.
.
Sinopsis
.
.
Honrado con la capacidad de cambiar a cualquier forma, Naruto Uzumaki es la máxima autoridad cuando se trata de los cambia-formas del país del fuego, y como el Shihai-tekina su palabra es ley.
Cuidar de su gente no es tarea fácil ni un juego de niños, mucho menos cuando cambia-formas renegados empiezan a atacar. Su necesidad principal es el de cuidar de los suyos y protegerlos sobre cualquier costo. Al menos, hasta que lo encontró a él. Con una lengua viperina y unos ojos tan negros como la noche, Sasuke llego a su vida para poner a todos sus animales interiores a ronronear de gozo, no importa si el dulce gatito saca sus garras, Naruto se encargara con mucho gusto de domesticar a su gato interior, incluso, si tiene que amarrarlo a su cama.
Sasuke Uchiha se encontraba en el lugar y momento equivocado. Al seguirle la pista al traidor de su hermano termino en el territorio del Shihai-tekina , acusado de ser uno de los cambia-formas renegados, su gato interior saca las garras para poner en su sitio a aquel lobo maloliente, lo que no contaba es que en ese instante el Shihai-tekina hiciera acto de presencia. Ahora no sólo tenía que soportar a un lobo maloliente, sino también al idiota más grande del planeta. Y aunque su gato ronroneara de aprobación por semejante macho, Sasuke no cederá. Al menos, no de inmediato.
Por desgracia para ambos el momento no puede ser peor, los renegados han invadido el país del fuego buscando venganza, para proteger al hombre que hace vibrar su corazón y su cuerpo, Naruto tendrá que enfrentarse contra los que han invadido sus dominios para iniciar una guerra.
.
.
.
Prólogo
.
.
.
En una posada en tierra de nadie, tres figuras, dos de ellas altas, musculosas y masculinas, mientras que la tercera era pequeña, esbelta y femenina.
Caminaban apresuradamente evadiendo a cualquier persona que se les interponía en el camino. Uno de ellos gruño con disgusto cuando un hombre anciano se tropezó contra él, no ayudo al viejo a levantarse, le daba exactamente igual por lo que siguió su camino haciendo caso omiso a los gritos de aquel viejo que se encontraba desparramado en el suelo con una mano en su cadera adolorida.
-Que grosero -expresó de forma burlona la figura femenina, espero un poco pero no obtuvo ninguna repuesta. Bufó con desagrado, siempre era lo mismo con esos dos. Un dúo de idiotas amargados que no podían establecer una conversación con algún ser vivo aun si sus vidas dependían de ello. Eran unos imbéciles. De cierta manera un poco retorcida, le hacía falta el idiota numero tres. Al menos con ese, podía pelear y discutir todo lo que ella quisiera. Lástima que se encontraba en una misión de reconocimiento.
Siguieron su recorrido hasta que cruzaron la frontera de aquella tierra abandonada por la mano de dios. La figura masculina que había chocado con aquel anciano se detuvo mientras olisqueaba el aire en busca de algún olor familiar. Al no percibir nada, saco de su bolsillo trasero un medallón de oro. Se quedo observándolo de manera profunda. Ese medallón era lo único -exceptuando su orgullo- que le quedaba de su clan. Su maldito hermano se había encargado de arrasar con todo.
-Sasuke -hablo la segunda voz masculina-. ¿Estás seguro de entrar a los dominios del Shihai-tekina?
La repuesta que obtuvo fue una ceja alzada y una mirada fría e indiferente. Mientras seguía su camino.
Después de haber cruzado la frontera y pisando los terrenos del fuego, el grupo se dispuso a descansar.
-No creo que te reciban con los brazos abiertos después de todos los desastres que hizo tu clan -dijo Karin burlona después de permanecer en silencio unos cinco minutos-. La verdad, pienso que en el momento que entres al territorio del fuego tu vida será condenada.
-Karin -regaño Juugo-. No te pases.
Ella se encogió de hombros mientras seguía con la mirada fija en Sasuke. Él no era su alfa, por lo tanto Karin no le debía obediencia, ella cumplía con hacerle ver la locura que estaba a punto de cometer. Después de los sucesos de antaño realizados por el clan Uchiha -los cuales fueron desterrados por el Shihai-tekina anterior-, sabía muy bien lo que a su amigo podría esperarle si seguía con esa loca idea adentrarse al país del fuego de manera incógnita. ¡Ya habían cruzado la frontera! Solo les quedaba unos tramos más y estarían cerca de la ciudad.
Ella conocía al Shihai-tekina actual, por todos los dioses ¡Era su jodido primo! Naruto era un amor, pero, cuando rompían sus reglas, o su gente estaba en amenaza se convertía en el depredador que por naturaleza era. Aunque no lo pareciera ella apreciaba mucho a Sasuke, estos últimos seis meses compartiendo con él y los dos idiotas que lo seguían a todos lados, habían servido para que ella les tomara cariño.
Pero una cosa estaba clara, ella nunca traicionaría a su Shihai-tekina , su pantera interior era completamente sumisa al lado de su primo, y si Sasuke llegaba a hacer algo y lo consideraban una amenaza para su gente, ella misma lo mataría. Y Sasuke era consciente de eso. Y no temía para nada.
Los tres percibieron el ligero olor a agua de mar, eso significaba que Suigetsu se encontraba cerca.
Unos pocos minutos después la figura del peliblanco se dejó ver. Venía un poco sudado y con la respiración agitada. Al verlos a los tres su expresión cambio. El pánico se había apoderado de su rostro, mientras la palidez se entendía por sus pómulos. Empezó a correr con más fuerza, y los sensibles oídos de Sasuke recogieron los gritos que lanzaba en su dirección.
- ¡Maldita sea! ¡Corran!
A su lado sintió como Karin se tensaba mientras empezaba a recoger los olores en el ambiente.
-Santa mierda -murmuro ella con el pánico extendiéndose por todo su cuerpo, se giro y les clavo sus garras en los antebrazos a Juugo y a Sasuke-. ¡Váyanse de aquí, ahora mismo joder!
Ignorando el pánico que emanaban de la mujer a su lado, Sasuke la miro con indiferencia.
- ¿A qué te refieres, Karin?
A la mujer le temblaba el labio inferior cuando clavo sus ojos en él.
-Se acercan -susurro. Antes de que él pudiera preguntarle a que se refería, ella se anticipo a su pregunta y le respondió-. Son los exterminadores del Shihai-tekina. Notaron nuestra presencia, y ahora vienen a exterminar la amenaza. ¡Te dije que era una jodida mala idea!
Usando todo el autocontrol que él poseía no se dejo dominar por el miedo que empezó a embargarlo. No por los exterminadores, estaba seguro que podía con ellos. El problema era si él Shihai-tekina venía junto con ellos, él no tendría una maldita oportunidad. Y eso su jaguar lo sabía.
Apretó el brazo de Karin quitándose sus garras de encima, haciendo que la sangre emanara de la herida hecha por esas garras. Algo insignificante que no necesitaba de su atención en esos momentos. Cuando Suigetsu llego a lado de ellos le costaba retomar el aliento, había corrido como un loco para evitar que sus amigos cruzaran la frontera. Había llegado tarde, y ahora tendrían que luchar con esos jodidos exterminadores. Una maldita mierda, si se lo preguntaban.
-¿El Shihai-tekina viene con ellos? -preguntó Sasuke. El nunca había estado cerca del Shihai-tekina, por lo tanto no podía reconocer su olor, si bien su animal interior podría reconocerlo apenas lo viera, esa no era la idea.
Karin, la única del grupo que ha tenido contacto directo con el Shihai-tekina, cerró los ojos e inhalo profundamente. El alivio la embargo cuando no pudo recoger el aroma de su primo. Con los ojos brillantes miro a Sasuke y negó con la cabeza en el mismo momento en el que un equipo de lobos y un oso los rodeaba. Eran unos cuatro en total, pan comido. Uno de ellos, un lobo grande con el pelaje de un color grisáceo, se acerco al grupo, de un momento a otro se transformo en un hombre alto y grande, un alfa en toda la regla. Desnudo, clavo sus ojos negros en Karin la cual se tensó al reconocerlo.
-Que sorpresa encontrarte por aquí, querida sobrina -Dijo con seriedad-. Espero que tengas una buena explicación para que te encuentres rodeaba de un grupo de renegados.
Karin frunció el ceño pero no respondió. Mientras el hombre seguía mirando a Karin, los demás lobos empezaron a moverse. El primero en atacar, fue un lobo negro que se tiro sobre Juugo en el instante en el que él cambiaba a su forma de leopardo. Suigetsu cambió a su forma de pantera, mientras el oso lanzó un gruñido de furia y lanzaba sus zarpazos contra él. El peliblanco, siguió mirando a Karin mientras le hacia una seña al lobo restante. El lobo con el pelaje de un rico color chocolate, se giro y se marcho a una velocidad impresionante.
Karin sabía lo que significaba. Cuando vio como su tío Kakashi se lanzaba contra Sasuke y ambos se enfrascaban en una pelea un solo pensamiento llegaba su mente.
Puta mierda, su jodido primo iba a matarla.
Sip, Naruto iba a cabrearse en serio.