Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Only reason. por DNA

[Reviews - 71]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

¡¡¡FELIZ AÑO NUEVO!!!

Se suponía que esto debí haberlo hecho ayer pero estaba secuestrada por la familia jejejeje.

En fin~

De todo corazón les deseo muchísimas alegrías, bendiciones y muchísimo éxito para este nuevo año y para todos los venideros. Les mando también mil abrazos y muchos besos porque son los mejores y les agradezco infinitamente todo el amor y apoyo que siempre me dan tanto a mí como a las historias que escribo.

Así que espero el capítulo de hoy sea de su agrado :3

 

Capítulo 29: Todo o nada.

— ¿T-tú…? —balbuceó incrédulo el castaño, luego de escuchar todo lo que había pasado.

— Sé que estuvo mal, pero tan solo pasó —explicó angustiado—. Me pasé de la raya y lleve las cosas demasiado lejos y lo acepto, es por eso que quise ser yo quien te dijera todo esto. Yo no voy a ser un cobarde y tomaré la responsabilidad de mis actos —dijo seriamente.

— ¿Por qué? —preguntó sin saber qué más podía preguntar.

Sehun guardó silencio porque simplemente no podía ni se atrevía a decirle que habían sido sus celos y la envidia que secretamente sentía por Jackson.

— Te hice una pregunta —habló molesto el castaño—. Sé que Jackson no es una inocente paloma y que no se agradan mutuamente pero esto es llegar demasiado lejos. ¿Por qué lo hiciste? —exigió.

— Y-yo…

— Jackson no lo merecía, él es un buen chico y no lo merecía —dijo molesto.

Sehun se mordió la lengua para no decirle a Luhan lo bueno que Jackson era, únicamente se quedó ahí mirando como Luhan defendía a Jackson, tragándose la rabia que eso le provocaba.

— Sé que no te cae bien y que tú tampoco le agradas a él pero esto fue ir demasiado lejos, Sehun —señaló con enojo.

— Te acabo de decir que no es como si él no tuviera su parte de la culpa pero únicamente sigues molesto conmigo, crees que eso sí es justo —escupió entre dientes.

— ¡Le rompiste un brazo! —exclamó.

— No es mi culpa ser capaz de defenderme mejor que él.

— ¡Eso no simplemente es defenderse! —chilló—. Defenderse es esquivar golpes y regresarlos en cierta medida. Tú me acabas de decir que ya estaba en el suelo y controlado cuando tú hiciste eso. ¡Eso nada tenía que ver con defenderse!

— ¡¿Por qué lo defiendes tanto?! —vociferó por fin—. Yo estoy aquí tratando de ser honesto y contarte mi versión porque quiero que escuches la verdad en lugar de la mierda donde el imbécil de Jackson se haga la víctima inocente, pero tú estás haciendo por ti mismo justo lo que quería evitar de todas formas.

— Jackson no haría eso —aseguró.

— Oh, claro —rió con ironía—. Se me olvidó que Jackson es tan bueno e inocente que deberíamos besar el puto suelo que el imbécil pisa.

— ¡Sehun! —exclamó molesto.

— ¡¿Qué?! —soltó de vuelta.

— Jackson es mi mejor amigo —habló seriamente—, y voy a defenderlo porque él siempre está a mi lado. Lo que hiciste no estuvo bien y debes pedir disculpas al menos —sentenció.

— Ya veo —masculló entre dientes y apretó los puños—. Si él es tu mejor amigo yo no veo la insistencia que tienes de que yo esté a tu lado, obviamente no me necesitas.

La expresión de Luhan cambio por una de sorpresa y angustia luego de sus palabras.

— No voy a pedir disculpas porque él no es ni un poco inocente en todo esto, así que puedes quedarte con él puesto que no me necesitas a mí.

— Esas nunca fueron mis…

— No me importa en lo absoluto —lo cortó fríamente—. Ya escuche todo lo que tenías que decirme y también es ya muy tarde, mejor vete —pidió seriamente.

Colocando sobre sus heridos sentimientos aquella máscara donde aparentaba que no le importaba en lo más mínimo. Luhan lo miró durante largos segundos antes de marchar directo a la puerta y salir de ahí azotándola.

El enojo que había contenido se disparó entonces y golpeó la mesa con fuerza, maldiciendo desde sus adentros a Jackson donde quiera que el maldito estuviera.

— Eso no salió muy bien, ¿cierto? —preguntó el señor Kim desde el sofá donde se suponía había estado durmiendo.

— Cierra la boca, viejo —gruñó molesto.

— ¿Es seguro que él se vaya por su cuenta siendo tan tarde? —preguntó preocupado.

— Lo es, Lay siempre tiene a alguien vigilando de cerca —murmuró.

— Eso es bueno —suspiró cansado—. Lo que no está bien es que él esté tan molesto mientras que hasta hace una hora atrás estaba diciéndome lo mucho que te admiraba y quería conocer a mi enfermero personal.

— ¿No deberías estar dormido? —masculló entre dientes.

El anciano lo miró seriamente antes de asentir y hacerle un ademán para pedirle que se acercará a donde él estaba.

— Vamos, ayúdame a llegar a mi habitación —pidió.
Sehun asintió sin más queja, ayudándole a ponerse de pie y comenzado a conducirlo a su habitación, con la esperanza de que al quedarse a su lado para vigilarlo también pudiera olvidarse de todo el problema.

***

— ¿Y bien? —preguntó Suho tan pronto él moreno cruzó la puerta de su despacho.

Su calculadora mirada estaba fija en él y únicamente eso ya tenía al moreno de los nervios. Todo eso apuntaba directo a problemas para él y únicamente esperaba que no le costará caro el hecho de siempre estar cubriendo a Lay.

— Lay ya fue llevado a su habitación y Jackson está siendo atendido por el médico en este momento —informó por mucho que supiera que eso no era lo que Suho quería saber.

— No es eso lo que estoy preguntándote —gruñó.

Kai tragó duro y lo miró indeciso, sabía que sus decisiones iban a volver para plantearle las bolas, pero simplemente había sido débil ante Lay e incapaz de decirle que no.

— Tendrás que ser más claro entonces —se atrevió a decir.

— ¡No juegues conmigo! —gritó, golpeando con fuerza el escritorio.

Kai retrocedió un par de pasos un tanto atemorizado, siendo plenamente consciente de que estaba ahí jugando con fuego.

— ¿Quién era ese mocoso? —preguntó ya sin rodeos.

— Un amigo de Lay —respondió, temiendo el resultado de jugar con la paciencia de su hermano mayor.

Un bajo gruñidos fue su advertencia para no seguir tentando a la suerte y tuvo que resignarse a decirle a Suho lo que quería saber por mucho que quisiera proteger a Lay también.

— Su nombre es Oh Sehun —confesó finalmente.

Suho lo miró sorprendido, como analizando lo que acababa de decir y pronto esa sorpresa se volvió ira.

— ¿Me estás diciendo que durante todo este tiempo has permitido que mi hermano menor conviva con el hermano de la porqueria de Oh Minho? —espetó, con los dientes apretados y la amenaza brillando en sus ojos.

— El chico es especial para Lay, yo no pude hacer nada cuando me enteré de quién era él. Lay simplemente no se alejó de él —explicó.

— ¡Incompetente! —gritó furioso—. ¡¿Cómo te atreves a arriesgar a Yixing de esa forma?!

— No me levantes la voz —advirtió—. Aquí nadie está poniendo en riesgo a Lay.

Suho dejó ir una risa burlona tras lo dicho por el moreno, su paciencia estaba por los suelos y cuando comenzó a escuchar los gritos furiosos de Yixing simplemente todo fue a mayor.

— ¿Eres idiota o qué? Ese niño es el hermano de la rata de Minho —le recordó furioso—. ¡Esta mierda bien puede ser una trampa para hacerle daño a Yixing! —vociferó.

— ¡¿Crees que no pensé en ello cuando me enteré de quién era él?! —exclamó fastidiado—. ¡No soy estúpido!

— No lo parece —masculló entre dientes.

— ¡Vete al carajo! —gritó rabioso—. ¡Si no te gusta mi trabajo entonces deja de estarme jodiendo a mí con esto y hazlo tú mismo!

— Tú, bastardo hijo de…

— Únicamente te advierto una cosa, Suho —lo cortó—. Si a ti se te ocurre hacerle algo a ese niño..., no habrá nada en el mundo que puedas hacer para que Lay vaya a perdonarte —aseguró.

— ¡Yo soy su hermano mayor! ¡Su familia! —rugió enfurecido.

— Pero ese chico también lo es para Lay —dijo seriamente.

La respuesta pareció desarmar por completo al otro, su mirada confundida lo decía todo, se había quedado sin argumentos y Kai sabía que era su oportunidad para hacerlo entrar en razón.

— Es un buen chico, Suho —aseguró—. Tiene un carácter de los mil demonios y es más bien estúpido la mayoría de las veces, pero es un buen chico. Trabaja y estudia al mismo tiempo, está en la misma escuela que Baekhyun incluso y tú sabes que ahí únicamente entras si tienes el cerebro o los contactos. Él no tiene nada que ver con el imbécil de Minho, estoy seguro de que incluso lo odia —explicó.

Suho gruñó frustrado, seguía visiblemente molesto pero Kai sabía que ya le había dado en que pensar.

— Suho…

— Cierra la boca —ordenó, levantando su mano en señal de que se detuviera—. Más te vale que tengas razón con esto o lo vas a pagar muy caro —amenazó.

— Lo sé —asintió con tranquilidad.

Suho suspiró pesadamente mientras se pellizcaba el puente de la nariz. El hombre estaba bajo demasiado estrés para su propio bienestar pero Kai nada podía hacer, ya que estar de esa forma era por su propia elección.

— ¿Dónde está Baekhyun? —se aventuró a preguntar después de un rato.
Había visto al cobarde niñito ocultarse aterrorizado en el despacho de su hermano mayor luego de que toda la situación de Jackson pasará.

— Se largó como la pequeña alimaña cobarde que es —bufó.

— No es la primera vez que presencia este tipo de situaciones. ¿Por qué se habrá asustado tanto? —murmuró pensativo.

— ¿No lo notaste, cierto? —soltó burlón.

— ¿A qué te refieres? —inquirió confundido.

— Lo que pasó con Jackson fue una advertencia para él —respondió, mostrándole una sonrisa ladina.

— ¿Una advertencia?

— Exactamente —resopló fastidiado—. Lo cual es increíble y hasta me hace sentir cierta simpatía con el chico Oh, pero también es una mierda porque es nuestro deber que nada le pase, así que averigua porque ese niño quiere romperle las piernas al imbécil de Byun —ordenó.

Kai permaneció pensativo, buscando alguna pista que pudiera tener para iniciar su investigación y repentinamente el recuerdo de lo que había presenciado en el estudio de Lay vino a él, dejándolo con el nombre de una persona que los tres chicos conocían y por el cual los tres parecían tener un gran interés.

— Luhan —dijo con simpleza, tras un rato.

— ¿Qué?

— Él es tu respuesta, así como la razón para la paliza de Jackson —se encogió de hombros—. El amigo de Lay es su novio o algo así, es por eso que Jackson seguramente no le gusta y también quiere lejos a Baekhyun obviamente.

— Esto debe ser una jodida broma —gruñó, pellizcando el puente de su nariz.

— ¿Qué quieres que haga?

— Esto lo complica más pero sé que puedes con esto, así que encargarte como mejor te plazca, pero quiero al pelinegro lejos de Luhan —sentenció—. Baekhyun puso sus ojos en él y va a tenerlo si eso desea.

— Como órdenes —asintió e hizo una reverencia.

Suho lo despidió con un movimiento de su mano y lo observó mientras comenzaba a marcharse hasta que la infantil y ridícula melodía de un teléfono móvil los hizo mirarse entre sí.

Suho arqueó una ceja hacia él y Kai únicamente sonrió divertido mientras sacaba el móvil y lo revisaba. Evidentemente no era suyo y Suho sabía que era de Jackson.

— La obsesión de Baekhyun —le informó y espero, seguramente a que le dijera qué hacer.

Su ceño frunció al pensar en el joven castaño, debido a que últimamente el pequeño malnacido era casi siempre la causa de todos sus problemas y de no ser así, terminaba involucrado de alguna forma.

Estaba más que listo para ordenarle a Kai que tirará lejos el móvil de Jackson, sin embargo los gritos de furia de Lay comenzaron nuevamente a escucharse por todo el lugar y él ya podía sentir su cabeza comenzar a palpitar de dolor.

— Respondele —dijo seriamente.

Kai asintió e hizo lo que el otro le había ordenado. La mirada de Suho se mantuvo fija en él durante cada segundo de la conversación que estaba teniendo con el castaño hasta que su ceño estaba evidente fruncido y una expresión de molestia estaba en su rostro cuando volvió a dirigirse a Suho.

— Él quiere ver a Jackson —informó.

Suho frunció el ceño al igual que Kai, sin embargo, pronto una idea se formó en su cabeza y aunque probablemente iba a ser una estupidez enorme, de igual forma iba a llevarla a cabo

— Haz que lo traigan aquí —ordenó finalmente.

— ¿Estás seguro de ello? —inquirió seriamente ante la evidente inconformidad que Suho tenía con su propia orden.

¡No tienen derecho a mantenerme aquí! ¡Déjenme ir, bastardos! —escucharon gritar a Lay desde algún lugar de la mansión.

— Completamente —suspiró cansado—. Ahora ve y trae al niño, tal vez él haga que Yixing se tranquilice por lo menos un poco —murmuró malhumorado.

— En ese caso…

— ¡Se acabó! —vociferó el joven rubio que irrumpió en la habitación—. ¡Yo ya he terminado con esto y no me importan las consecuencias que esto acarreará! —exclamó ante la sorprendida mirada de los dos mayores—. ¡Esto simplemente es lo último sin importar nada, Suho hyung! —sentenció.

La profunda risa de Kai llenó el lugar tras todo lo dicho mientras que Suho no podía dejar de mirar el estado de Tao, quien parecía haber sido atacado por alguna especie de electrodoméstico fuera de control.

— Pídeme lo que quieras, hyung. No importa lo difícil y desagradable que sea, te juro que yo lo haré sin queja pero por favor no me pidas que siga tratando de controlar a Lay hyung —lloriqueó.
Kai continuó riéndose con ganas mientras que él se aclaraba la garganta para no reírse también.

— Descuida, justo estaba por hacer que te llamaran para que fueras a hacer un encargo —informó.

— Lo que sea será mejor que esto —bufó.

— Muy bien —asintió—, ve con Kai entonces para que te dé la ubicación donde tendrás que recoger a Luhan —indicó, mirando al joven asentir sin chistar antes de abandonar la habitación en compañía de Kai.

Suho suspiró pesadamente entonces y de verdad esperaba que la presencia de aquel niño ayudara en algo, porque Dios sabía que lo único que él quería eran unos cuantos minutos de paz con Yixing.

Él simplemente no pedía demasiado.

***

Un suspiró pesado abandonó sus labios tan pronto la llamada había terminado. No estaba para nada seguro de porqué Kai tenía el teléfono móvil de Jackson pero al menos había conseguido que lo llevarán a verlo, para ese momento únicamente tenía dos problemas.

Número uno; averiguar que iba a decirle a su madre para poder pasar la noche fuera considerando lo tarde que ya era, le sorprendía incluso que ella no hubiese llamado ya, sin embargo tenía que pensar en algo rápido. Finalmente tras todos eso estaba el problema número dos; pensar en una idea para hablar con Sehun tras aquel desastre de minutos atrás.

Sabía que todo se había salido del control de ambos y que habían dicho cosas que no habían debido decir, seguramente él más que Sehun y era por ello que la solución debía encontrarla él en esa ocasión. Sin embargo, también debía encontrar una forma de que Jackson y Sehun lograran convivir sin matarse el uno al otro en un futuro cercano porque Luhan simplemente no estaba dispuesto a alejarse de ninguno de los dos.

El sonido de su móvil lo sobresaltó repentinamente y se apresuró a responder la llamada, sin estar seguro de que era lo que iba a decirle a su madre en ese momento.

¡¿Se puede saber dónde es que estás a estas horas de la noche, jovencito?! —chilló su madre al otro lado de la línea.

— Mamá, yo…

¡¿Ya viste la hora?! —continuó regañándolo—. ¡Son las doce y cuarenta y nueve de la medía noche!

— Lo sé, mamá. Yo estaba a punto de llamarte por…

¡Más vale que regreses de inmediato! ¡Tú estás en muchos pero muchos problemas! —exclamó con su aguda voz.

— Mamá, yo…

Dudó de lo que estaba por hacer durante un minuto y consideró regresar por un segundo pero Jackson nunca le haría eso, de eso estaba más que seguro.

— No iré a casa —dijo finalmente.

Hubo un largo y escalofriante minuto de silencio antes de que la escuchará inhalar con fuerza.

¡Te quiero aquí pero ya! —gritó a todo pulmón, consiguiendo que el menor tuviera que alejar el móvil de su oído.

— No, mamá, escúchame —pidió rápidamente.

La conversación pronto se transformó en gritos sin mucha coherencia de parte de su madre y súplicas para ser escuchado de parte de él.

— ¡El señor Kim tuvo una crisis por su enfermedad y voy a quedarme con él! —chilló sin saber qué más hacer.

Un profundo silencio se hizo presente en ese momento y Luhan se sentía fatal por mentirle de esa forma a ella.

Oh, Dios mío —la escuchó decir tras unos instantes—. ¿Cómo está él? Espera solamente un poco que yo ya voy para allá —habló preocupada.

— ¡No! —exclamó alarmado—. Qui-quiero decir, que no es necesario. Él ya está mejor, su enfermero personal se encargó de todo pero igual yo quiero quedarme aquí por cualquier cosa —dijo lo más convincente que logró sonar.

¿Su enfermero personal está ahí?

— Sí —murmuró, recordando a Sehun.

Que alegría, ese chico no ha sido nada más que un ángel para el señor Kim, que bueno que él está ahí con ustedes. ¿Cómo se llama?, me gustaría poder darle las gracias personalmente alguna vez —dijo muy contenta.

— Es Hunnie —musitó.

¡¿Es nuestro Hunnie?! —exclamó asombrada y Luhan asintió apenas, olvidándose de que ella no podía verlo—. Nunca lo imaginé. Dios bendiga a ese niño por todo lo bueno que es.

— Mamá, debo colgar —dijo tras escuchar todo lo que había dicho—.  Te llamaré más tarde —anunció y cortó la llamada sin esperar más respuesta.

¿Cuánto tiempo había querido conocer al chico que era el enfermero del señor Kim?

Se preguntó en ese momento, recordando toda la admiración que había sentido por esa persona tan pronto el anciano hombre le había contado del enorme corazón que poseía y todas las cosas que hacía por él.

Sabía entonces que Sehun se había pasado noches en vela durante las peores noches del señor Kim, que había aprendido todo lo que había podido sobre la enfermedad, que tomó un pequeño taller en la clínica local de primeros auxilio y que hacía quien sabe que para siempre tener las medicinas para el señor Kim.

Sehun era un ángel y Luhan era tan estúpido por no ser capaz de demostrarle lo valioso e importante que era para él.

— Luhan —llamó una familiar voz y al mirar al frente se encontró con el rostro de uno de los chicos de Suho.

No recordaba su nombre pero su rostro lo reconocía bien a pesar del pómulo que ya se le comenzaba a hincharse.

— Soy Tao —se presentó con una amigable sonrisa—. Kai hyung me ha enviado aquí por ti —informó, abriendo la puerta del auto que no había notado frente a él.

Asintió torpemente y abordó el vehículo, sin dejar de pensar una y otra vez que tenía que encontrar la forma de resolver todo lo que estaba pasando porque no podía y mucho menos estaba dispuesto a retroceder lo que apenas había logrado avanzar con Sehun.

No iba, ni podía perderlo nuevamente.

— Él estará bien —habló repentinamente el chico rubio.

— ¿Disculpa? —preguntó confundido.

Mirando a Tao a través del espejo retrovisor del vehículo, él le sonreía amablemente y, a diferencia de todos los demás empleados de su jefe, parecía amable y tranquilo.

— Me refiero a Jackson —respondió—. Parecías muy preocupado y supongo que es por él, pero no tienes nada de qué preocuparte porque él es un chico fuerte, saldrá sin problemas de ello —aseguró.

Luhan asintió, había un caos en su mente y no sabía por dónde comenzar a poner todo en orden.

— Yo… ¿t-tú sabes qué le pasó? —murmuró inseguro.

— Pues… —comenzó, pausando para seguramente pensar en que decir—, realmente yo no vi nada pero uno de los chicos me dijo que fue una masacre —dijo tranquilamente.

— ¿Una masacre? —murmuró angustiado.

— Sí —asintió, dándole una rápida mirada a través del espejo—. Por lo que sé, un chico llegó de la nada y lo retó, dicen que el tipo estaba demente y que en un parpadeó Jackson pasó de estar ganando a besar el suelo. Yo no vi nada de eso pero por el estado en que Jackson llegó, realmente le dieron una paliza —afirmó.

Luhan se mordió el labio inferior y agachó la mirada, Tao simplemente no podía estar hablando de Sehun. Él no era así.

— En fin, supongo que ahora solamente queda esperar, porque estoy completamente seguro de que pronto Suho hyung se pondrá en contacto con el chico —aseguró.

— ¿Qué? —interrogó con preocupación.

— Bueno, si ese niño tuvo la fuerza para vencer a Jackson, seguramente Suho hyung estará muy interesado en él —explicó.

— ¡No! —exclamó horrorizado.

Asustando a Tao con ello y provocando que se detuviera de golpe. Tuvo suerte de no salir disparado por el parabrisas.

— Dios, ¿te encuentras bien? —preguntó espantado, volviéndose para mirarlo directamente.

— S-sí, creo que sí —musitó.

— Qué bueno —suspiró aliviado—. ¿Me puedes decir ahora por qué rayos gritaste de esa forma? —espetó con el ceño fruncido.

— Y-yo…

— Mejor vamos a olvidar esto, ya falta poco para llegar —indicó, poniendo nuevamente el vehículo en marcha.

Ninguno de los dos volvió a decir nada más lo que quedó de camino y al llegar al bonito e imponente hogar de su jefe, fue Kai quien lo recibió con una mirada calculadora fija en él y una sonrisa coqueta en los labios.

— Bienvenido, pequeño —saludó tan pronto abrió la puerta.

— Gracias —murmuró inseguro.

Eso era escalofriante, sabía que no debía estar ahí, era como una misión suicida.

— ¿Dónde está Jackson? —preguntó sin más.

Kai lo miró atentamente, frunciendo el ceño y llevando su diestra al rostro del jovencito frente a él, sosteniéndolo por la barbilla.

— ¿Quién te hizo esto? —preguntó, refiriéndose a los golpes que Luhan tenía de su enfrentamiento con Jerry.

— No es tu problema —respondió seriamente, haciendo retroceder la mano ajena.

— Voy a averiguarlo —dijo como advirtiendo algo. Luhan iba a protestar pero no dijo nada al final cuando él le indicó seguirlo.

— Te llevaré con Jackson, andando.

Luhan asintió y se apresuró a seguirlo al interior de la gran residencia, la cual ya conocía de antes. Kai lo miró por encima del hombro mientras atravesaban el vestíbulo, tenía esa sonrisa que era como su marca personal en los labios y Luhan agachó la mirada tan pronto sus ojos chocaron. El tipo en apariencia era alguien atractivo y lucía como una buena persona, sin embargo, Luhan sabía que meterse con él no era algo que quisiera o debiera hacer, para él ya era suficientemente preocupante estar cerca de él incluso.

Ambos comenzaron a subir una de las enormes escaleras que llevaban a la segunda planta. Luhan tan solo podía mirar todo con curiosidad mientras subían y así tal vez deshacerse de la molesta sensación de estar siendo observando que sentía desde que había llegado y, al final, su cuerpo entero se congeló tan pronto terminaron de ascender y el temor comenzó a crecer en su interior mientras se veía cara a cara con su jefe.

— ¿Qué le pasó en el maldito rostro? —gruñó y sin cuidado alguno su mano lo alcanzó, sujetando su rostro dolorosamente por las mejillas.

— Suho —llamó Kai por lo bajo, como una advertencia que Suho igual ignoró.

Luhan por su parte simplemente estaba ahí, tratando incluso de no respirar para así no irritar a aquel atemorizante hombre.

— De acuerdo —murmuró tras un asfixiante silencio.

Su brazo fue sujetado con fuerza y repentinamente era arrastrado hacia Dios sabía dónde. Su asustada mirada fue lanzada a Kai que los comenzó a seguir de inmediato.

Una puerta se abrió repentinamente y Luhan fue lanzado al interior. Pensó en comenzar a gritar en ese mismo instante pero todo se atoró en su garganta tan pronto vio la herida figura de Jackson tendido en una pequeña cama individual.

Su brazo estaba enyesado, múltiples hematomas ya tomaban forma y color por casi todo su rostro y, a pesar de estar inconsciente, el dolor parecía no abandonar su rostro. Su estómago se hizo nudos sobre nudos y algo dentro de él no dejaba de gritar que Sehun no había podido ser quien había causado todo eso.

— Estará bien —aseguró Kai, que al parecer estaba tratando de consolarlo tras ver su expresión.

Sin embargo nada de eso estaba bien, porque sus ojos tenían frente a él a Jackson muy lastimado y aun así su corazón decía que Sehun no podía ser el causante de todo eso.

><><><

— ¿Pasa algo, Xiǎolù? —preguntó aquella tarde su mamá.

Luhan la miró con el ceño fruncido y un puchero en los labios. Estaba muy pero muy molesto.

— Sehun es un tonto —murmuró enojado.

Su madre lo miró sorprendido debido a sus palabras. Él nunca solía decir nada malo de Sehun a menos que estuviera demasiado enojado pero ella está vez no sabía él porque.

— ¿Por qué dices eso, Xiǎolù? —preguntó curiosa.

— Él prometió estar aquí hoy antes de las tres, ¡y ya son las cinco! —chilló, su vocecilla ligeramente quebrada.

Luhan sabía que no estaba molesto con su amigo, estaba más bien preocupado pero quería ocultarlo de alguna manera, porque había aprendido con el pasar del tiempo que al estar preocupado todo simplemente empeoraba las cosas para Sehun.

— Tal vez todavía no termina la tarea —dijo su madre, su mirada reflejando la misma preocupación que él sentía y Luhan recordaba bien que su hermana mayor no deja de decir que su mamá iba a terminar llamando a la policía muy pronto.

Escucharon la puerta principal abrirse entonces y ambos miraron hacia el pasillo sabiendo que debía ser el padre de Luhan. Sin embargo ellos no esperaban verlo entrar con Sehun a su lado; el pelinegro mantenía la mirada agachada mientras que el padre de Luhan les daba una mirada de tristeza a ambos.

— ¿Hunnie? —llamó preocupado Luhan.

Saltando de su asiento y corriendo hasta él para sostener sus manos. Él pelinegro no respondió y continuó mirando el suelo aunque su cuerpo temblaba ligeramente.

Luhan sabía que eso únicamente significaba una cosa y el solo conocimiento de ello ya tenía sus propias lágrimas corriendo libremente.

Odiaba ver a Sehun llorar, su corazón se partía cada vez que sucedía.

— ¿Sehunnie? —llamó con su voz quebrada.}

Sus pequeñas manos acunaron el rostro ajeno y no pudo detener el sollozo que escapó al ver el feo golpe en la mejilla del pelinegro y las lágrimas en sus bellos ojos.

— Lo arrojó a la calle, Bǎobèi Lù —lloró.

— ¿Qué? —dijo horrorizado.

— No pude hacer nada y ahora… —murmuró frustrado, con los ojos cerrados con fuerza.

— ¿Cariño? —escuchó Luhan decir a su confundida madre.

— La madre de Sehun sacó al cachorro a la calle y… —suspiró pesadamente—. No fue intención del señor Park, simplemente no lo vio ponerse en el camino de su auto —explicó afligido.

— Oh, Dios mío.

— No pude proteger a Vivi de ella —sollozó Sehun impotente.

Luhan lloró con él y lo abrazó con fuerza. Insultando para sus adentros a aquella horrible mujer que no había tenido corazón al provocar la muerte del pequeño cachorro que Sehun había recogido de la calle y cuidado con tanto amor todo ese tiempo.

«¡Bruja! »

Gritó para sus adentros y deseó con toda su alma poder hacer algo para borrar el dolor del corazón de Sehun.

><><><

Luhan le dio una mirada más a Jackson tras recordar aquello y negó repetidas veces porque eso no podía ser real.

Sehun tenía que ser inocente.

Era imposible que su Sehun hiciera algo así, no podía ser así. No cuando sabía que él era tan bueno como para tenderle la mano a todo aquel que lo necesitará desde que era un niño.

Primero con Vivi, al cual había salvado de la fría calle donde había sido abandonado cuando era un cachorro apenas; Luhan había estado ahí desde el inicio para ver a Sehun tratar con todas sus fuerzas para mantenerlo seguro y sano hasta aquel día. Había hecho lo mismo también con el señor Kim, a quien cuidaba sin pedir nada a cambio, aprendiendo todo lo necesario para poder ayudar al hombre e incluso salvando a Jiāo Táng en su peor momento.

Lo que le habían hecho a Jackson, eso simplemente no podía ser obra de Sehun. Tenía que ser un mal sueño o una vil mentira.

Sin embargo parecía no servir de absolutamente nada repetirlo sin parar porque nada de eso desaparecía y Sehun también lo había confesado. Era por ello que Luhan únicamente podía estar de pie ahí, con los ojos cerrados con fuerza y tratándose sus ganas de gritarle a quien fuera.

— El médico dijo que estará de pie en unos días más, no hay necesidad de preocuparse de más —habló Suho—. Jackson es fuerte, lo que aquel psicótico le hizo no es nada —afirmó con un aire un tanto arrogante.

— ¡No lo llames de esa forma! —vociferó, lanzándose al mayor una mirada cargada de desprecio y le importaron menos que nada las represalias por ello—. ¡Sehun no es así!

La mirada del mayor brilló con clara advertencia y pese a eso Luhan continuó firme en su lugar. Disparándole dagas a su jefe que bien podría partirlo en dos en un abrir y cerrar de ojos.

— ¿Disculpa? —preguntó con tono de advertencia el mayor.

— Ya me escuchaste —masculló entre dientes, mirándolo sin temor por algún golpe estúpido de valentía—. No voy a quedarme aquí escuchando como se expresa de Sehun, porque él definitivamente no es así. Tú simplemente no lo conoces en absoluto —afirmó.

— ¿Él no es así, dices? —soltó con burla—. Perdón, tal vez entonces Jackson lo ha estado fingiendo todo —rió secamente—, pero que bueno que ya lo aclaraste. Así que, Jackson ya puedes dejar de fingir y levantarte —dijo con falsa diversión.

Luhan simplemente se quedó ahí, mirando el suelo con los puños apretados y mordiendo el interior de su mejilla para no exigirle a aquel estúpido hombre que cerrara la boca de una maldita vez.

— Oh, no se está levantando, pero que curioso, ¿no lo creen? —se burló—. ¿Me preguntó por qué será? —murmuró con falsa inocencia.

— Suho, por favor…

— ¡Oh, espera! —fingió sorpresa—. Creo que es porque ¡tú puto amigo casi lo mata! —gritó al final.

Todos los sentidos de Luhan se pusieron alerta y su cuerpo se movió como por obra de una explosión imaginaría que lo hacía ir tras la persona que en ese momento estaba diciéndole todo lo que no quería escuchar.

— ¡Cállate, no lo conoces! —vociferó, intentando pasar a Kai que había ido a su encuentro tan pronto explotó el caos.

— ¡Luhan, no actúes como un estúpido! ¡Retrocede!

— ¡Cierra la puta boca, Kai! —ordenó el mayor rabioso y avanzó hasta Luhan, sacando a Kai de su camino sin esfuerzo algo y empuñando con fuerza el cabello castaño del menor—. ¡Vamos pequeña basura, atrévete a gritarme una vez más! —lo desafió.

Luhan luchó como pudo para liberarse y seguir adelante para cumplir su cometido; quería a Suho fuera de su vista cuanto antes.

— ¡Lárgate! —exigió pese a que la situación para él era menos favorable.

— ¡Suho, ya suéltalo! —exigió Kai, tratando de separarlo del menor.

— ¡Te haré tragar tus palabras, pequeña mierda!

Vio la mano ajena levantarse justo cuando Kai lo liberó de las garras del mayor y lejos de retroceder, decidió ir hacia delante. No iba a ganar y bien lo sabía pero de ningún modo estaba permitiendo que Suho continuará diciendo nada de Sehun.

Todo iba demasiado rápido y lento al mismo tiempo, pensó entonces que Sehun iba a enojarse mucho cuando viera la golpiza que estaba por recibir pero estaba bien, porque nadie iba a hablar mal de él mientras Luhan estuviese ahí.

Repentinamente su cuerpo fue empujado lejos y golpeó duró el suelo, terminando totalmente aturdido, todo en cuestión de segundos pero estaba más que seguro que nada tenía que ver con Suho o seguramente estaría ya inconsciente. Llevó rápidamente sus ojos al frente, únicamente para descubrir a Lay ahí, gritando y forcejeando con Suho.

— ¡¿Te has vuelto loco acaso?! ¡¿Qué mierda pretendías hacerle?! —decía Lay furioso.

— ¡El maldito mocoso me levanto la voz!

— ¡Eres un puto psicópata! ¡Lárgate de aquí! —ordenó.

El mayor comenzó a ser empujado fuera por Lay que no paraba de decirle que estaba completamente loco y el hombre apenas podía defenderse o conseguir formar oración alguna por sobre los gritos de Lay. Luhan únicamente podía observar todo incrédulo hasta que la puerta estuvo cerrada justo frente a la atónita y enojada cara del dueño de la casa.

Lay suspiró con pesadez una vez la puerta estuvo cerrada, su mirada de evidente molestia fue directo a su persona y Luhan no sabía cómo era que iba a explicar todo aquello. No tuvo que hacerlo a final de cuentas, luego de escuchar un quejido proveniente del fondo de la habitación.

Sus ojos se dispararon hacia Jackson y se arrastró rápidamente a su lado para asegurarse de que todo estaba en orden. Un nudo se instaló en su garganta al verlo más de cerca, una parte muy pequeña de él le decía que debería estar más molesto por lo que Sehun le había hecho a Jackson pero la parte que le decía que Sehun debía ser inocente seguía ganándole.

— Lo lamento mucho Jackson —murmuró, tomando levemente su mano—. Soy un pésimo amigo, debería estar de tu lado pero, yo simplemente no…

Sus ojos se cerraron con fuerza y se mordió la lengua sin saber que hacer, Jackson siempre había demostrado ser el mejor de los amigos y había estado para él en todo momento pero ahora Luhan simplemente se sentía incapaz de hacer lo mismo por él.

— ¿Sehun te contó? —preguntó inseguro Lay, tras escuchar sus palabras y Luhan apenas asintió, sin despegar su mirada de Jackson.

Lay lo miraba en silencio, sin estar seguro de que decirle, sabía que Luhan debía sentirse entre la espada y la pared en ese preciso momento. Podía ver con obviedad que Luhan estaba más del lado donde Sehun tenía una excusa válida para sus acciones pero también sabía que no la había, aunque era claro que Jackson no era un santo pero igual sabía que era quien había tenido la peor parte de todo el asunto.

También conocía bien a Jackson y, muy aparte de para quién trabajaba, era un buen chico y no solamente sabía sino que también era testigo de su gran afecto por Luhan. Sabía que lo correcto era apoyarlo a él para que Sehun se diera cuenta lo mal que estaba actuando. Era su deber.

— Luhan…, Sehun actuó mal pero no quería hacerlo —dijo al final.

«Perdóname Jackson.»

Pidió para sus adentros, pero simplemente no podía hacer nada en contra de Sehun.

— ¿Qué? —inquirió un confundido Luhan.

— Esto —asintió en dirección a Jackson—. Sehun lo hizo porque debía y no porque quería o porque no se lleva bien con Jackson —murmuró.

La expresión atónita de Luhan lo enfrentó y Lay bajó la vista al suelo para no enfrentarlo. Iba a ser muy difícil decirle una mentira si lo veía a los ojos, lo sabía muy bien.

— ¿Cómo? —preguntó seriamente—. ¿Cómo se supone que lastimar a Jackson era una obligación?

Lay maldijo para sus adentros y finalmente lo miró a los ojos. Plenamente consciente que debía ser muy inteligente al jugar sus cartas o de lo contrario todo iría a peor.

— Porque necesita el dinero, Suho le paga muy bien a los ganadores de las peleas que organiza en su bar —explicó.

La declaración fue como abofetear a un pequeño e inocente bebé. El rostro de Luhan lo decía todo y Lay sentía tanta vergüenza de sí mismo por hacerle eso a ese pequeño y dulce muchacho, que había pasado por el mismo infierno para ayudar a Sehun, únicamente para que ahora viniera él a decirle que había sido insuficiente.

Sin embargo, era lo mejor que tenía para sacar a Sehun del embrollo en el que el muy idiota se había metido.

— Pe-pero…

Estaba pálido como una hoja de papel y Lay temió que se desmayara en ese preciso instante, por lo que dio un paso hacia él por si acaso.

— No siempre iba a depender del dinero que tú le dieras —habló sin vacilar—. Naturalmente iba a ayudarlo en su momento pero no significaba que sería eterno, Luhan.

La sorpresa se dibujó por todo el bonito rostro joven de Luhan. Sus labios se separaron pero no hubo argumento alguno. Él únicamente lo veía como preguntando él como se había enterado de todo.

— No fue difícil averiguarlo, era bastante evidente en realidad —explicó.

La derrota fue evidente, empeorando la de por sí difícil situación. Era como ver a un gatito herido y Lay no podía sentirse peor por provocarlo.

— ¿Se-Sehun? ¿É-él…?

— No sabe nada —mintió—. Yo lo descubrí pero no le dije nada porque él necesitaba ayuda de alguien y tú de verdad estabas luchando por hacer todo eso. Aunque no te prometo que no lo descubrirá si continúas haciéndolo —dijo, con la esperanza de quitar un poco del peso sobre Luhan.

Aunque seguía pareciendo como si le hubieran dado la peor noticia del mundo y Lay no sabía cómo enfrentarlo.

— ¿Luhan? —probó llamándole.

— No sirvió —murmuró algo ido.

— ¿De qué hablas? —interrogó desconcertado.

— Al final no pude ayudarlo —lo miró devastado.

Lay comprendió en ese momento la magnitud de lo que había hecho y se arrepintió en ese preciso segundo al ver la mirada de Luhan.

— Luhan, escúchame —pidió—. Esto no…

La oración quedó inconclusa y Lay no supo explicar en qué momento Luhan se había puesto de pie e ido hacia él. Lo único claro era que tenía al pobre chico abrazado a él con fuerza.

— ¿Lu-Luhan? —balbuceó sorprendido.

— ¿Qué hago? —murmuró afligido—. Te juro que lo estoy intentando pero no parece ser suficiente. Yo pensé que había logrado algo pero… pero apenas e hice algo y ahora Sehun tiene que… —su voz falló y Lay estaba por entrar en pánico al no saber qué debía hacer—. Yo no quiero que él salga lastimado de ninguna forma —dijo, mirándolo a los ojos con desesperación.

Lay supo de esa forma que su pequeña mentira había herido a Luhan de una forma en la que no había buscado hacerlo, ya que desde antes tenía el conocimiento de todo lo que Luhan deseaba ayudar a Sehun y aun así había dicho aquello tan descuidadamente.

— No tienes que hacer nada —respondió lo más tranquilamente que pudo sonar.

— ¿Nada? —lo miró incrédulo—. ¿Cómo se supone que pueda quedarme de brazos cruzados cuando tú vienes y me dices que Sehun está metiéndose en peleas para conseguir dinero?

— Él saldrá de esto, Luhan. Yo únicamente te dije esto para que no lo juzgues tan duro por lo sucedido. Te prometo que Sehun no lo habría hecho a propósito por mucho que Jackson y él tuviesen diferencias, esto… —miró con remordimiento al pelinegro en la cama—. Tú sabes que él no es así.

— Lo sé, y soy realmente un idiota por no haberlo escuchado y solamente haberle recriminado todo sin escuchar su versión completa de la historia. Aunque seguramente no me lo hubiera dicho todo

—musitó con tristeza.

— Lu…

— Yo únicamente quiero ser capaz de ayudarlo y protegerlo de todo, pero continúo fallando y agrandando la brecha entre nosotros. Ya no sé qué hacer.

Le partió el corazón verlo tan derrotado como se veía y únicamente tenía una respuesta para él, la misma idea que le había repetido a Sehun sin parar.

— No lo dejes solo nunca, entonces —dijo seriamente, obteniendo una mirada atenta de su parte—. Sí de verdad quieres ayudarlo quédate a su lado.

— Pero él…

— Obligalo entonces —sentenció—. Si él no te quiere cerca hazlo a la fuerza, porque solamente de esa forma él entenderá que tú no vas a irte sin importar qué. Encuentra la forma y mantente cerca aunque él no quiera.

— ¿Y si eso lo empeora todo?

— No lo hará, siempre y cuando dejes de tener esos pensamientos tan negativos —prometió con una sonrisa cálida.

— Ya veo —musitó, viéndose un poco más aliviado y pensativo—. Gracias por decirme esto —sonrió levemente.

Lay asintió apenas, dándole una rápida mirada a Jackson antes de volver a poner sus ojos en Luhan. Tan dulce e ingenuo, le agradaba tanto ese chico por lo que era una pena mentirle de esa forma.

— Ya es tarde y yo sé que mañana tienes que ir a la escuela, así que vamos —indicó, comenzando a sacarlo de la habitación.

— Pe-pero…

— Jackson estará bien, alguien va a vigilarlo toda la noche y si algo pasa irán a avisarnos —le aseguró—. Tú vendrás a mi habitación para pasar la noche.

Tan pronto cruzaron la puerta se toparon con Kai, la sonrisa coqueta de antes se extendió en sus labios al verlos y Luhan desvió la mirada. Lay en cambio se acercó sin ninguna reacción y le dio una fea mirada al mayor.

— Deja de joder y ve a mi casa para recoger el uniforme que tengo colgado al fondo de mi closet —instruyó.

— ¿Ni siquiera merezco que me digas por favor? —bufó.

— Haz lo que te digo —gruñó.

— Como sea —resopló—. ¿Quieres que me lleve a Luhan a casa aprovechando el viaje?

— Luhan se queda conmigo hoy —respondió con simpleza y comenzó a caminar en dirección a su habitación.

— ¡¿Qué?! —exclamó el moreno y Luhan podría jurar que lo vio palidecer por el rabillo del ojo—.¿Qué se supone que le diga a tu hermano mayor sobre esto? —preguntó ansiosamente.

— Dile que se joda —gruñó, antes de empujar al menor al interior de su habitación y cerrarle la puerta al moreno prácticamente en la cara.

Luhan lo veía todo boquiabierto pero se aseguró de cambiar su expresión de sorpresa tan pronto vio el cansancio claramente reflejado en el rostro de Lay.

— ¿Tú hermano mayor no va a molestarse contigo por esto? —preguntó un tanto preocupado.

— ¿Qué? ¿Quién te dijo que él…? —comenzó, terminando por negar con la cabeza—. Tan sólo olvídalo, pero para que conste él no es mi hermano ni nada —afirmó, y por su expresión facial, era más que obvio que el tema lo molestaba mucho.

— ¿Entonces por qué él…?

— Porque es un imbécil —masculló entre dientes y Luhan decidió dejar todo el tema por la paz.

Aun cuando ahí había mucho más de lo que Lay quisiera admitir. Luhan en ese momento simplemente optó por meterse a la cama cuando Lay abrió las mantas para él y suspirar pesadamente a sabiendas de que esa iba a ser una muy larga noche.

***

La mañana del lunes, y tras toda la mierda de Jackson, la enfermedad del señor Kim y la pelea con Luhan; Sehun sabía incluso antes de salir de la casa del señor Kim, que esa mañana en particular…

Iba a ser una absoluta mierda.

Nadie se lo dijo pero lo sintió tan pronto cruzó el umbral de la puerta del hogar del anciano hombre. Era algo que simplemente ya estaba hasta en el aire. Lo podía presentir mientras llegaba su propia casa y entraba a la residencia.

Fue donde su primer problema lo recibió con la forma de su madre con el ceño fruncido y los brazos cruzados, teniendo en sus ojos esa mirada tan llena de fastidio y asco hacia él. La ignoró de todas formas y pasó a su lado sin decir nada.

Él sabía qué hacía mucho tiempo que ellos habían dejado ya la tonta farza de darse los buenos días y el beso en la mejilla. A Sehun simplemente ya no le importaba más y entre más distancia hubiese entre ellos para él estaba mejor.

— ¡Si vas a largarte toda la noche hazme el favor de llevarte a ese maldito perro contigo! —le gritó cuando estaba a medio camino, su voz estaba rota y al mirarla de reojo, pudo ver el golpe fresco en una de sus pálidas mejillas.

Algún tiempo atrás Sehun hubiera pedido perdón y sentido que era de lo peor al pensar que era el causante del daño al bello rostro de su madre. Sin embargo, ya era lo suficiente mayor para saber que ella era la única que tenía la culpa al seguir ahí y no poner un alto a toda esa mierda; él ya sabía que nada era su culpa y que ella estaba dañada en alguna parte de su cabeza.

— ¡Mírame a la cara cuando te hablo! —vociferó cuando él simplemente siguió su camino.

— No es culpa de Jiāo Táng que tú no puedas encontrar la forma de tener feliz a tu marido —escupió con desdén.

— ¡Me tienes harta con ese maldito animal! ¡Lo quiero fuera de mi casa! —sollozó rabiosa.

— Vete al diablo —gruñó.

— ¡Está es mi casa y aquí mando yo! —gritó iracunda.

— ¡Me importa una mierda que sea tu casa, yo soy quien está manteniendo a Jiāo Táng! ¡Que te valga mierda lo que él y yo hagamos! —estalló finalmente.

— ¡Soy tu madre y me obedeces! —exigió.

La habitación se sumió en un profundo silencio tras aquella declaración, la risa de Sehun rompió la calma poco después y ella tan sólo podía mirarlo sin comprender nada.

— ¿Mi madre, dices? —soltó mordaz—. Divertido que te hayas auto otorgado dicho título al cual jamás tuviste derecho —sonrió ladino, volviendo en su camino hasta estar frente a ella—. Una lástima que yo no te vea de esa forma —dijo con malicia—. Para mí tú no significas absolutamente nada más que el un objeto obsoleto de aquel cerdo que tanto amas.

La pequeña mano de su madre lo abofeteó tan pronto sus palabras fueron dichas, sus débiles lamentos llegaron a sus oídos y lo único que hizo fue seguir directo a su habitación para prepararse para la escuela sin prestarle la más mínima atención mientras terminaba de cambiarse y salía de su hogar, despidiéndose solamente de su mascota.

Esa mañana no le sorprendió no encontrar a Chanyeol y Cherry esperando por él. Lo de Cherry él estaba seguro que se resolvería fácilmente, con Chanyeol en cambio sabía que le iba a costar conseguir que su amigo dejará de estar molesto con él. Todo era un maldito fastidio y algo le decía que únicamente iba a empeorar.

Comenzó a buscar al pelirrojo tan pronto ingreso al plantel y para cuando por fin lo encontró, no obtuvo más que una mirada de molestia y un ceño fruncido.

— Chanyeol —lo llamó tan pronto lo vio intentar alejarse.

— No estoy de humor —masculló entre dientes.

— Ey, por favor —pidió—, sé que estás molesto y también sé que lo hice estuvo mal pero no pude evitarlo.

— No me interesa —gruñó y comenzó a alejarse.

— Chanyeol, por favor —pidió fastidiado.

— Tan sólo aléjate de mí —ordenó.

— ¿Por qué mierda estás tan molesto? —bufó.

— ¡Porque tú eres mejor que la mierda que hiciste allá y porque dijiste que me lo ibas a dejar a mí! —vociferó furioso.

Sehun lo miró sorprendido y sin saber que decirle, sabía que las intenciones de su amigo siempre eran las mejores pero en esa ocasión simplemente no iba a poder ayudarlo.

— Chanyeol, tu plan con Cherry jamás…

— ¡Ese no era mi plan! —exclamó—. ¡Dios! Tú siempre me tomas por estúpido pero no lo soy —masculló entre dientes—, y si hubieras esperado unos putos minutos más, Jackson ya no sería un problema para ti. Porque déjame decirte que esa noche estábamos ahí para hacer que Lay le dijera al enfermo de su hermano que pusiera lejos a Jackson —soltó irritado.

— ¿Qué? —lo miró sorprendido.

— Lo de Cherry era para que ella entendiera que no tiene oportunidad y, para tu información, yo siempre estoy al tanto de todo aunque no lo parezca. Yo sabia que Jackson trabaja para Suho hyung y que él puede sacarlo del camino pero eso ya no importa de todas formas, tú ya lo jodiste todo —dijo seriamente—. De todos modos, gracias por la confianza —masculló, pasando a un costado de Sehun y asegurándose de chocar sus hombros.

— Chanyeol —llamó, sintiéndose realmente culpable.

— Tan sólo déjame en paz —ordenó.

— Solamente…

— Señor Oh —llamó la inconfundible voz de la secretaria escolar—, el director quiere verlo en su oficina cuanto antes. Acompañarme por favor—informó, haciéndole un ademán para que lo siguiera.

Sehun maldijo por lo bajo y le dio una última mirada a Chanyeol antes de comenzar a seguir obedientemente a la molesta mujer.

Chanyeol miró todo inmóvil, comprendiendo poco a poco lo que aquello significaba y maldijo antes de comenzar a seguir a la secretaría y a Sehun una vez que los perdió de vista.

— ¡Chanyeol! —llamaron a lo lejos y el pelirrojo se detuvo de golpe—. Buenos días —saludó el agitado castaño que evidentemente había corrido al verlo.

Chanyeol frunció el ceño porque en ese momento, Luhan era la última persona a la que quería ver.

Él en alguna ocasión había pensado que Luhan no merecía ni la tercera parte de todo lo que Sehun hacía por él y en realidad últimamente ese pensamiento únicamente iba creciendo más y más.

— ¿Has visto a Sehun? —preguntó nerviosamente.

Chanyeol apretó los puños y se mordió la lengua para no decirle a Luhan lo que sentía que el pequeño castaño merecía. Decidiendo que simplemente iba a dar una respuesta negativa y sería todo.

Abrió la boca para seguir su plan pero únicamente se quedó con la palabra en la boca luego de un estruendo y el sonido de neumáticos rechinando en el asfalto. Tanto él como todos los demás se giraron al lugar de origen del sonido, encontrando de frente un precioso e impresionante automóvil que seguramente solamente se veían en una que otra revista con algún top ten sobre los autos más caros y exclusivos del mundo.

Todo mundo estaba hablando en cuestión de segundos y tanto él como Luhan miraban expectantes a que el conductor bajara del vehículo cuando la puerta se abrió, revelando a un chico con el cabello de un inusual y extravagante color rosa.

Usaba unos grandes lentes de sol negros y ropa que seguramente se hubiesen visto como algo demasiado excéntrico si no las hubiera estado portado él, quien irradiaba seguridad y una presencia magnética que tenía a todos mudos mientras caminaba hasta la puerta del copiloto y la abría sin ceremonias.

La quijada de Chanyeol seguramente hubiera tocado el suelo si hubiese sido físicamente posible, tras ver a Baekhyun bajar del automóvil, pareciendo listo para alguna fiesta salvaje y usando unos pantalones tan apretados que seguro estaban asfixiando sus bolas.

— ¿Por qué no me sorprende? —escuchó bufar a Luhan.

Baekhyun apenas había bajado del auto cuando sus amigas aparecieron, llevando con ellas la mochila del peli-plata, su saco escolar y una camisa pulcramente planchada. Tras eso, tan solo hubo piel.

Hermosa, blanca y suave piel.

Baekhyun únicamente se había sacado la prenda que cubría su torso sin pena y frente a los ojos de media escuela, dejándoles ver su lindo y levemente marcado torso; y Chanyeol debía de admitir que jamás había imaginado que Baekhyun fuera siquiera al gimnasio a saltar la cuerda.

Lastima que la bella imagen se fue tan pronto la camisa del uniforme estuvo en su lugar justo con su saco. Poniéndole fin a todo tan rápido como había sucedido, luego de que intercambiara un par de palabras con el desconocido y que este se fuera.

— ¿Chanyeol?
¡Oh, sí! Luhan seguía ahí.

Puso toda su atención nuevamente en él y suspiró. El niño era tan malditamente complicado que Chanyeol a esas alturas no deseaba cosa alguna sino golpearlo de vez en cuando.

— Sehun está con el director —confesó finalmente—. La secretaria escolar le pidió ir hacia allá tan pronto llegó —explicó seriamente.

— ¿Por qué? —preguntó, visiblemente angustiado.

Chanyeol dio un paso más cerca de él y lo miró con detenimiento. Viéndolo bien Luhan se veía algo extraño a como de costumbre. Sus bonitos ojos se fijaron en él y de verdad parecía que su noche no había sido la mejor de todas.

— Tú y yo sabemos porque —respondió sin decir nada más y continuó su camino hacia su destino inicial.

Dejando a Luhan ahí, como un cachorro apaleado y poco le importaba aún cuando eso pudiera significar que Sehun iba a enloquecer por su actitud a hacia su tan adorado niño. Luhan no le caía del todo bien a fin de cuentas y no le importaba decírselo a Sehun.

Caminó rápidamente, entrando a la dirección escolar sin avisar, logrando sobresaltar a la pobre secretaria tras el escritorio y abriéndose paso hasta la puerta del despacho del director.

— Espera, no puedes…

Le importó un bledo lo que la mujer trató de decirle y simplemente entro a la oficina, en la cual un nervioso hombre miraba angustiado a Sehun, quien ocupaba la silla más grande tras el gran escritorio y le daba una mirada gélida al hombre en las sillas para invitados al otro lado.

— Entiende por favor —suplicó el nervioso hombre.

— Me importa una mierda si el hijo de perra tiene por padre al puto presidente de Corea del Sur, hazte cargo de la situación y que a mí dejen de joderme —masculló entre dientes.

— Pero…

— Pero nada, porque te recuerdo que si desobedeces tu familia pronto sabrá que eres un hombre al que le encanta revolcarse con niñas de la edad de la ofrecida de su hija —soltó con malicia.

— Tú…

— ¿Crees que tu pequeña es una santa? —preguntó con burla—. Yo la verdad tengo serias dudas sobre ello —soltó, masajeando su mentón—. ¿Tú que dices Chanyeol?

Chanyeol sonrió ladino, caminando lentamente hasta donde el nervioso adulto se hallaba ocupando un asiento y colocó sus manos bruscamente sobre los tensos hombros del angustiado hombre.

— No escuche a Sehun, suegrito —dijo con malicia—. Nuestra chica es genial —lo provocó.

El mayor palideció y miró espantado al pelinegro, que portaba una sonrisa arrogante en los labios y lo observaba con superioridad.

— Muy bien, ahora que ya lo hemos aclarado todo, podemos dejar de lado esta estúpida reunión inútil —se puso de pie sin que el director pudiera protestar—. Hoy no estoy de humor y le aseguro que usted no quiere ver mi lado malo, así que encárguese del bastardo cobarde de Jerry por sí mismo —finalizó, saliendo de la oficina seguido por Chanyeol.

Chanyeol lo siguió en silencio por un rato, ya que se suponía que estaba muy molesto por lo que Sehun había hecho y sin embargo ahí estaba él, siguiendo a su amigo a quien sabe donde.

— Chanyeol, yo…

— Tan sólo déjalo, Sehun —pidió algo irritado—. Sigo molesto, así que no tientes tu buena suerte —bufó.

— Si de algo te sirve —suspiró—; aun cuando Jackson es la última persona que va a ser mi favorita en el mundo, yo sé que lo que hice está muy mal y planeo hacer algo para compensarte esto —aseguró.

— De acuerdo —suspiró resignado—. Ahora debemos preocuparnos por encontrar una manera en la cual Jackson no pueda usar esto en tu contra.

— Si te refieres a Luhan, no hace falta —gruñó.

— ¿Pasó algo, no es así? —inquirió un tanto fastidiado.

— Solamente digamos que tuviste razón todo el tiempo, estoy plenamente consciente de que lo que hice no es para aplaudirme ni nada pero él simplemente no quiso a escucharme a mí —masculló entre dientes.

— Sehun, tal vez esto signifique que…

— No —gruñó, mirándolo con ferocidad. Él simplemente no estaba aceptando lo que sabía que Chanyeol iba a decirle.

— Sehun —resopló exasperado.

— Chanyeol, esto es cosa mía, yo sabré manejarlo —sentenció.

— Tan sola acepta que él…

— Se-Sehun —balbuceó una tímida tercera voz, interrumpiendo su discusión.

Ambos llevaron su vista a la persona que había emitido aquel susurro, encontrándose con la mirada tímida de Cherry.

— Dejanos solos —ordenó inmediatamente Sehun.

Chanyeol asintió sin protestar y avanzó, pasando de largo a la pequeña chica, no sin antes poner su gran mano sobre su cabeza en una silenciosa disculpa por sus palabras pasadas y como una secreta muestra de apoyo a lo que estaba por venir.

Sehun no despegó sus ojos de ella mientras el pelirrojo se alejaba, ella lucía realmente como si estuviera por entrar al matadero y aunque todavía ni comenzaban a hablar, ella ya estaba por romper a llorar.

— ¿Qué tal algo de la cafetería? —preguntó en un intento por hacerla relajarse.

Ella negó rápidamente con un brusco movimiento de cabeza, todo sin mirarlo a los ojos.

— De acuerdo —suspiró él—. ¿Querías hablarme de algo? —cuestionó directamente. Ella asintió al instante—. De acuerdo, te escucho entonces.

La chica se encogió de hombros, sus dientes masticaban su labio inferior y las lágrimas llenaban sus ojos mientras se mantenía de pie delante de él.

— Rechazame —pidió con un hilo de voz.

— ¿Qué? —interrogó confundido.

— Fi-finge que yo… que yo acabo de confesarme y… rechazame —pidió al borde del llanto.

— Cherry, yo… yo no… —comenzó a decir incómodamente.

— Necesito que lo hagas —murmuró, sus lágrimas ya haciendo de las suyas—, por favor.

Sehun suspiró agobiado, dándose cuenta que solo entonces ella ya lo miraba a los ojos, suplicándole un cierre adecuado para su amor unilateral y con ello logrando terminar de convencerlo.

— Eres una buena chica, muy linda también —comenzó incómodo—. Me siento halagado por esto pero…

— Alto —exigió ella.

Su ceño estaba fruncido y un puchero abultaba sus labios, viéndose evidentemente inconforme.

— Este no eres tú, no tienes que sentir lástima de mí —dijo apresuradamente, consiguiendo que le pelinegro casi tuviera problemas para entenderla—. Quiero un rechazo real —exigió, determinada.
Sehun la observó atentamente, tomándose apenas unos segundos para entender que lo que ella deseaba era encontrar una forma de decepcionarse de él y era justo lo que Sehun iba a hacer por ella.

— De acuerdo.

Cherry asintió conforme y aguardó con paciencia hasta que él finalmente decidió hablar.

— No miento al decirte que eres linda, realmente me agradas de alguna manera, pero... —empezó decir—, seguramente de no ser cercana a Luhan tal vez ni siquiera te hubiese notado porque aunque creo que eres linda eso únicamente es porque llegué a conocer un poco de ti.  Sin embargo, no eres en absoluto de mi tipo por mucho que lo intentes o pienses que por hablarte siento algo por ti, simplemente no es de esa forma y debes entender que nunca serás ni de cerca para mí todo lo que Luhan significa.

Su palabra fueron como agua fría cayendo sobre ella pero tomó la decisión de no parar a pesar de la expresión ajena, porque ella seguramente no lo quería.

— Eres agradable pero jamás te he considerado realmente una amiga siquiera y si me he mantenido cerca de ti es porque Luhan te aprecia y yo sentía que debía protegerte por eso, pero no significas realmente nada. Siempre he sido consciente de lo que sientes por mí y siempre me ha dado exactamente igual porque no importa lo que te esfuerces, nunca harás que me fije en ti. Así que simplemente date por vencida, por favor —suspiró.

La vio cubrir su rostro con ambas manos y la escuchó sollozar con fuerza, acción que le hizo saber que el trabajo estaba hecho.

— Tú sabes y siempre has sabido que lo amo a él y que no habrá nada que tú hagas que lo cambie. Yo haría todo por él pero por ti no movería ni un solo dedo, así que por favor ya no intervengas más en mi camino porque nunca conseguirás nada de mí —finalizó.
No esperó una respuesta de ella y de alguna forma esa fue su señal para marcharse y comenzó a avanzar sin sentir ni un poco de remordimiento como en un principio creyó que sentiría y muy en el fondo sabía que todo lo que había dicho siempre lo había querido decir.

— Gracias —la escuchó sollozar.

— Quédate cerca de él, Cherry —sugirió—. Tú sabes que lo extrañas y que es la única persona que va a luchar por verte feliz.

No espero ni le interesaba su respuesta, por lo que no esperó a obtenerla y siguió adelante sin prestarle atención. Todavía tenía que lidiar con su día de mierda por varias horas más como para prestarle más atención al tema.

***

«Estúpido niño chino.»

Era el más insistente y repetitivo pensamiento de Chanyeol mientras caminaba sin rumbo por los pasillos desiertos de la escuela; probablemente todos los demás ya estaban en clases o algo así.

Muy a diferencia de él que no tenía interés alguno de entrar a su salón de clases y ver a Luhan. ¡Joder!, él sabía bien que Sehun se merecía mucho más que estar bajo el embrujo de ese niño idiota que simplemente siempre encontraba la forma de arruinar todo.

Con eso en mente se metió a su lugar secreto-no tan secreto pero era el único lugar que siempre lo ayudaba a pensar con la cabeza fría y sí, también le gustaba el olor y la temperatura del laboratorio del instituto.

Se escondía ahí siempre que podía.

Algo fue diferente ese día sin embargo, porque ese lugar siempre estaba vacío a no ser que hubiera alguna clase ocupándolo para algún trabajo estúpido y por lo que él sabía los lunes no había ninguna clase las primeras tres horas pero todavía seguía viendo a una persona ahí.

Se acercó con cautela al intruso que se mantenía inmóvil y de espaldas; usando como alguna especie de cama la que era su mesa favorita además de todo, pensando en una forma de despertarlo en la cual lo asustara hasta provocarle un ataque al corazón por su osadía al entrar a su santuario personal.

Un plan sin fallas sin lugar a dudas y pese a eso, igual simplemente se quedó inmóvil, mirando al intruso profundamente dormido cuando finalmente descubrió quien era.

Aunque sabía que nadie lo podría culpar si ellos fueran testigos de lo lindo que Baekhyun se veía dormido. Era en momentos como esos, en los que la educación y los buenos modales que sus padres le habían enseñado, le dictaban que debía largarse y no molestar al exhausto chico.

Lo sabía perfectamente y de todas formas ya se encontraba sentándose a su lado y acunando al bello durmiente de un modo en el cual lo usara a él como su almohada en lugar de la fría, esterilizada e incómoda superficie de la mesa de trabajo.

Baekhyun no se quejó mucho por eso e incluso enterró su rostro en su pecho, tomando una profunda respiración y sacándole una sonrisa arrogante. Baekhyun estaba atraído por él y no necesitaba ser un genio para darse cuenta de ello.

Era simplemente cuestión de tiempo para conseguir su objetivo y entonces…

¿Quien te conoce Wu Luhan?

Sonrió tontamente durante varios minutos, en los cuales se permitió observar con atención al lindo joven dormido. Todo en él se veía realmente fascinante y bello, incluso parecía una persona completamente distinta de esa forma.

Es decir, ese chico siempre era ruidoso y no le importaba gritarle a todo aquel que se metiera en su camino que iba a ser destruido únicamente con un parpadeó suyo pero justo en ese momento se veía como el pequeño e inofensivo chiquillo que Chanyeol sabía que era en el fondo.

Incluso le resultaba interesante escucharlo gimotear entre sueños, Baekhyun de verdad se veía demasiado frágil y Chanyeol no podía dejar de verlo. Era tan bonito como nada que Chanyeol hubiese visto en mucho tiempo, era divertido incluso al estar dormido de esa forma tan poco atractiva e infantil.

No pudo evitar acariciarle la frente al verlo removerse y lo escuchó suspirar complacido.

¿Qué más daba si se despertaba por eso?

Era obvio que a él le gustaba su tacto y que no iba a quejarse al verlo ahí. De hecho había poco de él que seguramente a Baekhyun no le gustara, eso lo notaba a la perfección en la forma en la que el pequeño peli-plata no podía quitarle los ojos de encima cuando creía que no se daba cuenta.

Lo veía perfectamente incluso reflejado en sus bonitos y muy despiertos ojos que lo veían con sorpresa justo en ese momento.

Se mantuvo mirándolo por varios minutos antes de recuperar la compostura y acomodarse bien en su propio banco de laboratorio, parecía estar pensado con fuerza en algo, frunciendo el ceño y luego mirando en su dirección una vez más.

— ¿Cuánto tiempo he dormido? —preguntó seriamente.

— Una hora más o menos —se encogió de hombros al responder.

— Ya veo —murmuró, volviendo su vista a la superficie perfectamente pulida de la mesa de laboratorio—. En ese caso muchas gracias por ser mi almohada todo ese tiempo —dijo tras un rato, mostrando su mejor y más coqueta sonrisa.

— Claro, siempre que quieras —respondió, sonriéndole de la misma forma.

— Lo tomare en cuenta de ahora en adelante.

Sus bonitos ojos brillaron de una forma que Chanyeol no pudo interpretar pero no iba a negar que no le gustaba.

— Así que..., ¿cómo estuvo la fiesta? —preguntó, al recordar lo de esa mañana.

— Interesante —murmuró, haciendo una mueca al final.

— Bueno, sea como sea me alegra que te dejará lo suficientemente cansado para hacerte dormir aquí, eres lindo cuando duermes —alagó.

Baekhyun no se contuvo de reír y Chanyeol estaba tan seguro de sus avances que incluso podía apostar a que Baekhyun prácticamente ya estaba enamorado de él.

— Eres la primera persona que piensa eso de mí desde hace tiempo —rió.

— ¡Imposible! —exclamó exageradamente.

— ¿Qué nadie me crea lindo al verme durmiendo? —lo siguió su evidente coqueteo.

— También, pero en realidad me refería a que no fui el primero —comentó—. ¿Será posible saber quien fue la otra persona? Porque es obvio que debemos ser amigos.

El peli-plata guardó silencio justo en ese momento y nuevamente pareció perderse en sus pensamientos.

— Ella es increíble, la persona más maravillosa del mundo —dijo como perdido en sus pensamientos.

Ella.

Eso sin duda no le gustaba en absoluto, ya suficiente tenía con Luhan como para agregar a esa persona a la ecuación también.

— Oh, ¿pensando en la novia? —preguntó tentativamente pero sin perder el tono bromista.

— ¿Novia? —dijo evidentemente desconcertado.

— ¿No hablabas de ella? —Baekhyun se rió con ganas una vez más.

— Me parece que tienes algunos problemas para darte cuenta de algunas cosas, Chan —se burló.

— No en realidad —sonrió coqueto una vez más—. Sin embargo algunas veces las cosas se pueden malinterpretar. Yo por ejemplo soy bi, por lo que tú también podrías serlo —explicó.

— Buen punto —sonrió y justo en ese momento la campana decidió sonar, recordándoles donde era que estaban—. Esa es mi señal para decir adiós.

— Tan pronto —dijo con falsa decepción.

— Oye, tengo que ir a clases al menos por una hora —respondió risueño.

— ¿Vendrás de nuevo? —preguntó, mirándolo intensamente.

— ¿A donde?

— Aquí, mañana, a la misma hora.

— Lo pensaré —prometió desde la puerta, aunque obviamente era una mentira.

El más alto lo sabía bien y de igual manera se limitó solamente a darle una última sonrisa antes de verlo salir del laboratorio. Frunciendo el ceño tan pronto estuvo fuera de su vista.

Algo no iba bien ahí e iba a descubrir porque Baekhyun siempre terminaba huyendo al final, definitivamente él no iba a tirar la toalla todavía.

***

«¿Tan molesto está? ¿Realmente no quiere verme?»

Se habían convertido las preguntas principales que Luhan no había dejado de hacerse cuando las clases comenzaron a transcurrir y Sehun simplemente no aparecía. Ya iban por la tercera clase antes del descanso y él no había entrado a ninguna sola tras haber ido con el director como Chanyeol le había dicho.

Se sintió avergonzado de sí mismo al recordar eso, ya que bien Sehun podría estar en muchos problemas únicamente por defenderlo-otra vez-, y mientras tanto él estaba ahí, siendo tan tonto como para pensar que él no estaba en clases para evitarlo.

Un gruñido extraño lo sacó de su nube de remordimiento y lo hizo mirar a la derecha solamente para encontrarse con la imagen de Baekhyun babeando su cuaderno de historia, lo cual lo hizo bufar.

El sujeto había entrado al salón de clases hacía tan solo veinte minutos y ya estaba dormido, era increíble e irritante. También hacia unos ruidos extraños. Sin embargo, Luhan se encontró a sí mismo quitándose el saco de su uniforme y colocándolo sobre los hombros del otro cuando lo vio temblar levemente.

Captó por el rabillo del ojo las expresiones de las amigas del fastidioso chico pero no prestó demasiada atención y siguió con su inútil intento de prestar atención y pensar en algún modo de resolver los problemas con Sehun.

No consiguió nada de ninguno de sus dos objetivos ni en la clase de historia ni en la clase siguiente. Hasta que finalmente la campana que anunciaba el inicio del descanso se hizo escuchar y lo tuvo corriendo por los pasillos en busca de Sehun.

No tenía un plan en absoluto y mucho menos sabía que era lo que iba a decirle para arreglar las cosas pero no importaba, deseaba verlo a toda costa.

— Luhan.

El tímido y débil llamado lo hizo detenerse en seco, girándose en dirección a la suave y familiar voz de Cherry, quien le sonreía suavemente. Le preocupó verla con los ojos rojos e hinchados pero decidió no mencionar nada a menos que ella le dijera sobre eso.

— Hola —saludó, dándole la mejor sonrisa que pudo mostrar.

— Yo… —musitó dubitativa—, ¿podemos hablar? —preguntó dudosa.

Luhan la miró dudoso. Él tenía que encontrar a Sehun pero no quería abandonarla tampoco, no tenía ni idea de que hacer y ella terminó por ganar cuando cautelosamente tomó su mano.

— Por favor —pidió suplicante.

Luhan asintió sin pensárselo más y dejó que ella lo guiara a un lugar más apartado. Había algunas bancas por ahí y ambos tomaron asiento a cierta distancia el uno del otro sin decir palabra alguna durante varios minutos.

Era demasiado incomodo y a decir verdad ese era el último lugar donde Luhan quería estar en ese preciso momento. Ella parecía tan incómoda como él y era evidente que no iban a llegar a ningún lado en absoluto.

— Lo lamento —musitó ella con un hilo de voz luego de varios minutos.

Luhan la miró sin comprender, recibiendo una débil y triste sonrisa de su parte.

— Todo este tiempo yo… —apretó los labios y negó con la cabeza—. Sé que en cierta forma yo también tenía derecho a estar molesta pero no solamente fue así, yo… simplemente no había ocasión en la que te mirara sin sentirme enojada y desearte lo peor —confesó avergonzada.

— Cherry —murmuró sorprendido.

— Estaba tan molesta contigo y me aseguré de convencerme a mí misma de que todo lo feo que te sucediera era por tu propia culpa y que lo tenías cien por ciento merecido, incluso sé que seguramente si hubieras sido tú en mi lugar en aquella ocasión yo no… no hubiera hecho nada por rescatarte y en cambio tú… tú…

— No importa —la cortó, sonriéndole cariñosamente—. Yo no estoy molesto contigo en absoluto, porque sé que de alguna forma yo lo merecía —dijo tranquilamente.

— Pero…

— Está bien —aseguró, rompiendo la distancia entre ambos y abrazándola por fin—. Tú sabes que nunca podría estar molesto contigo.

Ella asintió una y otra vez, ocultando su rostro en el pecho de Luhan y él sonrió enternecido. Sabiendo lo emocional y frágil que su dulce amiga era, estaba tan feliz de recuperarla luego de un largo tiempo.

— No voy a arruinarlo esta vez —le prometió a ella.

— Yo tampoco —sollozó ella.

Luhan suspiró tranquilamente, no pudiendo despegarse de ella luego de eso. Había tanto para ponerse al día y ella parecía necesitarlo tanto en ese momento que por mucho que lo odio, pospuso la charla con Sehun y antes de darse cuenta el descanso había terminado y su oportunidad se había escapado.

— Ve a buscarlo —lo animó Cherry cuando caminaban al salón.

— ¿Qué?

— Siempre que no entra a clases se oculta tras la biblioteca —indicó, recibiendo una mirada asombrada—. Yo le diré a la profesora que te sentías mal y que estás en la enfermería —prometió—. Mucha suerte —le deseó con una sonrisa, antes de darle un gran abrazo y correr en dirección opuesta a él.

Luhan no pudo contener su sonrisa y sin pensarlo cambió la dirección de sus pasos, corriendo hasta donde Cherry le había prometido que encontraría a Sehun.

Su corazón latía con fuerza con cada paso que daba y cuando finalmente llegó al lugar. Sus emociones parecieron subir por todo lo alto y luego caer de golpe mientras miraba a Sehun mirando con desinterés algún punto lejano, en su diestra había un cigarrillo y sus labios dejaban escapar la densa nube de humo.

Su mirada gélida se posó sobre él apenas unos segundos más tarde y algo golpeó realmente en su interior, se sentía expuesto al enfrentarse a su mirada, no podía conseguir que nada saliera de sus labios y eso seguramente fue la causa de Sehun frunciendo el ceño, antes de dar la media vuelta.

— Sehun —llamó rápidamente al verlo alejarse.

El pelinegro giró apenas, mirándolo con desinterés y únicamente eso fue suficiente para que Luhan se olvidara de todo lo que se suponía iba a decirle, aun cuando no había pensado en nada todavía.

— ¿Qué sucede? —preguntó con indiferencia, evidenciando lo molesto que todavía estaba con él.

— Yo… —vaciló—, so-solo quería decir gracias y pedirte disculpas por hacer que te metieras en problemas —murmuró patéticamente.

— Claro —bufó.

— Sehun, sobre lo de Jackson…

— Descuida, no fue nada —respondió bruscamente, fingiendo que no lo había escuchado decir lo último y siguió caminando sin voltear atrás ni una sola vez.

Luhan no hizo intento alguno de detenerlo en esa ocasión, su mirada cayó al suelo y trató con todas sus fuerzas de ignorar el dolor en su pecho al saberse ignorado por él.

Estaba todo tan mal y era únicamente su culpa, eso ya lo sabía.

— Eso fue patético —dijo una voz burlona y el castaño inmediatamente levanto la mirada, topándose de frente con la sonrisa odiosa de Baekhyun—. Me hubiese reído pero aprecio mi vida —se burló, extendiendo para él su saco.

— Muérete —masculló entre dientes Luhan, arrancándole la prenda de las manos.

— Ey, alto. Todavía no te vayas —dijo, corriendo para obstruir el camino de Luhan cuando lo vio avanzar—. La verdad lo de hace un rato fue muy triste, hasta a mí me dolió, así que por ello he decidido que seré benévolo y voy a ayudarte a obtener al sexy pelinegro —anunció sonriente.

— ¿De qué estás hablando? —bufó.

— Tranquilo, mis planes nunca tienen falla. Yo te garantizo que en menos de lo que imaginas tendrás de regreso a tu novio —aseguró y a Luhan solo le quedo suspirar pesadamente.

— Número uno —apuntó a Baekhyun con su dedo—; no necesito tu ayuda para nada —afirmó—, y número dos; no sé qué rayos pasa por tu mente al decir eso, pero Sehun es solamente mi mejor amigo.

— ¿Really? —inquirió con una ceja arqueada—. Olvídalo, a lo que voy es que yo puedo ayudarte a recuperar a tu amigo —dijo, recalcando la palabra amigo.

— Ya te dije que no necesito tu ayuda, yo puedo hacerlo solo —sentenció.

— ¿De verdad? —bufó—. Porque por lo que yo acabo de ver él ni te mira, a este paso la distancia se hará más grande y nunca vas a recuperarlo.

Luhan quiso objetar las palabras ajenas, sin embargo, no podía. Baekhyun tenía realmente la razón y no importaba cuanto lo negara, sus intentos eran en vano siempre y ese chico con hacer nada había conseguido más de Sehun que él con todos sus esfuerzos.

— Tan sólo piénsalo, soy tu mejor opción —aseguró.

— Digamos que yo acepto. ¿Qué vas a pedirme a cambio? —preguntó con los brazos cruzados.

— Me ofendes —dijo dramáticamente, con una mano en el pecho y una expresión exagerada de indignación.

— No soy ningún estúpido y sé que no lo harás gratis —bufó.

— Touché —rió—. Realmente no es algo tan difícil, tú únicamente tendrás que seguirme a todos lados siempre y hacer lo que yo diga de ahora en adelante —se encogió de hombros—. Serás prácticamente mi esclavo personal y espero obediencia absoluta, si te digo que saltes; tú saltas, si ordeno que bailes; lo haces sin protesta, incluso si te pido chupármela; tú lo haces y punto —explicó tranquilamente.

— Jodete —gruñó Luhan y comenzó a alejarte.

— ¡No, espera! —dijo rápidamente y corrió tras él—. Era una broma. ¡Dios!, relájate un poco. Ustedes los vírgenes son tan exagerados —bufó.

— Vete al infierno —gruñó y trató de seguir caminando.

— ¡No te vayas, me necesitas! —chilló, aferrándose al brazo de Luhan.

— Tú…

— Mira, no tienes que hacer nada tan difícil, tan sólo sigue como hasta ahora —interrumpió.

— ¿Qué? —interrogó confundido.

— Verás, los dioses terrenales como yo estamos acostumbrados a tener un séquito de imbéciles sin cerebro que siempre nos alaben por lo increíblemente maravillosos que somos. Sin embargo, eso muchas veces aburre demasiado pero tú, tú no tienes problema alguno en llevarme la contraria y eso es justo lo que yo quiero, necesito alguien que me rete y ese eres tú.

— ¿Te dejaron caer de cabeza cuando eras un bebé?

— Esto es un trato justo, Luhan. Tú me diviertes y a cambio yo haré que antes de que te des cuenta, el sexy semental con el genio del demonio sea tuyo y te lleve a la cama para follarte tan duro que te dejara…

— ¡Sehun es mi mejor amigo! —chilló escandalosamente.

— ¡De acuerdo! —exclamó fastidiado—. Acepta mi trato y tendrás a tu estúpido mejor amigo de vuelta para hacer toda esa mierda aburrida que los mejores amigos hacen —bufó—. ¿Qué dices?
Luhan lo miró dubitativo, sopesando sus opciones, sin embargo algo le decía que Baekhyun haría justo lo que decía y, aunque no lo admitiría abiertamente, ya estaba desesperado.

— Acepto —respondió finalmente.

Arrepintiéndose justo en el segundo que Baekhyun lo abrazó y chilló escandalosamente, acercando sus rostros muy demasiado cerca para la comodidad de Luhan y la de cualquier otra persona.

— Buena decisión, te juro que no te arrepentirás —prometió.

Luhan lo empujó bruscamente y lo vio fruncir el ceño, su decisión repentinamente ya no era la mejor pero no parecía haber otra forma. Baekhyun era como una luz parpadeante en medio de un camino lleno de oscuridad y él estaba desesperado por un pequeño rayo de esperanza por muy débil que fuera.

— So-solamente jura que no me estás mintiendo —pidió suplicante.

— Tienes mi palabra —sonrió ladino y Luhan únicamente sintió sus dudas crecer.

— Confio en ti —dijo con toda la esperanza y confianza que tenía a sabiendas que era algo completamente incierto.

Sin embargo, no tenía ninguna mejor idea además de colocar su destino en las manos de ese total desconocido que bien podría solamente burlarse de él.

— No te fallare, precioso —prometió.

Luhan asintió apenas, dejándose arrastrar poco después por el peli-plata, cuando este lo tomó de la mano y le hizo saber que no iban a entrar a clases por el resto de la tarde. Tenían reglas que poner, eso era lo que Baekhyun le dijo mientras lo llevaba a un destino desconocido.

 
Notas finales:

Y bueno, espero de todo corazón que el capítulo les gustara y de nuevo les mando mis mejores deseos.

Los amo de verdad <3

Bye Bye


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).