Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Only reason. por DNA

[Reviews - 71]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Happy San Valentín Day!!! (Súper atrasado por cierto jajajajajaja)

Este es mi humilde regalo atrasado para ustedes, espero de todo corazón que les guste. También les envío un mega abrazo virtual y miles de besos.

Son las mejores del mundo y les agradezco todo su apoyo. ¡Las amo!

 

El sonido de su despertador lo asustó, rompiendo de golpe la burbuja de absoluta concentración en la que se había metido desde que había despertado debido a sus pesadillas. Se apuró a apagar la alarma y se frotó las sienes para aliviar el dolor de cabeza que el ruido había magnificado.


Miró con frustración las hojas dispersas del expediente que había estado revisando una y otra vez, extrayendo hasta el más mínimo detalle de él. Lo cual no había sido casi nada tomando en cuenta que él tenía conocimiento de casi toda la información registrada en el archivo.


Completamente derrotado se preparó para salir rumbo a la escuela. Las miradas de cada uno de los miembros de su familia fue de completa preocupación y confusión al verlo sentarse a la mesa luciendo como si fuera un cascarón sin alma. Sin embargo, esa mañana, Luhan no tenía fuerzas para tratar de aparentar que podía cargar con todo y salir vencedor.


— Xiǎolù —llamó angustiada su mamá antes de que se marchara.


Él la miró, esbozando para ella una sonrisa cansada que le correspondió de la misma manera. La mirada cándida y tierna con la que lo veía, calentó un poco su corazón, y como si ella lo notara su sonrisa débil creció un poquito más.


— Mami preparara para ti tu platillo favorito hoy —prometió, como si con ello fuese capaz de regresarle toda la alegría a su pequeño.


— Volveré temprano.


— De acuerdo —asintió suavemente—. Ve con cuidado y dile hola a HunHun de mi parte.


— Lo haré.


Todos observaron en completo silencio la extraña despedida de madre e hijo. Sin embargo, solo ellos dos comprendieron que ella trataba de decirle que estaba preocupada pero aun así, estaba bien que él no siempre quisiera aparentar que todo estaba bien porque al final del día, ella estaría ahí esperando para poder reconfortarlo.


El cansancio ese día era como un trozo de concreto sobre su espalda, el dolor martilleaba en su cabeza y solamente fue en aumento cuando llegó a la escuela y descubrió un montón de patrullas custodiando los alrededores. Imposibilitando a los reporteros para acercarse a menos de tres metros del área, asegurando de ese modo la seguridad, bienestar y el fácil acceso de los alumnos.


Su primera imagen al cruzar las puertas de la escuela fue la de ese chico sonriendo inocentemente a Sehun, quien le dedicaba una sonrisa amistosa. Por alguna razón, sintió su estómago revolverse y unas insanas ganas de vomitar.


— Oye, ¿te encuentras bien, Luhan?


Su atención se dirigió a la preocupada voz del capitán de su equipo de soccer y asintió despacio, formando con los labios una mueca torcida que no podría ser de ningún modo una sonrisa.


— ¿Estás seguro? Te ves como un fantasma de lo pálido que estás —insistió, pareciendo listo para atraparlo si es que llegaba a desmayarse.


— No te preocupes, hyung. Es solo…


— Oh, deja de hacerte pendejo por allá y ven a ver a mi muchacho que parece estar a punto de ser derribado por la puta brisa —gritó enojado.


En cualquier otra ocasión, Sehun seguramente hubiera mostrado la expresión del diablo al escuchar a Jong Min insultándolo de ese modo pero ese día, en lugar de eso, su rostro era de quien había visto algo espantoso.


Él corrió inmediatamente a su lado para apoyarlo, revelando una mirada de puro miedo. Luhan hizo una mueca y se enderezó, sonriendo nerviosamente para él.


— No le hagas caso a hyung. Estoy bien —aseguró.


— Tonterías —bufó, acunando su rostro—. ¿Dónde te duele? ¿Fue por esto que me enviaste ese mensaje por la mañana para que no fuera a buscarte?


— No fue nada de eso. De verdad, Hun —respondió, sonriendo con más naturalidad—. Estoy bien.


— ¡Pareces un maldito fantasma! —Chilló Jong Min.


— No es nada. Estás exagerando, hyung.


— Pero…


— Hun, no seas exagerado —habló Kyungsoo con un tonito risueño—. Deberías dejar de acosar al pobre de Luhan si dice que se siente bien.


Al escucharlo, Luhan solamente pudo sentir mucho más malestar del que ya sentía. Sus puños se apretaron y agachó la mirada para ocultar el enorme rechazo que él le provocaba.


— Mejor vayamos todos a clases. Tienes mi palabra de que vigilaré de cerca a Luhan y lo llevaré inmediatamente a la enfermería si algo sucede.


Sehun asintió de mala gana y Luhan se tuvo que obligar a seguir al chico para no seguir preocupando a su sobreprotector novio. Kyungsoo no dijo nada durante todo el camino a su salón de clases y ni que decir sobre darle siquiera una segunda mirada.


Algo que Luhan agradeció profundamente, estando perfectamente cómodo ignorando tanto como pudiera la presencia ajena. También, para su alivio, Haneul no demoró mucho en aparecer tan enérgica y sonriente como de costumbre.


Aun cuando no sirvió de nada para distraerlo de la desagradable sensación de sentir como si alguien vigilara cada uno de sus movimientos por insignificantes que fueran.


La jaqueca tampoco estaba ayudando y pronto su amiga se dio cuenta de que algo no andaba del todo bien. Tendiéndole con preocupación una botella de agua e insistiendo que fueran a la enfermería. Luhan aceptó la botella pero se negó rotundamente a ir a la enfermería.


— Entonces trata de dormir un poco. Yo te cubriré, ¿está bien? —Habló algo suplicante.


— No te preocupes, Haneul. Estoy bien —insistió.


— Pero…


— Muy buenos días, muchachos.


Ella se vio obligada a callar ante el saludo de su profesora. Dándole a su amigo una mirada complicada y suspirando resignada, aunque no dejó de vigilarlo ni un solo segundo.


Esperando con impaciencia a que la hora del descanso llegará para ir con Sehun y hacer un berrinche -de ser necesario-, hasta convencerlo de llevar al terco de su novio a la enfermería. Sin embargo, cuando la campana realmente sonó, ella observó impotente al chico que se había quedado dormido a la mitad de la cuarta clase.


— ¿Se quedó dormido? —Preguntó alguien a sus espaldas.


Ella se volvió rápidamente, parándose firmemente frente a su vulnerable amigo al encontrarse con Kyungsoo. Porque ella podría no entender la tremenda aversión de Baekhyun y los demás hacia él, pero a ella no le daba buena espina y sabía que a Luhan no le gustaba para nada solo por su actitud. Por lo tanto, no había modo alguno que ella lo dejara acercarse un paso más en ese momento.


— S-Sí, voy a dejarlo dormir por ahora.


— Tienes razón, eso será lo mejor —comentó—. Aunque probablemente Hun va a preocuparse.


— E-Eso…


— ¡Tengo una idea! —Anunció—. ¿Por qué no vas a avisarle a Sehun y yo me quedo a cuidar de Luhan? —Sugirió con amabilidad.


— N-No es necesario. L-Le enviaré un mensaje para que venga —tartamudeó.


— No va a responder, su móvil se quedó sin batería ayer que se quedó a dormir en casa —sonrió al decir eso y Haneul lo observó estupefacta—. En vista de eso, tú ve a decirle a Sehun y yo cuido de Lu.


Él avanzó y ella temerosa retrocedió, chocando accidentalmente con su escritorio. Su estuche se tambaleó antes de caer al suelo ruidosamente, expulsando sus lápices, bolígrafos y demás por todo el suelo.


Luhan se despertó de golpe con el escándalo y ella casi se puso a llorar de alegría al verlo despierto. Apurándose a colocarse a su lado como si quisiera protegerlo y a la vez, de un modo que la hiciera sentir segura.


— ¡Despertaste! —Exclamó entusiasmado Kyungsoo.


— Yo… ¿Qué hora es? —Habló algo aturdido.


— Es hora del descanso, pero como estabas profundamente dormido, Haneul y yo estábamos decidiendo qué hacer.


Luhan miró a su nerviosa amiga, alcanzando su mano para reconfortarla. Ella lo miró agradecida, colocándose muy cerca de él cuando se puso de pie.


— Andando, vamos a reunirnos con los demás.


Los otros dos asintieron, siguiéndolo obedientemente todo el camino hasta aquella mesa que habitualmente ocupaban. La cara de Baekhyun mostró una horrenda expresión al verlos llegar y los otros tres chicos a su lado no estaban mejor que ella.


— ¿Qué hace él aquí? —Espetó, el usualmente amable, Kyun Min.


— Comer con nosotros —respondió bruscamente Luhan.


Completamente irritado por el maldito dolor de cabeza, la presencia de ese chico y sin ánimo alguno de lidiar con las absurdas peleas de sus amigos. Sehun también le dio una mala mirada a su amigo, antes de dedicarle una sonrisa a él.


Luhan lo imitó, al menos hasta que vio a Kyungsoo correr al lado de Sehun para ocupar el asiento a su lado y comenzar a hablar sin parar. La sonrisa en su rostro se torció y silenciosamente ocupó un asiento, ignorando las miradas furibundas con las que cuatro de sus amigos intentaban prenderle fuego a Kyungsoo.


Se concentró a medias en su almuerzo, con su atención siempre volviendo a centrarse en el par frente a sus ojos. Kyungsoo riendo escandalosamente y Sehun mirándolo con diversión.


— ¡Mierda! —Exclamó de la nada.


Todos miraron sorprendidos en su dirección y Luhan casi se ríe de lo torpe que podía llegar a ser al cortarse con el estúpido cuchillo de plástico en sus manos. Sin embargo, tan irritado como se sentía, simplemente pudo dejar ir una maldición más.


— Luhan —llamó angustiado Sehun.


— No es nada, estoy bien —habló, alejándose apurado con rumbo al baño.


Al llegar al lugar, solamente pudo reírse con desdén de sí mismo, al tiempo que ponía su mano herida bajo el agua corriente del grifo, en un intento de detener la sangre.


— Déjame ver eso.


La voz de Sehun lo tomó por sorpresa, aun así no hizo nada por alejar su mano del toque ajeno. Guardando completo silencio mientras él revisaba la gravedad de la herida.


— ¿Qué diablos pasa hoy, Luhan? —Interrogó molesto.


No respondió, apretando los labios y desviando la mirada. Sabiendo que no podía simplemente ir a decirle que el problema era su extraño sentimiento de rechazo al verlo en cualquier lugar cerca de ese amigo suyo.


— Luhan —llamó frustrado.


— No es nada. Estoy…


— ¡Deja de decir esa mierda! —Vociferó, sorprendiendo a Luhan ante su repentino arrebato—. Dime qué está mal, amor. Para ya de repetir que estas bien, me haces sentir enfermo —dijo con voz temblorosa—. Anoche apagaste el móvil, ¿al menos dormiste bien?


— Y-Yo...


Él mismo sintió algo atascado en la garganta y sus labios se sellaron con más fuerza. Manos gentiles acunaron su rostro al ver su necia intención de no hablar y sus ojos se encontraron con la abatida mirada de su novio.


— No hagas eso, mírame a los ojos. Solo de esa forma sé que no serás capaz de mentirme.


— Yo…


— Dime la verdad, cariño. Confía en mí —suplicó—. No importa que pase, si sientes que vas a caer, yo siempre voy a estar aquí para atraparte.


Dudó por un instante, hasta finalmente mirar a los ojos contrarios y hacer una mueca desagradable que él observó con tristeza.


— No me siento bien —murmuró.


— Está bien, cielo. No espero que siempre me mires y sonrías, está bien si quieres llorar o enojarte también. Todavía me voy a quedar para tratar de hacer algo al respecto para volver a verte feliz y tranquilo.


Luhan se inclinó en su toque con los ojos cerrados, mostrando por fin la mueca de dolor que se había esforzado por no mostrarle a él. Él a cambio esbozó una triste sonrisa y se inclinó hasta que sus labios se tocaron.


Asegurándose de ser sumamente gentil y tierno al besarlo, como si le preocupara hacerle daño con solo ese dulce roce. Y tan ilógico como sonaba el pensamiento, Luhan sintió que aquel enorme peso que parecía querer aplastarlo, se aligeró tras el toque de Sehun.


— Una vez más —susurró, ante la pérdida de los labios ajenos.


— Las veces que tú quieras, amor mío —murmuró tiernamente.


Cumpliendo obedientemente el pedido de Luhan. La sonrisa que Luhan esbozó contra sus labios finalmente dejó de ser la mueca falsa que había estado mostrándole con tanto esmero, aligerando un poco su corazón.


— Vamos, déjame ver el corte.


— No es tan grave —aseguró.


— Como sea, vayamos a conseguir algo para cubrir la herida.


Luhan dejó que él lo llevará directo a la enfermería para exigirle a la, casi siempre, ausente enfermera que le diera una simple bendita. Algo que Luhan sin duda encontró extremadamente dulce y gracioso.


Eso hizo mucho más soportables las horas siguientes antes de que el profesor de su última clase los despidiera igual que siempre y pudiera comenzar a ordenar sus pertenencias y volver a casa.


— Invité a Cherry y Jun Hong a ir por un helado. ¿Quieres venir también? —Interrogó, no sabiendo disimular en absoluto que estaba preocupada por él.


— No, creo que voy a pasar por esta ocasión —sonrió levemente.


— De acuerdo —farfulló infantilmente.


— Bueno, ¿nos vamos o no?


Ambos llevaron su atención al sonriente Kyungsoo y Cherry hizo una pequeña mueca de incomodidad. Luhan únicamente pudo suspirar y asentir para seguirlo directo a la salida. Olvidándose del pequeño malestar que él le provocaba tan pronto como vio a su novio esperando por él en la puerta de su salón de clases.


— ¡Sehun!


El malestar que se había aligerado, volvió tan pronto volvió a escuchar la voz del chico.


— ¡Ey!


— ¿De verdad no es una molestia acompañarme a casa otra vez?


Al oír esa pregunta su cuerpo se congeló momentáneamente. Sin embargo, no hizo comentario alguno sobre ello.


— Lo siento, Kyungsoo. Hoy vas a tener que llamar a ese estúpido amigo tuyo para que venga a buscarte.


La sonrisa en los labios del mencionado se encogió ligeramente, dándole una rápida mirada a Luhan. Antes de asentir como si nada hubiera pasado y sus planes siguieran tal cual estaban pensados.


— De acuerdo —aceptó calmadamente—. Espero que te sientas mejor mañana, Luhan.


La frase, la forma en que la dijo y su expresión amable, todo se sintió como una burla absoluta. Como si de alguna u otra forma, él insinuara que todo era falso y que estaba tratando de llamar la atención de Sehun para alejarlo de él.


— No es necesario que me lleves a casa si ya le habías prometido a Kyungsoo acompañarlo. Además, lo más probable es que jiějiě venga a buscarme —habló seriamente.


— ¿Cómo diablos no va a ser necesario? —Bufó Baekhyun—. Toda la mañana has parecido un maldito fantasma. Alguien debe ir contigo para evitar que te desmayes en medio de la maldita calle.


— Es por eso que digo que jiějiě…


— LiXue jiějiě no va a venir —interrumpió Sehun—. La llamé para avisarle que yo te llevaría de vuelta a casa.


— Pero…


— No te preocupes por mí, Luhan. Te prometo que voy a estar bien —aseguró Kyungsoo—. Y como ya todo está resuelto, los veré mañana entonces —se despidió sonriente antes de irse.


Baekhyun gruñó por lo bajo y Sehun no estaba de ánimos para seguir soportando las tonterías de sus amigos, por lo que simplemente murmuró un simple adiós para llevarse a Luhan lejos de ellos.


Él parecía completamente de acuerdo con su decisión, puesto que simplemente les dijo un rápido adiós y lo siguió tranquilamente. Una vez estuvieron más lejos de ellos, Sehun se detuvo repentinamente como si hubiera recordado algo de la nada.


Él lo miró interrogante, sorprendiéndose un poco cuando se giró para enfrentarlo con una expresión realmente seria.


— ¿Sehun?


— Te llevaré —respondió sin más.


— ¿Q-Qué? —Balbuceó aturdido.


— Te llevaré en mi espalda —sentenció.


— No, no. Eso no…


— Ahora mismo, tú te ves cómo alguien que va a desmayarse en cualquier segundo. Voy a llevarte, de una u otra forma, tú decides cuál prefieres —advirtió.


Luhan le dio una mirada impotente, antes de aceptar al saber que de todas formas no había modo de evitarlo. Por lo que simplemente aceptó la primera opción que le ofrecía.


Ya resignado, le hizo un ademán para que se diera la vuelta y su feliz novio aceptó de inmediato, poniéndose en cuclillas para facilitar las cosas.


Una vez con él sobre su espalda, Sehun era todo sonrisas y Luhan estaba mortalmente avergonzado, luego de notar las miradas algo extrañas que las personas les estaban dando.


— No les hagas caso, Bǎobèi Lù. Nos miran porque obviamente nunca han visto una muestra real de amor —soltó orgulloso.


Luhan casi deja ir una carcajada ante las palabras tan bobas de su novio, pero simplemente negó con la cabeza y miró de reojo el semblante del más alto.


— ¿Soy muy pesado? —Preguntó algo preocupado.


— Bueno, ahora que lo mencionas… —Canturreó con tono bromista.


— ¡Oye! —Chilló indignado—. Se supone que debes decirme que no. ¿Qué no has visto las películas?


Sehun se echó a reír con ganas y continuó molestándolo un poco más durante el resto de su camino. Una vez casi ahí, como si alguno de ellos hubiera anunciado a gritos su llegada, la hermosa, embarazada y joven dama que se encontraba de visita, salió emocionada a recibirlos en la puerta.


— ¿Jiějiě acaba de tomarnos una fotografía? —Interrogó algo desconcertado Sehun.


— Lo siento, pero ustedes son tan lindos —soltó entusiasmada—. Si mi hija o hijo tiene una pareja y no es tan atento como lo es Hunnie, haré que terminen —bromeó.


Ambos menores se sonrojaron y aunque Luhan tuvo ganas de burlarse un poco de su novio por ello, decidió no hacerlo por esa ocasión.


— Pero vengan, entren rápido —insistió la entusiasta mujer—. Necesito que me ayuden con algo.


Sehun la siguió obediente con Luhan todavía en su espalda. Dejándolo bajar solamente cuando estuvieron dentro de la cocina, la cual, parecía haber sufrido una bombardeo.


— ¿Qué pasó con la cocina? —Interrogó asombrado Luhan.


— Estoy aprendiendo a hacer papilla para bebé —anunció felizmente.


— ¿Y explotó? —Bromeó Sehun, recibiendo un pellizco de su novio y un puchero de la adorable mujer.


— No —soltó indignada—. Es solamente que nunca había cocinado antes, por eso es tan desordenado —explicó para defenderse.


— No le hagas caso, jiějiě —consoló Luhan—. Mejor dime como fue el resultado de tu primera vez haciendo papilla para bebés —pidió amablemente para distraerla.


La adorable dama se apresuró a traer el pequeño cuenco con una extraña pasta verde oscuro. Luhan la miró sin saber que decir, porque aunque nunca había visto una papilla luego de que creciera, esa extraña pasta resultaba muy diferente a sus borrosos recuerdos de infancia.


— Se ve…


— Muy extraña —terminó Sehun por él—. ¿Cómo la hiciste?


— Yo… seguí una receta que encontré en internet —murmuró nerviosa.


— Veamos, déjame probarla.


Ella rápidamente le entregó el cuenco al más joven, mirándolo con nerviosismo mientras esperaba su veredicto. Luhan por su parte, únicamente veía aquel intercambio con curiosidad, sintiéndose también algo ansioso al ver a su novio tomar un bocado de la pasta extraña.


La verdad sea dicha, la expresión facial de Sehun lo dijo todo, sin embargo, la nerviosa mujer pareció no aceptarlo del todo aun así.


— ¿Cómo sabe?


— Horrible —respondió sin más.


Tan pronto lo escuchó, Luhan tuvo un enorme deseo de golpearlo debido a su brutal honestidad. La cual, hizo que toda la emoción que LiXue había sentido antes por su esfuerzo, se esfumara en un parpadeo.


— Jiějiě… —comenzó Luhan.


— Lo siento —interrumpió Sehun—. No lo dije con la intención de lastimarte, pero tienes que saber que la receta es incorrecta.


— ¿Incorrecta? —Preguntaron ambas personas a la vez.


— En primer lugar, debes saber que lo más recomendable es que la alimentación principal del bebé durante los primeros seis meses de vida sea la leche, y solo a partir de entonces empezar a complementar con otros alimentos. Y es muy importante que quede claro que ésta debe ser un complemento, y no un sustituto.


Tanto Luhan como LiXue estaban algo aturdidos al escuchar a Sehun decir todo eso, y la primera en reaccionar fue la única dama en el lugar, asintiendo rápidamente a lo dicho por el más joven.


— Es decir, tienes que seguir dándole el pecho a demanda, pero empezar a darle comida al bebé para que comience a probar nuevos sabores y a conocer también texturas diferentes. De cualquier forma, tu propio pediatra te indicará de qué forma empezar y cómo, especialmente teniendo en cuenta las necesidades que pueda tener tu bebé.


— Lo tengo, lo recomendable es que sea a partir de los seis meses -dependiendo de lo que el pediatra diga-, y que sea un complemento, no un sustituto.


— Muy bien, para empezar, el mejor primer alimento es un cereal para bebés fortificado con hierro de un solo grano. Generalmente, los más indicados suelen ser el arroz, el maíz, la tapioca o la soja. Aunque personalmente, creo que para empezar de todos el más ideal es el cereal de arroz, ya que se digiere fácilmente y no tiene probabilidad de provocar una alergia a los alimentos.


Al ver que el más joven se dirigía a la cocina, ella se apuró a seguirlo y Luhan, aun con su cortocircuito, corrió tras ambos.


— Y para hacer la papilla lo único que debes hacer es mezclar una o dos cucharadas de cereal seco con suficiente leche materna o fórmula para que quede como una salsa espesa. La carne no es recomendable sino hasta que esté familiarizado con su nueva alimentación y tu pediatra dé el visto bueno para ello. Además, está totalmente prohibido ponerle sal o azúcar a los alimentos. He ahí el error de tu papilla.


Ella asintió una y otra vez, alcanzando un pequeño cuaderno de la barra y haciendo anotaciones sobre lo que Sehun le decía al mismo tiempo que se deshacía de su horrible papilla.


— Entonces, ¿hasta cuándo mi bebé será capaz de probar otros alimentos?


— Puedes introducir vegetales y fruta una vez que el bebé domine la alimentación con el cereal. Intenta con un alimento nuevo cada tres a cinco días para permitir que se ajuste el sistema digestivo del bebé y para vigilar si hay reacciones inusuales. Puedes iniciar con calabazas, arvejas, zanahorias o batatas. Ya que estos alimentos no contienen trigo, leche, huevos ni cítricos a los que algunos bebés pueden tener sensibilidad.


— Entiendo, entiendo —respondió al tiempo que tomaba notas de lo dicho—. También dijiste que nada de azúcar y sal, pero… ¿Puedo agregar otra especia o debo esperar más tiempo?


— Las especias como el ajo o la cebolla son condimentos perfectamente conocidos y aceptados que pueden usarse en la dieta del bebé desde los siete meses. Asimismo, como la canela, la nuez moscada, el orégano, el jengibre, la cúrcuma, el comino o el eneldo son hierbas aromáticas que pueden usarse con libertad en las comidas del bebé, poniéndoles en contacto con matices de los sabores básicos que con la sal y el azúcar no pueden experimentar. Por supuesto, al igual que con nuevos alimentos, la introducción de las especias debe hacerse cada tres o cuatro días para observar posibles reacciones adversas.


— Wow, HunHun sabe mucho sobre el tema —dijo con ojos brillantes.


— No es mucho, solamente son algunas cosas que recuerdo de cuando mi sobrino era pequeño. De hecho, creo recordar que Myeong Suk noona tenía una pequeña tabla que el pediatra le dio con la información de a los cuantos meses podría comenzar a darle a DongYul cada tipo de alimento. Puedo pedirle que me la envíe por correo si tú quieres —ofreció.


— ¡Sí por favor! ¡Eso sería fantástico! —Exclamó alegremente.


Mientras ellos hablaban, Luhan seguía tratando de hacer que su cerebro terminara de registrar toda la información que había recibido. Y no fue que reaccionó, sino hasta que su entusiasmada cuñada tiró de su brazo con alegría.


— Hannie, Hannie —chilló adorablemente—. HunHun me va a enseñar a hacer papilla para bebé.


Luhan asintió torpemente y de ese mismo modo observó todo el proceso en el que Sehun le mostraba a su cuñada desde cuál era el cereal que podía ser más recomendable utilizar y cómo era que debía hacer todo.


LiXue prácticamente vibraba de emoción, anotándolo todo y casi gritó cuando Sehun le pidió que lo preparara por ella misma y que posteriormente lo dejará evaluar el resultado.


La hermosa mujer comenzó con la tarea con entusiasmo, mientras Sehun simplemente se retiraba de la cocina sin decir nada y con su novio siguiéndolo.


Ambos ocuparon uno de los sofás, Sehun luciendo realmente tranquilo mientras que Luhan continuaba pensativo, dándole una que otra mirada, como si quisiera preguntar algo pero al final no se atreviera del todo.


— ¿Qué es? —Interrogó Sehun al no poder aguantarse más la curiosidad, luciendo algo divertido.


El rostro de Luhan se tornó divertidamente sorprendido, luego sus labios se volvieron una fina línea y su ceño se frunció y, finalmente, sus bonitos ojos castaños lo miraron con cautela. Solo entonces Sehun supo que él se atrevería a preguntar por fin.


— Tú… —Murmuró dubitativo—. ¿Tú quieres hijos? —Soltó finalmente.


La pregunta lo tomó completamente con la guardia baja, haciendo caer un absoluto silencio sobre ambos. Silencio que fue roto súbitamente por Sehun, quien no pudo evitar soltar una carcajada que puso la cara de Luhan color rojo y volvió su preciosa carita en una mueca de disgusto.


— ¿Por qué rayos te estás riendo? —Espetó indignado.


— Mi amor, soy un jodido mocoso. ¿Qué rayos te hace pensar que quiero niños? ¿Quién me los dará de todos modos? —Habló entre risas—. Yo solo te tengo a ti y no creo que sea científicamente posible, pero me comprometo a intentarlo con entusiasmo a partir de hoy si ese es tu deseo —dijo de forma bromista mientras movía las cejas sugestivamente.


— Obviamente no me refería a que si los querías ahora mismo, si-sino a futuro —explicó abochornado—. Además, soy un hombre, ¿cómo diablos te voy a dar hijos ahora o en algún futuro? Eres un tonto—bufó.


El más alto continuó riéndose por un rato más, Luhan resopló irritado y él esperó paciente a sabiendas de lo que haría. Lo vio ponerse de pie y rápidamente tomó su mano, tirando con firmeza hasta hacerlo caer en su regazo y atraparlo entre sus brazos.


— Por supuesto que no los quiero, por eso tus hermanos tendrán hijos. De ese modo tú y yo podremos mimarlos y ser los tío geniales a los que irán a buscar cuando se escapen de casa por primera vez —dijo alegremente.


La respuesta dejó aturdido al chico que pretendía pelear para escapar de su abrazo y esos bellos ojos castaños lo observaron con profundo asombro. Algo de lo que casi se rió.


— Tú… —Dudó en continuar, desviando la vista—. ¿De verdad te imaginas un futuro tan largo a mi lado? —Murmuró.


— Sí —sonrió ampliamente—. ¿Tú no?


— Yo… —Sus miradas volvieron a conectar—. Prefiero vivir en el ahora, justo como estamos. Es decir… ¿Qué tal si te enamoras de alguien más? ¿Y si no soy lo que esperabas? ¿Y si deseas tener hijos? ¿Qué tal…?


— ¿Y si muero mañana? —Interrumpió sorprendiendo a Luhan—. ¿Y si tú te aburres de mí?


— Yo no…


— El futuro es incierto, también da miedo y por eso, como tú mismo acabas de decirlo, prefiero vivir en el ahora. En este momento en el que puedo mirarte a los ojos y sentirme seguro de que quiero estar contigo en un para siempre con el que he soñado desde que somos niños.


Luhan se quedó mudo, sus mejillas se pintaron de rojo y sus labios temblaron levemente. Todo ello hizo que el corazón de Sehun se sintiera cálido y estiró su mano derecha para acariciar con ternura una de esas sonrosadas mejillas.


— Eres la única persona que me ha hecho pensar que puedo ser mejor persona, quien me ha motivado a esforzarme porque al final, tal vez te sientas orgulloso de mí. Fue el hecho de conocerte quien me dio un empujón para avanzar hacia adelante y hacerme ver que yo también podía tener sueños, metas y aspiraciones. Es por eso y por miles de razones más, que si me preguntas ahora si eres tú la persona a la cual yo quiero amar ahora y en el futuro, yo voy a responder que sí sin dudarlo.


— Sehun —susurró sin poder decir nada más.


— En el futuro, si se puede, nosotros también podemos tener un hogar cálido y hermoso con solo dos personas y un viejo perro mimado. ¿Verdad?


Luhan asintió torpemente, incapaz de hablar a causa del nudo en su garganta. Sehun sonrió con mayor dulzura y lo estrechó entre sus brazos.


Un sonido tímido y vacilante los interrumpió repentinamente y al mirar en dicha dirección, se toparon con la expresión extremadamente conmovida de LiXue, que llevaba un pequeño cuenco en sus manos.


El más alto se rió un poco debido a la situación, para posteriormente acercarse a la hermosa mujer y tomar el cuenco para probar el contenido. La respuesta fue muy positiva y ella gritó de alegría al saberlo.


Justo esa fue la escena que su madre encontró y tan pronto como la entusiasmada LiXue le contó sobre lo mucho que sabía Sehun, su madre no lo dejó ir fácilmente. Aunque Sehun tampoco parecía querer escapar de todos modos.


Lo contempló con atención, sonriendo como un ángel a su madre y a su cuñada. Tan brillante, impresionante y perfecto como le había parecido incluso aquella primera vez se habían visto. Sonrió ante el recuerdo de ello, porque todavía en ese momento no podía creer que realmente se había asustado cuando lo había visto levantarse con el ceño fruncido luego de que su pelota chocara con él.


En ese momento, pudieron haber pasado tantas cosas…


Sehun pudo haberle gritado. Tal vez pudo haberle dado la pelota y no prestarle mayor atención. Incluso, pudo haber pasado que él no hubiera estado ahí en absoluto y entonces nunca hubieran hablado.


Sin embargo, sus caprichosos destinos quisieron que coincidieran aquel día, quiso ponerles pruebas para asegurarse que valía la pena dejar a un par de niños tontos juntos y tal vez, mantenerlos así por mucho tiempo.


Ciertamente daba miedo pensar en el futuro, porque millones de cosas podían pasar al día siguiente, pero…


Si en ese momento, a Luhan le preguntaban, él también quería amar a Sehun en un para siempre incierto.


— No lo pienses demasiado.


Luhan reaccionó al escuchar la voz de su cuñada. Ella le sonreía ampliamente mientras se sentaba a su lado y miraba en dirección a su suegra y el encantador joven que, aunque tal vez Luhan no había notado, estaba aprendiendo a hacer su platillo favorito.


— No es mejor vivir un día a la vez.


— Lo es —coincidió—. Sin embargo, no puedo evitar preocuparme cuando siento que algo no va bien.


— Estoy trabajando en ello —afirmó solemne.


— Lo sé. Aun así no me gusta no hacer nada —murmuró.


— ¿Tienes algo en mente?


— Creo que sí.


— Te escucho.


— Hay una persona que aunque no tiene relación alguna conmigo más que una extraña amistad, estaba realmente involucrado en el caso y, además, conocía mucho mejor que yo a Oh Minho. Es por eso, que si no te resulta inconveniente, me gustaría que me acompañaras a visitarlo mañana.


— Por supuesto.


Luhan asintió seriamente, cambiando su semblante justo a tiempo para que su madre y Sehun no notaran nada extraño. Se puso de pie con una sonrisa natural pintada en los labios y caminó directo a dos de las personas que atesoraba en su corazón.


Sehun se despidió de él cuando el reloj marcaba las siete de la noche, haciéndole prometer que no iba a apagar su móvil esa noche.


El cumplió con la promesa, respondiendo al llamado cuando el reloj marcaba las tres de la mañana. Sonriendo tristemente al escuchar la voz alegre de Sehun, quien escondía tras ese entusiasmo la decepción y tristeza que venía al recibir respuesta al otro lado de la línea.


Ocultándole que estaba por volverse loco de desesperación tras una máscara que decía que todo estaba bien, con la cual lo recibió al día siguiente entre sus brazos, canturreando con voz dulce un amoroso saludo.


Luhan quería darle las gracias pero sabía en su corazón que al hacerlo, iba a empujarlo un poco más al borde al hacerle saber que no podía ocultarle que no estaba tan tranquilo como aparentaba. Él sabía que Sehun quería ser un pilar inquebrantable para él y lo era, únicamente que él pensaba que no podía parecer débil o no serviría de nada para Luhan.


El conocimiento del cómo Sehun también estaba siendo arrastrado por sus demonios, simplemente lo hacía sentir más desesperado por averiguar la verdad.


— Buenos días.


El animado saludo de Kyungsoo lo arrastró fuera de sus pensamientos, recordándole dónde estaba. Sehun saludó de vuelta y él apenas murmuró algo, mirando con desagrado como él se colocaba al costado izquierdo de su novio y comenzaba a hablar sin parar.


Él por su parte suspiró y terminó por ignorar al chico mientras caminaban. Prestando atención únicamente cuando Sehun se despidió.


Particularmente, a Luhan le gustaba pensar que no era alguien que gustara de actuar como alguien inmaduro, tampoco se consideraba así mismo celoso o al menos habían existido pocas ocasiones en las que se había sentido de ese modo. Sin embargo, esa mañana y contrario a su comportamiento habitual, él besó los labios de Sehun como despedida solamente para que él lo viera.


Su aguda y fría mirada era algo que Luhan había aprendido a no ignorar. Aun así fingió no notarla y centrar toda su atención en el sonriente chico frente a él. Le sonrió de vuelta, susurrando un simple adiós antes de dirigirse a su puesto. Kyungsoo se quedó con Sehun solamente un instante más antes de que él finalmente se fuera.


Al llegar a su puesto, lo primero que los ojos de Luhan captaron, fue un extraño sobre que descansaba solitario en la superficie de su escritorio. Lo tomó con curiosidad en busca de algo que le explicara qué era pero el sobre estaba completamente en blanco.


Dudó un segundo en abrirlo, por temor a que no fuera para él y estar entrometiéndose en la privacidad de alguien más. Sin embargo, parecía ser la única forma de saber si era para él o para alguien más por lo que lo abrió a final de cuentas.


Al hacerlo y ver finalmente el contenido, sintió su respiración atorarse mientras las viejas y familiares imágenes estaban frente a sus ojos. Una sensación helada comenzó a subir por sus brazos, extendiéndose a todo su cuerpo, dicha sensación acompañada de un miedo atroz.


La voz viciosa de Minho sonaba en su mente, riendo a carcajadas mientras le repetía las mismas palabras que le había dicho aquella vez en la que había empujado esas mismas fotografías en su cara para obligarlo a ver.


«¡Míralas! Ve por ti mismo lo idiota que fuiste al elegir a esa ramera que se abría de piernas al chasquido de mis dedos… »


Esa frase se entremezcló con los latidos de su corazón que sonaban en sus oídos. Todo pareció distorsionarse mientras algo le gritaba con terror que él estaba de vuelta e iba a buscarlo.


Apenas captó una ligera risilla en el aire y se volvió preso de una ansiedad enloquecedora, mirando a los pocos ocupantes del lugar con ansiedad.


— ¡¿Quién fue?! ¡¿Quién hizo esto?! —Rugió.


Ellos lo miraron con completa confusión y molestia, haciéndolo sentir como si no fuera más que un maldito loco. Casi se rió de sí mismo por alguna razón, mientras tomaba esas malditas fotografías y salía de ahí con la sensación de dolor en el pecho.


Conociendo muy bien esa sensación, no estaba dispuesto a que ellos presenciaran cómo se veía sufriendo de un ataque de pánico y una vocecita temblorosa en su cabeza también sollozaba llamando el nombre de Sehun.


— ¿A dónde crees que vas?


Esa voz fría, cargada de hostilidad lo hizo petrificarse y el agarre brutal en su muñeca se sintió como si su piel ardiera. Asustado, sus ojos miraron a la persona que acababa de detenerlo y se encontró con la despiadada imagen de Kyungsoo.


— Ya deja de causarle problemas.


— T-Tú…


— No eres más que una carga para él y aunque lo sabes, no dejas de atormentarlo con problemas que son solo tuyos —sentenció fríamente—. Eres patético —escupió con asco.


— ¿Quién demonios te crees tú para…?


— Yo no soy como tú, a mí realmente me importa Sehun y no me sentaré a que egoístamente finjas que no ves cómo estás hundiéndolo con todo este lamentable teatro tuyo. —Luhan apretó los labios, sin saber que responder, además de derramar las lágrimas de rabia que nublaban su visión—. ¿De verdad todavía tienes cara para decir que lo amas? —Bufó—. Tú nunca lo has merecido.


— ¡Cállate!


— Es duro afrontar la verdad, ¿cierto? —Sonrió con desprecio—. Sin embargo, yo no soy como tus patéticos amiguitos, yo simplemente no voy a sentarme a sentir lastima por ti. A diferencia tuya, yo realmente me preocupo por Hun y no planeó sentarme a ver como continuas haciéndole daño.


— Y-Yo no…


— Si planeas seguir hundiéndote en la miseria, deja de ser egoísta y hazlo solo. Ten un poco de vergüenza y deja de ser una carga para él.


Él apretó los labios con fuerza, tragándose la patética excusa con la que había querido defenderse de todas las venenosas palabras ajenas, pero…


¿No eran todas ellas verdad?


Al verlo derrotado, ese perverso ser oculto tras una máscara de inocencia frente a otros, bufó liberando su brazo con búsquedas y dándole una mirada de advertencia antes de marcharse.


Dejando a Luhan con una marea de sentimientos luchando por desbordarse; rabia, miedo, tristeza, frustración y culpa.


Algo en él quería sentarse a llorar por todo, mientras que otra parte le pedía arrasarlo todo. Todo era caótico y lo único que realmente pudo hacer fue quedarse ahí, mordiéndose la lengua para no dejar salir nada y cerrar los ojos para detener las lágrimas a la fuerza.


Varios minutos después, volvió a su salón de clases. Recibiendo una mirada preocupada de Haneul a la cual susurró un quedo: "no es nada". Por otro lado, le lanzó una mirada feroz al chico al fondo del aula, quien le sonrió con malicia.


Aquel sentimiento de desprecio solamente creció un poco más. Algo venenoso se arrastraba en su interior y las fotografías que había esa misma mañana se sentían como el más asqueroso secreto ocultó en su mochila.


Sehun parecía especialmente feliz ese día y solamente por ello, Luhan mismo se encontró sonriendo con facilidad, todavía consciente de que ese despreciable sujeto lo vigilaba por un lado mientras que por el otro fingía una sonrisa inocente para Sehun.


Baekhyun estaba a punto de reventar de rabia y Luhan conscientemente ignoró su mirada de reproche, mientras se hundía en sus pensamientos y tomaba nota de todo lo que antes había querido ignorar. Todo eso era demasiado extraño, siempre lo había sido y planeaba llegar al fondo de eso que no lo quería dejar en paz.


Por eso mismo había decidido buscar respuestas en una de las personas que no había considerado cuestionar por lo mucho que le debía. Sin embargo, necesitaba respuestas y tras explicarle todo eso a su cuñada esa misma tarde, además de sus dudosos descubrimientos, ella apoyó totalmente su plan.


— ¿Crees que él realmente haya visto alguna vez a esta persona que Minho apreciaba tanto?


— No lo sé, probablemente tampoco lo va a admitir.


— ¿Para qué iremos a ver a este amigo tuyo entonces? Es decir, él no dirá nada según tus suposiciones.


— Es solamente para confirmar que aquella persona no es un producto de mi paranoia.


— ¿Será acaso que hay alguien de quién sospechas?


— Lo hay —asintió—. Sin embargo, necesito saber todo lo que pasó antes de hacer algo en su contra.


— De acuerdo, vayamos a entrevistarnos con este amigo tuyo —sonrió animada.


Luhan asintió guiando el camino para ella, sintiéndose realmente nervioso cuando finalmente llegaron a su destino.


— Es aquí —anunció para hacer que su cuñada se detuviera.


— Esta casa…


Luhan se detuvo en la tarea de quitar su cinturón de seguridad al escuchar la voz de su cuñada, volvió su mirada directo a ella y la confusión se apoderó de él al ver la expresión un tanto impresionada de la hermosa mujer.


— Lixue jiějiě, ¿pasa algo? —Preguntó preocupado.


— ¿Quién dijiste que vive aquí? —Interrogó ella seriamente.


— Esta es la casa de JunMyeon g“g“, es el amigo que te mencione, el que estuvo muy involucrado con todo el caso y conocía más de Minho y sus negocios que nadie.


— Ya veo —habló serenamente—. Vayamos entonces.


Luhan asintió animadamente, bajando rápidamente del auto y corriendo al portón de la impresionante residencia. Tan pronto dijo su nombre, la entrada les fue concedida y cruzaron el gran jardín central. La amable sonrisa del mayordomo principal de la mansión los saludo cuando la elegante puerta estaba abierta.


Lay bajaba de las escaleras con una gran sonrisa que de la nada se había esfumado, su rostro se volvió sombrío y Luhan solamente pudo detenerse en su lugar completamente confundido y algo asustado al ver la expresión ajena.


— ¿Qué diablos haces tú aquí? —Espetó con agresividad.


El menor estaba en blanco, sin tener idea de que responder a esa actitud tan hostil. La hermosa mujer a su lado dio un paso adelante, una sonrisa tranquila dibujada en sus labios mientras hacía una elegante reverencia frente a Lay.


— Un gusto verlo una vez más, joven Kim.


— Es Zhang —corrigió groseramente—. Desafortunadamente para ti, yo no puedo decir lo mismo, Qiao Lixue —gruñó bajando el tramo de escaleras que quedaba—. Pensé que JunMyeon g“ había disuelto el compromiso.


La expresión, de por sí ya desencajada de Luhan empeoro, desviando su incrédula mirada a su hermosa cuñada. Ella sonreía suavemente, obviamente nada afectada por la hostilidad con la que Yixing estaba tratándola.


— Así fue —aseguró.


— ¿Por qué diablos estás aquí entonces? —Exigió saber.


— Esto es más como un asunto profesional, no tiene nada que ver con lo personal —afirmó con calma.


Lay hizo una mueca y seguidamente un ademán que le indicaba al mayordomo que fuera a buscar a JunMyeon. El hombre corrió ansioso por escapar de la pesada atmósfera de hostilidad y en secreto Luhan se sintió envidioso de él.


Lay no se movió de su lugar, fijando su mirada espeluznante en su cuñada, quien parecía realmente tranquila. Luhan sentía que estaba sudando frío y justo cuando estaba por actuar y dejarle en claro que ella ya estaba casada. La elegante figura de Suho apareció.


— Te buscan —masculló Lay.


La mirada desconcertada del mayor barrió la habitación hasta aterrizar en la delgada figura de la única dama dentro del lugar. Su expresión fue de total sorpresa, antes de inteligentemente moverse e ir al lado de Yixing en lugar de saludar antes a la bella mujer.


— Encantada de volver a verlo, señor Kim —dijo educadamente, al tiempo que hacía una reverencia educada.


— Señorita Qiao, esto es una verdadera sorpresa —respondió con la misma elegancia y educación—. Es también un placer volver a verla. ¿Recuerda a Yixing, mi pareja?


Aquel fue un excelente movimiento, Luhan lo supo en el segundo en que vio la sonrisa satisfecha surcando los labios de su amigo.


— Por supuesto, mis sinceras felicitaciones a ambos —habló con un tono de completa sinceridad.


— ¿Y a qué debo su sorpresiva visita, señorita Qiao?


— Ya no es Qiao, ese era mi apellido de soltera —corrigió con orgullo—. Y hoy vengo en representación de mi querido cuñado, Wu Luhan.


Todos los ojos entonces aterrizaron en Luhan, a quien anteriormente todos parecían haber ignorado. Él solamente pudo sonreír algo nerviosamente y saludar con un murmullo a ambos mayores.


— ¿Su cuñado?


— Sí, me case hace tres años con su hermano mayor, Wu Yifan —explicó con alegría.


— Oh, ya veo —hizo una mueca de desagrado—. Mis más sinceras condolencias.


— ¿Qué? —Luhan frunció el ceño.


— No te ofendas, Hannie, pero he tenido la desdicha de conocer a tu hermano mayor y es un dolor en el…


— Señor Kim, por favor no hable mal de mi querido esposo.


— Bien, en consideración con la señorita Qiao es que no diré nada más. Sin embargo, ¿ustedes todavía no me dicen a qué se debe esta sorpresiva visita suya exactamente? —Soltó tranquilamente.


— Disculpe las molestias, señor Kim. No nos hubiéramos tomado este tipo de libertades si el asunto no fuera sumamente importante —habló LiXue—. El motivo de nuestra repentina visita es debido a que nos gustaría hacerle algunas preguntas.


— ¿Sobre qué?


— Sobre Oh Minho.


La expresión del mayor se oscureció e inmediatamente sus ojos aterrizaron en el hombre más joven del lugar. Luhan mantuvo una expresión impasible, como un mudo mensaje que advertía que no saldría de ahí sin obtener lo que quería.


— Vengan conmigo, este no es el lugar adecuado para atender a las visitas —dijo seriamente.


LiXue suspiró, desviando su vista a su pequeño cuñado para sonreírle alentadoramente mientras seguían al extraño hombre. Lay los acompañaba y en su rostro no había una expresión mejor que la de su pareja.


Tan pronto llegaron a la nada modesta sala de estar, el hombre ordenó que les sirvieran algo para beber y tras cumplir con su orden, se le ordenó a la servidumbre no molestarlos por nada del mundo.


— Mi pequeño cuñado me informó ya que usted estuvo muy involucrado en la investigación para atrapar a los culpables del crimen que se cometió en su contra. —LiXue se adelantó sin dejar al otro abrir la boca siquiera—. En nombre de mi querido esposo y mío, le expreso mi más profundo agradecimiento.


— No es necesario —aseguró—. Luhan es un amigo muy especial para mí. No hay algo que yo no haría por él si estuviera en mis posibilidades.


— Es maravilloso escuchar eso —sonrió con astucia—. Eso me tranquiliza y me asegura que contare con su absoluta cooperación.


Al escucharla, tanto el mayor como su joven pareja fruncieron el ceño, aunque ninguno dijo algo que contradijera las palabras de la brillante dama. Luhan casi sonrió por ello, poniendo toda su atención en el mayor de todos.


— ¿Conociste al segundo al mando de Minho? —Soltó sin más rodeos.


JunMyeon se tensó y eso fue suficiente para comprobar que esa persona existía. Lo único que sabía obtendría del mayor y lo único que realmente había querido desde un inicio.


— ¿Segundo al mando? —Habló tras recomponer su semblante—. ¿Qué no era acaso que obligaba a Sehun a actuar como tal con sus chantajes?


Fue turno de Luhan de tensarse e inmediatamente se estuvo de pie, lanzándole al hombre una mirada feroz que obviamente él no esperaba en absoluto.


— Retira eso —exigió entre dientes.


— Luhan… —Llamó nerviosamente Lay.


— ¡Retira eso ahora! —Exclamó furioso.


— De acuerdo, de acuerdo. Lamento haber dicho eso —dijo apenado—. No fue mi intención hacerte enojar, tiánmì de tiānshǐ.


— Luhan, cariño, está bien —llamó dulcemente LiXue—. Siéntate y escuchemos lo que el señor Kim tiene para decirnos —sugirió.


Él obedeció, todavía con un amargo sabor de boca y el enojo burbujeando dentro de él. JunMyeon suspiró, mirándolo con mucha cautela antes de finalmente atreverse a hablar una vez más.


— Si bien es cierto que estoy familiarizado con el cómo ese bastardo manejaba a ese grupo de perros suyos, nunca tuve la oportunidad de ver a su segundo al mando —aseguró.


El menor supo al instante que mentía pero no lo dijo, apretando los puños silenciosamente para contenerse de ir sobre el hombre y exigirle que dijera la verdad.


— En ese entonces, yo solamente sabía que tenía un nuevo talento, por llamarlo de alguna forma, entre los suyos. Mis hombres solamente pudieron averiguar cómo era que los lacayos de Minho se dirigían a él, puesto que hasta su rostro era desconocido. Ellos lo llamaban…


— General —concluyó Luhan—. Lo sé.


— Exactamente —asintió—. Esta persona era alguien a quien Minho le daba bastantes tareas importantes, según mis fuentes. Fue por ello que asumí que era él aquel segundo al mando que algunas vez escuche que Minho tenía. No podía imaginar en ese momento que en realidad era él tratando de joderle la vida a su hermano menor —explicó.


— ¿Estás seguro de nunca haber visto a esa persona? —Presionó Luhan.


— Como dije, pese a haber escuchado de su existencia, nunca vi su rostro —aseguró—. Asumo que probablemente dicha persona es aquel hombre que murió a su lado.


Luhan apretó los dientes, obligándose a contenerse y recordándose a sí mismo que ya sabía de antemano que ese sería el resultado de ir a cuestionar al mayor.


— ¿Ji Won g“, está aquí? ¿Podría verlo?


Él ni siquiera trató de ocultar lo mucho que le disgusto escuchar eso. Aun así, asintió y llamó a uno de los sirvientes para ordenarle traer a Bobby ante ellos.


— ¿Me llamo, señor? —Habló el muchacho, quince minutos más tarde.


Había una inusual aura de silenciosa tensión en la espaciosa y elegante sala de estar. Algo que apenas lo hizo atreverse a levantar la mirada del suelo e instantáneamente una sonrisa floreció en sus labios al ver a Luhan ahí.


— ¡Hannie! —Chilló felizmente—. Que sorpresa que nos visites.


— Luhan está aquí para hacerte unas preguntas, Bobby —explicó el mayor. Sin embargo, fue obvio para Luhan la advertencia de mantener la boca cerrada en los ojos oscuros del mayor.


— Claro. Responderé las preguntas que tengas para ayudarte, Hannie—afirmó falsamente.


— ¿Quién era el segundo al mando de Minho? ¿Cómo era? ¿Dónde está ahora? —Interrogó sin piedad.


Bobby palideció luego de escuchar la ola de preguntas del menor, su semblante también le dejó en claro que no iba a engañarlo con un par de palabras vacías o una mentira cualquiera. Él mismo quiso preguntar cuánto era que el menor sabía, pero era imposible para él decir cualquier cosa.


— Su segundo al mando era Yoon, un hombre que conociste y bueno, respecto al paradero, tú mejor que nadie sabe dónde es que él está —respondió tratando de mantener una expresión que no dejara duda de sus palabras.


Al menos la bella mujer a un costado del pequeño asintió convencida de sus palabras y aunque no hubo aprobación verbal, sabía que su jefe estaba bastante satisfecho con su forma de manejar la situación.


— Bueno, creo que eso aclara las cosas —dijo con calma JunMyeon.


Una sonrisa incrédula se extendió en los labios del menor, guardándose todo lo que quería decir respecto a todo lo que se había dicho. En su lugar, se puso de pie ante la atenta mirada de todos los presentes.


— De acuerdo —masculló—. Nosotros no tenemos más preguntas. Gracias por recibirnos y disculpa por importunar. —La expresión del mayor se volvió extraña al escucharlo, como si supiera que había cometido un error—. LiXue jiějiě, vámonos —pidió.


La bella mujer asintió confundida, aceptando la mano que el muchacho le ofrecía para ayudarse a estar en pie una vez más. Al ver esto, JunMyeon inmediatamente se levantó de su asiento también para detenerlo, sabiendo que algo iba mal.


— Luhan —llamó con preocupación—. ¿Pasó algo? —Interrogó seriamente, sin dejar de mirar solo al menor.


— La pesadillas volvieron —admitió.


La expresión del mayor se hizo aún más desagradable, y aun así había un destello de ternura en sus ojos fijos en el más joven.


— ¿Qué dice el incompetente de tu psiquiatra?


— Que no es más que culpa —respondió mordaz—. Sin embargo, yo no soy tan estúpido.


— ¿Qué quieres decir?


— Yo sé que algo va mal y no tiene nada que ver con la culpa —sentenció, sin detenerse en su objetivo de salir de ahí.


— ¿Qué más podría ser? —Insistió, interponiéndose en el camino del más joven.


— No sé, pero llegaré al fondo de este maldito asunto a como dé lugar. Ahora, fuera de mi maldito camino —ordenó agresivamente, dejando al mayor pasmado.


— Luhan, ¿qué rayos…?


—Cierra la boca —exigió, sorprendiendo completamente a Bobby—. No me crean estúpido. Lo que sea que no me estén diciendo, lo sabré con o sin su ayuda.


— ¿De qué hablas, tiánmì de tiānshǐ? —Interrogó JunMyeon, mirándolo con angustia—. Respondimos a todo lo que preguntaste. ¿Qué más podría haber?


— ¿Qué más podría haber, dices? —Soltó con burla—. Tú sabes que esto no es todo.


— Lu…


— Las razones que tengan para ocultar a ese sujeto no me importan un demonio, eso no va a detenerme de sacar de mi camino aquello que representa un peligro para mí y los que amo.


— Luhan, basta —pidió Bobby nervioso—. Te dije la verdad, ese hombre…


— ¡¿Y quién más hizo esto entonces?! —Grito. arrojándole al mayor las fotografías que esa misma mañana habían aparecido en su escritorio—. ¿Un maldito fantasma? ¿O pensaran que fui tan imbécil como para guardar las malditas cosas como un puto recuerdo?


LiXue estaba horrorizada y Bobby parecía estar a punto de derrumbarse al ver esas imágenes. El rostro de JunMyeon era una mueca de desagradable confusión y Lay parecía aún peor que él.


— No estoy loco —afirmó con decisión.


Suho permaneció mudo e inmóvil delante del pequeño joven que declaraba eso pareciendo suplicar que creyeran en sus palabras. No pudo, o mejor dicho, no reaccionó a tiempo para detenerlo en esa ocasión. Dejando que la bella mujer que lo acompañaba, lo sacara de ahí apresuradamente.


Ella lo llevó rápidamente al auto, mirándolo con la clara interrogante que decía que le dijera qué hacer. Él le sonrió a medias, alcanzando su mano para estrecharla con mucha suavidad.


— ¿Podría llevarme jiějiě a un lugar? —Murmuró.


— Por supuesto que te llevaré con Hunnie —sonrió débilmente también, arrancando el motor para sacarlo de ese lugar.


Emprendiendo el camino al único lugar que todavía podía hacer que su pequeño cuñado se sintiera seguro.


 


***


 


Apenas reaccionó un par de segundos más tarde, levantando la mirada para buscar el rostro devastado de Luhan y jurarle que no había forma de que él creyera que estaba loco. Sin embargo, el lugar donde él había estado de pie, ahora estaba totalmente vacío.


Él no estaba más y en su lugar, había una fotografía de aquel bastardo que seguía persiguiéndole aún después de muerto. Su maldita sonrisa viciosa resaltaba como si la restregara en su cara y le dijera que una vez más le había ganado.


La turbación en la que estaba inmerso pronto se volvió ira y enfurecido se volvió en dirección a un atontado Bobby, quien permanecía inmóvil con una de las fotografías en sus manos y una mueca de terror puro.


— JunMyeon, no —llamó rápidamente Lay—. Escucha, esto…


— Señor, ya tengo el reporte que me pidió.


La voz de Kai fue como pólvora en medio de un incendio. Lay ni siquiera pudo reaccionar a tiempo antes de que su pareja ya hubiera empujado violentamente a su querido hermano contra una de las paredes.


— JunMyeon, detente —pidió alterado, corriendo para tratar de separarlos.


— ¡Te lo advertí! —Vociferó—. ¡Te dije que mantuvieras a raya a tu pequeña peste!


— Basta, basta. Te digo que lo dejes ir —exigió ansiosamente Lay.


Kai no tenía idea de qué demonios sucedía y únicamente podía tratar de alejar las manos que trataban de asfixiarlo. Y en medio del caos, todavía escuchaba una voz que le recordaba que no podía hacerle daño a su hermano mayor.


— ¿De qué mierda hablas? —Soltó en medio de su inútil forcejeo.


— De ese maldito perro tuyo —masculló entre dientes—. Te advertí que debías mantenerlo lejos de Luhan. ¡Te dije que lo mataría si se le acercaba!


La mención del pequeño y adorable chiquillo fue suficiente para saber que el problema era Kyungso y ante ello, la voz que le recordaba cómo actuar, fue arrojada a un lugar donde nadie podía escucharla y las manos del hombre empujaron violentamente a Suho.


— ¡No! —Gritó Lay.


Un golpe fue lo siguiente, seguido de una voz que gritaba que se detuviera. Su cuerpo se paralizó al ver el hilo de sangre bajar por una de las comisuras de los labios de su hermano mayor y fue incapaz de evitar el golpe que vino de vuelta.


— ¡Deténganse! —Exigió Lay desesperado—. ¡Bobby, reacciona con una mierda!


Ante ese último grito, el muchacho fue arrastrado de vuelta al presente y se apresuró a llegar hasta donde Lay luchaba por impedir que los dos hermanos se matarán a golpes. Sujetando firmemente a su jefe mientras Lay se encargaba de Kai, que además parecía ser el más cuerdo entre los dos.


— Señor Kim, cálmese por favor —pidió suplicante.


— ¡Basta, joder! —Gritó Lay y ellos parecieron reaccionar—. Son hermanos con un carajo, dejen de pelear como un par de bestias.


Ambos hombres parecieron calmarse al escuchar los gritos furiosos y algo desesperados del menor de ellos. Kai dejó de luchar contra él y se recompuso, todavía lanzándole una mirada feroz a su hermano mayor.


— Lo siento, Xing, Esto no hubiera llegado tan lejos si tu jodido novio no…


— Te dije que la maldita rata era una basura al igual que su puto amo.


— Tú… —Gruñó.


— ¡Te ordene alejarte de él! ¡Te advertí que te estaba engañando! —Rugió, haciéndolo callar de golpe—. ¡Pero tuviste que ir contra mis malditas órdenes!


— ¡¿De qué mierdas estás hablando?! —Vociferó igual de furioso—. Kyungsoo es un buen chico....


— ¡¿Qué rayos significa esta mierda entonces, Kai?! —Ladró rabioso, arrojando a su cara aquellas fotografías—. ¿Quién más tendría esta porquería y se las haría llegar a Luhan sino ese maldito mocoso?


Él las miró incrédulo, sintiendo algo quebrarse en su interior mientras un amargo sentimiento se filtraba desde su corazón.


— Te lo dije mil veces, pero me suplicaste que no hiciera nada en contra suya, me rogaste de rodillas que lo dejara ir y me juraste con tu vida que esa porquería era diferente a su puto amigo —escupió con desprecio.


— JunMyeon, basta —pidió Lay suplicante, incapaz de ver la imagen devastada de JongIn.


— Permití que saliera ileso con la condición de que lo sacaras del camino de Luhan y su novio. ¿Y qué diablos obtuve? —Cuestionó rabioso—. ¡Está mierda donde quedo como un puto traidor ante ese chico al que jure proteger!


— Yo… Esto…


— Lo dejé pasar una vez, Kai —sentenció.


— ¡Él no lo hizo! —Exclamó presa de la desesperación al saber lo que esa frase significaba.


— ¡JongIn!


— ¡Te digo que no lo hizo! —Insistió, dejándose arrastrar por el pánico—. Lo juro, hyung —soltó como último intento.


— ¿Tan ciego estás? —Inquirió con lástima.


— Esto es mi error, me haré responsable de él. Sólo… Sólo déjalo ir por esta ocasión —suplicó.


— Tú…


— Me haré cargo, tienes mi palabra —insistió.


Suho lo miró de una forma que encontró nauseabunda. Sin embargo, ¿qué más podía hacer sino suplicar una vez más por ese pequeño mentiroso y manipulador demonio al cual se había encariñado tanto?


— Kyungsoo es un buen niño —aseguró con un débil susurro—. Todo este tiempo que he estado a su lado no puede ser solo un acto.


— ¿JongIn, tú…? —Musitó incapaz de continuar la pregunta.


— Todo este tiempo, he sido tu más fiel sirviente. He hecho cada cosa que me has pedido sin quejarme o cuestionar nada. Me lo debes, JunMyeon —dijo contra sí mismo, a pesar de haberse jurado nunca usar eso contra su hermano, contra su sangre—. Por favor.


El mayor apretó los puños, mirándolo dolorosamente, antes de aceptar con resignación. Impotente ante la imagen lamentable de su pequeño hermano, ese mismo en el que egoístamente nunca había pensado y él mismo que lo había seguido ciegamente, sacrificándose una y otra vez por él. Le dolía el corazón al verlo así, no tenía armas contra ello y odio incluso más a ese pequeño monstruo.


— Aléjalo de Luhan, JongIn —soltó finalmente—. No voy a dejarlo pasar por tercera vez, así que hazte cargo o no voy a tocarme el corazón una vez más.


Kai asintió, haciendo una perfecta reverencia a su hermano mayor para agradecerle por lo que hacía en su nombre. Él apenas pudo soportar verlo, enviándolo fuera al instante. Bobby corrió tras él y solo en ese momento, se permitió hacer una mueca de dolor.


En medio del silencio y el conflicto en su corazón, que gritaba que era un bastardo por nunca haber protegido a quien siempre había sido tan leal a él, alguien tomó su mano con suavidad y al mirar en esa dirección, se topó con la mirada suave y preocupada de Yixing.


— No es tu culpa, JunMyeon —aseguró con su dulce voz.


— No, debí insistir más. Debí alejarlo de ese demonio cuando aún no era tan importante para él —murmuró arrepentido.


— Encontraremos una solución —prometió, besando la misma mano que antes sostenía.


Asintió como un autómata, dejándose envolver en el cálido abrazo del hombre que adoraba con toda su alma, creyendo sus palabras al ser lo único a lo que aferrarse.


 


***


 


— ¿Y bien? —Preguntó impaciente.


La respuesta de Red una vez más fue negativa y Sehun maldijo furioso. El hombre lo observó en completo silencio, antes de actuar e ir a detener el arranque de furia del joven frente a él.


— ¡Sehun, cálmate! —Pidió seriamente—. No vas a resolver nada de este modo.


— ¡No pudo haberse esfumado de la nada! —Exclamó frustrado.


— Lo sé, lo sé —coincidió con voz persuasiva—. Sin embargo, tú sabías que existía una posibilidad de que él ya ni siquiera estuviera en Seúl.


La mirada iracunda del más joven lo golpeó con una sombría advertencia brillando en ella. Él se mantuvo en completa calma y suspiró suavemente antes de atreverse a poner una mano sobre el hombro del temperamental chiquillo.


— Escucha, esto todavía no es definitivo, aún falta que veamos a Bullet y Jack. Ellos definitivamente tendrán la información que buscamos. Así que mejor relájate y ve a casa —indicó con calma—. Deja que yo me haga cargo del resto.


Sehun maldijo por lo bajó, aceptando de mala gana la sugerencia de Red. Largándose del maldito lugar con impotencia y unas casi incontrolables ganas de destruir todo a su paso. Maldiciéndose para sus adentros por no poder hacer nada cuando Luhan más parecía necesitarlo.


Como si supiera que no estaba de humor al entrar, su prudente mascota no salió a recibirlo e incluso pareció frenar al pequeño Inkei, que simplemente volvió a su lugar luego de un ligero gruñido del contrario.


Un golpe en la puerta lo detuvo luego de haber dado apenas dos pasos, obligándolo a volver a regañadientes y ver quién demonios era para, tal vez, despacharlo rápidamente y poder tener un momento para poder hundirse en su frustración.


Al abrir la puerta, apenas pudo abrir la boca antes de verse preso de un abrazo asfixiante. LiXue lo saludo desde el auto y él a duras penas pudo asentir torpemente antes de ver el auto alejarse. Dejándolo por su cuenta con su adorable novio, quien en ese momento lo abrazaba sin emitir sonido alguno.


— ¿Bǎobèi Lù? —Llamó confundido y preocupado.


— Estoy muy enojado ahora mismo —murmuró sin mirarlo.


Sehun se tensó, repasando en su memoria cada segundo que había pasado con Luhan y así encontrar si había alguna razón por la que su precioso novio pudiera estar enojado con él. Sin embargo, no podía recordar nada.


— ¿Estás molesto conmigo o con alguien más? —Se aventuró a interrogar.


Luhan se encogió de hombros e hizo una especie de sonido que le hubiera resultado tierno, eso por supuesto, de no ser porque estaba sudando frío.


— ¿Cariño?


— ¿Crees que estoy enloqueciendo debido a las pesadillas? —Susurró.


Al escuchar eso, su cuerpo entero se congeló y acto seguido, obligó al otro a mirarlo a los ojos. Su corazón dolió al ver la expresión triste y decepcionada que no debería arruinar los bonitos rasgos de su pequeño ángel.


— ¿Quién se atrevió a decirte eso? —Gruñó—. Lo haré tragarse sus putas palabras.


Luhan frunció el ceño, manteniendo su boca sellada. Sus ojos castaños se desviaron a otro lugar y por último negó levemente.


— Nadie lo dijo, es solo... que siento que me miran como si estuviera loco cada vez que menciono que algo va mal y que no es solamente lo que mi psiquiatra dice —explicó afligido.


Sehun sintió otra punzada en su pecho, mientras estrechaba un poco más fuerte el cuerpo de Luhan. Tratando de hacerlo sentir seguro y reconfortado, recordándole que aunque el mundo le dijera que estaba en un error, siempre iba a tenerlo a él para creerle ciegamente.


— No importa si ellos no te creen, no dejes que eso te detenga —indicó—. Confía en ti mismo y mantente firme. Al final, ellos serán quienes se traguen sus palabras.


— Pero si ellos...


— No importan ellos. Tú no los necesitas, tampoco estás solo porque yo siempre estaré aquí para cuidar de ti y apoyarte.


Una sonrisa preciosa se dibujó en esos suaves labios que podría besar para siempre. Él juntó sus frentes, acunando su bello rostro y sonrió amorosamente para él.


— Ven, deja que te ayude a relajarte —ofreció.


Luhan se dejó llevar sin quejas, seducido por la sonrisa pintada en los labios del más alto. Hasta llegar a la habitación de Sehun y obedientemente se sentó sobre la cama.


— Espera aquí, ahora vengo.


Él asintió y permaneció en su lugar mientras el otro desaparecía. Por un instante, se sintió algo tonto ahí solo, meciendo sus pies y sonriendo como bobo.


Unos pocos minutos más tarde, Sehun apareció una vez más y tomó su mano para llevarlo a otro lugar. Al descubrir a dónde, Luhan se sintió sonrojar al mismo tiempo que la sonrisa en sus labios se ensanchaba.


Ya que Sehun tenía una creencia peculiar, después de todo. Algo que le había mostrado a Luhan hace algún tiempo y que debió haber sabido que iba a pasar de todos modos. Porque su novio creía que todo sería mejor tras un mal día con un baño de burbujas. Luhan casi de echo a reír al ver la bañera preparada y percibir un sutil aroma a lavanda.


— Vamos, siéntate aquí para que pueda quitarse los zapatos —indicó con dulzura.


Él obedeció, o mejor dicho, solo fue guiado a obedecer y dejando al más alto hacer lo que quisiera a final de cuentas. Sonrojándose tontamente cuando las piezas de ropa en su cuerpo se fueron desvaneciendo.


— ¿Por qué te sonrojas? No haré nada indebido —bromeó con un tonito travieso.


— L-La última vez dijiste lo mismo y… —El color en su rostro se volvió más brillante y él se rió por lo bajo—. E-El punto es que eres un mentiroso.


— Esta vez no, lo prometo —aseguró—. Ahora sé bueno y entra a la bañera para que pueda hacerte sentir mejor.


El chico lo hizo, hundiendo su cuerpo en bajo el agradable calor del agua y el suave aroma a lavanda, Sehun se movió hasta estar en el lugar idóneo y así tener el ángulo perfecto para poder lavar su cabello.


— Recuérdame porque te gusta hacer esto —pidió divertido, adorando secretamente la relajante sensación de las manos ajenas lavando su cabello.


— ¿Qué? ¿Te refieres a desvestir y lavar cuidadosamente el cuerpo que aparece en cada una de mis lujuriosas fantasías? —Soltó con un tono relajado que hizo reír a Luhan—. No lo sé, es una buena pregunta de hecho. Tal vez es algún fetiche raro mío.


Luhan se rió nuevamente, sintiéndose un poco adormecido. Sehun arqueó una ceja y en su cara se veía una clara advertencia cariñosa para que no se fuese a dormir. No era necesaria, aun así fue lindo de su parte.


— ¿Fue por eso que rechazaste como cuatro casas antes de esta porque no tenían bañera? —Bromeó.


— No fue por eso —bufó indignado—. El mentiroso de Oh Jung Sun, claramente solamente quiere hacerme quedar mal.


— ¿Y quién dijo que fue el tío Jung Sun quien me dijo? —Interrogó risueño.


— ¿Quién más podría hacerlo sino él? —Bufó.


— ¿Qué tal Jessica noona?


— ¿No es básicamente lo mismo? —Soltó, rodando los ojos—. Tan sólo mira cuánto tiempo va y ella no regresa. Casi estoy esperando que llame este fin de semana para decirme que se quedara a vivir con él.


Luhan se echó a reír con ganas, haciendo lo posible por no señalar que él se escuchaba igual que un niño celoso viendo como su mamá conseguía un nuevo novio.


— Te recuerdo que Jessica noona tenía vacaciones acumuladas que no había tomado, por eso le dieron más tiempo de lo usual. Además... —miró por encima de su hombro—, no crees que hacen bonita pareja.


— Si tú lo dices —murmuró pareciendo fastidiado pero Luhan sabía que en el fondo estaba feliz por su tío y la bella mujer—. ¿Qué crees que están haciendo ahora?


— ¿No te lo puedes imaginar? —Espetó con una mueca de asco algo exagerada—. Aunque, pensándolo bien… ¿No estarías interesado en hacer lo mismo? —Preguntó con un tonito descarado.


— Claro —sonrió ampliamente—. Aunque debo decir que es mi primera vez comiendo pizza mientras tomo un baño de burbujas —comentó seriamente.


— No te preocupes, con gusto yo… espera, ¿qué? —Habló confundido.


— ¿Tú lo has intentado antes? —Lo miró con curiosidad—. Es decir, ¿qué se supone que hagas si tu trozo de pizza se cae al agua?


— ¿De qué hablas, cariño? —Preguntó entre confundido y divertido.


— Pues de lo que propusiste sobre si quería hacer lo que tío Jung Sun y Jessica noona podrían estar haciendo ahora —dijo tranquilamente.


— ¿Qué tiene que ver lo que yo propuse con comer pizza mientras estamos aquí? —Interrogó entre risas.


— Obviamente, comer pizza fue lo que yo imaginé que ellos podrían hacer. ¿Tú que imaginaste? —Inquirió con curiosidad y falsa inocencia.


Sehun no pudo evitar sonrojarse un poco tras la pregunta, aclarándose la garganta para disimularlo patéticamente. Luhan al verlo casi no pudo contener una carcajada.


— Olvídalo, pediré la pizza pero definitivamente no la comeremos aquí —sentenció—. Ahora, termina aquí y colócate el cambio de ropa que dejaré en la cama antes de bajar a comer.


Él asintió obedientemente, riéndose con ganas una vez estuvo solo. En ese momento, ya ni siquiera recordaba que había estado enojado unos instantes atrás.


No demoró mucho más en esa habitación y una vez vestido con una cómoda pijama que claramente era de Sehun -quien obviamente gustaba de hacerlo vestir su ropa de vez en cuando-, salió del cuarto para buscar a su atento novio.


Fue primero a la sala de estar al imaginar que podría estar ahí esperando a que a la pizza llegara. Sin embargo, la habitación estaba vacía y nadie respondió a su llamado.


— ¿Sehun? —Intentó una vez más, dirigiéndose en esa ocasión a la cocina.


Ingresando a la habitación para revisarla, tristemente, esta también se encontraba vacía. Un poco confuso permaneció de pie justo ahí preguntándose si posiblemente él había salido a algún lugar.


— ¡Amor mío! —Exclamó Sehun mientras lo abrazaba desde atrás, sorprendiéndolo al punto de hacerlo saltar en su sitio y dejar ir un gritito vergonzoso.


— ¿Te has vuelto loco? —Espetó molesto, escuchando la risa contraria en su oído—. Casi me muero del susto —continuó reprochando.


Él continuó riéndose con ganas, estrechando en sus brazos un poco más fuerte el cuerpo del enojado joven que trataba de alejarse.


— Debiste ver tu rostro —soltó risueño.


— Eres un idiota —gruñó, cesando con sus intentos de liberarse.


Sehun se rió un poco más antes de darle como disculpa un beso en la mejilla, a lo cual él simplemente resopló. El distintivo sonido del timbre hizo a Sehun liberarlo, indicándole que obtuviera algunos platos y lo esperara en la sala de estar.


Diez minutos más tarde, ambos permanecían acurrucados en el sofá más amplio de la habitación, tratando de no ahogarse con la pizza al estar riéndose como maníacos a causa de la película que habían elegido ver.


Baekhyun llegó justo para encontrarse con dicha escena, los miró extrañado y curioso desvió la vista a la pantalla para ver qué era tan gracioso, encontrándose con una escena que las personas normales tal vez encontrarían angustiante en lugar de graciosa.


— Si saben que esa película no es de comedia, ¿verdad? —Inquirió mirando complicadamente a los otros dos.


— Lo sabemos, pero es tan mala que realmente te hace reír —respondió Luhan entre carcajadas.


El chico frunció el ceño, decidiendo que no iba a entrometerse más y prefiriendo sentarse para conseguir algo de pizza, colocando su entera atención en su móvil hasta que la película acabó una media hora más tarde.


Una vez las risas escandalosas de la pareja se detuvieron, él alzó la vista de su móvil con intenciones de decirles algo a los otros dos. Quedándose completamente mudo ante la cursi imagen que ambos protagonizan.


Luhan había dejado de estar correctamente sentado en el sofá desde quien sabe cuándo y se encontraba en ese momento descansando cómodamente en el regazo de su novio, quien acariciaba su rostro con suma ternura.


— Dios mío, eres tan malditamente hermoso —dijo con un tono cursi.


Repartiendo pequeños besos por cada centímetro del rostro contrario y Baekhyun frunció el ceño ante tan desagradable vista.


— ¿De qué hablas? —Interrogó risueño Luhan.


— Tienes los ojos más bonitos que he visto en mi vida y… —Él sonrió embelesado—. Joder, te juro que eres la cosita más preciosa y adorable que existe en el mundo.


Luhan se rió tontamente, entre tanto Baekhyun torcía los labios, sintiéndose algo asqueado ante tan cursi cuadro. Aunque, muy en el fondo, también estaba feliz de verlos tan relajados y felices tras todos los sombríos días pasados.


— Bien, ustedes me dan asco —bufó al no poder soportar ver cuán empalagosos eran ambos.


— Nos tiene envidia —murmuró Sehun.


— Vete al demonio, Sehun —resopló, avanzando a su habitación para terminar de resolver sus asuntos.


Como era algo obvio de suponer, Luhan pasó la noche en su hogar pero a la mañana siguiente no había rastros de la bonita sonrisa que había adornado el rostro que Sehun había halagado hasta el cansancio.


Al verlo, Baekhyun casi se echó a llorar de frustración, optando como mejor acción acercarse a su mejor amigo y tomar su mano para mostrarle una gran sonrisa consoladora, misma que trataba de recordarle que ellos estaban ahí para él.


— Hola, cariño —llamó tiernamente Sehun—. ¿Estás seguro de querer ir con Haneul en lugar de quedarte a descansar? —Interrogó con una mirada preocupada.


— No, está bien —sonrió levemente—. Yo le prometí salir hoy con ella y no me atrevo a retractarme.


— Pero…


— Deja de hacer drama, Sehun —intervino Baekhyun—. Tú hoy tienes cosas que hacer con los niños, así que lárgate de una vez y no te preocupes por Luhan, yo iré con él para cuidarlo.


Sehun no pareció estar muy satisfecho y aunque para Baekhyun no pasó desapercibida la forma en que su amigo se tensó, ambos terminaron por asentir. Despidiendo a Sehun un par de minutos después, dándole finalmente a Baekhyun la oportunidad idónea para volverse a enfrentar a su amigo y darle una mirada que dejaba en claro que había descubierto su mentira.


— Haneul hoy iba a salir con su abuela, me lo dijo hace tres días —habló severamente, cruzándose de brazos—. ¿Qué rayos estás planeando, Wu Luhan?


Luhan desvió la vista, abriendo y cerrando la boca sin emitir sonido alguno. Sus castaños ojos volvieron a centrarse en su dirección finalmente y a regañadientes tuvo que contarle a su amigo lo que iba a hacer ese día.


Baekhyun estaba estupefacto, más que listo para tratar de detener su descabellada idea. Sin embargo, le bastó un vistazo al rostro contrario para saber que no importaba lo que dijera, no iba a hacerlo cambiar de opinión.


— De acuerdo —aceptó dubitativo—. Pero te voy a acompañar.


El pelinegro no tuvo otra opción más que aceptar el ofrecimiento contrario, principalmente porque sabía que no habría forma alguna de convencer a Baekhyun para que desistiera. Así que simplemente decidió no perder tiempo innecesariamente y ambos salieron sin más demora.


Durante todo el trayecto, Luhan se había esforzado por aparentar estar completamente tranquilo. Algo que dejó de funcionar una vez estuvieron frente al estudio de Lay, quien en ese momento los estaba esperando en la entrada del lugar con una gran sonrisa en los labios.


— No tienes que hacerlo si no estás seguro de ello. Lay, y mucho menos Sehun, van a obligarte a hacer esto. Todavía podemos irnos —le recordó Baekhyun con ternura, obsequiándole una sonrisa cálida.


— No, está bien —respondió suavemente.


Avanzando con decisión hasta estar frente a Lay. El hombre le sonrió suavemente, palmeando su hombro antes de guiar a ambos chicos, uno más nervioso que el otro, a la habitación privada donde él trabajaba.


— Hola, Luhan —saludó alegremente el mayor y el estómago de Luhan se hizo un nudo mucho más apretado—. Por un instante temí que no fueras venir luego de lo que pasó ayer —murmuró apenado.


Baekhyun arqueó una ceja en dirección a su amigo, interrogando de algún modo, de que era lo que estaba hablando el mayor de ellos.


— Hola —musitó—, lo lamento, yo ayer tal vez no estaba del mejor humor.


— Tienes tus razones para estar molesto —aseguró.


— Como sea, no toquemos ese tema hoy —pidió lastimeramente—. Buscaré a JunMyeon g“ más adelante para hablar con él y no dejar las cosas así —prometió.


— Gracias, realmente sería maravilloso si lo hicieras. Él estaba muy triste ayer.


— ¿Luhan? —Habló finalmente Baekhyun, incapaz de seguir siendo dejado de lado en esa extraña conversación.


— Baekhyun, tiempo sin verte —saludó el mayor para desviar su atención—. Gracias por venir y acompañar a Luhan en esto.


— ¿Por qué me agradeces siquiera? Era obvio que iba a venir con mi mejor amigo —sentenció pareciendo algo indignado y olvidando por completo sus interrogantes.


— Y bien… —Miró una vez en dirección al nervioso jovencito—. ¿Cómo estás esta mañana?


— Siento que voy a vomitar —advirtió, provocando la risa del mayor.


— ¡Tranquilo, no vamos a empezar de inmediato! —Exclamó—. Trata de relajarte. Por lo general, siempre que son las primeras veces de mis clientes, les doy un espacio de tiempo para que se relajen un poco y si tienen dudas, ese tiempo les permitirá decidir si se arrepienten o no.


Luhan asintió, no muy seguro de a qué rayos estaba asintiendo. Lay seguían mostrando su usual sonrisa radiante mientras los invitaba a sentarse en dos pequeños taburetes de cuero. Baekhyun frotó su espalda alentadoramente, diciéndole con un solo vistazo que ellos iban a irse si eso decía.


— ¿Por qué decidiste hacerte un tatuaje? —Interrogó Lay, intentando distraerlo un poco con la charla—. Es decir, hay algunos tratamientos cosméticos y hasta cirugías que pueden hacer un mejor trabajo que un tatuaje para tratar con la cicatriz. Dios, estoy seguro de que Wu YiFan y tu abuela están pegados a sus teléfonos con las cuentas bancarias listas para darte el dinero que pidas si algo deseas —bromeó.


— Lo sé —musitó—. Sin embargo, no la quiero desaparecer. Mi intención al hacer esto, es convertirla en algo que me recuerde que aunque está ahí, no pudo derrotarme y se convirtió en un símbolo de que yo puedo ser tan feliz como lo desee, que todavía tengo un futuro ilimitado. Borrarla…


Las dos personas que lo acompañaban, aguardaban silenciosamente en espera de que él terminara de hablar.


— Borrarla se siente de alguna forma como si no pudiera enfrentarlo y decidiera simplemente usar la salida fácil para resolverlo. Además, el hecho de saber que el diseño fue algo que Sehun pensó con tanto esmero lo hace aún más especial.


Baekhyun suspiró todavía algo preocupado pero la sonrisa que se extendió en los labios de Lay se hizo casi absurdamente grande.


— ¡Muy bien, empecemos con esto entonces! —Anunció—. Ahora, quítate la camiseta y colócate en la silla —índico, moviéndose tranquilamente por la habitación entre tanto Luhan acataba sus indicaciones—. ¿Estás nervioso?


Luhan asintió, mirando al mayor a la espera de que le dijera que no tenía nada de qué preocuparse y que el proceso sería rápido e indoloro. Solamente que no pasó nada de eso y en su lugar obtuvo una sonrisa compasiva.


— Primero que nada, quiero ser muy franco contigo, Luhan —comenzó—. Un tatuaje no va a cubrir al cien por ciento la cicatriz, puede disimularla si el trabajo es excelente, pero será todo lo que tendrás. —Luhan asintió en comprensión—. Ahora, aunque no es la primera vez que alguien viene a pedirme un trabajo como el que tú estás pidiéndome, normalmente son cicatrices pequeñas y no una como la tuya, la cual te juro por dios que quisiera no existiera o fuera diminuta. Estoy siendo honesto cuando te digo que sería mi primera vez haciendo un trabajo como este.


— ¿Eso quiere decir que no puedes hacer el trabajo? —Espetó Baekhyun con disgusto, puesto que ya habían llegado tan lejos y era hasta ese momento que Lay les decía que no podía.


— No estoy diciendo que no pueda, le estoy explicando esto a Luhan para que sea consciente de que el trabajo puede no estar a la altura de sus expectativas y al saber esto, decida si me dejara continuar o no —explicó y Baekhyun no pudo hacer más que callar—. Continuando, generalmente les pregunto a mis clientes si quieren que utilice o no una plantilla, personalmente no la necesito pero algunas personas sienten mucho más seguridad de obtener el resultado que quieren cuando el tatuador la utiliza. En este caso en especial, quiero pedirte que me dejes trabajar sin la plantilla.


— Está bien —aceptó sin más.


— ¡Luhan! —Chilló Baekhyun escandalizado—. Siquiera pregúntale porque razón te pide eso.


— ¿Para qué? Yo confió en Yixing g“g“.


Lay sonrió enternecido, revolviendo el cabello del más joven y se dispuso a explicarle sus razones de todos modos.


— La razón de que te pida esto, es porque planeo que él tatuaje no simplemente vaya encima de la cicatriz, sino utilizarla como parte del mismo, ya que creo que eso podría generar un mejor resultado visual.


— Tú eres el experto, yo confiaré en lo que creas que será mejor —aseguró tranquilamente.


— De acuerdo, ya que hemos llegado hasta aquí también me gustaría que habláramos del pago.


Luhan se tensó visiblemente y al verlo, Baekhyun estaba más que listo para decirle que él había ahorrado algo de dinero y pagaría en su totalidad la cantidad que Lay fuese a pedir por sus servicios. Sin embargo, eso no fue necesario tras las palabras que Lay dijo.


— No te cobraré absolutamente nada.


— Pero…


— Como mencione antes, esta es la primera vez que hago algo como esto, para mí es una gran fuente de experiencia que me ayudara con mis trabajos futuros —se adelantó ante la obvia protesta del menor—. Además, si el resultado no es el que esperábamos, ¿cómo me atrevería siquiera a cobrarte?


— ¿Y si sale bien? ¿No será una pérdida para ti?


— Para nada —respondió felizmente—. Yo obtendré algo mucho más importante que el dinero de este nuevo reto que has traído hasta mí, y si sale bien, me gustaría pedirte que me dejaras tomar algunas fotografías para agregarlas a mi portafolio de trabajo y mostrarlo a mis futuros clientes —rió jovial.


— De acuerdo —aceptó finalmente.


— Bien, entonces... —Él suspiró, mostrando su expresión más profesional—. Lo primero será explicar el procedimiento que haremos aquí, tienes que saber que si a futuro vas a hacerte un tatuaje en cualquier sitio, el tatuador debe explicarte el procedimiento y si no lo hace, sal de ahí de inmediato.


— Muy bien, lo tomaré en cuenta —sonrió algo más relajado.


— Okay, lo primero que haré es lavar mis manos y procederé a mostrarte que los guantes que voy a usar son nuevos y están perfectamente limpios —explicó paso a paso mientras realizaba justo las acciones que decía—. Ahora, voy a preparar mi mesa de trabajo, empezaremos por realizar un minucioso proceso de esterilización al equipo que voy a emplear y te mostraré que el equipo a usar es nuevo, se encuentra perfectamente limpio y sólo será utilizado una vez. Las agujas son desechables y una vez terminé con el trabajo, todas serán desechadas.


Él asintió a las palabras ajenas algo mareado, mirando a Lay hacer cada cosa que decía y colocar todos las herramientas que usaría y las cubría con una funda protectora.


— A continuación voy a limpiar y a desinfectar la zona de tu cuerpo donde vamos a trabajar para eliminar cualquier impureza y finalmente comenzaré a trazar con las agujas para línea y todo exceso de tinta será limpiado con pañuelos desechables y agua con jabón antiséptico. Posteriormente procederé al sombreado y relleno y una vez terminado el trabajo, se limpiará la zona, dejando sin cubrir unos minutos para que supure y seque. Para terminar, colocaré una crema, misma que es recomendada para el cuidado del tatuaje durante el proceso de sanación, y cubriré la zona. ¿Quedó todo claro? —Preguntó con una sonrisa dulce.


— S-Sí —balbuceó angustiado.


— Genial. ¿Listo para esto?


No lo estaba en absoluto y aun así asintió torpemente, obedeciendo la indicación del mayor para que se acomodara en un ángulo algo incómodo en aquella silla de cuero y empezar finalmente con el trabajo.


— Bien, empecemos con esto —anunció Lay.


Luhan sintió los latidos de su corazón acelerarse mientras podía escuchar la máquina ponerse en acción. Baekhyun se movió instantáneamente a su lado, sosteniendo su mano y cuando la aguja tocó su piel, Luhan la apretó con todas sus fuerzas haciéndolo chillar de dolor.


Las horas transcurrieron lentas y dolorosas, mientras soportaba lo mejor que podía todo el procedimiento. Derramando varias lágrimas en el proceso y mordiéndose los labios para no dejar ir ni un sollozo.


A la única persona que tal vez se podía escuchar llorando era a Baekhyun, mientras su mano era sostenida en un agarre que amenazaba con romper sus dedos.


— Falta muy poco, Lu. Lo estás haciendo increíble —alentó Lay.


Casi quiso asentir pero se abstuvo de hacerlo, sabía que era sumamente importante que se quedara quieto durante el proceso. Sus ojos llorosos se elevaron hasta Baekhyun, quien le devolvió la mirada también con lágrimas en los ojos y una expresión de dolor mientras le mostraba un pulgar arriba.


Una sonrisa -o al menos creía que lo era-, tembló en sus labios y una vez más cerró los ojos apretando más fuerte la mano amiga que Baekhyun le había ofrecido. Él sollozó bajito pero no hizo intento alguno de apartar su mano, aguantando lo mejor que pudo durante las siguientes horas.


— ¿Por qué diablos todavía nos has terminado? —Lloriqueó miserablemente luego de mucho tiempo.


Una vez más, ambos pensaron que el mayor no iba a responder como las otras 47 veces que Baekhyun había preguntado lo mismo en el transcurso de esa hora. Sin embargo, en esa ocasión él emitió un gran suspiro y el sonido de la máquina cesó finalmente.


— Está listo —susurró levemente.


Luhan suspiró aliviado, soltando la mano de su amigo que emitió un sonido de total descanso y retrajo su mano para revisarla. Él por su parte, cerró los ojos derramando las últimas lágrimas del exhaustivo proceso y descansó su cuerpo dolorido, intentando no pensar en porque Lay estaba tan silencioso mientras terminaba de limpiar la zona.


— Déjame ver —pidió Baekhyun con una voz bastante demandante y corrió para ver la obra de Lay.


Su aliento se atoró en su garganta al verla y emitió un extraño sonido estrangulado que en esa ocasión él ya no pudo seguir ignorando.


— ¿C-Cómo se ve? —Interrogó con un tono un tanto dudoso.


— Es…


— Joder, eres mi mejor obra —anunció Lay, apenas logrando procesar lo increíble que era el resultado.


— Es precioso, Lu —añadió asombrado Baekhyun.


El corazón de Luhan se aceleró, aliviado y contento pero todavía necesitando escuchar la opinión del creador de tan impresionante diseño. Solo entonces se atrevería a verlo por sí mismo y creería que realmente era algo digno de admirar.


— Déjame traerte un espejo para que puedas verlo —ofreció un eufórico Lay.


— N-No —murmuró—. Lo veré cuando estemos juntos —explicó sintiéndose solo un poco más nervioso que cuando había llegado ahí.


Lay asintió, luego negó, todavía sin poder creer que realmente él hubiera sido capaz de hacer un trabajo así. Si era honesto, él quería llorar de emoción, pero en su lugar se obligó a explicarle al menor lo que seguiría a partir de ese punto.


— De acuerdo, Lu —comenzó con su voz aún traicionando un poco su emoción—. Ahora te pondré una láminas autoadhesivas llamada Dermalize Pro, esta protegerá tu tatuaje de la fricción y evitara que agentes patógenos y contaminantes externos entren en la herida durante la fase de curación más crítica. También te ayudará a que la piel sane naturalmente desde el interior, fijando los fluidos y encimas naturales del cuerpo, garantizando así la cicatrización óptima del tatuaje. Además es una película muy ligera, transpirable y flexible, lo que permite que se adapte a la perfección a cualquier parte del cuerpo y sea más cómodo para ti.


— ¿Qué cuidados debo darle al tatuaje?


— Buena pregunta —sonrió—. Deberás retirar la lámina cada veinticuatro horas y limpiar bien el tatuaje con agua templada y jabón neutro. Recuerda lavarte bien las manos antes de tocar la zona. Una vez que hayas lavado el área, seca con papel de cocina, aplica una capa muy delgada de crema específica para el cuidado de tatuajes y coloca una nueva lámina de Dermalize Pro. Este proceso se repetirá durante cinco días.


Luhan hizo una mueca al sentir a Lay comenzar a maniobrar para cubrir la zona recién tatuada, recibiendo una expresión conmovedora de parte de su amigo.


— ¿Cuánto tiempo tardará en sanar?


— Generalmente, la curación tarda entre diez o catorce, lo estimado considerando el tamaño y área de tu tatuaje. Por ahora, el área va a picar un poco y puede ponerse de color rojo e inflamarse. No te preocupes, es todo parte natural del proceso de curación. Puedes tomar antiinflamatorios, eso debería ayudar un poco. Debes saber también que durante los dos primeros días, habrá exudación de líquido claro y exceso de tinta, algo que igualmente es completamente normal, tú solamente asegúrate de mantener tu tatuaje limpio.


— Okay.


— Bien, después de un par de días, la piel alrededor del tatuaje puede llegar a secarse y tu piel comenzará a descamarse como una quemadura de sol. Comenzarás a sentir picor en todo tu tatuaje, así que es muy importante que no frotes ni toques la zona mientras está sanando. De lo contrario, una pérdida de color y/o infección podría ocurrir.


— Dijiste que debo usar productos específicos para el cuidado del tatuaje, pero todavía no me dices cuales son —señaló.


— Es verdad —rió ante eso—. Para mantener el área limpia solamente utilizaras jabón neutro. En cuanto a la crema que usarás y las láminas auto-adhesivas, no te preocupes por ello, yo te proporcionaré lo suficiente para todo el proceso de cicatrización. Además, Sehun sabe perfectamente cómo usarlas y te ayudará con ello durante todo el proceso hasta que el tatuaje sane. Después, cuando tu tatuaje esté completamente sanado podrás volver a tu crema hidratante habitual.


— Entonces, ¿esto es todo?


— Bueno, solo hace falta que sepas que es fundamental que durante el proceso de curación no mojes el tatuaje en el baño ni está permitido ir a nadar. Tampoco utilices toallas para secar tu tatuaje, pueden dejar residuos de algodón adheridos, lo recomendable es que seques tu tatuaje con papel de cocina sin tallar o rascar. Debes evitar hacer deportes de contacto durante el primer par de días mientras la zona tatuada se encuentre inflamada. No te rasques, frotes o toques tu tatuaje fresco. Mucho menos lo expongas a luz solar directa, o puede conducir a la decoloración y podrías fácilmente quemar la piel que no se ha curado. En el desafortunado caso de que el tatuaje se adhiera a la ropa, humedece y luego retira la prenda con cuidado. —Tras decir todo eso, el mayor frunció el ceño manteniendo un gesto pensativo antes de sonreír—. En general eso sería todo, si me he olvidado de algo tienes a Sehun a tu lado, él evitará que algo salga mal durante el proceso de sanación.


— Entiendo, gracias.


— No, gracias a ti. Esto de verdad ha sido una experiencia maravillosa y el resultado aún me tiene alucinado. Así que, aunque generalmente no hago esto, por favor ven dentro de dos semanas para revisar tu tatuaje y de ser posible, tomar las fotografías para mi portafolio.


— Por supuesto —asintió sin discusión.


— También, dile a Sehun que hice todo en mis manos para que esto resultara bien y tal vez no venga a arrancarme las bolas una vez que vea que tienes los ojos hinchados por haber llorado por horas —bromeó, o por lo menos parecía estar haciéndolo.


Ambos chicos compartieron una sonrisa con el sobreexcitado hombre, antes de que Baekhyun lo ayudara a ponerse de pie y colocarse su camiseta una vez más. Ellos se despidieron rápidamente, saliendo del lugar con Baekhyun apoyando a Luhan para caminar al sentir las piernas dormidas por haber pasado tanto tiempo en una incómoda posición.


— Dios mío, Lu —habló Baekhyun algo torpe—. Eres increíble.


— Yo…


— Oye, niño. —Aquel llamado extraño interrumpió lo que fuera a decirle a Baekhyun. Levantó la vista rápidamente solo para congelarse al encontrarse con el rostro inconfundible de JongDae—. ¿Cómo estás, mocoso? —Soltó, esbozando una sonrisa ladina.


— ¿Tú qué demonios haces aquí? —Espetó Baekhyun agresivamente.


— Tengo un asunto con tu amigo —respondió con calma—. ¿Qué tal un aventón? —Asintió en dirección a su auto.


Luhan frunció el ceño con desconfianza, después de todo, su relación con ese hombre no era buena, tampoco era particularmente mala pero él no le daba buena espina y generalmente Luhan trataba de coincidir con el sujeto lo menos posible.


— ¿Por qué rayos Luhan iría contigo? —Gruñó Baekhyun.


— Tengo algo que tú quieres, Luhan —aseguró, algo oscuro brillando en sus ojos con un mensaje oculto que solamente Luhan pudo ver.


— JongDae, no sé qué rayos estás planeando pero te juro que voy a decirle Minseok que tú…


— Está bien, Baekhyun —interrumpió—. Iré con él.


— Pero…


— No te preocupes, Baek. Voy a estar bien.


Su amigo hizo un puchero, asintiendo de mala gana y ayudándolo a llegar al auto del odioso sujeto, quien en una muestra de falsa cortesía, abrió la puerta para Luhan. Baekhyun le dio una fea mirada antes de que él bufara y rodeará el vehículo para subir también, dándole a Baekhyun una última oportunidad para mirar a su amigo.


— Te llamaré cuando esté en casa —prometió.


— Okay —sonrió a medias—. También… lo lamento, Lu —dijo con algo parecido a la arrepentimiento, cerrando la puerta sin darle la oportunidad de preguntar nada y vio el auto ponerse en marcha unos segundos después.


— Baekhyun.


Al escuchar su nombre, él se volvió en dirección a su preocupado novio y le sonrió débilmente, permitiendo que él lo envolviera en un abrazo que trataba de consolarlo.


— ¿Te arrepientes?


— No —respondió sin dudar—. Solamente me gustaría no ser tan cobarde y ser yo quien le dijera la verdad en lugar de dejarlo en manos de ese detestable sujeto.


— No te preocupes, JongDae hyung puede ser odioso pero hará este encargo a la perfección. Además, él es la apuesta más segura, nadie puede tocarlo y mucho menos detenerlo.


— Lo sé —suspiró pesadamente, ya completamente resignado a permitir que fuera JongDae quien guiará a Luhan por aquel camino que nadie quería que recorriera para encontrar la verdad.


 


***


 


— ¡Bastardo!


Kyungsoo apenas logró reaccionar ante aquel rugido y lo siguiente que sabía era que un dolor punzante estallaba en su rostro y un sabor amargo se impregnaba en su boca.


No hacía falta ser un genio para saber de quién se trataba y ante eso una sonrisa torcida se extendió en sus labios, al tiempo que elevaba la vista para encontrarse con la mueca retorcida en el rostro de Bobby.


— Oh, él ya te mostró mi presente —soltó con diversión.


— ¡Voy a matarte! —Rugió, sujetando violentamente la camiseta del otro.


— ¡Hazlo! —Alentó todavía con aquella sonrisa en los labios—. Sin embargo… ¿Quién crees que pagará los platos rotos?


Bobby se congeló con el puño en el aire, la sonrisa perversa del más bajo se ensanchó y expulsó lejos la manos contraria como si no fuese nada. Sus oscuros ojos brillaron maliciosamente, haciendo que un miedo atroz se instalará en el corazón de quien alguna vez había llamado amigo.


— Tú… ¿Por qué…?


— ¿Por qué? —Resopló con suficiencia—. No fue porque tú atacaste primero. Ya deberías saberlo, Bobby. Tú no puedes conmigo —dijo seriamente—. Así que aléjate de mi camino o continuaré, y créeme que tengo demasiado material para hacerlo.


Bobby lo observó incrédulo, luego de que utilizara en su contra la misma amenaza que le había dado antes.


— Todo esto no es más que tu culpa, Bobby. Nunca debiste provocarme —afirmó con calma—. Intenta algo más en mi contra y te arrepentirás.


— Estás loco —murmuró horrorizado.


— ¿Yo? —Rió dulcemente—. El único loco aquí es ese amigo tuyo, yo únicamente estoy ayudando a acelerar el proceso. Claro, que tanto le brinde mi ayuda, eso dependerá de ti.


— T-Tú...


— Esto solo se volverá peor. Recuérdalo, Ji Won —sentenció, antes de disponerse a continuar su camino original.


La mirada fría de Kyungsoo se clavó en él, sus ojos se elevaron para encontrarse con los contrarios y una sonrisa triste se esbozó en sus labios al ver la expresión gélida en ese rostro que una vez solamente le mostró sonrisas gentiles.


— Le dijiste a Sehun que no habías tenido nada que ver, que intentaste detener a Minho ese día, pero tú lo enviaste esa vez a humillarlo, ¿no es así? —murmuró.


— ¿Y qué si fue así? —Espetó sin interés.


— Dejaste que el odio entre ellos creciera. ¡¿Por qué?! —Exclamó—. Minho te adoraba, siempre nos hizo verte como su gran tesoro, nos repitió una y otra vez que debíamos dar la vida por ti o él nos mataría con sus propias manos. Sin embargo… para ti no fue más que un objeto al cual señalar como culpable de todas tus crueles acciones. —Su voz se quebró ante el recuerdo de quien alguna vez fue bueno con él—. Siempre culpaste al señor Byun de todo, ¡pero fuiste tú quien lo convirtió en eso!


— Sí, por supuesto Bobby, yo soy la causa de todo mal en el universo —bufó.


— ¿Por qué lo odias tanto? —Susurró derrotado—. Él no te ha hecho nada y aunque no existiera, Sehun no hubiera correspondido a tus sentimientos de todas maneras.


La expresión de Kyungsoo se volvió venenosa, pero… ¿cómo podría Bobby seguir sintiéndose incrédulo ante su actitud después de todo?


— Eres un chico inteligente, capaz y cualquier otro hombre te podría amar como deseas. Sé que lo sabes, sin embargo… ¿Por qué todavía así odias a Luhan y te aferras a algo imposible?


— Porque yo no quiero a cualquier otro hombre —sentenció.


— En el fondo sabes que eso ni siquiera es amor, tú únicamente estás aferrado a él porque la persona que ama es un hombre y no puedes aceptar perder contra él —murmuró con un tono desdeñoso—. Aun así no vas a conseguir nada y la sabes. Sehun no va a abandonarlo así se vuelva completamente loco —afirmó.


— Ya lo veremos.


Con esa última oración él se marchó y esta vez no hizo más para detenerlo.


Al llegar a su destino, finalmente se sintió tan nervioso como había dicho que no se sentiría. Se suponía que no podía importarle la opinión contraria y que no importaba si esa era la última vez que se vieran.


Había evitado verlo durante todo el día anterior para mentalizarse y estar preparándose para lo peor. Se había planteado el peor de los escenarios y su desenlace. Pese a eso, aún se instaló un desagradable sentimiento de inquietud en su corazón y algo en él esperaba que todo estuviera bien, que él no supiera nada.


— ¿JongIn? —La inestabilidad en su voz tras ese llamado, apenas pudo procesar, sorprendiéndose a sí mismo.


La alta figura emergió desde el pasillo que conducía a su habitación, una expresión insondable adornaba su atractivo rostro e hizo que la respiración del menor se detuviera abruptamente a la espera de que él dijera algo, cualquier cosa.


— Hola —musitó.


— Hola —respondió quedito.


— ¿Qué te pasó en el rostro? —Preguntó seriamente.


Kyungsoo permaneció extremadamente quieto al verlo acercarse y aún más cuando sus dedos levantaron con gentileza su rostro para ver mejor la herida que arruinaba su bonita cara.


— Nada —gruñó—. Un problema insignificante a decir verdad.


— Ya veo —asintió indiferente—. Ayer no viniste a casa. ¿Alguna razón en particular?


Él lo miró cautelosamente mientras se alejaba y avanzaba hasta la barra para servirse un trago. Él no revelaba nada y aun así su actitud era demasiado rara. Él temía lo peor, sin embargo, se arriesgó a cortejar a la muerte, esbozando una sonrisa amplia y mirándolo de ese modo que sabía que al otro le gustaba.


— Mis padres no me dejaron salir de casa, es solo eso. ¿Ya has comido? —Habló casualmente.


— ¿Eso es todo? —Insistió.


JongIn sabía la verdad y en el fondo él lo presentía, pero… ¿qué tal si no era así? ¿Qué tal si su encuentro con Bobby lo había dejado paranoico? Él no deseaba ver su relación con el mayor llegar a un trágico final, por lo que fingiría que nada malo pasaba.


— Sí. ¿Qué más podría haber?


La tristeza y la decepción destellaron en sus bonitos ojos aunque él todavía asintió y le obsequió una sonrisa a medias.


— Nada —suspiró—. Oye, tengo algunas cosas que hacer. ¿Por qué no te quedas aquí mientras yo atiendo mis asuntos?


— Claro —asintió con una emoción que no sentía—. ¿Qué tal si preparo la cena?


— Suena bien —aceptó—. No demorare, así que por favor… sé bueno, Soo.


La frase sonó como una cansada súplica que hizo doler su pecho. Simplemente asintió distraídamente, mirando la espalda del mayor mientras salía, dejándolo atrás con un sentimiento inquietante que le decía que no lo dejara irse. Lo ignoró al final, convencido de que lo peor ya había pasado de todas formas.


 


***


 


Silencio había reinado dentro del vehículo desde que el más joven había abordado en él. Él lo miraba de reojo, divertido al máximo por la mueca de incomodidad en su encantador rostro y la postura tan extraña que mantenía para sentarse.


— ¿Hay algo en el asiento? ¿Por qué diablos estás sentado de esa manera? —Preguntó divertido sin poder aguantarlo más.


El menor se sonrojó furiosamente, volviendo el rostro en la dirección contraria al mayor y a él no le importó más seguir guardando las apariencias, echándose a reír de lo lindo.


— ¿Qué tan grande es el tatuaje? ¿Ese novio tuyo sabe que lo hiciste?


— Que te importa —bufó irritado.


El mayor no tomó a mal su grosero tono y en cambio continuó riendo con ganas, todavía lanzándole una mirada odiosa y burlona que Luhan no estaba dispuesto a continuar tolerando.


— ¿Vas a decirme de una vez cuál es la información que tienes o no? —Espetó irritado.


El hombre frenó de golpe tras escuchar la pregunta, dándole a Luhan tiempo apenas de poner las manos sobre el tablero del auto antes de estrellarse contra él. Una vez superado el horrible susto, le envió al hombre una mirada furiosa que él ni notó mientras maniobraba para aparcar.


— ¡¿Estás loco?! —Espetó.


— Lo siento, no puedo hablar mientras conduzco, es peligroso y podríamos tener un accidente —se excusó falsamente.


— ¡Pero justo ahora tú…!


— Bien, respecto a lo que dije antes... —Interrumpió la queja ajena—. Yo sé quién es la persona que buscas. De hecho, tal vez sea la única persona que sepa toda la verdad respecto a ese día y que estará dispuesto a decírtela. Es por eso que estoy dispuesto a ayudarte con ello.


— ¿Por qué? ¿Por qué me dirías quién es esa persona? ¿Qué obtienes a cambio? —Soltó con desconfianza, mentalizándose para correr lejos si tenía que hacer.


— Yo no dije que iba a simplemente decirte quien era, lo que yo haré es abrirte camino para descubrirlo por tu cuenta. Oh, y la puerta no tiene seguro si quieres salir corriendo —señaló con fastidio—. Sin embargo, estás dejando ir tu mejor oportunidad de descubrir la verdad. En este momento lo más seguro es que ese contacto, al que tu respetable cuñada le pidió ayuda, la está llamando para decirle que no puede hacer nada por ella.


— Tú… —Luhan lo miró ansiosamente, resignándose al final—. ¿Qué quieres? —Preguntó vacilante.


— Nada. Simplemente me apetece ayudarte —aseguró.


— No soy estúpido, no voy a creer eso —bufó.


— Créelo o no, soy tu mejor opción. Hay demasiados poderes interesados en que nadie investigue de más lo que sucedió aquel día y sin mí, no podrás avanzar antes de que esa persona te gane la partida.


Sabía que el arrogante hombre tenía razón, muy a pesar de su enorme desconfianza hacia el sujeto. Era obvio que ellos no podrían obtener nada a partir de los contactos de su cuñada, quienes simplemente daban largas y más largas sin resolver nada al final.


— ¿Ayudarme no te pone en riesgo también?


— No te preocupes, mocoso —sonrió ladino—. Nadie puede hacerme nada a mí —anunció arrogantemente.


— ¿Por qué quieres ayudarme? —Insistió.


— Es una pequeña venganza personal —confesó finalmente.


— Yo…


— Contrario a como tú te sientas respecto a mí, yo no te odio, Luhan —admitió—. Creo que eres un buen chico, a Minseok también le agradas, él te considera ya un amigo y también está muy agradecido por lo que ese novio tuyo y tú han hecho por Baekhyun. Él va a estar muy triste si algo malo te pasa, por eso…


Él lo miró serenamente, no había hostilidad o malicia en sus orbes cafés. Su mirada tampoco era amable y todavía respalda su declaración.


— Si yo he jurado protegerlo y hacer lo que esté a mi alcance para proteger su sonrisa, ¿cómo podría permitir que te pase algo si eso lo pondrá triste a él?


Pese a esa declaración, sus dudas no podían erradicarse tan fácilmente, pero él sabía que el hombre jamás usaría el nombre de su joven pareja así como así. Él también era su mejor opción, la única que parecía tener en realidad.


— De acuerdo.


— Buena elección —felicitó.


Un suspiro pesado y tembloroso escapó de los labios de Luhan mientras el vehículo se ponía nuevamente en marcha con destino a su hogar.


Aparcaron una cuadra antes de su casa debido a que al más joven le preocupaba que alguien de su familia los viera juntos. Una vez más el mayor abrió la puerta del copiloto para él y al estar frente a frente, Luhan no supo muy bien cómo actuar. Si debía decir adiós, darle las gracias o simplemente largarse sin más.


— Nos veremos el lunes luego de la escuela, avísale a tu cuñada para que no esté sorprendida al verme —habló, disipando sus dudas de que hacer.


— D-De acuerdo.


— Oh y también…


Sin aviso alguno, un par de gafas oscuras se colocaron en su rostro, oscureciendo su campo visual y dejándolo pasmado por tan repentina acción del contrario.


— Tu familia seguramente armara un escándalo si ven que tus ojos están hinchados por haber llorado. Es mejor si lo cubres y no te preocupes por devolverlas, tómalo como un obsequio —explicó con desinterés—. Nos vemos el lunes.


Él se marchó tras todo ese diálogo, sin darle la oportunidad de darle las gracias por ese extraño gesto de amabilidad. Sin nada que hacer y solo viendo el auto de mayor perderse en la distancia, dio media vuelta para volver a su hogar.


La inconfundible risa de Sehun llegó a sus oídos tan pronto como abrió la puerta, se sintió repentinamente ansioso y entró apresurado, encontrando justo a la persona que quería ver sentado junto a su hermana mayor que no parecía muy contenta.


— ¡Xiǎolù! —Exclamó Zhao llamando la atención de todos.


— ¡Nuestro bebé regresó! —Chillaron felizmente su madre y cuñada al unísono.


— Bienvenido de vuelta, hijo —saludó su padre tranquilamente.


— ¿Y esas gafas? —Interrogó con el ceño fruncido su hermana.


— Fu-Fueron un regalo de Haneul por acompañarla a hacer sus compras —respondió algo torpe.


— Yo creo que te quedan bien —elogió Sehun.


— HunHun tiene razón —apoyó su madre—. Ahora, ve a lavarte las manos y ven a comer, la cena está lista.


Luhan asintió, tomando esa oportunidad para tomar la mano de Sehun y arrastrarlo con él hasta su habitación. El más alto, aunque algo confundido, lo siguió voluntariamente y lo observó con una expresión interrogante mientras cerraba la puerta de su alcoba y le ponía pestillo a la puerta.


— ¿Vas a hacerme algo? —Preguntó algo divertido por las lindas pero desconcertantes acciones contrarias.


— Tengo algo que mostrarte —respondió rápidamente.


El otro tenía una nueva broma en la punta de la lengua, una que no logró decir al verlo quitarse las gafas y descubrir la evidencia de que su persona más amada, su pequeño tesoro, había estado llorando antes.


— ¿Qué pasó? —Interrogó al instante, acunando su rostro—. ¿Quién…?


— Nadie —aseguró, sosteniendo entre sus propias manos las contrarias, mostrándole una sonrisa conmovedora—. No es esto lo que quiero que veas, esto fue por una buena causa.


Sehun frunció el ceño, listo para refutar su declaración e insistir en preguntar qué razón había sido la que provocara sus lágrimas. Tristemente, su boca se cerró de golpe al ver a su encantador novio quitarse la camiseta frente a sus ojos.


Tontamente se sonrojó y desvió la mirada, como si esa fuera la primera vez que veía al otro en ese tipo de circunstancias.


— Todavía no me he atrevido a verlo porque quería tu opinión, así que… —Pausó vacilante—. ¿Cómo se ve?


Su mirada se volvió en su dirección y solo eso bastó para hacerlo olvidarse de como respirar. La impresionante imagen de un mítico dragón plasmada bellamente en la pálida piel de la espalda ajena, luciendo impresionante lo dejó completamente en blanco.


El diseño del tatuaje grabado en esa piel era familiar, algo que él mismo había creado especialmente para que él lo llevará en su piel. Sin embargo, la idea había sido desechada al descubrir lo doloroso que podía ser el proceso y el hecho de que podría empeorar visualmente el área donde se encontraba la vieja cicatriz.


Había pensado en disuadir a Luhan de su idea de hacer el tatuaje si él llegaba a mencionarla una vez más, pero en ese momento, eso que temía empeorara era casi invisible en el excelso trabajo que el talentoso tatuador había hecho.


— ¿Sehun? —Llamó preocupado.


Él no respondió, sus dedos picaban por tocar la bella imagen, deteniéndose justo a tiempo al recordar que estaba absolutamente prohibido hacer eso. En su mente, solamente existía el pensamiento de elogiar a Lay antes de matarlo por haber accedido a hacer eso sin decirle nada.


— Lay g“g“ dijo que se veía bien —murmuró nervioso.


— Es impresionante —susurró luego de encontrar su voz de regreso—. Luce perfecto en ti.


Una sonrisa de alivio adornó los labios de Luhan, permitiendo que Sehun lo guiara hasta el espejo de cuerpo completo. Él miró brevemente su imagen en él, antes de que él lo guiará a girarse con cuidado para que pudiera darle un vistazo al fin a la obra de Lay.


Miró primero al chico frente a él, recibiendo un asentimiento alentador y un breve beso en la mejilla antes de mirar por encima de su hombro. Sus ojos miraron con asombro la imagen, apenas creyendo que el resultado fuera ese.


Él sabía, iba más que preparado para que el resultado fuera todo lo contrario a sus expectativas, preparado para que la cicatriz se viese mucho peor que en un principio y sin embargo, era tan bonito que no podía creerlo.


La cicatriz aún era visible, siempre estaría ahí y lo sabía, había solamente que mirar detalladamente para descubrirla pero ahora, esa marca que significaba la más amarga de sus experiencias, era como su medalla personal para recordarse a sí mismo que estaba ahí.


¡Que lo había enfrentado y salido victorioso!


Ese hombre no había podido derrotarlo. ¡Diablos!, en ese instante él se sentía tan poderoso como el dragón grabado en su espalda.


Sus ojos volvieron a conectar con los de Sehun y no pudo evitar derramar un par de lágrimas mientras se reía tontamente, juntando su frente con la del más alto. Él lo imitó, entrelazando sus manos mientras continuaban riéndose sin razón aparente.


Probablemente si alguien les preguntaba en ese momento porque rayos se estaban riendo.


Ambos responderían que se sentían muy felices.

Notas finales:  En fin~

Me con esto me despido por esta vez, se me cuidan mucho por favor.

Bye Bye


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).