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Amor(?) 2.0 por RosaSalvaje

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Notas del fanfic:

Ya tengo este fanfic desde hace mucho, de hecho lo tengo ya terminado pero admitire que no fue lo que yo esperaba.

 

Tomare todos los capítulos del anterior fic y los resubire aumentando cosas. Probablemente cambie el final también, eso lo vere sobre la marcha. 

Para los nuevos lectores espero no se vayan a spoilear con el fic anterior y para los que ya lo leyeron una vez espero les gusten los pequeños cambios que hice.

 

Notas del capitulo:

Disclaimer: Ninguno de los personajes usados me pertenece. Todos son propiedad de su respectivo autor.

-Maldito Albafika!-

Fueron las palabras  que la boca del juez pronunció al sucumbir ante el hermoso guerrero. Mientras ambos se sumían en aquel sueño llamado muerte, aquella eternidad en la que los humanos sufren y los espectros esperan para regresar al lugar gobernado por su señor. El pisciano desfallecía, mientras su alma se dirigía hacia Yomotsu, apagando esa mirada fuerte y decidida, convirtiéndola en nada, quitando su brillo y vida.

Minos despertaba en su amplio lecho sobre sabanas de seda blancas y almohadones de plumas finamente bordadas con hilos de plata, mientras que por su adormecido cuerpo corría aún el fuerte veneno que usó su rival. Al abrir sus ojos comenzó a tener pequeños lapsos de delirios en los cuales se veía en batalla contra el guerrero peli celeste, cuando su mente hubo repasado cada momento acontecido su rostro lucía una confusión aparente con una sonrisa cínica y sádica digna del gran juez Minos mientras momentáneamente la rabia se apoderaba de él. Murmuraba palabrerías con una expresión entre ira y complacencia.

- Ese bastardo me asesinó, ¿qué se cree? Esta es una vergüenza para un espectro o más bien dicho una humillación ser derrotado por una rata dorada. Pero no puedo negar que fue delicioso tenerlo como mi marioneta, poseer esa belleza fue tan sublime. Cada centímetro de su cuerpo tensado por mis hilos, su figura exquisita y sus ojos llenos de vida, esos ojos que me veían con desprecio y de forma retadora.-

Sin más comenzó acariciando su miembro, satisfaciéndose al tener en la mente a su rival mientras suspiraba y gemía imaginando poseer a tal belleza como suya, un premio bien merecido para el juez más fuerte del inframundo. De repente un pensamiento seguido de una sonrisa sádica y gustosa salieron del espectro,

– Seguramente su alma debe estar por llegar al inframundo, después de todo murió igual que yo, quiero tener a la bella marioneta conmigo siempre-.

Balbuceaba levantándose aun mareado levemente por los efectos del veneno en su cuerpo. La idea de poseer ese bello cuerpo le excitaba cada segundo, más aun el saber que se resistiría le haría más divertida su tarea. Se vistió rápidamente con su túnica habitual para juzgar almas y emprendió su camino a la sala del silencio. Allí Lune  juzgaba las almas que recién llegaban, Minos entró con algo de pereza y enseguida le lanzó su gélida mirada al albino que fungía como su sustituto.

–Lune ya han llegado las almas de los caballeros atenienses que murieron hoy?-.

El albino levantó la mirada con respeto hacia su maestro mientras contestaba.

– Mi señor Minos los caballeros de plata y bronce que eliminó ya están aquí y han sido enviados a sus respectivas prisiones, solo falta el caballero de piscis. Seguramente llegara pronto.-

El juez de manera tranquila se acomodaba el cabello plateado mientras una sonrisa de satisfacción se dibujaba en su rostro tras dicha respuesta.

– Quiero que lo mandes a la biblioteca, allí estaré para recibirlo. No pienso dejar que una rata dorada que ha osado retarme se vaya sin recibir su castigo-.

Lune asintió pronunciando un "como usted ordene, mi señor". mientras que Minos se dirigía a su biblioteca, a paso lento y pensaba en como reaccionaria la belleza ateniense al verle frente a frente de nuevo.

Después de un rato el caballero de piscis entró al recinto de la Primera Prisión, el Palacio del Juicio, donde las inanimadas almas obtenían nuevamente su lucidez antes de ser juzgadas y enviadas a su respectivo lugar de tormento eterno. Recuperando Piscis su férrea mirada y la movilidad a voluntad de su cuerpo, dejando de ser un alma que se movía por inercia. Por segundos entro en un estado de confusión pues su último recuerdo en su mente era el de aquel instante en el que falleció, pero ahora estaba allí, podía moverse, ¿acaso estaba vivo?, apenas esta idea le cruzo por la mente cuando una voz profunda interrumpió el silencio de aquel lugar, obteniendo por completo la atención del guerrero quien buscaba con su mirada el lugar de procedencia de dicha voz.

–Bienvenido seas a la Primera Prisión del Inframundo, caballero. Mi nombre es Lune espectro de Balrog de la Estrella Celeste del Talento-

El pisciano al percatarse de la ubicación de Lune lo veía de manera retadora a pesar de la aparente calma del juez interino, tan atento estaba a él que sin darse cuenta fue inmovilizado por dos espectros mientras el serio hombre lo veía. Musitando nuevamente con aquella sepulcral voz.

– Sin duda mi señor tiene buen gusto, disfruta de tu estancia caballero. Aunque, al final terminaras pidiendo a gritos que te lancen al Tártaro-.

-¿Tú señor? ¿De quién diablos hablas?; suéltenme sucios espectros o juro que acabare con ustedes-.

El caballero forcejeaba intentando liberarse, pero estaba a merced de ellos. Trato de elevar su cosmo pero no pudo hacerlo, comprendiendo finalmente que aquello solo podía significar que ahora ya no era más un humano, sino más bien un alma bajo la voluntad del reino de los muertos. Sin cosmo y sin sus rosas pues evidentemente en ese lugar no crecían las flores, solo podía usar su fuerza, oponiéndose a como podía a los espectros que le llevaban. Tras minutos de lucha los espectros cansados de sus intentos por no ser arrastrado por los pasillos de la prisión lo dejaron semi inconsciente debido a una serie de golpes, evitando tocarle el rostro pues sabían que eso era algo que su señor veía atractivo en ese dorado. El pisciano podía sentir como lo tocaban aquellos seres que le parecían tan repugnantes mientras yacía indefenso y lleno de rabia e impotencia, siendo cargado finalmente por uno de ellos. Su mente solo suplicaba por salir pronto de ese lugar y quedar en el olvido sin consciencia propia, pues para él, era preferible pasar una tortura eterna que estar allí sin siquiera poder defenderse de esos sucios seres.

Mientras tanto la biblioteca escondía al juez que con su socarrona sonrisa esperaba a su visitante. Los espectros ataron al guerrero de pies y manos para facilitarle las cosas a Minos, y de forma violenta lo lanzaron al interior de la biblioteca retirándose enseguida.

Al cerrarse la puerta lo único que veía era una figura imponente en el escritorio alumbrado por el fuego de la chimenea. Albafika poco a poco fue recuperando su consciencia nuevamente, analizando la habitación y tratando de desanudar la atadura en sus manos. No tardo en divisar aquella silueta.

– ¿Quién eres tú?-

Decía el pisciano mientras su mirada fuerte se clavaba en aquel hombre misterioso que sonreía de manera burlona y se acercaba a él tomándolo por la barbilla. 

– Es una pena que mi mejor marioneta no me recuerde, acaso ya olvidaste como rompía tus huesos? O el delicioso sonido de tus gritos cuando te hice retorcerte tanto que todo tu cuerpo se desplomo-.

El caballero sintiendo repulsión le escupió el rostro, ocultando un poco la sorpresa de verse nuevamente frente a su enemigo. El juez lo soltó y reía de manera burlona, avanzando al escritorio volvió a sus deberes. Mirando de vez en cuando a su próxima presa, pareciéndole gracioso como luchaba por liberarse, tras un rato el juez se acercó a Piscis y sin mediar palabra alguna lo cargo en su hombro, dirigiéndose hacia su morada en Ptolomea.

El pisciano trataba de soltarse desesperadamente pues no conocía las intenciones del juez, pero su cosmo estaba suprimido al ya no tener vida y sus fuerzas estaban disminuidas. Pronto se encontraron frente a una gran puerta con tallados en madera, a donde Minos entro, cerró bien la puerta de la habitación y con sus hilos ató al hermoso guerrero a su cama, de forma cínica se subió sobre él y le dijo cerca de su oreja mientras su diestra se deslizaba por el pecho de Piscis peligrosamente hacia su abdomen y un poco más abajo:

 - Mi bella marioneta tendrás que esperarme un poco más, debo volver con mi señor Hades-.

Dicho esto el juez salió de allí rumbo al corazón del inframundo donde moraba su señor. Dejando a un confundido Albafika sobre su lecho, su cuerpo se estremecía ante el reciente recuerdo del Grifo sobre sí, sintiendo nauseas de verse en aquella situación. Como era posible que un hombre le hubiese tocado, peor aún, su peor enemigo. Además, que pensaba hacerle?  Para que debía esperar? Se encontraba con muchas interrogantes ahora pero tenía bien claro una cosa, tenía que liberarse o quien sabe que cosas le haría ese sucio espectro.

Tras calmar su mente, el hermoso guerrero solo veía la forma de escaparse. Medito con calma, observando a su alrededor, se encontraba en una amplia y suntuosa habitación. Un amplio ventanal dejaba entrar la tonalidad rojiza del inframundo, la cabecera de la cama tenía un grifo imponente tallado en madera, las sabanas eran de seda y las almohadas de las finas que se pudiera tener, los candelabros y demás adornos eran de plata y oro con incrustaciones de piedras preciosas. Recordando el camino que Minos siguió recordó que aquel solo se hecho a caminar entre pasillos y que uso un gran portal, apareciendo en otro pasillo le llevo al lugar donde estaba. Quizás aquel portal le facilitaba a Minos el trasportarse de la Primera Prisión a su lugar de descanso, Supuso que se encontraba en otro lugar muy aparte, posiblemente en alguno de los círculos interiores del Inframundo. Después de analizar el lugar y su situación, el dorado pudo desatar su amarre, sobo sus muñecas  y salió por la ventana, comenzando a vagar sin rumbo en el inframundo. Tratando de ser sigiloso pues era un terreno desconocido para él y sabía que aquello no era como la Tierra. Pero sin embargo, mientras más lejos estuviera del espectro de Grifo mejor.

Notas finales:

Espero los tomatazos o la cruel indiferencia xD Más lo segundo para ser realistas xD


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