Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Only reason. por DNA

[Reviews - 71]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Hola preciosas personitas!!!


Como de costumbre, aquí estoy mostrando señales de vida jejeje


Ahora, la actualización de hoy es especial puesto que, aunque tarde un poco, quiero dedicarselo a una personita en particular.


Euyini Muñoz de mi corazón, este capítulo te lo dedico de todo corazón, felicidades por tu cumpleaños (aunque sea atrasado), trabaje tan rápido como pude y espero que disfrutes este capítulo que humildemente ofrezco como tu regalo. real, realmente espero te guste.


Así como real, realmente espero que les guste a todos.


 

 

¿En que se había metido?

Fue esa la pregunta que Luhan se hizo luego de largos minutos de estar escuchando a todos los ocupantes de aquella mesa discutir. Sus voces apenas entendibles por debajo de la potente voz de Baekhyun.

Haneul se cubría el rostro de vergüenza sentada a su lado y por más que Luhan quisiera decirle que no pasaba nada, la verdad era que incluso él no tenía el valor de enfrentar las miradas curiosas y algunas un poco molestas de los demás clientes ocupantes del local.

Alguien se aclaró la garganta y una bonita taza fue colocada frente a él y aunque susurró la palabra gracias, no se atrevió a ver a la simpática mesara a la cara. Ella se aclaró la garganta con cero discreción y finalmente la discusión se detuvo.

— Disfruten su orden y espero su estancia en nuestro café sea agradable —soltó ella antes de marcharse.

Luhan suspiró agobiado, sabiendo que tras esa falsas palabras corteses, ella de alguna forma les dijo que debían callarse porque estaban incomodando. Algunos de sus acompañantes tuvieron la educación de sentirse algo apenados por su actitud, Baekhyun bufó airadamente por su parte mientras que Kyun Min rodó los ojos con fastidio.

Ahora más que antes, Luhan se daba una idea del porqué de que esos dos se llevaran tan bien.

Ellos finalmente se callaron durante un momento, pareciendo completamente concentrados en sus propias bebidas y de todas formas, Luhan sabía que ellos estaban observándolo en espera de que se dignara a hablar.

Naturalmente, Luhan tenía muchas dudas, pero no la valentía de exteriorizarlas. En ese momento su cerebro estaba trabajando a toda marcha, esforzándose por organizar todas las ideas que ya de por sí eran un caos.

— ¿Y bien? —Baekhyun fue el primero en hablar.

— Él quiere nuestra ayuda, genio —bufó Lay.

— Eso es obvio, idiota —contraatacó con fastidio e ignoró la mirada fulminante ajena—. Lo que estoy pidiendo es que nos diga exactamente en qué podemos ayudarlo nosotros.

Luhan tomó una gran respiración, desvió su vista a Haneul a su lado y al verla asentir, se armó con la confianza que pudo reunir y se aventuró a hablar.

— Hice un trato con Sehun —murmuró quedito.

— ¿Qué tipo de trato? —Interrogó un curioso Minseok.

— Bu-Bueno… yo… él… no-nosotros...

— Eso es todo, no digas más —ordenó Baekhyun, quien parecía ser el único que verdaderamente entendía cuál era el problema.

— Pe-Pero…

— ¿Quieres tener esta conversación aquí? ¿En un lugar público? —Arqueó una de sus perfectas cejas en su dirección. Luhan negó frenéticamente.

— De acuerdo, terminen lo que ordenaron, pidamos algo para llevar y movámonos a otro sitio —indicó.

Todos asintieron en acuerdo, terminaron lo que inicialmente habían ordenado y luego de que Minseok y Kyun Min ordenarán para llevar algunas cosas más, salieron de ahí en grupo. Baekhyun los dirigía mientras todos los demás simplemente lo guiaban obedientemente.

Los nervios aumentaron dentro de Luhan con cada paso que daba, volviéndose casi un malestar físico mientras viajaban en el subterráneo y, justo cuando volvieron a las transitadas calles y la idea de dar la vuelta para correr sin mirar atrás lo convenció lo suficiente, alguien colocó una mano sobre uno de sus hombros.

— Es irritante, pero no te comerá. Yo te cuidaré —dijo un sonriente Lay.

— Lay g“ —lloriqueó.

— ¿Qué? —Rió jovial—. ¿Tienes miedo luego de ser el que convocó al diablo en primer lugar? —Se burló.

— Yo no los convoque —musitó infantilmente.

Lay rió, estando a punto de decirle alguna otra pero se detuvo de golpe, su confiable mano dejó su hombro y se apresuró hacia delante para cerrarle el paso a todo el grupo. Una mirada mortal puesta sobre Baekhyun.

— Esta es la casa de mi hermano —señaló molesto.

— ¿Y? —Espetó Baekhyun.

— ¿Por qué mierda nos trajiste aquí? —Exigió.

— Porque quiero —sonrió burlón, empujó a Lay a un lado y avanzó siendo tan descarado incluso como para restregarle a Lay el hecho de que poseía una llave del portón principal.

— ¡Vuelve aquí ahora! —Ordenó, siguiéndolo mientras el atrevido niño cruzaba el jardín como si todo le perteneciera.

El grupo corrió tras ellos, no muy seguros de si querían proteger a Baekhyun de Lay o hacer lo contrario. Justo al llegar a las puertas dobles de la impresionante residencia, Tao estaba de salida y se detuvo de golpe al verlos a todos frente a la puerta.

— Joven Byun, Lay g“ —habló sorprendido—. ¿Qué…?

— Usaremos el despacho privado de Suho —sentenció Baekhyun, pasando de largo al aturdido hombre. Todos los demás los siguieron, mostrándole al estupefacto hombre sonrisas de disculpas.

— Pero joven Baekhyun, no puede entrar ahí. El jefe tiene completamente prohibido el acceso a todos a excepción de Kai hyung —explicó Tao apresurado, corriendo para bloquearle el camino.

— ¿Tengo cara de que me importe? —Bufó—. Él no dirá nada si se trata de mí —sentenció avanzando sin importarle las protestas ajenas.

— Al menos deje que me quede con ustedes mientras están ahí —pidió ya resignado.

— ¿Sabes cómo funciona el sexo entre hombres? —Tao se quedó en blanco y con la mandíbula desencajada luego de escucharlo—. ¿No? —El pobre muchacho se apresuró a negar—. Entonces largo —ordenó, cerrándole la puerta en la cara luego de eso.

— ¡¿Quién te crees que eres para darle órdenes a Tao?! —Exclamó Lay, siguiéndolo de cerca mientras se movía por la habitación.

Lay seguía lanzando improperios, pero de nada sirvió y de todas formas porque ellos terminaron dentro del despacho privado de Suho, con Baekhyun sentado cómodamente en el lugar que normalmente era del dueño del lugar.

A ese punto, Luhan estaba preocupado de que Lay se ahogara en su enojo y muriera de rabia, sin embargo, ni esa posibilidad hizo nada para detener a Baekhyun.

— Esta no es tu casa —continuó señalando Lay.

— Tampoco tuya —le recordó con burla.

— No es mi casa, pero mi hermano mayor vive aquí y yo tengo mucha más autoridad de la que tú te tomas tan descaradamente. Así que sal de aquí ahora —señaló la puerta con una expresión feroz dirigida a Baekhyun.

— ¿Crees realmente algo de tus palabras? —Soltó mordaz—. Ambos sabemos cómo son las cosas en realidad, así que… ¿por qué no simplemente admites que estás celoso de mí? —Se burló.

— ¿Por qué diablos yo estaría celoso de un mocoso odioso y mimado como tú? —Escupió con desdén.

— ¿Por qué será? —Sonrió ladino—. Tal vez porque, mientras tu perdías el tiempo, Suho estaba obligado a centrar su vida alrededor de mí, también tengo las llaves de su casa, pasó más tiempo con él del que tú lo has hecho, una llamada mía y él correrá a mi lado, ¡ah!, y por supuesto, he sido su confidente más veces de las que puedo recordar —anunció triunfal.

— ¡Tú…! —Gritó furioso, golpeando ambas manos sobre el escritorio.

— ¡Enójate con todos si quieres, pero eso no cambiara que este distanciamiento sea tu culpa en primer lugar! —Exclamó imitando el brusco gesto ajeno.

— ¡Baekhyun, para! —Exigió Luhan.

— ¿Por qué? Fue él quien comenzó haciendo berrinche por todo, cuando no es más que su culpa porque es un cobarde —resopló.

— ¡Es todo! ¡Te mataré! —Lay explotó finalmente.

— ¡Basta, ambos! —Ordenó Minseok, tirando de la camiseta de Lay para devolverlo a su sitio—. Estamos aquí para ayudar a Luhan y no para escuchar sus peleas tontas —sentenció.

— Minseok tiene razón. Dejen sus diferencias para discutir entre ustedes, no involucren a otros —habló Kyun Min seriamente.

Ambos chicos se callaron de mala gana y aunque todos se acomodaron lo mejor que pudieron, la habitación igual estaba rodeada por una atmósfera de pura tensión. De alguna forma, se sentía como si fuera combustible y con una misera chispa, todo fuera a explotar en llamas.

— A-Antes hablaste de un trato, ¿verdad, Luhannie? Porque no nos explicas sobre eso. —Esa fue Cherry, la única persona que se atrevió a hablar al final.

— Es verdad —continuó Haneul—. Explica a los demás el problema, después yo les diré lo que a mí se me ocurrió y veremos que ideas tienen ellos —sonrió cálidamente para hacerlo sentir menos nervioso y tenso.

Luhan miró a todos dentro de esa habitación, sus manos estaban sudando mientras las cerraban en puños apretados y sus labios ligeramente torcido no se atrevían a dejar salir ni un mísero sonido. Todos aguardaban pacientes y luego de eternos minutos, las palabras finalmente hicieron su camino fuera de su boca.

Todo mundo escuchó con atención y aunque Luhan se guardó para sí mismo la mayoría de la información que lo llevó a hacer tan descabellado plan, sus amigos todavía parecían comprender la idea principal de todo.

Haneul tomó la palabra tras él, exponiendo la idea que ella tenía, pero que no sabía cómo debía ejecutarse correctamente. Algunos asintieron a su propuesta mientras que otros parecían no aprobarla pero tampoco la desechaban.

— Yo creo que es una idea interesante —habló Minseok una vez las cartas estuvieron en la mesa.

— Pero… ¿cómo harían que parezca un accidente? —Interrogó Cherry, quien nuevamente estaba sonrojada.

— Decir que es un accidente no es correcto —señaló Kyun Min—. Lo correcto sería decir que Luhan lo hace sin darse cuenta, lo cual es realmente algo común en él —dijo con una risita.

— Eso suena mejor —apoyó Haneul—. Aunque el cómo aplicar algo que usualmente hace sin darse cuenta y volverlo algo realmente intencional, sigue siendo la pieza más importante de esto.

— Algo grande y contundente seguido de cosas pequeñas —murmuró Baekhyun.

— ¿E-Eh? —Balbuceó Luhan.

— Tal como yo lo veo, la idea general no es mala, simplemente le hacen falta algunas afinaciones y saber cuándo atacar. Porque definitivamente no solamente debe ser ir y hacer todo de golpe, eso sería obviamente sospechoso —explicó.

— Ilumínanos entonces —pidió Min.

— Sencillo, señores y señoritas —sonrió traviesamente—, la clave de todo se llama frustración sexual —anunció.

— ¿Q-Qué? —Cherry se sonrojó todavía más.

— Verán, si bien es verdad que el idiota se niega a llegar hasta el final, eso no quiere decir que sea alguien que pueda tener las manos quietas. En otras palabras, ellos tenían sexo aunque no recorrieran todo el camino.

La vergüenza golpeó duro a Luhan, nuevamente pensó en huir como un cobarde. Lamentablemente, Baekhyun había cerrado la puerta con pestillo y no iba a ser lo suficientemente rápido para lograr su objetivo.

— Ahora, aunque en su momento la idea de Luhan fue estúpidamente impulsiva, también es la clave del éxito —afirmó—. Es decir, antes, aunque el idiota rechazaba a Luhan cuando él pedía ir por todo el camino, de todas formas los casuales jugueteos eran su manera de descargarse. Sin embargo, ahora que aceptó el trato de Luhan, ya no será capaz de hacerlo y deberá mantener las manos quietas aunque el objeto de su deseo esté a su lado y a su alcance.

— ¡Oh! —Exclamaron en conjunto Minseok, Haneul y Kyun Min, sus ojos incluso brillaban de emoción. Incluso Lay se veía algo sorprendido por Baekhyun.

— Con el tiempo él llegará al borde donde nada de lo que es ofrecido es suficiente y se quebrara —sonrió malicioso—. Entonces, pon atención Luhan, para que esto funcione, la clave de tu éxito será la paciencia.

— Eso no explica lo que dijiste al inicio —murmuró algo perdido.

— Dale tiempo —respondió—. El plan inicia entonces y créeme que conociendo a Sehun, él mismo te hará saber cuándo es hora de empezar a atacar. Y para que esto sea un triunfo rotundo, desde el inicio le darás un golpe contundente. Una vez lo hagas, lo que sea que hagas después de eso, cualquier pequeño gesto, detalle o acto serán un duro ataque contra sus barreras ya debilitadas.

— Por ahora sigue como hasta ahora, pero si puedes pasar más tiempo de lo usual con él también, eso servirá de maravilla. —aconsejó Kyun Min—. Verte constantemente ayudará, porque te puedo jurar que nadie logra soportar la tentación cuando la tiene enfrente.

— Mucho contacto físico, empieza con lo normal, toma su mano, abrázalo y cosas así por el momento. Una vez que notes las señales, se un poquito más osado, algunos roces accidentales estarán bien. —Minseok guiñó traviesamente tras decirle eso.

— Como Minseok ya explicó, es importante que seas un poco más atrevido de lo que normalmente eres, pero no lo exageres o él va a descubrir que le tiendes una trampa y todo se acabara —advirtió Haneul—. Además, es de suma importancia que no cedas ni un poco, siempre que las cosas parezcan fuera de tu control, haz lo posible por recordarle que tienen un trato y a la larga eso lo desesperara y mandara todo al demonio.

— Usa tus puntos buenos —aconsejó Lay—. Alguna vez escuché de Sehun que tienes unas lindas piernas, así que presta atención a cómo él te mira. Toma nota de donde aterrizan sus ojos y usa lo que le gusta de tu cuerpo a tu favor. Eso definitivamente lo quebrara —dijo con seguridad Lay.

Hasta ese momento Luhan había asentido a todo lo que ellos decían, a pesar de sentir que su rostro estaba a nada de arder en llamas.

— Y lo más importante de todo, Luhan, utiliza al máximo esa torpe e inocente aura tuya. Muchas de las cosas que te están diciendo harán que ardas de vergüenza y no debes ocultarlo, eso lo va a enloquecer y él simplemente no podrá seguir diciendo que no. —Baekhyun sonrió de un modo que hizo a Luhan tener piel de gallina.

— E-E-Entendido —tartamudeó.

— Esto es un plan infalible, Luhan —dijo Baekhyun con seguridad.

— Y siempre que tengas una duda, puedes acercarte con cualquiera de nosotros y te ayudaremos —prometió Kyun Min.

— De todas formas no vas a estar solo, vamos a seguir ayudándote para llevarlo a su caída —agregó Haneul.

— D-De acuerdo, gra-gracias.

Un estruendo lo hizo saltar en su sitio justo en ese momento. Se giró en estado de pánico hacía la dirección del ruido y se encontró con la peligrosa expresión rabiosa de Suho. Nada más verlo, la gran mayoría y él casi se desmayan, pero para Lay y Baekhyun no parecía ser nada en absoluto.

— Tú, pequeña peste —gruñó con los dientes apretados y apuntó su dedo hacia Baekhyun.

— Presente —lo provocó un poco más.

— ¡¿De qué mierda crees que le estás hablando a Yixing y a Luhan?! —Gritó histérico.

— De nada —sonrió con inocencia—. De hecho, ya nos íbamos. Así que andando, todos tomen sus cosas. —Ellos obedecieron, atemorizados al ver a Suho ponerse rojo.

— ¡Yixing, Luhan, vengan aquí ahora mismo! —Ordenó.

Los dos mencionados corrieron a su lado, una de sus manos sujetó el brazo de Lay y aunque parecía estar conteniendo un montón de palabras, solamente apretó los labios y lo miró como si con eso fuese a descubrir algo.

— Bueno, como ellos se quedan contigo, nosotros no tenemos de qué preocuparnos, pero no olviden mis consejos chicos —guiñó exageradamente y luego se largó tan rápido como pudo mientras Suho no reaccionaba.

— ¡Te mataré! ¡Te mataré, jodido demonio pervertido! —Rugió colérico.

Las carcajadas de Baekhyun resonaron desde afuera, al igual que los pasos apurados del grupo que lo acompañaba. Lay se apuró a sujetar el brazo del mayor asegurándole que no tenía de qué preocuparse y que Baekhyun solamente estaba diciendo tonterías.

— ¿Qué fue lo que les dijo? —Exigió.

Lay resopló e hizo una mueca de fastidio, cruzándose de brazos frente a él. — ¿Qué puede decirme él que no sepa ya?

El mayor tenía toda la intención de protestar, pero la mirada que Lay le envió era un claro desafío para que dijera cualquier cosa en su contra. Al final, JunMyeon solamente pudo mascullar algunas malas palabras y dirigirse a su escritorio.

— ¿Para qué armaron esta pequeña reunión de todas formas? —Espetó, disimulando pésimamente que esperaba que Lay dijera que no era por él.

— No era para mí, si es eso lo que preguntas con esa cara tan aterradora —resopló. Suho miró a Luhan entonces y el rostro del menor se puso blanco, luego rojo, después blanco una vez más y continuó de esa manera.

— ¿Qué? ¿Tu novio es defectuoso? —Interrogó, sonriendo de un modo escalofriante—. Conozco algunos chicos aceptables si él no puede con el trabajo.

— ¡No! —Gritaron igual de horrorizados ambos menores.

— ¡S-Sehun es perfectamente capaz! —Chilló para luego avergonzarse de sus propias palabras.

El hombre se echó a reír tras eso, Lay se cubrió la frente mientras negaba y Luhan casi comienza reírse histéricamente de su propia torpeza. Para su buena fortuna, Lay lo tomó del brazo para arrastrarlo a la salida entre tanto le gritaba al mayor que iba a llamarlo luego. Salieron apurados, rechazando rotundamente el ofrecimiento de Tao de llevarlos.

— Bueno, fue mejor de lo que pensé —habló Lay mientras caminaban—. Te confieso que por un segundo creí que ese irritante mocoso iba a sugerir un cambio de imagen a lo película de adolescentes y otras tantas estupideces —rió tras sus propios comentarios.

— Mm —emitió apenas Luhan.

Él no se atrevía a decir más que eso, de por sí Luhan aún se sentía un poco mortificado por todo lo acontecido minutos atrás, además del hecho de que al estar solos, Luhan se recordó a sí mismo que Lay era el mejor amigo de Sehun y por lo tanto, él podría contarle sobre todo.

Aunque muy en el fondo, no creía que Lay fuera ese tipo de persona, de igual forma él todavía no se atrevía a hablar abiertamente con el mayor sobre el tema. Estaba muy nervioso y el ambiente que los rodeaba era simplemente incómodo, tanto que Luhan rogaba por cualquier oportunidad para alejarse.

— No le diré nada —habló repentinamente, como si hubiera leído sus pensamiento y le sonrió ampliamente.

— N-No tienes prometer que harás eso por mí. Él es tu amigo y yo voy a comprender…

— Bueno, debo admitir que si estás fueras otras circunstancias; si él fuese una inocente paloma y tú estuvieras presionándolo de alguna forma, yo definitivamente te delataría —aseguró. Luhan agachó la cabeza sin saber qué decir—. Sin embargo, ese imbécil tiene la mente más sucia que yo, solamente que se hizo de miedos estúpidos y necesita un empujón. Así que, adelante, hagamos esto, porque de otra forma él no va a dar el paso nunca —animó entusiasta.

La mirada asombrada y brillante del más joven fue hasta él, no pudo evitar reírse de esa carita de esperanza y alegría, revolviendo su cabello un poco.

— También hago esto porque tú eres mi amigo tanto como Sehun lo es —interrumpió—. Es por eso que yo voy apoyarte, seré tu confidente y te daré mis mejores consejos tanto como lo hago con él —afirmó—. Así que no le diré nada que tú quieras mantener en secreto —prometió.

— Gracias, Lay g“ —sonrió felizmente.

— No hay de que, no hay de que —soltó risueño—. Ahora, deja que te llevé a casa. Me da miedo que te secuestren en el camino hasta allá —dijo con un tono de dramatismo que hizo reír al otro.

Mientras caminaban, Luhan recordó vagamente el pasado desacuerdo de Lay y Baekhyun, porque aunque no era un secreto que ambos tenían fuertes diferencias, ellos realmente jamás habían colisionado de esa forma.

— Pregunta con confianza, Lu. Yo no muerdo —guiñó juguetón.

— No, yo no…

— Me has estado observando intensamente desde hace un rato y, a menos que tengas un secreto enamoramiento conmigo, tú tienes ganas de preguntarme algo —señaló con diversión.

El castaño no tuvo forma de responder a eso, tampoco quería quedarse con la curiosidad y solamente por ello se alentó a sí mismo a despejar sus dudas, ya que el propio Lay le había dado el visto bueno para interrogarlo.

— ¿Por qué no te agrada Baekhyun? —Preguntó finalmente y Lay hizo una mueca al instante—. Yo sé que es algo… especial, por así decirlo, pero es una gran persona si lo conoces —argumentó a favor de su amigo.

— Luhan, lo dices porque es tu amigo e incluso déjame decirte que es lo mismo que Chanyeol nos dice —suspiró pesadamente—. Y a decir verdad es por ustedes dos que tanto Sehun como yo lo toleramos, porque de otro modo ninguno de nosotros le dirigiría la palabra —afirmó.

— Pero…

— Ese niño es grosero, déspota y creer que las personas pueden ser tratadas como herramientas si no las considera merecedoras de su gracia —soltó abruptamente—. Usa a todos los que no considere cercanos como meros escalones y se es tan arrogante como para mirarte altivamente si es que acaso él considera que estás equivocado.

— Bueno, es verdad que él es un tanto difícil de tratar a veces, pero…

— Difícil no es la palabra correcta, Luhan. Tú piensas lo mejor de él porque tuviste la buena fortuna de agradarle en lugar de ser a quien mirara como basura si no te encuentra suficiente para captar su atención. Él solamente sabe meterse donde no lo llaman y hablar sin tener idea de todo lo que la situación implica —sentenció molesto.

— N-No, él…

— Para él es fácil, no es más que el niño consentido de papá. Él solamente debe estirar la mano y su imponente padre le dará todo en bandeja de oro, pero aun así aparece creyendo que lo sabe todo y que si él fuera quien estuviera en zapatos ajenos, ya lo habría resuelto todo. Cree que todo es fácil porque nunca ha tenido que pasar por dificultades, pero si fuera él, si estuviera en mi lugar, déjame decirte que hubiera tomado peores decisiones que las mías —finalizó con el rostro sombrío.

Luhan estaba mudo, no se atrevió a hacer algún movimiento o comentario más, no cuando Lay estaba listo para golpear al próximo que fuese a decir algo a favor de Baekhyun. Un aire incomodo se envolvió en torno de ellos, Lay ni siquiera trataba de ocultar que estaba molesto y Luhan se arrepentía de haber abierto la boca en primer lugar.

— Mi casa está por allá —habló luego de un largo rato, señalando con su mano el camino.

Lay tomó una gran inhalación y tras ello exhaló con fuerza, asintiendo con pesadez. Tras ver esas acciones Luhan no estaba seguro de que debería hacer y de la nada él le sonrió, una sonrisa que pedía disculpas y Luhan lo imitó.

— Bueno, pequeño Luhan, nos veremos después —se despidió amablemente—. Mucha suerte con tu plan y si tienes una duda, ven con Lay g“ y te daré un buen par de consejos —prometió.

— Lo haré, muchas gracias por todo ge —respondió, haciendo una rápida reverencia antes de correr en dirección opuesta.

Un poco más confiado se encaminó a su casa, repasando para sus adentros todo lo que los demás le habían dicho. Lo cual, sorprendente, no fueron ideas descabelladas que moría antes de atreverse a hacer.

Ahora, Baekhyun había dicho que habría una especie de señal y que lo único que debía hacer era esperar por ella. Era como dejar algo para cocinar a fuego lento, pero ahora repentinamente se preguntó si él mismo no sería también afectado por la frustración.

Probablemente sería así, sin embargo, Luhan normalmente era el más paciente entre ambos mientras que Sehun se desesperaría con mayor facilidad cuando se trataba de algunos casos en particular. Internamente, Luhan rezó para que fuera uno de esos casos.

Con honestidad, Luhan estaría bien si lograba aguantar solo un día más que él, con eso estaría más que conforme. Aunque antes de eso debía concentrarse en hacer correctamente su propio trabajo o al final no importaría quien resistiera más.

Con eso en mente y una renovada convicción, regresó a casa dispuesto a aburrirse lo que restaba de ese domingo. Al llegar, fue recibido por un rotundo silencio y a sabiendas que la inactividad iba a desesperarlo, decidió ponerse a limpiaría el desastre que era su habitación antes de que todos llegaran.

Un tiempo más tarde, con música de fondo y con su plan en proceso de estar siendo ejecutado, Luhan se relajó a medida que avanzaba, se concentró en lo que hacía mientras se sentaba en el suelo, debatiéndose en si quería conservar aquella camiseta o no.

Decidiendo que ya no era necesaria la arrojó con el resto de las cosas que no necesitaba más y volvió a rebuscar entre las cosas revueltas en su armario, hasta obtener una caja del fondo. En su mayoría eran uno que otro juguete que había conservado de cuando era niño.

No los conservaría más y bien podrían llevarlos a Deditos pintados para los pequeños y ya con la decisión hecha, estaba a punto de dejar la caja a un lado, hasta que algo llamó su atención y al tomarlo no pudo evitar sonreír.

Sin embargo, el viejo traductor ya no encendió cuando trató de hacerlo funcionar, algo sobre ello de alguna forma fue un poco triste. En su momento, esa pequeña cosita lo había hecho sentir alegre y frustrado en la misma medida.

Lo ayudaba a comunicarse con Sehun la mayor parte de ese tiempo, pero a veces no captaba bien la información y complicaba los significados reales de las oraciones. Aun así, lo ayudó a acercarse a él de todos modos.

— Que triste tener que tirarlo —murmuró a la nada.

— No tienes que hacerlo, tal vez solamente necesite baterías nuevas.

Luhan no necesitaba mirar para saber que era Sehun, pero de todas formas se volvió en dirección a la puerta con la vista fija en Sehun, quien se recargaba ligeramente en el marco.

Ah, su novio era tan oportuno.

— ¿Tú crees? —Levantó el pequeño aparatito.

— Déjame verlo —pidió, yendo hasta él para tomarlo y darle una mirada al traductor.

— ¿Cuándo entraste? —Preguntó mientras lo veía revisar el aparato.

— De hecho, acababa de llegar justo cuando te vi con el traductor —se encogió de hombros.

La vista de Luhan no se apartó un solo instante, se puso de pie para ver más de cerca y cuando vio que Sehun simplemente no podía retirar la pequeña placa que cubría el lugar donde iban las baterías, lo detuvo con sus manos.

— ¿Qué haces? —Preguntó divertido—. Déjame enseñarte cómo es.

Sostuvo el pequeño aparato con su mano izquierda y con la derecha tomó la mano de su novio, él fue todo obediente mientras Luhan guiaba sus dedos sobre la pequeña placa y hasta una de las esquinas.

— Presiona aquí un poco —indicó—. Ves, se levantara y la puedes quitarla entonces.

Satisfecho con haber logrado explicarle eso, trató de retirar su mano que todavía sostenía la contaría. Él no lo dejó ir y en cambio la guió hasta sus labios, besando apenas el dorso sin despegar sus ojos de los del castaño.

— Eres muy talentoso por lo que veo —sonrió de lado, poniéndole a Luhan la piel de gallina.

— Bu-Bueno, deja que regrese a mi trabajo —dijo, retirando su mano por fin y volviendo a su sitio a un costado de su armario.

— ¿Qué es todo esto? —Interrogó, acomodándose directamente en la cama de Luhan con el traductor en sus manos.

— Estoy limpiando, tirare lo que ya no sirva y lo que sea rescatable le encontraré algún uso —explicó, revolviendo nuevamente el interior—. También encontré una caja con viejos juguetes que pueden gustarle a los niños en Deditos pintados, la llevaré en el transcurso de la semana.

— Ve el jueves —pidió—. Voy a estar ahí y podemos jugar un rato con ellos.

— De acuerdo —aceptó distraídamente.

— ¿Y tu familia?

— Mmm, mamá y papá están en esa clase de bordado a la que mamá querían asistir, Zhao g“ fue con sus amigos a comprar el nuevo tomo de algún manga y YanYan jiějiě fue llamada de último minuto por su equipo de trabajo para un proyecto.

— Lo que quiere decir que estamos solos, ¿cierto?

Luhan dejó inmediatamente los zapatos que estaba preguntándose porque tenía, sus ojos fueron rápidamente a la figura del pelinegro y se encontró con una sonrisa inocente que desentonaba complemente con su mirada.

— Ven a sentarte, Luhan —pidió.

Vacilante, Luhan se acercó quedándose de frente a él con el presentimiento de que él iba a pedirle algo.

— Siéntate, Bǎobèi Lù —insistió.

Él sabía que Sehun no estaba pidiendo que se sentara a su lado precisamente y entendiendo a la perfección, se acomodó a horcajadas sobre su regazo, dejado que lo abrazara a su antojo y devolviendo el gesto.

— Me siento cansado, Bǎobèi Lù —se quejó de modo infantil.

— Pobrecito —rió, besando su cabello—. ¿Quién ha sido tan desalmado?

— Te recuerdo que te fuiste y me dejaste solo con mi tío y Jessica —resopló—. Es obvio que ellos coquetean mientras que yo estoy ahí, sin mi novio que prometió quedarse el fin de semana, y es asqueroso —bufó.

Luhan comenzó a reírse, sus manos se colocaron sobre los hombros del otro y bajó la mirada a su sonriente expresión, pese a que antes había estado quejándose.

— En lugar de reírte, ¿no deberías estar compensándome por hacerme soportar eso? —El tono que usó era bromista, pero la forma en que se mordió el labio inferior parecía prometedora.

— Claro, que tal si preparo algo de comer para ti —propuso, fingiendo no darse cuenta.

— Eso depende de que me vaya a comer con exactitud —habló una vez más con aquel tono.

— Comida, a menos que recuerdes nuestro trato y cumplas con él —sonrió dulcemente.

Una mueca de disgusto fue la respuesta de Sehun, Luhan sonrió triunfal y estuvo de pie antes de que él pensara en quejarse siquiera. De un modo u otro, sentía que acaba de obtener un gran punto a su favor.

— Espera, espera —habló, tomando su mano tan pronto lo alcanzó—. Antes, tú ni siquiera me saludaste cuando llegue —le recordó seriamente.

Luhan asintió, dándole la absoluta razón y, a continuación, sus manos acunaron el rostro del más alto acercándolo para un suave beso en los labios. Una sonrisa creció en los labios del más alto y Luhan suspiró gracias a esa costumbre suya de acariciar su mejilla cada vez que lo besaba. 

— Eso está mucho mejor —rió con gusto.

Bajaron a la cocina tomados de la mano algunos besos más tarde, Luhan era quien haría la mayor parte y fue directo a la nevera para revisar los ingredientes que tenía disponibles. Sehun por su parte, se acomodó en uno de los bancos alrededor de la isla, apoyando su rostro sobre una de sus manos mientras lo observaba.

— Tal vez quieras hacer más que algo para dos personas —sugirió.

— ¿Eh?

— Mi familia vendrá a cenar en la noche, me enviaron a avisar —dijo risueño.

— Que mal servicio de tu parte como mensajero—se quejó, cerrando la nevera y dirigiéndose a la alacena en su lugar.

— Es porque tú me distraes —se defendió, haciendo reír al castaño con eso—. Así que para compensarte te ayudaré a cocinar.

Y con eso, él se puso de pie para ayudarlo, bastante conforme con eso, Luhan le dio un par de instrucciones antes de abandonar la cocina y hacerle una llamada rápida a su padres para hacerles saber de las visitas.

— ¿Qué tal se ve? —Preguntó Sehun tan pronto volvió a la cocina.

Luhan se acercó para revisar que los vegetales hubieran sido cortados correctamente y sonrió al ver que así era. Asintió conforme y Sehun continuó su trabajo bajo su atenta mirada, la cual pronto dejó de prestar atención a lo que el cuchillo cortaba y se centró en las manos del más alto.

Las manos de Sehun eran más grandes que las suyas, con la piel pálida, dedos largos y delgados, además de algunas cicatrices en el dorso y los dedos. No eran suaves, era imposible cuando Sehun había trabajado desde que había vuelto a Seúl, pero eso no impedía que cada vez que tocaba a Luhan, sus caricias fueran más que delicadas.

— ¿Pasa algo? —Preguntó al verlo distraído.

Su voz lo tomó por sorpresa y por un segundo no tuvo respuesta, pronto volvió la mirada a las manos ajenas y frunció el ceño aparentemente disgustado por alguna razón.

— Así no se sostiene el cuchillo, te vas a cortar —advirtió algo que no era más que una tontería que acaba de inventarse.

Sehun no sabía eso, por lo que lo tomó muy en serio, cambiando el modo en que sostenía el afilado objeto y le dio una mirada en espera de su aprobación. Al ver a Luhan asentir, siguió cortando los vegetales todavía con la mirada de Luhan en él.

Por segunda vez, Luhan trató de prestar atención a lo que el más alto hacía y no a sus manos, pero una vez más su vista se desvió a sus manos, siguiendo a sus muñecas y hasta sus antebrazos, deteniéndose en su antebrazo derecho adornado por la oscura figura de un ciervo.

— ¿Te dolió? —Murmuró distraídamente.

El pelinegro detuvo su tarea, mirando interrogante en dirección a Luhan. La mano ajena se estiró en su dirección tocando con la yema de sus dedos la silueta del ciervo en su antebrazo derecho y finalmente entendió la pregunta.

— Algo, no mucho —respondió con calma, estirando su brazos para dejar que él tuviera mayor acceso.

Vio al más bajo asentir, sin quitar la vista de su tatuaje y continuó acariciando la piel con lenta suavidad, retirando su mano cuando pareció tener suficiente, pero permaneciendo de pie a su lado con una expresión complicado.

Sehun quería preguntar, pero no estaba seguro de la forma correcta de hacerlo, por lo que simplemente continuó con lo que hacía, desviando su mirada a su costado de vez en cuando, a la espera de que Luhan dijera algo.

— Creo que nunca lo he mencionado antes, pero me gusta mucho como se ve en ti —confesó—. Hay algo sobre él que… —Sin darse cuenta, Luhan se mordió el labio inferior y sus ojos de ciervo centellearon haciendo que la piel de Sehun hormiguera—. No me hagas caso y mejor continua —sugirió risueño.

Eso lo sorprendió un poco y lo único que logró hacer fue asentir todavía aturdido, Luhan sonrió conforme con eso y lo dejó por su cuenta mientras tomaba algunas cosas de los cajones y repisas, dirigiéndose a la isla para hacer algo por su cuenta. Prestándole atención solamente cuando él seguía inmóvil tras algunos minutos.

— ¿Sehun?

— ¿Acaso tú…? —Murmuró.

— ¿Yo? —Ladeó su rostro interrogante.

Al ver ese gesto, Sehun inmediatamente negó en un gesto para que le restara importancia. Convencido de que estaba imaginando cosas y que ese día en particular el perfume de Luhan estaba haciendo estragos con su mente, por lo que se repitió sin parar que debía calmarse y mantener las manos para sí mismo desde que se lo había prometido a su novio.

— No me pongas atención. Voy a ser bueno y te ayudare —sonrió ampliamente.

Él correspondió el gesto, volviendo su atención al recipiente que tenía frente a sus ojos y continuó vertiendo en el interior alguno huevos, especias y lo que parecía harina. Sehun se ocupó de lo que Luhan le había encargado mientras tanto, pero su mente seguía volviendo al incidente anterior y el hecho innegable de que estaba excitado desde que Luhan había dicho que estaban solos.

— Creo que voy a mudarme —murmuró de la nada, sin estar seguro siquiera de porque lo estaba diciendo.

El recipiente en las manos de Luhan casi se cae y una mirada confundida se clavó en el pelinegro, quien estaba de espaldas a él, luciendo de lo más tranquilo mientras su cerebro de Luhan entraba en caos.

— Yo creo que es una tontería, me gusta el apartamento, pero el tío Jung Sun dice que una casa más grande es más apropiada ahora que vimos que se necesitan más habitaciones para emergencias. Quiere ir mañana en la tarde a ver opciones —continuó tranquilamente—. ¿Sabes de alguna propiedad en venta por aquí cerca?

Luhan respiró aliviado entonces, recargando sus peso entero en sus brazos fuertemente sujetos al borde de la isla, tratando de no dejarse llevar y lanzarle a Sehun el recipiente en el que preparaba la mezcla para la masa.

— Luhan —llamó con una sonrisa traviesa en los labios.

— Eres un idiota —farfulló, regresando a su trabajo de mezclar todo como si odiara el contenido del recipiente. Sehun se carcajeó en su lugar—. Por cosas como estás me replanteo la idea de mudarme con YiFan g“g“ a Beijing —masculló.

— No lo haces —aseguró—. Me extrañarías demasiado.

¡Diablos, el maldito tenía razón! Fue por eso que Luhan se enfurruño aún más, mascullando palabras intangibles mientras continuaba trabajando.

— Oh, vamos, cielo —dijo, rodeándolo en sus brazos mientras estaba de espaldas y besó su mejilla—. Fue una pequeña broma.

— Te detesto —masculló malhumorado.

— Eso no es verdad —rió, desviando sus labios hasta su cuello y plantando un beso ahí.

Luhan se estremeció de pies a cabeza, dejando salir un vergonzoso chillido de sus labios, quitando las manos del más alto para alejarse de inmediato. Él se reía de su huida algo torpe, además de su rostro sonrojado.

— No hagas eso —exigió, señalándolo amenazante con el batidor de globo.

— ¿Por qué no? —Fingió inocencia.

— Po-Porque… porque siempre dejas marcas —respondió abochornado.

— Por eso lo hago —señaló alegremente—. Ahora, ven aquí —pidió.

— No —bufó—. No andaré por ahí con eso en mi piel frente a nuestras familia.

— Lo haré donde no se vea —persuadió.

— Sehun —habló con voz de advertencia.

— Luhan —sonrió obviamente divertido.

— Deja de provocarme, dijiste que serías bueno y me ayudarías —le recordó.

— ¿Cómo es que yo te estoy provocando, Luhan? —Tras esa pregunta incluso tuvo el descaro de inclinar su rostro con falsa ingenuidad.

— ¡T-Tú sabes cómo lo estás tratando de hacer! —Acusó no dispuesto a admitir en voz alta que su cuello era un punto sensible y que Sehun sabía eso.

Al verlo avanzar, Luhan inconscientemente retrocedió un paso y continuó con eso hasta chocar con algo. Se volvió alarmado y se dio cuenta que se trataba del lavabo, pero antes de pensar en algo más, una mano que no era la suya se colocó ahí, justo a su lado.

— Yo no estoy tratando de hacer nada, no yo fui quien comenzó esto —le susurró al oído.

Al instante volvió su atención al frente, encontrándose con que Sehun lo había acorralado y era más que obvio que lo estaba disfrutando. Luhan sintió como todo en su interior enloquecía y si su alma fuese una persona, seguramente ya estaría gritando y corriendo en círculos por toda la cocina.

Algo hizo click entonces, preguntándole por qué demonios estaba enloqueciendo en lugar de usar esa oportunidad y orillar a Sehun para que rompiera primero su parte del trato. Con eso en mente, sintiéndose valiente y aún con su interior en caos total, sus brazos rodearon el cuello del más alto para acercarlo más.

Algo parecía hacer el aire a su alrededor diferente, las manos de Sehun se apoderaron de su cintura y ambos se miraban a los ojos con la sensación de que el tiempo acaba de congelarse en entre ellos. Luhan notó el preciso instante en que la manzana de Adán del más alto se movió bruscamente, seguidamente él se inclinó lentamente y Luhan cerró los ojos en espera de su beso.

— ¡Xiǎolù, mami está en casa!

La voz de su madre los hizo alejarse de golpe y ambos corrieron torpemente fuera de la cocina para recibir a los padres de Luhan. Entre tanto, Luhan se abofeteaba mentalmente por haber pensado en hacer aquello en la cocina de su hogar.

— Ma-Mamá, pa-papá —balbuceó con un tonito entre nervioso y feliz.

— Buenas tarde, señores Wu. —Sehun no fue tan torpe al hablar, pero de todas formas se veía nervioso.

Ambos adultos los miraron sospechosamente y Luhan comenzó a sudar frío. Su madre fue la primera en romper el silencio, dejando ir una risita algo extraña antes de abrazarlos a ambos. Parloteando un poco sobre su clase de bordado y lo sorprendida que había estado cuando recibió la noticia sobre la visita de Jung Sun. Su padre, sin embargo, los observaba de un modo sospechoso.

— Y-Yo estaba a punto de comenzar con la cena —explicó, tratando de desviar la atención de su padre.

— Oh, entonces iré a terminar.

— Yo te ayudo —ofreció, corriendo a la cocina tras su madre.

Sehun estaba por hacerlo lo mismo antes de que su suegro lo detuviera con una mano sobre su hombro.

— Hace mucho que no hablas con tu suegro, Hun —sonrió ampliamente—. Deja que Luhan ayude a mamá y tú quédate a hacerme compañía. —Sehun asintió entre espantado y entusiasta.

Largas y agotadoras horas más tarde, Luhan emergió de la cocina sintiéndose cansado y con diferentes olores impregnados en él. Su padre y Sehun charlaban en la sala de estar cuando él entró para avisarle a su novio que iría a ducharse y regresaría.

— ¿Y ya pensaste qué carrera elegirás? —Preguntó su padre y Luhan se detuvo, esperando la respuesta de Sehun, quien permaneció en silencio por un tiempo.

— Mi padre —comenzó finalmente—, él es jefe de policía y aunque no es precisamente mi objetivo tener el mismo rango que él, todavía quiero seguir sus pasos —respondió tranquilamente.

— ¿Quieres seguir los pasos de ese hombre? ¿Por qué? —Interrogó con el ceño fruncido.

— Porque él le falló a las personas que buscaban justicia, él rompió el juramento de ayudar y proteger a quien lo necesitaba y por eso yo creo que es mi deber reparar sus errores. Seguiré sus pasos, pero yo haré lo correcto. Mi deseo es proteger a quienes lo necesitan al igual que algunas vez yo lo necesite, haré justicia para ellos y los ayudare a que sus voces sean escuchadas sin importar su posición económica o sus creencias —dijo con seguridad—. Trabajaré duro y me convertiré en alguien a que pueda ayudar a las personas cuando sientan que no hay salida. Y tal vez de esa forma, yo repare un poco el daño que él hizo a esas personas que algunas vez buscaron justicia para ellos. Es por eso que seguiré sus pasos, pero me convertiré en alguien mucho mejor que él —afirmó con determinación.

Esa respuesta tuvo una sonrisa con algo parecido a la admiración en los labios del señor Wu y al mismo tiempo Luhan sintió su pecho llenarse de orgullo.

— Ya lo eres, Sehun —aseguró el señor Wu—. Es por eso que, aunque no te lo dijera antes, sé que eres el mejor compañero que mi hijo pudo tener —sonrió de modo paternal.

— Gracias, yo no voy a decepcionar la buena opinión que tiene de mí —prometió.

Un nudo se formó en la garganta de Luhan luego de escuchar aquella charla entre su padre y Sehun, con una parte suya gritándole que fuera y le dijera a él las mil veces que había hecho que se enamorada de su persona.

Que era Luhan quien era afortunado por tener tal fortuna de ser elegido por Sehun, pero sabiendo que en ese momento, todos esos pensamientos iban a atascarse en su garganta y no salir por mucho que se esforzara.

— Oh, Luhan —llamó su padre, notando su presencia por fin.

Sonrió con torpeza, sintiendo los ojos de Sehun sobre él con cada paso que dio dentro de la habitación.

— Hijo mío, ¿acaso la harina te atacó? —Interrogó su padre con su tono bromista.

Luhan negó en respuesta, nada iba a poder salir de sus labios en ese momento de todas formas. El inconfundible sonido del timbre hizo a su padre ponerse de pie con destino a la puerta y le dio un par de palmaditas en el hombro al pasar a su lado.

— Bǎobèi Lù —llamó Sehun con una expresión de total confusión.

— Debe ser tu tío, voy a ponerme presentable. No tardo.

Sehun asintió poco convencido y Luhan se apresuró a su habitación todavía sin estar seguro de si él sentimiento en su pecho podría hacerlo llorar o solamente se quedaría ahí calentando su corazón. No quiso ignorarlo de todas formas, el sentimiento era maravilloso y simplemente tratar de hacerlo a un lado era imposible de hacer, tampoco era lo que quería.

Regresó a la sala de estar solamente cuando estuvo presentable y no hubo harina en su rostro, escuchando voces animadas desde que llegó a las escaleras y hasta que fue recibido por una sonrisa radiante casi idéntica a la de Sehun.

— ¡Pequeño yerno! —Exclamó Jung Sun, levantándose con prisa del sofá para ir a abrazarlo.

Luhan rió alegremente mientras el hombre lo estrechaba con fuerza, Jessica se acercó una vez fue liberado y también lo abrazó mientras que Jiāo Táng correteaba a su alrededor como si esperara su turno.

— ¡Jung Sun! —Llamó alegremente la madre de Luhan, saliendo por primera vez de la cocina para recibir a los invitados.

— ¡Fang Yin! —Exclamó igual de alegre, tomando delicadamente las manos de la bella mujer—. Tan bella como de costumbre.

— Gracias, usted también se ve espléndido —sonrió.

— Mire, déjeme presentarle a la señorita Jessica Jung, ella se está quedando con nosotros para cuidar a Sehun en mi ausencia —dijo todo sonrisa, extendiendo una de sus manos en dirección a Jessica.

— Oh, nosotras ya nos conocíamos, la señorita Jung cuido de nuestro Xiǎolù hace un tiempo. Estoy muy feliz de verla —sonrió encantada—. Gracias por cuidar también de nuestro HunHun —dijo haciendo una educada reverencia.

— No, no. Eso no es necesario —habló Jessica algo avergonzada—. Hun es muy especial para mí, yo no podría no cuidarlo.

La bella mujer frente a ella asintió alegremente y por primera vez en la vida, Luhan vio como las mejillas de Jessica se teñían de rojo.

— Pero por favor sigan a la mesa, les he preparado algo especial —anunció.

— ¿De verdad? —La mirada de Jung Sun se iluminó y su madre asintió—. No tenía que molestarse, pero le confieso que me hace muy feliz, he extrañado su deliciosa comida —elogió.

La risa melodiosa de su madre llenó la habitación, cada uno se acomodó en la mesa y Luhan no pudo evitar pensar que era curiosa la forma en que ellos estaban sentados; con él justo en medio de sus padres y Sehun al otro extremo en medio de Jung Sun y Jessica. Zhao estaba en el extremo superior izquierdo y YanYan en el derecho, haciendo que de algún modo fuera algo particular.

Pronto el comedor estaba lleno de voces, su padre y Jung Sun hablaban sobre la intención del último de conseguir una casa más grande y su padre le recomendaba algunos buenos lugares para ver. Su madre charlaba animadamente con Jessica y Luhan intercambiaba miradas con Sehun.

Fue inevitable para Luhan pensar que si tal vez, la familia de Sehun hubiera sido diferente, está podría ser la escena de ellos conociendo a los padres de Luhan por primera vez luego de que Sehun les contara sobre ellos.

Suspiró, tratando de despejar su mente de ideas inútiles y por el rabillo del ojo pudo ver a Zhao sonriendo de un modo travieso. Le prestó atención al instante y antes de lanzar una advertencia, él se aclaró la garganta llamando la atención de todos.

— ¿Pasa algo, Xiǎoniǎo? —Preguntó cariñosamente su madre.

— Nada en particular —sonrió con inocencia—. Es solamente que note que de alguna forma, esto se parece a la cena de compromiso de YiFan g“g“ y LiXue jiějiě —comentó.

Los mayores se miraron entre sí de un modo extraño y Luhan le dio a su novio una mirada de alarma a su novio.

— ¿Qué tiene eso que ver con…?

— Señor Oh, ¿vinieron a pedir la mano de Xiǎolù? —Preguntó un inquieto Zhao, interrumpiendo a Sehun. Luhan se casi se atraganto con la sopa.

— Oh, chico listo —señaló entre risas—. Él ya nos descubrió, sabe que la señorita Jung trajo un contrato y todo. El contrato es para prevenir que Luhan escape cuando se dé cuenta que mi pequeño es un idiota —bromeó e inmediatamente sus padres se rieron también.

— Te quieres callar —exigió Sehun avergonzado.

— ¿Por qué me callas? —Espetó con el ceño fruncido—. Estoy asegurando tu futuro.

— Apenas cumpliré diecisiete, pero tú ya piensas en mi matrimonio —resopló.

—Es por eso mismo, Luhan es la mejor oferta que tendrá en esta vida. Tu padre tiene que asegurar esto antes de que tú lo arruines con tu personalidad tan fea —bufó.

— Tú…

— En ese caso, nos gustaría que Luhan tuviera una ceremonia tradicional China si no es mucha molestia —continuó su padre, uniéndose a la broma.

— ¡Papa! —Exclamó Luhan.

— ¿Boda tradicional china? —Jung Sun los miró confuso.

— Sí, desde que era un niño, mi familia aún tiene por costumbre realizar las ceremonias nupciales como las tradiciones los marcan — explicó.

— Ambos deberán llevar atuendos nupciales rojos y la ceremonia debe ser en casa del novio, creo que en este caso podría ser en cualquiera de nuestros hogares. —Luhan miró a su madre con horror luego de escuchar sus palabras.

— Oh, pero uno de ellos debe llevar el velo rojo, es una tradición, por lo tanto la boda tendría que ser en el hogar de quien no lo lleve —señaló Zhao.

— Es verdad, y como es una tradición familiar que el velo sea pasado de generación en generación, Luhan llevara el velo que su madre usó en nuestra boda —concluyó el orgulloso hombre.

— Dios, basta, basta ya —suplicó Luhan.

— ¿Qué pasa después? —Preguntó Jessica, ignorando los lloriqueos de Luhan.

— Luego, Sehun tendrá que llegar a nuestra a casa montando un caballo y presentara sus respetos. En ese momento, nuestro hermano mayor acompañara a Luhan a el sedán nupcial, el cual será llevado por mí y YiFan g“g“, dos personas más en caso de que no podamos con el peso. Es entonces que Sehun, nosotros y la familia iniciaremos la procesión hasta entregarlo en casa del novio. En todo este recorrido, aunque acompañara la procesión, él no puede verlo hasta que lleguemos al lugar de la ceremonia —soltó un extasiado Zhao.

— Una vez en casa del novio, se realizan una serie de rituales prescindidos por el padre del novio, el más importante de ellos son las tres reverencias, una es para el cielo y la tierra, la segunda es para los padres y la tercera es para el cónyuge —explicó su padre.

A ese punto Luhan no sabía si quería reír o llorar al no saber si era él quien estaba más avergonzado o era Sehun, quien seguía enviando miradas asesinas a su tío que asentía sumamente interesado a las explicaciones.

— Una vez terminada la ceremonia, los novios se retiran a la habitación nupcial —dijo su madre con cierta timidez.

— No sigan, se los pido, no sigan —lloriqueó Sehun.

— Ahí, el novio retirara el velo y ellos beben una copa de vino cruzando los brazo. El novio regresa entonces a acompañar a los invitados y la… bueno, Luhan deberá quedarse ahí acompañado de las jóvenes casaderas —finalizó Zhao, apenas conteniendo la risa.

— Vaya, es una muy bella tradición, por supuesto que nosotros lo haremos, ¿verdad, Hun? —Sehun parecía querer prenderle fuego con la mirada.

— ¿Y la capa de seda blanca? —Preguntó YanYan con expresión solemne.

Al escucharla Luhan gimió angustiado, sus padres parecieron sonrojarse un poco y Zhao se cayó de la silla mientras se reía como poseído.

— ¿Qué es eso? —Interrogó Jung Sun con el ceño levemente fruncido.

— ¡No le preguntes! —Exclamó espantado Sehun.

— Es un ritual para la noche bodas, la capa de seda blanca se coloca en la cama donde ellos consumaran el matrimonio y es para… bueno, es como la evidencia de que la novia es virgen —sonrió con maldad.

Jung Sun guardó silencio, procesando la información antes de mirar primero a Luhan que se ocultaba detrás de una servilleta y luego a Sehun quien escondía su rostro entre sus manos. El silencio se apoderó de la habitación, interrumpido de vez en cuando por Zhao que trataba de recuperar el aire y YanYan quien continuó con su comida.

— Él todavía es virgen, ¿verdad? —Interrogó entonces Jung Sun.

— ¡Dios, cállate! ¡Cállate ya! —Exclamó Sehun y Luhan chilló.

Zhao dejó ir otra carcajada, Jessica se le unió y sus padres trataron de aguantar la suya mientras YanYan comenzaba a toser luego de ahogarse un poco al ser tomada por sorpresa con la pregunta tan directa de Jung Sun.

La broma terminó ahí cuando todos se dieron cuenta de que ambos menores ya no podían más con la vergüenza. Sin embargo, Luhan todavía quería encontrar una cueva y quedarse en ella por todo la vida.

La charla se mudó a la sala de estar, centrándose en temas de trabajo y algunas otras cosas, a ese punto Luhan y Sehun tenían miedo hasta de parpadear en caso de que los demás volvieran a usarlos como el objeto de sus bromas.

Pronto el reloj anunció la media noche y su madre insistió en que debían quedarse a pesar de que el tío de Sehun se negó incontables veces. Para su mala fortuna, todavía no existía un ser humano que pudiera decirle que no a ella.

Por lo que ella ofreció que ocupará la habitación de Sehun y que él durmiera con Luhan mientras que Jessica podría quedarse con YanYan. Todo parecía resultó y ambos menores huyeron a la habitación para olvidarse de aquel momento tan bochornoso.

Tan pronto entraron, Luhan cerró la puerta, suspiró pesadamente y se recargó en la puerta convencido de que nunca había sentido tanta vergüenza en su vida. Sehun no se veía mejor que él y al intercambiar miradas, no pudieron evitar reírse.

— ¿Usarás el velo de tu madre? —Preguntó con diversión él.

— ¿Vendrás a buscarme hasta aquí montando un caballo? —Contraatacó arqueando una de sus cejas.

— Mejor escapemos juntos, es menos problemático —bufó.

Luhan se echó a reír con ganas, abriendo sus brazos para que el más alto lo abrazara, dándole unas palmaditas en la espalda en un intento de reconfortarlo. La puerta se abrió precipitadamente de repente, empujándolos a ambos directo al suelo.

Por supuesto, Sehun jamás dejaría que nada le pasara y el amortiguó la caída por completo, Luhan se incorporó aturdido y masajeando su cabeza que la puerta había golpeado, sentándose sobre Sehun quien le daba una mirada de odio al recién llegado.

— ¡Dios mío, ¿qué estaban haciendo ustedes dos?! —Chilló escandalosamente Zhao.

Luhan se puso de pie en un santiamén, corriendo para cubrir la boca de su hermano mayor que se reía con ganas y giraba su rostro de un lado a otro para evitar que Luhan cubriera su boca.

— No, no. Yo mejor no quiero saber, pero váyanse a la sala y dejen que yo duerma con tranquilidad —se burló.

Sehun le lanzaba miradas asesinas desde donde estaba sacudiendo su ropa luego de levantarse, pero hacía mucho que estaba más que comprobado que Zhao no conocía lo que era el instinto de supervivencia, por lo que seguiría riéndose.

— Pero de verdad chicos, recuerden los requisitos de su compromiso, así nunca habrá prueba de tu pureza en la capa de seda blanca —señaló con diversión

— ¡¿Estás loco?! ¿Cómo demonios un hombre sería capaz de algo como dejar tal prueba? —Soltó Sehun.

— Pues yo una vez leí en un libro que…

— ¡Cállate! —Gritó al unísono la joven pareja.

— No me griten —regañó con un puchero—. Verdaderamente, no sé qué demonios estaba pasando por sus mentes retorcidas, pero yo solamente iba a decir que leí en un libro que el novio se cortaba el pecho y manchaba las mantas para salvar a su novia —bufó.

Los otros dos se quedaron en blanco, dejando a Zhao mascullar palabras intangibles por su cuenta. —En todo caso, que irrespetuosos son —afirmó e hizo un sonido de hmnp—. Miren que tratarme así, ¡ustedes deberían estar agradecidos conmigo! —Chilló mientras se adentraba en la habitación y subía a la cama.

— ¿Agradecido cómo por qué? —Bufó Sehun.

— Pues, si no fuera por mi oportuna intervención el día que se conocieron, tú, Oh Sehun —lo señaló—, no hubieras entendido nada, te hubieras confundido y te volverías loco al descubrir que Luhan era un niño —sentenció con un tono de arrogancia—. Mientras que Luhan, bueno, él probablemente se hubiera asustado, se pondría a llorar y huiría lejos de ti para tenerte miedo por toda la eternidad o algo así —murmuró pensativo —. De todas formas, él como que ya estaba por ponerse a llorar cuando lo encontré, así que…

— ¡Yo no iba a ponerme a llorar! —Exclamó abochornado.

— ¿Seguro? —sonrió con malicia—. Porque yo recuerdo…

— Tan sólo déjalo y dinos qué diablos haces en mi habitación —exigió Luhan.

— Oh, a último minuto papá le ofreció a la señorita Jung mi habitación para que estuviera más cómoda, así que me quedaré con ustedes —anunció alegremente—. Aunque en el fondo yo creo que es porque no confían en dejarlos solos —soltó una carcajada.

La mirada de Luhan advertía que no saldría de ahí con vida de continuar con sus bromas estúpidas, pero poco le importaba a un chico tan revoltoso como Zhao, que en lugar de temer, se estiraba plácidamente en la cama.

— En fin, no hagan más escándalo, apaguen las luces y duérmanse ya —ordenó, acurrucados en la cama.

Ambos sabían que pelear con Zhao sería completamente inútil, por lo que decidieron dejarlo ganar en lugar de desgastarse en vano. Un par de mantas en el suelo serviría para pasar la noche y realmente, todo lo que ellos querían en ese momento era dormir.

¡Pero no!

Zhao roncó como alguna especie de máquina vieja y defectuosa toda la maldita noche, haciéndolos parecer zombis cuando la mañana llegó. Luhan se enfurruñó para sus adentros con todas las personas a su alrededor por parecer tan radiantes mientras él trataba de que la cuchara en su mano lograra encontrar el camino a su boca.

Jung Sun se ofreció con entusiasmo a llevarlos a la escuela y mientras que él los despidió con mucho entusiasmo, ellos apenas emitieron un patético adiós y se arrastraron al interior de las instalaciones escolares.

— Muy buenos días, Sehun —saludaron las alegres admiradoras de su novio.

Luhan tenía demasiado sueño para fruncir el ceño esa mañana, por lo que simplemente lo dejó pasar y caminó torpemente antes de ser aplastado por las emocionadas chicas. Prefiriendo ir a su salón y aprovechar el tiempo antes de que el profesor llegara.

— ¡No te atrevas a dar un paso más, Luhan!

Frunció el ceño, volviendo en dirección de su molesto novio. Las tres jóvenes hablaron a la vez pidiéndole que se quedara con ellas un poco más, pero él las ignoró para acercarse a Luhan y llevarlo hasta su salón de clases.

— ¿Estarás bien? ¿Seguro de que no quieres que nos saltemos las primeras horas? —Preguntó con cansancio.

Luhan negó y se aseguró de sonreír correctamente para que de ese modo él no tuviera que preocuparse. Viéndolo marcharse con un rápido adiós y arrastrando los pies, él mismo suspiró yendo sin ganas a su asiento.

— ¿Luhan, verdad? —La voz de una de sus compañeras lo llamó, impidiendo quedarse dormido como había planeado.

— Ese sería yo —sonrió torpemente—. ¿Y tú eres…?

— Mi nombre es Ji Hyo, somos compañeros de clase ahora —respondió la joven, luciendo su más encantadora sonrisa.

— Mucho gusto Ji Hyo —murmuró.

Ambos se quedaron sin más que decir, ella le daba solamente miradas nerviosas y Luhan rogaba internamente para que se fuera cuanto antes y tuviera algo de tiempo para dormir un poquito antes de que el profesor llegara.

— Mm, bueno yo… —comenzó ella nuevamente—. Escuche que eres cercano a Oh Sehun de la clase dos.

¡Y ahí estaba!

Luhan mentiría si dijera que esa era una de las posibilidades más fuertes que creyó que influenciarían a alguna de sus compañeras a acercarse a él. La segunda era que Luhan fuera su tipo, algo mucho menos recurrente, pero todavía pasaba e inmediatamente entraría en la lista de las personas que Sehun más odiaba en el mundo.

Baekhyun tenía el primer lugar según la última actualización que Sehun le había dado a finales del año pasado.

— Somos cercanos —respondió sin vacilar. Los ojos de ella se iluminaron en segundos.

— ¡Maravillosos! —Chilló agudamente—. Entonces tú sabes si de casualidad él…

— Disculpa, disculpa. Soy solo una chica tratando de llegar a su sitio. No me pongas atención en absoluto. Continua, continua. —Esa fue Haneul y una muy exagerada entrada, empujando un poco a la chica en el proceso de ocupar su sitio.

Ella parecía lista para quejarse y Luhan a nada de reír, pero para su mala fortuna el profesor de su primera clase decidió entrar entonces. Ji Hyo se despidió apurada, no sin antes recordarle que ellos aún tenían una conversación pendiente.

Haneul tenía los ojos entrecerrados en su dirección, al final solamente rió dándole unas palmaditas en la espalda y algunas miradas de lástima mientras las clases avanzaban y Luhan sentía que ya no podía mantener los ojos abiertos.

Al escuchar la campana del descanso, tomó sus cosas y Haneul con prisa para no toparse con Ji Hyo. Baekhyun los esperaba en una mesa al aire libre, agitando su mano casi con locura y con una sonrisa que dejaba ciego.

— Ya vi a Baekhyun —bromeó Haneul.

El castaño rió por su comentario, llegaron a donde sus amigos aguardaban y antes de tener tiempo para preguntar por qué estaban ahí, Sehun lo arrastró a su lado, utilizando su hombro como almohada.

— Tengo mucho sueño —se quejó.

— ¿Cómo rayos tienes sueño? —Baekhyun resopló—. Te dormiste durante todas las clase.

Sehun lo ignoró, dándole a Luhan una mirada que pedía ser consentido y lo que fuera a responder Luhan, no tuvo importancia al captar por el rabillo del ojo la silueta de Ji Hyo. Ella parecía buscar a alguien y Luhan estaba seguro de que era a él.

— ¿Qué les dices a las chicas cuando te preguntan si eres soltero? —Preguntó Luhan sin dejar de vigilar a la chica.

— Que salgo con alguien —respondió sin vacilar—. ¿Y tú?

— Lo mismo, aunque no les digo con quien. —Sehun se incorporó con el ceño fruncido luego de escucharlo—. ¿Tú si les dices?

— No, pero no porque no quiera, sino porque no estaba seguro de si estás cómodo con eso o no —explicó algo malhumorado.

— Yo tenía el mismo pensamiento, pero en realidad a mí no me importaría si les decides decirles —sonrió tímidamente.

— ¿De verdad? —Él asintió—. Entonces tú también puedes contarle a quien quieras, del modo en que quieras decirlo, pero tienen que saber que estamos juntos —sentenció.

Baekhyun fingió arcadas desde algún lugar de la mesa, pero Luhan no tenía tiempo de prestarle mucha atención cuando vio que Ji Hyo se acercaba apresurada. La chica prácticamente había corrido hasta donde ellos estaban, solamente para dudar al ver a Sehun ahí también.

— Lu-Luhan, ¿cre-crees que podamos hablar ahora? —Balbuceó con las mejillas rojas.

— Claro —aceptó con calma y se puso de pie—. No me tardo.

Sehun no parecía feliz a pesar de que lo oyó decir eso, él los siguió con la mirada hasta que finalmente ella se detuvo, pensando que estaban lo suficientemente lejos para ser escuchado por cualquiera.

— Entonces… —Musitó nerviosa—. Yo quería preguntarte si es que Sehun sale con alguna chica —susurró apenas.

— No, él no sale con ninguna chica —respondió sin vacilar.

— ¿Eso quiere decir que podría tener una oportunidad? —Su expresión era esperanzada y Luhan se sintió incómodo.

— Bueno, veras, aunque no sale con ninguna chica él no es soltero —murmuró.

— ¿Q-Qué quieres decir con eso? —Ella palideció.

— Es…

Alguien lo abrazo por la espalda interrumpiendo su respuesta, una mano en su barbilla lo hizo volverse y los labios de Sehun lo silenciaron por un momento, todo la escena frente a los ojos de la pobre Ji Hyo.

— ¿Por qué demoras tanto? —Se quejó tras romper el beso, desviando su mirada a la chica—. ¿Quién es ella? —Masculló con desagrado.

La pobre chica parecía a nada de desmayarse, blanca como un fantasma. Luhan balbuceaba en su patético intento de explicarle a ella toda la situación y la nada sutil manera que Sehun había tenido de revelar su relación.

— ¡Olvídalo! ¡Olvídalo todo! —Exclamó ella antes de dar la media vuelta y correr lejos a toda velocidad.

Él solamente vio como la chica se alejaba sin tener siquiera el tiempo para pensar en detenerla y tratar de disculparse por asustarla de ese modo. A lo lejos Kyun Min y Chanyeol se estaban riendo con fuerza y él frunció el ceño, volviéndose para darle a su novio una mirada severa.

— ¿Qué? —Interrogó con un aire de falsa inocencia.

— La asustaste, la asustaste mucho —señaló en dirección en la que ella se había ido.

— Genial, eso le enseñara a no declararse a los novios de otras personas —bufó.

— ¡Tú eras quien le gustaba! —Elevó los brazos exasperado—. Estaba tratando de decirle con educación que eras mi novio y que debía desistir.

Eso pareció hacerlo replantearse un poco lo que acababa de suceder, terminó por encogerse de hombros siete segundos después y tomó de la mano a Luhan para llevarlo de regreso a donde Kyun Min y Chanyeol se retorcían de risa.

— No me arrepiento de nada —afirmó seriamente.

Resopló resignado y de buena gana se sentó una vez más, mirando a Kyun Min quien parecía tener problemas para respirar mientras que Chanyeol había empezado a tener algo así como un tic, pero no dejaban de reírse.

— La traumaste —se carcajeó Chanyeol.

A Sehun no podía importarle menos, incluso se acurrucó tan cerca cómo fue posible de Luhan. Él ahora tenía pase libre para mostrarle, a quien sea que quisiera ver, que ellos estaban juntos e iba aprovecharlo al máximo.

— No creo que este tan traumada, ya había rumores de que Luhan y Sehun eran más que amigos y no creo que ella no los hubiera escuchado antes —comentó tranquilamente Jackson.

— Pero son solo rumores, las personas no siempre creen en ellos —agregó Cherry.

— No estés tan segura, Cherry —intervino Jun Hong—. Desde que me hice su amigo, hay gente que todavía me pregunta si es verdad que Sehun es el hijo ilegítimo del director y por eso él siempre lo deja salirse con la suya —soltó con fastidio y Sehun hizo una mueca de asco luego de aquel disparate.

— ¿De verdad? —Kyun Min lucía asombrado—. A mí solamente me han preguntado si tiene nexos con la mafia.

— ¿Qué clase de tonterías son esas? —Masculló irritado Sehun.

— Esos no son ni la mitad de rumores que hay acerca de ti y tu actitud de mierda solamente agregara más —resopló Baekhyun.

Sehun solamente puso los ojos en blanco, agregando eso a la lista de cosas que no le importaban. Luhan tan sólo lo dejó estar y disfrutó de la tranquilidad del tiempo que restaba de su descanso. Regresando al salón algo más despierto tras comerse dos barras de chocolate que lo ayudaron a prestar más atención a los profesores y soportar el entrenamiento del equipo de soccer.

Haneul era lo única que lo esperaba cuando su práctica terminó, puesto que ella estaba en el equipo femenil y las horas y días de prácticas eran las mismas.

— ¿Y Sehun? ¿No se quedó hoy a vigilar que el capital de tu equipo se mantuviera a dos metros de ti? —Bromeó cuando se reunieron cerca de las gradas del campo.

— Él no hace tal cosa —farfulló—. Además, él dijo que no iba a quedarse hoy debido a que tenía que ir con su tío a buscar una nueva casa —le recordó.

— Es verdad —asintió—. Oye, ya que estamos aquí, ¿no has pensado en aprovechar toda la atención que él te presta mientras estás en el campo? —Preguntó con una sonrisa pícara.

— ¿De qué hablas? —La miró confuso.

— Oh, vamos Luhan —resopló—. No soy tonta, he notado que Sehun vine no solamente a ver que tú capitán mantenga las manos para sí mismo. Tienes que aprovechar eso —afirmó.

— ¿Y cómo hago eso? —La miró expectante.

— Pues, ahora mismo no tengo ni la más mínima idea, pero algo se ve a ocurrir. Tú déjalo en mis manos —rió orgullosa.

Luhan no quiso preguntar más en ese momento, caminando tranquilamente con ella hasta que sus caminos tuvieron que separarse. Al llegar a casa. su madre lo recibió con una sonrisa, le pidió ir a tomar rápido una ducha y regresar porque tenían invitados esa noche.

Ciertamente Luhan encontró todo eso muy extraño, pero simplemente hizo todo lo que se le pidió y al volver para ayudar a su madre a poner la mesa, todo simplemente se volvió más extraño aún. Ya que, si se suponía que esa noche tendrían invitados, ¿por qué solamente había cinco lugares en la mesa?

Siendo que en un día normal, su familia ya eran cinco y deberían ser siete o más los lugares en la mesa si esa noche iban tener invitados viniendo. Miró entonces a su alegre madre y esperó, pensando que tal vez todavía no terminaban de acomodar la mesa, pero no se agregaron más platos o cubiertos luego de un rato. Algo se le ocurrió de repentes y volvió su vista a su mamá una vez más.

— ¿YanYan jiějiě y Zhao g“ no van cenar con nosotros? —Preguntó sin más rodeos.

— No, no —la sonrisa de su mamá vaciló levemente—. Ellos van a quedarse en casa de unos amigos por hoy.

Eso fue mucho más sospechoso, puesto que debido a experiencias pasadas, ellos jamás harían algo como pasar la noche fuera en lunes. La bella mujer debió darse cuenta que él no estaba nada convencido con su explicación y se apuró a la cocina antes de que él tuviera más preguntas.

Estaba a punto de seguirla y continuar su interrogatorio justo cuando el timbre se dejó escuchar y su madre le gritó desde la cocina que fuera a abrir. Luhan así lo hizo, mirando con sorpresa a dos de los recién llegados.

Su padre lo saludó, invitando a pasar a Jung Sun y Sehun, que parecía preguntarle con la mirada que era lo que estaba sucediendo. Los recién llegados se reunieron con su madre en la sala de estar saludando antes de que ella les pidiera seguir al comedor.

Sehun y Luhan todavía intercambiaban miradas interrogantes mientras iban tras los adultos que hablaban animadamente. Los tres mayores ni siquiera reparaban en ellos dos y lo más extraño fue que su madre de la nada parecía mirarlos como si pidiera disculpa.

Ella incluso pareció estar haciendo eso mismo cuando le sirvió sopa de wonton*, uno de los platillos favoritos de Luhan. Dando la impresión de que lo había preparado especialmente para pedirle a Luhan perdón por algo.

Un pensamiento salvaje asaltó la mente del castaño repentinamente, recordando aquella charla de broma que su familia y Jung Sun había tenido acerca de un arreglo matrimonial entre Sehun y él. Sabía que definitivamente no era nada como eso, pero igual se sonrojó un poco.

La cena transcurrió en calma y lo único que podría catalogarse extraño fueron un algunas miradas que los adultos de la mesa les dieron de vez en cuando. Sin embargo, ellos siguieron hablando sobre el trabajo y las casas que Sehun y su tío habían visto ese día.

Para cuando terminaron, Luhan y su novio tenían toda la intención de escaparse a la habitación del primero al ver a los tres adultos dirigirse directamente a la sala de estar para continuar con su charla y beber algo de té.

— Niños —llamó rápidamente Jung Sun—, no se vayan todavía. Vengan a sentarse aquí —palmeó el lugar a su lado.

Ellos se miraron entre sí, pero sin una razón real para negarse, no tuvieron más opción que obedecer y tomar asintió como les habían indicado. Extrañamente, Jung Sun se levantó del sofá de tres plazas tan pronto se sentaron y en su lugar se puso de pie a un costado del sofá de dos plazas que los padres de Luhan ocupaban.

Las sonrisas comprensivas y amorosas que ellos esbozaban en ese momento fueron de lo más escalofriante y muy en el fondo de sí mismo, algo le gritó a Luhan que tomara a Sehun y salieran de ahí cuanto antes.

— Mis amores —comenzó la madre de Luhan—, el motivo de que estemos todos aquí hoy es porque queremos hablar con ambos de algo muy serio —explicó con las mejillas algo rosas. Eso le erizó la piel a Luhan.

— Verán, chicos —continuo Jung Sun—, hoy mientras ustedes estaban en la escuela, nosotros tres tuvimos una charla sobre cierta situación ocurrida el día de ayer, y fue por eso que decidimos hacer esto. Ambos ya están en una edad en la cual pueden ser muy impulsivos y tontos, por lo que es importante que nosotros les demos las herramientas para este tipo de situaciones.

— Basta, basta —exigió Sehun—. Comienzan a asustarnos, así que díganos sin rodeos de qué va todo esto —espetó nervioso e irritado.

— Bueno, a pesar de que probablemente no vamos a ser expertos en la materia, todavía les podemos asegurar que investigamos a fondo sobre el tema —prometió el padre de Luhan—. Por lo que… —Él se aclaró la garganta ruidosamente bastante cohibido.

— ¿T-Tío Jung Sun? —Balbuceó espantado Luhan, ya con un gran presentimiento en su corazón.

— Hacemos esto por su bien, muchachos —aseguró—. Es importante que ustedes sepan sobre esto, porque por lo visto ustedes pronto van a… Bueno, en todo caso es importante que sepan sobre sexo.

La palabra sexo fue el detonante, ambos se pusieron de pie de un saltó y trataron de correr, pero para su mala suerte Jung Sun y el padre de Luhan les bloquearon la puerta. Y mientras el padre de Luhan lo arrastraba de vuelta al sofá, Jung Sun hacía lo mismo con Sehun que no dejaba de maldecir y gritarle que no quería tener esa conversación con él.

— No tienen nada de que tener miedo, mis amores —consoló la madre de Luhan—. Nosotros nos hemos preparado muy bien y si tienen alguna duda la vamos a aclarar. Además esto no tiene que ser tan mortificante para ustedes, hemos armado para ustedes una clase muy divertida e interactiva —aseguró con confianza y alegría. Luhan tan sólo quería llorar.

— Bien, ahora pongan atención —habló nuevamente el tío de su novio, sosteniendo algo en su mano. Luhan palideció tanto o más que Sehun al ver la llamativa cosa transparente.

— ¡¿De dónde carajos sacaste eso?! —Exclamó horrorizado.

— Sehun, déjame hablar —regañó—. Esto es un dildo y lo usaremos para representar… —Chasqueó la lengua tan abochornado como ellos—. No es necesario que les diga, saben que representara. Entonces, esto es un condón —anunció levantando en su mano el pequeño empaque cuadrado.

— Muy bien, chicos, ¿alguno quisiera darnos una demostración de cómo se debe colocar un condón? —Alentó con entusiasmo el señor Wu.

Luhan gimió al sentir que su alma se escapaba de su cuerpo, Sehun se cubrió el rostro repitiendo sin parar que ese era el peor día de su vida y los tres adultos ahí los ignoraron continuando con su clase sobre sexo.

Cuatro horas más tarde, luego de que la tortura acabó, Luhan estaba considerando seriamente llamar a su psiquiatra para pedir una cita de emergencia. Sehun era incapaz de mirarlo a la cara y él sabía que no era como que él pudiera hacerlo tampoco.

¡Diablos, eso iba a ser malditamente incómodo por un tiempo!

Los tres mayores por su parte, ellos parecían tan satisfechos de sí mismo como si acabaran de salvar al mundo de una tragedia mortal.

— Bueno, Xiǎolù, HunHun ya se va, así que tal vez quieras decirle adi…

Su madre no terminó, ambos se dieron la media vuelta de inmediato y corrieron tan lejos como les fue posible. Negándose a hablar en ese momento y sabiendo que nunca en la vida iban a hablar de lo que esa noche pasó.

¡Nunca!

 

***

 

— Joven amo —saludó educadamente el chófer tras abrir la puerta para él.

Baekhyun apenas prestó atención, manteniendo la vista fija en su móvil, respondiendo el último mensaje de su novio. Pasos apresurados lo hicieron despegar su atención del aparato y mirar al frente, donde se topó con un muy agitado y nervioso Minseok.

— ¿Dónde demonios has estado? —Masculló entre dientes, sujetando su brazo para hacerlo caminar a prisa.

— Estaba con Channie, te dije ayer que hoy tendríamos una cita —respondió con el ceño fruncido.

— Y yo te dije que cancelaras. Ahora el señor Byun está furioso —bufó, caminando más y más rápido.

— ¿Por qué demonios tiene que ser mi culpa su pésimo estado de ánimo? —Resopló.

— Te lo dije, Baekhyun —soltó exasperado—. Ayer te hice saber que tu padre te esperaba hoy a las cuatro en el restaurante Jihwaja, te dije que tenías que asistir obligatoriamente y tú nunca llegaste —masculló entre dientes.

— Yo también creo recordar haberte dicho que iría si es que encontraba un espacio pero no lo hubo, así que no es mi culpa —espetó, deshaciendo sin problemas el agarre de su mejor amigo—. Ahora, si me disculpas, tengo tarea que hacer.

Con eso, Baekhyun dio por concluida la conversación y avanzó con toda intención de irse, siendo repentinamente aprisionado una vez más. Por la fuerza del agarre, era imposible que se tratara de Minseok y por ello no estuvo nada sorprendido al desviar la vista y encontrar la expresión de fastidio en el rostro de Mino.

Pelear con él era inútil, el inquieto Baekhyun nunca había podido con él y simplemente dejó que lo arrastrara lo que restaba del camino hasta el estudio privado de su padre. Tan pronto como llegaron, el hombre lo empujó con nada de consideración hacia el frente, para enfrentar directamente la cara gélida de su padre.

— ¿Dónde estabas? —Preguntó con los dientes apretados, la furia tiñendo de rojo su rostro generalmente pálido.

— Con mi novio, obviamente —respondió con una sonrisa cínica.

— Otra vez ese mocoso inútil —bufó con desprecio—. Te he dicho mil veces que no pierdas el tiempo con él y Minseok te informó que hoy te esperaba para almorzar juntos —soltó irritado.

— Lo hizo, pero yo también le dije que iría si tenía tiempo —sonrió mordaz—. Y como no lo hubo, pues…

— ¡Baekhyun! —Gritó enfurecido.

— ¡No soy tus empleados! Yo no estoy a tu disposición a la hora y él día que tú quieras —escupió despectivamente.

— ¡Mocoso malcriado! —Rugió—. ¡Hoy era un día muy importante, se trataba de tu futuro! ¡Pero en lugar de comportarte y obedecer, hiciste lo que quisiste y jamás apareciste, dejándome en ridículo! —Él comenzó a pasarse de un lado a otro, tratando de no dejarse llevar por la ira.

— ¿Mi futuro? ¿Qué quieres decir con eso? —Espetó, pese a saber que no iba a gustarle la respuesta.

— Ya no eres un niño, Baekhyun. Es hora de que dejes de jugar con aquel chiquillo inútil y te pongas a pensar en tu futuro. Llegado el momento, tú vas a heredar la compañía y debes comenzar a buscar formar lazos poderosos para que te respalden. La hija de los Kwan es la mejor opción —sentenció.

— ¿Tratas de arreglar un matrimonio para mí? —Gruñó—. ¡¿Te has vuelto loco?!

— ¡Cuida tus palabras, soy tu padre!

— ¡Entonces mírame como a tu hijo y no como una puta ficha de cambio! —Explotó—. ¡Ni siquiera tengo la mayoría de edad, joder! ¡También sabes que no me gustan las mujeres y aunque me gustaran, no voy a unirme a una completa desconocida! —Sentenció furibundo.

— Por el amor de dios —rió sardónico—. No seas dramático Baekhyun, esto solamente es una etapa de rebeldía tuya, vas a cansarte de jugar con ese niño tarde o temprano. Además, no estoy diciéndote que te cases ahora mismo, tendrás tiempo de sobra para conocerla y si no te gusta, simplemente buscaremos otras opciones —habló con un tono razonable y tranquilo—. Por hoy lo dejare pasar, pero iremos a disculparnos en el transcurso de la semana y conocerás a la señorita Kwan. Puedes irte ahora —ordenó, agitando su mano como si fuera cualquier persona y no su hijo con quien le hablaba.

Baekhyun se quedó estupefacto, sin poder creer que su padre estuviera diciendo todo eso, la rabia recorriendo cada fibra de su ser y lágrimas de enojo acumulándose en sus ojos. Vagamente escuchó la voz de Mino despidiéndolo y abriendo la puerta para él mientras que su padre se sentaba tras el escritorio y comenzaba a trabajar como si nada hubiera pasado.

— ¿Una etapa, eh? —Soltó un toque de incredulidad y burla.

— Te dije que te fueras —murmuró con tono de advertencia.

— Gracias por decirme que todo este tiempo ha sido una etapa —rió amargamente—. Pero sabes, debiste habérmelo dicho antes.

— Baekhyun —llamó severamente.

— Definitivamente me hubieras ahorrado muchas cosas —continuó riendo con amargura—. ¡De haber sabido ni hubiese enfrentado las burlas y el asco con el que las personas me trataban!

— ¡Es suficiente!

— También debiste decirme que ni siquiera me ves como a tu hijo, no, tú ni siquiera me ves como a una persona —negó entre lágrimas—. Soy solamente una moneda de cambio, un objeto al cual vender. Así que dígame, señor Byun Myung Jin... ¡¿me hubieras vendido al señor Kwan si él hubiera ofrecido más dinero de lo que ofreció para que me vendieras a su bonita hija?!

— ¡Cállate! —Vociferó, acompañado su voz con el eco de la primera bofetada. Baekhyun ni siquiera lo había visto acercarse y estaba pasmado, con su mano cubriendo la mejilla dañada.

— ¡Señor! —Mino se apresuró a su lado, sosteniéndolo para que no hiciera algo impulsivo—. El joven amo es tonto e impulsivo, está siendo malcriado, simplemente ignórelo —pidió con un tono de preocupación y urgencia.

— ¡Llévatelo de aquí! —Ordenó.

— Como orde…

La rabia, la tristeza y todos aquellos años de dolor finalmente explotaron, sus manos empujaron lejos de las del escolta personal de su padre. Avanzó con dos grandes zancadas y tuvo, por primera vez en su vida, un vistazo de la cara atónita de su padre cuando se aferró como un animal vicioso a las solapas de su elegante traje.

— ¡Deja de joderme la vida! —Gritó con todas sus emociones desbordándose—. ¡Ya me has quitado lo que más he amado en la vida, me convertiste en un prisionero que sacas a mostrar como un puto trofeo, controlas todo en mi vida y ahora, que finalmente hay algo que me hace feliz, tampoco tengo derecho a ello! ¡¿Hasta qué punto tengo que ser miserable para que seas feliz?! ¡¿Qué más quieres de mí?! —Exigió, sintiendo que la impotencia y frustración lo ahogaban.

— Ba-Baekhyun…

— Tan sólo dime que también has pensado que quien debió morir aquel día debí haber sido yo—sollozó—. Yo mismo lo hubiera preferido.

— Hijo, eso no…

— Ya no puedo más —lloró miserablemente—. Me rindo, yo… yo ya quiero tratar más de ser tu hijo —musitó entre lágrimas. Su padre estaba en estado de shock—. Tú simplemente no vas a dejar de odiarme sin importar lo que yo haga y yo no puedo ser perfecto para ti. ¡No voy a ser alguien que no soy para complacerte ni a ti ni a nadie! ¡Yo voy a ser el que soy ahora porque me hace feliz! —Exclamó.

Su padre seguía petrificado en su lugar cuando dio la media vuelta y corrió directo a su habitación, Mino lo seguía de cerca, preguntando sin parar que pretendía y Minseok se le unió en el camino igual de angustiado.

— Inkei —llamó apurado y tomó el retrato de su hermana y su madre de la mesita de noche, metiéndolo a su mochila.

— Baekhyun, ¿qué demonios piensas hacer? —Interrogó alarmado Minseok.

— Me iré —sentenció, cargando a su fiel mascota y marchó hasta la salida.

— ¡¿Qué tonterías estás diciendo?! ¡¿A dónde piensas ir?! —Espetó Mino, sujetando su brazo.

— ¡Te importa una mierda, déjame ir o voy a defenderme! —Advirtió.

Mino lo liberó de inmediato, Baekhyun sabía bien que el hombre jamás levantaría un solo dedo en su contra sin importar que. Él aprovechó la oportunidad para apresurarse a las escaleras, Minseok le suplicaba detenerse con la voz rota e Inkei se retorcía nervioso en sus brazos inquieto por los caóticos sentimientos de su dueño.

— ¡Baekhyun! —Gritó su padre iracundo, tirando de su mochila y parando su andar—. ¡¿Qué demonios pretendes, pequeño insolente?!

— ¡Me largo lejos de ti! ¡No puedo soportar esto un minuto más! —Exclamó fuera de sí.

— ¿Y a dónde irías según tú? —Bufó irritado—. ¿Crees que ese inútil amiguito tuyo va a recibirte una vez que vea que no tienes nada? —Soltó con desprecio

— ¡No te importa a donde vaya! ¡Eso solamente será mi problema!

— ¡Déjate de bromas absurdas ahora mismo y regresa a tu habitación! —Ordenó y sin cuidado alguno comenzó a arrastrarlo de vuelta.

— ¡Suéltame! —Exigió—. ¡No quiero vivir ni un segundo más en este lugar! ¡Te dejaré solo como siempre has deseado, ya no seré más tu carga!

La expresión de su padre se oscureció, la mano que lo sostenía lo empujó hacia adelante y la mirada furiosa de su padre lo taladró con todo ese odio que Baekhyun ya sabía que guardaba para él muy en el fondo de su corazón.

— ¡Entonces lárgate! —Vociferó.

— ¡Señor no lo haga! —Suplicó Minseok—. Baekhyun no sabía lo que hacía, actuaba por enojo, perdónelo por favor. Él será obediente y se comportara —aseguró asustado.

— ¡Anda, vete y veamos cómo te va si crees que sobrevivirás sin mí! —Se burló, empujándolo hacia adelante.

— Jefe, no siga —pidió con un tono lastimero Mino.

— ¡No! —Rugió—. Hasta ahora él solamente ha sido un mocoso caprichoso y rebelde. Lo único que sabe hacer es causar problemas y estirar la mano para pedir, pero una vez salga por esa puerta todo se acabara y se irá de esta casa solamente con lo que trae puesto y nada más—amenazó—. A partir de ese momento se mantendrá por sus propios medios. Veremos qué pasa entonces, puesto que hasta ahora todo se lo he dado yo y él es incompetente para cualquier cosa que no sea sentarse y esperar a que todo le sea dado a manos llenas —escupió con desdén.

Esas palabras crueles fueron una puñalada en su corazón, voces se reían de él en algún lugar en su mente, repitiendo que para ese hombre, Baekhyun siempre había sido un inútil sin valor o talento real. Un mero adorno, una carga.

«Mamá siempre decía que nos amabas profundamente, ¿acaso mintió?»

Se guardó ese pensamiento para sí mismo y se quedó inmóvil en su lugar, con los ojos llenos de lágrimas. Toda la servidumbre ya reunida ahí observando con incredulidad y asombro toda la escena, tal vez incluso algunos felices de que el señor de la casa pusiera en su lugar a ese niño malcriado de una buena vez.

— Eso pensé —dijo con suficiencia ante su silencio—. Ahora, deja de montar una escena, hablaremos mañana sobre el castigo a tu comportamiento insolente y…

Un sonido interrumpió su discurso, la mochila de Baekhyun cayó al suelo y seguida de ella el marco que antes protegía la fotografía que no estaba dispuesto a dejar atrás. Todos lo miraban estupefacto y él retrocedió torpemente.

— Me voy —anunció.

— Entonces lárgate y olvídate que tienes un padre —masculló desdeñoso—. Tú no durarás ni un día lejos de esta casa, pero yo no voy a recibirte cuando vengas llorando a mí para pedir perdón —sentenció con arrogancia.

— ¡Señor, por favor no deje que se vaya! —Imploró Minseok entre lágrimas tan pronto lo vio comenzar a alejarse.

— ¡Déjalo! —Gritó furioso—. ¡Todos vuelvan a su trabajo ahora mismo! —Finalizó, dando la media vuelta sin hacer nada para detener a su hijo y dejando en claro a la servidumbre que ellos tampoco debían mover un solo dedo.

Así, en medio de la noche, Baekhyun salió de la casa donde había crecido con Inkei en sus brazos, una fotografía en uno de sus bolsillos, vestido con su uniforme escolar y el corazón roto. Caminando sin rumbo fijo al no tener un destino al cual llegar.

Varias cuadras adelante, se sentó en la acera de una concurrida tienda y se tragó su llanto mientras pensaba en que hacer a partir de ese punto.

La primera persona que vino a su mente y que iba a ayudarlo sin dudarlo era Chanyeol, pero su padre lo odiaba y podría hacer las cosas difíciles para la familia de su novio. Él no lo pondría en una posición difícil y lo descartó de inmediato.

Pensó entonces en Luhan, pero su amigo ya estaba en malos términos con su padre al siempre defenderlo cuando veía que lo trataba mal. Por lo tanto, al ser Luhan, su padre no dudaría en atacar y él no podría soportar que él la pasará mal solo por ayudarlo.

Suho ni siquiera era opción al trabajar para su padre, lo más probable era que lo devolvería en un abrir y cerrar de ojos. Sus abuelos estaban de vacaciones hasta el próximo mes y ellos también harían todo para persuadirlo de regresar.

Finalmente el nombre de una persona brilló en medio de la oscuridad, alguien intocable para su padre y que no temería tenderle una mano. Aunque, de eso último no estaba seguro, pero de todas formas se puso en marcha para buscarlo y tal vez recibir su ayuda.

Le tomó un tiempo y una larga caminata llegar a su destino, estaba temblando, con los ojos fijos en el timbre. Teniendo que reunir el valor para presionarlo y cuando finalmente lo hizo, nada salió de su boca y solamente se quedó ahí frente a la mirada extrañada de Sehun que lo recibía en la puerta.

— ¿Baekhyun? —Llamó desconcertado.

— Yo… —Su voz temblaba, pero no iba a llorar—. Yo no sé a dónde más ir —admitió desolado.

Él no necesitó escuchar más, haciéndose a un lado para dejarlo pasar. Baekhyun dudó por un segundo, pero el quedo gemidito de Inkei lo hizo tomar la decisión y avanzar, adentrándose al pequeño apartamento, mirando a todos lados con nerviosismo.

— Debes querer sentarte, sígueme —indicó.

Caminó inseguro tras Sehun hasta la sala de estar, tomando asiento justo donde él le indicó, manteniéndose en silencio absoluto con Inkei revolviéndose en sus brazos. Sehun también tomó asiento y aguardó silenciosamente por una explicación.

— Sehun, ¿realmente vas a seguir enojado conmigo por lo de esta noche? Yo solamente...

Y ahí estaba, el hombre que era la razón de que Sehun fuera intocable y por lo tanto la mejor opción de Baekhyun. Oh Jung Sun, su tío, un hombre con una carrera militar brillante y un montón de contactos respaldándolo lo suficientemente poderosos como para que su padre no se atrevería a meterse con él.

El mayor lo miraba confuso y Baekhyun se sintió pequeño bajo la mirada de esos ojos oscuros. Él desvió su atención a su sobrino muy pronto, parecía preguntar en silencio quién era él y qué hacía ahí tan tarde en la noche.

— Tío, este es Baekhyun, el mejor amigo de Luhan —presentó.

Una sonrisa amable se dibujó en los rasgos fuertes del mayor luego de escuchar mejor amigo y Luhan en la oración, él se acercó rápidamente y extendió su mano para un apretón de manos fuerte pero no al grado de lastimar.

— Mucho gusto, yo soy Oh Jung Sun, su tío —señaló a Sehun sonriente.

— Mucho gusto —musitó levemente.

— ¿Y que trae a Baekhyun aquí tan tarde en la noche? —Preguntó aun sin dejar de sonreírle, pero aun así directo y sin rodeos.

Los labios de Baekhyun se torcieron tan pronto oyó la pregunta, lágrimas picando en sus ojos y sus brazos apretaron levemente el pequeño cuerpo de su mascota. Agachó la mirada para huir de los dos pares de ojos que lo examinaban y algo en su garganta no lo dejaba a hablar.

— No tengo otro lugar al cual ir —admitió con un susurro lastimero.

Ellos se miraron entre sí y él no tuvo más remedio que confesar el motivo de que estuviera ahí buscando refugio. La cara de Sehun se volvió más y más indignada con cada palabra que dijo y el hombre a su lado se mantuvo sereno.

El silencio fue lo que siguió a todo lo que acababa de decir, denso e incómodo, y de alguna manera, una parte de Baekhyun aguardo a la espera de escucharlos decirle que se fuera.

— Pequeño Baekhyun, no has pensado que…

— Puedes quedarte el tiempo que necesites quedarte —interrumpió Sehun—. No hay mucho espacio aquí, pero si eso no es problema para ti, eres bienvenido. —La mirada de Baekhyun se iluminó.

— ¡Gracias! —Exclamó con alivio y alegría combinados—. Solamente será un tiempo, mientras encuentro otro lugar —aseguró.

— No hay prisa, siéntete en tu casa. —Baekhyun asintió frenéticamente.

— Bueno, supongo entonces que tendrás hambre. ¿Qué tal un emparedado? —Preguntó con una sonrisa cálida el señor Oh.

— ¿Eh? —Balbuceó un poco aturdido.

— Puedes poner a tu mascota en el suelo, iré a tratar de pedir prestado el plato de comida de Jiāo Táng para él. —Ese fue Sehun.

— Us-Ustedes…

— Creo que será mejor que mañana no vayas a clases, no tendrás tus útiles de todas formas, por lo que podemos ir a comprar materiales nuevos mientras Sehun no está. Será divertido —prometió alegremente el adulto.

— N-No, yo…

— No te preocupes, Baekhyun. Además, no es como si dejar la escuela fuera una opción —señaló Sehun seriamente.

Baekhyun sabía eso, se apresuró a asentir aún con la sensación de que estaba mal aceptar todo eso sin hacer nada.

— Les pagaré, no inmediatamente tal vez, pero les devolveré todo —prometió.

— No es necesario, pero podrías ayudarnos con la mudanza el fin de semana —ofreció Jung Sun.

— Sí, lo haré —sonrió felizmente.

— Toma —habló Sehun, entregándole su móvil—, lo más probable es que para estas alturas Chanyeol ya sepa que algo malo pasó, así que llámalo para que esté tranquilo —indicó.

Él aceptó felizmente, tomando el pequeño aparato de las manos de Sehun y vio a ambos salir de la habitación para darle un poco de privacidad. Inkei comenzó a dar vueltas por la habitación una vez que lo puso en el suelo y a él le temblaban las manos mientras esperaba a que Chanyeol atendiera la llamada.

 Sehun, lo siento, pero ahora mismo…

— ¡Channie! —Casi gritó, no logrando que su voz no se quebrara un poco.

— ¡Baekhyun! —Llamó alterado, su voz también quebrada—. Gracias al cielo —murmuró—. ¿Dónde estás? ¿Por qué me llamas del móvil de Hun? ¿Estás bien? —Soltó todo de golpe.

— Estoy bien —susurró conmovido por la preocupación en la voz contraria—. Estoy en casa de Sehun, él me prestó su móvil para llamar.

— Dios, Baekkie, estaba tan asustado cuando Minseok llamó y dijo que te fuiste de casa. Te llamé sin parar a tu móvil, pero no respondías. Luego llame a Luhan y a los demás, pero todos dijeron que no sabían nada y… me estaba volviendo loco de pensar que estarías vagando solo en las calles. ¿Por qué no viniste a aquí? —Inquirió con un hilo de voz.

— Es complicado, Chanyeol —suspiró pesadamente.

— Entonces explícame —suplicó.

— Yo…

 No, hablaremos cara a cara —interrumpió—. Saldré para verte ahora mismo.

— No, eso no es necesario…

— ¡Lo es! —Exclamó con voz ansiosa—. Necesito verte.

Baekhyun no tenía cómo luchar contra eso y tontamente asintió a pesar de que él no podría ver lo que hacía.— ¿Podrías por favor también llamar a todos para decirles que todo está bien?

 Lo haré —afirmó—. No vayas a moverte de donde estás —pidió angustiado.

«¿A dónde más podría ir?», pensó con amargura. Sin embargo, no sería correcto decirle eso a él que ya estaba preocupado, por lo que se ahorró su miserable pensamiento e hizo una temblorosa mueca en su lugar.

— No me iré a ningún otro lado —prometió y con eso la llamada finalizó.

Un suspiro sonoro escapó de sus labios, sus ojos aún fijos en el móvil de Sehun y una vez más sintió una punzada en el corazón. Aguardó pacientemente durante un rato, pero Sehun no volvía y tras un largo momento de indecisión, se puso de pie para ir a buscarlo.

Las voces de la cocina le dieron su ubicación y se dirigió hacia ese lugar dudoso, deteniéndose justo en la puerta cuando escuchó la voz del tío de Sehun hablando de él.

— ¿Estás seguro de esto? —Interrogó el mayor.

— Sí —respondió Sehun sin vacilación.

— Sehun, podría ser que la pelea que él tuvo con su padre no sea más que una simple rabieta. Tal vez sea mejor tratar de convencerlo de volver en lugar de dejar que se quede cuando al final se irá mañana o pasado —recomendó seriamente.

— Una rabieta o no, Baekhyun no tiene donde quedarse —le recordó—. Así, ya sea que se quede uno, dos o los días que falten del año, él se quedará aquí si así lo desea —sentenció.

— Podrías meterte en problemas por esto —resopló exasperado.

— No me importa. Baekhyun podría no caerme tan bien, podrá ser muy irritante, pero él todavía es mi amigo y si él me necesita, yo voy a ayudarlo —finalizó.

Aquella declaración lo tomó por sorpresa y lo dejó aturdido a la vez. Él siempre había pensado que Sehun solamente lo toleraba porque era el mejor amigo de Luhan y el novio de Chanyeol pero nada más, sin embargo, Sehun en realidad pensaba de esa forma sobre él.

Se sentía repentinamente conmovido, como si de la nada hubiera abierto los ojos para darse cuenta que había más personas caminando a su lado de las que imaginaba y que, a pesar de todo, no todos creían que él era despreciable y molesto.

— Muy bien —habló nuevamente el señor Oh—. En ese caso, cuidaremos bien de tu amigo —afirmó risueño.

Dio un paso atrás, no teniendo el valor de mirar a Sehun a los ojos todavía y también para no ser descubierto escuchando conversaciones ajenas. Para su mala fortuna, el móvil en sus manos comenzó a timbrar y por impulso él corrió dentro de la cocina. Los dos ocupantes lo miraron con sorpresa y eso hizo que sus mejillas se enrojecieran.

— Ti-Tienes una llamada —balbuceó, extendiendo el aparto de vuelta a su dueño.

Sehun lo tomó apresurado y salió con la misma prisa de la habitación, dejándolo completamente solo con su tío. El más joven estaba nervioso, prefiriendo salir de la habitación para no incomodar al mayor.

— Un segundo —llamó.

Baekhyun se paralizó en su sitio esperando lo peor, temeroso de escuchar al hombre decirle que se apresurara a irse y no le complicara las cosas a su amado sobrino. Pero, contra todo pronóstico, él solamente le extendió un pequeño plato con un emparedado en él.

— Disculpa que solamente pueda ofrecerte esto, pero generalmente solamente hacemos comida para tres —sonrió apenado.

— N-No, está bien —murmuró—. Perdone las molestias.

— No digas eso —rió—. Eres bienvenido a esta casa, además, ya que hay más gente no me preocuparé tanto por dejar tan solo a Sehun cuando deba regresar a Incheon.

— E-Es verdad, antes Luhan había mencionado que una señorita se estaba quedando aquí.

— Oh, sí —asintió—. La señorita Jung, ella hoy no está en casa porque fue a ver a una amiga y se quedara con ella. Supongo que de alguna forma eso es un golpe de suerte, hoy no estaremos tan apretados —bromeó—. Oh, pero ella debería estar aquí mañana por la tarde, una vez que llegue los presentare.

— D-De acuerdo —asintió torpemente.

— Bien, entonces, ¿quieres algo de tomar? —Ofreció, apresurándose a la nevera—. Tenemos leche, leche sabor chocolate, leche sabor fresa, agua, jugo de naranja, jugo de manzana y… no espera, el de manzana ya expiró, pero hay de uva y soda también —dijo con su sonrisa más grande y amable.

— Leche sabor fresa está bien —musitó tímidamente.

— Lo sabía —rió mientras servía un vaso para cada uno—. Vayamos a la sala, puedes comer ahí y vemos algo en la TV o algo así. Sehun va se va a tardar de todas formas —afirmó.

— ¿Cómo lo sabe? —Inquirió un poco curioso.

— Porque la urgencia con la cual se largó me dice que es su novio quien llamó y luego de una serie de circunstancias especiales, a ellos les costara hablar naturalmente —se echó a reír con ganas.

El menor asintió titubeante, observando de reojo al amable hombre que no dejaba de darle esa sonrisa paternal. Había un aura en él que de un modo u otro hizo a Baekhyun sentir seguro y cálido, a pesar de que lo más probable es que el señor Oh debería verse despiadado en su trabajo.

El sonido del timbre borró la sonrisa amable y una máscara de seriedad endureció los rajos del hombre a su lado. Sus ojos fijos en la entrada y le hizo un gesto para que se mantuviera en silencio mientras iba a revisar.

Baekhyun estaba tensó al verlo desaparecer, rogando para sus adentros que su padre no hubiera cambiado de opinión y enviado a alguien para arrastrarlo de regreso. El silencio lo puso nervioso y los segundos pasaban demasiado lentos, hasta que pasos apresurados irrumpieron en la habitación y la visión de su angustiado novio le devolvió la calma.

— Gracias al cielo —suspiró aliviado el más alto, aplastándolo en sus brazos.

De inmediato se sintió protegido, aferrándose con fuerza a la persona que lo abrazaba y luchando con la nueva oleada de tristeza que atacó. Él susurraba palabras tranquilizadoras y promesas, que Baekhyun no estaba seguro que pudiera cumplir pero que todavía estaba dispuesto a creer.

Sehun apareció nuevamente en ese momento, con una expresión casada e intranquila, sonriéndole pese a eso a Chanyeol tan pronto lo vio. El más alto liberó a Baekhyun tan pronto vio a su amigo e hizo algo que Baekhyun apenas pudo creer. El mismo Sehun estaba atónito con su gesto.

— Gracias por esto Sehun —habló solemne, haciendo para su amigo una reverencia perfecta.

— ¿Qué diablos crees que haces? —Soltó casi espantado y lo obligó a erguirse correctamente—. ¿Por qué tienes que ser tan malditamente serio de repente? —Bufó con el rostro algo rojo. Jung Sun se echó a reír.

— Ayudaste a Baekhyun, por eso…

— ¿Y eso qué? —Resopló—. Ni siquiera lo hice por ti, sino por Luhan —respondió, pero la sonrisa en sus labios dejaba claro que aquello lo decía como broma.

Una sonrisa estiró finalmente los labios de Chanyeol, aunque su mirada seguía brillando con agradecimiento. Se giró entonces en dirección a su novio y su sonrisa se hizo más pequeña, pese a que su mirada era suave y comprensiva.

— ¿Qué pasó, Baekkie?

Él agachó la mirada, apretando las manos de su novio cuando este tomó las suyas. Su voz apenas era audible para cuando comenzó a hablar, y se hizo aún más diminuta cuando confesó con vergüenza porque había buscado a Sehun en lugar de ir directamente con Chanyeol.

Lo oyó soltar un pesado suspiro y una vez más estuvo en sus brazos, permitiendo que ocultara su rostro en su pecho para no enfrentar a los otros dos ocupantes de la habitación. Sin embargo, no podía hacer eso para siempre y contra todo pronóstico, ellos no lo miraron con reproche o molestia, luciendo inmensamente comprensivos.

— No tienes nada de qué preocuparte, Chanyeol —habló primeramente el tío de Sehun—. Vamos a cuidar bien de él.

Chanyeol no dudaba de ello, pero todavía parecía aliviado luego de escuchar al mayor hacerle esa promesa. Sehun también le dio un par de palmaditas en la espalda, como si dijera que él no tenía nada de qué preocuparse.

Su novio parecía más tranquilo y el tiempo que él se quedó para hacerle compañía logró que la calma apareciera para aliviar el atormentado corazón de Baekhyun. Para cuando él se fue, Sehun lo llevó a su habitación, entregándole un pijama que pertenecía a Luhan y le indicó el camino al baño para que se pusiera cómodo.

Él todavía actuó algo torpe y tímido por un rato debido a la excesiva amabilidad de Sehun e incluso su mascota, que normalmente le gruñiría a Baekhyun todo el tiempo, ya estaba pacíficamente dormido en su cama con Inkei acurrucado a su lado.

La escena era irremediablemente adorable, pero no se quedó admirándola por temor a que Jiāo Táng despertara y recordará lo mucho que lo odiaba. Prefiriendo ir a donde Sehun terminaba de ordenar la que imaginó su cama esa noche.

— Tú duermes en la cama —le indicó el pelinegro.

— ¿Dónde dormirás tú entonces? —Preguntó incrédulo.

— En el suelo —respondió con toda la naturalidad del mundo.

— Pero… —Miró la cama con culpabilidad—. ¿Por qué no dormimos ambos en la cama? Es lo suficientemente grande para ambos —señaló.

— No —contestó tajante—. Yo no duermo con nadie que no sea Luhan.

Con una respuesta tan contundente, Baekhyun supo que discutir no lo llevaría a ningún lado y no tuvo más opción que subir a la cama, aun sintiéndose mal por hacer que él durmiera en el suelo cuando esa era su habitación y él un invitado sorpresa, por no decir un invitado no deseado.

— ¿Por qué estás siendo tan amable conmigo? —Preguntó sin poder contenerse más.

— Ya dije que es por Luhan —respondió con calma.

— Mentiroso —sonrió—. Lo haces porque no puedes negarle tu ayuda a alguien que la necesita. Tienes algo como un complejo de héroe —bromeó.

— Pues este sujeto con complejo de héroe te pateara fuera de la habitación si no te duermes ahora mismo —amenazó.

— Sin embargo, complejo de héroe o no, me salvaste —siguió hablando, ignorando su amenaza—. Así que… ¿Qué tal si hago algo por ti? —Ofreció.

— ¿Qué demonios podrías hacer por mí a la una de la madrugada? —Resopló.

— Bueno… ¿Qué tal si te cuento algo que Luhan hizo pero nunca te ha contado? —Rió alegremente.

— Luhan me cuenta todo, tu ofrecimiento es absurdo —habló con orgullo y felicidad.

— Probemos entonces —dijo con una nota de desafío—. Pero te advierto que no será algo que él me contara en calidad de secreto, será algo que sea importante sin duda alguna, sin embargo, al mismo tiempo que no traicione mi palabra de no revelarlo.

— ¿Y qué diablos podrías decirme que yo no sepa ya? —Resopló.

Baekhyun se quedó pensativo, tratando de averiguar qué podría ser ese algo que Luhan nunca le hubiera dicho a Sehun. Una idea vino de golpe y se volvió en dirección a Sehun con una sonrisa inmensa en los labios.

— ¿Qué tal aquella vez cuando casi te fuiste? —Ofreció.

— Luhan estaba triste, no necesito que me lo digas para saber eso y que además de todo era mi culpa —gruñó molesto al recordar eso.

— ¿Seguro? —Arqueó una ceja nada convencido.

— Completamente —afirmó.

— ¿Sabes entonces lo que Luhan le pidió a Chanyeol cuando faltaba poco para tu viaje? —Interrogó.

Sehun frunció el ceño, parecía estar tratando de recordar lo que Baekhyun le acababa de preguntar, pero no había nada. O al menos Luhan jamás le había mencionado nada sobre alguna petición hecha a Chanyeol.

— Eso imagine —sonrió conforme—. Así que te contaré desde el principio.

— Baekhyun, de verdad…

— Aquel día, cuando le dijiste que ibas a irte, quiero decir, él sabía que estabas haciendo eso para protegerlo y creo que eso era más doloroso que el hecho mismo de que te irías —murmuró, vagando en sus memorias—. “ De qué sirve que me ponga en una urna de cristal lejos del mundo, si lo único que necesito es que esté a mi lado”, fue lo que me dijo mientras lloraba rogando que hiciera algo para que no te fueras —reveló, dejando a Sehun en shock.

Su corazón se hundió tras la revelación, olas de autodesprecio lo recorrieron mientras esa imagen de Luhan llorando y pidiéndole que no se fuera aquel día lo atormentaba. Luego lo imaginó desesperado, aferrándose a Baekhyun y esperando que él le diera una solución, y se maldijo una y otra vez.

Mientras que para el otro, la imagen de Luhan viéndose tan devastado y lamentable todavía era algo que hacía que su corazón se sintiera dividido entre la tristeza y el rencor. El objeto de ese rencor estaba sin habla a su lado en ese momento y Baekhyun se hizo continuar.

— Al verlo así, yo no quería ayudarlo, para mí tú lo estabas lastimando tanto y no merecías mi ayuda. Me prometí no mover un solo dedo, me dije que lo mejor era que te fueras y que Luhan estaría bien después de un tiempo —sonrió levemente—. En ese momento incluso estaba convencido de que Luhan probablemente solamente estaba confundiendo sus sentimientos y que la distancia contigo era la solución.

— Tú —masculló entre dientes, viéndolo como si fuera a matarlo.

— ¡Fue por tu culpa! —Exclamó—. Yo lo quería, me gustaba tanto que sería feliz con solo el diez por ciento de la atención que tú recibas. Sin embargo, tú, que solamente debías mirarlo para que él sonriera como idiota todo un día, no lo aprovechabas. No puedes culparme por detestarte en ese entonces —farfulló e hizo un mohín.

— Lo que sea —espetó—. ¿Qué fue lo que te hizo cambiar de opinión entonces?

— Fue esa petición suya —respondió y la mirada de Sehun le exigía no darle vueltas al asunto—. Fue un día antes de la fiesta, estábamos preparando algunas cosas y Chanyeol apareció para ayudarnos. Fue entonces cuando Luhan se acercó a él y le pidió algo que en ese momento yo encontré absurdo e incluso patético.

— ¿Qué le pidió? —Preguntó ansioso.

— Él le pidió que te convenciera de dejarlo ir para despedirte. Prometió no hacer alboroto y no pedirte más que te quedaras, él solamente quería decirte adiós —relató y él corazón de Sehun se estremeció—. Luego de escucharlo, yo le dije que era un idiota, que no se rebajara con algo así y que de esa manera solamente te mostraba que tenías poder sobre él.

Sehun no contuvo la mueca de enojo que le mostró a Baekhyun por insinuar que le divertía lastimar a Luhan. Él suspiró con fuerza ante eso, perdiéndose en algún lugar de sus pensamientos y acariciando las mantas que lo cubrían.

— Sin embargo, él todavía dijo que eso no le importaba en absoluto, que su único deseo era verte feliz, porque esa era su forma de amarte y por eso necesitaba decirte adiós al menos. Al escucharlo, supe que no era rival para ti y como yo también lo quería tanto, me prometí ayudarlo a como diera lugar esa noche —sonrió melancólico al finalizar.

Miró entonces en dirección al pelinegro, esperando encontrar en él algo de agradecimiento por lo que acaba de decirle. Pero él parecía acabar de recibir una noticia nefasta y Baekhyun estaba horrorizado al verlo tan miserable.

— ¿Por qué demonios tienes esa cara tan miserable? —Soltó alarmado.

— Dios, él tuvo que pedirle algo así a Chanyeol, yo…

— Oye, oye —habló rápidamente—. Eso ya está en el pasado, no te mortifiques. Lo importante es que ahora él es feliz. Tú lo haces feliz —aseguró.

— Él nunca me lo dijo —susurró.

— Supongo que porque sabía que esto pasaría. Ojalá yo también lo hubiera sabido —musitó afligido—. Lo lamento por esto, te juro que pensé que haría algo bueno si te contaba esto —dijo arrepentido.

— No, no. Gracias por contarme —sonrió levemente—. Estoy molesto conmigo mismo por lo que pasó en ese tiempo, pero me alegra saber esto.

— No lo parece —farfulló.

— De verdad —prometió—. Esto definitivamente me hace atesorar aún más a la maravillosa persona de la que me enamore.

— Bueno, pues asegúrate de decirle eso cuando se entere que te dije y venga tras de mí —gimió agobiado.

— Luhan nunca te haría nada —rió por la actitud tan dramática de Baekhyun.

— Puedes ponerlo por escrito, necesitare el documento para cuando él venga a matarme —resopló.

— Vamos, mejor duerme, que aunque mañana tú no vayas a clases, yo si tengo que asistir —le recordó.

— ¡Oye! —Se quejó—. No soy yo quien quiere faltar, es solo que no puedo ir.

Sehun negó divertido, haciéndole señas para que dejara de hablar y se durmiera pero todavía cuando se calló y se acomodó correctamente, Baekhyun no logró dormir hasta muy entrada la madrugada, yendo entre la conciencia y tempestuosos sueños.

Sehun trató lo mejor que pudo de consolarlo e incluso su tío vino a verlo un par de veces. Logrando que él estuviera tranquilo en algún punto de la mañana del nuevo día. Él entonces no estaba muy seguro de si debería ir a la escuela y dejar a Baekhyun solo pero su tío seguía diciendo que estaría bien.

Además, él había prometido hablar con Luhan y explicarle la situación, también necesitaba verlo luego de su charla con Baekhyun y pensando en ello, era más importante ver a Luhan. No, de hecho él necesitaba verlo, por lo tanto, se despidió sin más de su tío y fue directo a la escuela.

Al llegar, inmediatamente varios pares de ojos miraron en su dirección y los murmullos estallaron a su alrededor. Sehun maldijo por lo bajo, dándose cuenta que estúpidamente él había olvidado a la chica del día anterior y su enorme boca.

Era obvio, por el nivel de atención que tenía al caminar, que la noticia se había esparcido como pólvora y, aunque ciertamente sus opiniones le resultaban totalmente irrelevantes, sabía que todavía habría algunas personas molestas. Justo como el grupo de tres que entonces se metieron en su camino.

— Oye, Oh —llamó su muy estúpido líder—, ¿es verdad el rumor entre tú y el chico Wu? —Interrogó con un tono despectivo y arrogante.

— Sal de mi camino —masculló a modo de advertencia.

— Vaya —sonrió con desdén—, a decir verdad como que lo esperábamos de Wu, pero tú... —Lo señaló—. Sin duda es decepcionante.

Sehun se adelantó para de esa manera hacerles ver que no estaba de ánimos para seguir escuchando sus comentarios idiotas. Tontamente, ellos no se movieron, manteniendo en sus rostros aquellas expresiones altaneras y burlonas.

Como si pensaran que el hecho de que él admitió que tenía una relación con Luhan lo hiciera a él débil y a ellos más fuertes. Sin duda alguna eran un trío de idiotas pidiendo a gritos morir.

— Y pensar que muchas de las chicas de la escuela corrían tras de ti mientras que tú preferías joder a ese pequeño…

La oración no concluyó, todos a su alrededor exclamaron espantados y el par junto a ese idiota no se atrevió ni a acercarse cuando la mano de Sehun se cerró alrededor de la garganta de su líder y su espalda se estrelló contra la pared.

— ¿Ese pequeño qué? —Escupió entre dientes.

El rostro del chico pasó de blanco a rojo, luego nuevamente a blanco bajo la mirada despiadada del pelinegro. Él no respondió, tal vez por miedo o porque el agarre de Sehun no se lo permitía, pero sus ojos todavía recorrieron los alrededores en busca de ayuda.

— Sehun, déjalo ir—Esa voz y la mano que se posó sobre el brazo de Sehun fue su salvación.

El nombrado lo dejó ir inmediatamente, dedicando aún esa mirada que le juraba que vería el infierno si volvía a encontrarse con él.

— Te arrancaré la lengua si vuelves a hablar mal de él —advirtió.

El tembloroso muchacho asintió una y otra vez, arrastrándome lejos de su vista tan rápido como pudo. Desvió su atención a Luhan de inmediato, su expresión seria decía que no aprobaba lo que había hecho pero no se lo diría en voz alta en ese momento en particular.

— Luhan, él… —Él, más sin en cambio, todavía no estaba dispuesto a dejar el tema.

— Que diga lo que quiera, a nadie le importa su opinión —afirmó.

— Él te insulto —gruñó.

— Que lo haga si quiere —se encogió de hombros—. No me interesa en lo más mínimo.

— Pero…

— A ti no te gusta, yo sé eso —intervino, acunando suavemente su rostro—. Sin embargo, ni siquiera conozco al sujeto, sus palabras que no pueden hacerme daño. Únicamente me importaran si eres tú quien las dice pero jamás harías eso, por lo tanto a mí me da igual.

Él quería seguir discutiendo, hacerlo ver que él no podía soportar escuchar a que alguien hablara mal de él pero no pudo. Le era imposible llevarle la contraría cuando él le sonreía de esa manera tan dulce.

— Anda, sé bueno y prométele a tu novio que te portaras bien —pidió con una expresión adorable adornando su precioso rostro.

— Lo haré —susurró tan bajo que Luhan apenas lo escuchó.

Una sonrisa brillante y un beso en los labios fue su recompensa tras su respuesta, y si alguno de los que los miraban tuvo alguna opinión negativa acerca de su actuar, ninguno diría nada por temor a Sehun.

— Ven, ahora debemos hablar sobre Baek —dijo tomando su mano para arrastrarlo a cualquier lugar lejos de las miradas indiscretas.

El lugar resultó ser la azotea de la escuela, su grupo de amigos los esperaban ahí y al verlos llegar todos comenzaron a preguntar al unísono por el paradero de Baekhyun. Chanyeol fue quien los detuvo, diciéndoles guardar silencio para que ellos pudieran explicarles. Poco después él le cedió la palabra a Sehun.

Lo pensó por un instante antes de hablar, no muy seguro de lo que Baekhyun podría querer revelar y lo que no. Al final lo resumió lo mejor que pudo, diciéndoles que él había tenido una muy fuerte pelea con su padre sin entrar en más detalles sobre ese tema y concluyendo con el hecho de que Baekhyun se estaría quedando con él por un tiempo.

— ¿Y refugiar a Baekhyun no te meterá en problemas con el señor Byun? —Interrogó seriamente Jackson, quien probablemente era el único que realmente sabía lo que la situación implicaba.

Los ojitos asustados de su novio fueron en su dirección pero no dijo nada, a la espera de que fuera él mismo quien respondiera a la pregunta.

— No hará nada aunque quiera —aseguró—. El saber de quién soy sobrino lo ata de manos.

— Tiene sentido —asintió.

— En ese caso, dejaré a Baekhyun a tu cuidado por ahora. Gracias por esto, Sehun —habló Chanyeol.

— Corta eso —exigió irritado—. No es como si estuviera haciendo un gran sacrificio. Él solamente vivirá en mi casa, dijo que buscaría un empleo para sus propios gastos.

— ¿Y alguna vez ha tenido alguno? ¿Sabe cómo es trabajar? —Preguntó dudoso Jun Hong. Chanyeol le lanzó una mirada feroz tan pronto lo escuchó y el chico retrocedió algo asustado.

— Lo sepa o no, él debe hacerlo. Baekhyun no es del tipo de persona que solamente se sentara y esperar que Sehun lo mantenga o algo por el estilo —afirmó Kyun Min.

— No hay de qué preocuparse, lo ayudaré a encontrar algo de todas formas. De ese modo será más fácil para él y no serán tan exigentes con él ya que sabrán que es su primera vez trabajando —explicó Sehun.

Todos asintieron comprensivos y algo más aliviados, pero su aprobación a Sehun le dio exactamente lo mismo. Su atención más bien estaba en Luhan y Chanyeol, ellos se habían alejado del grupo para hablar e inevitablemente, Sehun recordó la conversación con Baekhyun la noche anterior.

— Vayan a clases.

Todos lo miraron luego de que pronunciara esas palabras y ese único vistazo fue suficiente para que ellos supieran que no era un sugerencia. El grupo se apresuró a la salida en un parpadeo, Cherry incluso tuvo la buena idea de arrastrar a Chanyeol con ellos también, dejándolo solamente con su novio.

La curiosidad era evidente en su rostro mientras veía a todos desaparecer, todavía con eso una sonrisa suave estiró las comisuras de sus labios y su mirada cariñosa se posó en él. Nervioso, Sehun dio un paso adelante sin estar seguro de que debería decirle.

— ¿Te sigue molestando el que todos hablen ahora? —Preguntó con ternura y una de sus delicadas mano tocó la mejilla del más alto acariciando cariñosamente.

— No es eso —musitó—. Fue algo que Baekhyun me dijo.

Luhan se tensó de inmediato, la sonrisa que le mostraba tembló y su mano se retiró rápidamente, todo en conjunto delatando un evidente nerviosismo. Lo más probable era que lo que Baekhyun le había dicho era algo que Luhan no había querido revelarle en primer lugar, por lo que se sintió culpable al meter a Baekhyun en un problema.

— Lo siento, Hannie, tal vez él no debió decirme pero fui yo quien insistió —mintió para no perjudicar más a Baek.

Luhan asintió levemente.— ¿Y… y qué fue lo que te dijo entonces?

Para sus adentros, el cerebro de Luhan trabajaba a toda marcha tratando de darle una explicación coherente para cuando Sehun lo interrogará acerca de aquel plan suyo. Ni siquiera se atrevía a mirar a Sehun a los ojos en ese momento.

— Me contó sobre lo que le pediste a Chanyeol aquella vez cuando se suponía que me iría —confesó avergonzado—. Lo lamento, Bǎobèi Lù, fui un idiota —dijo con un tono de arrepentimiento absoluto.

— ¿Q-Qué? —Balbuceó aturdido.

— En ese entonces fui tan imbécil que tú ni siquiera podías acercarte a mí por temor a ser rechazado —explicó afligido—. Prometo que no volverá a pasar nada así, no voy a permitir que llores otra vez por mi culpa.

Él lo abrazó con fuerza y a Luhan le tomó un par de minutos entender del todo, para cuando lo logró se sentía aliviado y conmovido en la misma medida. Sin embargo, todavía con eso, hubiera preferido que él nunca se enterara de nada de eso justamente porque no quería que se culpara.

— Todo está en el pasado, ya no importa —consoló con dulzura.

— Aun así, nunca volverá a pasar. No me iré de tu lado —prometió.

Sus palabras aceleraron el ritmo cardiaco de Luhan y aunque no eran necesarias, todavía fue inmensamente feliz de escucharlas.

— Así que… ¿sobre lo de anoche…?

— ¡No hables de eso! —Vociferó abochornado—. ¡Eso jamás pasó! —Sentenció.

— Oh, vamos, fue algo lindo —se echó a reír ruidosamente.

El rostro de Luhan era todo rojo mientras agitaba su cabeza en una negativa frenética.— Exactamente qué parte fue linda, ¿si se puede saber? —Bufó.

— No sé —se carcajeó—. La parte en la que tu mamá nos explicó la forma correcta para…

— ¡Cállate! —Exclamó horrorizado.

— ¿Por qué? —Continuó—. Debes admitir que en ningún vídeo porno o sitio web tienen tal calidad de información.

— Eres un idiota —farfulló.

Sehun siguió riéndose con ganas e inevitablemente lo consiguió, haciéndolo unirse a sus carcajadas.

A partir de ese día en particular, todo a su alrededor cambió, no para bien ni para mal pero era definitivamente diferente.

La situación de Baekhyun no cambió, pero él continuaba pareciendo el mismo chico alegre de siempre. Asegurándose una y otra vez que estaba bien, a pesar de negarse a contarle toda la historia que lo tenía en la situación que tenía entonces.

Las habladurías de sus compañeros los rodeaban también, tras hacer pública su relación. Algunos a favor, otros en contra y a Luhan realmente no podía importarle menos mientras que se volviera un problema real.

En cuanto a su plan en marcha…

A Luhan le gustaba pensar con entusiasmo y se decía así mismo que lo estaba haciendo bien, considerando el tiempo que realmente podía pasar con Sehun a solas. Al menos definitivamente arrastraba a Sehun a pasar tiempo con él tanto como podía, aunque eso implicara estar en su casa rodeado de su familia o en el apartamento de Sehun en que actualmente rara vez estaban solos.

Para el fin de semana, todos habían acordado reunirse en la casa de Sehun para ayudar con la mudanza a su nueva residencia.

Cuando Luhan llegó, Baekhyun fue el encargado de recibirlo con una sonrisa inmensa en los labios y arrastró a Luhan dentro del pequeño apartamento, donde la gran mayoría ya había llegado y ayudaba a empacar todo para la mudanza.

— Tío Jung Sun, LuHan ya llegó —anunció felizmente.

El hombre sonrió tan pronto los vio y Luhan no sabía si era debido a Baekhyun o a él, después de todo, el hombre se había encariñado con Baekhyun con una rapidez sorprendente. Luhan algunas veces pensaba que era debido a ese instinto paternal innato que poseía.

— Entonces… ¿cómo los ayudo?

— Porque no vas con Sehun, está en su habitación con aquel trío suyo—sugirió.

Luhan asintió obediente, caminando con Baekhyun pegado a él y no pudo evitar notar que él lucía un tanto diferente. Naturalmente atractivo como de costumbre pero también se veía más relajado, su rostro adorable limpio y, en conclusión, se veía como si un aire infantil lo rodeará.

— No te preocupes, Lu. Vamos a aprovechar esta ocasión para sumar puntos a tu favor —susurró entusiasmado.

Una risa nerviosa brotó de los labios de Luhan, transformándose en un rubor escarlata cuando entró a la habitación donde su novio estaba con sus tres mejores amigos. Él le dirigió una sonrisa preciosa mientras que Lay le envió una mirada cómplice, ambas acciones aumentando el calor en su rostro haciendo que desviara la mirada y se topará con la expresión casi eufórica de Bobby.

— ¡Luhan! —Exclamó el alegre muchacho, empujando a Sehun para llegar a él y apretarlo en sus brazos—. Te he extrañado tanto, pequeño —soltó dramáticamente.

— Ho-Hola Ji Won g“ —saludó torpemente.

— ¡Aléjate de él! —Exigió Sehun.

— Siempre estoy ocupado y ya casi no nos hemos visto —fingió llorar.

— No siempre me envías por lo menos un mensaje al día —rió.

— Pero no es lo mismo que ver tu linda cara —farfulló, pellizcando las mejillas del castaño.

— Ya déjalo en paz —gruñó Sehun, golpeando las manos de su amigo para que dejara de torturar sus mejillas.

El chico se quejó dramáticamente, mirando al pelinegro con reproche pero este lo ignoró, masajeando tiernamente la piel agredida de las mejillas de su novio y esbozando una sonrisa tonta para él.

— Hola, nene —habló cariñosamente, besando con ternura su frente.

Al fondo los otros tres hicieron sonidos de arcadas y Sehun les mostró el dedo corazón. Baekhyun se movió al fondo de la habitación pellizcando el brazo de su novio y tomando una pequeña caja.

— Ya dejen de perder el tiempo —regañó—. Hay muchas cosas que mover aquí.

Ellos estuvieron de acuerdo con Baekhyun, el apartamento pronto estuvo lleno de movimiento por todos lados, con voces yendo y viniendo por todas direcciones. Aunque definitivamente nadie le ganaba en potencia a la voz de Jessica.

Ellos estaban listos para el medio día, esperando por el camión de mudanzas que el tío Sehun había conseguido. Todos lucían algo cansado pero antes de pensar siquiera en sentarse, el timbre los alertó y Jung Sun corrió a la puerta.

— ¿Cuáles son nuestras órdenes, capitán Oh? —Escucharon todos una grave voz masculina luego de que la puerta se abriera.

La risa de Jung Sun siguió y tras eso un breve silencio antes de que el hombre hablara una vez más.— Descanse, teniente. Primero entre.

Todos miraban con curiosidad la entrada a la sala de estar mientras los pasos se acercaban. En ella, pronto apareció la figura de un hombre alto, aunque un par de centímetros más bajo que Jung Sun pero su cuerpo estaba algo más construido. Sin embargo, toda la atención se la llevaba su atractivo rostro de rasgos fuertes y esa mirada severa.

— Niños, este es mi buen amigo, el teniente Kim Heon Jeong. Él nos prestara su camión para llevar las cosas —presentó.

— Un gusto verlos, chicos. Así que… ¿cuál de ellos es tu pequeño? —Preguntó sonriente.

Al igual que Lay, el teniente tenía una sonrisa de hoyuelos y al verlo sonreír, su rostro se veía aún más atractivo. Luhan inmediatamente notó la atención de muchos en él y el disgusto de otros tantos con la presencia del mayor.

— Ese sería yo —habló Sehun—. Me llamó Sehun.

Ellos estrecharon sus manos en un apretón firme, de algún modo el teniente Kim se veía bastante complacido al ver a Sehun, como si lo aprobará para ser el sobrino de su capitán.

— El resto serían tus amigos me supongo —sus ojos se clavaron en Luhan por alguna razón y eso lo hizo sentir nervioso.

— Sí, más o menos —se encogió de hombros.

— Y tú debes ser el pequeño yerno del que el capitán tanto habla —sonrió sin dejar de mirar a Luhan, quien se avergonzó al escucharlo.

— S-Sí, mi nombre…

— El pequeño Luhan —adivinó—. Lo sé, nuestro capitán repite tu nombre y el de su sobrino sin parar —rió abiertamente.

— No seas exagerado, no los menciono tanto —se defendió Jung Sun y su compañero se echó a reír.

— Bueno, finjamos que es verdad y empecemos a trabajar si quiere sus cosas en casa hoy —recomendó.

Imposibilitado para contradecirlo, Jung Sun comenzó a dar instrucciones para que todos se pusieran manos a la obra. El simpático teniente pronto se vio rodeado de un grupo de alegres rostro juveniles que querían conocerlo un poco más.

Las caras sombrías de Chanyeol, Jackson y Jun Hong eran especialmente divertidas, aunque la expresión aterrorizada de Bobby no se queda atrás al no saber si decirle a Lay que retrocediera o dejarlo hacer lo que quisiera.

— Suho te cortara en pedazos cuando descubra que dejaste a Lay coquetear libremente con otro tipo —dijo malicioso Sehun y Bobby se estremeció.

— No seas así, Hun. No lo molestes —reprendió Luhan.

Él no le hizo caso en absoluto y continuó torturando al pobre chico todo el tiempo hasta finalmente llegar a la nueva residencia. Luhan se tomó su tiempo para admirar la fachada de la construcción de dos pisos.

El lugar se veía bastante espacioso y contaba con un gran jardín que hizo correr con emoción a Jiāo Táng e Inkei para revolcarse en el césped. Al cruzar la puerta había un amplio espacio para la sala de estar, que también conectaba directamente con la cocina.

Arriba había cuatro habitaciones con sus propios cuartos de baño y al final del pasillo, se podía ver una pequeña terraza. Todo el lugar era impresionante, pero antes de que Luhan pudiera cumplir de su deseo de ver la terraza, su novio tomó su mano arrastrándolo a una de las habitaciones al fondo.

— Esta será nuestra habitación. ¿Te gusta?

— ¿No querrás decir que esta será tu habitación? —Interrogó risueño.

— Supongo que cuando no estés aquí, sí, será solo mi habitación. Entonces, ¿te gusta? —Insistió—. Porque si no te gusta todavía podemos revisar las otras tres.

— Me gusta —concluyó.

No realmente porque la habitación tuviera algo extraordinario en particular, sino porque era obvio que Sehun la había elegido y nada más. Su sonrisa le confirmó que su respuesta era acertada y esperó sonriente un besó al verlo inclinarse.

— ¡Hey, ustedes dos! —Llamó Bobby, interrumpiéndolos—. Las cosas no se moverán solas —se burló antes de salir corriendo para escapar de Sehun.

Ambos se separaron de mala gana para ir a ayudar, llegando justo a tiempo para escuchar a Jung Sun diciéndole a Jessica que fuera a escoger su habitación y que no debía preocuparse por el traslado de nada porque ellos se encargarían de todo.

El mayor incluso acarició su cabello como si ella fuera un niña y, en realidad, ella se veía como una mientras le sonreía tímidamente a la expresión amable que él le mostraba.

— Creo que ellos se gustan —susurró Luhan.

— Amor, creo que todos sabemos eso.

— ¿Y estás bien con eso?

— Absolutamente —bufó—. Ellos han estado solos por mucho tiempo, ambos necesitan dejar de preocuparse tanto por mí y comenzar a pensar en ellos mismo.

Estando completamente de acuerdo con aquel pensamiento, nadie se atrevió a molestar a la pareja, aunque de todas formas toda la atención estaba sobre el teniente Kim.

Nuevamente todo el lugar fue ajetreado y varias horas después, todas las cajas y muebles ya estaban dentro de la residencia pero aún debían desempacar. Lo cual era la peor parte luego de que simplemente todo fuera acarreado dentro sin ningún orden. A ese punto, Luhan estaba agotado y sudaba, sintiéndose algo pegajoso.

Además, también tenía hambre, lo cual lo tenía algo malhumorado y gruñón. Irritado, abrió una nueva caja para ver el contenido y refunfuño al ver que debía llevarla hasta la segunda planta otra vez.

— ¡Ya no puedo más! —Exclamó de repente Baekhyun y todos los que estaban ahí se voltearon a verlo.

— ¿Baek? —Llamó preocupado Jung Sun.

— Estoy cansado, tío Jung —lloriqueó.

— Baekhyun tiene razón, señor Oh. Todos estamos cansados —se unió Chanyeol a su dramático novio.

— También… —La voz tímida de Cherry apenas se escuchó—. ¿No creen que es hora ya de comer? —Musitó y un gemido grupal la apoyó por completo.

— Creo que los niños tienen razón, capitán. ¿Qué tal si ordenamos algo? —Sugirió y por alguna razón Baekhyun no parecía feliz.

— Buena idea, ¿les parece pizza? —Ofreció Jessica.

— Definitivamente no —respondió de inmediato Baekhyun.

— Baekhyun tiene razón, eso se tardaría mucho. Si quieren puedo llevarlos a Lo Mein, no está lejos de aquí y les puedo jurar que la comida es deliciosa —intervino Lay.

— No me gusta mucho la comida china —sonrió algo apenado el teniente Kim.

— ¡A mí tampoco! —Chilló escandalosamente Kyun Min—. Pero no muy lejos de aquí hay un lugar muy bueno, incluso preparan un excelente Yangnyeom tongdak* y podemos comprar un poco de cerveza para acompañarlo —soltó emocionado.

— ¿Qué no eres menor de edad? —Inquirió con el ceño fruncido.

— ¡Está todo decidido entonces! —Exclamó Haneul—. Quienes quieran comida china pueden ir con Lay y el señor Oh mientras los que prefieran otra cosa irán con Kyun Min y el teniente Kim —anunció.

Luhan ni siquiera acababa de entender lo que estaba sucediendo y todos los demás ya habían arrastrado a los tres adultos fuera de la residencia. Apresurado, los siguió para protestar pero inmediatamente Baekhyun le cerró el paso.

— Tú no te preocupes, Lu. Sé exactamente lo que a ti te gusta, así que como Sehun y tú han trabajado más duro que todos los demás, tan sólo quédense aquí y descansen —sentenció antes de prácticamente cerrarle la puerta en la cara.

Luhan se quedó pasmado frente a la puerta, parpadeando como si eso fuera a hacerlo entender lo que acababa de pasar. Todavía confuso se dirigió a la segunda planta para hacerle saber a su novio que todos los habían abandonado.

Lo encontró en la que sería su habitación a partir de ese día, trabajando o más bien luchando por armar algo. Probablemente una especie de repisa por las pocas piezas que vio esparcidas en el suelo.

— Ellos se fueron —anunció, sentándose en el suelo.

Sehun se tensó al escuchar su voz y se volvió para mirar a su novio, sin embargo, al verlo todo lo que su cerebro fue capaz de emitir fue un quedo Hmm y nada más. Incapaz de apartar su vista de la imagen de Luhan abanicando su rostro sonrojado por el esfuerzo, su cabello estaba revuelto y su respiración aún estaba algo agitada.

No se atrevió a seguir mirando, mientras su mente evocaba todas las veces que había visto a Luhan en las mismas condiciones, pero que no tenía que ver con una mudanza. Maldijo por lo bajo, concentrándose aún más duro en la repisa que tenía que armar.

Pero la maldita cosa no cooperaba para su creciente irritación y ni siquiera sabía que estaba haciendo mal, o porque razón la maldita repisa que de la nada se había vuelto un rompecabezas imposible a pesar de que había sido él mismo quien la había montado luego de comprarla. En ese punto, lo único que sabía era que la apariencia de Luhan luciendo así de agitado no le hacía bien.

— Estoy cansado —se quejó el castaño—. También tengo hambre, además, me siento pegajoso y caliente por todos lados —gruñó.

El destornillador resbaló ligeramente y su clavo en uno de sus dedos, haciendo que soltara las piezas de golpe. La mirada alarmada de Luhan se disparó en su dirección pero él estaba más concentrado en la sensación de hormigueo que tenía.

— Creo que yo también me siento caliente —masculló entre dientes.

— ¿Qué?

— Dije que también tengo calor y además creo que me corte o algo —dijo rápidamente, muy concentrado en su dedo herido—. Mierda —se quejó.

Un delgado hilo de sangre ya corría desde su dedo índice en la mano izquierda y de inmediato las manos de Luhan alcanzaron su mano, con una expresión alarmada arruinando su bonito rostro.

— ¿Te duele mucho? —Soltó angustiado.

— Está bien, cariño. No es…

La palabra nada no logró salir, sus ojos se ampliaron y se puso rígido luego de que Luhan llevará su dedo a sus labios y lo metiera a su boca. Aturdido, casi se atragantó al sentir su lengua acariciar la herida, incapaz de decirle que no debería estar haciendo algo así.

— Sostén esto, iré por el botiquín —indicó antes de irse a toda prisa, dejando ahí pasmado y con un pañuelo sobre su dedo herido.

Luhan regresó casi al instante con el botiquín en una de sus manos y un cuenco con agua sobre la otra mientras que él continuaba pasmado, dejándose hacer como un muñeco sin voluntad. Mirando a su novio como si este fuera irreal y a la vez diciendo para sus adentros que se veía bellísimo mientras sonreía con orgullo luego de ponerle una vendita a esa insignificante herida.

— Listo, la herida está desinfectada y cubierta —anunció felizmente, seguidamente beso su dedo y finalmente lo dejó ir. Sehun se estremeció, pero su sonriente novio no lo notó en absoluto—. Mejor deja eso por ahora y descansa un poco —sugirió, acercando el cuenco con agua.

— ¿Para qué es eso? —Lo observó interrogante.

— Es para que te refresques —sonrió.

Tras esas simples palabras, Sehun por fin notó la pequeña toalla que se sumergía dentro y vio con curiosidad como Luhan la sacaba y torcía entre sus manos para quitar el exceso de agua. Él sonrió en su dirección con la toalla en sus manos, como si esperara algo.

— Quítate la camiseta —ordenó.

— ¿Q-Qué? —Se atragantó un poco con su propia saliva—. ¿Para qué quieres que haga eso?

— Ya te dije, te ayudare a refrescarte —bufó.

— Pe-Pero…

— No voy a comerte —bromeó—. Esto es algo que mi mamá hacía para nosotros durante el verano cuando éramos niños. Nos ayudaba a refrescarnos mientras jugábamos —explicó.

Aunque en el fondo hubo una pizca de remordimiento por usar a su dulce mamá para semejante mentira, pero fue de ayuda y terminó de convencer a Sehun para que obedeciera al final. La prenda fue eliminada y Luhan hizo lo que pudo para que su máscara de tranquilidad no vacilará.

Sus manos temblaron un poco al presionar la húmeda toalla sobre la piel caliente del pecho ajeno, justo donde yacía el tatuaje de aquel extraño logotipo que había dibujado alguna vez. Él tembló con el primer contacto frío de la tela húmeda mientras que Luhan se esforzaba por lucir sereno para que él no pudiera notar nada extraño.

Comenzó cuidadosamente a subir, frotando la tela húmeda con suavidad, pasándola de su hombro izquierdo hasta su cuello e inmediatamente Sehun ladeó su rostro para permitirle mayor acceso. A cambio, una sonrisa un poco torpe se esbozó en los labios de Luhan, que hacía lo mejor que podía para ignorar la oscura mirada que no se apartaba.

Nerviosamente humedeció una vez más la tela, antes de repetir el proceso anterior en su hombro derecho, descendiendo una vez terminó. Sus dedos rozaron levemente la piel caliente y apenas logró captar el suave suspiro de los labios del más alto.

Una sonrisa dulce se construyó en sus labios y levantó la vista para encontrarse con los ojos oscuros de Sehun.

— ¿Se siente bien? —Preguntó con fingida inocencia y lo vio asentir muy despacio—. Qué bueno.

El breve intercambio le proporcionó el empujoncito que necesitaba, deslizando sus manos más al sur, refrescando la piel firme y caliente de su abdomen, viendo como cada músculo se tensaba y escuchando la forma en que contenía el aliento.

Permitiendo que sus dedos rozaran distraídamente la tela de los jeans pero sin ir más allá, de modo que pareciera no intencionado y demorándose más de lo debido.

Apartó la toalla y la sumergió en el agua por tercera vez, evitando levantar la vista y que de esa forma fuese más fácil aparentar que la expresión de Sehun no había cambiado, que sus ojos no brillaban intensamente y que la la piel estaba todavía más caliente que antes.

— Date la vuelta para que pueda pasar la toalla por tu espalda —pidió.

La mano ajena lo detuvo, sosteniendo su diestra que ya tenía la toalla. Luhan la miró por un largo tiempo antes de tímidamente elevar la vista al rostro de Sehun.

— Quítate la camiseta —ordenó, su voz era algo ronca, haciéndolo temblar ligeramente.

— ¿Pa-Para qué? —Balbuceó, completamente seguro de que sus rostro estaba ruborizado.

— Te ayudaré a refrescarte también. —Eso fue lo que dijo pero la manera en que lo observaba prometía algo completamente diferente.

— Pe-Pero se supone que…

— ¿No quieres? —Preguntó en voz baja, sujetando un poco más fuerte la mano ajena.

Luhan negó torpemente, su traicionero cuerpo temblando cuando él invadió su espacio y su aliento caliente golpeó la sensible carne de su oído.

— N-No es necesario —tartamudeó aferrándose a la pequeña toalla.

— Dijiste que te sentías caliente —susurró.

— Sí, pero…

— Me haré cargo entonces.

— L-Los demás…

Él se puso de pie y Luhan no movió ni un solo músculo, ya que la única neurona que todavía no hacía corto circuito le decía que necesitaba que fuera él quien diera el siguiente paso. Oyó entonces el pestillo al ser colocado e inmediatamente se volvió hacía la puerta.

— Desvístete para mí, Luhan.

 

 

Notas finales:

Así que entonces, preciosas personitas, sin más que agregar, este pequeño ser espera que disfruten del capítulo. Les envió un gran abrazo, también les pido que se cuiden mucho, mucho y me despido por el momento.

Bye Bye

P.D.: Una vez más…

Felicidades Euyini Muñoz!!!

*+*+*+*+*+*+*+*

*Sopa de wonton: Su nombre se debe a los pequeños saquitos de pasta hechos a base de harina, huevos, agua y sal que se rellenan de verduras, jengibre, marisco, aves, carne de cerdo o una mezcla de estos alimentos. Estos saquitos de masa se introducen en caldo, habitualmente de pollo, algunas verduras y así obtenemos la famosa sopa wonton.

*Yangnyeom tongdak: Se trata de una fusión de distintos tipos de pollo frito con el sello coreano; picante, miel, semillas de sésamo, maní y chile. 

 

 

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).