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Lo único que te pido. por Adri6

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Flashback (3 años atrás)


Llegue a casa mas tarde de lo habitual, pero más que avergonzado por no llegar a la hora, estaba preocupado de que, a pesar de hacer horas extras, no terminara el trabajo que tenía pendiente.

“Hola” Saludo Hanamichi, al tiempo que me dejaba pasar

“Hola” Devolví el saludo, pero no le mire, tan solo continúe avanzando hacia la sala en donde deje mi abrigo y mi maletín

“… ¿Quieres comer?... prepare algo delicioso y…”

“No gracias, comí algo en la oficina” Me saqué la corbata y después de unos segundos, resolví que quería tomar un baño y dormir.

Finalice el día como siempre lo hago, revisando mi correo y cuando veo que no hay ninguna novedad, me acuesto dispuesto a dormir ya que, al día siguiente, debo levantarme muy temprano.

Los fines de semana, por lo general, salimos los tres a pasear, puede que a un parque o alguna feria. Aquellos viajes son largas horas en las cuales conduzco de forma rápida, no me gusta perder el tiempo en ese tipo de cosas. Kanae canta sus canciones infantiles a todo pulmón y Hana… no sé porque cada vez está más silencioso. Aparte la mirada del camino y la dirijo hacia él, luce pensativo y pese a que en ocasiones le hablo, parece no escucharme. Su vista descansa en el paisaje rural y de allí, no soy capaz de recuperarlo.

En vez de preguntarme que sucede, lo ignore. Pensé que tan solo estaba admirando lo bien que era ver un poco de naturaleza en su estado puro. Así fue que semana tras semana, mis retrasos provocaron que cuando llegase a casa, mi hijo estuviese ya dormido, poco a poco, Hana dejo de recibirme en la entrada con una sonrisa, su compañía comenzó a limitarse a tan solo servirme la comida y lavar los platos, para después, irse a la habitación de Kanae y quedarse allí por horas ¿por qué?, nunca se lo pregunte.

Se supone que él debía estar feliz de estar esperando nuestro segundo hijo, pero no era del todo así.

“Tengo que viajar y me temo que me llevara un par de días, hay un negocio muy importante que quiero cerrar” Comente de forma casual mientras comía, pero realmente mantenía los ojos puesto en mi Tablet, específicamente en la bolsa de valores

Siempre le comenté mis triunfos por lo que muchas veces a él le interesaba saber más del tema en sí, me preguntaba buscando mas detalles específicos, pero yo siempre le decía: “Me encantaría decirte mas, pero sé que es algo que no entenderás”. Lo único que causaba es que Hanamichi guardara silencio, pero contrario de notar que era algo incomodo, me gusta que fuese así porque podía concentrarme aun más en el trabajo.

“… ¿Me llamaras en cuanto llegues al hotel?” Pregunta mientras me ayuda a vestir, mi abrigo

“No lo sé, estaré muy ocupado” Camine hasta el espejo y me observe, analizándome con una exigencia sobre humana, me acomode la corbata por decima vez

“Es solo una llamada Kaede, no te tomara más de cinco minutos”

“… Está bien… te llamare… ¿feliz?” Conteste tomando mi bolso de forma rápida, alejándome mirando mi reloj



Cuando llegue al hotel, tenía el celular en la mano y listo para marcar su número, pero en ese momento, los demás socios estaban llegando así que me dedique a saludarlos. El tiempo paso volando y cuando llego la noche, ya era muy tarde para llamar a casa, “Mejor lo hare en la mañana” Dije conforme con mi decisión, pero al día siguiente, aquel pendiente se había perdido en mis peores olvidos. Tres días fueron los cuales no se me paso por la cabeza que era importante mantenerme comunicado con mi esposo.

Cuando finalmente regrese, Hana no me recibió en la entrada y solo cuando me vio, se fue a la cocina a preparar algo de forma rápida.

“Hola… ¿no tienes nada hecho? me muero de hambre” Comente, mientras me lavaba las manos y las secaba

“No sabía a qué horas llegarías” Dijo sin mas

“¿No te lo dije?” Pregunté algo asombrado

“No Kaede, no me lo dijiste” Susurro con un tono extraño de voz

“¡Papá!” Gritó mi hijo y corrió hacia mi, para abrazarme

“Hola pequeño” Le tomé en brazos y me fui con él a la sala, teníamos mucho de qué hablar

Después de media hora, Hana anuncio que la cena estaba lista, pero tanto Kanae como yo, estábamos comiendo sushi, una enorme cantidad que acaban de traer de la tienda que hace reparto a domicilio.

“Mami, no quiero comer tu comida… quiero comer esto” Mi hijo sonrió alegre, mientras yo también lo hacia

Hanamichi nos quedo viendo fijamente, de pronto algo en su rostro se quebró, desvió la mirada, en un suspiro largo y ruidoso no nos dijo nada, tan solo regreso a la cocina y le escuchamos que frotar los cubiertos en los platos de forma rápida y decidida, al parecer, estaba botando la comida que preparo, a la basura.

Me levanté rápido y fui hasta allá, al ver la enorme cantidad de utensilios sucios me di cuenta de que había hecho una cena realmente deliciosa y esmerada.

“La hubieras guardado para mañana” Le comenté y él, se detuvo al escucharme decir eso

“… Eso mismo pensé… pero recordé que es más fácil ordenar algo por teléfono” Dejo el último plato sumergido en agua

“¿Estas molesto?” Le mire fijamente

“… Nunca me preguntes algo así… porque no te gustara escuchar la respuesta” Me miro y tan solo camino por mi lado, sin siquiera abrazarme o besarme como lo hacía antes



En las cenas con los amigos, Hana siempre trataba de sociabilizar, pero como siempre fui reservado, le convencía de que era mejor estar apartados del resto. Cedía a mi petición, pero, aun así, su vista se enfrascaba en lo divertido que se veían los demás.

“Kaede… vamos, aunque sea un rato… hace tiempo que no los vemos, por favor” Pedía, pero no me doblegaba, me parecía que no era importante conversar con personas que, aunque fueron amigos de viejos tiempo, ahora no compartían nuestra vida.

“No, de hecho… es tarde… será mejor que nos vayamos” Me levante de la mesa y esperando a que él también lo hiciera.



Cuando recibimos la mala noticia, cuando perdimos a nuestro bebé, fue una sombra difícil de iluminar. Siempre le había dicho que se cuidara, pero no, él tenía que hacer las compras y cargar las bolsas al auto, comía a deshoras y no dormía adecuadamente… ¿conclusión?... las cosas no pasan porque si. Alguien tenía la culpa y ese, no era yo.

“¿Adónde vas?” Me pregunta al ver mis maletas en la entrada

“De viaje” Dije sin mas

“¿En un momento así?” Me miro dolido

“Justamente es lo mejor que puedo hacer” Revise mi pasaporte y los demás documentos

“¿Y yo?... ¿y Kanae?” Le escuche decir desesperado

“… Estarán aquí, qué pregunta más tonta” Acoté casi de forma espontanéa

Hanamichi instintivamente se llevo la mano al vientre, ahogando un suspiro y sencillamente levanto la mirada para enfrentarme, lo hizo con una mirada tan diferente que dude si era lo mejor dejarle solo.

“Bien… no volveré hacer una pregunta tan tonta nunca más… al menos despídete de tu hijo, dile por cuánto tiempo y a donde te irás”



Durante tres meses, extrañe mi familia, me había dado cuenta de que necesitaba estar con ellos. Compre muchos obsequios y regrese a casa sin avisar. Abrí la puerta como siempre, pero noté que todo estaba distinto, mas aun cuando Hana estaba tomando varias pastillas que con algo de dificultad tragaba junto con agua. Quise abrazarle, pero se aparto y me dijo que me sentara en el sillón.

“Kanae está en la escuela… deberías pasar por el… deberías llevarlo a algún lugar bonito y dedicarle tiempo” Acotó mientras por primera vez, repare que en su mano no estaba la argolla de matrimonio.

“¿Dónde está tu anillo?” Le pregunté molesto

“Deje de usarla desde el día que te fuiste… la verdad… es que hace mucho que debí quitármela” Me miro con tristeza, pero al mismo tiempo, con decisión.

“¿Estas insinuando que…”

“No estoy insinuando nada… te lo digo a la cara, esto se termino. No voy a explicar nada… saca tus propias conclusiones” Se puso de pie y quitándome mi llavero, extrajo la llave de la casa para después decirme: “Desde ahora en mas… tendrás que tocar la puerta”

Me dejo solo con miles de pensamiento rondando por mi cabeza, antes creí que lo había perdido todo, pero ahora, en verdad había sucedido. Estaba muy confundido y por eso, no me atreví a decir nada, estaba seguro de que quería a Hanamichi, pero al parecer mis actos demostraron lo contrario.



Cuando termino el divorcio, Kanae nos miraba con miedo, temía que fuéramos de esas familias en las cuales no se dirigían la palabra y discutían por todo. Pero Hana tenía otros planes, puso todo su esfuerzo en llevarse bien conmigo aun cuando yo, en varias oportunidades le propuse que volviésemos a estar juntos.

Al enterarme de su tratamiento, fue allí que remotamente me di cuenta, de las consecuencias de mi estupidez. Había arruinado a la persona más linda que había conocido y peor, me moría por tener el privilegio de estar de nuevo a su lado.

La rutina comenzó cuando sagradamente me llevaba a Kanae conmigo durante los fines de semana, después, el lunes en la mañana le dejaba en la escuela y a modo de despedida, le decía una que otra frase para que este se la dijera a Hana, me ilusionaba que mis palabras fueran dichas en un tono de cariño y no en mi habitual tono neutral. Espere semana tras semana alguna respuesta, pero nada, Hanamichi había realmente roto nuestra relación para siempre.

Antes, me moría de ganas de tener todo el tiempo del mundo para trabajar, ahora que lo tengo, me muero por mantener ocupado con mi familia. ¿Irónico?... si, muy irónico.
Notas finales:

Gracias por leer!!

Besos!!


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