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Te doy mi alma por LizzieVidal

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Notas del fanfic:

Ni Yu-Gi-Oh! ni ninguno de sus personajes me pertenecen, estos pertenecen al gran Kazuki Takahashi♥

Notas del capitulo:

Ni Yu-Gi-Oh! ni ninguno de sus personajes me pertenecen, estos pertenecen al gran Kazuki Takahashi♥

Yahoo~ Empezaré una nueva historia porque YOLO! *-* ojalá a alguien le guste con eso de que mi shipping Crak favorito no le gusta a mucha gente y tal vez menos en su versión egipcia x'D pero bueno :3

 

 

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“Nunca es la mejor manera infundir terror para imponer el respeto que ni uno mismo se tiene”.

 

—Pueblo de Uaset denle una calurosa bienvenida a su nuevo faraón, Atem, rey de todo Egipto -Se escucharon las palabras de Karim, uno de los sacerdotes de Atem.

—Felicidades Atem, sé que gobernarás el reino de la misma forma tan sabia y valerosa como tu padre -El sacerdote Seth sonrió poniéndose a un lado de Atem estirándole su mano para sellar su confianza en él.

—Gracias Seth, sé que sabré corresponder a tu confianza -Respondió el idiota de Atem sonriéndole, ese tipo me daba mala espina desde siempre, tal vez la ciudad estaba confiando en él, pero yo no.

—Akefia… -Mencionó Heba sacándome de mis pensamientos.

—¿Qué pasa Heba? -Cuestioné sonriéndole.

—¿No crees que el faraón Atem se sienta mal de ser nombrado faraón a un día de la muerte de su padre? -Cuestionó algo intrigado con un semblante decaído, Heba había perdido a su padre tiempo atrás y le había sido difícil superarlo, tal vez pensaba que el idiota de Atem se sentía igual, pero yo podía darme cuenta que no había ni una pizca de tristeza en su rostro.

—Puede que si pequeño -Respondí sonriéndole, seguía llamándolo así a pesar de que ya tenía diecisiete años y yo veinte, era un hábito que se me había quedado desde que éramos muy chicos y a Heba no parecía molestarle que lo llamara así.

—Pueblo de Uaset -Se escuchó la voz de Atem una vez más, eso me hizo sacarme de mi mundo con Heba -Sé que mi padre ha muerto, pero estoy seguro de que podré llevar un buen control del pueblo, tanto como él lo hubiera querido -Mencionó mirando al cielo sonriendo, esa sonrisa, Heba no había podido sonreír después de perder a su padre por algún tiempo.

—¡Salve faraón Atem! ¡Que viva el faraón Atem! -Se comenzaron a escuchar los gritos de júbilo de toda la ciudad, este día marcaba el inicio del reinado de ese idiota, la ciudad entera se arrodillo y Heba me jaló junto a él para mostrar acto de reverencia, muy a regañadientes lo hice.

 

Había pasado un mes desde que el faraón estaba al mando del reino, todo estaba vuelto un caos, el Atem gentil que se había mostrado al primer día ya no existía, ahora solo quedaba un alma negra, un ser déspota en el trono, todo el pueblo estaba aterrado de tenerlo al mando, Atem acompañaba a sus soldados a los pueblos para quitarles todo lo que poseían pues él decía que nadie tenía derecho a poseer pertenencias valiosas y que eso solo le correspondía al reino.

 

Un día de tantos, miré la caravana de soldados salir de la ciudad real para dirigirse a un pueblo cercano, sin dudarlo mucho fui tras ellos a una distancia prudente en mi caballo, al llegar al lugar ellos ya habían destrozado gran parte de todo lo que se habían encontrado en su camino, los soldados estaban reclamando todo lo que los aldeanos pudieran poseer para entregárselo al faraón, los gritos de inconformidad no se hicieron esperar.

—¡Faraón! ¡Usted dijo que llevaría el control del pueblo tanto como su padre hubiera querido! -Reclamó uno de los pobladores de edad más avanzada.

—Esta es la manera en la que mi padre hubiera querido que gobernara -Mencionó carcajeándose de las palabras del aldeano -Además ahora yo soy el faraón, soy el hijo de Ra, todo lo que deseo poseer se me debe ser entregado, soy un dios hecho hombre -Mencionó sonriendo.

—¡Usted no es ningún dios, usted es un ser desagradable y tirano! -Mencionó molesto el hombre frente al faraón.

—¡Nadie osa hablarle así al faraón! -Interrumpió frente a Atem y el aldeano uno de los guardias del reino dándole un latigazo en el rostro al hombre haciéndolo sangrar, sentí coraje de que un imbécil como Atem quedara siendo faraón, estaba seguro de que sus actos viles estaban cubiertos por un velo para que los sacerdotes del palacio no los supieran.

No podía interponerme, no podía hacerlo por mi pueblo, Atem aún no había ido a imponerse en donde yo vivía y yo no sería la causa de provocar que fuera a hacerlo.

 

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Notas finales:

Ojalá les guste aunque Atem vaya a ser un hijo de puta x'D Ya era hora de que le tocara ser el malo puesto que siempre es mi Kura ewe, en fin, nos leemos pronto, cya :D


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