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Only reason. por DNA

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Notas del capitulo:

Holi!!!!


Me tienen de vuelta jajajajaj


 


Y bueno, espero que el capítulo de hoy les guste y no me odien mucho por todo lo que sucede en el :3

— Sehun —llamó una familiar voz, sin embargo se oía lejana y Sehun no le puso mucha atención.

Su mente estaba mucho más concentrada en tratar de guardar la calma y no explotar para matar a alguien simplemente porque no estaba entendiendo nada en absoluto.

¿Cómo era posible que una sola persona pudiera llevarlo del cielo al infierno con sólo un suspiro?

El simplemente no entendía, así como no entendía la razón o el momento preciso en el que Luhan se había vuelto tan indispensable en su vida como el aire que respiraba, o bueno, eso siempre había sido de esa forma desde el momento en que lo conoció; pero había empeorado y tampoco lo entendía, así como menos entendía el porqué de tantos cambios en sólo un mes y medio.

Porque en un solo mes y medio, y luego de esa maravillosa noche en la cual se la había pasado admirando el precioso ser en sus brazos y al cual se había atrevido a robarle un par de besos mientras dormía profundamente, todo había sido perfecto. Su relación había vuelto casi a ser la misma de cuando niños, pasaban más tiempo juntos de lo que Sehun podía e incluso Luhan había comenzado a ir a la tienda simplemente para charlar durante horas, la pasaban juntos durante el descanso también, aunque eso por lo general incluía a Cherry y Seohyun además de a Kyung Min.

No era como que le agradara mucho la presencia extra, sin embargo, tampoco podía hacer mucho al respecto. Lamentablemente últimamente todo aquello había cambiado sin que lo hubiese visto venir, poco a poco Luhan tenía menos tiempo disponible para hablar con él, en varias ocasiones canceló sus citas a último momento y también dejó de ir a la tienda con frecuencia haciendo sentir a Sehun como un estúpido al siempre mirar con anhelo la puerta del local cada que esta se abría y él esperaba que fuese el castaño pero nunca era él.

Sin embargo él ya sabía, siempre tuvo presente el hecho de que Luhan iba a involucrarse todavía más con su relación y entonces querría pasar más tiempo con ella. Era muy consciente de que ella iba a obtener tarde o temprano toda la atención de su dulce chico y aún así lo odiaba profundamente y tenía el presentimiento de que pronto explotaría debido a los malditos celos que lo torturaban día y noche.

Cada día el pensamiento de hacerle daño a esa mujer era mucho más insistente y para esas alturas él de verdad que comenzaba a considerarlo. Sin embargo, el temor de dañar a Luhan en el proceso lo había mantenido medianamente cuerdo hasta ese momento pero no estaba muy seguro de cuanto iba a durar.

— ¡Oh Sehun! —chilló agudamente Kyung Min.

— ¿Qué carajos quieres? —gruñó, consiguiendo que su amigo frunciera más el ceño.

— No has respondido mi pregunta —farfulló indignado.

— ¿Qué pregunta? —se hizo el desentendido a pesar de recordar bien todo.

— Mira, conmigo no finjas que lo olvidaste porque conmigo eso no funciona —dijo, golpeándole el pecho con su dedo índice.

— No hagas eso —advirtió, empujando lejos la mano ajena.

— Como sea —rodó los ojos—, regresando al tema inicial… ¿de verdad dejaras que Luhan continúe jugueteando por ahí con esa perra? —espetó.

— Kyung Min deja ya ese jodido tema —masculló entre dientes.

— Pero…

— Sí Kyung Min, voy a permitir que él siga jugando a la jodida pareja perfecta con la estúpida de Seohyun —escupió harto de los cuestionamientos de su amigo.

Kyung Min guardó silencio entonces y su mirada se mantuvo fija en el más alto, una mueca se formó en sus labios segundos después y Sehun supo en ese instante que acababa de cometer un gran error y que sí antes él no se callaba, menos lo haría entonces.

— Si dices una sola palabra yo voy a…

— Te vas a arrepentir tanto de esta tonta decisión tuya —se adelantó.

Ninguno dijo nada en ese momento y de verdad que Sehun estaba comenzando a sentir jaqueca por causa de esa maldita conversación.

— ¿Qué no lo ves? —cuestionó seriamente.

— ¿Ver qué exactamente? —masculló, masajeándose las sienes por culpa de la irritante situación.

— Ella le hará daño, es mala—sentenció.

— Ay, por favor Kyung Min —bufó—. Seohyun podrá ser una estúpida y odiosa pero no es la malvada perra que tú tratas de ver, además, ¿qué no has visto la forma en la que esos dos se miran? —escupió entre dientes.

¡Y sí, joder!, toda esa maldita situaciones lo enloquecía pero no podía negar el hecho de que realmente esa tipa parecía amar  profundamente a su precioso Luhan que merecía todo eso y mucho más.

— Que pendejo eres —dijo al tiempo que negaba con la cabeza, palabras que sorprendieron demasiado a Sehun ya que su amigo jamás lo llamaba de esa forma—. Lo siento cariño, pero esa palabra es la única que explicaría al cien por ciento lo que eres —se encogió de hombros y Sehun frunció el ceño.

— ¿Y por qué soy eso según tú? —espetó.

— Porque estás ciego ante la realidad —respondió seriamente—. Te has aferrado tanto a la idea de sólo contemplar su felicidad desde lejos que no ves que en realidad la persona que él tiene a su lado no es más que una loba disfrazada de cordero.

— Kyung Min no vamos a volver con este tema que…

— ¿Realmente permitas que una perra cualquiera rompa el corazón de ese dulce chico? —inquirió demasiado serio—. No decías amarlo más que a cualquier persona.

— Lo amo más que a mi vida e incluso más que eso, y lo he amado desde el segundo que su pelota chocó conmigo y me miró como si me tuviera miedo —sonrió con tristeza—. Tú mejor que nadie sabe eso y eres también conocedor de cada sacrificio y estupidez que he cometido por él, sabes bien que le pertenezco y que una palabra suya será suficiente para que yo haga hasta la cosa más absurda si eso significa que él se sentirá satisfecho. ¿Por qué me cuestionas entonces sobre algo que sabes ya? —inquirió.

— ¿Entonces por qué vas a permitir que una cualquiera lo haga sufrir?

— Ella no es una cualquiera —masculló entre dientes, dejando estupefacto a su amigo—. La odio más de lo que he odiado nunca a nadie en la vida, la odio incluso más que a las hienas que tengo por familia pero ni siquiera así puedo negar que ella es la mejor opción para Luhan… a su lado yo… en comparación con ella yo soy nada más que basura y Luhan no necesita eso a su lado, él lo que necesita es a alguien mucho mejor de lo que yo jamás lograré ser y esa es Seohyun, así que… lo dejaré a su lado porque sé que ella lo hará feliz.

Kyung Min se tragó todo el coraje que aquel discurso le produjo y apretó los puños entre tanto cerraba los ojos con fuerza para así evitar las malditas lágrimas que le nublaban la vista luego de ver la expresión desolada y miserable que Sehun había tenido mientras dejaba salir cada palabra fuera de sus labios.

— Chico estúpido —masculló entre dientes, esperando que su voz no se quebrara—, te atreves a decir que eres insuficiente y has vivido cada segundo de tu patética vida por y para él, e incluso ahora estás dejándolo en manos de alguien que tú crees superior a ti solamente por asegurar una sonrisa en su rostro por el resto de sus días, ¿qué tienes eso de inferior en comparación con esa puta barata? —preguntó frustrado.

— Todo —musitó.

— ¡No es así! —exclamó exasperado—. ¡Deja de ser tan ingenuo e imbécil por favor! —pidió suplicante.

Sehun únicamente pudo desviar la mirada y suspirar pesadamente para no dejarse dominar por la ira y atacar a su buen amigo.

— Date cuenta Hunnie —imploró, sujetando su rostro para obligarlo a mirarlo a los ojos—. Pronto yo ya no estaré aquí y nadie podrá decirte que eres un idiota, así que escúchame por lo que más quieras; ella es mala —aseguró angustiado.

— Kyung Min…

— Sehun —lo cortó antes de recibir una negativa más—, tú mejor que nadie sabe que si algún talento tengo ese es el de saber cuándo una persona es honesta o no lo es, y Seohyun no lo es —sentenció.

Las manos de Sehun tomaron las de su amigo que seguían sobre sus mejillas, en su rostro había una mueca de algún sentimiento desconocido y Kyung Min ya no sabía que más decirle para hacerlo entender que aquella relación no iba a terminar bien y después él iba a arrepentirse de no haber hecho nada.

— ¿Y qué de bueno puedo ofrecerle yo sí logró que me acepte? —inquirió tristemente.

— Hacerlo más feliz de lo que nunca imaginó, eso puedes ofrecerle —sonrió dulcemente, acariciándole las mejillas.

— No… yo no puedo —murmuró derrotado.

— Claro que puedes, únicamente necesitas dejar esa obsesiva idea tuya de que únicamente lejos de ti él podrá estar bien. —Sehun lo miró confundido y obviamente asustado, y ante ello Kyung Min sólo pudo ofrecerle la más dulce de las sonrisas—. Tan sólo atrévete, Hunnie —lo animó.

— ¡Bésalo ya, Minnie! —gritó a lo lejos Chanyeol.

— ¡Vete al carajo! —soltó n respuesta Kyung Min, alejando las manos del rostro de su mejor amigo.

Sehun no se quedó atrás y le hizo una seña obscena con el dedo medio a sus dos amigos que se acercaban a ellos con la risa de Chanyeol opacando evidentemente la de Lay. El ceño fruncido de Kyung Min se acentuó mucho más al tener a Chanyeol de frente y a este poco le importó ya que en cuestión de segundos ya tenía sus brazos alrededor de ambos chicos.

— No estén molestos chicos, fue culpa suya a final de cuentas —se excusó el alto.

— ¿Qué se supone que hicimos nosotros? —preguntó molesto el pequeño pelirrojo.

— Estar ahí, con los rostros muy juntos como si fuesen a besarse así como en una escena barata de algún dorama —respondió divertido Lay.

— Exacto —apoyó Chanyeol.

— Váyanse a la mierda —gruñó Sehun—, saben perfectamente que no me gustan los hombres.

Lay lo miró con una ceja arqueada y en respuesta el rubio le dio una mirada de advertencia por cualquier comentario que su mejor amigo fuese a hacer. Chanyeol en cambio se encogió de hombros y sujetó la mano de Kyung Min, comenzando a tirar de ella para seguramente jugarle alguna broma pesada cómo era su costumbre.

— ¡¿A dónde crees que me llevas?! —chilló el irritante chico.

— Vamos al sube y baja —anunció.

— ¡No! —chilló aun más fuerte y comenzó a luchar contra el agarre del más alto—. La última vez que me subiste ahí tú jamás te sentaste y sólo me dejaste arriba mientas te reías como un estúpido —se quejó.

Chanyeol apretó más su mano alrededor de la muñeca del más pequeño sin dejar de reír al igual que los otros dos que bien recordaban aquella escena. El sonido de débiles sollozos llamó la atención de los cuatro chicos y los hizo girarse hacia el lugar de donde estos provenían.

Al ver a Cherry caminar hacia ellos Kyung Min se soltó del agarre de Chanyeol y corrió hacia ella, mirándola con preocupación cuando ella levantó su llorosa mirada luego de que él colocará su mano sobre su hombro derecho para llamar su atención.

— Cherry —llamó suavemente—, ¿quién te ha hecho llorar, cariño? —preguntó.

La bonita muchacha no dijo nada y tan sólo sorbió por la nariz, dejando caer más lágrimas. Sehun se acercó también y tan pronto ella lo vio, sus brazos se estiraron y envolvieron en torno al cuerpo del rubio quién permaneció en estado de shock al no saber cómo actuar ante aquella acción.

Podía escuchar los lamentos de la bella chica pero lejos de sentir pena él estaba comenzando a enojarse; odiaba el contacto físico sin su previa autorización. Iba a empujarla y gritarle que no volviera a tocarlo, de eso estaba completamente seguro. Sin embargo, y antes de que pudiera hacer o decir nada, la rota voz de la chica lo detuvo.

— Y-ya no quie-re ser m-mi amigo —balbuceó entre hipidos.

El rubio detuvo sus movimientos y la miró desconcertado, su mano, que antes se había elevado para empujarla, se posó sobre su cabeza logrando así que levantara el rostro y lo mirará con sus humedecidos ojos.

— Tendrás que explicarme mejor —le dijo con suavidad.

De los ojos de la bonita chica cayeron más lágrimas y asintió como pudo antes de abrazarlo un poco más fuerte y sollozar durante un rato más con el rostro enterrado en su pecho. Sehun buscó con la mirada a Kyung Min y este no demoró mucho en entender su muda petición y tomar a la chica por los hombros para así alejarla de su rubio e intolerante amigo.

— Vamos, cariño —musitó suavemente—, necesitas sentarte y tomarte algo para calmarte —sugirió.

Ella asintió levemente y se dejó guiar hasta una de las bancas antes de recibir una botella de agua de parte de un chico alto de cabello alborotado. Le sonrió como pudo y tomó un sorbo de la transparente bebida que este le había ofrecido, sintiendo en todo momento la fija mirada de Sehun y sus amigos.

— ¿Mejor? —interrogó suavemente Kyung Min, acariciándole de paso la mejilla izquierda.

— Un poco —susurró con su temblorosa voz.

— ¿Crees poder explicarnos que pasó ahora? —interrogó seriamente Sehun; porque ciertamente nada de aquello estaba dándole una buena espina.

— Lu-Lulu —balbuceó, amenazando con volver a llorar.

La expresión de Sehun cambió de seriedad a preocupación y por alguna razón tenía el presentimiento de saber que era lo que había sucedido, sin embargo, se negaba a aceptarlo del todo.

— ¿Luhan es la razón de que estés llorando? —preguntó incrédulo Kyung Min.

— S-sí —asintió—. É-él me di-jo que ya no quiere ser más mi amigo —sollozó.

Todos los ahí presentes la miraron sin poder darle crédito a sus palabras debido a que todos habían presenciado ya la fuerte amistad entre el chino y ella. Sehun en especial estaba sintiendo un nudo en el estómago y un sabor amargo impregnándole la boca mientras que su cerebro no dejaba de negarse a creer en las palabras femeninas.

— ¿Por qué? —salió de los labios del rubio que aún trataba de darle un orden lógico a toda esa situación.

— Po-porque Seohyun se lo pidió —hipó al final de la oración—. E-ella le dijo que… q-que ya no l-o quería ve-ver cerca d-e mí —balbuceó llorando.

¡Esa perra!, gritó para sus adentros Sehun.

¿Quién carajos era ella para decirle a Luhan con quién podía relacionarse?, se preguntó a sí mismo, poniéndose de pie para ir en busca del castaño y obtener una respuesta a sus acciones. Logró escuchar la voz de Kyung Min llamándolo mientras se alejaba pero ni eso lo detuvo.

Fueron necesarios a penas dos golpes en la puerta antes de que Zhao la abriera tan sonriente como de costumbre, escuchó apenas un saludo de parte del mayor pero no se molestó en responder y avanzó rápidamente en dirección a esa habitación que tan bien conocía.

Luhan estaba recostado boca abajo en la cama y por la mochila tirada descuidadamente a un costado supo que no tenía mucho que acababa de llegar a su hogar. Su instinto le decía que debía obligarlo a darle la cara y exigir una explicación pero su cerebro aún continuaba medianamente funcional y lo hizo dejar ir un fuerte suspiro y cruzarse de brazos esperando así no cometer una locura.

— Déjame —habló Luhan, apenas con claridad debido a que su rostro se hallaba enterrado en su almohada.

— Nada de eso —respondió seriamente.

— ¡Sehun! —chilló, incorporándose de golpe para mirarlo con sus bellos ojos de ciervo—. ¿Q-qué…?

— ¿Me quieres explicar por qué mierda le dijiste a Cherry que ya no querías ser más su amigo? —espetó con la mandíbula y puños apretados.

— Y-yo…

— ¿Tienes siquiera una idea de lo triste que la hiciste sentir? —inquirió.

Aunque a decir verdad le importaban un pepino los sentimientos de la fastidiosa chica, lamentablemente había llegado hasta ahí fingiendo que todo se trataba de ella y por ello tenía que seguir actuando bajo esa línea de acción.

— Lo sé y lo lamento mucho pero Seohyun…

— ¡¿Estás idiota?! —exclamó furioso y sí, tal vez dejar ir su enojo no iba a llevar a nada bueno pero era inevitable que se controlara luego de escuchar aquel nombre—. ¡Cherry ha sido tu mejor amiga por años y ahora tú vienes y la mandas al jodido infierno por esa chica que apenas acabas de conocer!

— ¡No, no es de esa forma! —aseguró angustiado.

— ¡¿Cómo se supone que es entonces?! —vociferó, haciendo callar al castaño. Una mirada llena de temor le fue dirigida y le resultó  y insoportable; tenía que calmarse—. Porque hasta donde parece tú estás dejando que ella controle con quién sí y con quién no puedes relacionarte —dijo más sereno, lo que había conseguido estar al menos.

— Sehun, las cosas no son así, lo que pasa es… —lo miró contrariado—, todo tiene una explicación —aseguró.

— Explícame entonces —ordenó, jalando la silla del escritorio y sentándose en ella para quedar de frente al castaño—. Anda, tenemos toda la tarde.

Luhan asintió lentamente y tomó una gran bocanada de aire antes de atreverse a mirarlo nuevamente a los ojos, los nervios brillaban en lo orbes del castaño pero Sehun estaba empeñado a no ceder ante su desvalida mirada hasta obtener una muy buena explicación.

— Es verdad que hice todo esto por Seohyun —comenzó—, sin embargo eso no quiere decir que estoy echando a Cherry lejos de mi vida para siempre —aseguró.

— Le dijiste que ya no podían ser amigos —masculló entre dientes.

— ¡No, esas no fueron mis palabras! —exclamó alterado—. Yo únicamente le dije que no podríamos estar cerca el uno del otro por un tiempo, sólo eso, lo juro —afirmó nerviosamente.

— Es lo mismo —gruñó.

— No es verdad, lo que yo pedí fue una momentánea separación, con eso yo dejo en claro que ella y yo vamos a volver a…

— Luhan —lo cortó ya irritado—, todo eso es lo de menos, así que mejor céntrate en decirme el por qué de todo —pidió antes de perder la paciencia.

— Es porque Seohyun está insegura de sí misma —murmuró.

— ¿Qué? —inquirió apenas siendo capaz de creerlo.

— Eso —asintió—, sabes mejor que nadie lo bonita que es Cherry además de lo cercanos que somos desde niños, es por todo eso que Seohyun se sentía insegura y me pidió dejar de hablarle.

La expresión del rubio se volvió más sombría de lo que ya lo era y Luhan supo entonces que su nivel de enojo solamente había aumentado en lugar de disminuir luego de su, según él, coherente explicación.

— Será sólo un tiempo mientras que yo convenzo a Seohyun de que no tiene nada de que temer o sentirse insegura —se apresuró a decir—. Por ahora prefiero que Cherry y yo nos distanciemos para así evitar un pleito entre ellas, lo hago por amabas —aseguró nervioso.

Algo le dijo en ese momento a Sehun que no debía creer esas palabras, algo le advertía que nada iba a mejorar como Luhan estaba diciéndole y aun así, pese a todas las advertencias, decidió creerle.

— De cuerdo, solamente no tardes mucho en arreglar esto —pidió ingenuamente.

— No, estará resultó antes de que te des cuenta —prometió mostrándole su preciosa sonrisa.

Esa tarde Sehun tan sólo asintió y no dijo nada mientras dejaba a Luhan hablarle de su novia y de lo feliz que se sentía, y para Sehun no había nada más bueno que escuchar que Luhan era feliz a pesar de que a la vez estaba gritando de celos al escuchar el nombre de esa mujer deslizarse de los labios de su dulce chico pero podía soportarlo, porque su sonrisa y el brillo en sus ojos no tenía precio alguno.

Lamentablemente, ese pequeño flash de felicidad poco le duró y pronto se halló con que Luhan iba a ser incapaz de cumplir su promesa, lo vio alejarse más y más pero nada pudo hacer. Algo estaba mal y lo supo en el segundo que Seohyun rompió la amistad de Luhan y Cherry, pero en ese instante lo ignoró porque era un idiota enamorado que no hacía más que creer ciegamente en Luhan, sintiéndose inmune a las órdenes que Seohyun quisiera dar.

Al final no lo era y Luhan lentamente dejó de sentarse con él durante el almuerzo en las horas de clase, sus citas ya no existían y apenas había uno que otro saludo sí es que tenía suerte. Ella acaparó cada segundo del tiempo de su Bǎobèi Lù y lo alejó de todos; estaba haciendo que se quedará solo de apoco.

Descubrió entonces y con todo el pesar del mundo que su amigo había tenido razón en aquella ocasión en que le dijo que esa mujer era mala. Sabía que tenía que hacer algo pero el resentimiento que le provocaba el hecho de que Luhan fácilmente lo había dejado a un lado también era una gran influencia que lo tenía sentado y cruzado de brazos mientras todo sucedía.

— Te lo dije —soltó con seriedad Kyung Min un día.

El reloj no se había detenido ni un segundo para ellos y apenas quedaban un par de semanas antes de que el viaje escolar y la graduación llegarán, Kyung Min iba a irse pronto y lo dejaría solo.

— Cállate —gruñó.

— ¿Es que acaso no harás nada y permitirás que ella continúe alejándolo de todos? —espetó.

— A él parece gustarle esa idea, no lo veo haciendo o diciendo nada en contra de toda esa jodida situación, así que si él así lo está permitiendo yo no voy a hacer nada tampoco —masculló entre dientes.

Porque sí, había tomado esa decisión en el momento que se aferró a la idea de que todo aquello era tan culpa de Seohyun como de Luhan por permitir que lo manipularla de aquella nefasta forma.

— Vas a lamentar tanto esta decisión —afirmó.

— No más que él —masculló, mirando con desdén a la feliz pareja.

Al terminar las clases lo último que quería era volver a casa pero para su buena suerte ninguno de sus amigos parecía estar disponible para perder el tiempo y durante esas últimas semanas Minho también parecía estar demasiado tranquilo. La figura de su madre fue lo primero que vio al cruzar la puerta y, como había venido haciendo durante el último mes, ella se puso de pie y trató de hablarle.

Sehun la ignoró olímpicamente igual que venía haciendo todas las veces anteriores. Jiāo Táng pareció sentir su sombría aura también y no hizo ruido alguno al verlo cruzar la puerta y lanzar su mochila a la cama. Tenía tantas ganas de golpear a alguien cada vez que su memoria le traía de vuelta la escena de Seohyun besando a SU Luhan y la sonrisa de imbécil de este era lo que más lo enloquecía, lo odiaba casi tanto como lo adoraba.

Vio de reojo como las orejas de Jiāo Táng se erguían de repente y los ladridos de emoción no tardaron en hacerse presentes mientras se levantaba de su cama para ir a saltar frente a la ventana en espera de que Luhan dijera hola pero eso ya también pasaba con menos regularidad y de sólo recordarlo Sehun se sintió muchísimo más irritado de lo que ya estaba.

— Guarda silencio —le ordenó con un gruñido.

Jiāo Táng pareció en cambio alborotarse más y ladrar con mucho más entusiasmo a la espera de que su bello vecino se asomara por la ventana y le sonriera.

— Cállate —escupió entre dientes.

Ya que Sehun no estaba en absoluto compartiendo su gran emoción y su cabeza había comenzado a pulsar de dolor mientras sus niveles de enojo se elevaban hasta desbordarse haciéndolo explotar finalmente.

— ¡He dicho que cierres la boca! —gritó rabioso.

El inocente animal dio un salto de sorpresa antes de retroceder asustado y ocultarse tras la silla de su escritorio. El miedo brillaba en sus ojos cafés haciendo sentir de lo peor a Sehun que bien sabía que su noble amigo provenía de un mundo del que no obtuvo más que gritos y golpes por parte de las bestias que se llamaban sus dueños, y justo en ese momento él no estaba actuando diferente a ellos.

— ¡Joder! —exclamó frustrado y se cubrió el rostro con ambas manos.

Luhan iba a destruirlo por completo si aquello continuaba así. Negó con la cabeza ante ese pensamiento y se descubrió el rostro para mirar entonces al pobre perro ocultó bajo su escritorio.

— Lo lamento, amigo —habló, dándole una sonrisa arrepentida—. No fue mi intensión gritarte, es solamente que no tuve un buen día.

Jiāo Táng sacó apenas su cabeza de su escondite y le dio un ladrido como si estuviera haciéndole algún reproche, cosa que hizo reír al rubio.

— Lo sé, lo sé —sonrió más ampliamente—. No lo volveré a hacer —prometió y juraría por quien fuera que su mascota lo miró con los ojos entrecerrados—. Oh vamos, te daré algunas golosinas para disculparme así que deja de ser un resentido y ven aquí.

La silla cayó al suelo luego de que el gran can saliera de su escondite y la risa de Sehun llenó la habitación luego de que se abalanzara sobre él y comenzara a lamer su rostro. ¡Dios!, adoraba a ese perro loco.

El timbre de su celular de pronto rompió la alegre atmósfera y Sehun tuvo que esforzarse un poco para alejar a su cariñosa mascota y así poder responder la llama. Se rió un poco luego de conseguir alejar a su mascota y verlo colocarse en una graciosa posición de ataque que siempre solía utilizar cuando jugaban, el rubio tan sólo negó con la cabeza y respondió finalmente su móvil.

— Kyungsoo, ¿qué hay? —dijo tan pronto puso el aparato contra su oído.

Síp, sabía que se trataba de él incluso antes de responder y eso era debido al tono, el pequeño chico había insistido en ponerse a sí mismo un tono de llamada personalizado para que así Sehun siempre supiera que era él. Aunque aquello le había costado una larga hora de persuasión hacia Sehun.

Aunque ciertamente eso había sido nada en comparación con lo que le había costado acercarse al rubio. Sin embargo, su separación con Luhan había ayudado mucho y así, muy lentamente, él pronto había conseguido ser alguien con quien Sehun podía hablar sin temor e incluso solía darle uno que otro consejo, convirtiéndose pronto en un amigo que Sehun apreciaba bastante.

Aunque ser sólo su amigo estaba muy lejos del objetivo que tenía, pero era más que consiente que tenía que ir muy despacio con el rubio, por ello comenzaría con pequeños pasos.

— Hey —saludó alegremente el chico—, ¿tienes planes para esta noche?

— No, ¿tú vas a invitarme a algún lugar? —preguntó calmadamente.

— De hecho sí —rió ligeramente—. Hoy hay una fiesta en Hell y pensé que podrías venir —dijo muy animado.

— ¿Una fiesta en Hell? —repitió dubitativo—. No lo sé D.O, ese lugar es propiedad de Minho y ya tengo suficiente mal humor conmigo como para agregarle más leña al fuego —explicó.

— Oh, vamos —insistió—. Minho no se meterá contigo, lo prometo.

— D.O —llamó antes de dejar ir un suspiro—, por muy mejor amigo que seas de ese imbécil yo dudo mucho que tú puedas decirle que hacer.

— No, hablo en serio —afirmó—. El idiota de tu hermano tiene nuevo juguete, así que por ahora no se meterá contigo a menos que esté realmente aburrido.

— No lo sé —murmuró indeciso.

— Ay, por favor Sehun —lloriqueó—. Será divertido.

— Yo…

— Habrá alcohol gratis para todos nosotros, podrás bailar hasta el cansancio, muchas chicas lindas y puedes traer a quien tú quieras —dijo en un intento de persuadirlo.

El rubio suspiró indeciso, la verdad la invitación se oía muy bien pero hacia algo de tiempo que él había dejado de ir a ese tipo de lugares porque sentía que a Luhan no iba a gustarle si es que llegaba a enterarse, traer de vuelta ese pensamiento lo hizo fruncir el ceño, sus ojos se clavaron en la ventana de la casa de al lado y pensó: « ¿Y por qué no? »

Luhan ya había dejado muy en claro que Seohyun era mucho más importante para él de lo que Sehun jamás iba a poder serlo, así que él tampoco tenía razón alguna por la cual preocuparse por lo que Luhan llegase a pensar o no de él.

— De acuerdo, nos vemos allá —habló por fin luego de varios minutos.

— ¡Genial! —celebró el más pequeño—. Te esperare cerca de la entrada de Hell y no te preocupes por nada que yo me hago cargo de Minho —prometió.

— De acuerdo, nos vemos más tarde —se despidió y cortó la llamada sin dejar que Kyungsoo le diera respuesta alguna.

Se dio cuenta que Jiāo Táng estaba mirándolo atentamente seguramente en espera de su comida y se rió un poco de él, marcó rápidamente un nuevo número en su móvil y esperó pacientemente a que su idiota amigo respondiera.

— ¿Hola? —respondió Chanyeol al otro lado de la línea.

— Chanyeol, habla Sehun.

— Eso ya lo sé, tonto —lo escuchó reír como un idiota—. ¿Qué necesitas mi buen colega?

« Está con sus padres o algo así », razonó Sehun tras el educado y cordial vocabulario de su amigo que normalmente acostumbraba a soltar un sinfín de palabrotas.

— Como sea —resopló—, nos vemos hoy a las ocho en donde siempre, hay una fiesta que ninguno de nosotros quiere perderse —informó sonriente.

— Cuenta conmigo —rió controladamente una vez más.

— Genial, avisaré a Lay y nos vemos por la noche.

— Claro, hasta entonces.

Y tras esas últimas palabras de parte del otro, Sehun cortó la llamada y miró su móvil con satisfacción, sólo le quedaba llamar al mayor de los tres pero todo ya pintaba para ser una noche inolvidable. Su mirada volvió a la ventana vecina por apenas unos segundos y chasqueó la lengua.

¡Al diablo con Luhan!

***

— Uhm… entiendo —murmuró decepcionado—. No, no te preocupes. Ve con tu amiga, ella debe necesitarte mucho ahora mismo —dijo, tratando de sonar tranquilo y despreocupado.

Sin embargo, la realidad era totalmente diferente pero tenía que obligarse a fingir que nada sucedía para así ahorrarse los problemas.

— Ya te dije que está bien —rió débilmente—. No tienes nada que compensarme. Okay entonces, no vemos mañana —musitó y sus labios se apretaron en una rígida línea—. Seohyun... —llamó antes de que ella le colgara.

Hubo un largo silencio luego del cortante ¿qué? de su novia y Luhan se esforzó por tragarse el nudo que se había formado en su garganta.

— Te quiero —susurró apenas.

Ella suspiró al otro lado de la línea y un cansado: está bien, fue lo último que me dijo antes de cortar la llamada. La respuestas lo hizo sentir miserable y con un pequeño dolor en el pecho.

« ¿Por qué cambio tanto? », se preguntó con tristeza. Ella había sido tan dulce y cariñosa al comienzo, todo había sido rosa entonces pero ahora parecía que ella odiaba que se acercara. Lo evitaba cada vez que se podía a excepción que fueran horas de clases, cada vez que la invitaba a salir ella cancelaba a último minuto y Luhan simplemente no lo entendía.

¿Qué había hecho mal?, no podía dejar de preguntarse y sentía tanta impotencia al no saber que debía hacer para remediarlo, había una constante pequeña punzada de dolor en su corazón y ya ni siquiera tenía a su mejor amiga para ayudarlo, fue ahí que se dio cuenta de que se había quedado realmente solo.

Algo frío le recorrió el cuerpo y tuvo una sensación de malestar al mirar al frente, desvió la mirada para evadirla y se encontró entonces con la ventana de Sehun. La pequeña punzada disminuyó en ese momento y no lo pensó dos veces para dirigirse a ella, abrirla y tomar aire para decir su nombre.

— Sehun —llamó lo suficientemente alto como para ser escuchado por él pero no tanto para alarmar a su familia.

Esperó pacientemente hasta que las cortinas de removieron produciéndole toda la calma y seguridad que no había experimentado desde hacía algún tiempo, sonrió sin poder contenerlo pero pronto la sonrisa se fue en el momento que sus ojos captaron la imagen de Jiāo Táng en lugar de la de Sehun.

El alegre animal ladraba con entusiasmos y Luhan se vio obligado a sonreírle a pesar de sentirse decepcionado y de saber que el dulce cuadrúpedo recibiría un gran regaño una vez Sehun viera que había rasgado las cortinas, aunque era gracias a eso que Luhan sabía que Sehun no se encontraba y ese hecho; el saber que ya no podía tampoco ir a ocultarse con el rubio, volvió el malestar en su pecho miles de veces más agudo.

***

Una carcajada proveniente del chico a su lado hizo a Sehun elevar una ceja un tanto sorprendido, primero; porque nunca había escuchado a Kyungsoo reírse de esa forma pese al tiempo que llevaban tratándose y segundo; porque también era impresionante que su voz pudiera escucharse por sobre la música excesivamente alta.

Chanyeol continuaba hablando de idioteces, mientras que Bobby parecía ser quien más atención le ponía a la conversación, Lay por su parte había desaparecido un rato antes  con la excusa de ir al baño en compañía de una linda pelirroja. El en cambio no podía negar que estaba bastante entre tenido con la compañía de sus amigos y la sexy pelinegra que se entretenía besando y mordiendo su cuello.

La idea de ir al baño sonaba cada vez mejor y las zonas correctas de su cuerpo habían comenzando a tomar interés. Su rostro se giró apenas para juntar sus labios con los de la chica a su lado y la acción le produjo de inmediato un sabor a tierra en la boca, sin embargo, decidió ignorarlo y continuar adelante.

Algo dentro de sí mismo se sentía asqueado al estar tocando a otra persona que no fuera él, pero por otro lado él había elegido a esa mujer y por ello Sehun decidió que tampoco tenía que importarle lo que él fuera pensar al verlo así. El rechazó creía cada vez más en su interior pero su cerebro le ordenaba retroceder e hizo a su cuerpo moverse, dejando su mano sobre el muslo derecho de la pelinegra, sintiendo sus dedos picar ante el tacto de la tibia piel que el diminuto vestido apenas y cubría.

Al final no pasó mucho tiempo antes de que él retirara la mano al no ser capaz de soportarlo, gruñó por lo bajo debido a la molestia que toda la situaciones le provocaba y cuando decidió por fin decirle a ella que fueran a otro lugar, sintió la vibración de su celular en uno de los bolsillos delanteros de su pantalón. Le dio una mirada a la chica quien no puso objeción alguna y se apartó lo suficiente para que él pudiera maniobras y obtener su móvil.

Su ceño se frunció en el segundo que vio el nombre del contacto y sin dudarlo cortó la llamada ya más que decidido a decirle a la pelinegra que fueran a otro sitio, pero en ese momento su celular volvió a sonar y en esa ocasión no pudo evitar vacilar al momento de cortar la llamada; para la tercera vez no pensó en nada antes de ponerse de pie y dirigirse al baño sin dar explicación alguna a sus amigos que lo miraban sin entender.

Bǎobèi Lù.

El resultado final fue que respondió de igual forma al cuarto tono, aguantándose el enojo y reproche que sentía por sí mismo luego de haber hecho tal estupidez.

— Habla Sehun —habló indiferente y frío.

— Sehun…

Su nombre fue apenas un susurro débil más sin en cambio lo suficientemente poderoso como para tenerlo a punto de colapsar de éxtasis únicamente por ser Luhan quién estaba hablando.

— ¿Qué sucede? —consiguió decir luego de un par de minutos en los cuales había perdido el aliento.

— ¿Es-estás ocupado ahora mismo? Porque tal vez podríamos vernos, ¿se puede? —preguntó tímidamente.

El corazón de Sehun se descontroló tan sólo con esas simples palabras, lo había extrañado tanto que apenas podía contener la emoción que le provocaba saber que Luhan quería verlo y sí, sabía ya que su actitud era más que patética pero no podía evitarlo, era un estúpido enamorado a final de cuentas.

— Verás, quedé de verme con Seohyun pero ella tuvo que irse a casa de una amiga que no se sentía bien emocionalmente y canceló, así que pensé que tal vez te gustaría venir a ver una película a mi casa —explicó.

Lo maldijo con todo su ser en ese momento, por su culpa se había vuelto demasiado volátil y vulnerable por un par de simples palabras que jugaban a antojo con su inestables emociones. Pronto la rabia y decepción inundaron lo en cuestión de segundos, su mano apretó fuertemente su móvil y casi estaba seguro de que sus dientes podrían romperse debido a la fuerza con la que estaba apretando la mandíbula.

¿Quién mierda se creía Luhan que era él para tratarlo como un remplazo que podía llamar cada vez que esa perra no estuviera?

La pregunta tenía el filo de un cuchillo y el sabor a basura, por un segundo consideró la idea de hacerle daño a ese estúpido chiquillo pero sabía que no iba a poder ni siquiera tocarle un cabello una vez lo tuviera de frente.

— Ya tengo planes —respondió ácidamente.

— ¿No podrías cancelarlo? —inquirió con un murmullo.

Su determinación flaqueó debido al vacilante tono de su voz pero el recuerdo de sus palabras y el hecho de que por esa noche podría olvidarse de Luhan en brazos de una bella joven lo hicieron recuperar el valor y seguir adelante.

— No.

— Por favor, yo de verdad quisiera…

— Ya estoy aquí Luhan, no voy a irme de la nada únicamente por ti —escupió sin reparo alguno.

Escuchó una inhalación abrupta al otro lado de la línea y sonrió al sentirse triunfal en aquella pelea que únicamente él se había montado en la cabeza.

— Te dejo entonces —finalizó.

— Sehun, te necesito… yo, no sé qué hacer —soltó desesperadamente.

— Voy para allá —dijo finalmente y cortó la llamada.

Salió apresurado del baño, haciéndole caso omiso a la voz que le decía lo idiota que era al correr nuevamente hacía él pero poco le importaba en realidad, quedar como un idiota era la menor de sus preocupaciones luego de que escuchará el temor y tristeza que habían oído en la voz de su precioso Luhan.

— Hey, Sehun —llamó Kyungsoo que aparentemente había ido a buscarlo al estar en el mismo corredor que daba hacia los baños y donde apenas se filtraba la música.

— Luego te cuento, tengo prisa —dijo ansioso, tratando de pasar a su amigo.

— No, espera —pidió desconcertado, sujetando su mano para que no siguiera avanzando—. ¿A dónde vas? —preguntó confundido ante la prisa que el otro tenía—, ¿por qué estás yéndote tan temprano?

— Kyungsoo, basta ya —gruñó, tirando de su mano para conseguir que lo liberará.

— No hasta que me des una explicación. Antes todo había estado genial y ahora te quieres ir con una urgencia como si alguien aquí tratara de matarte —señaló un tanto molesto.

— Luhan me necesita —dijo con la mirada gacha.

— ¿Qué?

— No sé que tiene, pero se escuchaba muy deprimido y…

— Realmente eres un completo imbécil —lo cortó bruscamente.

El enojo estaba haciendo que quisiera golpear salvajemente al primero que se le cruzara pero su cerebro aún funcionaba un poco y lo mantenían tan quieto cómo era posible pero eso no significa que no seguía odiando con todas sus fuerzas el hecho de que Sehun siempre corriera al lado de ese imbécil e insignificante chiquillo.

— Ese tipo no ha hecho más que ignorante en todo este tiempo y todavía así tú vas a ir corriendo a su lado —masculló—, eres sin duda alguna un perfecto idiota que merece ser tratado como un pañuelo desechable.

A Sehun le hubiera fascinado poder defenderse de esas palabras pero bien sabía que no podría hacerlo cuando todas ellas no eran más que la pura verdad, entendía bien que tal vez Luhan no merecía ni un segundo de su tiempo pero tan débil como era ante ese perfecto chico, nada podía hacer para actuar en contra de lo único que había sabido hacer desde que lo había conocido; no importaba cuanto tratara o quisiera huir, estaba atado a cumplir cualquier capricho que él tuviera.

— Ya lo sé pero no puedo hacer nada al respecto —murmuró, soltando se suavemente del agarre ajeno.

— Él no te merece —dijo despacio el pequeño chico.

— ¡Chicos! —exclamó escandalosamente Bobby, colgándose de Kyungsoo.

Ambos siguieron en silencio mientras su borracho e hiperactivo amigo decía nada más que cosas sin sentido.

— Oigan, ¿ya vieron a la puta en turno de Minho? —dijo con un tónico burlón.

Los otros dos se giraron más por inercia que por curiosidad, desde donde estaban se podía ver perfectamente el lugar que Minho siempre ocupaba y Kyungsoo no pudo evitar la mueca se formó en sus labios al ver a la chica mientras que Sehun apenas podía parpadear mientras tenía sus ojos clavados en la imagen de la perra de Seohyun con su boca unida a la de Minho.

— ¿Será que está perdiendo el toque?, porque yo juraría que sus antiguas chicas eran más guapas que esa —comentó divertido.

A la mente de Sehun únicamente vino la imagen de su dulce Luhan, lo imaginó llorando desgarradoramente una vez que se enterará lo que esa zorra estaba haciéndole y con quién. Todas las advertencias de que esa mujerzuela no haría otra cosa más que romperle el corazón a su precioso ángel llegaron una tras otra sin piedad y la rabia se apoderó de él.

— ¡Zorra maldita! —rugió furioso y sus amigos apenas lograron captar el momento preciso para sujetarlo y que no cometiera una estupidez.

— ¡¿Qué demonios crees que estás haciendo general?! —exclamó Bobby, aferrando su cuerpo más que podía.

— ¡La maldita puta tiene a Luhan a sus pies y aún así se atreve a revolcarse con el bastardo  de Minho! —gritó fuera de sí.

— ¡Sehun, cálmate! —suplicó ansiosamente Kyungsoo.

— ¡Voy a matarlos a ambos! —juró rabioso.

Kyungsoo y Bobby no trataron de razonar ya más con él y simplemente lo arrastraron entre jaloneos y empujones hasta una de las salidas traseras de Hell para así evitar que el furioso rubio corriera estúpidamente a una batalla perdida desde el inicio. Kyungsoo lo empujó lejos una vez estuvieron fuera, interponiéndose en su camino cuando lo vio con la intención de volver a entrar al lugar.

— ¡Basta ya! —vociferó, dándole un nuevo empujón.

— ¡No! —rugió—. ¡Ella no le hará esto a Luhan! ¡No le romperá el corazón sin que antes yo la mate!

Bobby y Kyungsoo vieron la ira y odio reflejado en la mirada de su amigo y por mucho considerarán que Sehun tenía derecho a ir tras Seohyun, ambos sabían que dejarlo ir sería enviarlo a una muerte segura. Fue en ese momento que Kyungsoo, por mucho que lo odiara, tuvo que tomar una decisión.

— Mira, Sehun —comenzó a hablar, masajeándose las sienes en el proceso —, por mucho que considere que tienes razón en gran medida, también sé que dejarte ir representará tu fin.

Sehun se adelantó listo para protestar y Kyungsoo se lo impidió elevando su mano para obligarlo a cerrar la boca y que él pudiera continuar.

— Todos los que se encuentran en aquel lugar son nada más y nada menos que aliados de alta confianza de Minho y, por tanto, un movimiento tuyo en su contra hará que todos vayan tras de ti —explicó.

— No me importa, yo tengo que…

— ¿A tu Luhan tampoco va a importarle si algo te sucede? —inquirió seriamente, viendo con insatisfacción como Sehun bajaba sus defensas—. Déjalo pasar hoy y mejor ve con él… tiene derecho a saber lo que esa perra está haciéndole —dijo seriamente.

Sehun masculló un par de maldiciones antes de dar la media vuelta y hacer lo que Kyungsoo le decía, porque al fin y al cabo su amigo tenía razón y él debía contarle todo a Luhan antes de que fuera demasiado tarde.

Regresar a su calle nunca había sido algo tan urgente y aun cuando lo hizo en tiempo récord, le pareció una eternidad. YanYan le abrió la puerta luego de que casi la dejara en el suelo debido a la ira contenida y la ansiedad de ver al dulce chico que era el centro de su diminuto universo, logró oír que la extraña chica le decía algo, seguramente un saludo, pero lo ignoró e ingresó al lugar sin invitación de por medio.

Subió de a dos las escaleras y atravesó el pasillo prácticamente corriendo. La puerta fue empujada bruscamente y su corazón se detuvo en cuanto un par de delgados brazos se envolvieron fuertemente en su cuerpo. Quiso llorar y gritar de impotencia al sentir los pequeños temblores provenientes del cuerpo más pequeño pero en su lugar únicamente pudo corresponder el abrazo y aferrar su cuerpo con fuerza.

— Estoy aquí, todo estará bien —murmuró suavemente.

Sintió a Luhan negar con la cabeza, sus dedos estrujaron más fuerte la camiseta del rubio y el miedo de hallar lágrimas en sus ojos  estaba torturando a Sehun. Sí antes, el darse cuenta de lo imbécil que había sido al no escuchar a los demás, había sido un peso con el cual apenas podía, era entonces que se había trasformado en una sensación dolorosamente aplastante; él debió haber imaginado que si Luhan resultaba con el corazón roto él no sentiría más que toda la angustia, culpa y agonía que había experimentado nunca.

— Estoy asustado —susurró Luhan—. Algo anda muy mal y no sé qué hacer —murmuró desolado.

— ¿Qué sucede? —preguntó preocupado—, dime y te ayudaré a resolverlo —afirmó, aunque él bien sabía que iba a hacer hasta la cosa más absurda para resolverlo al final de cuentas.

— Es Seohyun —susurró apeas.

Sehun se tensó al escuchar aquel nombre. « ¿Luhan lo sabía ya? », se preguntó angustiado y únicamente pudo apretar los labios y sus brazos en torno a la frágil figura entre ellos, una voz le dijo que lo mejor era quedarse callado y esperar a que Luhan dijera lo que tuviera que decir y así lo hizo.

— Ella ya no es la misma y… yo no sé cómo manejarlo, se siente como si algo se desgarra dentro de mí al verla alejarse y no ser capaz de arreglarlo… me voy a volver loco —gimió desolado.

Estaba enamorado de ella.

El conocimiento de ello lo hizo sentir ganas de vomitar y aunque siempre había sido consciente de que dentro de él ya no había nada que romperse todavía así tuvo la sensación de algo muriéndose, tal vez era el pequeño brote de alegría que había crecido en su interior luego de recuperar la amistad de Luhan, sin embargo, era el propio Luhan quien acaba de matarlo.

Era más que consiente de que Luhan no tenía culpa alguna de aquello pero inconscientemente lo culpó de todo de igual manera, en ese momento lo que más quería era alejarse de él, abandonarlo a su suerte era la opción más aceptable y no pudo hacerlo al final.

— ¿Esto es el amor? —preguntó Luhan, mostrándole la más miserable de las muecas.

No supo que decir pero si tenía que compararlo con lo que él mismo sentía por Luhan…

Sí, esa mierda, que te torturaba y mataba lentamente, era precisamente el amor.

— Sí es así yo… no creo poder con esto, estoy asustado —su voz se quebró y Sehun se había olvidado hasta de la forma de hablar—. Me tiene completamente trastornado y atormentado pero no quiero perderla, ¿qué hago? —interrogó, mirándolo fijamente a los ojos.

Haberle disparado o clavarle algo en el pecho hubiese sido mucho menos doloroso que ver esa mirada, que apenas y soportó, antes de desviar la suya propia. Sus manos viajaron a los temblorosos hombros del castaño y suavemente lo desprendió de su cuerpo.

— No vas a perderla —le juró, sus miradas se juntaron sólo una fracción de segundo antes de que él se marchara con la única intención de buscar algo o a alguien con quien dejar ir todo lo que su destrozado corazón sentía.

***

Al día siguiente, un par de nuevos moretones adornaban su pálido rostro y algunas partes de su cuerpo todavía dolían por el sólo hecho de respirar, tal vez había sido muy estúpido de su parte meterse con su padre cuando el hombre estaba en estado de ebriedad, pero al menos había podido descargar un poco de su enojo con los poco golpes que había logrado devolver, claramente mucho menos de los que él había recibido pero daba igual.

Recorrió su imagen en el espejo una última vez y luego de una sonrisa a medias hacia su preocupada mascota, salió de su hogar rumbo a la escuela. Llegó antes que los demás y no le sorprendió en absoluto encontrar ahí a Seohyun antes que a nadie más, ella últimamente siempre llegaba incluso antes que él y aunque al principio lo odiaba, esa mañana era perfectamente conveniente.

Una sonrisa estaba en sus finos labios y su mirada no dejaba su celular. Sehun avanzó hasta ella aprovechando su distracción y, sin reparo alguno, pateó la banca frente a su escritorio asustándola y obteniendo toda su atención. Sus manos rápidamente cubrieron la pantalla de su móvil y una sonrisa nerviosa se dibujó en sus labios.

— Bu-bueno días, Sehun.

— ¿A quién le estabas escribiendo? —preguntó fríamente.

— ¿Eh? —lo miró confundida.

— Te hice una pregunta —gruñó y el miedo brillo en los ojos de la chica.

— E-era mi ma-madre —balbuceó.

— ¿Es así? —Su gélida mirada no la dejó ni un instante y antes de que ella pudiera reaccionar, ya le había arrebatado el móvil.

— ¡Oye, devuélvemelo! —chilló alterada.

Sehun la ignoró incluso cuando ella estiró sus manos buscando recuperar el aparato, leyó atentamente los mensajes y sintió su sangre hervir al darse cuenta de quién era la otra persona. Seohyun lucía desesperada cuando el nuevamente la miró.

— Con que tu madre, ¿no? —masculló entre dientes, observándola tensarse visiblemente—. Es curioso entonces que el número de tu madre sea el mismo que el del hijo de puta que tengo por hermano —escupió.

Ella miró a todos lados sin saber que decir, su respiración se veía muy agitada e incluso había dejado ya la lucha por recuperar su celular. Su mirada fue al suelo y si ella esperaba resolverlo con lágrimas, se había equivocado de sujeto. Sin embargo, no fueron lágrimas lo que vio en su rostro cuando ella elevó el rostro; una sonrisa ladina era lo que le dirigía ella.

— ¿Por qué no simplemente te dejas de rodeos y dices las cosas como son?, sé que me viste ayer en Hell —anunció con un tono arrogante.

— Tú…

— Minho me pidió ir ahí especialmente para eso, espero que la próxima vez lo pienses mejor antes de meterte con él porque ahora sabes que será tu precioso Luhan quien lo page —habló con suficiencia.

La cólera pronto comenzó a construirse dentro de Sehun, la voz de Bobby diciéndole que Minho iba a cobrarse lo que le había hecho pronto se hizo presente y la sensación de sus cortas uñas atravesando la carne de sus palmas poco disminuía todos las emociones negativas.

— Aunque debo decir que fue realmente una lástima descubrir tus desagradable sentimientos hacía mi novio, ¿qué crees que dirá él si le cuento? —se burló.

La valentía de Sehun flaqueó entonces y se quedó ahí, inmóvil y un tanto angustiado; si ella le decía algo todo iba a irse al infierno.

— Aparentabas ser tan hombrecito —rió—, tal vez solamente estás confundido —comentó, Sehun no sabía en que momento ella se había acercado tanto hasta que sintió sus brazos alrededor de su cuello—. Seguramente únicamente necesitas a la mujer correcta, yo podía ayudarte si me lo permites —propuso.

El shock lo tenía pasmado y la sonrisa en el rostro femenino cada vez se agrandaba más, produciéndole nada más que puro asco.

— Será divertido y muy en el fondo sabes que no me eres indiferente —le susurró al oído—. Sé bien que yo te gustaba antes de saber que Luhan sentía algo por mí, ahora puedes tomar ventaja, él no sabrá nada, lo tengo bien domesticado —rió ligeramente.

Nunca golpear a una mujer fue uno de los juramentos se había hecho luego de ver lo que su padre le hacía a su madre, pero nadie,  incluyendo al sexo femenino, iba a hacer algo en contra de Luhan. Fue por eso que no lo dudó ni un segundo cuando su diestra se cerró alrededor del frágil cuello de Seohyun y empujó violentamente el cuerpo más pequeño contra la pared; fue capaz de escuchar incluso el golpe de su cabeza contra la pared pero poco le importó.

— Escucha bien insignificante mujerzuela —gruñó, sus ojos destilando un odio y asco que tenía a Seohyun derramando lágrimas de terror—. Más te vale que pares con todo esto o de lo contrarió yo me haré cargo de ti. —Ella asintió frenéticamente—.  Haces algo más que pueda lastimar a Luhan y tendrás suerte si decido solamente ir tras de ti y no tras toda tu jodida familia —advirtió. La cara ajena se desfiguró debido al miedo y lágrimas corrieron más rápido por sus mejillas pálidas.

— ¡¿Qué estás haciendo Sehun?! —exclamó un horrorizado Kyung Min.

El rubio decidió soltar por fin a la chica, su cuerpo resbaló al suelo y la vio hacerse un ovillo a sus pies mientras lloraba. Decidió que eso iba a ser suficiente mientras él pensaba en la forma de quitársela de encima a Luhan. Caminó rápidamente a la puerta y tomó la mano de su amigo sin ningún cuidado para arrastrarlo con él.

Seohyun no se movió, su cuerpo seguía temblando y lagrimas de miedo se mezclaba con las que eran producto de la rabia y frustración. Haría pagar muy caro a Sehun por su ofensa y a su mente lo primero que vino fue la imagen de Minho, pero esta prontamente se disipó cuando sintió el tacto gentil de manos ajenas y sus ojos se elevaron para hallar a Luhan frente a ella; sonrió para sus adentro al tener un nuevo plan.

— Seohyun, ¿qué…?

— ¡Hannie! —sollozó arrojándose a sus brazos, sintiéndose victoriosa cuando él no dudó en aferrarla a su cuerpo.

— ¿Qué sucedió?, ¿por qué estas así? —preguntó angustiado.

— Y-yo… no sé… t-tan só-lo… —berreó.

— No te entiendo —dijo ansiosamente.

 — Y-yo… llegué un po-poco más te-temprano de l-lo habitual y… y Se-Sehun ya… y-ya estaba a-quí y… —Más llanto bien actuado y sabía que lo tenía en sus manos —. Sehun me atacó —dijo finalmente entre sollozos.

Luhan la miró atónito, su cabeza comenzó a negar una y otra vez mientras a su memoria venía la imagen del Sehun sonriéndole con toda la dulzura del mundo; simplemente no era verdad.

— S-sí Kyung Min n-no… no hu-hubiera entrado y-yo… yo no…

Luhan no quiso escuchar nada más, se alejó de ella como si tuviera una enfermedad mortal muy contagiosa y salió corriendo hacia el lugar donde sabía iba a encontrarlo. Se negaba a creer todo aquello y tanto su corazón como su mente no paraban de decir que todo debía tener una muy buena explicación.

— No me importa si estuvo mal hacer eso, ella lo merecía.

Pero él nunca esperó escuchar aquella oración salir de los labios de Sehun.

— ¡¿Estás loco?, ella podría acusarte por atacarla! —chilló agudamente Kyung Min.

— No me importa, ella se lo buscó —masculló desdeñosamente.

Algo, no supo qué era, hizo al cuerpo de Luhan ir hacia adelante, su mano alcanzó al rubio haciéndolo darse la media vuelta y su puño chocó contra su rostro. Se quedó pasmado entonces, algo gritaba que había hecho algo realmente horrible y su aturdida mirada fue hasta Sehun en espera de una respuesta como siempre que él no entendía algo y el rubio se lo explicaba con toda la paciencia del mundo, lo que encontró a cambio no fue una respuesta sino un golpe de vuelta que lo dejó en el suelo.

— ¡Sehun, no! —Kyung Min gritó.

Se miraron a los ojos entonces, ambos igual de perplejos pero  ambos sabiendo que acababan de cruzar una línea prohibida, era todo, simplemente...

Ya no había marcha atrás.

Notas finales: Y bueno...
Eso ha sido todo por ahora, muchas gracias por leer.
Saben que las amo demasiado, hasta la próxima y sigan votando por EXO, reproduciendo el MV y haciendo stream por los chicos.
Bye bye <3
 

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