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Only reason. por DNA

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Notas del capitulo:

Hello!!!


Bueno...


 La actualización ha llegado!!!


 

 


— Somos compañeros de clases, al menos yo sí te he visto antes —rió suavemente—. Pero ahora que sé que eres el novio de Sehun, espero podamos ser más cercanos ahora —dijo con una voz realmente dulce.


— Y-Ya veo, su-supongo que es mi culpa por no prestar atención a mi alrededor —murmuró—. También espero llegar a conocerte más —susurró apenas.


— No hay problema, no es como si yo me hiciera notar mucho después de todo. Sin embargo, ahora trataré de mejorar eso —sonrió amablemente.


Esa acción simplemente hizo que Luhan sintiera otro escalofrío, además de un ligero dolor de cabeza al no ser capaz de calmar esa absurda paranoia suya.


— ¿De verdad son compañeros de clases? —Interrogó Sehun sorprendido.


— Sí —respondió el alegre chico.


— ¿Y por qué no lo mencionaste antes?


— No es como si supiera que él era tu novio —se encogió de hombros—. De haberlo sabido me hubiera acercado a Luhan mucho antes.


Ambos miraron en su dirección y Luhan apenas pudo sonreír torpemente, colocándose instintivamente justo a un costado de su novio para alcanzar su mano, esperando sentirse menos estúpido al estar ahí, actuando de forma absurda.


— Bueno, ya que Kyungsoo está aquí, ¿por qué no te sientas un rato con nosotros y nos cuentas cómo es que Sehun y tú se conocen? —Ofreció amablemente Haneul.


La palabra no, picaba en la lengua de Luhan, viéndose obligado a tragársela al no tener argumento válido para oponerse a que Kyungsoo se quedara ahí con ellos.


— Me encantaría, pero yo vengo con alguien y…


— Kyungsoo, ¿se puede saber porque demonios…?


— ¿Kai hyung?


El hombre miró casi con horror en su dirección, algo apenas momentáneo antes de poner aquella sonrisa traviesa en su rostro y acortar la distancia para tomar su mano, besando el dorso de modo juguetón.


— Encantado de verte, pequeño. Que bella coincidencia —dijo con galantería. Luhan no pudo evitar reírse un poco.


— ¿Te importa? —Gruñó Sehun, arrancando su mano de las del mayor.


— Ah, veo con tristeza que trajiste a tu molesto novio —resopló dramáticamente—. Da igual, no me hace menos feliz de verte.


— JongIn —llamó Kyungsoo a sus espaldas.


El mayor se giró igual de animado, pasando un brazo por los hombros del más bajo y estrechándolo cerca mientras se reía abiertamente.


— No te pongas celoso, Soo. Luhan y yo solo somos amigos.


— ¿Quién mierda está celoso? —Masculló, rompiendo todo contacto con el más alto.


— ¿Ustedes se conocen?


— Claro, Soo es un viejo amigo. ¿Verdad, cariño? —Soltó juguetonamente, haciendo al más bajo gruñir.


— ¿A quién diablos le llamas cariño? —Espetó y en respuesta el mayor solamente se rió por lo bajo—. Eres un idiota, ya deja de fastidiar —gruñó, avanzando hasta donde todos los demás estaban sentados.


Kai se echó a reír con ganas, siguiéndolo de cerca y Luhan no tuvo más remedio que hacer lo mismo. Sin parar de repetirse para sus adentros, que estaba actuando de un modo absurdo y tenía que calmarse.


Como de costumbre, bastó un par de minutos para que Kai se volviera el centro de atención de todos los ahí presentes, escuchando con entretenimiento como se las ingeniaba para provocar a Sehun con cada palabra.


Luhan, por su parte, no podía prestar ni la más mínima atención, sintiéndose observado cada vez que desviaba la mirada, pero no encontraba nada cuando volvía a mirar en la misma dirección donde sentía aquella aura de hostilidad. Al final, ese chico, Kyungsoo, ni siquiera estaba mirando en su dirección.


En algún momento, Kai se disculpó para atender una llamada y la atención de todos se volvió a Kyungsoo, todos curiosos por él.


— Sehun, baila conmigo —pidió Kyungsoo y sin darle tiempo a los demás de preguntar nada o a Sehun de negarse, él simplemente lo arrastró hacía la pista de baile.


Luhan se tensó pero no hizo nada por detenerlos, concentrándose simplemente en calmar sus nervios y prestar atención a todos los demás que simplemente se habían encogido de hombros y continuaron charlando.


Fue más difícil hacerlo, en todo caso, su mirada simplemente se seguía desviando a donde su novio estaba. Kyun Min y Jackson uniéndose a la pista de baile con Sehun y Kyungsoo, los cuatro luciendo sumamente divertido y en cambio, Luhan, sintiendo que la canción era malditamente eterna.


La música terminó finalmente y Luhan inmediatamente se sintió aliviado, casi levantándose de su asiento para reunirse con su novio. Sin embargo, una nueva canción comenzó y la pequeña figura que había estado bailando con Sehun, tiró de su brazo diciendo algo con una cara risueña.


La escena lo hizo sentir como si algo pesado se instalará en su estómago, algo realmente desconcertante. Discretamente le hizo un par de señales a Cherry informándole que no tardaba y se apartó de la mesa, caminando sin rumbo.


Andando a ciegas, por así decirlo, llegó a la segunda planta y vagó por los pasillos por un momento. Todavía preso de aquel sentimiento confuso, mirando distraídamente a su alrededor hasta que terminó en alguna especie de estudio.


Dentro de la habitación, una persona se giró en su dirección y sin ver quien era, se apresuró a disculparse para salir y dejarlo solo otra vez.


— ¿Aburrido, pequeño?


Aquella voz y la nota coqueta en ella, le robó una sonrisa, atreviéndose a entrar solamente de esa forma. JongIn lo observaba fijamente desde el otro lado, su elegante figura permanecía relajada cerca de la ventana abierta y sus labios se curvaban en una sonrisa ladina.


— Igual que tú, por lo que veo —respondió al llegar a su lado mientras ponía sus manos sobre el alfeizar de la ventana, dejando que la brisa lo refrescara.


— ¿Qué? ¿Tu guardián no te siguió hasta aquí? —Preguntó con un tono burlón.


— Sigue bailando con tu amigo —murmuró seriamente.


La sorpresa se apoderó del atractivo rostro del mayor, seguida de una sonrisa burlona y maliciosa. Lo miró con ojos entrecerrados y Luhan casi pudo escuchar su voz canturreando que sabía algo que él mismo desconocía.


— Nunca imagine que fueras del tipo celoso —comentó divertido—. Es decir, ese engendro tuyo ni siquiera trata de esconder lo celoso que es, pero... ¿tú?, ¿un mocoso celoso? —JongIn se echó a reír con ganas.


Luhan lo miró sin comprender, sonrojándose un poco ante la sonrisa odiosa que estiraba los labios ajenos.


— N-No estoy celoso —sentenció abochornado.


— Sí, claro —soltó sarcástico.


— No son celos —repitió gruñón—. Es… —Él pausó, intentando buscar un nombre para lo que sentía—. En realidad, se siente como intranquilidad —musitó—. De alguna forma, es como si algo dentro de mí me dijera que no debo dejar que ese chico se acerque.


La risa del hombre más alto se detuvo con solo esas palabras y cuando sus ojos chocaron con los ajenos, Luhan casi podía jurar que había una sombra desconocida robando el brillo en ellos. Incluso la expresión en su rostro era una que solamente había visto una vez, aquel día que hablaron sobre Minho.


— ¿A qué te refieres con eso?


— No lo sé —admitió—. Solamente se siente así. Al verlos juntos, es como si algo me dijera que alejara a Sehun de él a como diera lugar.


— Debe ser tu imaginación. Kyungsoo es un poco gruñón pero es un buen chico —aseguró.


Aun cuando Luhan pudo notar cierta incertidumbre en él, luego de esa declaración. La duda y algo parecido a la ansiedad le exigían averiguar quién era aquella persona, de dónde había salido y porque algo le decía que no era la primera vez que se encontraban.


— Ese chico…


— ¿Por qué mierda desapareces de la nada, JongIn? —Llamó e inconscientemente Luhan se estremeció y su corazón tembló.


— Luhan y yo estábamos aburridos. —De la nada, su buen humor y sonrisa estaban de vuelta mientras se volvía hacía aquella persona.


Pasmado, Luhan escuchó claramente el sonido de cada uno de sus pasos y apenas se atrevió a mirar al frente para encontrarse con la mirada desinteresada del pequeño chico de cabello negro sobre él.


— Luhan, no desaparezcas así.


La voz de Sehun lo devolvió a la realidad y solamente entonces notó que su novio estaba a su lado, luciendo un poco disgustado entre tanto intercambiaba miradas nada amigables con el mayor de todos los presentes.


— No veo cual es el problema —intervino JongIn—. Tú estabas bailando con Kyungsoo de todas formas. ¿Qué hay de malo si Luhan quiso dar un paseo si estaba aburrido?


— JongIn —masculló Kyungsoo—. Hun solamente estaba preocupado por su novio, eso es todo.


— Yo entiendo —dijo apresurado—. En realidad, tampoco me siento muy bien, ¿podemos irnos ya, Sehun? —Preguntó, intranquilo por el hecho de seguir bajo la mirada de aquel chico.


— Claro. Vamos a despedirnos y nos iremos a casa.


Luhan asintió de acuerdo, murmurando palabras de despedida para los otros dos antes de dirigirse a la salida. Algo paranoico, todavía sentía aquellos ojos clavados en él y a tientas alcanzó la mano de Sehun en busca de seguridad.


Ignorante de todo, él sostuvo su mano y le dedicó una sonrisa amorosa. En ese preciso momento la sensación de estar siendo acechado se intensificó, al tiempo que su lado más racional le decía que debía calmarse y dejar de exagerar las cosas.


Sin embargo, no fue capaz de sentirse en calma sino hasta que estaba en las puertas de su casa, despidiéndose de su novio. Él parecía especialmente feliz y Luhan se regañó a sí mismo por cargar con esos sentimientos tan negativos, en lugar de disfrutar ver aquella sonrisa pintada en los labios de la persona que adoraba.


Un pesado suspiro se escapó de sus labios una vez estuvo en la sala de estar, llamando la atención de Zhao, quien miraba una película o algo por el estilo. Tan pronto lo vio, Luhan le dio una sonrisa a modo de saludo pero él siguió dándole una expresión curiosa.


— Wow, fiesta con cambio de imagen y todo —comentó de modo bromista e igual que de costumbre, Luhan se rió de sus tonterías.


— El cambio de imagen fue antes de la fiesta luego de que Haneul probará un producto de cabello en mí. Producto que solamente debería ser usado si antes ya te has teñido el cabello porque tiene tinte negro en él —explicó risueño.


— Si, las instrucciones del shampoo se hicieron por algo.


Luhan asintió en acuerdo con su hermano mayor, yendo a sentarse justo a su lado cuando él palmeó el sitio libre a su lado.


— ¿Qué estamos viendo? —Preguntó mientras se sentaba a su lado.


— El capítulo cuatrocientos ochenta y tres de One Piece.


— ¿Qué no es ese donde siempre lloras?


— Ese mismo, estaba aprovechando que no había nadie en casa para poder verlo y moquear con libertad, y así liberar el dolor de mi corazón —suspiró dramáticamente.


— ¿Estás tú solo?


— Así es, joven ciervo —asintió seriamente—. Nuestros padres siguen en aquella boda y no creo que aparezcan en algún momento próximo o que lleguen a dormir siquiera.


— ¿Y YanYan jiějiě?


— Jiějiě, está en con sus amigas, la hippie y la otra chica extravagante, en una pijamada de chicas o en un ritual de iniciación de alguna especie de secta. Quien sabe, ellas son un misterio —movió las manos graciosamente mientras hablaba, haciéndolo reír.


— Okay, entiendo.


— Así que… —lo miró curioso—, ¿te divertiste? —Preguntó su hermano mayor.


— Sí, el primo de Baekhyun es un buen tipo.


— Eso es genial —lo miró de reojo—. ¿Todo bien entonces?


— Sí. ¿Por qué la pregunta?


— Porque algo te molesta —respondió al tiempo que esbozaba una sonrisa casi paternal—. ¿Peleaste con Hun o algo?


— No, eso no…


— Está bien, Xiǎolù —dijo, llevando su mano hasta su hombro—. Soy tu hermano mayor. Sé que soy algo muy infantil y me rio casi de todo, pero no por eso quiere decir que no me doy cuenta cuando tu sonrisa se ve apagada. Sé que algo te molesta porque tus ojitos no tintinean cual estrellas, como siempre que estas feliz. Así que vamos, dile a Zhao g“g“ que está mal, puedes decirme lo que sea —alentó con ternura.


— De verdad que no es nada —admitió, y aunque no era verdad, tampoco era una mentira debido a que ni siquiera él sabía que estaba mal—. Supongo que estoy cansado y la fiesta no fue la más divertida tampoco.


— Sí, eso algunas veces pasa —sonrió—. Lo mejor será que vayamos a dormir. Porque tú te ves realmente agotado y porque mañana tenemos que ir a trabajar —rió, apagando el televisor y arrastrando a Luhan al segundo piso.


Luhan únicamente se dejaba hacer por su entusiasta hermano mayor, riendo de todas sus hilarantes expresiones y tontas ocurrencias.


— Buenas noches, Lulu, sueña con mi cuñado —se despidió sonriente.


Luhan asintió risueño, adentrándose a su habitación para prepararse e ir directo a la cama, fingiendo que aquel molesto sentimiento no estaba ahí y finalmente, decidido a no tomarle importancia alguna y simplemente dormir tranquilamente.


Un olor.


Luhan se revolvió en medio de la inconsciencia luego de captar ese penetrante aroma, su estómago se contrajo dolorosamente mientras sus fosas nasales se impregnaban más y más con el nauseabundo aroma.


Su cuerpo se reacomodó incómodamente y apretó los ojos no queriendo saber qué era aquel aroma mientras era rodeado por una sensación de frío. De alguna forma, en ese momento era como si no estuviera más dormido pero mantuviera los ojos cerrados solamente para que la oscuridad lo mantuviera bajo la protección de la dulce ignorancia.


Trató de mantenerse en calma, dejándose rodear por aquella vocecita que le aseguraba que nada malo estaba ocurriendo.


Un sonido.


Luhan se concentró en él mientras este se iba a acercando lentamente, su corazón inquieto latía un poco más rápido entre más el sonido se acercaba. Sabía que eran pasos y su cerebro se concentró en hacerlo pensar que debía ser alguien de su familia.


Sin embargo, esos pasos provocaban un preocupante eco cada vez más siniestro. Un sudor frío comenzó a recorrer su cuerpo cuando los pasos se detuvieron y él sabía que estaba apenas lejos de donde él se aferraba a mantener los ojos cerrados.


La respiración de aquella persona era ruidosa y pronto la suya también, producto de un insano miedo que amenazaba con volverlo loco.


—Sé que estás despierto, pequeño bastardo.


Esa voz lo hizo jadear aterrorizado, se mordió los labios para así no dejar ir ni un solo ruido más y sus ojos se apretaron con más fuerza debido al pensamiento de que si no lo veía, entonces él no era real y nada malo pasaría.


Ah~. Te puedo ver temblando de miedo, mocoso. Mejor hazme caso o te irá peor.


El miedo lo traicionó y Luhan negó, dejándose aún más en evidencia ante la presencia perversa. Sentía lágrimas ardiendo en sus ojos y el sabor de la sangre en la boca. Se abrazó a sí mismo, haciéndose un pequeño ovillo, luchando por no perder la cordura y recordarse que eso no estaba pasando.


—¡Te digo que me mires, pequeña mierda!


Eso no estaba pasando, Luhan se aferró con su vida a ese pensamiento, sabiendo que él no podía hacerle nada. Que al final todo estaría bien y despertaría en su habitación sintiéndose frustrado por tener tanto miedo a un simple recuerdo.


— ¡Luhan!


Aquel rugido le estremeció el alma al igual que el frío tacto de las manos sobre sus hombros, sus horrorizados ojos se abrieron de golpe y la figura espeluznante de Minho le sonrió en medio de la oscura habitación.


Un grito de terror puro fue arrancado de su garganta y fue el miedo el que tomó el control, empujando la figura siniestra lejos de su cuerpo. La palabra huye se repetía como un mantra mientras se ponía de pie tan rápido como sus piernas temblorosas lo permitieron.


Apenas era consciente de que algo brotaba de sus labios en patéticos susurros antes de volverse un grito desesperado cuando la figura sujetó su camiseta. Hundiéndolo en una desesperada lucha que los envió a ambos al suelo, apenas dándole el tiempo suficiente para arrastrarse lejos tan rápido como pudo.


Salió gateando por la puerta del balcón y sus ojos derramando lágrimas de miedo se fijaron en la puerta a la espera de verlo entrar. Todavía rezando para sus adentros que aquello no fuera más que un sueño.


Pasos provenientes de la habitación lo hicieron contener el aliento y su cuerpo entero empezó a temblar al ver a la oscura figura acercarse a la puerta del balcón. Y nuevamente se encontró a sí mismo gritando de angustia mientras la oscura presencia se abalanzaba hacia él.


— ¡Luhan! —Gritó al tiempo que cubría su boca para hacerse escuchar.


Los ojos desorbitados del más joven se dirigieron a su hermano mayor, quien lo veía con angustiosa impotencia.


— Tranquilo, Xiǎolù, g“g“ está contigo —arrulló atrayendo su cuerpo a un abrazo—. Todo está bien, solamente es un corte de luz.


Su respiración errática se volvió más ruidosa y dejó ir sollozo mientras enterraba su rostro en el pecho de su hermano mayor. Quien solamente podía acariciar su espalda, tratando de transmitirle seguridad.


Sin embargo, era obvio cuán insuficiente resultaba, por lo que a tientas buscó entre los bolsillos de sus jeans su móvil. Deslizando la pantalla entre todos sus contactos hasta hallar al único que podía ser de ayuda.


— Todo irá bien, Xiǎolù, tu g“g“ no sabe qué hacer, pero traeré a alguien que sí —susurró, intentando consolarlo mientras aguardaba a que su llamado fuese respondido.


 


***


 


— ¿Qué tal la fiesta? —Preguntó Baekhyun tan pronto lo escuchó entrar.


Sehun lo miró curioso, no estando seguro de porqué él estaba echado en el suelo junto con Jiāo Táng e Inkei, los tres rodeados de comida chatarra tanto humana como canina. De algún modo se veían como un trío de adictos bajo los efectos de las drogas.


— Bien, todo tranquilo. Fue algo divertido incluso.


— Que bueno —murmuró con una voz un poco aletargada.


— ¿Qué tal te fue con los niños? —Fue su turno de preguntar mientras atravesaba la sala de estar tratando de no pisar a nadie o a algo, recogiendo en el camino una bolsa de snacks de queso.


— Creo que solo con verme lo sabes.


— Bueno, era eso o estabas teniendo el viaje de tu vida luego de inhalar algún producto de limpieza en el baño.


— ¿Lulu no vino a dormir hoy?


— Nop, aparentemente su madre quiere llevarlo a él y a sus hermanos de compras mañana por la tarde, así que debe quedarse en su casa este fin de semana.


— ¿Qué harás mañana?


— No lo sé, tal vez vaya a verlo.


— No seas así, Hun, deja que su familia lo vea. Tú puedes quedarte conmigo porque con mi novio fuera de casa, no tengo nada mejor que hacer —soltó con un puchero.


Sehun estaba por defenderse de la obvia acusación de ser el causante de que su novio no pasara tiempo en casa, justo cuando su móvil comenzó a timbrar. Perezosamente alcanzó sacó su móvil de uno de sus bolsillos y al no reconocer el número decidió no responder, dejándolo sonar.


— ¿Dónde está noona?


— Salió con unas amigas, dijo que se quedara con una de ellas a dormir.


— Ya veo.


Nuevamente el sonido de su móvil volvió a interrumpir su conversación, era una vez más aquel número desconocido. Su ceño se frunció mientras miraba la pantalla de su móvil iluminarse con cada vibración.


— Deberías responder —aconsejó Baekhyun pero justo entonces el aparato dejó de timbrar.


— Se detuvo —se encogió de hombros—. Además, es un número desconocido.


— Bueno, en ese caso… —La oración terminó inconclusa mientras la melodía volvió a hacerse presente—. Contesta —indicó Baekhyun.


Sehun asintió de mala gana, atendiendo por fin el insistente llamada y esperando que no fuera alguna broma estúpida o algo por el estilo.


¿Hola?


— Joder, esto no puede estar pasando. Xiǎolù, está bien, respira conmigo.


La aterrorizada voz de Zhao hizo que su corazón se detuviera y se pusiera de pie de un saltó. Baekhyun se incorporó tan rápido como él tras ver la expresión que tenía, con la duda y la preocupación reflejadas en él en la misma medida.


— ¿Zhao g“? —Llamó angustiado.


— Vamos, Lu, debemos regresar dentro.


— ¡No! ¡No volveré ahí! —Esa era la voz de Luhan.


— Zhao, responde carajo —ordenó preocupado.


— No pasa nada, Luhan. Tu hermano mayor está contigo —dijo en un vano intento de consolarlo.


— No, te digo que está ahí.


— Hannie, eso no...


— ¡Era él, te digo que era él! —habló un muy alterado Luhan.


— ¡Zhao! —Gritó y solo entonces hubo varios ruidos que no tenía idea alguna de que eran, dejándolo aún más con aquel sentimiento de ansiedad creciendo en su pecho.


— Sehun, tienes que venir aquí ahora —soltó alterado.


— ¿Qué diablos está sucediendo? ¿Qué le pasó a Luhan? —Interrogó al mismo tiempo que le hacía señas a Baekhyun para que se preparara para salir.


Él asintió de inmediato, corriendo por hacia las escaleras con Jiāo Táng e Inkei tras él, mientras que Sehun corría a la puerta para obtener sus llaves y esperar a que Baekhyun lo alcanzara.


— No lo sé —respondió nervioso.


— Tengo todo, vámonos —dijo Baekhyun.


Sehun asintió y salió de la residencia con su amigo a sus espaldas llevando las correas de ambas mascotas mientras corrían en medio de la noche, en un intento de recorrer las seis cuadras que lo separaban de la casa de su novio, tan rápido como les fuera posible.


— Hubo un apagón y vine a revisar que estuviera bien, pero cuando entré, él empezó a gritar. Trate de contenerlo pero fue inútil. Ahora mismo estamos en el balcón, él está aterrorizado y se niega a volver al interior. Lo único que dice es que él estaba ahí —explicó lo mejor que pudo.


— Pon a Luhan al teléfono —ordenó.


Hubo un silencio que se sintió eterno antes de que la agitada respiración se escuchara al otro lado de la línea, haciendo el corazón de Sehun doler y un nudo atascarse en su garganta. Se quedó estático ahí, en medio de la noche, Baekhyun mirándolo sin comprender y él sin idea alguna de que decir o hacer.


— ¿Sehun? —Habló la temblorosa voz.


— Hey, cariño —murmuró con ternura—. ¿Todo bien?


— Sehun, date prisa —apuró Baekhyun, obligándolo a regresar a su carrera.


— No —musitó con la voz rota Luhan—. Está aquí, él vino por mí.


— No, no es así, cielo —aseguró rápidamente—. Yo voy a buscarte, no pasa nada.


— Está adentro, Zhao g“ no me cree, pero lo sé.


— Tranquilo, amor. Yo me haré cargo tan pronto llegue.


¡No! —Exclamó—. ¡No vengas! ¡Él podría…!


— Que lo intente, lo regresaré de vuelta a su puta tumba antes de que pueda acercarse a ti —masculló entre dientes.


Hubo silencio al otro lado de la línea, lo único que podía escuchar era la respiración temblorosa de Luhan y uno que otro suspiró lamentable.


Lo lamento —susurró.


— ¿Por qué?


Por tener miedo a todo esto, yo… debería ser más valiente que esto.


El corazón de Sehun se apretó, no solamente por el hecho de que Luhan sintiera la necesidad de pedir perdón por tener miedo a aquello que lo había marcado, sino también porque él no podía hacer absolutamente nada para remediarlo.


— ¿Recuerdas la vez que jugamos Monopoly y Cherry dijo que el premio sería un beso? —Musitó con algo de torpeza.


La pregunta no tenía sentido alguno y Luhan podría no acordarse de aquello, que había sucedido cuando era solamente un niño. Sin embargo, ese era el triste intento de Sehun por querer distraerlo de eso que lo tenía tan asustado.


—  —susurró él en respuesta.


— Hice trampa —admitió—. Yo iba perdiendo, pero entonces ustedes se descuidaron y de la nada yo me recuperé luego de que solo me quedaban como quince wons. Fue porque hice trampa y por eso gané.


— ¿Por qué…?


— Porque yo quería, bueno, también pensé, que si ganaba tú ibas a besarme —confesó—. Pero al final fue Cherry quien me besó y tú te enojaste tanto por eso, que recuerdo que me enojé el doble porque pensé que te gustaba ella.


— No me enoje por eso —murmuró—. Me enojé porque desde un principio yo no quería que ella te besara, yo… si tú no hubieras hecho trampa y yo hubiese ganado, yo te habría besado a ti.


Él no dijo más, solo se quedó ahí, de pie frente a la casa de Luhan, entre tanto Baekhyun se apuraba a abrir la puerta con ese juego de llaves que pertenecía a Sehun. Tan pronto entraron, Sehun le ordenó buscar una linterna mientras él se encaminaba lentamente a las escaleras.


— Lo siento —habló luego de largos minutos.


— Fue solamente un juego.


— No por el juego —aclaró, caminando a ciegas por la habitación que conocía de memoria.


— ¿Sehun?


Sehun terminó la llamada justo en ese momento, sus ojos veían a través de las cortinas a las dos figuras al otro lado, pero solamente se quedaron fijos en la más pequeña de las figuras acurrucada frente a las puertas del balcón.


— Lo siento —repitió abriéndose paso al exterior, sus ojos encontraron de inmediato los asustados orbes contrarios—. Te juré que iba a protegerte de él, pero ni siquiera cuando él está muerto puedo hacer nada para detenerlo.


Toda la habitación se iluminó y vagamente logró escuchar a Zhao celebrando por ello mientras él seguía con la vista conectada con la tormentosa mirada de Sehun. Torpemente se puso de pie, estirando los brazos hasta que pudo estrecharlo entre sus brazos. Él correspondió, su abrazo algo demasiado flojo a comparación de todas las demás veces.


— Volvamos dentro.


Asintió muy despacio, sosteniendo su mano con fuerza mientras volvían al interior de la habitación que antes no había querido pisar.


Todo en el interior era igual que siempre, no había ninguna figura oscura estirando sus manos para atraparlo. Su cama estaba hecha un lio en ese momento y solamente entonces Luhan vio la desaliñada imagen de su hermano mayor.


— Zhao g“ —llamó Sehun en voz baja tan pronto se dio cuenta de ello—, ve a ver a Baekhyun que dejé abajo.


— Claro —sonrió a medias—. Xiǎolù, g“g“ irá abajo para ver que tu amigo esté bien, pero puedes gritar para que suba. ¿De acuerdo?


— De acuerdo —musitó.


Su sonrisa fue más genuina en esa ocasión y salió luego de darle un par de palmaditas en la cabeza. Luhan lo observó durante todo su camino a la puerta hasta que esta estuvo cerrada una vez más y sus ojos volvieron a centrarse en los de Sehun.


— ¿Te gustaría que habláramos en secreto? —Interrogó con una sonrisa dulce pintada en sus labios, casi ayudando a distraerlo de lo triste que se veía su mirada.


Él asintió y sin más, ambos fueron a la cama, cubriéndose de pies a cabeza, aislándose de todo el exterior al igual que cuando eran niños y pensaban que aquella simple barrera de algodón, era suficiente para ocultarlos de todo y todos.


La luz de la habitación se filtraba de todos modos y les permitía ver claramente el rostro contrario mientras se quedaban ahí, pensando en cómo era que debían empezar.


— Tú no hiciste nada —murmuró Luhan.


— Ese es el problema, Luhan —susurró, alcanzando su mano a tientas—. No puedo hacer nada.


— Estás aquí —sonrió débilmente—. No hacer nada implicaría que no te molestaras en venir corriendo cada vez que tengo una crisis.


— ¿Cómo podría pensar en no venir?


— Entonces no digas que lo sientes o te sientas inútil —pidió—. Eres la única persona que me hace sentir cuerdo en momentos así. Es por ti que no ha sido peor.


La sonrisa en sus labios tembló, la mano que sostenía la suya la llevó hasta sus labios para poder besarla. Una extraña tranquilidad se instaló entre ambos y en secreto Luhan le daba vueltas en su mente a lo que debería responder a la pregunta inminente.


— ¿Qué pasa, Bǎobèi Lù?


— Algo va mal —murmuró Luhan al final—. No sé qué es, pero no se va. Lo único que sí sé es que hay una intraquilidad creciendo en algún lugar dentro de mí.


— ¿Fue por ella?


— Sí, creo, no sé —balbuceó—. Solamente está creciendo, se hace peor y el sueño de hoy… —Sus ojos se cerraron y la sensación angustiante de unas horas atrás volvió a deslizarse sobre él—. Fue tan real.


— Tranquilo, todo estará bien —prometió.


Dudoso miró en dirección a su novio, asintiendo torpemente a sus cálidas palabras. Siendo al final incapaz de volver a dormir, sintiéndose un poco culpable por hacer que Sehun tampoco pudiera hacerlo.


Sin embargo, a él parecía darle exactamente igual, parecía genuinamente feliz de estar a su lado, ocultos bajo las sábanas, hablando de todo y nada, quejándose de cómo Jiāo Táng lo ignoraba cada vez más y lo mucho que odiaba la forma tan ruidosa en la que Baekhyun comía caramelos.


Luhan sonreía, no por la charla, sino por el hecho de que él estaba ahí. Todo era bellamente familiar y en algún lugar, Luhan casi podía escuchar las tiernas voces de dos niños prometiendo entre risas que estarían juntos para siempre.


En algún momento, la melodía insistente de su despertador los interrumpió. Luhan emergió de entre las cobijas mientras que Sehun seguía cómodamente recostado mirándolo con suma curiosidad.


— ¿Qué haces?


— Me tengo que ir —respondió—. El señor Li nos espera hoy un poco más temprano.


— No, tú no irás —sentenció con el ceño fruncido—. Ni siquiera dormiste en toda la noche


— Sehun…


— Él tiene razón —interrumpió Zhao—. Hoy vas a quedarte aquí a descansar. Ya he llamado al señor Li para explicarle que no te encuentras bien, nuestros padres también vienen en camino y el doctor Jung te espera a medio día.


Y con todo eso dicho, qué más podía hacer Luhan para oponerse, además de sentirse un poco irritado al ser detenido con su desesperada intención de fingir que la noche anterior no había pasado y que tratar de volver a su vida.


Sehun le sonrió amorosamente desde la cama antes de ponerse de pie, indicándole que tomara una ducha y los alcanzara en el comedor para desayunar.


Aceptó algo de mala gana e hizo lo que le dijeron, reuniéndose con ambos chicos un poco más tarde en el comedor. Baekhyun prácticamente gritó al verlo y tiró de él a un abrazo asfixiante mientras le decía lo mucho que lo adoraba mientras Sehun hacía mala cara por la exagerada reacción.


Zhao era todo sonrisas igual que siempre, pero estaba preocupado y Luhan lo notaba en el hecho de que ya había hecho todas aquellas llamadas tan temprano, también estaba aquel detalle de que cada cosa sobre la mesa era solamente el favorito de Luhan.


Además de que, aunque Zhao odiaba cocinar, esa mañana todo lo había preparado él mismo. Su hermano mayor, era protector, incluso más protector que la misma YanYan aun si pareciera lo contrario.


Zhao en realidad escondía lo maduro que era, tras aquella máscara de niño travieso y juguetón, pero Luhan sabía que aquel chico sonriente se volvía aterrador si algo los amenazaba. Aun cuando él creyera que nadie podría descubrirlo, Luhan lo había hecho.


Empezó por descubrir que el mayor había aprendido artes marciales, solamente para poder patear a aquel muchacho que había llamado rara a su hermana mayor y la había hecho llorar. Así como había amenazado a Sehun en secreto con romperle las piernas, si acaso tenía la brillante idea de hacerle daño a él.


Desde niños, Zhao siempre había sido su guardián entre las sombras, peleando por él todas esas peleas que era incapaz de ganar y haciendo todo tipo de disparates solamente para verlo sonreír.


Dios, Zhao había accedido a secuestrar al perro de su vecina en Beijing, solamente porque Luhan había dicho que ellos no le daban agua y había llorado porque debían ayudarlo. Los habían descubierto en un santiamén, así como Luhan había descubierto que el tierno animal solamente había pasado por aquello una sola vez por descuido de su dueña, pero que en realidad era el amor eterno de la anciana mujer.


Era por la suma de todo eso, que Luhan estaba completamente seguro de que el mayor por dentro estaba teniendo una crisis por lo que había pasado aquella noche. Solamente de saber eso, Luhan se sintió tan culpable como feliz.


— ¿Pasa algo? —Preguntó sonriente, al percatarse que él no dejaba de mirarlo—. No tengo nada en la cara, ¿o sí?


— ¿Tu fealdad habitual cuenta? —Bromeó Sehun.


— ¿De qué diablos hablas? —Bufó—. Yo soy muy guapo, está en los genes de los Wu. Todos hemos sido hombres hermosos generación tras generación.


— Claro, lo que digas —sonrió ladino.


— Para tu información, soy tan guapo que me confunden en la calle con Song Ji Yang, unas chicas hasta me han pedido mi fotografía —alardeó.


— ¿Qué hacen las chicas cuando estás despierto? —Interrogó Baekhyun, uniéndose a la diversión.


— ¡Luhan! —Chilló infantilmente—. ¡Diles algo!


Luhan únicamente se echó a reír, viendo a su hermano mayor comenzar a hacer pucheros con inconformidad y rápidamente lo abrazó. Habiendo tenido suficiente de divertirse a costa de su hermano mayor, estaba listo para detener las burlas, siendo interrumpido por un portazo y una serie de pasos apurados.


— ¡Xiǎolù! —Exclamó su madre cruzando la entrada hacia el comedor, envolviéndolo en sus brazos.


— Hijo, ¿qué pasó? ¿Estás bien? —Interrogó con angustia su padre.


Por un segundo, todo lo tomó por sorpresa, su cuerpo se relajó solamente un par de segundos más tarde y estrechó de vuelta la esbelta figura de su madre.


— Estoy bien —dijo en voz muy baja.


Los bellos ojos de su madre se centraron en su joven rostros, una sonrisa débil se dibujó en sus pálidos labios antes de que estos bajaran a besar su frente.


— ¿Ya se contactaron con el doctor Jung? —Preguntó su aún nervioso padre.


— Sí, nos recibirá al mediodía —respondió calmadamente Zhao.


— ¿Qué pasó, cielo? —Interrogó con ternura su mamá.


— Yo…


— Fue una pesadilla —habló nuevamente Zhao—. Intenté lo mejor que pude tranquilizarlo, pero no pude y tuve que llamar a Sehun al final. Lo lamento.


Su sonrisa fue realmente triste al decir lo último y Luhan quiso llorar al ver a su hermano mayor tan frustrado y decepcionado de sí mismo.


— Tonterías —resopló su padre—, hiciste un excelente trabajo. No tienes porque decir que lo lamentas.


Eso pareció animar mucho más al mayor y su madre no fue capaz de alejar a Luhan de sus brazos ni siquiera cuando iban de camino al consultorio de su psiquiatra. Al entrar, Luhan deseó estar en cualquier otro lugar.


La adorable recepcionista los saludó con la misma amabilidad de siempre e invitó a sus padres y a Sehun a tomar asiento mientras ella lo guiaba a su encuentro con el doctor Jung. El rostro estoico de su psiquiatra lo esperaba en el mismo sofá de cuero que conocía de memoria y el mismo se acomodó en el diván justo a su lado.


— ¿Cómo estás, Luhan? —Preguntó su voz tranquila.


— No muy bien.


— Tu hermano me habló un poco de lo sucedido, pero quiero que tú me lo relates con más detalles.


Asintió dubitativo, empezando con torpeza por relatarle al hombre todo lo que era capaz de recordar de la tormentosa pesadilla. Él simplemente se dedicó a observarlo, interrumpiendo solamente para hacer una que otra pregunta. Ante todo eso, Luhan no podía hacer más que sentirse expuesto ante el hombre.


— ¿Desde cuándo has estado sintiendo esta intranquilidad, Luhan? —Interrogó al final de su relato.


— Desde que empezaron algunos extraños sueños.


— ¿Cómo son esos sueños?


— E-Es un recuerdo del pasado con Minho, ese día él me golpeó y me humilló. Pero siempre se detiene cuando aparece la voz de alguien con el rostro borroso.


— ¿Hace cuánto tienes estos sueños?


— C-Creo que desde que me reencontré con Seohyun —respondió nervioso.


— ¿Quién es Seohyun?


— Mi ex novia, ella me engañó con Minho y nuestra separación fue desastrosa.


— ¿Te importaría contarme todo respecto al tema de la señorita Seohyun?


Luhan negó mientras con torpeza comenzó a relatarle cómo toda esa historia había comenzado y la horrible forma en que había terminado. En esa ocasión el mayor no preguntó absolutamente nada, dedicándose solamente a hacer una que otra anotación. Suspirando suavemente al final de la historia.


— ¿Sientes culpa, Luhan?


— ¿Culpa?


— Por lo que pasó en ese entonces —aclaró—. ¿Has sentido que, aunque ya quedó en el pasado, tú no eres merecedor del perdón de las personas a las que lastimaste en ese entonces?


Luhan pensó en ello por varios minutos, asintiendo en respuesta a la pregunta. Acto siguiente, el mayor simplemente anotó una serie de cosas en su cuaderno y elevó la mirada tras un momento.


— Bueno, Luhan, de momento tú y yo vamos a tener que vernos dos veces a la semana por un tiempo.


— ¿Q-Qué? —Balbuceó.


— También necesito que por ahora dejes tu trabajo en el restaurante —continuó ignorando su obvio rechazo a la idea de regresar a las visitas.


— ¿P-Por qué?


— Con tus pesadillas de vuelta, podría ser contraproducente que estés en contacto con aquel lugar que se relaciona tan estrechamente con aquel incidente. Por eso te pido que limites tu contacto con todo lo que pueda recordar eso —explicó—. Además, te pediré que empezando desde hoy lleves un diario donde anotes detalladamente lo que sueñas.


— P-Pero… yo… yo pensé que estaba bien —susurró desolado.


— Oh, pequeño mocoso —sonrió por primera vez desde que se habían reunido—. No tienes que ponerte así de desanimado, hasta ahora has hecho un excelente trabajo. Has salido adelante más rápido que muchos de mis pacientes.


Esas palabras debieron haberlo tranquilizado pero no fue así, de algún modo se sentía como volver justo al inicio. Como si la pesadilla hubiera sido tan sólo unos días atrás y no hace un año.


— Cualquiera puede tener una recaída, no debes pensar que es el fin del mundo —alentó—. Vas a estar bien, niño. Tú y yo vamos a hacer todo porque sea de esa manera —aseguró con confianza—. Ahora sal de aquí, te veré dentro de unos días —se despidió y mientras se ponía de pie, Luhan escuchó como le solicitaba a la recepcionista que enviará a sus padres.


Luhan recibió un asentimiento como despedida y al cruzar la puerta, la sonrisa cariñosa de sus padres lo saludaron antes de pedirle que los esperara junto a Sehun en la recepción. Pero él simplemente no se pudo mover y se quedó ahí.


— ¿Qué tan grave es, doctor? —Escuchó a su padre preguntar.


 Aún es muy pronto para darles un diagnóstico adecuado, pero parece ser que Luhan siente culpa e inconscientemente evoca la imagen de su agresor para castigarse a sí mismo —explicó el médico.


En el fondo, Luhan sentía que no era eso. Algo le decía que había algo mucho peor pasando y debía averiguar que era.


— Oh, mi pequeño —sollozó su madre, haciéndolo sentir miserable por hacerla llorar.


 Tranquila, señora Wu, su hijo es fuerte, podremos salir de esto. Es justamente por eso que voy a pedirles que lo mantengan bajo supervisión y que limiten cualquier contacto con lugares que le puedan traer recuerdos sobre Oh Minho.


 Por supuesto —respondió su padre al instante.


 También les prescribiré la receta para que, en caso de ser necesario, le den a Luhan algo que lo ayude a dormir. No es necesario todavía, pero si las pesadillas empeoran, él podría necesitarlas.


Eso fue todo lo que tuvo la capacidad de escuchar, apresurado fue hasta la sala de espera para ocultarse en los brazos abiertos de su angustiado novio. Él lo recibió con gusto, susurrándole al oído palabras reconfortantes.


— No es eso, Sehun —murmuró—. Sé que no tiene nada que ver con la culpa.


— Está bien, cariño. Te creo.


Él realmente le creía, pero ni eso fue suficiente para ayudar a que Luhan no sintiera cierto grado de rechazo a las expresiones que sus padres le dirigían. No podía culparlos, sin embargo, ellos lo amaban y estaban preocupados por lo que tuvo que aguantarlo y simplemente no hacer nada.


Obligado a dejarse llevar por la corriente y permitió que ellos lo llevarán hasta Lo Mein para hablar con su jefe, tal vez sospechando que de lo contrario él iba a intentar escapar para seguir yendo a trabajar. Su jefe tenía una expresión igual a la de ellos cuando le explicó vagamente que no podía seguir yendo a trabajar por cuestiones de salud.


De una forma u otra, Luhan sentía que esas expresiones eran una forma de decir: “Ah, el pobre y lamentable chico con traumas”. Sin embargo, ¿qué podía hacer además de escuchar a su médico y esperar que el tratamiento funcionara?


— Te voy a extrañar, muchacho —dijo con amabilidad, palmeando su cabeza como si fuera un niño pequeño.


— Yo también.


— Oh, pero quita esa cara, tu puesto va seguir aquí esperando a que estés mejor —prometió con una sonrisa jovial.


— Gracias —sonrió a medias.


— Oh, Hannie —habló Rin, estrechándolo en sus brazos—, noona va a rezar todos los días para que estes mejor pronto y puedas volver. Así que sé obediente y recupérate pronto.


— Lo haré —prometió sin muchas ganas.


— Bueno, yo no me despido porque todavía te veré en la escuela. Así que vas a tenerme detrás tuyo actuando todo histérico y sobreprotector —bromeó Jackson, golpeando juguetonamente su brazo.


Luhan dejó ir una débil risilla, asintiendo a las palabras de su amigo, dándole un último vistazo al modesto restaurante donde había hecho tan precisados recuerdos. Dirigiendo su vista una última vez a las personas que lo habían tratado como parte de una pequeña familia.


— Nos veremos antes de que lo imagines, muchacho —prometió su jefe.


Una vez más asintió, regresando al lado de Sehun que lo esperaba en la entrada pasando un brazo sobre sus hombros mientras volvían al auto donde sus padres lo estaban esperando.


— Solo será por un tiempo, ¿de acuerdo? —Consoló su madre.


— Lo sé —respondió, esperando que ella creyera que estaba bien con la decisión.


No lo estaba, sin embargo, repentinamente se sentía como si la normalidad en su vida y que lo hacía tan feliz, se escapara entre sus dedos, empujándolo de vuelta a los meses de angustia en los que sentía que algún monstruo lo alcanzaría para torturarlo.


Su mamá comenzó alguna charla animada sobre lo mucho que iban a divertirse ahora que él iba a tener más tiempo libre mientras él fingía sentir el mismo entusiasmo. Su padre le lanzaba fugaces vistazos desde el espejo retrovisor y Sehun sostenía su mano con fuerza.


Probablemente él era el único que realmente se daba cuenta de lo infeliz que se sentía con el rumbo que todo estaba tomando.


— Estaba pensando —habló su padre luego de un largo rato—. ¿Qué les parece si Sehun se queda con nosotros unos días?


Su madre chilló emocionada y Sehun sonrió suavemente mientras que Luhan traducía aquello en su mente: “Sehun tiene que quedarse para que controle tus crisis y no debamos darte la medicina para dormir”.


— Por mí está bien —aceptó finalmente Sehun.


Los tres pares de ojos fueron hacia él, esperando a que dijera cualquier cosa en respuesta a la sugerencia.


— Sí Hun no lo encuentra molesto, sería genial si se queda —sonrió a medias.


En otras circunstancias habría estado feliz con la idea, pero en ese momento no podía al saber que Sehun tenía que volver a estar obligado a correr a su ayuda sin poder negarse.


Hubo un incómodo silencio, sus padres se miraron entre sí brevemente antes de que su madre juntara sus delicadas manos y sonriera lo mejor que podía, tratando de romper la pesada atmósfera que lo rodeaba.


— ¡Tengo una buena idea! —Exclamó—. ¿Qué les parece si pedimos pizza para la cena?


— Es una idea maravillosa —apoyó su padre.


Ambos adultos bajaron del auto hablando animadamente de su plan, los siguió sin muchos ánimos hasta que su mano fue sujetada con suavidad deteniendo su andar. La dulce sonrisa de su novio fue lo primero que vio al girar en su dirección.


— No es culpa. Yo te creo, así que creo que vas a salir de esto —afirmó—. Justo como hiciste antes, sorprendiéndonos a todos. E igual que ese entonces, yo voy a estar más asustado que tú pero vamos a superarlo.


— Lo haré.


Una sonrisa genuina se apoderó de las comisuras de sus labios, fue como si las agitadas aguas en su interior volvieran a asentarse lentamente y la amargura fuera menos molesta. Con la misma tranquilizadora expresión lo llevó de vuelta al interior de su hogar, donde podía escuchar a sus padres todavía discutiendo sobre su plan.


Zhao estaba en la sala de estar, agitando sus brazos exageradamente mientras le relataba a Baekhyun la que parecía la mejor de las historias. Baekhyun estaba más que emocionado, mirándolo con una expresión de total maravilla, casi sentado al filo del sofá mientras escuchaba la historia.


— Y es justo en ese momento que todo el equipo llega para la batalla final y… ¡Xiǎolù! —Chilló, dejando su historia inconclusa, corriendo a su encuentro—. ¿Qué te dijeron?


Luhan sonrió al ver la preocupación dibujada por todo el rostro de su hermano mayor, más tarde rió al verlo ser empujado lejos por su hermana mayor, quien inmediatamente lo estrechó en un abrazo casi mortal.


— ¿Qué pasó, Hannie? —Interrogó angustiada—. Ya no hay nada que temer, tu jiějiě lo arreglara —prometió cariñosamente.


— No se preocupen —habló por fin—. Ambos, estoy bien pero tendré que ir de vez en cuando a ver al doctor Jung. —Ambos chicos se miraron entre sí nada tranquilos—. De verdad, no es nada grave —aseguró.


— ¡Niños, Hunnie y Baekkie se quedarán esta noche! ¡Compraremos pizza! —Anunció su entusiasta madre.


Todos entendieron como ella secretamente les pedía que cooperaran y tratarán de animar a Luhan y rápidamente le siguieron la corriente. Todo parecía relativamente igual que cualquier otro día, pero no lo era por mucho que ellos se estuvieran esforzando en aparentar lo contrario.


En algún momento, mientras Zhao y Baekhyun se gritaban el uno al otro por culpa de un videojuego y su padre se reía sin parar de la cara de disgusto de su hermana mayor, Luhan se dio cuenta que su madre no estaba en algún lugar a la vista.


Inmediatamente le preguntó a Sehun si es que la había visto y al verlo negar, tuvo la intención de ir a buscarla. Sin embargo, su novio se ofreció para ir en su lugar, pidiéndole con insistencia que se quedara ahí y Luhan no insistió más.


De algún modo, Sehun sabía la razón de la desaparición de la bella mujer y lo último que quería era que sus esfuerzos mantener una máscara de optimismo. Que la vieran llorar de frustración y miedo luego de jurar que todo iba a salir perfectamente y que no había de qué preocuparse.


Sin dudarlo, Sehun se dirigió rápidamente a la habitación de la bella mujer y la encontró sentada sobre la cama, mirando con una sonrisa algo melancólica el contenido de una caja. La misma sonrisa fue dirigida a él cuando llamó suavemente a la puerta e hizo un ademán para que el más joven siguiera y entrara.


— ¿Te aburriste de los gritos? —Interrogó con su voz más suave de lo habitual.


— Un poco, sí —sonrió levemente—. En realidad, es porque Luhan preguntó por usted.


— Ya veo, creo que he estado aquí un poco demasiado. Supongo que debo bajar —suspiró.


— Un rato más no hará daño —rió, sentándose cerca de ella—. ¿Qué es eso? —Preguntó, señalando con curiosidad lo que parecía un libro extremadamente viejo.


La mirada de ella se iluminó, pronto tomó el viejo objeto e hizo todo a un lado, para luego palmear el lugar a su lado en un silencioso pedido al menor de que se acercara. Con evidente entusiasmo se apresuró a deshacer el nudo que la fina cuerda que rodeaba el libro y lo abrió, revelando las desgastadas hojas ya afectadas por el paso del tiempo.


La primera hoja tenía escrito en una bella caligrafía china: “Historia familiar de los Xi”. Sehun la miró con asombro, desviando después su mirada a la bella mujer a su lado.


— Este es el registro de mi familia, ha estado en ella por generaciones y dentro podrás encontrar los nombres de cada descendiente de nuestra familia desde que este registro se comenzó a llevar.


— Wow, es impresionante.


— Lo es, ¿cierto? —Sehun asintió—. Aún más impresionante es que, por generaciones, dentro de la familia Xi, solamente habían sido todos varones, teniendo hijos varones. Yo fui la única excepción de la historia.


— ¿De verdad? —Ella asintió.


— Verás —comenzó, mostrándole a Sehun las hojas casi al final—, mi bisabuelo, Xi Xiao Yuan, también fue el único en la historia de la familia en desposar una mujer extranjera, Kim Yang Min de Corea. Ellos tuvieron un hijo varón. Xi Zi Yin fue mi padre y se casó con Yan Ling, siendo yo su única descendiente.


El más joven observó con atención cada una de las hojas que ella le mostró, señalando en ellas los nombres y datos de los miembros de su familia. Sin poder evitarlo, su mirada brilló cuando logró distinguir el nombre de Luhan entre ellas y la escuchó reír suavemente.


— Conmigo se pierde el apellido Xi, pero tengo cuatro niños para llevar con orgullo el apellido de los Wu. Wu YiFan —señaló la hoja correspondiente—. Wu YanYan, Wu Zhao y Wu Luhan. Ah, pero…


— ¿Pasa algo? —Interrogó al ver su ceño levemente fruncido.


— Falta uno —señaló con inconformidad.


La confusión de Sehun fue obvia, puesto que él mismo había visto cada una de las hojas que registraba a Luhan y sus hermanos mayores. La bella mujer, aún con el ceño fruncido, tomó de la caja lo que parecía pincel y tinta, abriendo una nueva hoja en blanca. Sehun únicamente pudo observarla en shock cuando ella le tendió el pincel y le sonrió con aquella ternura.


— Tienes que escribir tu nombre.


— No, yo no podría. Esto…


— Ere mi hijo, tal vez no llevas mi sangre, pero eres mío para amar y proteger. Tu nombre debe estar aquí porque tú eres un miembro más de mi familia —explicó con una expresión amorosa.


— Y-Yo… —Su voz estaba temblando al igual que sus dedos cuando estos tomaron el pincel y lo hundieron en la tinta.


— Primero, debes poner tu nombre en coreano —instruyó, sujetando con delicadeza la temblorosa mano del más joven—. Bajo este, debes escribir 吳–勛 (Wu ShiXun).


Él asintió torpemente, mientras hacía lo que ella decía al mismo tiempo que se sentía levemente avergonzado de su tosca caligrafía comparada con todas las demás hojas bellamente escritas. Sin embargo, la hermosa mujer no parecía tomarle importancia en absoluto.


— Ahora sigue tu fecha de nacimiento y tu edad —sonrió—. Generalmente todos mis hijos lo escribieron a los doce años, tú serás la única excepción.


Una sonrisa se dibujó involuntariamente en los labios del muchacho, acompañada de una cálida sensación instalada en su pecho mientras más movía el pincel escribiendo lo que ella le fuera indicando.


— Muy bien —dijo satisfecha—. Ahora solamente esperemos un poco y lo podremos ingresar oficialmente al registro familiar.


Ella lo miró antes de acariciar con ternura su mejilla. Esos hermosos ojos castaños se cristalizaron de un momento a otro y Sehun observó con horror como eso pasaba.


— Gracias por estar aquí para él —susurró con la voz quebrada—. Yo soy su mamá, pero no puedo hacer nada por él. Así que tendré que encargártelo a ti.


— No se preocupe, yo haré hasta lo imposible por proteger a nuestro precioso tesoro —prometió.


— Mi niño —sonrió entre lágrimas, abrazándolo—. ¿Cómo es que creciste tan rápido?


— Tuve la mejor madre para lograrlo.


Una nueva risita brotó de los labios de la hermosa dama y con cuidado él limpió sus lágrimas justo a tiempo para escuchar el llamado de la puerta. Ambos miraron en esa dirección encontrando la figura de Luhan, luciendo algo confundido.


— YanYan jiějiě fue a la tienda y trajo pastel de chocolate, dice que bajen.


— ¡Maravilloso! —Exclamó con alegría la señora Wu—. Vamos mis amores, nos caerá muy bien una gran rebanada de pastel.


Los tres salieron de la habitación sin darle oportunidad alguna a Luhan de hacer preguntas por si es que las tenía. Nuevamente todo parecía muy animado y por primera vez en algún tiempo, fueron sus padres quienes sugirieron que Sehun durmiera en su habitación.


Por supuesto, su padre que no iba a dejarlo ir tan fácilmente, se encargó personalmente de llevar hasta su habitación un colchón inflable con la clara intención de que Sehun durmiera ahí. Sus hermanos mayores solamente se pudieron echar a reír de su vano intento, además del hecho de que fuera tan ingenuo como para pensar que ellos obedecieran.


Antes de dormir, Luhan esperó con todas sus fuerzas que nada se repitiera, que tuviera una buena noche de sueño. Sin embargo, todo se repitió y en medio de la noche un grito de terror tuvo a toda su familia corriendo a la habitación.


Sehun lo sostenía firmemente repitiendo que estaba bien, que no había sido más que un simple sueño y él sentía que se ahogaba con su propia respiración. Su mente caótica tratando de encontrar la calma y aferrándose al recuerdo de aquella voz extraña que gritaba el nombre de Minho.


Todo era un caos por la mañana, su familia estaba nerviosa y Sehun con apoyo de Baekhyun, seguían rogándole que no fueran a la escuela ese día. Pero Luhan no podía quedarse ahí, sentía que se asfixiaba y luego de prometer que todo iría bien, ellos fueron directo a la escuela.


Cherry y Hanuel fueron las primeras en tirar de él a un fuerte abrazo tan pronto como lo vieron, Jun Hong por su parte le obsequió un montón de caramelos para así hacerle saber que estaba preocupado también.


Kyun Min por otro lado, le sonrió a modo de un secreto mensaje que le decía que ellos iban a tener una larga charla, Jackson prefirió no evidenciar tanto su preocupación para no hacerlo sentir incómodo y Chanyeol simplemente revolvió su cabello juguetonamente como su modo de decirle que no se preocupara por nada.


Haneul estaba más sobreprotectora que cualquier otro día y tan pronto entrar al salón de clases y Ji Hoon dejó ver intención alguna de decir algo, ella le lanzó una mirada que prometía despellejarlo y hacer un bolso con su piel, si es que se le ocurría abrir su maldita boca.


Sorprendentemente, él parecía menos idiota de lo habitual y tan pronto vio las intenciones asesinas de ela chica, sabiamente se retiró sin mirar atrás.


— Wow, te ves horrible. ¿Pasó algo?


Luhan se congeló tan pronto escuchó esa voz, apenas logrando alzar la vista para toparse con la delgada figura de Kyungsoo quien le sonreía abiertamente. Se las arregló para sonreír tensamente, negando en respuesta a la pregunta del recién llegado.


— ¿Estás seguro? Te ves algo pálido —señaló con algo de indiferencia.


— Una mala noche de sueño —habló en esa ocasión.


— Bueno, no deberías desvelarte cuando son días de escuela —aconsejó.


— Sí, lo tendré en cuenta.


El profesor no pudo encontrar mejor momento para entrar, obligando a todos a ir a sus lugares e iniciar la clase. Desafortunadamente, la intranquilidad de su Luhan no logró disiparse y algo le dijo que tenía que ver con aquella persona.


Sin embargo, cada vez que Luhan se perdía en sus memorias tratando de averiguar si es que lo había visto antes de aquel día, no encontraba otra cosa además de una jaqueca acompañada de la expresión angustiada de su amiga.


— Vamos, Hannie —llamó ella con dulzura—. Te hará bien comer algo.


— Chicos, esperen. —Ambos miraron en dirección a Kyungsoo—. Los acompañare.


— ¿Qué? —Luhan no pudo contener la pregunta, ganándose una mirada sorprendida de Haneul pero Kyungsoo ni se inmuto.


— Le prometí a Sehun que comería hoy con ustedes —explicó con calma.


— Y-Ya veo. Vamos entonces.


Haneul no muy segura asintió a también, los tres estaban envueltos en un pesado silencio que duró solamente hasta que se encontraron con Sehun.


— Hola —saludó animadamente Kyungsoo.


— Hola, que bien que aceptaras comer con nosotros —sonrió divinamente y solamente por ello Luhan se obligó a poner su mejor cara a pesar del fuerte sentimiento de rechazo—. Ey, cariño.


Luhan sonrió en respuesta, sintiéndose mucho mejor cuando él lo envolvió entre sus brazos de algún modo, ocultándolo de la vista penetrante del chico que los acompañaba. Lamentablemente, él seguiría ahí cuando Sehun lo dejara ir.


— ¿Cómo te sientes? —Susurró solamente para ser escuchado por él.


— Bien —respondió en voz baja también.


— ¿Él está enfermo? —Preguntó con curiosidad Kyungsoo.


Ambos se volvieron en dirección al chico, Sehun hizo una mueca ante la pregunta y Luhan sintió su estómago haciéndose un nudo mientras ese chico lo escudriñaba con la mirada, intentando tal vez descubrir que era lo que ellos no estaban diciendo.


— Luhan tuvo problemas para dormir, es todo —habló finalmente Sehun.


— Bueno, ciertamente eso él ya me lo había dicho.


— Es suficiente —intervino Haneul que no había tardado nada en notar que estaban poniendo a Luhan incómodo—. Vayamos a la cafetería o no quedará sitio alguno para sentarnos.


— Eso no es problema, envíe a Baekhyun y Chanyeol primero —anunció tranquilamente Sehun.


La expresión de Kyungsoo se tensó de repente pero fue algo que solamente él pareció notar, como si algo de las palabras de Sehun no le hubiera gustado. Pese a notarlo, no se atrevió a preguntar ya completamente seguro de que él no iba a decirle nada en absoluto.


Al llegar a la cafetería algo incluso más anormal pasó. El rostro de Baekhyun se había vuelto casi blanco al ver la cara de Kyungsoo y aunque lo disimuló, la expresión de aquella persona también se contorsionó por el disgusto.


— Chicos, él es un viejo amigo, su nombre es Kyungsoo —presentó Sehun ajeno a todo.


— Hey, Soo —saludó alegremente Chanyeol—. Tanto tiempo sin vernos.


— También me alegro de verte, Chanyeol. ¿Cómo has estado?


— Bien —sonrió divinamente—. Mira, este es mi maravilloso e impresionante novio, Byun Baekhyun.


A pesar de escuchar al más alto, Baekhyun no hizo ni dijo absolutamente nada, solamente permaneciendo con los ojos clavados en el recién llegado.


— Baek —llamó su pareja, completamente confuso.


— Ya me habían hablado de ti —masculló, sentándose de mala gana sin agregar más.


Sehun inmediatamente frunció el ceño por la grosera actitud ajena, Chanyeol también lucía perdido debido al extraño comportamiento mientras que todos los demás se miraban entre sí sin entender nada.


La tensión era evidente en aquel pequeño espacio y a diferencia de la primera vez que Haneul había llegado, en esa ocasión Luhan no tenía la intención de mostrarle a los demás que todo estaba e iniciar una conversación con el chico.


Simplemente algo le decía que no debía hacerlo, que la distancia y hacerle saber de una u otra forma que no era bienvenido, era lo mejor que podía hacer. Aun así, todavía no podía del todo soportar ver a Sehun tan descontento con toda la situación.


— Ustedes sí que son divertidos —comentó con una nota de sarcasmo.


Baekhyun inmediatamente le envió una mirada de advertencia, a él no pudo importarle menos y mostrando una gran sonrisa, miró en dirección a Luhan.


— ¿Cuánto llevan saliendo ustedes dos? —Preguntó animadamente.


En ese momento, si Baekhyun le hubiera podido prender fuego con solo mirarlo, el tipo hubiera sido carbonizado en un parpadeo.


— Poco más de un año —respondió simple y rápidamente.


— ¿De verdad? —Soltó aparentando estar sorprendido—. Pensé que llevarían más tiempo, él siempre habló mucho de ti antes.


— Kyungsoo —se quejó Sehun.


— Sí, se podría decir que perdimos mucho el tiempo —murmuró con algo de amargura.


— Supongo que eso significa que realmente deben estar juntos —sonrió de forma misteriosa—. Digo, de no ser así, no estarían en este punto, Sehun o tú bien podrían enamorarse de otras personas y eso —comentó serenamente.


— Lo dudo —habló finalmente Baekhyun—. De algún modo algo me dice que antes, Sehun nunca tuvo a nadie que valiera la pena amar realmente.


El chico puso inmediatamente mala cara a la sonrisa burlona de Baekhyun, la tensión se hizo todavía más densa a su alrededor, logrando que todos se quedaran muy quietos como si esperaran que hubiera una explosión.


— Oigan —habló nerviosamente Chanyeol—, ¿qué dicen de ir afuera para jugar algo de basquetbol?


Todos asintieron torpe y nerviosamente, poniéndose de pie para seguir a Chanyeol que prácticamente tuvo que arrastrar a su novio fuera del lugar. Sehun y él aguardaron en espera de un malhumorado Kyungsoo, a quien Sehun no tardó en ofrecerle una disculpa en nombre de Baekhyun.


Luhan se mantuvo todo el camino a la cancha en completo silencio, declinando la propuesta de jugar cuando Chanyeol lo ofreció, quedándose solamente en compañía de su mejor amigo únicamente.


— ¿Lo habías visto antes de esto? —Interrogó sin rodeos Baekhyun, extrañamente se veía algo preocupado.


— No, Sehun me lo presentó recién en la fiesta de tu primo.


Su amigo asintió con una expresión entre pensativa y aliviada, desviando su atención hacia la cancha de baloncesto. Su desprecio hacia Kyungsoo ni siquiera era disimulado y era la primera vez que Luhan se topaba con esa actitud de su parte.


— No crees que fuiste un poco grosero con él —murmuró luego de un rato.


— No —bufó—. Definitivamente él no me gusta y sé que a ti tampoco.


— Baekhyun, lo acabo de conocer. Simplemente no puedo decir que…


— No trates de aparentar lo contrario solamente porque Sehun le tiene cierto aprecio. Sé que algo no te agrada de ese chico.


— Bueno —comenzó, sus ojos fijos en la forma en que él se acercaba a Sehun todo sonrisas—, a decir verdad, no me gusta verlo cerca de Hun —admitió en un murmullo.


— Está bien si estás celoso, Hannie. La maldita peste no puede ser más pegajoso con Sehun —escupió entre dientes.


— No estoy celoso de él —aclaró, porque definitivamente no era eso. Baekhyun bufó.


— ¿Sabes?, no tendría nada de malo si lo estuvieses —afirmó tranquilamente.


— No es eso —sentenció definitivamente.


Baekhyun puso los ojos en blanco por unos instantes antes de volver toda su atención a la chancha. Como si vigilara cada movimiento de aquel chico, su rostro volviéndose sombrío con cada segundo que pasaba, viendo como él se reía escandalosamente en compañía de Sehun y Chanyeol, era este último quien estaba diciendo quién sabe qué consiguiendo esa reacción.


El más bajo empujó entonces juguetonamente a Chanyeol y su mejor amigo entrecerró los ojos a esa simple acción.


— No tendría nada de malo si trataras de marcar tu territorio con ese chico —dijo sin apartar sus ojos de aquella dirección.


— ¿Mi territorio? —Inquirió con desagrado—. ¿Es que somos perros o algo así?


Baekhyun volvió a mirarlo a los ojos, había una mueca de enojo en su lindo rostro y bufó exageradamente luego de lo dicho por Luhan.


— Sabes a lo que me refiero.


— En realidad no, no lo sé.


— A lo que me refiero con todo esto, es que tú puedes exteriorizar tu inconformidad también. Por ejemplo; si Sehun es celoso, tú también tienes derecho a sentirte así—explicó.


— Ya te dije que…


— Disculpa —interrumpió e incluso levantó su mano dejándola frente a la cara de su amigo—, ahora vengo.


Luhan asintió algo confundido y sólo siguió a su amigo con la mirada. Baekhyun tan sólo caminaba tranquilamente hasta donde Sehun, Chanyeol y Kyungsoo se hallaban. Este último con su mano derecha sobre el pecho del primero, mostrándole una sonrisa pícara, que quedó en el olvido tan pronto la pequeña pareja del más alto le dio un ligero toque en el hombro.


Kyungsoo se quedó mirando al sonriente Baekhyun, sin comprender el porqué de aquella sonrisa y lo siguiente que supo fue que estaba en el suelo tras recibir el puñetazo de su vida; la sonrisa de Baekhyun ya no estaba.


— ¡Baekhyun! —Exclamó impactado Luhan y corrió en su dirección.


— ¡¿Qué mierda te sucede?! —Exigió saber furioso Kyungsoo.


— Baekhyun, ¿te has vuelto loco? —Soltó un muy molesto Sehun, ayudando a su amigo a ponerse de pie.


— Mantén tus pequeñas manos lejos de lo que es mío —advirtió ferozmente, ignorando a Sehun.


— ¡¿De qué carajos hablas?!


— No.toques.a.mi.Chanyeol —puntualizó.


Kyungsoo le dio una mirada furibunda, planeaba ponerse en pie y darle una lección al estúpido niño rico, pero decidió hacer otra cosa que sabía bien lo iba a afectar mucho más. Esbozó una sonrisa ladina entonces y miró desafiante al otro.


— Oh, vamos, no creo que sea mi culpa si él te deja —dijo con un tono arrogante.


— ¡Voy a matarte! —Gritó rabioso y se lanzó al ataque.


Chanyeol y Sehun, que habían permanecido atónitos tras la primera acción de Baekhyun, reaccionaron entonces para tratar de detener la pelea que Baekhyun quería comenzar.


— Baekhyun, detente —ordenó Luhan, sujetando a su encolerizado amigo.


Kyungsoo gruñó adolorido, debido a que Baekhyun jaló su cabello en un intento por llegar a él, liberándolo únicamente luego de que Chanyeol lo sujetara fuertemente.


— Baekhyun, basta. ¿Qué diablos te pasa? —Exigió saber el más alto, que apenas podía contener a su furiosa pareja.


— ¡Aléjate o voy a sacarte esos saltones ojos! —Vociferó iracundo.


— Baekhyun, he dicho que pares —ordenó.


— ¡Inténtalo, jodido imbécil! —Respondió con el mismo volumen de voz.


— Kyungsoo, tú también detente. No le sigas el juego a este demente —habló Sehun.


— ¡Voy a hacer más que eso! ¡Te pateare el trasero como vuelva a verte cerca!


— ¡Baekhyun! —llamó severamente Luhan, sin saber qué más hacer.


— ¡Tú…!


— ¡Basta! —Dictaminó firmemente Sehun, haciendo callar de una a Kyungsoo—. No dejes que esta cacatúa loca te arrastre a su juego. Vete ahora mismo.


Kyungsoo gruñó y dejó salir varios improperios antes de zafarse del agarre de Sehun y salir de ahí. Una vez él se fue, tuvo que pasar un buen rato antes de que Chanyeol por fin pudiese soltar a su colérico novio.


— Baekhyun, ¿se puede saber qué demo…?


— Cierra la boca —lo cortó y sin más, lo sujetó del cuello de la camisa para encararlo, dándole una mirada mortífera—. Ahora escucha, y más te vale hacerlo bien, porque de lo contrario desearás no haber nacido, Park Chanyeol —masculló entre dientes—. Es la primera y última vez que te veo tan cariñoso con ese estúpido, porque de lo contrario voy a cortarte la polla, haré que te la tragues y adivina quién será el próximo que entonces tenga mi pene clavado en su culo virgen.


Chanyeol se quedó mudo luego de escuchar semejante amenaza salir de la boca de su novio. Baekhyun en cambio solo lo soltó y se marchó aún muy enojado, escuchando a sus espaldas la risa escandalosa que Sehun no pudo contener.


Luhan tuvo que pellizcar ligeramente su brazo para detenerlo mientras que, todavía estupefacto, Chanyeol se apresuraba a seguir a su novio. Para su buena fortuna no demoró mucho en alcanzarlo, recibiendo una mirada que prometía la muerte cuando se atrevió a tomar su mano.


— ¿Qué fue todo eso, Baek? Tú no eres así.


Baekhyun apretó los labios, pasándose las manos por el cabello, despeinándolo con su descuidada acción.


— Él no puede estar cerca de Luhan, ni de ti —masculló finalmente.


— ¿Te refieres a Kyungsoo? —Baekhyun asintió y él suspiró pesadamente—. Baek, mira, yo sé que es obvio que le gusta Sehun, pero eso…


— ¡No es por eso!


El más alto fue sorprendido debido a que le levantara la voz de esa forma. Baekhyun frustrado se colocó ambas manos en el rostro y ahogó un grito, confundiendo aún más al chico alto. Todavía algo dudoso, tomó las manos ajenas y las retiró para poder mirarlo a los ojos.


— Baekhyun, ¿qué pasa? —Preguntó preocupado.


— Es por él que las pesadillas de Luhan volvieron —susurró.


— ¿Qué? ¿De qué hablas?


Baekhyun se mordió los labios, luego suspiró y le dio al más alto una mirada atormentada. Chanyeol no podía sino aguardar a una explicación lógica.


— Tú sabes que él era parte del grupo de buenos para nada que Minho lideraba, ¿verdad?


— Sí, Sehun no los dijo cuando lo conocimos, al igual que con Bobby. Ambos eran de confianza a pesar de eso. —Su novio hizo una mueca tras eso.


— Bobby sí lo es, pero él…


— ¿Él qué?


— A él le gustaba demasiado Sehun y Minho hubiera hecho hasta lo imposible por cumplir cualquiera de sus caprichos.


La comprensión iluminó inmediatamente al más alto, su rostro palideció y su boca se mantuvo abierta mientras trataba de digerir las palabras de Baekhyun.


— Le prometimos a Bobby que no le diríamos a Sehun nada, porque a pesar de todo él seguía guardándole cariño al sujeto. Sin embargo, él debía lograr que se mantuviera lejos de Luhan y Sehun, pero él ahora está aquí y mira a Luhan —extendió su mano como señalando algo, su rostro era una mueca de dolor.


— Joder, Baek —dijo sin saber que más decir.


— El bastardo ni siquiera se ve un poco avergonzado por lo que pasó —masculló molesto—. Dios, lo quiero matar.


Chanyeol todavía algo aturdido lo jaló a sus brazos, Baekhyun no peleó quedándose muy quieto mientras emitía leves quejidos de frustración.


— No te preocupes, nos haremos cargo —prometió.


Esa misma tarde, ambos actuaron por su cuenta y sin decirle nada a nadie. Para Baekhyun no hubo espacio alguno para sentir remordimiento mientras veía como el más bajo se estrellaba contra la pared sin oportunidad alguna contra la fuerza de Chanyeol.


— Sí que tienes agallas, ¿no, jodida rata? —Masculló entre dientes—. Mira que mostrar tu maldita cara frente a Luhan luego de toda la mierda que hiciste.


— Vaya, no has cambiado —se burló—. Igual que antes, dejando que otros se ensucien las manos por ti.


Los usualmente alegres ojos de Baekhyun brillaron peligrosamente, Kyungsoo ni siquiera pudo explicar lo que había pasado pero ya estaba de cara al suelo, dolorosamente inmovilizado por Baekhyun, con la rodilla del otro clavada en su espalda provocando que jadeara con dificultad.


— No, yo no necesito que hagan nada por mí. Sin embargo, cómo podría mi amado novio dejarme ensuciar las manos con una escoria como tú —soltó con sorna—. Además, no te queda hablar de cómo otros dejan que hagan el trabajo sucio por ellos. ¿Qué no recuerdas que tú mismo tenías a Minho haciendo el trabajo por ti?


— Tú…


— Cierra la boca —ordenó—. Si te hemos dejado andar por ahí sin más, es porque Bobby nos rogó dejarte en paz. Así que, sé agradecido y desaparece antes de que decida ignorar los esfuerzos de Bobby.


— ¿Y qué si no lo hago? ¿Tú vas a obligarme? —Escupió desafiante.


— No juegues con tu suerte. Tú y yo sabemos que Suho no será tan benévolo y Sehun nunca te va a perdonar —señaló, su voz cargada de veneno—. Por una vez en tu jodida vida, piensa y retírate por tu cuenta.


Tras eso, Baekhyun se enderezó correctamente ante la atenta mirada furibunda del Kyungsoo. Una sonrisa maliciosa surcó sus labios mientras lo miraba desde arriba, igual de arrogante que aquella vez en Hell cuando había parecido para suplicar por la miserable vida de Minho.


— Ve con cuidado a partir de ahora —advirtió por último.


Alejándose aun sintiendo tras de sí los ojos ajenos cargados de puro odio. Chanyeol pasó su brazo sobre sus hombros, estrechándolo tan cerca cómo fue posible, sabiendo que Baekhyun odiaba usar la fuerza de esa forma.


— ¿Será eso suficiente?


— Tendrá que serlo, o de lo contrario tendré que convencer a Suho de actuar —murmuró.


Chanyeol asintió comprensivo, en el fondo también deseando que aquello no fuese realmente necesario.


 


***


 


Una noche más.


Luhan se despertó una vez más bañado en sudor y con la respiración agitada mientras la sombra del miedo se cernía sobre él. Miró directo al reloj a un costado de su cama, 03:00 am en punto, era lo que marcaba. Irónicamente, esa noche había dormido una hora más.


Cansado y frustrado, alcanzó el pequeño cuaderno sobre la mesita de noche para comenzar a escribir sobre él la nueva pesadilla. Llevaba casi un mes y medio de hacerlo, tal vez uno pensaría que se debería volver más normal, pero parecía no mejorar en absoluto.


Su psiquiatra estaba a un paso de hacerlo tomar pastillas para dormir y sabía que la preocupación estaba carcomiendo a todos a su alrededor. Una vez más, se aseguró de poner especial énfasis a la presencia sin rostro en medio de sus pesadillas, aunque sabía que esto no sería más que interpretado como algo que creo inconscientemente debido a la culpa que sentía.


No era eso, Luhan sabía pero no podía recordar el rostro de aquella persona o su voz con exactitud. Había pasado noches enteras dando vueltas al asunto, sintiendo que había algo que él mismo trataba de decirse.


Quería investigar a fondo pero eso resultaba imposible siendo vigilado las 24 horas del día ya fuera por sus amigos, su familia o su novio sobreprotector. Justo cuando estaba pensando en él, su móvil le hizo saber que él estaba llamándolo.


Eso se había vuelto costumbre, él llamaría cada noche luego de cada pesadilla. El cómo él lo sabía, Luhan no tenía ni idea pero todavía así era una de las únicas cosas buenas que este desastre había traído consigo.


 ¿Te desperté?


Esa era la pregunta de siempre. Luhan sabía que seguramente, en caso de que respondiera con un sí, eso significaría que su sueño había sido pacifico. Tristemente, Luhan no podía mentirle e igual que siempre susurró un quedo no.


— Genial, me hubiera sentido muy mal de haberlo hecho —su suave risa se filtró a través del móvil directo al corazón de Luhan—. Eso me recuerda, ¿entendiste al final el problema de trigonometría?


Como cada noche, Sehun se quedaría despierto al igual que él, pero nunca preguntaría sobre las pesadillas. A ese punto Luhan tenía la ligera sospecha que lo hacía no solo porque no quería atormentarlo más, sino también porque él temía por lo que fuera a decirle.


— Creo que si lo entendí —respondió ya mucho más tranquilo gracias al sonido de la voz contraria—. Aunque dime tu respuesta para saber si está bien o no.


 Cuarenta y tres punto doce —respondió risueño.


— ¿Por qué punto doce? —Interrogó con el ceño fruncido, levantándose de la cama para buscar su cuaderno—. Mi resultado es cuarenta y tres punto siete.


La melódica risa de su novio le aceleró el pulso y por un momento Luhan olvidó lo que estaba buscando en primer lugar.


 Algo hiciste mal, cariño. ¿Tienes tu cuaderno a la mano para revisarlo?


La pregunta le recordó a que se había levantado de la cama en primer lugar, apresurado empezó a revolver su escritorio hasta que finalmente encontró el cuaderno. Al otro lado, pudo escuchar claramente como Sehun también había salido de la cama.


— ¿Puedes hacer una videollamada? —Preguntó de la nada Sehun.


— No haré una videollamada luciendo tan lamentable como luzco —resopló.


— Oh, vamos —insistió—. Ya he visto antes como luces al despertar, eres adorable —aseguró.


— Pues deberías de decírselo a Zhao g“ para que deje de usar mi cara como un sticker en el chat familiar. —Sehun se echó a reír nuevamente y él no pudo evitar hacer lo mismo.


— ¿Sabes que te estás perdiendo la oportunidad de tener la videollamada más caliente de tu vida? —Interrogó con un tono travieso.


— ¿Mientras me explicas la tarea de trigonometría? —se burló—. Diablos, tienes razón, no me había percatado de lo potencialmente sexy que era.


— Bueno, todavía puedo improvisar y convertir esto en el mejor sexo telefónico de la historia. Debes estar preparado, comenzaré por preguntarte qué llevas puesto. —Luhan se carcajeó al escucharlo.


— De acuerdo, pero primero la tarea de trigonometría.


Él emitió un sonido de queja y cinco minutos más tarde ambos estaban inmersos en la detallada explicación de Sehun sobre la fórmula correcta para resolver la tarea. Sehun era brillante y Luhan siempre había alabado el talento que tenía para explicar algún tema de forma que cualquiera logrará entenderlo en menos de un minuto.


Igual que las otras veces, ellos no durmieron y muy temprano por la mañana Sehun ya había aparecido frente a las puertas de su casa para escoltarlo a la escuela.


— Buenos días —saludó tan pronto abrió la puerta.


— ¿Todavía tienes cara para saludarme tan sonriente? Rompiste tu promesa —reprochó falsamente.


— Tenemos que ir a la escuela —le recordó.


El bufó de un modo algo teatral, Luhan sonrió y miró en todas direcciones para estar completamente seguro de que no había un solo miembro de su familia cerca. Una vez seguro de ello, se acercó lo suficiente para poder susurrar al oído del más alto.


— Está bien, voy compasártelo y no tiene que ser por medio de una llamada.


Sehun se estremeció, sus manos fueron directamente a sus caderas y apretó suavemente mientras suspiraba suavemente.


— Bueno, eso ciertamente me gusta más —susurró de vuelta.


— ¡Hey, ustedes! —Chilló Zhao al mismo tiempo que comenzaba su ataque con el atomizador que su madre solía usar para regar algunas de sus plantas.


— ¡Zhao! —Se quejaron al unísono.


— ¡Desvergonzados! —Exclamó dramáticamente—. ¿Todavía se atreven a quejarse luego de que los descubriera a punto de pecar en nuestra sala?


— N-No estábamos haciendo nada —balbuceó Luhan.


— Porque los descubrí, por eso —bufó—. Ahora vengan a desayunar antes de que me enoje más.


Sehun rodó los ojos ante la actitud ajena pero todavía obedeció al mayor. Antes de darse cuenta ambos ya estaban frente a las puertas de su escuela, Luhan hasta ese momento estaba dentro de una burbuja mientras caminaba de la mano de su novio.


Pronto, su burbuja se vio deshecha tan pronto la voz familiar de aquel pequeño chico amigo de Sehun, los saludó desde la puerta. La mañana de Luhan ya no era tan buena de la nada pero...


¿Cómo podría decir algo?


Sehun le tenía mucho cariño al chico y él no era nadie para tomar una postura donde su novio se viera en la penosa necesidad de elegir. Kyungsoo tampoco le había hecho realmente nada malo, él chico era amable con él pero Luhan simplemente no podía dejar ir la desconfianza que sentía debido a él.


Los tres ingresaron a las instalaciones de la escuela, Sehun y Kyungsoo hablando animadamente mientras que Luhan, como de costumbre desde que él chico había entrado a su vida, se desconectaba reviviendo sus pesadillas en un intento de descubrir algo.


— Chicos —saludó a lo lejos Cherry.


Rápidamente levantó la mirada para encontrarse con sus amigos, topándose primeramente con el rostro sombrío de cuatro de ellos; Baekhyun, Chanyeol, Jackson y Kyun Min. De algún modo, esos cuatro habían desarrollado un rechazo hacía Kyungsoo que simplemente se había hecho peor y peor.


— Bueno, esa es mi señal para decir adiós —habló tranquilamente—. Te veo luego, Hun. A ti te veo en clases, Luhan —sonrió, dándole a Sehun una palmadita en el hombro antes de alejarse.


Sehun no parecía feliz pero no iba a pelear porque era inutil a final de cuentas y siempre que preguntaba, los otros cuatro simplemente sacarían excusas extraordinariamente estúpidas para justificar su rechazo por Kyungsoo.


— Hola —saludó tranquilamente Luhan cuando se acercaron.


Fingiendo que no notaba en absoluto las expresiones hostiles de Sehun y los otros cuatro chicos enfrentándose.


— Chicos, Lay hyung quiere que vayamos a verlo. Dice que nos tiene una sorpresa —anunció Jun Hong, también fingiendo que no percibe el aura tan pesada sobre ellos.


Baekhyun pareció relajarse finalmente, desviando su mirada de Sehun y posándola sobre Luhan para finalmente sonreír suavemente.


— Todos estábamos discutiendo sobre ello y decidimos ir tan pronto salgamos de la escuela. Ya hasta llamé a Hoon Jung para pedirle el día libre y dijo que no había problema alguno.


— En ese caso vayamos al salir de clases —concluyó Sehun.


Todos se dispersaron entonces y Haneul automáticamente se prendó de su brazo, parloteando sobre esto y aquello. La alegre voz de Kyungsoo lo saludó desde el fondo del salón y, a diferencia de Haneul, Luhan tuvo que fingir una sonrisa en respuesta.


Al terminar las clases y tal como habían acordado, todos fueron directo al hogar de su amigo. Tan pronto los vio, una sonrisa brillante se plasmó en sus labios, invitándolos a pasar con entusiasmo. Luhan encontró ciertamente extraño que, siendo un día entre semana, el local de su amigo estuviera cerrado pero pronto se dijo a sí mismo que debía ser porque él lo había invitado en primer lugar.


— ¡Luhan! —La familiar voz de Bobby le sacó una sonrisa mientras era abrazado por el mayor.


— ¿Qué demonios crees que haces? ¡Quítale las manos de encima! —Exclamó Sehun malhumorado.


— Oh, Hannie, Ji Won g“ te ha extrañado tanto en estos días —soltó alegremente, ignorando por completo a Sehun y sus quejas.


— Yo también —dijo entre risas.


— ¿Acaso quieres morir? —Espetó su irritado novio.


— Yo también te he extrañado, Ji Won g“ —respondió entre risas—. ¿Dónde te has metido?


— Luhan —se quejó Sehun, todavía tratando de sacarlo de los brazos ajenos.


— En casa del jefe, me tenía esclavizado haciendo algunas cosas —sonrió tranquilamente—. Aunque Lay también me había mantenido corriendo de aquí para allá.


— ¿Quién te ha tenido corriendo de aquí para allá? —Bufó Lay indignado—. Yo te pregunte si querías hacerlo y dijiste que sí, no hagas parecer ahora que te obligue o algo.


— ¿Y cuál es nuestra sorpresa? —Preguntó emocionado Kyun Min.


— Oh, eso —sonrió ampliamente—. Primero vengan, prepare todo para tener una pequeña fiesta —anunció con emoción.


Luhan escuchó a sus amigos chillar emocionados, mientras corrían escaleras arriba directo al pequeño apartamento de su amigo. Y fiel a la palabra del mayor, la sala de estar estaba lista para recibirlos.


Todos se precipitaron dentro, acomodándose y pronto la habitación se volvió ruidosa. Lay de hecho estaba de un muy buen humor que Luhan ciertamente encontró curioso, sin embargo, eso podría ser beneficioso para lo que pretendía conseguir ese día del mayor.


— ¿El challenge de qué? —Preguntó Cherry entre risas.


Obligando a Luhan a regresar a la realidad en lugar de perderse en sus pensamientos de cómo hacer aquello. Lay comenzó a reírse suavemente mientras tomaba un sorbo de su bebida y se dispuso a responder la pregunta.


— No tengo ni idea de cómo se llama, solamente lo vi por casualidad en internet —respondió—. Es un challenge un poco popular en este momento.


— ¿Y de qué se trata? —Preguntó en esa ocasión Kyun Min.


— Se trata de hacer un nudo solamente usando la lengua —explicó distraídamente Lay—. Y ya saben, dicen que quienes lo logran es porque son maestros a la hora de besar. Qué tontería, ¿cierto? —No pudo evitar reír tras decir aquello.


Sehun y Baekhyun, sin embargo, se miraban desafiantes. Lay al notarlo los miró incrédulo, listo para preguntar si ellos en verdad iban en serio con aquella tontería. Pero entonces, ambos chicos ya estaban metiendo una delgada cuerda cada uno en su boca, misma que habían sacado de dios sabía dónde.


Manipulándola lo mejor posible. Lay se dirigió a Chanyeol, esperando que su amigo lo ayudará a decirle a los otros dos, que aquello era una gran tontería, pero el muy idiota ya estaba alentando a su novio.


Baekhyun fue el primero en sacar la delgada cuerda de su boca, tristemente el nudo se deshizo tan pronto como tiro de la cuerda. Sehun, más sin en cambio, logró un nudo perfecto.


Tenía una sonrisa ladina para cuando mostró con orgullo el nudo perfecto. Luhan lo observaba algo impresionado y segundos después, su rostro se volvió de color rojo, tan pronto como la sonrisa de Sehun se volvió sugerente y le giñó coqueto.


— ¿Por qué diablos me golpeas? —Exigió saber, luego de que Lay le diera un codazo.


— No espantes a Hannie —regañó.


— Él no está asustado. ¿Lo estás, nene?


— Cállate, Sehun —murmuró sonrojado.


Todos rieron y Luhan fue sumamente feliz cuando Bobby tomó la palabra, salvándolo de las bromas que sabía Baekhyun y Kyun Min querían hacerle. Sin embargo, a diferencia de todos los demás, la atención de Sehun solo era en apariencia.


Luhan casi gritó cuando sintió un pulgar acariciando su nuca, logrando retenerlo a último segundo mientras le daba a su novio una mirada de advertencia, mirada que él solo respondió con una sonrisa de falsa inocencia.


— Bueno, niños —habló Lay, llamando la atención de todos—. Se hace tarde pronto deberán volver a casa, así que…


Todos aguardaban en silencio, Lay suspiró nervioso antes de darle una mirada a su alrededor de un modo que parecía que sería su última vez viéndolo.


—Niño, me voy a mudar —dijo finalmente.


El shock fue más fuerte para Sehun, Kyun Min y Chanyeol que lo conocían de mucho más tiempo, pero eso no quitó que todos los demás también parecieran desconcertados con la repentina decisión del mayor.


— ¿Cómo que te mudas? ¿Por qué? —Preguntó Sehun.


— ¿A dónde te vas? —Chanyeol lo siguió al instante.


— Wow, wow —dijo Lay entre risas—. Esas son muchas preguntas, chicos.


Él lucía demasiado relajado, pero no así sus amigos más cercanos. Su sonrisa trataba de tranquilizarlos pero el silencio que mantenía solamente los ponía más nerviosos.


— Relájense, niños. No es como si no fuera a volver a verlos. Tan sólo me iré de vuelta con JunMyeon g“ —explicó tranquilamente.


— ¿Qué? —Hablaron casi todos.


— Lo he estado pensando mucho. Me gusta este lugar, pero... —Una vez más miró a su alrededor—. La verdad es que solamente me siento a gusto aquí cuando estoy trabajando. Al final, llegar aquí arriba, a un lugar vacío, eso no es tan bueno.


— Pero…


— Está bien, Hun. Creeme que entiendo todos los pros y contras, pero aun así, todavía quiero hacer esto. Además, de este modo puedo ampliar el negocio —rió por lo bajo con entusiasmo.


— Yixing…


— Felicidades entonces —intervino Luhan, cortando lo que Sehun fuera a decir—. Si tú estás feliz, eso es todo lo que importa y también significa que todavía te veremos.


— Gracias —sonrió ampliamente.


— Bueno, ahora tengo una excusa más para ir a molestar a Suho —habló Baekhyun.


— Estoy completamente de acuerdo con eso —apoyó Chanyeol.


Poco a poco todos comenzaron a mostrar su apoyo con respecto a la decisión de su amigo, así como poco a poco empezaron a retirarse, quedando hasta el final Sehun, Chanyeol, Bobby, Baekhyun, Luhan y el propio Lay, quien ya esperaba a que escuchar lo que fuera que su amigo tuviera que decir.


— ¿Quieren algo más fuerte de tomar? —Preguntó risueño—. Tengo Vodka.


— Yo si quiero —aceptó rápidamente Bobby.


Seis pequeños vasitos fueron puestos sobre la mesa junto con la bebida que había mencionado. Una sonrisa traviesa dejó al descubierto sus hoyuelos y sin preguntar nada, sirvió a cada una porción. Saltando solamente a Luhan al ver a Sehun negar seriamente.


— ¿No es ilegal que todos en esta mesa estamos tomando porque somos menores de edad? —Interrogó con falso interés Baekhyun, llevando la bebida a sus labios de todas formas.


— Bobby y yo, ya somos casi legales. En cuanto a ustedes... —Él se permitió reír—. Estoy casi seguro de que han consumido cosas mucho más ilegales que un poco de Vodka, menos Luhan obviamente.


— Buen punto —respondió entre risitas Chanyeol.


Luhan negó con una expresión divertida mientras Sehun simplemente ponía los ojos en blanco, terminándose de golpe el contenido de su propio vaso.


— Una más, brindemos por mi próxima nueva casa —dijo animado.


Todos aceptaron de buena gana y lo acompañaron en su brindis. Sin embargo, pronto se vieron envueltos en un pesado silencio, Lay inmediatamente clavó sus ojos en sus dos mejores amigos, a la espera de que hicieran su movimiento.


— ¿Estás seguro? —Preguntó Sehun—. Sabes bien lo que irte significa.


Luhan y Baekhyun, un poco confusos, observaron atentamente el intercambio entre ambos. Lay, que anteriormente estaba portando una sonrisa que aseguraba que no podía haber nada mal en el mundo, suspiró y entonces su sonrisa no era tan entusiasta.


— Alguna vez, en el pasado, yo te hice la misma pregunta cuando me confesaste sobre lo que sentías por Luhan y tu deseo de continuar cerca de él.


La sorpresa fue evidente en el rostro de todos los demás y en el del propio Sehun. Aunque, aquella oración también pareció calmar un poco las preocupaciones del último, permitiendo que su querido amigo continuara hablando.


— Tu respuesta fue que sí, dijiste que querías arriesgarte sin importar el resultado final —suspiró suavemente—. Ahora, soy yo quien quiere hacer esto sin importar el resultado final. He estado lejos durante años, construyendo una barrera que realmente no deseaba poner y que además siempre se ha tambaleado. Es hora de dejar que se venga abajo.


A pesar del hecho de que él no podía ocultar lo preocupado que se sentía, Sehun asintió a todo lo dicho por su amigo. Haciéndole saber de ese modo que apoyaría su decisión, cualquiera que fuera esta.


— Sí esa es tu decisión, entonces que así sea. —Chanyeol tomó la palabra mientras levantaba su vaso.


— Que así sea. —Sehun lo imitó.


Baekhyun y Luhan se miraron el uno al otro sin comprender absolutamente nada, pero de igual forma sonrieron y elevaron los vasos de sus bebidas seguidos de Bobby. Lay se echó a reír con ganas, haciendo lo mismo para luego todos gritar salud.


La charla siguió, Baekhyun y Bobby parecían tener mucho que decir, los demás simplemente se reían al escucharlo y poco después, Lay anunció que iría a conseguir algo a la tienda. Luhan rápidamente se ofreció a acompañarlo, sabiendo que no podía desaprovechar esa oportunidad.


— Bien, vamos entonces.


Tan pronto Luhan escuchó a su novio decir eso, maldijo para sus adentros mientras echaba a la basura sus planes.


— Dios, Hun. —Lay bufó—. No es como si fuera a comerme a Luhan.


— No es eso, solamente que....


—Si no hay desconfianza, entonces quédate. Vamos y volvemos —sonrió, echando un brazo por los hombros de Luhan.


— Pero…


— No tardamos, ni se les ocurra romper algo.


Con eso, el mayor lo arrastró fuera de su hogar y con dirección a la tienda más cercana, sonriendo con triunfo. Luhan lo imitó, sabiendo que su amigo obviamente se había percatado de sus intenciones de hablar con él a solas, asegurándose de darle la oportunidad.


— ¿Y bien? —Preguntó finalmente.


Al inicio Luhan no estaba muy seguro de si se refería a que dijera lo que quería decir, o le estaba preguntando si llevar ramen instantáneo o mini pizzas. Lay se aseguró de responder con una expresión inteligente.


— Bueno, yo… —tomó aire—. Sehun ya te contó sobre lo que está pasando, ¿verdad?


— Algo mencionó —murmuró, mirando de un envase de ramen a otro.


— ¿Cuánto?


— Solamente dijo que las pesadillas volvieron, realmente no explicó más que eso.


— ¿Les dijo lo que el psiquiatra dijo?


— No exactamente, pero sí dejó muy en claro que tú crees que se equivoca y él te cree.


— Bien —susurró, jugueteando con sus dedos—. Hay una figura con el rostro distorsionado, ¿sa-sabes? —Lay dejó de comparar lo que sostenía en sus manos y lo miró seriamente.


— ¿Una figura distorsionada?


— En mis sueños, siempre al final él aparece y cuando esa persona grita, Minho se detiene —explicó.


La expresión de Lay se tornó indescifrable, como si analizara las palabras de Luhan, pero de algún modo él sintió que en realidad era como si buscara la forma para responder a lo que acaba de decirle.


— ¿Qué crees que eso significa? —Interrogó luego de varios minutos.


— Que es como si mi subconsciente me tratara de decir algo. —Lay lo observó en silencio y Luhan se armó de valor para continuar—. Es por eso mismo que tengo una pregunta que hacerte.


— Dispara —alentó.


— Ese día, ¿eran Minho y sus tres subordinados de confianza a los únicos a los que atraparon? ¿No hay nadie más?


Tras la pregunta, Lay permaneció en silencio por un largo tiempo, sus ojos fijos en Luhan y solamente con ello, algo muy dentro le dijo que el mayor estaba por decirle una mentira.


— Nadie más, esos hombres fueron los únicos del grupo de Minho que lo siguieron en sus planes ese día. Nadie más sabía de ellos. Mi tío los atrapó a todos.


— Ya veo —murmuró algo decepcionado.


— No le des tantas vueltas, Lu —animó—. Entre más rápido dejes de hacerlo, más rápido será que todo se calme.


— Tienes razón.


A pesar de esas palabras, Luhan solamente retrocedería con la idea de intentar obtener información de él, a sabiendas de que no iba a decirle absolutamente nada. Aun así, lo que fuera que estaban ocultando, iba a averiguarlo y ponerle fin a todo con sus propias manos.


Lay le dio un par de palmaditas, pagó lo que llevaban y los llevó de regreso a su hogar, enviando un rápido par de mensajes en el camino. Y para su buena fortuna, Luhan y Sehun no demoraron mucho más tiempo en irse.


El resto usó como pretexto querer seguir con la diversión un poco más para poder quedarse con Lay. Sehun simplemente les recordó que no bebieran de más y se despidió sin mucho problema.


Tan pronto ellos se fueron, la sonrisa de Lay se desvaneció y su calculadora mirada fue directo a Baekhyun, guiado por el presentimiento de que él quería decir algo. Su sonrisa brillante se había borrado también y su mirada hostil apuntó a Bobby.


— Tu jodido amigo no retrocede. Haz algo o yo me haré cargo de él —masculló entre dientes.


Bobby agachó la mirada y Lay suspiró pesadamente. Recordando perfectamente aquel día que Baekhyun había aparecido para decirles que Kyungsoo había vuelto y que era un problema. Por supuesto, su solución era utilizar la violencia para asustarlo y hacerlo desaparecer.


Sin embargo, Bobby todavía tenía algo de afecto por la pequeña peste y suplicó por él, prometiendo hacerse cargo por su cuenta. Sin embargo, las cosas ya habían llegado tan lejos y Luhan empezaba a sospechar.


Lay sabía que Luhan era terco, y era esa misma terquedad la que aseguraba que lo descubriría todo si se lo proponía. Lo cual solamente crearía un desastre de proporciones incalculables y entonces, nadie podría garantizarle a Bobby la promesa de no tocar a su pequeño amigo.


Sin embargo, lo más importante del asunto era que eso no llegara a oídos de Suho quien ya una vez había perdonado al niño gracias a mentiras y al hecho de que el mismo JongIn lo había solicitado con insistencia.


En aquel entonces, ellos lo habían hecho creer que Kyungsoo no sabía nada, que solo era el amigo de Minho pero, si ellos seguían sin actuar, eso se vendría abajo. Suho se enteraría que, de una u otra forma, Minho había actuado para cumplir con los deseos del chiquillo y no habría forma de detener su ira.


— Me haré cargo —murmuró Bobby.


— Eso dijiste la última vez y esa jodida peste se sigue colgando del brazo de Sehun cada puta mañana —gruñó.


— Baekhyun, cálmate —ordenó Lay.


— ¿Cómo mierda me voy a calmar?


— Baekhyun —llamó con un tono persuasivo Chanyeol. Solo entonces él cerró la boca.


— Bobby —habló nuevamente el mayor—, debes hacer esto rápido si aún quieres a tu amigo de una pieza. Luhan está empezando a hacer preguntas —advirtió.


El mencionado palideció, su mirada cargada de pánico se conectó automáticamente con la de Lay, quien en aquel entonces había asegurado la seguridad de su viejo amigo tras sus interminables súplicas.


— JunMyeon no es estúpido, en cuanto Luhan le diga que cree que falta una pieza en el rompecabezas. Él va a investigar y no se va a detener hasta hallar esa pieza faltante. Tan pronto lo haga, entonces ni yo puedo garantizarte nada.


— Lo resolveré, lo juro —afirmó con ansiedad.


— Lo sé, amigo —sonrió a manera de reconfortar al otro—. Tienes mi palabra de que haré lo que pueda para encubrirte.


Bobby sonrió algo más tranquilo, sin embargo, la mirada feroz de Baekhyun seguía puesta en él, haciéndolo estremecer ligeramente, siendo casi tan aterrador como tener la mirada de Suho sobre él.


— Voy a resolverlo —prometió.


 


***


 


— Había…


La respiración agitada apenas lo dejó pronunciar esa palabra, el sudor le corría por todo el cuerpo y sus dedos temblaban mientras sostenía las mantas.


«Esto asegurará la tranquilidad de…»


Minho había dicho un nombre, Luhan lo sabía por el movimiento de los labios ajenos pese a no poder escuchar el sonido de su voz.


— Había alguien más —murmuró apenas.


Apresurado se levantó de la cama y corrió al escritorio mientras abría bruscamente un cuaderno, anotando en él cada cosa que logró recordar y que creyó importante. No era el mismo donde anotaba las pesadillas para su psiquiatra, este era especial.


Era su forma de reunir pistas para descubrir lo que fuera que él, de algún modo, trataba de advertirse a sí mismo. La inquietud iba creciendo cada día que pasaba, convenciéndolo más y más de que algo perverso se cernía sobre él.


Un golpe en la puerta lo sobresaltó, e intentó recomponerse al ver a su hermana mayor asomar su cabeza en la puerta con una mirada complicada. Discretamente ocultó el cuaderno y armó una sonrisa para ella, invitándola a pasar.


— ¿Todo en orden?


La respuesta siempre sería no, él estaba atravesando un mal momento pero su familia y amigos todavía iban a preguntar como si trataran de mostrarle que nada había cambiado.


— Sí, ya pasó —murmuró.


— ¿Quieres que me quedé un rato? —Preguntó tímidamente.


— No, ve a dormir. Seguramente Hun no demora mucho en llamar.


Ella no se movió de su lugar hasta que escuchó el timbre de su móvil, sonrió entonces y lentamente se retiró deseándole buenas noches. ¡Ja!, como si eso fuera posible. Él no podía tener una noche de sueño normal otra vez.


Conforme a su nueva rutina, él habló con Sehun hasta que el sol empezó a iluminar el cielo. Más tarde se preparó para la escuela, tomándose un largo tiempo para mirar su imagen en el espejo como si milagrosamente fuese a haber una mejora.


No la había. Todavía su piel estaba de un feo color pálido, lucía cansado, además de que un par de espectaculares orejas oscuras habían aparecido. Estaba también algo más delgado y todo en conjunto, tenía una mirada de lástima dada por cada persona que lo veía.


Fingió que no se veía tan lamentable como de costumbre y continuó con su mañana con normalidad. Ignorando con fuerza que en dos días tendría que ver a su psiquiatra, y que probablemente esta vez no lograría convencerlo de no hacerlo tomar las pastillas para dormir.


— Hey, nene —saludó dulcemente Sehun, igual que cada mañana.


La primera sonrisa genuina del día se dibujó en sus labios, disfrutando demasiado el estar entre sus brazos y el tierno beso en la mejilla. Lo observó atentamente, recordando de algún modo aquella frase cliché de una vieja película romántica.


Tú saltas, yo salto.


Era obvio que su novio no estaba pasándolo mejor que él, pero sus intentos de convencerlo de que dejara de quedarse despierto con él eran inútiles. Consideró entonces la opción de la medicación, ya que significaría que Sehun no tendría que pasarla tan mal como él.


— Luhan.


Elevó la vista hacia él tras escuchar su nombre, dándose cuenta que no había estado prestando atención y que eso hacía que, la ya de por sí preocupada mirada del otro, se intensificara.


— Disculpa, estaba repasando en mi mente. Tengo un examen sorpresa de trigonometría —mintió, más o menos.


Sin embargo, eso ayudó a que Sehun se relajara un poco y sonriera, sosteniendo su mano un poco más fuerte que antes.


—Lo harás bien, siempre logras tener una buena nota —aseguró felizmente.


— Supongo —murmuró—. ¿Y qué me decías?


— Te pregunté si habías visto el mensaje de Haneul.


— ¿Qué mensaje?


— Envió uno esta mañana a todos diciendo que no se presentaría hoy a la escuela porque no se sentía bien.


— Ya veo —asintió—. Tal vez deberíamos ir a verla más tarde.


— Claro, pongámonos de acuerdo con los otros —soltó animado.


Una punzada de dolor casi hizo temblar su sonrisa, estaba ya acostumbrado a las jaquecas por lo que se había visto obligado a fingir que pasaba, simplemente soportándolo. Igual que todos los demás días, él se despidió en la entrada de su salón de clases con una sonrisa y un tierno beso en los labios.


Varias muecas de disgusto estaban dirigidas a él tan pronto entró del todo al aula, no pudieron ser más irrelevantes y silenciosamente se dirigió a su sitio sin prestar atención alguna a los murmullos de sus compañeros de clases.


Su día aparentemente normal continuó, el único inconveniente parecía ser la persistente jaqueca que no se iba. Para cuando anunciaron que su profesora de historia no iba a asistir ese día, suspiró algo aliviado pensando en descansar.


Repentinamente, un escalofrío recorrió su espalda y al volverse, imaginando que debía ser la mirada de Kyungsoo sobre él, se encontró con que las miradas de todos se fijaban automáticamente en él mientras los murmullos estallaban a su alrededor.


— Oye, Wu —la inconfundible voz de Ji Hoon provocó un mal presentimiento—. Me preguntaba, ¿sabías que hay un rumor en la escuela? —Inquirió, aparentando que realmente no le importaba.


— Cómo diablos voy a saber, a diferencia suya, yo si tengo una vida de la cual ocuparme —masculló entre dientes.


En ese momento, de alguna forma, Luhan pensó que era así como un animalito asustado se sentía al enfrentarse a un depredador. La sonrisa del más alto se ensanchó mientras emitía un sonido de tarareo.


— Bueno, ciertamente yo esperaba que tú lo aclararas, puesto que tiene que ver contigo y ese novio tuyo —explicó con falsa amabilidad.


— ¿Qué? ¿Todavía no superas mi rechazo? —Se burló.


— Vete a la mierda, jodido maricon —escupió entre dientes.


— Lárgate de mi vista, Ji Hoon. No me hagas romperte la nariz de nuevo —advirtió.


El chico le lanzó una mirada cargada de odio, mascullando palabras que tal vez para otros no fueron perceptibles, pero para él fueron como un grito desgarrador. La sangre se le heló y su respiración se atascó en sus pulmones mientras levantaba la vista con incredulidad.


— ¿Qué has dicho? —Susurró apenas.


— ¿Qué? ¿No escuchaste con claridad? —Sonrió triunfal—. Dije, que hubiera sido mejor si Oh Minho te hubiera matado ese día —sentenció—. Los errores como tú simplemente no deberían seguir en este mundo.


La declaración fue tan cruel, al punto que hizo a Luhan sentir dolor físico. Varias risillas se escucharon a su alrededor y su estómago dio un vuelco, provocándole náuseas. Por un momento, la realidad se desvaneció y la imagen de Ji Hoon fue reemplazada por la viciosa figura de Minho.


— ¿Acaso no tiene nada mejor que hacer?


Aquella voz hizo a su corazón detenerse al mismo tiempo que lo empujó a la realidad. Kyungsoo se plantó frente a todos, luciendo imponente pese a ser mucho más bajo que Ji Hoon.


— No te interesa. Largo —ordenó el más alto.


— ¿Por qué no intentas y me obligas, Ji Hoon? —Desafió—. Todos aquí son tan valientes, hablando de lo que no saben, pero estoy seguro que de haber sido ustedes, ni siquiera lo habrían resistido por un segundo —se burló.


Todos se estremecieron por su tono, el mismo Ji Hoon vaciló retrocediendo varios pasos mientras el pequeño chico frente a él extendía una sonrisa espeluznante.


— Supongo que todos saben los detalles, ¿verdad? —Un silencio sepulcral se apoderó del lugar entero y Luhan casi gritó al presentir lo que se avecinaba—. Ese hombre, Oh Minho quiero decir, arrastró a Luhan a un lugar abandonado.


Luhan se congeló, sintiendo que no podía respirar. Las palabras se atascaron todas en su garganta mientras todos escuchaban en silencio al chico.


— Ahí, lo golpeó una y otra y otra vez, le rompió algunos huesos y no se detuvo ni cuando vomitó sangre. —Su fría mirada se clavó en Ji Hoon y él tragó duro—. Dicen que podías escuchar los gritos desde fuera del lugar y luego, cuando él estaba medio muerto, hizo que lo desvistieran y…


— ¡Basta! —Gritó con todas sus fuerzas.


Él cerró la boca de golpe, todos los demás estaban en completo silencio, luciendo mortalmente asustado. Nadie se movió al verlo tomar sus pertenencias con manos temblorosas, sólo Kyungsoo se acercó.


— ¡No me toques! —El chico desistió al escucharlo gritarle de esa manera, levantando sus manos—. T-Tan solo déjame en paz.


Con eso, salió del salón tan rápido como logró moverse. Todo a su alrededor era confuso, imágenes de la realidad y sus pesadillas superponiéndose y provocando que sus piernas temblaran con cada paso que daba.


Una dolorosa punzada en su espalda lo hizo ponerse de rodillas y gemir de agonía. Era como si nuevamente fuera capaz de oler el aroma de la carne quemada, aunque la razón peleaba por decirle que todo estaba en su atrofiada imaginación.


«Joder, cálmate.»


Se abrazó a sí mismo, clavando sus propias uñas en sus brazos para que ese dolor lo empujara a diferenciar la realidad de las pesadillas. Mientras se concentraba en hacer correctamente el ejercicio de respiración que su psiquiatra le había enseñado para calmar la ansiedad.


Hizo una inhalación larga y lenta, para a continuación exhalar de forma rápida. Inhalando lenta y profundamente para seguidamente exhalar rápido y fuerte. Lo hizo unas 10 veces hasta finalmente lograr calmarse y estar nuevamente de pie.


No podía regresar, eso lo tenía más que claro. Tranquilamente analizó sus opciones y luego de tomar una decisión, envió rápidamente un mensaje a su novio y cambió de ruta hacia la parte trasera de la escuela.


Con un rápido escaneo, encontró la abertura en el muro que rodeaba el colegio y salió fácilmente sin que nadie lo notara, arrastrándose a su destino. Al llegar, se encontró con demasiado movimiento a las afueras del lugar. La gente iba y venía, lo que al inicio le dificultó un poco encontrar a la persona que había ido a buscar.


— ¿Luhan? —Habló un desconcertado Lay—. ¿Qué haces aquí? ¿No deberías estar en la escuela?


— Yo… —Sus manos se apretaron sobre las correas de su mochila—. Me escapé.


— ¿Qué? ¿Por qué hiciste tal cosa? —Espetó, acercándose al nervioso chiquillo.


— No podía seguir ahí.


— ¿Cómo que no podías seguir ahí? ¿Pasó algo? —Luhan hizo una mueca negándose a responder—. ¿Sehun lo sabe?


— Me aseguré de enviarle un mensaje —respondió de un modo que dejó en claro que no quería hablar de lo demás.


— Pero, Luhan…


— Lay g“, sé que tendré problemas por esto pero vine aquí porque realmente necesito que me hagas un favor —se adelantó.


— ¿Qué favor? —Interrogó sin más que hacer.


— Quiero cubrir la cicatriz de mi espalda, ¿tú podrías…?


— ¿Quieres tatuarte? —Soltó algo sorprendido—. Luhan, eso…


— Por favor, Lay g“ —insistió—. Realmente necesito hacerlo y eres la única persona en la que confió para hacerlo.


— Mira, Luhan... —Suspiró pesadamente mientras echaba un vistazo alrededor—. Lo haré, pero no ahora.


— Pero…


— Estoy en medio de mi mudanza, Lu —rió levemente—. He planeado esto para ser una sorpresa y ahora, que finalmente él no está en casa, es mi oportunidad —explicó alegremente—. Pero ya que estás aquí, ¿por qué no me ayudas?


Una sonrisa se dibujó en sus labios, contagiado por el entusiasmo del mayor mientras asentía a su petición y se dejaba arrastrar al interior del lugar para conseguir las últimas cajas. Pronto, las instrucciones fueron dadas al personal de la mudanza y Lay le extendía un casco antes de que subiera a su motocicleta y ponerse en marcha.


Al llegar, la imagen emocionada de Bobby los recibió y Luhan trató de no hacer comentario alguno, sobre el hecho de que su amigo no le había preguntado nada sobre su presencia ahí. Varios empleados corrieron fuera del lugar, guiados por Tao para ayudar.


— ¿Dónde ponemos sus cosas, señor? —Preguntó el amable chico.


— No me digas señor, Tao —refunfuño—. Me haces sentir viejo.


— Lo siento —sonrió divinamente—. Entonces, ¿dónde quieres tus cosas?


— En la habitación contigua de JunMyeon g“ —respondió con tranquilidad.


— ¿En la habitación contigua? —Interrogó entre susurros Bobby.


— Sip.


— Pero yo creí...


— Sí, pero no invadiré su espacio si él no me da permiso antes.


Luhan no pudo evitar sonrojarse levemente al escuchar la conversación secreta entre esos dos. Lay se rió de su expresión, caminando al frente de todos mientras tarareaba alguna canción. Las personas tras él, se rieron por lo bajo contagiados por su buen humor.


— Todos parecen muy felices —comentó Luhan.


— Por supuesto que todos están felices, con Lay aquí, es menos probable que Suho hyung nos asesine a todos —bromeó Bobby.


— No diga eso, joven. Él señor es muy bueno con todos nosotros —comentó una de las mucamas.


— En sus buenos días, hace unos días estaba de pésimo humor. No niegue señora Choi que incluso usted estaba evitándolo. —La adorable mujer se sonrojó e hizo un mohín que hizo reír a varios.


— Bueno, chicos, pueden dejar todo en el suelo. Yo me haré cargo desde aquí.


— ¿No quieres que te ayudemos? —Ofreció Tao.


— No, Luhan y Bobby me ayudaran. Además, me gustaría organizar la mayoría por mi cuenta. Ustedes vuelvan a sus labores y tan pronto como JunMyeon g“ llegue, díganle que hay una sorpresa para él aquí. —Los empleados asintieron, abandonando la habitación uno a uno para dejar a los tres jóvenes solos.


— Entonces, ¿por dónde empezamos?


— No lo sé, embale todo a prisa y no tengo ni idea de que contiene cada caja, así que abran todo y veamos cómo lo organizamos —indicó.


En un parpadeó la habitación era un desastre total con miles de cosas esparcidas por el suelo mientras los tres se movían de un lado al otro, tratando de no pisar nada mientras acomodaba algún objeto con instrucciones del propietario.


Una hora más tarde, el móvil de Luhan timbró y al ver el nombre de contacto, se mordió los labios en un gesto nervioso. Secretamente consideró no tomar la llamada, pero la mirada que Lay le lanzó, le dejó en claro que no tenía esa opción.


— Ahora vuelvo —murmuró.


Ambos mayores asintieron sin ninguna palabra, dejando que saliera de la habitación directo al solitario pasillo para atender la llamada de su novio.


 Luhan —masculló entre dientes tan pronto le respondió.


— Lo sé, lo sé —dijo apresuradamente—. Lo lamento.


 ¿En qué diablos estabas pensando? —Espetó.


— Sehun... —tomó una larga respiración—, tenía que salir de ahí.


 ¿Qué pasó, Lu? —Susurró preocupado.


— Hablemos cuando nos veamos, estoy con Lay g“. Prometo que te diré todo y no me moveré de aquí. —Él suspiró al otro lado de la línea, de algún modo, haciéndole saber a Luhan que acaba de darle su aprobación.


 ¿Dónde estás exactamente? —Interrogó resignado.


— Lo ayudó a mover sus cosas a la casa de JunMyeon g“.


Lo escuchó maldecir por lo bajo, Luhan estaba más que listo para escuchar el sermón que estaba por venir pero nunca llegó.


 Bien, no salgas de la vista de Lay. ¿De acuerdo?


— De acuerdo.


La llamada finalizó y volvió a la habitación, recibiendo una sonrisa de parte de Lay mientras este agitaba su móvil, diciéndole de esa forma que su novio ya había enviado un mensaje para hacerlo entrar en papel de niñera.


— Bien, niños —llamó Lay—. Yo me encargo desde aquí.


— ¿Seguro?


— Sí, Bobby. Te juro que soy muy capaz de poner en orden mi propia ropa —se burló—. Mejor lleva a Luhan a la otra habitación para que duerma un rato.


— No, yo no…


— No es como si tuvieras opciones, niño —apuntó con una expresión juguetona—. Yo no necesito ayuda con mi ropa y tú te ves como si pudieras dormir todo el mes. Además, no es como si necesitara que estén aquí cuando él regrese —dijo risueño, haciendo reír a Bobby—. Solo sé bueno y ve con Bobby.


El nombrado tomó su mano animadamente, arrastrándolo a la habitación contigua. Su sonrisa era adorable y como si esa fuera su casa desde siempre, le mostró a Luhan donde podría encontrar cualquier cosa que pudiera llegar a necesitar.


— ¿Cómo has estado, pequeño Luhan? —Preguntó luego de haberle explicado cómo podría llamar a una mucama si llegaba a necesitarlo.


— No muy bien —respondió sin rodeos—. Aparentemente, no estoy superando esta recaída como se esperaba.


La sonrisa del mayor se desvaneció tras escucharlo y tras sentarse en la cama, palmeó el lugar a su lado invitándolo a ocuparlo. Tan pronto como lo hizo, su amigo dio un par de palmaditas en su cabeza.


— Lo siento.


— ¿Por qué? —Interrogó algo divertido por la seriedad ajena—. Tú no hiciste nada.


La mirada que él le dio, le pareció sospechosa pero pronto la sonrisa estaba de vuelta, pareciendo como si todo estuviera solamente en la imaginación del más joven de los dos.


— Ven, mejor aprovecha un poco y duerme —indicó, levantándose de la cama—. Yo todavía tengo que ir a investigar sobre la vida privada y sucios secretos de muchas personas —bromeó.


Luhan sabía eso, Bobby era un genio en el área, no había cosa que él no pudiera averiguar por más oculta que estuviera. Suho adoraba al chico por ello y las bromas que él hacía respecto al tema no eran nuevas.


Sin embargo, Luhan en ese momento en particular, sintió que era su amigo quien estaba ocultando algo. Pensando en ello, y con previo conocimiento de para quien Bobby había comenzado a trabajar, Luhan se aventuró y preguntó.


— Además de los tres hombres de confianza de Minho, los que desertaron y tú… ¿Había alguien más que sabía sobre lo que Minho hacía?


— ¿Para qué quieres saber eso? —Interrogó, la sonrisa no estaba más.


— Bueno —suspiró—, desde que las pesadillas volvieron me siento un poco paranoico, es todo.


— Las personas que el oficial Zhang te mencionó cuando el proceso inició, son todas —respondió seriamente.


— Ya veo —murmuró a pesar de saber que él estaba mintiendo.


— No te preocupes por nada, Luhan. Nadie podrá volver a lastimarte —prometió.


Luhan asintió, esbozando una sonrisa reconfortante y permitió que él lo cubriera con las mantas en un gesto cariñoso. Una vez solo, Luhan se concentró lo mejor que pudo, buscando entre sus memorias, una vez más, la pieza faltante de todo eso y tal vez poder acabar con todo de una vez por todas.


 


***


 


«Ah~, es tan impaciente que es hasta lindo.»


Siguió tarareando tras ese pensamiento, sonriendo más ampliamente entre más se acercaban los apresurados pasos. La puerta se abrió bruscamente y dos figuras entraron, observando como si fuera alguna especie de alienígena. Él los miró felizmente.


— Yixing —susurró asombrado.


— Hola, bienvenidos a casa —saludó, colocando sobre el estante dos libros más.


— ¿Qué estás haciendo? —Interrogó tontamente Kai.


— Pues, terminó de organizar mi colección de libros, creo que eso se ve a simple vista —rió—. Estoy por terminar con la L y empezar con la M.


Los dos hombres tenían en sus atractivos rostros la palabra incredulidad. Lay deseaba echarse a reír hasta llorar por eso, pero optó por no hacerlo solamente porque JunMyeon se veía lindo en ese momento.


— ¿Quieren ayudarme? —Preguntó con inocencia.


— ¿Por qué tú…? —El mayor de los tres habló por fin—. ¿Cómo es qué…? ¿Recuerdas siquiera lo que dije respecto a…?


Lay puso un dedo sobre sus labios en un claro gesto de que guardara silencio y él obedeció sin chistar.


— Excelente, ahora, JongIn hyung. —El hombre asintió torpemente a su voz—. Luhan está en la habitación contigua, ¿por qué no vas y ves si ya despertó, sigue dormido, quiere agua o algo?


Una carcajada brotó de los labios del mayor casi al instante, mientras asentía nada molesto de haber sido despachado de esa forma.


— Cierra la puerta al salir —pidió y él obedeció sin dejar de reír.


JunMyeon seguía igual de pasmado mientras todo eso pasaba, el menor continuó con su tarea de organizar su colección de libros mientras tarareaba.


— Disculpa llegar sin avisar pero era como una sorpresa —habló alegremente—. Me hubiera gustado que todo ya hubiera estado en su lugar para cuando llegaras, pero tengo muchos libros y si no lo colocó por orden alfabético, no seré capaz de dormir en paz.


El mayor le dio una mirada, su rostro todavía siendo una mueca de confusión total pero sus ojos brillando con una emoción indescifrable. Era más que obvio que quería decir algo pero nada parecía querer salir.


— No puedo creer que mantuvieras la habitación como cuando era un adolescente —rió—. Debo decir que me gusta, aunque también he pensado en hacerle un par de cambios. Por ejemplo, qué tal un mural, eso sería…


— ¿Eres consciente de lo que estar aquí significa? —Preguntó seriamente.


— Claro.


— ¿Es lo que de verdad quieres?


Él dejó el libro que había tomado de vuelta sobre el escritorio, se volvió para mirar a la cara al mayor, recargándose en el mueble con los brazos cruzados. Quería verlo a los ojos para darle esa respuesta y de ese modo, él supiera que era verdad.


— No estaría aquí de no ser así.


Lo vio acercarse con duda y cuando estuvieron frente a frente, su mano se levantó, acercándose tímidamente para segundos después retirarse. Él más joven bufó irritado, sujetando la mano que no se atrevía a tocarlo, para él mismo ponerla sobre su mejilla.


— Soñabas mucho conmigo, ¿verdad? —Bromeó, frotándose contra la cálida palma.


— ¿Esto significa que tú…?


— No soy de los que se enredan con la otra persona en la primera cita, pero puedo hacer una excepción aquí —bromeó.


La oración puso nervioso al mayor, fue evidente y Lay no pudo evitar reír por la bajo. La distancia comenzó a acortarse y lentamente cerró los ojos a la espera de aquel beso. Sin embargo, estar ahí y esperar resultó algo un poco irritante.


El mayor realmente se tomó su tiempo antes de que sus labios por fin se rozaran y antes de que Lay pudiera sentirse satisfecho, él se retiró. Inconforme, abrió los ojos para encontrarse todavía con aquella mueca dudosa en el rostro contrario.


Bufó ruidosamente y sin permitir al otro tener alguna queja o protesta, sus manos empuñaron la solapa del costoso traje y lo atrajo para hacerlo él mismo. JunMyeon jadeó asombrado mientras él sonreía en medio de aquel beso.


No era tierno, mucho menos inocente. ¿Quién diablos necesitaba eso cuando ellos habían dejado todo eso atrás hacía mucho tiempo?


Su relación siempre había estado moviéndose entre una delgada línea intermedia, a un solo paso del amor y el odio. La tensión sexual había comenzado a estar en el aire desde que Lay se había revelado y tratado de escapar a los dieciséis.


Aquella tormentosa noche, la habitual discusión se había convertido en un enfrentamiento físico que el mismo Yixing había comenzado. En ese momento, mientras era presionado de cara al escritorio sintiendo cada movimiento del mayor tras él, deseó que, lo que el caliente aliento del mayor susurrara en su oreja, no fuera la amenaza de buscarlo hasta el último rincón del mundo si se atrevía a irse.


Fue por eso que se había empeñado en irse más que nunca hasta conseguirlo. Sin embargo, ahora estaba ahí, saboreando la dulzura de aquellos labios, que siempre le habían sonreído con ternura, sin remordimiento alguno.


Sus manos se movieron por el cuerpo contrario, queriendo tocar todo y asegurarse de que no era un sueño tras haber bebido demasiado y luego despertaría en su pequeño hogar, regañándose a sí mismo por dejar que eso pasara.


— ¡¿Qué carajo?! —La exclamación, al igual que el fuerte sonido de la puerta al abrirse, lo hizo detenerse a regañadientes.


Su enojada mirada se fijó en la aturdida imagen de Sehun y si no fuera porque adoraba al maldito niño, él mismo lo hubiera matado.


— Luhan está en la habitación a la izquierda, cierra la puerta al salir y dile a quien sea que piense en entrar aquí, que lo matare —soltó tenebrosamente—. Lárgate.


El aturdido muchacho salió torpemente de ahí con la aterradora mirada de Lay siguiéndolo. Una vez la puerta estuvo cerrada una vez más, una sonrisa traviesa estiró las comisuras de sus labios mientras volvía su atención al hombre que abrazaba su cintura.


Él dejó escapar una baja risilla que hizo a las piernas de Lay sentirse inestables, el abrazo alrededor de su cintura se volvió más firme y su sonrisa se hizo más amplia al ver aquel peculiar brillo en los ojos del mayor.


Oh sí, él finalmente iba a obtener lo que quería.

Notas finales:

De verdad espero les gustara y bueno, aprovecho esto para decirles que estamos a 10 capítulo o menos del final de esta historia.


Estoy muy emocionada por ello y trabajaré el doble de duro para actualizar rápido estos capítulos. También, desde ya, les agradezco de todo corazón que le dieran una oportunidad a esta historia y realmente espero les gustara tanto como yo ame escribirla.


Y bueno, nada, espero que el capítulo les guste y me despido recordándoles lo mucho que los amo, además de enviarles un abrazo gigante.


I love you~


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