Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

¿Cómo no lo comprendes? por Gato-de-Cheshire

[Reviews - 9]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Juego de Tronos no me pertenece <3 
El glorioso cabello de Jon Snow no me pertenece :'c 

Notas del capitulo:

No he leído los libros, sólo la serie, así que los personajes pueden ser muy Occ (?) pero hice lo que pude.

Espero que les guste, pasen y lean <3

¿Cómo no lo comprendes?

Durante su infancia fueron prácticamente inseparables, incluso había quienes les habían confundido con gemelos. Siempre juntos, jugando, riendo, haciendo travesuras.

Cuando fueron adquiriendo más años la cosa no hizo más que intensificarse, para decepción de Catelyn, su hijo y el bastardo de su marido habían sembrado tal íntima relación, que estaba segura que cuando llegara la hora de casarlos, debería hacer un lleve dos y pague uno.

De modo que la llegada de Theon a Invernalia, a pesar de ser repentina, significó un cambio de aires entre los niños. Robb había adquirido un nuevo amigo. Su madre, que había pensado que aquel apego necio hacia el bastardo era producto de la falta de otro compañero de juegos, estaba ansiosa.

No era su intención desplazar al pequeño Jon, no lo odiaba en ese sentido. Una madre nunca puede experimentar tal rencor por un niño pequeño; sin embargo los niños crecen y no podía evitar preguntarse en qué se convertiría aquel chico que llevaba la sangre de una mujer desconocida… quizá qué clase de mujer.

Estuvo en lo cierto… en parte. Robb aceptó a Theon como su hermano, tal como había hecho con Jon. Esa unión, por otro lado, no significó un distanciamiento con su medio hermano.

Fue así como todos volvieron un hecho natural el ver a Robb y Jon juntos en todo momento. Si por alguna razón estabas buscando a Robb, pero nadie sabía dónde demonios se encontraba, sólo necesitabas preguntar el paradero de Jon y el problema ya estaba resuelto.

Lo mismo sucedía si necesitabas saber algo de Jon, cualquier cosa que quisieras averiguar sobre el chico, en vez de preguntarle al mejor Maestro de los Susurros, simplemente debías acercarte a Robb. No había nadie que lo conociera mejor, como tampoco no existía quién mejor que Jon para hablarte de Robb.

Por lo que fue una verdadera sorpresa, y casi un shock, cuando toda Invernalia  comenzó a ver al joven Jon caminando solitario o en compañía de  cualquier otra persona que no llevase por nombre Robb.

Todos estaban consternados, aunque no tan consternados como Robb.

Había comenzado hace un par de días atrás. Recordaba haber estado entrenando con su medio hermano, tal y como hacían diariamente. Luego de eso habían ido a pasar el rato con Theon, bromearon, rieron y bebieron un poco. Sólo eso. Y al otro día Robb descubrió que se había vuelto peste.

Si se encontraba con Arya.

Sabía que en esa hora del día lo encontraría en el campo de entrenamiento con su hermana menor, enseñándole  cómo ser mejor hombre que todos sus hermanos juntos.

-No bajes la cabeza – le corrigió - si usas escudo, debes mantenerla en alto, o reducirás tu campo de visión ¿Entendido? – la niña asintió y se posicionó tal y como su hermano le había señalado. Entonces empezó a simular ataques contra ella. Usaba la velocidad y la fuerza necesaria para que la niña tuviera oportunidad de bloquear e interceptar –. ¿Qué sucede? No puedes pasarte toda la guerra a la defensiva. Debes atacar – fue cuando comenzó a provocarla. Entonces la niña se abalanzó contra él, perdiendo toda forma. Jon no tuvo problemas en desarmarla.

-¡Hiciste trampa! ¡Estabas esperando que hiciera eso! – protestó Arya.

-Exacto. La otra regla es, nunca debes ceder ante las provocaciones del enemigo – le dijo con una cálida sonrisa.

Robb observó toda la escena desde distancia. Ahí estaba él, haciendo gala de esa interminable paciencia que poseía con los niños… y con los no tan niños también. No cabía duda que era hijo de su padre.

-Hey ¿Puedo unirme al entrenamiento? – preguntó Robb. Aunque sólo era una excusa para hablar con Jon.

-Arya, sigue entrenando con tu hermano – le dijo a la niña mientras palmeaba su cabeza – yo debo ir a encargarme de otra cosa – dicho esto, se marchó sin siquiera dirigir su mirada a su hermano.

-Robb – le llamó la niña.

-¿Qué? – preguntó sin cuidado, aun observando con desconcierto la figura de Jon alejándose.

-¿Qué le hiciste a Jon? – su tono era amonestador.

-Nada – respondió con sequedad, alejándose totalmente cabreado.

-Pues él te está evitando.

“Si estoy enterado” pensó Robb. Lo que no comprendía era el porqué.

 

En la cena

-Dentro de poco voy a ir a Isla del Oso – comentó Eddard Stark mientras cortaba un trozo de carne, encabezando la mesa.

-¿Cuándo? – preguntó Sansa, que estaba sentada a la derecha de su madre.

-¡¿Puedo ir?! – interrogó emocionada Arya, ubicada a la izquierda de su madre.

-Bueno. Si tu madre lo permite – eso significaba un sí. Lord Stark sabía lo mucho que le gustaba viajar a su hija, especialmente a las frondosas tierras de la Isla del Oso.

-¿Madre? – observó Arya expectante. Cat asintió con vehemencia. Aunque el asunto ya había sido discutido con anterioridad, la madre quería hacer ver a su hija la importancia del asunto.

-Pero deberás comportarte – le dijo y la niña asintió enérgicamente.

-También estaba pensando que Jon y Robb me acompañaran – en ese momento Arya murmuró algo como “mientras no se trate se Sansa” lo que causó una pequeña revuelta en la mesa, que concluyó tempranamente debido a la intervención de Cat.

-Creo – comenzó a decir Jon, una  vez la conmoción había acabado – que sería mejor que yo me quedará aquí, alguien debe ayudar a su esposa en el cuidado de mis hermanos. En mi lugar podría ir Theon – insinúo. El lord Stark se mostró sorprendido, mas sólo se limitó a asentir.

Robb volvía a sentirse evitado. Buscó la mirada de Jon. Quería pedirle explicaciones. Todos los años, cuando su padre iba a visitar a la casa Mormont, ellos dos le acompañaban. Dioses, sólo Robb sabía cuánto amaba Jon visitar la amena y pequeña isla. Pero el caso es que Jon no volteó la mirada hacia él en ningún momento.

Tal como aquellas, hubo un montón de otras ocasiones en que el joven Snow se negó a compartir el mismo lugar con su hermano. Se escabullía como un lobo solitario, lejos de cualquier cosa que pudiera significar Robb Stark.

Pero Robb había perdido la paciencia, nunca había sido tan suave como su padre y no tenía el temperamento para esperar sumisamente el momento en que el muchacho se dignara a hablarle. Por lo que no tuvo otra alternativa más que develar la verdad a la fuerza.

***

Cuando Jon Snow entró a su habitación, soltó un sonoro suspiro. Otro día agotador había llegado a su fin. Nunca  se había imaginado cuán difícil podía ser evitar a la persona con la que habías compartido prácticamente todos los días de tu vida. Este factor volvía la tarea, además de complicada, también solitaria y algo triste.

Entonces alguien llamó a la puerta y Jon maldijo entre dientes; al parecer su anhelo de dormir plácidamente junto a Fantasma y así evitar pensar en asuntos atrabiliarios, se vería retrasada por la indeseada visita.

Abrió la puerta y ni siquiera se molestó en ocultar su humor. Cuando se percató de quién se trataba, no esperó otro segundo y se dispuso a cerrar la puerta. Pero el más alto estaba preparado, lo había sopesado, y se apresuró a irrumpir en la habitación bruscamente, empujando el cuerpo de Jon sin cuidado hacia el centro de la habitación.

-¿Qué demonios crees que haces, Robb? – interrogó el Snow con enfado.

-¿No debería ser yo quién preguntara eso mismo, Jon?

-No sé de qué hablas – replicó evitando la mirada de su medio hermano.

-Estás bajando la mirada, siempre que mientes bajas la mirada – entonces Jon le miró desafiante.

-Solo quiero que te vayas – Robb no pudo evitar sentir dolor ante las frías palabras.

-¿Qué sucede? – Preguntó, casi suplicando - ¿Por qué de repente me odias? – dijo y se acercó a Jon, acarició su rostro mirando sus ojos, esperando su respuesta.

Entonces Jon supo que no podría seguir así.

-Sólo… Mierda. Eres un imbécil, un maldito hijo de puta – Robb frunció el ceño ante el inesperado ataque verbal.

-Creo que no comprendo…

-¡Exacto! – exclamó con frustración y calló. Luego de unos segundos de silencio volvió a hablar -.Robb, me acosté con un sujeto que conocí en la taberna – El joven Stark se quedó completamente helado, con la vista desenfocada; un minuto después su rostro fue adquiriendo un semblante iracundo.

-¿Quién? – Preguntó demandante y sujetó a Jon de ambos hombros, le obligó a mirarlo - ¿Quién fue el maldito infeliz, Jon?  

-No Robb… - comenzó a decir Jon, pero la presión sobre sus hombros aumentó y su hermano volvió a preguntar, cada vez más colérico.

-¡Dime, Jon! – Gritó – Lo voy a matar, a ese maldito hijo de puta ¡lo voy a matar! … Ahora dime quién es, Jon.

-¡Nadie, Robb! –  Respondió el Snow - ¡Es una mentira! ¿Ahora lo entiendes?

-¡¿Entender qué, Jon?! – Robb estaba cada vez más perdido – ¡Estoy aquí pidiéndote explicaciones porque no entiendo nada! ¡Comienzas a evitarme de la nada, sin ningún motivo… y ahora me dices que te acostaste con otro, ¿para después decirme que es mentira?! ¡No es divertido, Jon! ¡No cuando sabes que te amo, joder!

-¡Yo también te amo! – Estalló Jon – ¿Cómo crees que me siento cuando tú y Theon se sientan en frente y comienzan a hablar sobre cuántas putas se han cogido en la semana? – sus palabras cayeron como una sentencia. Sólo se escuchaba la respiración alterada de Jon y el etéreo silencio de la noche.

Robb se había dado de bruces contra una verdad. Una vedad muy cruel, en la que no había gastado pensamientos anteriormente. Estuvo lastimando a Jon. Era algo obvio, algo lógico y aun así no había podido evitarlo. ¿Qué podía responderle? “Soy Robb, el heredero de Invernalia y tengo el derecho de hacer los bastardos que yo quiera, pero en realidad te amo a ti” no era una excusa. No existía una.

Jon se volvió y se acercó a la ventana. Robb estaba seguro que su medio hermano no lo hacía porque en realidad le apetecía mirar la blanca noche, lo que quería era evitar ver su rostro.

Se acercó y lo rodeó su cintura con sus brazos, apoyando su frente en su cuello.

-Soy un imbécil – reconoció –. No tengo excusa, Jon. Yo sólo…

-Lo hacías sin pensar… –suspiró Jon –. Sé que es lo que los lord hacen en todos los lugares. Hasta padre lo hizo… pero creo que no soy como tu madre, yo no puedo vivir con eso – ella no podía vivir con eso.

-Jon – dijo Robb, y le hizo voltearse y mirarlo – no volverá a suceder. No volveré a hacerte infeliz – le dijo y miraba muy profundo dentro de sus ojos, mostrándole su convicción, mostrándole su sinceridad –. Sé que hasta ahora no he hecho más que estupideces, también sé que no merezco ningún tipo de perdón… Pero no puedo – dijo y su voz se oyó quebrada – … no puedo imaginar perderte. Estos días, sólo estos días ya han sido un infierno ¿Qué voy a ser toda una vida sin ti?... Por favor, Jon.

Jon se sentía como un niño, cayendo en el encanto de su hermano de nuevo, creyendo sus palabras. Deseando con toda su alma que fuesen cumplidas. Miró hacia el suelo por un momento, buscando las fuerzas para negarse, pero no las halló. Soltó una pequeña risa derrotada.

-Supongo que hemos estado demasiado tiempo juntos como para aprender a estar separados ahora – dijo alzando la vista aun con la cabeza gacha. Robb dejó escapar un gran suspiro de alivio, inconscientemente contuvo la respiración hasta el momento. Él, que se había mostrado grave y serio, sonrió complacido por primera vez.

-Dioses, Jon – dijo el joven Stark aliviado –, nunca más vuelvas a ignorarme de esa forma. No tenía idea de qué hacer.

Jon iba a responder algo, pero en aquel momento Robb no buscaba sus palabras, buscaba sus labios y los atrapó en un largo y necesitado beso.

Esa noche le hizo el amor a Jon con toda la ternura que sólo reservaba para él, disfrutando de cada uno de los suspiros y expresiones de su hermano, enterrándose en su interior con la delicadeza y la pasión unidas. Sólo con él lo había hecho de esa manera, sólo con su medio hermano había juntado el amor y el deseo en un solo acto.

A diferencia de otras veces, no se molestó en volver a su recamara. Jon había sucumbido al sueño exhausto. Robb aprovechó esto para dormir a su lado, esperando con ansias que llegara la mañana y todos en Invernalia se enterasen de que Jon era suyo y él de Jon. 

Fin <3

Notas finales:

Qué les pareció ?

Es lo primero que escribo de ellos y no sé, me divertí un montón pensando "si Robb y Jon fueran míos haría que hicieran esto" jasjoasjoajsoajsoajsajs xD 

En fin, gracias por leer, y si les gustó se agradecería un comentario <3 adiós.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).