban apoyados en la pared de la escalera, dos jóvenes, uno de ellos carraspeó y cuando ambos alzaron la vista, vieron a Tao y Kris sonriendo ampliamente mientras sujetaban otra ramita de muérdago. Amber sonrió avergonzada y miró a Chen con las mejillas ligeramente sonrojadas y cogió el rostro del pequeño entre sus manos, se acercó a él y posó sus labios sobre los finos del chico gato, dándole un tierno beso.


-He hablado con tu secretario Kris y este es el resultado… -murmuró sonriendo mientras miraba al chico, quien estaba atónito, pero luego ella volvió a sonreír y besó de nuevo sus labios.


Kris y Tao sonrieron y ellos también aprovecharon para demostrarse el amor que sentían el uno por el otro. Suavemente el rubio agarró la cintura del chico panda y lo atrajo a sí mismo para besar sus sonrojados labios con ternura mientras apartaba la ramita de muérdago de la pareja de abajo y alzaba la mano para colocarla encima de ellos. Realmente la fiesta navideña con temática de ciervos había sido todo un éxito ese año y lo mismo sucedería con todas las que haría Kris durante todas las navidades siguientes, porque él era el rey de las fiestas. 

Notas finales:

¿Qué taaaal? ¿Os ha gustado? ¡Espero que sí! Poco a poco iré resubiendo los demás capítulos. TT TT Saludines. <3


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