Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Only reason. por DNA

[Reviews - 71]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Hello everyone!!!


Hoy es día de actualización por fin, así que espero que les guste.


Y bueno, mis bellas personitas, también es día de anuncio ya que ya casi estamos en la recta final de este fic, (luego de las eternidades que me tardaba para actualizar jejeje).


De verdad lamento esa lentitud, por lo que me esforzaré mucho ahora que estamos casi en el final.


 


 

— Sehun.

La voz inconforme de Baekhyun fue lo único que escuchó antes de tomar su mochila y huir de ahí gritando un tembloroso “nos vemos”. Era incapaz de quedarse, incapaz de ver a la hermosa cara de esa chica y mucho más incapaz de mirar con su propios ojos lo bien que se llevaba con Sehun.

Apresurado, nervioso y torpe, buscó un asiento libre y se derrumbó en él. Escondiendo entre sus manos la expresión de su rostro, cualquiera que fuera esta. Un momento después, vagamente notó que ocupaban el asiento a su lado y finalmente descubrió su rostro para no parecer alguien muy raro frente a su compañero.

Sin embargo, él no parecía sino ignorarlo por completo mientras charlaba con el muchacho justo frente a ellos. Luhan tomó aire y al mismo tiempo lo retuvo cuando vio a Haneul ingresar al salón. Ella palideció cuando sus miradas se conectaron y Luhan inmediatamente rehuyó a los bellos ojos color miel.

Un animado saludo vino desde la puerta y el profesor de Física ingresó sonriente, acentuando sus jóvenes rasgos y su actitud amistosa. Todos lo saludaron con gran entusiasmos, algunos murmurando que era un alivio que fuera él quien les impartiera la asignatura en lugar de la señora Choi.

Pero Luhan apenas lo notó, con los ojos clavados en su escritorio, estúpidamente temeroso de que sus ojos volvieran a conectar con los de ella. De un momento a otro, hubo algunas exclamaciones de emoción y solamente en ese momento Luhan alzó la mirada.

— ¡Chicos, chicos! —Llamó el joven hombre al frente—. Que quede claro que los estoy dejando escoger a su pareja de trabajo solamente porque todavía no los he evaluado debidamente. Sin embargo —pausó dramáticamente—, tengan en cuenta que si no dan los resultados que yo espero, reorganizaré las parejas —advirtió y sus compañeros corearon su aprobación.

Pronto todos los demás estaban de pie, organizándose y Luhan no se atrevió a moverse al no conocer a absolutamente nadie en ese grupo.

— Uhm, Luhan.

Su corazón se detuvo al escuchar esa voz, angustiado miró en dirección a la bellísima joven de pie a un costado de su escritorio. Ella se veía incluso más incómoda que él al estar ahí, y no necesitaba pensar demasiado para averiguar por qué estaba ahí en primer lugar.

— M-Me preguntaba si tú… si tú… —Ella miró a todos lados nerviosa, como si preguntar le causara dolor.

Él no se sentía mejor que ella, esa era por mucha la situación más épicamente extraña y embarazosa que había experimentado alguna vez, claro, eso sí descontaba aquella vez que tuvo que escuchar esa conferencia sobre sexo dada por Baekhyun en plena vía pública.

Hizo una mueca luego del recuerdo, Haneul continuaba ahí con cara de estar a punto de vomitar por los nervios y el evidente hecho de que no encontraba la forma de hacer esa simple pregunta. Luhan decidió tomar al toro por los cuerno finalmente.

— ¿Tienes compañero? —Preguntó finalmente Luhan.

La chica lo miró con asombro, esbozando una sonrisa amable poco después. Luhan estaba un tanto aturdido y torpemente señaló el asiento a su lado. La sonrisa en sus labios se hizo más grande y, sin esperar más invitación, se sentó.

— Creo que empezamos mal hace rato —murmuró y Luhan casi bufó por el eufemismo de eso—. Hola, me llamo Haneul —se presentó como si fuera la primera vez que se veían, extendiendo su mano.

— Lu-Luhan —balbuceó apenas, devolviendo el saludo.

— Mucho gusto, Luhan —rió de un modo bastante agradable—. Soy nueva aquí y por eso no conozco a nadie. Tú parecías en el mismo dilema y por eso me atreví a acercarme. ¿Acabas de ser transferido a esta clase?

— S-Sí, yo de hecho estaba en otra clase —explicó, mirando de reojo a un costado.

— Muchas gracias por aceptar ser mi compañero. Eres mi salvador —dijo sumamente emocionada.

Con el transcurso de las clase, Luhan descubrió que ella no iba a matarlo ni nada por el estilo. La chica más bien era inteligente y un poco divertida, aunque bastante cuidadosa también. Tenía una sonrisa casi contagiosa y Luhan pensaba que en conjunto con sus naturalmente agraciados rasgos faciales, ella siempre se vería como alguien amigable.

Además, tenía unos lindos ojos y al reír podía verse adorablemente infantil. Ella no cambió de lugar cuando las clases terminaron y a su antiguo compañero no pareció importarle, a pesar de que Luhan secretamente esperaba que él fuese a reclamar su sitio.

Más tarde ella pidió ayuda para llegar al gimnasio y Luhan, tras años de ser educado para no ignorar a las personas si estas necesitaban su ayuda, aceptó caminar con ella hasta el lugar. La chica lo guio de buena gana hasta el lugar, tratando por entablar conversación con él.

Sorprendentemente, charlar con ella era fácil, ellos no hablaron de Sehun por el momento y eso lo tenía un poco nervioso. Para cuando la hora de almuerzo llegó, Haneul dijo adiós ya que tenía alguien con quien reunirse e internamente Luhan lo agradeció luego de varias horas de sentirse totalmente fuera de su zona de confort a su lado.

Aunque, por un segundo pensó en ofrecerle ir con ellos, en el fondo bien sabía que podría ser incómodo para todos y decidió que lo mejor era despedirse, haciendo su propio camino hacia la cafetería.

— ¡Hannie! —El agudo chillido lo aturdió un poco, además del sorpresivo abrazo.

Sonrió sin poder evitarlo, dejando que Cherry se colgara de su brazo. Como siempre, Jun Hong venía a su lado, tan silencioso como de costumbre, por supuesto eso siempre y cuando no se tratara de Cherry, porque entonces él chico no paraba de hablar ni por un segundo.

— ¿Por qué te fuiste de repente? —Interrogó seriamente—. Sehun estaba muy confundido y Baekhyun furioso.

— S-Se estaba haciendo tarde, les diré a todos cuando lleguemos —respondió nervioso.

Ella asintió poco convencida, aplicando un poco más de fuerza en su agarre. Luhan la miró extrañado y, justo antes de preguntar si algo pasaba, él entendió todo tan pronto como captó la imagen de Haneul sentada justo a un costado de Sehun.

Se detuvo momentáneamente, mirando la escena incrédulo y recordando lo que ella había dicho unos minutos atrás. Y no fue hasta que Cherry lo jaló en dirección a la mesa que todos ocupaban, que por fin se movió. Sehun reía abiertamente junto con ella, Baekhyun parecía molesto pese a que Chanyeol le susurraba algo al oído y todos los demás…

Ellos en realidad lucían bastante incómodos.

— Llegamos y traigo a Hannie —anunció Cherry alegremente.

— Hola chi…

— ¿Por qué demonios corriste? ¿Viste un muerto o algo así? —Espetó Baekhyun, interrumpiendo a Kyun Min—. Jamás vuelvas a hacer algo así, Luhan. Si algo te molesto solo dímelo y me haré cargo de que desaparezca de tu vista —sentenció, mirando con desdén en dirección a Sehun y la chica.

Sehun frunció el ceño, devolviéndole a Baekhyun su fea mirada. Luhan agachó la cabeza y silenciosamente tomó asiento entre Cherry y Jun Hong, en el extremo contrario a Sehun. Sintiéndose extraño luego de siempre sentarse justo a su lado, pero sería tan incorrecto ir a decirle a ella que se moviera, era una dama y Luhan jamás haría eso.

— Se estaba haciendo tarde y tú querías seguir discutiendo sobre la reorganización de las clases. Yo simplemente me adelante —habló sereno.

— ¿Te adelantaste, dices? —Bufó groseramente—. Tú más bien parecía que eras perseguido por demonios.

— Baek, eso no…

Su boca se cerró de golpe al ver Sehun ponerse de pie, rodear la mesa y darle dos ligeros golpecitos a Jun Hong para que se moviera. Él se puso de pie sin problema, cediendo de buena gana su sitio al pelinegro.

Una sonrisa preciosa estaba dibujada en sus labios cuando se sentó. Luhan dio un ligero respingo en su lugar en el instante en que la mano contraria tomó la suya por debajo de la mesa. La sostuvo con fuerza, sintiendo un tranquilizante sentimiento con tan simple acción.

— ¿Todo bien? —Asintió entusiasta a modo de respuesta—. Haneul, ya que él finalmente está aquí. Te presento a Luhan —habló tranquilamente.

— Y-Ya nos presentamos. Incluso somos compañeros de física —empezó ella con incomodidad—. P-Pero de todos modos, me da gusto conocerte, yo soy… soy una vieja amiga de Hun.

— Y-Ya veo —musitó sin saber qué más decir.

No era como que Luhan pudiera simplemente mirarla y decirle…

Sí, ya sé que eres su ex novia y que te dejó por mí. ¡Eso estaba mal!

La incomodidad se apoderó de todos luego de ese breve intercambio. Era como si entre ellos hubiera un objeto sacado del área 51, dicho objeto representaba a Haneul. La nerviosa chica solamente podía desviar la vista mientras sorbía de la pajita en su jugo, como tratando de pasar desapercibida.

— ¿Has hablado con los gemelos? —Preguntó tranquilamente Sehun, como si no se percatara de la atmósfera en absoluto.

Luhan incluso sintió muchas ganas de golpearlo en la cabeza por hacer que nuevamente todos le lanzaran esas miradas extrañas, justo cuando ellos parecían estar a punto de tratar sus propios asuntos y fingir que nada pasaba.

— Umm, no, en realidad, yo…

— Ellos están preocupados por ti. Ninguno de los dos tiene idea de porque te alejaste, así que sería genial si pudieras llamarlos —comentó seriamente.

— Lo haré —afirmó con una mirada de sincero remordimiento—. Hunnie, ¿tienes sus números? La verdad llevo un tiempo sin llamarlos, entonces no sé si sus números son los mismo —explicó avergonzada.

Baekhyun bufó de un modo grosero, ganándose una mirada agresiva de parte de Sehun. A Baekhyun no pudo importarle menos y siguió apuñalando su comida mientras mascullaba cosas sin sentido.

Luhan no pudo con el sentimiento de culpa, porque sabía que sus amigos estaban actuando de esa forma solamente por él. Porque Luhan simplemente no iba a fingir que no se sentía extraño con su presencia, pero ciertamente ella no tenía la culpa de cómo él se sentía, además del hecho de que parecía asustada incluso.

— ¿D-Donde estudiabas antes, Haneul? —Preguntó nervioso.

Todos en la mesa miraron en su dirección asombrados, ella parecía incrédula también, como si no esperara en absoluto que Luhan le dirigiera la palabra en ese momento.

— E-Estaba estudiando en Daegu —respondió igual de nerviosa que él.

— Vaya. —Pausa para un silencio asquerosamente incómodo—. ¿T-Tu familia se muda mucho? —Ella se tensó momentáneamente, antes de negar con un suave movimiento.

— E-En realidad, está sería la segunda vez —sonrió levemente.

— ¿Y no te molesta? Es decir, ¿dejar todo atrás e iniciar de cero? —En esa ocasión logró que su voz sonara más confiada, esperando hacerla sentir más cómoda.

— En absoluto —negó enérgicamente, ya más relajada por fortuna—. Esta vez le prometí a mis amigos mantenerme al día con ellos.

— Ya veo. —Luhan sonrió tras sus palabras y ella lo imitó.

Solamente entonces Cherry habló también, preguntándole sobre cómo era el lugar donde había vivido y tras ella, casi todos los demás se unieron. Y el casi, se debía a que Baekhyun ni siquiera la miraba, a decir verdad Luhan sabía en su interior que tendría que hablar con él más tarde.

En ese momento, Luhan estaba más bien concentrado en la sonrisa agradecida y amorosa que Sehun le daba. Además de sus manos juntas, Haneul también parecía un poco más cómoda y entre más la veía sonreír, Luhan más pensaba que ella no podía ser alguien desagradable.

Cuando el timbre anunció el final del descanso, Haneul le pidió tímidamente caminar juntos de regreso. Hablaron un poco sobre el pueblo donde ella y Sehun habían vivido cuando eran pequeños, todo se centró en el lugar completa y absolutamente.

El resto de las horas se fueron entre clases y algunas breves charlas con la chica. Antes de que lo notara el sonido del timbre anunció el final de sus clases, Luhan se sentía más relajado entonces e incluso agitó su mano a modo de despedida para la simpática chica de ojos miel.

Se dispuso a organizar sus cosas, tan concentrado estaba que casi gritó cuando alguien accidentalmente chocó con su escritorio. Levantó la vista desconcertado y se topó con un chico bajito, de cabello negro y un par de grandes ojos oscuros que lo miraban asombrados.

— Lo siento —musitó, al tiempo que se inclinaba a levantar algo en el suelo.

Luhan asintió, con un extraño sentimiento en su interior. De alguna manera él tenía algo familiar, se concentró y lo observó con atención tratando de identificar qué era, pero no podía recordar en absoluto haberlo conocido antes.

— ¿Nos hemos visto antes? —Preguntó de la nada.

Él le dio una expresión confundida, lo miró con mucha atención e incluso ladeó la cabeza en un gesto pensativo. Guardó silencio durante un par de minutos, parecía meditarlo y frunció el ceño un par de veces.

— No te encuentro familiar en absoluto —respondió finalmente—. Tal vez me has visto en internet, suelo ir a muchos eventos formales con mi madre —explicó tranquilamente.

— Debe ser eso —coincidió, incapaz de recordar en absoluto porque él le resultaba familiar.

Él chico se marchó tan pronto como había aparecido. Luhan sacudió la cabeza, sonrió más animado entonces y finalmente se apresuró a la entrada justo cuando recibió un mensaje de Baekhyun ordenándole que se diera prisa. Ellos estaban en la puerta, todos parecían de un humor extraño y lo más extraño era no ver a Sehun ahí con ellos.

— Hola —saludó.

— ¿Dónde estabas? —Exigió Baekhyun pareciendo muy molesto.

— En mi salón de clases —respondió con calma, en un tono casi bromista.

Baekhyun parecía tener intenciones de seguir regañándolo, pero no parecía poder hacerlo debido a que tal vez sabía que sería absurdo continuar.

— ¿Sehun todavía no sale? —Interrogó al ver que Baekhyun ya no iba a decir más.

Todos sin excepción se tensaron, Baekhyun pareció incluso más molesto y antes de que dijera cualquier cosa, Chanyeol sostuvo su rostro y le dio una mirada de advertencia. Solamente le quedó enfurruñarse y cruzarse de brazos.

— ¿Chicos?

— Hace un rato nos topamos con Haneul —dijo por fin Jackson—. Sehun le preguntó si nadie estaba viniendo a buscarla y cuando ella dijo que se iría por su cuenta, él insistió en acompañarla. Nos pidió que te dijéramos que te vería más tarde.

Un cosquilleo incómodo recorrió la piel de Luhan, finalmente el entendía la atmósfera y de algún modo se sentía como si la pobre chica tratara de cavar su propia tumba con sus amigos. Él esperaba haber contenido la mueca al ver esas expresiones sombrías, Baekhyun parecía furioso.

Luhan se las arregló para sonreír, porque definitivamente estaba bien y quería que ellos lo notaran. Antes, ya había demostrado que no tenía problema alguno con ella y también confiaba en su novio. Además, ella era una chica agradable si le daban la oportunidad.

— Bueno, lo veré en casa entonces —rió lindamente. Todos parecieron relajarse—. Pongámonos en camino.

Todos los siguieron hasta la parada del bus, donde uno por uno comenzó a despedirse. Baekhyun, Chanyeol y él eran los únicos que quedaban al final, aunque los dos últimos siempre se quedaban con él para hacerle compañía en realidad.

Al llegar a casa, lo primero que él hizo fue arrojar su mochila a la cama e ir a la ducha. Una vez estuvo cómodo, fue directo a la cama para continuar el libro que su hermano mayor le había obsequiado durante su estancia en Beijing. Estaba decidido a esperar a Sehun para hacer la tarea juntos como casi siempre.

Sin embargo, para cuando el reloj marcó las seis, no había rastros de él y por lo general eso significaba que él no iría ese día. Dejó el libro para más tarde entonces y comenzó la tarea por sí mismo.

Algo relativamente sencillo si consideraba que solamente tenía algunos problemas de física que fácilmente terminó. Intentó volver a su lectura, pero no fue capaz de continuar y pensó entonces que definitivamente extraña su antiguo ritmo de trabajo en el restaurante.

Lamentablemente, aunque estuviera decidido a pelear, el señor Li todavía le diría que no. Actualmente, Jackson y él alternaban su asistencia solamente los fines de semana y tenían terminantemente prohibido aparecerse por ahí durante las vacaciones tanto de verano como de invierno.

Por supuesto, eso a menos que el señor Li los llamara, algo que nunca pasaría. En el fondo, Luhan sabía que todo era obra de JunMyeon. El hombre casi había tenido un ataque al corazón cuando había visto a Luhan de vuelta en el trabajo luego de ese incidente. Sin embargo, Luhan no escuchó a nadie cuando prácticamente le rogaron dejar el trabajo.

Finalmente, un buen día, el señor Li llegó con estas instrucciones y dos agradables chicas nuevas que serían sus reemplazos a tiempo completo durante la semana. Jackson y él no tuvieron oportunidad alguna para discutir y por eso todo estaba de esa manera entonces.

Ahora, él algunas veces tenía mucho tiempo libre que no sabía utilizar. Como por ejemplo esos días que era más que seguro que no vería a Sehun y, por mucho que sintiera un aburrimiento mortal, se tuvo que convencer a sí mismo que esa sería su rutina actual.

A las 7:00 pm fue cuando finalmente escuchó movimiento en la planta baja, se apresuró tan pronto lo escuchó. Internamente feliz de no tener que morir de aburrimiento o no poder controlar ese impulso molesto que lo tenía mirando su móvil cada seis minutos esperando recibir algún mensaje cualquiera que lo distrajera un poco.

Al llegar al final de las escaleras, la sonrisa dulce de su hermana mayor lo saludó. Él sonrió aún más ampliamente y como un niño pequeño, corrió para abrazarla. La escuchó reír levemente y casi ronroneó cuando ella lo abrazó de vuelta y dio un par de palmaditas en su espalda.

— ¿Estás solo en casa? —Preguntó luego de que Luhan finalmente la dejara ir.

— Sí —respondió tranquilamente, tomando algunas cosas que ella estaba acomodando en la mesa para ayudar.

La vio fruncir el ceño por el rabillo del ojo y se sintió conmovido sin remedio. Hasta algunos meses atrás, Luhan todavía había tenido cierta dificultad ante la idea de quedarse solo en casa. Por obviedad, la más preocupada era YanYan, quien había estado renuente la primera vez que se quedó verdaderamente solo, pero igual lo dejo.

Generalmente ella no tenía problema desde que Sehun casi siempre estaba a su lado, pero Luhan sabía que ella todavía tenía cierto conflicto con saberlo solo en casa y aunque no iba decirlo en voz alta. De todas formas le molestaba siempre que descubría que nadie le había estado haciendo compañía.

— ¿Dónde están mamá y papá? —Interrogó seriamente.

— Todavía no llegan del trabajo.

— ¿Y el retardado de Zhao?

— Llamó para decir que su jefe le pidió un favor, así que se quedara un poco más en el estudio de diseño con él —explicó con calma.

A final de cuentas, aquello no era extraño. Su hermano había conseguido este trabajo de medio tiempo en un pequeño estudio de diseño casi tres meses atrás y lo amaba. Además a su jefe también parecía agradarle bastante el entusiasmo de Zhao al trabajar, por lo que este tipo de situaciones no eran raras en absoluto.

— ¿Y Sehun?

— Tuvo asuntos que atender —respondió e incluso se encogió de hombros como si verdaderamente no le interesara, lo cual no era verdad del todo.

Él iba a pagar por dejarlo ahí aburrido hasta la muerte, lo obligaría a hacer la cena durante los próximos seis fines de semana cuando fuera a quedarse con él.

— ¿Y Baekhyun?

— En su casa —rió ligeramente.

— ¿Y…?

— Está bien, jiějiě —aseguró con una sonrisa resplandeciente—. Yo estoy bien. Así que, mejor dime por qué llegaste tan temprano.

— Te fuiste todo el fin de semana, así que me di prisa con todo lo que debía hacer y corrí a casa para verte. —Luhan no se detuvo y la abrazó por segunda vez.

Ella era muy honesta cuando se trata del cariño que le tenía, era sobreprotectora y si veía, aunque fuera un atisbo de que algo no iba bien, ella sin duda arrasaría con todo lo que pudiera haberlo hecho sentir de ese modo.

— Entonces… ¿Qué tal el primer día de escuela? —Interrogó ya más relajada.

Ella fue directo a la cocina, abrió la nevera y comenzó a sacar algunas cosas. Luhan se apresuró a ayudarla pese a que no era su turno de hacer la cena. A él no le importaba si al final podía seguir charlando con su hermana mayor.

— Lo más interesante que pasó fue que me cambiaron de clase.

— ¿Y en qué clase estás?

— En la tres. Baekhyun estaba histérico —rió tras el recuerdo.

— ¿No están en la misma clase esta vez?

— No, soy el único de nosotros en esa clase.

— Ya veo —murmuró mientras lavaba los vegetales—. ¿Conociste a alguien interesante en esa clase?

Lo primero que vino a la mente de Luhan luego de esa pregunta, fue Haneul. Sin embargo, él no se sentía con la confianza de hablar sobre ella, porque de hecho presentía que diría algo y su hermana descubriría la antigua relación de Sehun y ella, por lo que iba a estar furiosa e iba a enfrentarlo.

Recordó de la nada también a ese chico que había chocado con su escritorio, preguntándose una vez más donde lo había visto antes, pero siendo incapaz de recordar en absoluto siquiera haberlo visto de reojo antes de ese día.

— No en realidad —decidió responder, restándole importancia a sus pensamientos.

El rostro de su hermana mayor se tornó aún más serio de lo que normalmente era, probablemente no le creía, pero rápidamente se recuperó y dio un rápido vistazo a lo que cocinaba en el horno.

— Deberías conocer más gente. No te caería mal tener un amigo de buena familia —señaló.

— Baekhyun tiene un padre importante —le recordó.

— Pero Baekhyun es molesto y queremos un chico o una chica agradables —bufó.

— ¿Cómo puedes ser así con Baekhyun? Él te quiere mucho —afirmó.

— Oh, y yo también. Tanto que cuando viene y se queda a dormir, mi corazón salta de alegría cuando finalmente se va —farfulló.

Luhan se rió, él sabía que en el fondo a YanYan le agradaba mucho su amigo. Decidió no molestarla más y ella también cambió el tema de conversación, preguntándole sobre su fin de semana, le dio un rápido resumen y cuando la cena estuvo lista, sus padres y hermano aparecieron.

Todo fue igual que siempre, la cena fue entre risas y conversaciones sobre cómo estuvo su día. Más tarde ellos se sentaron juntos a ver algún programa en la televisión, riendo escandalosamente y finalmente, su mamá los despidió a todos con un beso de buenas noches mientras cada uno iba a sus habitaciones.

Antes de irse a dormir, Luhan preparó todo para el siguiente día en la escuela, revisó una vez más su móvil para asegurarse de que no tenía algún mensaje que pareciera importante sin leer, pero al no encontrar ninguno decidió que respondería el resto al día siguiente.

Se durmió fácilmente, evitando ese molesto sentimiento extraño que se había instalado en su interior en algún punto del día, lo cual fue realmente fácil porque no tenía ni idea de a qué se debía. Claro, eso era porque hace mucho que su psiquiatra le había dicho que si algo no era importante, todo podría esperar a mañana.

En algún punto, en medio de un pacífico sueño, todo comenzó a ir muy mal. Ya no estaba la imagen de Sehun frente él y en cambio estaba una sonrisa macabra.

«Sehun debe de verla intacta para recordarse a sí mismo que no pudo defenderte de mí y que todo esto es culpa suya.»

Un escenario que lo hizo temblar lo rodeó y nuevamente se vio en aquel almacén, la desfigurada cara de Minho estaba frente a él y Luhan estaba paralizado debido al nauseabundo miedo. La desfigurada cosa frente a él dio un paso y sintió su corazón encogerse.

«Lo que ustedes están haciendo es asqueroso y anormal.»

Una ola de asfixiante angustia y desesperación lo embargaron, volviéndose casi dolorosa. Lágrimas corrieron libremente por sus mejillas y por más que él quería ponerse de pie, solamente podía arrastrarse en un intento de alejarse de la figura que se acercaba a él.

«Nunca hubiera ido tras de ti de no ser porque él rompió su palabra primero. ¡Fue él quien me hizo hacerte esto!»

Luhan gritó cuando su espada golpeó la pared impidiéndole avanzar, la aterradora figura lo sujetó del pie y sostuvo algo en su mano. Un algo que brillaba al rojo vivo y que tenía una sonrisa psicópata en la cara desfigurada.

«Sehun odia todo lo que es mío. Así que… ¿descubramos cuánto te puede amar después de esto?»

«¡Minho!»

Sus ojos se abrieron de golpe luego de escuchar aquel grito distorsionado. Se encontró a sí mismo en la seguridad de su habitación, temblando de miedo y con el cuerpo empapado de sudor. Miró a todos lados aterrorizado, con su mente en caos total y la espera de que aquella cosa deforme apareciera para lastimarlo, pero no había nada.

Se levantó de la cama con el corazón latiendo dolorosamente en su pecho mientras trataba de mantenerse estable en sus temblorosas piernas. Llegó al balcón, a la espera de que el aire nocturno lo ayudará a calmarse.

Afuera no había ni un solo ruido, lo poco que podía ver de las calles estaban completamente vacías y por más respiraciones que tomó para tratar de relajarse, fue inútil. Ahí, en el balcón donde nadie podría verlo, Luhan se echó a llorar confundido, asustado y molesto por permitir que la situación lo quebrara.

Se acurrucó en una esquina, abrazándose a sí mismo en busca de paz hasta que el cielo comenzó a pintarse con los colores de la mañana y no hubo más lágrimas. Se levantó, frotándose la cara con sus manos entumecidas y sintiendo algo pesado en su pecho.

Temeroso de lo que sus padres pudieran pensar al ver su lamentable estado, se alistó como todas la mañanas y salió de casa dejando atrás una nota avisándoles que se iría primero a la escuela. Naturalmente, no había ni una sola alma cuando estuvo ahí y él simplemente se quedó ahí, de pie junto a las puertas, a la espera de que estas se abrieran.

Se preguntó entonces si quería ver a sus amigos y que estos tuvieran un susto de muerte. Él había visto su rostro luego de la ducha, tenía los ojos hinchados por haberse puesto a llorar como un tonto y estaba algo pálido.

Pensando en su lamentable imagen, se acomodó la bufanda que llevaba hasta prácticamente cubrir la mitad de su rostro. Bajo esas circunstancias tal vez la mejor idea era ir directo a su salón, enviarles un mensaje para decirles que había llegado antes y esperar a que su semblante mejorará para la hora del almuerzo.

Si lo hacía lo suficientemente bien, nadie se daría cuenta de nada y podría inventarse una excusa a la hora de la salida para visitar a su psiquiatra sin que nadie lo notara.

— ¿Luhan?

Aquella voz le heló la sangre, se volvió en dirección a esa persona con el corazón en la garganta y las piernas temblorosas, a la espera de ver al mismísimo demonio y en su lugar, topándose con la expresión preocupada de Haneul. Ella al verlo, se acercó, sosteniendo uno de sus brazos como si temiera que Luhan se fuese caer en cualquier segundo.

— Luhan, ¿qué tienes? ¿Te sientes mal? Estás muy pálido —comentó alarmada.

Se sintió ridículo al ver la expresión asustada en la cara de la chica, tomó una temblorosa inhalación y exhaló de la misma forma patética. Sabía que necesitaba calmarse, pero no sabía cómo hacerlo sin comenzar a llorar una vez más.

— Vamos, Luhan. Tú necesitas sentarte —indicó, sosteniéndolo mientras lo guiaba al interior de la escuela ante la mirada confundida del portero que acababa de abrir.

Haneul lo ayudó todo el camino hasta el salón de clases, incluso lo ayudó a sentarse y no hubo momento alguno en que esa expresión preocupada se borrara de su rostro. La vio revolver todo en el interior de su mochila y un momento más tarde una botella de agua se extendió en su dirección.

— Toma un poco de agua, Luhan —ofreció.

— Gracias —murmuró.

Sus manos temblaban ligeramente y de todas formas logró mantener la botella lo suficientemente estable para un sorbo. En cuanto acabó, un suave pañuelo blanco se presionó en su mano, ofrecido para que retirara la humedad mientras esos ojos color miel lo veían asustados.

— ¿Te sientes mejor? —Él asintió con una débil sonrisa—. No debiste venir a la escuela si te sentías mal —señaló con el ceño levemente fruncido.

— Voy a estar bien —mintió. Después de todo, llevaba horas sin saber cómo calmarse a sí mismo.

Lentamente los demás alumnos comenzaron a llegar, Haneul no había vuelto a decirle nada y simplemente frotó su espalda de vez en vez. Luhan no se olvidó de enviar un mensaje a sus amigos e ignoró el mensaje de un molesto Baekhyun.

Pronto se sintió mareado y con jaqueca al no haber dormido bien, le ardían los ojos y en algún momento durante la clase de geografía comenzó a cabecear, pero tenía demasiado miedo de dormir y luchó por mantenerse despierto. Sin embargo, sus ojos todavía trataban de cerrarse.

— Luhan.

La voz lo sobresaltó y alzó la mirada muerto de miedo, encontrando una vez más el rostro de la chica a su lado con su mano sobre su hombro. Se dio cuenta apenas que el salón comenzaba a estar vació y le dio una mirada interrogante.

— Es hora del almuerzo, deberías ir a la enfermería. Realmente te ves muy mal —recomendó.

Asintió aturdido entre el dolor de cabeza y lo mareado que estaba. Ella rápidamente lo ayudó a estar de pie, caminaron torpemente hasta la puerta. Y antes de saber qué era lo que sucedía con exactitud, Luhan se encontró a sí mismo sentado en una de las camas en la enfermería.

— Iré a buscar a alguien que pueda ayudar. No te vayas —instruyó ella antes de abandonar la habitación.

Ni siquiera pudo reaccionar como para asentir, aguardó repitiéndose a sí mismo que estaba bien y que pronto habría alguien ahí y no estría solo. Antes de darse cuenta, pudo escuchar la puerta abrirse y de inmediato elevó la mirada esperando ver a la enfermera.

— Volví, volví —anunció la voz de Haneul.

La chica entró apresurada, una pila de envoltorios multicolor fueron colocados sobre el centro de la estrecha cama y hubo una sonrisa gigantesca cuando su vista se elevó en su dirección.

— Algo me dijo que no has comido nada, así que te traje algunas cosas —señaló a la cama—. No sé qué te gusta, así que compre varias opciones para ti.

Luhan asintió torpemente, tomando la primera envoltura que su mano alcanzó. Notando que ella parecía un poco ansiosa por la forma en que prácticamente empujó todo en su dirección, como si insistiera en que tomara todo si así lo quería, y Luhan no tenía el valor de decirle que no tenía hambre. Todo era algo incomodo entre ellos, no era su culpa en absoluto, pero Luhan no se sentía a gusto viéndose tan vulnerable frente a alguien que no fuera Sehun.

— Ella no debe tardar mucho, está en su hora de almuerzo, pero dijo que vendrá pronto —ofreció rápidamente, esperando llenar el vacío de silencio incómodo.

— De acuerdo —musitó.

— Di-Dijo que te recuestes, Luhan. Pero solamente si te sientes mareado —indicó nerviosa.

La miró entonces, asintiendo apenas antes de volver su atención a la que parecía la batalla de su vida con un simple empaque del emparedado que ella le había llevado y que pronto fue quitado de sus manos. Las manos ajenas fácilmente abrieron el empaque, extendiéndolo finalmente en su dirección con una sonrisa.

Asintió levemente y susurró un quedo gracias. Tan pronto la comida tocó su boca, Luhan se sintió como si masticara vidrios con sabor a tierra. El silencio se apoderó de ellos nuevamente, Haneul lucía totalmente desolada y justo cuando estaba por hablar, la puerta se abrió repentinamente y la enfermera entró.

Ella los miró, Haneul fue hasta ella diciéndole que debía ver a Luhan cuanto antes y cuando la mujer finalmente se acercó. Ella parecía muy sorprendida, de esa forma desagradable que hacía a Luhan querer correr para evitar las preguntas de si era el chico de aquel caso y como había sido pasar por todo el infierno.

La mujer no comentó nada, centrándose en hacer su trabajo, haciendo pregunta sobre su estado en general y el malestar que presentaba. Ella también escuchó los latidos de su corazón, tomó su temperatura y revisó su presión arterial para luego proceder a escribir un par de cosas sobre una libreta negra.

— Tu presión arterial es un poco alta y hay una evidente falta de sueño —dijo con voz monótona, pese a seguir dándole miradas sospechosas—. Fuera de eso no parece haber nada fuera de lo normal.

— Pero él está muy pálido —señaló una inconforme Haneul.

— Por el momento toma esto —extendió dos píldoras en su dirección—. Es para la jaqueca. Termina de comer y descansa aquí un rato más. —Luhan asintió apenas.

— Oh, pero que tonta —habló Haneul—. Olvidé por completo avisar a Sehun, para decirle que estás aquí. Debe estar preocupado por ti —murmuró con una sonrisa nerviosa y apenada. La mujer todavía le daba miradas extrañas, tecleando furiosamente en su móvil—. No te preocupes, ahora mismo lo hago.

Luhan notó el segundo en que la joven enfermera tomó una fotografía suya y se apresuró a la puerta. Luhan se tensó, apretando las mantas y tragándose el gritó que quería decirle a esa mujer que no era un maldito espectáculo. Haneul gimió por lo bajo y al elevar la mirada, ella tenía el rostro hecho una mueca angustiada.

— Y-Yo lo siento, Luhan —se apresuró a decir—. N-No quise molestarte.

Él no entendió sus palabras, tampoco entendió porque ella estaba así de nerviosa mientras guardaba su móvil torpemente apurada.

— ¿Haneul?

— Sé que no debería haber pedido su número, pero… —Él la observó aún más confundido—. Lo lamento, de verdad. Lo último que yo quiero es lastimar tus sentimiento —musitó repentinamente.

— ¿Qué?

— Yo sé que aparecí de la nada y perturbe tu paz. Ahora por mi culpa tú estás así, realmente lo siento.

— No, yo…

— Pero a mí no me gusta Sehun en absoluto —afirmó rápidamente—. Sé que sabes lo que pasó entre nosotros antes, por eso es que ayer que nos vimos parecías a punto de desmayarte, pero te juro que está en el pasado y que mis sentimientos por él dejaron de existir hace mucho tiempo.

— No, Haneul. Tú no…

— Somos solamente amigos ahora. Además, desde antes él estaba enamorado de ti, él me lo dijo la última vez que nos vimos, e incluso ayer solamente habló de ti mientras caminábamos a casa. Tú lo haces muy feliz —dijo con sincera alegría.

Nada pudo salir de los labios de Luhan luego de esa declaración. Una sonrisa tembló en sus labios mientras imaginaba con claridad a Sehun afirmando que lo hacía feliz. Fue por eso que apenas se percató de la joven sentándose a su lado.

— ¿Sabes? Ese día, cuando terminamos quiero decir, él me dijo que no me amaba porque había alguien más. Dijo que lo lamentaba, pero él no podía seguir fingiendo que no estaba tratando de reemplazarte a ti al tratar de mantener una relación absurda conmigo.

Luhan abrió y cerró la boca sin tener idea de que decirle, era imposible que ella disculpara o excusara algo así por mucho que él dijera que Sehun no había querido dañarla con esas palabras.

— Al principio fue un shock, pero después entendí algo. —Ella lo enfrentó entonces con sus bonitos ojos color miel—. No era amor lo que yo sentía por él, y tampoco él te veía a ti cuando estaba conmigo, sino que estábamos juntos porque nos veíamos a nosotros mismo en el otro.

— ¿Qué quieres decir? —Interrogó sin entender.

— Nuestras circunstancias, aunque no son las mismas, son similares —respondió—. Mis padres también me han visto siempre como una completa decepción, nunca he sido la hija que ellos querían y Sehun comprendía eso porque se sentía igual. En ese entonces yo también tenía miedo de mis sentimientos como él, yo también me sentía anormal y como él supo comprender eso de mí, yo me hice creer en cosas que no existían.

Mientras hablaba, la joven no había dejado de sonreír ni un solo segundo, pero su sonrisa cada vez era más y más triste.

— Yo creo que incluso lo use —confesó quedito—. Porque cuando yo lo presenté a mis padres ellos parecían orgullosos de mí por fin, yo me sentía segura y normal a su lado. Así que simplemente me dije a mí misma que era amor, pero no lo era. Aunque, yo muy en fondo sabía que lo que había entre nosotros no era más que comodidad.

Haneul agachó la cabeza avergonzada mientras que Luhan todavía no tenía ni la más remota idea de cómo eran las cosas así entonces. Estaba mudo, no pudiendo procesar toda la información y a la vez ideando la manera de explicarle su condición especial que era la razón de su estado actual.

— El que fuera mi novio me facilitaba todo, que me vieran con él a mi lado hacía que otras personas pensaran mejor de mí. Mis padres decían entonces que había hecho algo bueno al ser la novia sobrino del teniente Oh, las chicas de mi colegio eran mis amigas porque así estarían cerca de él y aquellos sentimientos que me daban miedo comenzaron a ser menos preocupantes. Fue por eso, que yo pensé que si lograba que estuviéramos juntos siempre, yo entonces sería más feliz y entonces, cuando él empezó a cambiar conmigo, yo me llené de pánico.

Sus delicadas manos se apretaron, parecía a punto de romper en llanto y Luhan no sabía qué hacer. Dios, él ni siquiera podía lidiar con sus propio llanto.

— Tenía miedo porque entonces todo volvería a ser como antes, otra vez sería una chica extraña y una decepción. Por eso le dije que lo amaba, porque entonces él se sentiría comprometido conmigo y se quedaría a mi lado, pero entonces... —Hubo una pausa larga, ella suspiró y finalmente su sonrisa volvió a ser resplandeciente—. Él me mostró que las personas como yo pueden ser valientes si se lo proponen. Porque él no tuvo miedo de lo que sentía y me contó sobre este increíble chico al que le había hecho daño, me dijo que lo amaba y que quería volver a su lado aunque sus sentimientos nunca fueran correspondidos. Él tan sólo se conformaba con poder verlo sonreír por siempre.

Sus ojos color miel lo miraron con algo parecido a la admiración, una suave mano acarició su pálido rostro en un gesto casi maternal y la sonrisa que llegó a esos labios, parecía medio triste y medio aliviada.

— Era muy tonta entonces, así que decidí enojarme con él por romper mi mundo perfecto, en lugar de darle las gracias por mostrarme que no había razón para tener miedo de quien era. Me costó mucho entenderlo, pero ahora lo sé. Así que cuando lo volví a ver, yo estaba tan feliz de que me dieran la oportunidad de decirle la verdad y darle las gracias. Mi intención con mi actitud jamás a sido que tú te sientas inseguro de su amor, yo jamás podría tratar de interponerse entre ustedes —aseguró.

— No, Haneul, yo no pe…

— No, Luhan, escúchame —pidió, tomando sus manos—. Quiero ser tu amiga, quiero conocer más a la preciosa persona de la que Sehun habla con tanto amor. Pero no quiero que sientas que yo podría tramar algo para separarlos. Eso es imposible —afirmó.

— Eso no…

— Te confieso que ayer, cuando te vi y luego lo vi a él, una parte de mí deseo con fuerza que cuando él me hablara, me dijera que sus sentimientos habían sido correspondidos —admitió—. Cuando por fin me lo dijo, Luhan, te juro por todo lo que importa en el mundo, que nunca, en todo el tiempo que lo conocí, había visto una sonrisa como esa en su rostro. Esa sonrisa es tuya —aseguró.

El corazón de Luhan se estremeció, volviendo a latir por algo totalmente diferente al miedo. Incluso sin estar ahí, sin proponérselo en absoluto, Sehun ya había hecho a Luhan sentir como él ser más amado e invaluable que existía.

— Es imposible para mí intentar nada porque Sehun te ha amado desde hace tanto tiempo que... ¿Qué oportunidad tendría yo si antes ya te había elegido a ti? —Luhan se sonrojó inevitablemente y ella rió—. Y además —lo miró a los ojos, con una expresión de valentía—, a mí no me gustan los chicos —finalizó, viéndose realmente orgullosa de sí misma.

Luhan no esperaba la revelación, de hecho él ni siquiera esperaba que ella pensara que de algún modo su presencia lo hacía sentir amenazado en absoluto. Bien, tal vez admitía que a primera vista sí, pero lo atribuía más a la impresión de verla ahí.

Sin embargo, pronto descubrió que más bien era, y seguía, siendo incómodo y eso él no iba a negarlo. Es decir, la pobre chica era la ex a la que Sehun le había dicho que usaba como sustituta de él, naturalmente Luhan tenía un conflicto interno al verla.

Ella podría odiarlo y Luhan no podría defenderse de ello. Tal vez no era completamente culpable, pero había sido indirectamente el causante de su relación fallida y no solamente eso, sino que probablemente ella podría haber quedado marcada luego de su decepcionante primer amor siendo un fisco. Por lo tanto, Luhan podría esperar que hubiera cierta tensión, pero no tenía miedo de ella.

Él confiaba completamente en Sehun, él sabía que si sus sentimientos llegaban a cambiar, él sería honesto y lo confesaría antes de hacerle mucho daño. Por lo tanto, él no tenía idea de que decirle a ella luego de todo lo que acaba de decirle.

— Yo… Yo confío en él por completo —aseguró—. Sé que no me haría daño y tampoco pienso en que seas alguien con malas intenciones. —Ella no parecía muy convencida—. Sé que él día que nos conocimos yo parecía afectado por tu presencia, pero no era por esos motivos.

— ¿De verdad?

— Bueno, tal vez sí un poco al principio. Ya sabes, eres muy bonita —sonrió tímidamente y ella también—. Sin embargo, luego de que hablamos un poco, yo más bien me sentía con un poco de cargo de conciencia.

— ¿Cargo de conciencia?

— Es porque yo sabía que tú estabas enamorada de él en ese entonces, pero él te rechazó y te dijo que no eras yo y por eso no podría amarte sin importar cuanto te esforzaras —musitó.

Pronto se dio cuenta de sus palabras, palideció aún más de lo que ya estaba y se apresuró para disculparse, pero ella se echó a reír de la nada, dejándolo completamente confundido.

— Creo que ambos somos socialmente tontos —rió—. Ya sabes, por eso de que yo vine insinuando que soy impresionante y me tenías miedo, mientras que tú insinuabas que eres incomparable y que en absoluto soy rival para ti. Nos hacemos de ideas muy extremas con rapidez —bromeó.

Luhan rió algo nervioso, ella le apretó las mano entonces, como un silencioso mensaje de que todo estaba bien. Lentamente dejó ir sus manos, poniéndose de pie con la satisfacción iluminando su bello rostro y Luhan se encontró compartiendo una sonrisa amistosa con la simpática chica de ojos color miel.

— Amigos, entonces —concluyó ella.

— Amigos.

— Bueno, entonces creo que definitivamente le mandaré un mensaje a tu novio. Él ya me envió uno preguntando por ti —señaló la pantalla de su móvil antes de comenzar a responder.

Justo cuando la idea de pedirle a Haneul que también le enviará un mensaje a Baekhyun, puesto que había dejado su móvil en su mochila y probablemente su amigo ya debía estar enloquecido por no saber de él, la puerta se abrió bruscamente,

Ambos volvieron su atención en espera de ver a la enfermera, pero quien les devolvió la mirada era Sehun, sin embargo. Tan pronto lo vio, Luhan apretó los labios, agachando la mirada para ocultarse de la mirada molesta y preocupada. Se mantuvo inmóvil incluso cuando lo escuchó acercarse o cuando suavemente levantó su mentón para hacer que lo mirara.

— Estuviste llorando —susurró. Luhan asintió, nunca podría mentirle a él—. ¿Qué está mal, amor? ¿Quién te hizo daño? —Preguntó con los dientes apretados. Estuvo en sus brazos antes de poder darse cuenta que había terminado la pregunta y él se aferró tan fuerte como pudo a ese abrazo—. ¿Fue esa tonta mujer?

Él sabía que se refería a la enfermera, quien probablemente ya debía estar afuera comunicando que el chico de ese caso estaba en la enfermería. Eso solamente le recordó la noche que había pasado y el hecho de que si buscabas su nombre en internet, lo primero que aparecería serían todas esas viejas noticias sobre el caso.

Haneul seguía ahí, totalmente confusa, pero a Luhan no pudo importarle menos y se acurrucó en los brazos de Sehun, buscando la seguridad y la calma que solamente él lo hacía sentir luego de todos esos malos recuerdos.

— No lo sé, Sehun —respondió honestamente—. No sé qué está mal —musitó con la voz temblorosa.

Palabras dulces fueron susurradas, acompañadas de besos tiernos repartiéndose por su rostro. Luhan asintió sin prestar atención a lo que realmente eran esas palabras, pero todas debían ser correctas si era él quien las decía.

Cuando finalmente besó sus labios, Luhan sostuvo su rostro evitando que se apartara. Queriendo que lo horrible de la noche anterior fuera reemplazado por la seguridad y certeza de que no había sido más que un mal sueño.

— Eh… ¿chicos? —Llamó la joven, sus ojos color miel fijos en otra dirección y su rostro estaba rojo—. Y-Yo creo…, tal vez sería mejor si yo...

— Tranquila Haneul —habló tranquilamente Sehun.

Ella asintió frenéticamente, todavía con la vista clavada en el suelo. En otras circunstancias, Luhan estaría avergonzado por lo sucedido, pero en ese momento ni siquiera podía pensar con coherencia.

— ¿Qué dijo la enfermera? —Interrogó Sehun.

— Le dio algo para la jaqueca, que comiera algo y le recomendó descansar —explicó.

Sehun asintió sin moverse de lugar. La campana sonó justo en ese momento y Haneul le dio una mirada indecisa, Poniéndose finalmente de pie al ver a Sehun asentir. Ella se despidió apurada, diciéndole que lo dejaba en las mejores mano y que regresaría luego de clases con su mochila. Se fue después, sin dejarlo darle las gracias siquiera.

El silencio reinó en la habitación luego de que ella abandonó la habitación. Todavía sentía las suaves caricias de Sehun en su espalda y suspiró temblorosamente, armándose de valor para hablar honestamente sobre lo que estaba perturbándolo.

— ¿Esto es mi culpa? —Se adelantó él—. ¿Es debido a la presencia de Haneul? ¿Fue por mi actitud de ayer? —Interrogó afligido—. Porque si es así...

— No, por supuesto que no, Hun —musitó—. Yo estoy perfectamente bien con su presencia.

— Luhan, no tienes que mentir. Ella es una buena amiga y no hay siquiera una remota posibilidad de que yo esté interesado en ella, pero si esto hace que tú…

— Basta, basta —ordenó—. Me haces sonar como alguna especie de loco —bufó—. Esto no tiene nada que ver con Haneul y yo definitivamente no voy a ser la clase de novio que te diga con quien puedes y no puedes relacionarte —sentenció

— Lo sé, lo siento, cariño —susurró—. Es solamente que odio no tener idea de lo que está mal y entonces no puedo hacer nada para evitar que te haga daño —admitió angustiado.

— Yo… No se trata de Haneul o de ti —musitó apenas—. Es… Es porque las pesadillas volvieron —confesó. El rostro de Sehun se volvió una mueca de horror luego de escucharlo.

— Todo va a estar bien, Bǎobèi Lù. Él ya no puede hacerte daño y aún si regresará del maldito infierno, lo cortaría en pedazos antes de que pudiera llegar a tocarte un solo cabello —aseguró, besando suavemente su cabello.

Tan absurdo como se escuchaba, Luhan creía que lo que decía era completamente real. El persistente sentimiento de angustia y desconcierto poco a poco se hicieron más pequeños y silenciosos mientras la voz que decía que todo iba a estar bien ganaba terreno.

Esa desagradable sensación de no poder respirar correctamente se deslizó lejos y sus párpados se volvieron más y más pesados. De algún modo, se percató que él estaba haciéndole una pregunta, pero al ver su falta de respuesta, únicamente hubo una sonrisa y un beso en su frente.

Estaba bien entonces, era seguro para Luhan cerrar los ojos, serían apenas un momento a final de cuentas. Eso fue lo que pensó, pero para cuando sus ojos se abrieron nuevamente, las clases habían terminado y todos estaban ahí.

Baekhyun tenía un acalorada discusión a susurros con Sehun, repitiendo sin parar que tuvo que haber llevado a Luhan a casa en lugar de simplemente quedarse ahí. Kyun Min intentaba mediar la situación y Sehun, bueno él le dio a Chanyeol esa mirada que decía que le rompería las piernas a Baek si no lo quitaba de su vista.

— Oigan, él despertó —anunció tranquilamente Jun Hong.

El amable chico incluso lo ayudó a incorporarse un poco mientras todos los demás parecían no llegar a su lado lo suficientemente rápido. Ellos inmediatamente lo bombardearon con preguntas que ni siquiera entendió porque hablaban todos a la vez.

Jackson parecía uno de los más sensatos ahí, por lo que amablemente le entregó una botella de agua, como si hubiera adivinado que Luhan de hecho quería agua. Por el rabillo del ojo vio a Sehun zafándose bruscamente del agarre de Baekhyun y acercarse hasta estar a su lado.

— ¿Cómo te sientes? —Preguntó con dulzura.

— Todavía tengo jaqueca, pero viviré —respondió sonriente.

— Mi dulce ángel —habló cariñosamente, abrazándolo suavemente.

Él también compartió su sonrisa tonta, pero Luhan sabía que en el fondo él continuaba preocupado. No lo diría frente a los demás, eso era seguro. Sin embargo, él todavía tendría que enfrentarse al interrogatorio de su novio más tarde.

Por lo que en ese momento estaba más que bien con el hecho de ser abrazado por el más alto y se rió como un idiota cuando besó la punta de su nariz. Chanyeol fingió arcadas y Baekhyun hizo una mueca de fastidio, pero les dio exactamente igual.

— Luhan, traje tu mochila —habló amistosamente Hanuel.

Vio a su mejor amigo poner mala cara por su presencia, afortunadamente a ella parecía ya darle igual. Lo más probable era que aquello fuera por su conversación y por el hecho de que había quedado más que establecido que ellos dos estaban bien con la idea de convivir.

— Gracias Haneul —dijo de todos modos.

Esbozó su más grande sonrisa y ella correspondió de la misma forma, lo cual pareció la clave para mejor el estado de ánimo a su alrededor.

— Bueno, todo es muy bello, felicidad extrema porque Lu está igual de perfecto que siempre, así que ya vámonos —indicó Chanyeol.

— Es verdad, hace rato que la campana sonó y yo no quiero seguir aquí —agregó Kyun Min con un puchero—. Vámonos ya.

Pese al hecho de que el pequeño chico dijo un vámonos, él solamente tiró del brazo de Jackson. Solamente entonces Luhan notó que su amigo llevaba dos mochilas en lugar de solamente una, tuvo aquel impulso de burlarse un poco, pero lo dejó pasar por esa ocasión.

— ¿Puedes caminar? —Interrogó su novio y él asintió de inmediato.

Los pasillos estaban relativamente desiertos para cuando abandonaron la enfermería y Luhan se sintió aliviado. Él no sabía lo que había estado diciendo la enfermera y lo último que necesitaba por ese día era las miradas de todos sobre él.

Baekhyun dejó más que claro que ellos iban a llevarlos a casa y a esas alturas, sabía que iba a ser una pérdida de tiempo negarse, sobre todo cuando el chico continuaba quejándose por el hecho de que no lo había llamado para hacerle saber que no estaba bien.

— ¿Podrías callarte de una jodida vez? —Masculló Sehun, luego de quince minutos.

Todos los demás se habían despedido ya y dentro de la van, solamente eran Baekhyun, Chanyeol, Kyun Min y ellos dos, además del chofer. El enfurruñado chico le dio una fea mirada a Sehun e igual siguió quejándose.

— No voy a callarme —resopló—. La salud de Luhan es sumamente importante, era tu deber avisarme de inmediato que él no se encontraba bien. Es decir, cuando Hannie está fuera de su casa, yo prácticamente soy su mamá, por lo que debo saber todo lo importante —sentenció.

— Dios mío, ya se volvió más idiota —dijo Sehun por lo bajo. Luhan lo miraba como si fuese algún animal extraño e incluso Chanyeol hizo una mueca.

— Espera un segundo, pensé que habíamos acordado que seriamos los padres de Sehun.

Bien, Luhan ya no sabía ni porque le sorprendía eso. Aparentemente, algunas veces la pareja se esforzaba por compartir la misma neurona.

— ¿Cuándo demonios yo dije que sería Sehun? —Espetó irritando.

— ¡Lo dijiste! —Chilló—. ¿Por qué a pesar de tus palabras ahora Luhan debe ser nuestro hijo? Sehun es más apropiado —señaló Chanyeol.

— ¿Estás loco? —Bufó Baekhyun—. Luhan es precioso y definitivamente no tendré un hijo tan feo como Sehun —señaló a Sehun quien solamente resopló.

— De todos modos Sehun sería tu hijo político, todavía sería tu familia. Así que solamente tengamos a Sehun y que Luhan sea nuestro yerno —sentenció, como si verdaderamente esa conversación tuviera sentido alguno.

— Chanyeol —gruñó como advertencia.

— Esperen un momento —interrumpió Kyun Min—. ¿Por qué ustedes deberían ser los padres? Él más apto sería yo —afirmó.

— Por supuesto que no, mi querido Kyun —farfulló Baekhyun—. Soy el mejor amigo de Luhan, él me cuenta todo, por lo tanto…

— Con todo respeto, Baekkie, Luhan ni siquiera sabía de tu existencia cuando yo ya estaba comenzando a hacer posible su relación con Sehun. Yo prácticamente los cree —alardeó.

— No somos cosas, ¿sabes? —Masculló Sehun.

— Tú cállate —ordenaron al unísono los dos chicos.

Sehun les dio una mirada de fastidio, dejándolos sumergirse más en su irracional pelea. Chanyeol bufó, sin poder rendirse aún.

— Deja que Kyun Min tenga a Luhan, nosotros tendremos a Sehun y todos felices —propuso el más alto.

— Ni loco. Además, ¿qué no eres tú el mejor amigo de Sehun? —Soltó Baekhyun—. Ten tú a Sehun y nosotros tendremos a Lulu —sentenció.

— Chanyeol es también el mejor amigo de Hunnie. Además, no es como que él vaya a ser un buen padre para Luhan, no pueden tenerlo ustedes —afirmó ferozmente.

Chanyeol tragó duro, esos dos estaban prácticamente portando estandartes de guerra y él buscó con la mirada la ayuda de la pareja causante de todo. Se dio cuenta entonces, que pese a que antes Luhan estaba cómodamente sentado justo al lado de Sehun, actualmente el castaño se encontraba sobre el regazo de su novio, ambos en su propio mundo y tan pegajosos como siempre. Puso los ojos en blanco, preguntándose cómo esos dos podían ser así de cursis cuando Baek y Min estaba a punto de desatar una guerra ahí.

— Al menos nosotros seriamos una familia estable para él, yo sería su mamá y Channie su papá. Contigo él no tendría un papá —afirmó orgulloso de su muy estúpidamente absurdo argumento. 

— Jackson va a ser su papá, nosotros seremos una familia —se defendió con otro argumento igual de absurdo.

— No puede ser él su padre. Hasta hace un año, Wang, todavía tenía sentimiento por Luhan. El que sea su padre sería ridículo.

«Igual que está pelea», pensó para sí mismo Chanyeol.

— En ese caso tú tampoco puedes ser su madre, también estuviste enamorado de él —contraatacó Kyun Min.

— Igual que tú, hasta lo besaste y todo —le recordó Chanyeol.

Kyun Min le envió una mirada fulminante y él solamente se echó a reír con ganas.

— Oigan, luego de todo lo que ya dijeron, ¿esto no es un tanto espeluznante? —Interrogó. Los otros dos inmediatamente lo miraron amenazantes—. Si todos tuvieron un flechazo con él, ninguno es apto para ser ninguno de sus padres. Llamarían a servicios sociales de inmediato —se burló.

— Sobre todo si consideramos que Chanyeol se acostó con los dos que quieran ser la madre. Podría hacer lo mismo con Jackson —se burló Sehun.

— Vete al demonio —farfulló mostrándole el dedo medio—. No tengo tan mal gusto.

— ¡Ja! Como si Jackson fuese a hacerle caso a alguien tan feo como tú. Yo todavía me preguntó porque Baekkie aceptó ser tu novio en primer lugar —bufó Kyun Min.

— Tú…

Antes de que los dos comenzaran a pelear, el silencioso chófer anunció que estaban en casa de Luhan. Tanto él como Sehun prácticamente saltaron del auto y se negaron rotundamente cuando Baekhyun ofreció quedarse.

La razón del porque Luhan no se sentía bien todavía era un secreto, después de todo. Baekhyun generalmente solía exagerar demasiado cuando el problema tenía que ver con aquel evento y sobre todo, Luhan no quería preocuparlo innecesariamente.

Afortunadamente, él no parecía tener intenciones de ponerse insistente en esa ocasión y fácilmente se despidió, pidiéndole a Luhan que descansara correctamente nada más. Él asintió a todo, agitando su mano en el aire mientras la van se alejaba y finalmente suspiró aliviado cuando no la vio más.

— ¿A qué hora podemos ir a ver al doctor Jung ? —Preguntó finalmente Sehun.

— Dijo que pude recibirme a las seis, por lo que tenemos prácticamente como tres horas para inventar una excusa para mis padres.

Él asintió, sosteniendo su mano para finalmente dirigirse a la entrada de su casa. Tan pronto como entraron, la madre de Luhan apareció, tomando la mano libre de Sehun para arrastrarlo hasta la sala de estar con una expresión emocionada.

— Rápido Hunnie, abraza a Xiǎolù —pidió.

Sehun se ruborizó al instante y Luhan tampoco pudo evitar sentirse avergonzado. Ella hizo un puchero cuando simplemente se quedaron ahí inmóviles.

— Niños —llamó inconforme.

— ¿P-Para qué quieres que nos abracemos, mamá? —Interrogó Luhan.

— Oh, es porque ayer en el trabajo. todas las chicas estaban presumiendo fotografías de sus hijas y sus novios, pero esos chicos no eran tan guapos como mi HunHun. Así que les tomaré una fotografía para mostrárselas a todas y que estén muy envidiosas porque mi Xiǎolù tiene un novio muy guapo —dijo con orgullo.

Sehun se sonrojó un poco más, Luhan probablemente debería decirle que eso era sumamente vergonzoso y no lo harían, pero...

¿Cómo decirle que no a esa sonrisa resplandeciente?

— Ahora, rápido, abrácense —ordenó emocionada.

Se miraron el uno al otro y tras una suave risita, Sehun lo abrazó felizmente. La sonrisa de Luhan fue incontenible, al igual que el chillido de su mamá, quien inmediatamente comenzó a tomar fotografías sin parar.

— Ow, son muy lindos. Ellas van a estar muy envidiosas de mí —aseguró, uniéndose al abrazo—. Gracias mis bebés.

— De nada, mamá —respondió Luhan. La dulce mujer asintió conforme, besando a cada uno en la mejilla.

— Bien, vayan a cambiarse los uniformes y después vengan a comer —ordenó—. Mientras hacen eso, yo llamaré a todos para avisarles que HunHun se quedará esta noche y se apresuren para la cena.

En realidad, Sehun jamás había dicho tal cosa, sin embargo, él era incapaz de decirle que no a la encantadora mujer, por lo que ahora él estaba quedándose. Ninguno de los dos le dio más importancia y fueron directo al segundos piso.

Luhan directo a su habitación y Sehun a la que técnicamente era su habitación, y el técnicamente era porque sin importar qué, Sehun siempre encontraría la manera de colarse en la habitación de Luhan para dormir juntos.

— ¿Jiāo Táng estará bien en casa sin ti? —Preguntó Luhan.

— No, pero lo buscaremos de regreso a casa luego de visitar al doc —respondió tranquilamente.

Cuando finalmente bajaron su madre vibraba de alegría, tarareando alguna canción mientras iba y venía de la cocina. Ambos se apresuraron a ayudar a poner la mesa, ella por su puesto estaba encantada. Normalmente ella siempre estaba de buen humor, pero cada vez que Sehun estaba ahí, no era diferente a una niña con sobredosis de azúcar.

De ahí que algunas veces sus hermanos y él bromeaban acerca de que Sehun era su hijo favorito pese a que realmente era el yerno. En realidad, Luhan no podía culparla en absoluta, era como científicamente imposible no querer a Sehun en alguna medida.

Más tarde, cuando ellos terminaron de comer, autoritariamente la mamá de Luhan les ordenó ir a hacer la tarea. Obedecieron sin chistar, yendo directo a la habitación de Luhan, actuando como si todo estuviera perfectamente normal gracias al hecho de que la madre de Luhan no parecía ver nada raro en él.

Anteriormente, Luhan había tenido la oportunidad de darse un vistazo en el espejo, y pese a no poder decir que se veía en perfecto estado, al menos no lucía tan lamentable como esa mañana. Lo cual sería una ventaja una vez su madre decidiera interrogarlo por correr esa mañana, ella por el momento, y con Sehun ahí, no lo haría de todos modos.

La presencia de Sehun fue tan milagrosa como todas las veces que la pasó mal. Él hacía parecer como si nada hubiera pasado y ellos simplemente hubieran saltado directamente a ese punto, como si de verdad todo hubiera sido realmente fácil para ambos.

Luhan solía decir que era todo debido al poder de esa sonrisa suya, no importaba si se trataba de esa sabelotodo o aquella que lo hacía ver como un niño. Él iba a sonreír de vuelta y olvidar lo que fuera molesto solamente con eso.

Durante la tarde su madre les dio una par de visitas, primero mientras trabajaban con sus deberes escolares, ofreciendo algunos dulces y la segunda vez; cuando Luhan estaba leyendo cómodamente acurrucado junto a Sehun. Él jugaba alguna especie de juego en el móvil.

Los dos fingieron que no notaban a la bella mujer que parecía vigilar que se portaran bien, pese a la que ellos tenían muy en cuenta aquella regla no pronunciada de siempre mantener la puerta abierta. Y el hecho de que fuera una regla no dicha se debía a que los padres de Luhan, se apresurarían a la habitación y entrarían sin llamar si llegaban a ver la puerta cerrada.

Nunca les dijeron en voz alta que estaba prohibido cerrarla, pero no se necesitaba ser un genio para entender su mensaje.

Cuando la hora finalmente llegó, ambos le dijeron a la dulce mujer que irían a buscar a Jiāo Táng y conseguir algunas golosinas. Ella aceptó fácilmente, pidiéndoles que no llegaran tarde para la cena y que trajeran algunas cosas de la tienda al volver.

Salieron apresurados, envueltos en un pesado silencio y una pizca de nervios por lo que fuera que el profesional les fuese a decir. Sehun sostuvo su mano, su expresión impasible tratando de calmarlo y hacerle saber que no pasaba nada.

La sonrisa siempre cordial de Mei, la recepcionista del consultorio, lo saludo igual que siempre. Los invitó a ocupar los familiares asientos cuero negro mientras esperaban a que el médico confirmara que podían entrar.

Ella se concentró en otra cosa después, tan eficaz como el primer día que Luhan la había visto. Una nerviosa mujer salió por una oscura puerta de madera algunos minutos más tarde, tras ella el doctor Jung caminaba con un rostro indiferente. Ella asintió a lo que el hombre mayor decía y prometió volver la siguiente semana antes de salir.

La mirada sin emociones del mayor se posó sobre él entonces, haciendo un ademán que lo invitó a pasar. Luhan asintió lentamente, se puso de pie y con su mano fuertemente sujeta a Sehun, ingresó al consultorio que ya conocía, tomando asiento en los fríos asientos frente al viejo escritorio de madera.

— Pensé que no te vería hasta el próximo mes —habló con voz solemne—. ¿Qué te trae aquí, Luhan?

Luhan guardó silencio, mirando ansiosamente al hombre que elegantemente ocupaba su lugar tras el escritorio. Aquel pulcro cuaderno de pasta dura estaba abierto, con la pluma fuente a la espera de comenzar a moverse sobre el papel. Miró en dirección a Sehun brevemente, él asintió y estrechó un poco más su mano.

— Tuve una pesadilla —susurró débilmente.

El hombre lo observó durante lo que pareció una eternidad, comenzó a escribir en el cuaderno y las preguntas comenzaron a llover. Esa era la parte que Luhan más odiaba, viéndose obligado a relatarle a detalle todo lo que había visto en sueños.

Poco a poco, los sentimientos de anoche se hicieron presentes, entre tanto el doctor continuaba haciendo preguntas. Él preguntó sobre los lugares en los que había estado ese día, sus actividades, las personas con las que habló, las emociones que había experimentado antes de irse a dormir y como habían sido los días luego de la última consulta.

Tras todas sus respuestas, todo parecía normal, no había nada que pudiera ser un detonante. El profesional, se quedó mirando las notas, como tratando de descubrir algo en ellas y, por último, preguntó sobre lo único que Luhan no había tenido oportunidad decirle a Sehun.

— ¿Qué hiciste luego de que despertaste? —Interrogó, apartando finalmente su vista del cuaderno.

Luhan no respondió, su mirada se clavó en la pulida madera y aun sin confirmarlo, sabía que ambas personas ahí lo observaban a la espera de su respuesta.

— Luhan —llamó el mayor con voz serena.

— Me levanté de la cama y fui al balcón de mi cuarto, pensé que podría relajarme un poco de aire fresco —habló quedito. El mayor arqueó una de sus elegantes cejas, seguramente no encontrando la lógica de salir en medio de la noche a tomar aire en invierno.

— ¿Funcionó? —Luhan negó.

— Yo… Solamente pude llorar y…, me quedé ahí el resto de la noche y por la mañana escapé lo más rápido que pude para que nadie me viera en ese estado —admitió.

El médico asintió indiferente, anotando algunas cosas más mientras que Luhan evitaba como podía la expresión inconforme y preocupada de su novio.

— Mira, Luhan —habló nuevamente el mayor—. Está es la primera vez en meses que esto pasa. En circunstancias normales debería haber un detonante para tus malos recuerdos, pero tú sigues afirmando que no lo hay. Aunque…

— ¿Aunque? —Sehun se adelantó.

— Aunque tal vez realmente existió algo que te perturbó, pero no logras recordarlo tras el shock, es imposible saberlo a ciencia cierta.

— ¿Qué hago entonces? —Musitó afligido.

— Por el momento, voy a agendar para ti una cita para la siguiente semana. Ese tiempo nos dirá si es que hay algo de qué preocuparse o es meramente algo aislado. En caso de que no lo sea, tendremos que volver a las vistas dos veces por mes y dependiendo de la gravedad, podrías o no, necesitar algunos medicamentos que te ayuden a dormir —explicó.

Luhan asintió despacio, sintiéndose ansioso y disgustado ante la posibilidad de ver su vida nuevamente alterada.

— No pongas esa cara, niño —habló con un tono más relajado—. Lo has hecho increíble durante todo este tiempo, lo más probable es que no sea nada porque preocuparse. Así que cambia ese rostro de pesar —sonrió levemente.

— De acuerdo —murmuró un poco menos agobiado.

— Soy tu psiquiatra, ayudarte a pasar por lo peor es de lo que trata mi trabajo —señaló—. Oh, y por lo que más quieras, la próxima vez que pase, llama a tu novio. El pobre tiene cara de haber sido pateado en la entrepierna ahora mismo —bromeó.

Luhan casi deja escapar una risita, pero no lo hizo por fortuna. El doctor los acompaña hasta la puerta, se despidió tranquilamente, no sin antes recordarle que debía volver la semana siguiente y prometiendo que ambas consultas se quedarían en secreto de su familia a menos que las cosas empeorarán.

Sehun tenía rostro de funeral luego de que salieron del consultorio, apenas masculló un mísero adiós cuando la amable recepcionista los despidió y Luhan no estaba muy seguro de si el decirle que no le había dicho aquello porque no podía arriesgarse a que su madre escuchara, serviría.

— Sehun…

— Vas a llamarme cuando vuelva a pasar, ¿verdad? Hoy yo no voy a moverme de tu lado, pero si vuelve a pasar y yo no estoy ahí... —Luhan aguardó, pensando la respuesta pese a saber que no debería hacerlo.

— No —respondió finalmente. Sehun se veía estupefacto.

— Luhan…

— No será necesario. Esto —agitó su mano con desdén—, no volverá a pasar, así que no será necesario que yo te moleste —sentenció.

— Bǎobèi Lù, no puedes…

— Estaré bien —prometió—. Entonces tú no tendrás que estar asustado por mí. Él no volverá nunca más, no puede tocarme —dijo con seguridad—. Yo estoy vivo y él no. Ya no puede hacer nada para hacerme daño o asustarme.

— Aun así…

— Calma, calma —se adelantó con voz risueña—. Vayamos a casa ahora —pidió.

Sehun suspiró pesadamente, su rostro solamente reflejaba resignación y solamente por ello Luhan sonrió triunfante.

— Ni siquiera creas que has ganado —advirtió—. Sí las pesadillas se repiten y tú no me llames, ni creas que saldrás tan fácilmente de eso —masculló inconforme.

Luhan asintió como si aceptara por completó el acuerdo. Se dieron prisa en recoger a Jiāo Táng, dejando una nota para Jessica. pese a que era obvio que esa noche ella estaría de guardia en el hospital.

Hicieron las compras en tiempo récord, llegando a casa justo al mismo tiempo que el señor Wu. Sehun lo saludó educadamente tan pronto lo vio y Luhan casi se ríe por eso, además de la falsa expresión severa con la que su padre regularmente se divertía a costa de su nervioso yerno.

Al entrar a la residencia, su madre se encontraba en el comedor poniendo la mesa con ayuda de Zhao, cantando a todo pulmón una canción anticuada mientras que YanYan les enviaba una mirada que suplicaba por ayuda.

Lamentablemente para su hermana mayor, su padre no dudó en unirse al ruidoso coro, Jiāo Táng siguiéndolo de cerca y dando pequeños saltitos alrededor de la dulce mujer que cantaban animadamente y uno de sus más grandes amores luego de Luhan.

La cena no fue menos ruidosa, Zhao hablaba hasta por los codos y su madre no se queda atrás, contando con gran entusiasmo sus planes acerca de presumir la bella fotografía de su yerno a todas las mujeres de su trabajo. YanYan y su padre escuchaban cariñosamente todo, por lo general ellos solamente se sentaban ahí para observar embelesados a la dulce mujer.

Algunas preguntas fueran dirigidos a ellos de vez en cuando, pero al final la atención terminan desviándose por completo a Zhao o la señora Wu. Poco después, su madre anunció que una película los esperaba en la sala de estar y se trasladaron a ella.

Con un presentimiento en él, Luhan corrió a su lugar habitual, mirando de reojo a Sehun, quien pese a desde siempre ser un invitando regular y casi medio año de que su familia supiera de su relación, él todavía miraría indeciso a todos lados, como si no supiese si sentarse o irse.

— ¿Todavía hace eso? —Murmuró divertida YanYan.

Luhan rió por lo bajó, estiró su mano en dirección a Sehun e inmediatamente él la tomó, sentándose obedientemente a su lado. La película más excesivamente trágica que Luhan había visto nunca, comenzó entonces.

Tanto así, que a la mitad de la historia mostrada en pantalla, Luhan estaba más que convencido que los protagonistas tenían una maldición o algo. Miró de reojo a su madre, quien lloraba con sentimiento al igual que Zhao. Su padre parpadeaba imperturbable a la pantalla, YanYan estaba dormida de modo nada delicado y Sehun parecía aburrido a muerte.

— No, no pueden quitarles su casa —sollozó su madre. Zhao asentía de acuerdo con ella.

Luhan bostezó, distraídamente se apoyó un poco en el cuerpo de su novio y descansó su cabeza en su hombro. Él se tensó y solamente eso tuvo una sonrisa traviesa en los labios de Luhan y sin pensarlo, sus brazos se envolvieron en la cintura del más alto.

Él tardó aproximadamente 23 minuto para finalmente poner un brazo alrededor de sus hombros, le dio un vistazo y descubrió su rostro con una expresión levemente cohibida. Casi se rió por ello, pero en su lugar se enderezó lo suficiente para hablarle al oído.

— Vayamos a dormir —susurró. Él asintió rígidamente, con la vista fija en su padre, tal vez nervioso de que él los viera con esas actitudes—. Sehun y yo nos vamos ya a dormir —anunció.

Su mamá asintió distraídamente, agitando su mano a modo de despedida y Jiāo Táng no se movió, Sehun era invisible para él cuando la bella señora Wu estaba en el mismo espacio. Su padre, en cambio, se puso de pie y los siguió con la falsa excusa de tener que ir al baño. Ambos sabían que él solamente se aseguraba de que cada uno fuera a su propia habitación.

Los tres se despidieron en el pasillo, yendo por direcciones opuestas, su padre le dio una mirada que decía que lo estaría vigilando antes de decir buenas noches y tras prepararse, Luhan se fue a la cama sin intención alguna de dormir.

Fue capaz incluso de escuchar cuando todos fueron a sus respectivas habitación e incluso avanzó tres capítulos más a su libro, antes de que la puerta fuera abierta. El libro fue lanzado a algún lado de la habitación, una sonrisa estiró las comisuras de sus labios y en menos de diez segundos, estiró sus brazos pidiendo un abrazo.

Escuchó apenas su risa, pronto no era solamente él la cama y fue envuelto en sus brazos, hipnotizado por esa mirada. Un casto beso aterrizó en su mejillas y le sacó una risita realmente tonta, pero no podía importarle menos.

— Creo que tu padre sospecha que seguimos durmiendo juntos aunque nos pidiera que no lo hiciéramos —susurró como si realmente le importara que los escucharan.

— No suenes tan arrepentido —se burló en susurros.

— Yo si siento remordimiento, eres tú quien siempre me arrastra aquí —aseguró.

— Oh, sí. Yo soy tan desvergonzado y no puedo quitarte las manos de encima —rió—. Oye, saca las manos de mi ropa.

— No digas eso, tú padre podría entrar y escucharte —dijo intentando verse serio.

— Ya estarías en problemas por estar aquí en primer lugar —señaló divertido.

Sehun dejó ir una carcajada tras sus palabras, estrechó un poco más fuerte su cuerpo y la sonrisa en los labios del castaño se ensanchó más por ese simple acto. La mano derecha del más alto acarició suavemente su rostro y la sonrisa en sus labios se hizo más pequeña.

— ¿Cómo te sientes? —Murmuró dulcemente.

— Estoy bien —afirmó tranquilamente—. No me siento asustado ahora. Además, tú prometiste hacerlo pedacitos si acaso sale de la tumba y trata de llegar a mí —señaló felizmente.

Él asintió despacio.— ¿Qué tal vas con el libro que Yifan te dio?

La mirada en esos bellos ojitos de ciervo se iluminó, comenzó a relatarle con emoción una historia fantástica de guerreros antiguos, tesoros místicos y una alianza entre reinos. Sehun no perdió ni un solo detalle de esa expresión emocionada, sonriente y llena de vida.

— ¿Sehun? —Llamó al notar su falta de atención.

— Odio tus pesadillas tanto o más que tú —confesó con apenas un murmullo.

— ¿Qué? —Musitó confuso.

— Cada vez que tenías una, yo solamente podía sentirme inútil —admitió—. Porque aunque yo estaba ahí a tu lado, yo no podía hacer que dejaras de sufrir mientras pasabas por lo peor. Estabas en un lugar donde yo no podía protegerte.

Las manos de Luhan acunaron su rostro y él besó una de sus palmas. Muy en el fondo de su corazón, Luhan rezó para que el pasado no volviera y entonces Sehun no tuviera que atormentarse por su causa.

— Al verte pasar por ello, yo únicamente podía pensar lo cerca que estuve de perderte —susurró con un hilo de voz.

— No me iré a ningún lado —prometió—. No a menos que tú mismo me lo pidas.

— ¿Podría pensar en hacerlo siquiera? —Musitó con ternura—. Te amo desde que tenía como nueve, ¿recuerdas? —Dijo, muy probablemente ignorante de lo feliz que acaba de hacerlo con esas palabras.

— ‘也愛你 (W’ yě ài nǐ)* —habló en un quedo murmullo, solamente para ser escuchado por él.

*Yo también te amo.

La sonrisa de Sehun ama a Luhan también, se apoderó del rostro ajeno, sus ojos eran dos pequeñas medias lunas y para Luhan era la cosita más adorable del mundo. Esos labios lo besaron una y otra vez mientras él se reía, apretando en sus brazos el cuerpo del más alto.

Rodaron en la cama, el cuerpo de Sehun estaba sobre él y continuaban riéndose como idiotas, sin importarles verdaderamente cuanto alguno de ellos advirtiera que se callaran antes de que los padre de Luhan fueran a ver que estaba pasando.

— Luhan —susurró.

El castaño seguía riendo infantilmente, cerrando la boca de golpe al verse reflejado en la ardiente mirada de su novio. Su cuerpo fue de esa bonita sensación de calidez a arder a fuego lento, mientras su cerebro le repetía que sus padres estaban dos habitaciones más allá en ese pasillo.

— ¿Sehun? —Llamó quedito.

Inconscientemente acarició la espalda del más alto, incapaz de apartar sus ojos lejos de los ajenos. Sentía la piel de gallina y el aire a su alrededor parecía estar electrificado. Incluso llegó a pensar que el latir de su corazón se escuchaba por toda la habitación.

— La última vez, nosotros…

El calor explotó ruborizándolo desde la punta de los dedos de sus pies hasta el último de sus cabellos. Anticipando las próximas palabras que él fuera a decirle, queriendo escucharlas más que nada.

— ¿Sí? —Sonó como un suspiró, pero fue lo mejor que puedo hacer.

— Lo lamento.

— ¿Lo lamentas? —Repitió, tal vez demasiado tontamente.

— Tú siempre me pides llegar hasta el final, pero siempre te digo que no a pesar de que sé que lastimo tus sentimientos —finalizó besando tiernamente su mejilla.

— Yo… ¿Realmente es por qué no creas que estoy listo o…? —Preguntó con la voz diminuta, mordiéndose los labios al no creer poder terminar.

— Continua —pidió tiernamente.

— ¿Po-Podría ser que sea porque soy un chico? —Murmuró.

— ¿Qué?

— E-Es porque tus antiguas novias… Ellas eran hermosas, todas ellas parecían modelos mientras que…

En un movimiento sorprendente, Sehun tomó su mano y la guio hasta su entrepierna, ambos gimieron a la vez y Luhan retiró su mano como si estuviera en llamas, golpeándola en su boca para evitar hacer algún otro sonido.

— ¿Te parece que esa parte de mí mienta? —Interrogó seductoramente—. Te deseo, Luhan, no dudes eso.

Luhan asintió, luego negó, su rostro estaba ardiendo y temía que si quitaba la mano que cubría su boca sería un desastre.

— Desde que regrese, no hubo un solo día que yo no mirara desde la ventana de mi habitación cada vez que salías de la ducha —confesó, dejando a Luhan aturdido—. Te he querido desde la primera vez y solamente ha empeorado, Luhan, tu sola presencia ya es suficiente para que yo desee arrancarte la ropa y meterme entre tus piernas.

Luhan gimió contra su mano, su vista había huido a la de Sehun hace un largo rato. Su corazón estaba trabajando a toda marcha y la sangre corría toda hacía el sur.

— E-Entonces… ¿P-Por qué t-tú…?

— Tengo miedo, Luhan —admitió.

— ¿Miedo?

— Yo quiero que sea especial para ti. Esta vez no se trata de alguien anónimo o para un rato, tiene que ser más que lujuria, pero te quiero tan mal, que temo no poder controlarlo y convertirlo en una experiencia desagradable si me dejo llevar —confesó.

— N-No tengo miedo de lo que quieras hacerme. Probablemente yo también querré que lo hagas de todas formas —balbuceó—. Quiero llegar hasta el final y estoy seguro de que solamente puede ser contigo, ¿necesitas más que eso? —Interrogó con el ceño levemente fruncido.

— Una muy, pero muy estúpida parte de mí todavía está segura de que es así —rió de mala gana—. Yo probablemente no tengo derecho a pedirte esto, pero… ¿Podrías tener un poco más de paciencia conmigo? —Solicitó, dándole una mirada un tanto lastimera.

Luhan lo observó atentamente, él era honesto y de eso no tenía duda. Él podía aguardar un poco más y sin embargo, algo cruzó momentáneamente su mente. Se preparó para responder finalmente, seguro de sí mismo.

— Está bien —sonrió dulcemente y la alegría se apoderó del rostro de su novio—, pero he pensado en algo.

— ¿Qué es? —Preguntó cariñosamente.

— Hagamos un trato —pidió.

— ¿Un trato? —Inquirió confuso.

— Sí —asintió—. Como yo no quiero que te sientas presionado por mí, además de que creo que esto sería bueno para ti, yo creo que hasta que estés listo será mejor que evitemos llegar más lejos de los besos —sentenció y el rostro de Sehun palideció—. Pero en caso de que no puedas hacerlo y las cosas llegan a otro nivel, tú debes prometer que sin importar qué, nosotros lo haremos hasta el final —pidió. Sehun estaba boquiabierto y mudo.

— ¿Q-Qué? —Balbuceó.

— Es justo para ambos —señaló—. De ese modo tú podrás prepararte mentalmente y yo no voy sentirme mal si llegó a pedírtelo, pero tú aún no te sientes preparado —explicó.

Sehun aguardó en silencio, como si analizara profundamente los pros y los contras de ese plan. Sus ojos fijos en la sonriente persona bajo su cuerpo, observándolo como si tratara de descubrir algo de esa manera.

Luhan rió algo nervioso, repitiendo para sus adentros que por favor Él simplemente aceptara su pedido y ya. Sehun arqueó una ceja al oírlo reír, pero nada salió de sus boca aún y en su lugar frunció el ceño.

— ¿Esto es lo que quieres? —Interrogó indeciso.

— Me parece que es lo correcto —afirmó con seguridad—. ¿Tenemos un trato entonces?

— De acuerdo —aceptó de mala gana.

Luhan celebró internamente y solamente con verlo feliz, Sehun pareció ya no estar completamente inconforme.

— Bien, ahora que estamos claros y felices, bésame —ordenó.

La risa de Sehun fue baja, él todavía obedeció y tan pronto como sus labios se unieron, Luhan sintió como si se derritiera. Un beso más aterrizó en la punta de su nariz y un tercero en su frente, esa mirada brillaba más que cualquier estrella, recordándole que para alguien él era un gran tesoro.

— Duerme, Bǎobèi Lù —susurró con ternura infinita—. Yo cuidaré de ti.

Luhan apostaría su vida a que sería de esa forma y silenciosamente para que esa noche nada pasara, repitiéndose que todo debía estar bien para que así Sehun no sufriera también. Y por eso se prometió a sí mismo vencer a Minho por segunda vez si tenía que hacerlo.

Fue con esa promesa, Luhan durmió profundamente el resto de la noche, arrullado por dulces palabras y acurrucado contra el calor de Sehun y para cuando despertó, respiró con tranquilidad en lugar de sentir que no podía hacerlo.

Sehun se había retirado a su propia habitación antes de que sus padres despertaras y regresó cuando Luhan estuvo listo para irse a la escuela. Su madre los despidió con un beso en la mejilla y un fuerte abrazo luego del desayuno.

Había una sonrisa radiante en los labios de Luhan, con cada paso que ellos dieron recordaba con satisfacción el trato que ambos habían hecho. Sehun le hablaba animadamente sobre ir el fin de semana a jugar basquetbol con Chanyeol y él simplemente asentía.

Secretamente dándole vueltas a su plan, anticipando desde ese mismo momento el éxito. Una pregunta rondó en su mente repentinamente y su sonrisa se congeló mientras dicha pregunta se repetía sin parar.

¿Cómo se supone que se seducía a una persona?

— ¿Hannie? —Habló Sehun de pie frente a las puertas de la escuela.

— Y-Ya voy —respondió apresurado al darse cuenta que se había quedado ahí pasmado.

— Buenos días, chicos —saludó una alegre Haneul.

Sehun saludó de vuelta y Luhan vagamente murmuró algo parecido a un hola. Ella pronto comenzó a hablarles de alguna cosa graciosa que le había pasado el día anterior, pero el único prestando vendara atención era Sehun.

Luhan seguía tratando de responderse a sí mismo la incógnita que podría echar a perder su plan. Bien, Sehun mismo había dicho que la sola presencia de Luhan ya era suficiente para tentarlo, pero era obvio que si no había conseguido el resultado deseado durante tantos meses, no sería tan fácil. Él debía presionar un poco más y por ende, la pregunta importante era cómo debía hacerlo.

¿Pasearse sin ropa sería buena idea?

No, no. Nunca podría hacerlo en su casa y ahora Jessica también vivía con Sehun, por lo que Luhan no estaba en la idea de que ella lo viese en dicha condición. Además, de solo pensar en hacer algo como eso, Luhan ya sentía el rostro caliente.

— ¿Por qué te sonrojas? —Interrogó su novio con el ceño fruncido, él incluso miró en la dirección en la que Luhan parecía mirar.

¿Sería buena idea usar el hecho de que Sehun era algo celoso?

No, eso traería mucho problemas y la única persona que podría prestarse a tan descabellado plan sin tener miedo de que Sehun le rompiera lo hiciera llorar de miedo, era Baekhyun. Pero entonces Chanyeol iba a acabar con Luhan.

Sin embargo, aunque no seguiría de ningún modo esa línea de acción, Baekhyun todavía podría ayudarlo con lo que tenía en mente.

— ¿Luhan? —Insistió Sehun.

— No es nada —sonrió—. No me prestes atención.

— ¿Qué podría estar viendo Luhan? Ahí no hay nada más que un árbol —se burló un poco la chica.

— Eso, eso —dijo Luhan, apoyándola—. Mejor vamos a clase, Haneul. No vemos en el descanso —soltó apresurado y prácticamente salió corriendo de ahí con ella tras él.

Durante las clases, en lugar de poner atención correctamente, Luhan seguía dándole vueltas al asunto. Su cerebro en ese momento era realmente inútil y al darse cuenta de que simplemente no podía pensar en algo por su cuenta, cambió de táctica, pensando entonces en todas las veces que Sehun lo había seducido a él.

¿Qué había hecho él en esos momentos?

Si Luhan lo pensaba con detenimiento, todas esas situaciones se habían dado porque Sehun era naturalmente sexy, una sola mirada suya y Luhan de buena gana se había desvestido sin pensarlo dos veces.

También estaba esa sonrisa suya que hacía que las piernas de Luhan temblaras y ni hablar de aquel tono de voz que le erizaba la piel.

Sacudió la cabeza para alejar esos pensamiento, ellos no servían de nada para ayudarlo su plan, en vez de eso, Luhan estaba sintiéndose acalorado y prefería cavar su propia tumba antes de pasar por la vergüenza de que todo mundo lo viera pasearse con una erección entre las piernas.

— ¿Por qué estás tan rojo? —Susurró Haneul a su lado, observándolo con extrañeza.

— N-No lo estoy —tartamudeó.

— ¿Pensando en algo bueno? —Preguntó con una mirada traviesa.

— No —sentenció.

La campana lo salvó y lo tuvo corriendo a la puerta, la chica lo vio huir todavía enviándole una expresión divertida y sus mejillas solamente se volvieron aún más rojas. Más adelante logró distinguir la figura de su novio, charlando con un pequeño grupo de chicas, él sonrió ladino por alguna razón y Luhan se estremeció.

— Luhan.

— ¿S-Sí? —Balbuceó, mirando en dirección a la otra persona.

— Oye, ¿vas a quedarte a la práctica? Te pregunto porque ayer escuché que habías visitado la enfermería y si tienes que irte, no hay problema alguno —habló el amable chico.

— N-No, estaré bien. Me quedaré sin problemas, Jong Min hyung —respondió torpemente.

— ¿Seguro? —Entrecerró los ojos dudoso—. Ahora mismo estás algo rojo, ¿no tienes fiebre? —Interrogó, picando su mejilla de un modo algo bromista.

— E-Estoy bien —se quejó, alejando la mano ajena.

El mayor rió, sonriéndole divinamente. Luhan trataba de controlarse, lo cual ya era difícil sin las malas bromas del capitán.

— Okay, entonces te veré más tarde —se despidió, todavía sonriendo ampliamente—. Hola, Sehun.

Luhan elevó la vista en dirección al recién llegado, tenía cara de pocos amigos y sin pena o cortesía alguna, le gruñó al saludo del mayor. Él solamente se rió completamente acostumbrado a la actitud contraria.

— No puedes gruñirle cada vez que lo ves —se quejó el castaño.

Él no respondió, en lugar de eso, sujetó su brazo y lo arrastró a lo largo del pasillo, atravesaron una parte del patio escolar hasta que llegaron a la parte trasera y más desierta de unos de los edificios escolares.

El castaño fue medio empujado contra la pared sin oportunidad alguna de procesar lo que pasaba y en medio de la confusión total, los labios de Sehun chocaron contra su boca. Luhan estaba medio sorprendido y bastante satisfecho con el resultado de la situación.

Empuñó con ambas manos el saco de Sehun jalándolo más cerca, besándolo con el misma ferocidad y tembló ligeramente al sentir las manos contrarias sobre su cintura, queriendo más cerca aunque fuera imposible.

A decir verdad, si le preguntaban en ese momento qué demonios había sucedido, él seguramente diría que no tenía idea alguna. Pero definitivamente no podía decir que no estaba disfrutando cada placentero segundo de ello.

Su respiración era un desastre cuando finalmente lo liberó, el pensamiento más coherente del castaño era que en ese instante se sentía como en aquella ocasión cuando Baekhyun lo había arrastrado a Hell y sus antiguas amigas le habían jugado aquella mala broma.

— Odio al tipo —sentenció el más alto con la respiración agitada.

— ¿De verdad? —Murmuró medio ido—. Ahora mismo como que me agrada más.

Él resopló ruidosamente y Luhan rió sin pena, concluyendo que si esa sería la reacción de Sehun en ese tipo de escenarios. Luhan bien podría utilizarlo de vez en cuando, aunque bien podría ser perjudicial.

Su novio ya tenía cierto conflicto en torno a Jong Min, que era excesivamente afectivo si le agradabas, por lo tanto si el hombre era tu amigo, el tipo iba a abrazarte y estar a tu alrededor en exceso. Sehun ya lo detestaba por ello y que Luhan lo utilizara a su favor, agregando más leña al fuego, bueno, eso no era como algo que alguien decente haría.

— Vamos, Baekhyun seguramente ya debe estar organizando un grupo de búsqueda o algo —bufó.

Riendo, Luhan estuvo de acuerdo con su comentario y como era obvio, ellos fueron los último en unirse al grupo. Tan pronto hicieron su aparición, Baekhyun les envió miradas reprobatorias mientras que todos los demás los escudriñaban con la vista.

Kyun Min pronto dejó ir una risita picara y tras él, las únicas dos chicas en la mesa apartaron la vista con las mejillas rosas. Sehun los ignoró, centrando toda su atención en su almuerzo entre tanto Luhan fingía que nadie podía ver realmente su rostro levemente sonrojado y sus labios hinchados.

— ¿Dónde estaban? —Interrogó Baekhyun, viéndose muy curioso entonces.

— No les preguntes, por favor. Todavía estoy comiendo —soltó con un tono de falsa súplica Chanyeol.

— Tú cállate —advirtió Kyun Min—. Ustedes dos respondan ahora mismo, estábamos preocupados por ambos —ordenó falsamente molesto.

— Baekhyun, ¿permitirás que me hable de ese modo? —Soltó ofendido.

— Es como tu segunda esposa, Baekhyun no puede decirle nada —se burló Sehun.

Tanto Baekhyun como Kyun Min hicieron muecas de horror, todos se volvieron en dirección a ellos con rostro interrogantes y Chanyeol enrojeció.

— ¡É-Él no es mi segunda esposa! —Chilló, temeroso del aspecto sombrío de Baekhyun.

— ¿Ustedes tuvieron una relación? —Preguntó seriamente Jackson.

— ¡No! —Gritaron a la vez los dos involucrados.

— ¿De verdad? Yo pensé que si la tenían luego del beso de despedida en el aeropuerto cuando Min se fue a Busan —comentó Cherry.

La mirada de Baekhyun apuñaló a Chanyeol y todos lo vieron sudar frió desde sus lugares. Luhan secretamente agradeció silenciosamente a Chanyeol por ser el centro de atención y que así no siguieran interrogándose sobre su retraso.

— ¿Acaso el no besó a todos en el aeropuerto? ¿Por qué soy yo a quien interrogan mientras Sehun y Luhan están ahí tan tranquilos? —Se defendió Chanyeol.

Kyun Min se volvió tan rojo como una señal de alto, Luhan casi se ahoga con la comida, la sonrisa arrogante de Sehun se esfumó y todos se volvieron en su dirección interrogantes.

— ¡Yo no bese a todo el aeropuerto! —Chilló Min—. Solamente los bese a ustedes dos, porque quiero aclarar que Sehun fue quien me besó a mí — masculló como un niño pequeño.

— Y yo quiero aclarar que lo besé por lastima, todo por miedo que fuese a morir virgen al estúpidamente pensar que era puro e inocente —se apresuró decir Sehun, quien era el foco de atención entonces.

— ¿Lo besaste por lastimas? ¿Qué clase de idiota lo besaría por lastima y no por propia voluntad? —Farfulló Jackson.

Todos le dieron una expresión interrogante, Kyun Min por su parte trataba inútilmente de contener la sonrisa que igual ya temblaba en sus labios y cuando finalmente Jackson comprendió el efecto de sus palabras, comenzó a negar como un tonto.

— E-Es decir, él es lindo. ¿P-Por qué besarlo sería como una especie de sacrificio? —Soltó torpemente.

Chanyeol y Jun Hong se echaron a reír ruidosamente, algunos le dieron miradas de compasión mientras otros lo observaban con algo de lastima. Al menos Kyun Min parecía conmovido por lo dicho.

— L-Lo que quiero decir…

— Mejor ya no digas nada —recomendó Sehun.

Para la buena fortuna, todos tuvieron piedad de su pobre alma y lo dejaron pasar, centrándose su atención en conversaciones más superficiales. Cherry fue quien la inició, pero pronto Haneul tenía la palabra y atención de todos.

Sehun y Luhan eran quienes participaban un poco más en la charla, alentándola a continuar mientras los demás escuchaban con interés. Repentinamente, Luhan sintió un ligero golpecito en su hombros y al mirar a un costado, se encontró con su sonriente mejor amigo.

— Lulu, acompáñame a comprar dulces —pidió.

El castaño sabía que era obligatorio acompañarlo, no era tonto y por supuesto que había notado las miradas recelosas que él le había dado a la chica de ojos color miel. Él lo siguió de buena gana, informando a los demás que no tardaban.

Ambos caminaron en silencio hasta llegar a un área relativamente tranquila y poco concurrida, Baekhyun parecía bastante tranquilo, pero Luhan lo conocía lo suficiente como para saber que su amigo estaba preocupado.

— ¿Estás bien con ella? —Habló sin rodeos.

— ¿Por qué no lo estarías? —Sonrió tranquilamente.

— Es su ex novia —señaló.

— Es una buena chica, además, ella y Sehun han sido muy buenos amigos desde antes de esa relación.

— ¿Y si ella quiere que él regrese a su lado?

— Eso es imposible —aseguró con confianza.

— ¿Cómo estás tan seguro? —Espetó con el ceño fruncido.

— Porque es Sehun —respondió sin titubear—. A tenido estos sentimientos por mí durante años, incluso los mantuvo cuando yo fui el más idiota con él. Él no ha luchado tanto por algo que más tarde desechara tras haberlo experimentado. La verdad, sería más natural que desconfiaras de mí.

— Luhan —resopló.

— Lo sabría, Baekhyun. Me he acostumbrado a la forma en que su mirada se vuelve cálida y brillante cuando me ve, por lo que definitivamente yo notaría si él mirara de esa forma a otra persona. Además…

— ¿Además?

— Ella imposiblemente irá tras Sehun o algún otro chico que conozcamos —dijo dejándolo la oración al entendimiento de su amigo.

Baekhyun al principio pareció confuso, sus lindos ojos se ampliaron poco después y sus labios formaron un perfecto círculo, dejando más que claro que había entendido el mensaje pero que al mismo tiempo sería discreto respecto al tema.

— De acuerdo, comprendo a la perfección. Ya no me preocuparé —afirmó.

Luhan asintió complacido, echando un brazo sobre los hombros de su amigo y estrechándolo cerca, conmovido por lo protectoramente dulce que él era. Era en momentos como esos que él reafirmaba el hecho de que Baekhyun, bajo toda esa fachada de arrogante fortaleza, no era sino una de las personas con el corazón más grande y bello que conocía.

— Oye Baek —llamó repentinamente, con voz tímida.

— ¿Mm? —Emitió distraídamente.

¿Cómo puedo seducir a mi novio?

Esa debió ser la pregunta que tendría que hacer, en cambio, Luhan apretó los labios demasiado avergonzado para decirlo en voz alta. Baekhyun lo observó a la espera de que hablara cuando él permaneció mudo y fue todavía más imposible que lo dijera.

— Gra-Gracias —balbuceó finalmente.

— ¿Por qué?

— Por preocuparte tanto por mí.

El contrario sonrió divinamente, negando a esa forma suya de decir que no tenía nada que agradecer. Y aunque eso no era lo que Luhan había tenido la intención de decir, tampoco era del todo mentira, Luhan de verdad se sentía agradecido con su amigo por siempre tratar de que fuera feliz.

En ese momento, Luhan se dijo a sí mismo qué le preguntaría después, sin embargo, el tiempo avanzó con lentitud y todas las veces que había querido preguntar, siempre terminó acobardándose y dijo algo totalmente diferente, e incluso palabras absurdas salieron de sus labios en algunas ocasiones.

Durante ese tiempo, una tranquila rutina se hizo cargo de sus días. Iba a la escuela de lunes a viernes, se quedaba a las prácticas del club tres de esos días. Su tiempo libre era mayormente ocupado por Sehun y algunas veces por sus amigos.

A esas alturas, Baekhyun y Kyun Min se habían vuelto casi inseparables. Haneul y Cherry parecían tener bastante en común también, aunque la primera de ellas mayormente hablaría más Sehun y Luhan.

Las pesadillas no se repitieron en todo ese tiempo, tal vez porque simplemente había sido un mal día en aquella ocasión, o podría ser que Luhan parecía estar más ocupado pensando en cómo llevar a cabo su plan con éxito, puesto que era obvio que no se atrevería a pedir consejos de sus amigos.

A ese punto, Luhan incluso se había atrevido a buscar información de todo tipo, desde libros hasta foros en internet, pero aunque tenía algunas ideas, muchas de ellas eran un tanto…

Bueno, Luhan moriría de vergüenza antes de llevarlas a cabo.

— ¡Luhan, tu novio ya llegó!

El grito de YanYan lo sobresaltó y en estado de pánico escondió tras su espalda la libreta con sus notas, girando en dirección a la puerta con una cara de puedo explicarlo. Sin embargo y para su completa vergüenza, ahí no había nadie.

Era solamente que él había estado ahí completamente absorto en su fracasado plan y el hecho de que el tiempo seguía avanzando sin que él consiguiera nada. Suspiró profundamente, recordándose así mismo que ese fin de semana iba a quedarse en casa de Sehun y que él ya debería estar esperándolo abajo.

Se palmeó las mejillas para despejarse, ocultó nuevamente la evidencia de su investigación y tomó la mochila con su equipaje para los siguientes días. Su madre lo despidió con un beso y su padre le recordó enviarles un mensaje de buenas noches antes de irse a la cama, él asintió obediente antes de salir y reunirse con su novio. Él lo abrazó tan pronto lo vio y Luhan chilló para sus adentros completamente feliz.

Mientras caminaban, Luhan se dio el tiempo para repasar lo que a duras penas se había convencido a sí mismo que tenía que hacer los siguientes dos días. Sehun había dicho que Jessica tendría que hacer guardia nocturna en el hospital hasta la mitad de la siguiente semana y él debía aprovechar el estar solos.

Si todo iba de acuerdo al resultado esperado, Luhan haría que el hecho de en primer lugar proponer aquel trato, valiera la pena. Ahora él solamente esperaba no retroceder antes de siquiera empezar a hacer cualquier cosa.

Él ya estaba medio decidido cuando llegaron a casa, Sehun lo dejó pasar primero y justo cuando encontró el valor suficiente para hablar, Jessica se asomó desde la cocina, invitándolos a sentarse para la cena.

Luhan se congeló en su lugar, apenas consciente de que Sehun le pedía su mochila para llevarla a la habitación e igual de torpe le entregó el objeto. Al verlo desaparecer, Luhan se apresuró al comedor, quitando los cubiertos de las manos de la bella mujer y colocándolos él mismo mientras la seguía de cerca.

— Pe-Pensé que jiějiě iba a estar de guardia hoy —dijo ansiosamente.

— Iba a estarlo, pero mi superiora se dio cuenta que llevo ya mucho tiempo siendo la única que se queda de guardia, así que le gritó por una hora a todas las demás y me cambió el turno —habló alegremente.

Luhan palideció, pero igual construyó una sonrisa en sus rostro.— Me alegra mucho oír eso, Jessica jiějiě.

— A mí también. Esas perras lo merecían —rió con ganas.

— Mm —soltó vagamente mientras se lamentaba para sus adentros por aquel desenlace tan deprimente.

— Listo, dejé todo es nuestra habitación. Jiāo Táng ahora mismo está dormido y no va a despertar en un rato luego de la vacuna de hoy, así que no podrá saludarte por el momento —habló Sehun, interrumpiendo la conversación.

La bella mujer se apresuró dentro de la cocina al ver a Sehun entrar, dejándolo algo malhumorado. Miró en dirección a Sehun como esperando que él pudiera resolver el problema que él ni siquiera sabía que Luhan tenía, pero al estar completamente ajeno a los planes de Luhan, siguió como si nada pasara.

Jessica también actuó de lo más tranquila cuando volvió de la cocina con su cena. Y mientras comían, Luhan le envió un par de miradas inconformes a ambos, pero nadie las notaba, hablando tranquilamente de temas sin importancia real.

El sonido del timbre interrumpió sus planes de seguir lanzándole dichas miradas, se apresuró a la puerta para despachar rápido a quien quiera que fuera y regresar a seguir enfurruñándose en secreto.

— ¡Pequeño yerno! —Saludó felizmente Jung Sun.

— ¡Tío Jung Sun! —Respondió, abrazando al hombre efusivamente tan pronto lo saludó.

— Espera, si yo te llamo yerno, ¿no sería más correcto que me llamaras papá? —Interrogó risueño.

— Lo haré si Hunnie dice que está bien —dijo todo sonrisas.

— ¿Por qué debes esperar a que ese mocoso te de permiso? —Bufó—. Fui yo quien le explicó el significado de la palabra masturbarse. Yo debería tener más autoridad —refunfuñó.

Luhan se echó a reír, tomando la pequeña maleta del mayor aunque él le dijo que no y lo guio a la sala de estar. El mayor aún tenía un brazo alrededor de sus delgados hombros, estrechándolo de modo bromista mientras sonreía como nadie.

— ¿De verdad le explicó tal cosa? —Interrogó divertido el menor.

— Lo juro, en ese entonces ese estúpido hijo mío todavía creía que lo que hay bajo la ropa de un niño y una niña era lo mismo —aseguró.

Fue imposible para Luhan contener una carcajada, su risa llamó la atención de los otros dos en el comedor, y tan pronto como su novio apareció y vio a su tío, su expresión se volvió sorprendentemente cómica.

— ¿Qué? ¿No hay abrazo para papá? —Preguntó con un tono bromista, aun cuando igual las emociones se reflejaban en sus ojos.

Los ojos de Sehun se iluminaron, su sonrisa se volvió un poco torcida y con un primer pasó algo inseguro, terminó por cortar la distancia, dejándose envolver en un firme abrazo. El corazón de Luhan tuvo una punzada y torpemente cooperó cuando Jessica tomó su brazos, instándolo a volver a la cocina para darle tiempo a los otros dos.

— Oye, Hannie, ese hombre es su tío ¿verdad? —Habló en voz baja.

Luhan estaba demasiado conmovido para notar lo sospechoso de su expresión, por lo que solamente asintió a las interrogante ajena.

— Se ve diferente en persona —continuó.

— ¿Eh?

— Yo solamente lo digo porque hace un tiempo mientras limpiaba, encontré estas fotografías en la habitación de Sehun y aunque definitivamente se parece, se ve mejor en persona—comentó.

— ¿Fotografías? ¿Qué fotografías? —Interrogó, ya que Sehun tenía bastantes en su habitación a decir verdad.

— Sí, en ellas había un hombre muy parecido a Hunnie con un niño pequeño en brazos. Supuse obviamente que es el tío de Hun, así que naturalmente el pequeño debe ser su hijo, ¿verdad? —Interrogó con interés—. En ese momento me parecieron curiosas porque, no es que me importe mucho, pero el pequeño no se parece mucho a él y como no quise decirle eso a Sehun, pensé mejor preguntarte a ti alguna vez —explicó apresurada.

— Oh no, el tío Jung Sun es soltero. El pequeño probablemente es DongYul, el sobrino de Hun.

— ¿De verdad? —Soltó sorprendida—. ¿Estás completamente seguro de que él es soltero?

Luhan estaba por asentir, pero entonces la compresión lo golpeó, miró en dirección a la bella mujer completamente confundido, pero ella tenía la expresión más desinteresa que alguna vez había visto en un ser humano.

— Jessica jiějiě, ¿podría ser que…?

— ¿Podría ser qué? —Espetó—. Yo solamente preguntaba por curiosidad —sentenció.

Luhan asintió de inmediato, asustado de la expresión que ella tenía en ese momento y tan pronto como escucharon a los otros dos acercarse, se apresuraron a sus lugares en la mesa. Luhan sonrió automáticamente al verse observado por su novio y el tío de este.

— Veo que llegué en buen momento —rió alegremente.

— Siéntate tío, te traeré…

— Yo lo hago —intervino Jessica—. Tú termina tu cena.

Ambos jóvenes guardaron silencio, observando entre ambos mayores, sin idea de cómo interpretar la sonrisa algo tímida de la preciosa mujer y la curiosa expresión confusa de Jung Sun. El intercambio pareció durar un tiempo antes de que ella se retirara y él dejara de seguirla con la mirada.

— ¿Quién es ella? —Murmuró discretamente.

— Es Jessica noona, ya te había dicho por teléfono que ella se estaba quedando aquí —bufó.

— Es verdad, esta memoria mía no es muy buena actualmente —dijo a modo de broma—. Muchas gracias por las molestias, señorita Jung —sonrió educadamente cuando ella le entregó su plato.

Ella sonrió divinamente, haciendo que los dos más jóvenes se miraran entre sí. De inmediato Luhan vio las obvias intenciones de su novio de hacer algún comentario sarcástico y se apresuró a su lado, tomando su brazo para obligarlo a salir.

— Nosotros ya terminamos, así que iremos a hacer nuestra tarea —se excusó rápidamente, arrastrando a Sehun fuera del comedor.

El no opuso resistencia alguna, pero definitivamente le dio una mirada interrogante una vez estuvieron a solas en la habitación. A decir verdad, Luhan tampoco entendía mucho de su reacción, pero algo le dijo que estaban estorbando ahí y tenían que largarse.

— Es viernes —dijo finalmente Sehun.

— Igual tengo tarea de física y no entiendo nada, sé bueno y ayúdame —soltó para, sí tenía suerte, librarse del problema.

— ¿Quieres jugar al profesor y el alumno? —Preguntó con una sonrisa traviesa. Luhan se rió de eso un poco.

— No, él profesor Jin Woo es más del tipo lindo. No te queda el papel —bromeó, divertido para sus adentros al ver a Sehun fruncir el ceño.

— ¿Has estado viendo al profesor de física? —Espetó.

— Si, ¿tú no? —Continuó con falsa inocencia.

Una risa brotó de Luhan cuando su novio lo alzó en sus brazos, refunfuñando por su supuesta excesiva atención en el joven hombre. Ambos cayeron sobre la mullida superficie de la cama, la risa de Luhan se hizo más fuerte luego de un ataque de cosquillas.

Un alegre ladrido se unió y pronto la adorable mascota de Sehun se unió a ellos, mordiendo y tirando de la ropa de Sehun en un tierno intento de que dejara ir a Luhan. El castaño no perdió tiempo ni atención a ellos, clamando por la ayuda de su caballero de cuatro patas.

— Ey, ustedes tres. —Todos se detuvieron ante el llamado del tío de Sehun—. No sé qué tipo de tarea les dejen actualmente, pero no creo que la estén haciendo bien —se burló.

— Es culpa del profesor de física —aseguró Sehun.

— Oh sí, lo mismo dijiste de tu maestro de matemáticas luego de que rompieras el parabrisas de su auto —resopló y Luhan se rió al imaginar tal escenario—. Ahora, dejen de jugar y vengan a la sala de estar.

Los tres ocupantes de la habitación lo siguieron de inmediato y lo primero que Luhan captó al entrar a la sala de estar, fue la sonrisa suave que adornaba los labios de Jessica mientras contemplaba una pequeña caja de chocolates.

— Chocolates —dijo Sehun, recibiendo una palmada en la mano cuando trató de tomar uno.

Luhan se rió de eso y de la mirada de reproche que le dio a Jessica, se acomodó en el sofá a un costado del tío de su novio y pronto él también lo siguió, mascullando algo que nadie más escuchó, pero bien podrían ser quejas sobre la bella mujer.

— ¿Me trajiste un regalo?

— Sí, mi presencia aquí es tu regalo —respondió radiante, entregándole entonces una cajita a Luhan.

— Que regalo de pésimo gusto —bufó. Él nunca admitiría que en realidad, la presencia del mayor era más importante para él que cualquier otra cosa.

El mayor sonrió divertido, tendiendo una pequeña cajita a su sobrino para luego revolver su cabello. Sehun se quejó sobre ya no tener tres años, pero la sonrisa en su rostro ya delataba lo increíblemente feliz que era en ese momento.

— También traje regalos para mis encantadores consuegros, pero tendré que llevárselos en el transcurso de la semana.

— Mis padres van a estar muy felices de verlo —afirmó Luhan.

— ¿Cuánto tiempo vas a quedarte? —Interrogó con un tonito algo ansioso.

— Una semana y media si todo va como lo planeé —respondió y aunque Luhan vio claramente la pizca de decepción en los ojos de su novio, nadie más lo notó.

Oh al menos nadie pareció notarlo, aunque existía la pequeña posibilidades de que fuese esa la razón para que Jung Sun comenzara a hablar de cualquier otra cosa, preguntando sobre cómo había estado últimamente y que tal iba la escuela.

Luhan suspiró, apretando un poco el pequeño paquete entre sus manos antes de decidir abrirlo para distraerse un poco. Una sonrisa se esbozó en sus labios tan pronto como vio la fotografía de los gemelos y leyó el mensaje en el reverso. Tras eso, sacó el que debía ser el chocolate blanco más deforme de la historia, pero ellos lo habían hecho por lo que lo apreciaba aún más.

— Oh, también me reencontré con Haneul —dijo Sehun.

— ¿Tú pequeña ex novia? —Murmuró, enviándole a Luhan una mirada al igual que Jessica.

— Ella es muy linda, ya somos algo así como amigos —soltó alegremente.

Tras esas palabras, la calma pareció regresar y la conversación volvió a su curso. Pronto, su novio y el tío de éste, comenzaron a hacer miles de planes para su estadía, empezando el día siguiente, acordando ir a comer fuera y visitar algunos lugares en la ciudad.

Luhan no tuvo el corazón para detenerlos y recordarle a Sehun que de hecho ellos ya habían quedado de ir al cine. Jessica fue la única que en realidad lo notó, pero al verlo negar silenciosamente ella entendió que estaba bien.

Todo fue relativamente perfecto y alegre hasta la hora de dormir. Fue entonces cuando definitivamente hubo algunos problemas.

Puesto que, en resumen, solamente había dos dormitorios en el lugar. Sehun tenía uno y Jessica el otro, pero como definitivamente el invitado sorpresa no podía dormir con Jessica mientras ellos felizmente dormían juntos, Luhan fue enviado a dormir con Jessica pese a las mil protestas de Sehun.

Entonces, ahí estaba Luhan, vistiendo su pijama y arrinconado contra la cabecera de la cama mientras observaba con completo horror como su noona se desvestía como si su presencia no importara en absoluto.

Los ojos de Luhan se cerraron con fuerza al verla pasearse en ropa interior por la habitación sin preocupación, mientras que él estaba a nada de gritar el nombre de su novio para que lo salvara. Escuchó entonces su risa maliciosa y abrió lentamente los ojos, sintiéndose un poquito más aliviado al ver que ella al menos se había puesto una vieja y diminuta camiseta.

— ¡¿Qué estás haciendo?! —Chilló espantado al ver a la bella mujer quitarse el sostén repentinamente.

— Me preparo para dormir, niño tonto —resopló.

— ¡¿P-Pero por qué…. por qué te lo quitas?! —Exclamó completamente rojo.

— Porque es malditamente incómodo, además, tengo una camiseta puesta, no es como si estuviera desnuda —farfulló.

— P-Pero…

— Dios, Luhan, pareciera que voy a violarte o algo —bufó.

El chico jaló más cerca las mantas, lanzándole una mirada de timidez tremendamente linda. En otras circunstancia, y si él no fuera el novio de Sehun por supuesto, ella sin duda alguna se aprovecharía de tan dulce bocado.

— Ooooh, es esa la mirada que le das a Hunnie cuando…

— ¡Claro que no! —Casi gritó, evitando la mano de ella cuando trató de tocar su rostro—. ¿D-De verdad dormirás así? —Interrogó con el ceño fruncido, sin atreverse a mirar una vez más el cuerpo de su noona escasamente cubierto por la diminuta camiseta y sus pequeñas bragas.

— Deberías darme las gracias, al menos me puse una camiseta —se burló. Luhan le envió una mirada de reproche y vergüenza—. Deberías intentarlo alguna vez, Sehun seguramente apreciaría verte con un poco menos de ropa de vez en cuando —aseguró.

Luhan estaba listo para protestar, pero en su lugar guardo silencio y permaneció pensativo. Jessica lo observó atentamente, a la espera de la pregunta que él probablemente estaba preparándose para hacerle.

— Jiějiě —llamó quedito—, cuando Hun y tú hicieron…

— ¿Quieres que te cuente cómo fue su primera vez? —Inquirió con una sonrisa ladina.

— No, yo s-sólo… solo...

— De hecho fue el sexo más extraño que he tenido —frunció el ceño tras decir eso—. Empezando porque Jun Hyeok simplemente se apareció ante mí y me ordenó que me acostara con su hijo —Luhan inmediatamente apretó la mandíbula viéndose evidentemente molesto.

— ¿Por qué demonios escuchaste a ese despreciable hombre? —Masculló entre dientes.

— Bueno, en primer lugar; porque a mí me gustaba mucho él —vio con atención como el rostro del más joven se oscurecía—. Además, Jun Hyeok siempre conseguía lo que quería, por lo que de no haber sido yo, hubiera arrastrado a Hun a otro lugar y lo hubiese obligado de todas formas. En ese momento, yo simplemente pensé que al menos conmigo él corría menos riesgos —suspiró—. Yo al menos podía guiarlo un poco, tratar de que estuviera relajado y dejar que hiciera lo que quisiera. Yo incluso le dije que podía pensar en la persona que le gustaba si se sentía más cómodo.

— ¿Realmente hiciste todo eso?

— Oh, sí —asintió—. Por supuesto que fue todo muy raro con él gimiendo tu nombre durante todo el proceso, pero…

— ¡Basta, basta! —Ordenó abochornado—. T-Tan sólo d-duérmete —exigió. Ella se rió de su reacción y se acomodó para dormir—. ¡¿Por qué me abrazas?! —Exclamó espantado.

— Yo tengo esa costumbre, por lo general abrazó mi segunda almohada, pero desde que tú la tienes, te toca aguantarte y dejar que te abrace —sentenció, sin darle opción alguna para huir.

Resignado, Luhan solamente pudo suspirar pesadamente e intentar dormirse. Lo cual, a final de cuentas, fue la cosa más malditamente imposible de hacer, no solamente porque ella lo abrazaba cual boa constrictor, sino que además sentía que brillaba en la oscuridad de lo rojo que se ponía cuando el pecho de la inconsciente mujer se frotaba contra él.

Huyó cobardemente tan pronto sintió el agarre aflojarse, escondiéndose en la cocina y atragantándose con un vaso de agua tras sentir que iba a desmayarse en cualquier segundo. Una vez más tranquilo, hizo un puchero, repitiéndose sin para qué quería dormir con Sehun y no con su aterradora noona.

Sopesó entonces sus opciones.

Bien, eran las dos treinta de la madrugada y él estaba resuelto a que por nada del mundo él iba a volver a la cama con ella. Sin embargo, tampoco tenía su móvil con él y no podía entretenerse con él, encender la TV tampoco era buena idea, por lo que entonces solamente le quedaba tirarse sobre el sofá y tal vez lograr dormir en algún punto.

Enfurruñado, fue hasta el sofá y trató de acomodarse lo mejor posible, lo que en realidad no era imposible si consideraba que el incómodo mueble era de sólo dos plazas y Luhan definitivamente no cabía en él si se acostaba.

Molesto, decidió mejor sentarse y echar su cabeza hacia atrás en el mullido mueble, cerró los ojos e inconscientemente comenzó a tararear una canción antes de que el cansancio lo derrotara completamente.

— ¿Luhan?

— ¡Estoy despierto! —Chilló, abriendo los ojos de golpe y sentándose correctamente, algo que su cuello le recriminó, atacándolo con un punzante dolor.

— Dios, bebé, ¿dormiste aquí? —Soltó su preocupado novio, corriendo a su lado.

— Yo…

— ¿Qué pasó? ¿Tuviste una pesadilla? —Interrogó angustiado.

Luhan se sintió culpable y enternecido al mismo tiempo, ignoró el dolor y sonrió divinamente para borra la preocupación de sus hermosos rasgos para hacerle saber que todo estaba en perfecto orden.

— No tuve una pesadilla, solamente me desperté muy temprano y como no quería despertar a nadie, simplemente me senté aquí, pero me quede dormido sin querer —mintió.

Tampoco era como que fuera a decirle que había escapado de Jessica y su, un tanto, acusadora forma de dormir. Es decir, ella en primer lugar no habría tenido que ser obligada a compartir su habitación con nadie.

Sehun no pudo y tampoco hizo intento alguno de ocultar su alivio, besitos tiernos fueron repartidos por todo el rostro de Luhan, sacándole una risita realmente melosa la cual tal vez no querría que nadie escuchara además de Sehun.

— Buenos días, niños —saludó Jung Sun, luego de verse ignorado tras su poco discreto modo de aclararse la garganta.

Luhan empujó un poco el pecho de su novio, volviéndose con una sonrisa espléndida hacia el mayor. El hombre intentó verse severo, pero era un simple fachada ya que probablemente él sería la persona más complacida de verlos actuar así.

— Bueno, ya que estamos todos despiertos y felices. ¿Qué tal si desayunamos?

— En eso estaba, puedes sentarte si…

— No, no —interrumpió—. Tu comida es asquerosa y el único con talento aquí es mi yerno, pero yo nunca le pediría a él cocinar. Entonces, lo haré yo mismo —sentenció.

— ¿Quién dice qué mi comida es asquerosa? —Espetó Sehun—. A Luhan le gusta —declaró con mucho orgulla.

— Te está mintiendo porque es demasiado bueno para decirte la verdad —se burló.

Los dos comenzaron a discutir infantilmente y Luhan lo aprovechó para ir a la habitación de Sehun y conseguir un cambio de ropa. Jiāo Táng estuvo despiertos tan pronto lo sintió entrar a la habitación y lo siguió en cada paso que dio.

Su móvil se iluminó con la notificación de un nuevo mensaje y al abrirlo, Luhan descubrió que se trataba de Haneul preguntándole si tenía tiempo ese día para revisar su trabajo de física. Considerándolo, si ese mensaje hubiera aparecido el día anterior, Luhan positivamente le hubiera dicho que era imposible, pero ese día…

Decidió fácilmente dejar el mensaje sin respuesta y tan pronto volvió con los otros dos, se felicitó por su buena decisión. Sehun y su tío en ese momento seguían planeando lo que harían a lo largo del día, y aunque Luhan sabía que ellos no tendrían problema en dejarlo unirse, ellos también merecían un poco de tiempo a solas.

Luhan no tenía problema alguno en hacerse a un lado, él sabía que esos momentos eran limitados entre ambos hombres y aun cuando Sehun no ocultaba nada de él, todavía había cosas que solamente quería compartir con el mayor.

Jessica se unió a ellos en algún punto de la mañana, lanzándole a Luhan una mirada interrogante al escuchar a los otros dos planear su día. Luhan simplemente se encogió de hombros, ya decidido a responder el mensaje de Haneul.

— ¿Qué no ibas a llevar a Luhan hoy al cine? —Interrumpió Jessica la animada charla.

Algo que no fue en absoluto una sorpresa para Luhan, de hecho le hubiese sorprendido más que no hubiera dicho nada. El rostro de Sehun se puso pálido de todas formas, como si acabara de recibir un golpe en el estómago.

— Hannie…

— Está bien, ve con el tío Jung Sun —alentó.

— ¿Cómo podría él hacer eso? —Bufó Jung Sun—. Ustedes ya tenían planes y yo aparecí de la nada, no sería justo para ti...

— No, no, por favor vayan —insistió.

— Pero...

— Nosotros podemos ir otro día, Sehun —sonrió para tranquilizarlo—. Además, yo como que me había olvidado que quede con Hanuel para un proyecto —murmuró falsamente apenado—. Por lo que volveré a casa.

— ¿Volver? ¿Por qué si dijiste que te quedarías todo el fin de semana? —Soltó inconforme.

— Porque es más cómodo —respondió entre risas—. No puedo quedarme e incomodar a Jessica jiějiě, ella es una dama y necesita su espacio personal —explicó.

— A ella no le importa, ¿verdad? —Sehun la miró suplicante y ella casi, casi, dijo que estaba bien.

— Creo que Hannie tiene razón, Hun —apoyó Jung Sun—. La señorita Jung no tiene que ser incomodada por nuestra causa.

La sonrisa excesivamente amable del hombre hacía Jessica no pasó desapercibida para Luhan, Sehun terminó por asentir entonces. Enfurruñado, siguió a Luhan tan pronto el castaño se puso de pie para ir por sus pertenencias.

— Lo siento —murmuró desde el marco de la puerta.

— ¿Por qué exactamente? —Interrogó divertido.

— Te vas a ir —masculló.

— Esta bien, Hunnie. No es como si lo hubieras planeado —rió dulcemente—. Además, YanYan jiějiě tiene el fin de semana libre, así que estará más que feliz de que tengamos un tiempo de hermanos. Ella sigue diciendo que tú acaparas mi tiempo.

— No hago tal cosa, es ella la que nunca está —farfulló, poniendo en sus manos en la cintura de Luhan cuando se acercó lo suficiente.

— Ella igual te culpara —le recordó—. Entonces, diviértete mucho y lleva al tío Jung Sun a lugares bonitos.

Sehun asintió, inclinándose para conseguir un beso de despedida justo cuando su tío entró, metiéndose entre ellos hasta que estuvieron lejos el uno del otro y la mirada de Sehun amenazaba con prenderle fuego.

— Ah, vine por mi móvil —dijo risueño, alzando el objeto para que lo vieran.

— De acuerdo, yo me voy. Diviértanse mucho —se despidió, pese a las protestas de Sehun. Su tío de inmediato lo agarró para que no lo siguiera solamente por diversión y Luhan salió del lugar riéndose con ganas.

Como era de esperar, YanYan era la única que estaba en casa cuando llegó. Ella arqueó una de sus perfectas cejas al verlo en la puerta antes de hacerse a un lado para dejarlo pasar.

— ¿No ibas a quedarte con Sehun? —Interrogó frunciendo el ceño.

— Su tío llegó de sorpresa y como es un apartamento pequeño, alguien debía irse —explicó tranquilamente.

— ¿Y por qué tenías que ser tú?

— Porque era el único que no tenía nada que hacer ahí —se encogió de hombros.

— El tío llegó de sorpresa, tú tenías más derecho de quedarte —afirmó.

— Jiějiě, no es correcto mandar a su tío a un hotel. Nadie le hace eso a la familia —señaló.

— Yo sí lo habría hecho —aseguró.

— Pero tú no te llevas bien con nuestros dos únicos tíos —le recordó.

— Por eso —sonrió ampliamente y Luhan negó resignado.

— Como sea, una compañera vendrá a hacer un trabajo. ¿Puedes decirle que vaya a mi habitación en cuanto llegue? —Pidió.

Ella asintió a su pedido y él no desaprovechó el tiempo, corriendo a su habitación para poner algo de orden antes de que su compañera llegará. Ella no demoró mucho en aparecer, toda sonrisas y repitiendo sin parar que esperaba no importunar.

Todo fue igual de monótono como si estuvieran en clase, de vez en cuando la mente de Luhan se distraía y se preguntaba qué estaría haciendo su novio, pero pronto volvía su atención a alguna pregunta o comentario de Haneul.

En algún momento mientras trabajaban, YanYan llamó con un suave golpecito en la puerta, trayendo consigo una bandeja con jugo de naranja y algunos bocadillos. Luhan apenas estaba por decir gracias cuando Haneul ya había ido hasta ella y tomado la charola, sonriendo de modo resplandeciente.

— No debió molestarse, unnie —dijo con un tono casi aterciopelado—. Todo se ve delicioso, muchas gracias por esto. Le prometo que probare hasta el último bocado.

YanYan elevó una de sus perfectas cejas, asintiendo de todas formas antes de dar la media vuelta y volver. La sonrisa de Haneul no se había borrado todavía, sus ojos siguieron cada paso que dio YanYan e hizo una mueca extraña al volver su atención a Luhan.

Él trató de no hacerse de ideas raras respecto al tema y aceptó de buena gana descansar un rato mientras probaban lo que su hermana mayor había llevado para ellos.

— No sabía que tenías una hermana —comentó de la nada ella.

— Bueno, supongo que es porque realmente no hemos hablado mucho de nuestras familias —respondió distraídamente.

— ¿Cómo se llama? —Interrogó de un modo que tal vez podría decirse que era casual.

— YanYan, es mayor que yo por dos años.

— ¿Realmente es mayor que tú? Pensé que podrían tener la misma edad —murmuró—. Entonces ella está en la universidad, ¿cierto?

— Sí, está en el departamento de pintura. Nuestros padres querían que intentara entrar al departamento de pintura oriental, pero ella dijo que no estaba interesada y que limitaba su capacidad —rió tras recordar la escena.

— Wow, ella debe ser muy talentosa —dijo con admiración en su voz.

— Lo es, algunas de sus creaciones dan miedo, pero tiene un gran potencial, o eso dijo uno de sus profesores —sonrió orgulloso.

— ¿Y es soltera? —Preguntó con obvio interés.

Luhan sumó dos más dos y su rostro se volvió bruscamente en dirección a su amiga, quien obviamente estaba mirando a su hermana mayor con una inclinación romántica y no solamente era esa curiosidad natural que las personas sentían al conocer a YanYan y sentir de primera mano esa vibra algo extraña que desprendía.

— ¡Tú…!

— Luhan —llamó YanYan—, me olvidé de traer servilletas —habló mostrando lo antes mencionado en su mano.

— ¡Muchas gracias, unnie! —Chilló jovial Haneul y corrió a su encuentro—. Justo estaba pensando en bajar y molestarte por ello —murmuró, agitados sus pestañas coquetamente.

Luhan estaba en shock y mudo en su lugar. YanYan parpadeó confundida, haciendo una cara que decía que la chica frente a ella era muy rara, y por lo general era ella más bien quien estaba acostumbrada a ser la que sea llamada de esa forma.

— Ah, bueno —soltó confusa.

— Ah, unnie, desde hace un rato que me abriste la puerta, note que tienes un cabello muy lindo —halagó—. Así que tuve mucha curiosidad… ¿usas algo en el cabello? —Interrogó e incluso se atrevió a tomar un suave mechón de cabello negro entre sus delicados dedos.

Si Luhan no estuviera tan estupefacto de ver a Haneul coquetear tan cínicamente con su hermana, le habría gritado que no lo tocara o podría terminar sin una mano. Sin embargo, para la buena fortuna de la chica, su hermana mayor parecía demasiado aturdida con su comportamiento que no tuvo la reacción que normalmente tendría.

— Uso shampoo cuando me baño —respondió con el ceño algo fruncido.

Haneul rió adorablemente, como si el comentario realmente hubiera sido de lo más gracioso. Ella dejó ir entonces el suave mechón de cabello, colocando sus manos tras ella e hizo su expresión más adorable.

— Hannie me estaba diciendo que eres una artista muy talentosa, así que espero alguna vez poder ver las obras de unnie. —YanYan asintió torpemente, se despidió igual igual de torpe y se fue de allí, dejando a Haneul de pie la puerta con una expresión embelesada.

— ¡¿Le acabas de coquetear a mi hermana mayor?! —Exclamó escandalizado.

— No, no, no —afirmó ella, volviendo a su lugar—. ¿Cómo podría?

El castaño le dio una fea mirada, diciéndole de esa manera que naturalmente no le creía absolutamente nada. Ella se rió como si nada, entrecerró los ojos en su dirección y se llevó otro bocadillo a los labios.

— No me has dicho si es soltera —le recordó.

— Sí, pero… —hizo un puchero inconsciente.

— ¿Pero?

— No creo que ella esté interesada. Ha tenido un novio antes y creo que todavía tiene un crush con Lay g“ —murmuró.

— Oh, eso no importa —aseguró, agitando su mano derecha—. Por lo general no actuó así con la idea de conseguir algo, es solamente como una especie de cosa que tengo. Sea que ella responda o no, yo voy a coquetear con ella si me gusta lo que veo, es algo así como algo autoprogramado.

— Lo haces sonar como algo sumamente fácil —farfulló, sintiéndose un poco envidioso.

— Bueno, ciertamente he tenido que aprender a adaptarme a la situación y a lo que persona cada persona parece proyectar —explicó.

— ¿Qué quieres decir? —Interrogó.

— Tu hermana mayor, por ejemplo —señaló—; por la forma en que ella te mira, es obvio que le gustan las personas del tipo lindo, entonces, yo no trataría de llamar su atención con una actitud agresiva.

Luhan lo consideró por un momento y de una forma u otra, eso tenía algo de sentido. Sus ojos se clavaron en ella, su amiga a primera vista parecía del tipo de chica tímida, sin embargo y tras hablar un poco más con ella, Luhan se dio cuenta que era más segura de sí misma de lo que aparentaba.

— Tú…

— Yo —rió divertida.

— ¿Has tenido alguna pareja antes?

— Sí, en Daegu salía con una chica, pero terminamos poco antes de que yo me mudara aquí porque nuestra relación ya no funcionaba. Oh, y antes de ella hubo alguien más, sin embargo, en ese entonces ambas estábamos muy asustadas por ser descubiertas, así que eso terminó por destruir la relación. En cuanto a Sehun... creo que él no cuenta —explicó risueña.

— ¿Y alguna vez tú…? —No tuvo las agallas de terminar la pregunta, era grosero de todos modos.

— ¿Quieres saber si yo ya tuve mi primera vez? —Preguntó tranquilamente.

— No, yo no… —Balbuceó con las mejillas rojas y ella solamente se rió de él—. B-Bueno, n-no tienes que de-decirme si no quieres.

— Esto es por Sehun, ¿cierto? —La pregunta lo hizo elevar la vista luciendo muy alarmado, pero al no encontrar burla en su rostro sereno, asintió levemente—. Lo imagine, de hecho hace un tiempo que vi por casualidad esa libreta tuya y quería preguntar. Discúlpame si me meto en lo que me importa, pero me gustaría ayudarte si eso te sirve.

El rostro de Luhan se calentó, él podría morir de vergüenza en ese momento, pero también debía admitir que no se sentía un poco mejor al tener un poco de ayuda.

— Yo… es decir, nosotros...

— Tranquilo, Lu —tomó su mano para calmar sus nervios—. No necesitas decirme cuál es el problema. Tampoco voy a decir que me sorprende de Sehun —rió.

— ¿Ah no?

— No —negó levemente—. Decirte que lo encuentro extraño o sorprendente sería lo mismo que esperar que él actuara de cierta forma, cuando es más que obvio que cuando se trata de ti él será todo lo contrario.

Fue muy obvio que Luhan no entendió lo que trataba de decirle y a cambio ella le sonrió tiernamente, ideando una forma de explicar su punto.

— Veras, Luhan —comenzó—. Cuando él era mi novio, yo veía como los novios de mis amigas tenían algunas actitudes cariñosas con ellas e incluso había algunos motes cariñosos entre ellos. Yo entonces pensaba que Sehun no lo hacía porque le parecía ridículo, por lo que jamás hice comentario alguno de ello. Sin embargo, ahora que él está contigo, me doy cuenta que en realidad él si es ese tipo de chico.

Su acompañante asintió, mirándola con suma atención. Ella suspiró dramáticamente entonces, hizo un puchero y bufó un poco, como si estuviera recordando algo realmente molesto y desagradable de su relación anterior.

— Conmigo era siempre Haneul esto y Haneul aquello con un tono monótono, lo cual parecía normal si solamente lo juzgas por cómo se ve. Pero cuando está contigo él siempre tiene ese tono cariñoso e incluso te llama amor y cosas así, lo cual es totalmente opuesto a lo que uno esperaría de él. Por lo cual, obviamente yo era el problema —sentenció—. Entonces, mi querido Luhan, creo que tienes que hacer lo contrario a lo que haces normalmente y conseguirás lo que quieres.

— ¿Lo contrario?

— En efecto —asintió—. Normalmente tu eres todo tierno y dulce a su alrededor, algo que definitivamente él adora, pero creo que no lo incita lo suficiente. Intenta ser algo más agresivo en cuanto a tus insinuaciones —recomendó.

— ¿Él no va a encontrarlo raro si solamente cambio mi comportamiento de la noche a la mañana? —Inquirió inseguro.

— Mmm, podrías tener razón —concordó—. Pero… ¿Y si es como accidental?

— ¿Cómo haría que parezca accidental? —Frunció el ceño.

— Eso todavía no lo sé —admitió y la expresión de Luhan se ensombreció.

— Eso no es muy útil —refunfuñó.

— Tranquilo, voy a pensarlo y algo definitivamente se me ocurrirá —prometió, mirando su móvil luego de escuchar la notificación de un nuevo mensaje—. Es mi abuela, tengo que irme por ahora, pero definitivamente pensaré en algo —prometió.

— De acuerdo, y gracias.

La adorable joven negó sonriente, le dio un rápido abrazo y tomó sus cosas para finalmente dejar que Luhan la escoltara a la puerta. La vio partir por ese día y el resto de la tarde la pasó en compañía de su hermana, además de una llamada de su novio antes de irse a dormir.

Mientras que al iniciar el nuevo día, el panorama apuntaba a que sería el domingo más aburrido de los últimos meses. Ni siquiera tenía más tarea por hacer y él como que ya estaba medio mentalizado para el medio día.

Sorpresivamente, un mensaje de Haneul apareció en la pantalla de su móvil, dándole un poco de esperanzas. Ella ponía en su mensaje que había pensado en el problema y que finalmente había encontrado una solución, adjuntando en dicho mensaje una dirección también. Curioso, además de algo desesperado aunque no iba a admitir esto último, se apresuró para reunirse con ella.

Ella lo recibió con una sonrisa brillante tan pronto lo vio abrirse paso entre la multitud y Luhan se lamentó tan pronto como ella lo arrastró hasta la puerta de un concurrido local.

— Haneul, ¿qué hacemos aquí? —Preguntó nervioso, tan pronto cruzaron la puerta.

Es decir, si se suponía que iban a hablar sobre aquel tema, ¿por qué ellos estaban en una cafetería demasiado pública? Lo último que Luhan quería era a un montón de extraños escuchando por casualidad lo deprimente que era su actual vida sexual.

— Bien, Lu —habló ella—. Le di muchas vueltas este asunto y tras una profunda meditación, decidí que necesitas más de un punto de vista —sentenció.

— ¿Qué? —La miró confuso mientras caminaban directo a la parte más aislada del lugar.

— No puedes solamente actuar en base a lo que yo creo que puede funcionar. Así que necesitas diferentes puntos de vista y opiniones para comprar —explicó, haciendo un movimiento con su mano para que mirara al frente.

Sus ojos se toparon entonces con la expresión amigable de Minseok, la desbordante emoción de Kyun Min, la cara algo sonrojada de Cherry, la mirada fulminante de Baekhyun y el rostro confuso de Lay. Luhan miró a su amiga con horror y ella tan sólo se rió empujándolo hacia esa mesa.

— He citado a todos aquí para que entonces tengas diferentes puntos de vista y un mayor margen de éxito. Ve esto como una mesa de expertos —sonrió divinamente.

Luhan estaba en blanco, dividido entre reír, llorar o agradecerle a la bella muchacha. Desvió la vista a las personas ahí reunidas y por un segundo no quiso hacer algo más que cavar un agujero y esconderse ahí por siempre.

— Entonces… ¿Alguna duda?

— Sí —se adelantó Baekhyun a pesar de que era obvio que ella le estaba preguntando a Luhan—. ¿Por qué tú no viniste a mí si querías consejos? —Lo observó con ojos entrecerrados.

— Porque seguramente le dirías que fuera y saltara sobre su novio a lo película porno de bajo presupuesto, lo cual seguramente mataría a Sehun del susto —bufó Minseok, recibiendo una mirada fulminante de su amigo.

— Yo también quisiera preguntar porque rayos yo estoy aquí —espetó Lay.

— Suho y Sehun tienen un carácter más o menos similar, tus consejos podrían ser más útiles que los nuestros —razonó Baekhyun.

— ¡Estás loco! —Chilló espantado—. JunMyeon y yo nunca hemos…

— ¿Por qué no te atreves o por qué eres virgen? —Interrogó Kyun Min con malicia.

— ¡Es porque es mi hermano mayor! —Exclamó irritado—. Además, es más que obvio que no soy virgen.

— En pocas palabras, tiene miedo que lo rechacen —sentenció con tono divertido Minseok.

— Tú…

— Oh, ahora que lo noto, ¿tú qué haces aquí, Cherry? —Preguntó Kyun Min interrumpiendo las quejas de Lay. Ella enrojeció todavía más.

— V-Vine a d-darle apoyo m-moral a Luhannie —balbuceó.

— Ah, ella también vine por consejos —afirmó burlón.

— Pues aquí va el primero; ¡Consigue que el tipo sea tu novio primero! —Soltó Baekhyun.

— ¡Y-Yo no vi-vine por consejos! —Chilló avergonzada.

Pronto todos comenzaron a discutir, Haneul miró a Luhan con una sonrisa algo apenada y pese a lo mucho que Luhan quería dar la media vuelta y correr, ellos implemente ya no lo dejarían huir ahora que sabían su secreto.

Con ese pensamiento en mente, no quedó más remedio que sentarse, esperar porque algo de lo que ellos dijeran fuese útil y rezar para que eso no llegara a oídos de nadie cercano, o peor aún, que llegara a Sehun.

 

Notas finales:

Entonces, preciosas personitas, siendo todo por mi parte, les envío un gran abrazo, mil besos y les pido que cuiden mucho su salud por favor.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).