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Eres Mío Finalmente por Nekoboy mty

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Notas del fanfic:

El ultimo fic del año XD 

Notas del capitulo:

Hola soy Nekoboy mty, con este último fic de fin de año, espero que les guste, de una vez sepan, es fic MakoHaru. Bien espero que disfruten esta historia, ¡A comenzar a Leer! XD 

En una casa que por el exterior parecía una más de la ciudad, por dentro era muy distinta, pues en la habitación más escondida se encontraba una gran caja de cristal, casi llena de agua en su totalidad, solo dejando un pequeño espacio con aire en la cima y huecos por donde este se filtraba. Pero no era eso lo que llamaba la atención, si no lo que se encontraba dentro de ella, un ser que muchos consideraban un simple mito antiguo, de las épocas en que los marineros exploraban los océanos del mundo en busca de nuevas tierras, una sirena, o mejor dicho un tritón.

Este poseía la apariencia de un chico de 17 años, con cabello negro, brillantes ojos de color azul, semejantes a una perla, una piel blanca y lo más distintivo una larga cola de pez de color celeste. La caja de cristal no era muy grande, pues apenas contaba con el espacio suficiente para que se moviera dentro de ella, siempre doblando un poco parte de la cola para poder desplazarse.

La criatura de veía completamente desconcertada, no sabía con seguridad cuanto tiempo llevaba atrapado ahí, ni si saldría un día, lo único que sabía era que extrañaba mucho el basto océano en el que vivía, las maravillas que en el residían, el mundo al que realmente pertenecía, no a esa prisión de cristal de la que no había sido capaz de escapar pese a sus intentos. Pero aunque hubiese podido salir entendía que no tenía verdadera forma de escapar, notaba fácilmente que aparte de su prisión, no había agua afuera, aquel elemento tan necesario para que el pudiera desplazarse, en cambio estaba en un mundo desconocido, no reconocía las cosas que veía en ese lugar, hasta la brillante luz que colgaba del techo de la habitación era un misterio para él, pues no se parecía en nada al sol.

Tan perdido estaba en sus pensamientos, añorando su hogar, que por poco no se da cuenta cuando la puerta de la habitación se abre y entraba por ella ese humano que era quien lo mantenía cautivo. Poseía cabello castaño, una camisa negra, pantalones oscuros y lo que parecía un chaleco con rayas amarillas amarrado a su cintura. Además lo más llamativo de él, eran esos ojos verdes que cuando se posaban sobre el parecían brillar de una forma misteriosa.

El chico de cabello castaño apago la luz de la habitación quedando completamente a oscuras, el tritón sabía perfectamente lo que pasaba cuando fue aluzado por la potente luz de una linterna que tenía el otro. Este estaba agachado mirándolo y poso su mano derecha sobre el cristal, casi en el mismo lugar donde el tenia posada la suya. Ambos se miraban fijamente, uno nervioso y asustado, mientras que el otro parecía tener una mirada perdida pero feliz.

-Finalmente…finalmente eres mío…Haru-chan…te amo…

Pero, ¿Cómo llegaron las cosas a esta situación? Para eso será necesario ir al pasado y ver cómo fue que se conocieron y como Makoto termino con esa forma obsesiva de amor. 

-FLASHBACK-

10 años atrás, cuando Makoto apenas tenía 7 años, se encontraba en casa de su abuelo escuchando con mucha atención sus viejas historias.

-Wow, ¿En serio todas esas criaturas existen en el mar abuelo?

-Así es mi pequeño Makoto, pero aún hay una de la que no te he hablado, una muy especial.  

-¿Y cuál es?

-Las sirenas.

-¿Sirenas?

-Sí, Sirenas y Tritones, debo tener alguna imagen de ellos en uno de estos viejos libros, déjame ver, si, este es, acércate pequeño. Veras mi querido Makoto, las sirenas y tritones son seres muy parecidos a nosotros, so casi humanos, excepto por una diferencia evidente.

-Wow abuelo, es increíble.

-¿Verdad que si? Son seres increíbles pequeños, se dice que traen buena suerte, solo llegar a ver uno se considera el mayor privilegio del mar.

-Abuelo, ¿Las sirenas y tritones en verdad existen?

-…bueno mi pequeño, el océano es muy grande, por lo que puede ser que en verdad existan, seguro que en algún lugar haya en las profundidades deben existir.

-Increíble, en verdad deseo verlos alguna vez.

Ese día termino con calma y con un pequeño Makoto ilusionado por ver en verdad alguno de esos seres místicos. Una semana después el clima había cambiado, el tranquilo clima soleado y con brisa que era lo normal en la región, cambiaron a uno nublado y con viento, hasta el tranquilo mar se encontraba  un tanto agitado, se apreciaba que la corriente era más fuerte de lo usual y por eso mismo la mayoría de la gente no estaba ni en los puertos ni en la playa.

El pequeño Makoto estaba paseando en un muelle viendo el cambiado mar, era muy distinto a como estaba acostumbrado a verlo y por eso mismo interesante. Se había tenido que escapar de casa para ir a verlo, pues la curiosidad era muy grande. Pero tenía otro motivo oculto para ir, pues desde que su abuelo le conto de las sirenas no podía parar de pensar en ellas, su pequeña mente supuso que si en un momento como ese todo mundo se alejaba del mar, entonces el que sería la única persona ahí podría llegar a tener suerte y ver una esquiva sirena.

-Vamos, debe haber alguna por ahí. En alguna parte, debe aparecer.

Los minutos pasaban y lo único que el niño veía era como el mar se agitaba más y más, en poco tiempo le quedo claro que el agua estaba tan turbia que sería imposible llegar a ver algo.

-Ah…que mala suerte, lo mejor será que regrese a casa.

El pequeño se dio vuelta y comenzó a caminar por la orilla con la cabeza gacha, ni si quiera se dio cuenta cuando una gran ola rompió contra el muelle alcanzándolo y arrojándolo al agua.

Todo fue demasiado rápido, en unos segundos Makoto se encontraba debajo del agua, apenas entendiendo lo que pasaba hizo un gran esfuerzo por llegar hasta la superficie, una vez en ella la violencia de las olas hacia que fuese difícil para el mantenerse a flote.

-¡Ayuda! ¡Por favor! ¡Auxilio! ¡Que alguien me salve! ¡Ayúdenme! ¡Mama! ¡Papa! ¡Socorro! ¡Sálvenme! ¡Alguien por favor! ¡Sáquenme de aquí! ¡No puedo respirar!

La fuerza de las olas eran demasiado para el pequeño Makoto que no lograba resistir, la situación fue peor cuando se percató que estaba alejándose de la orilla, el pánico inundo su cuerpo haciendo más difícil su lucha por sobrevivir, rápidamente se fue quedando sin fuerzas para continuar y termino sumergiéndose entre las olas.

En la superficie era como si nada hubiese pasado, pero de pronto se apreció un gran cuerpo celeste en la superficie que se sumergió velozmente donde se hundió el niño.  Makoto perdía el conocimiento, su vista apenas alcanzaba a ver la agitada superficie y un extraño cuerpo que se dirigía a él, una mano extendida fue lo último que alcanzo a ver antes de quedar inconsciente.

-Oye, despierta.

-Mmmmm.

-Niño despierta.

-… ¿Qué?...

Makoto despertó con una gran confusión, podía sentir la arena bajo su cuerpo y deslizándose por sus manos, entendió que regreso a la playa pero no sabía cómo. Se levantó un poco encontrando que estaba en la costa, en una zona apartada de hecho, oculta por los grandes árboles.

-¿Te encuentras bien?

El sonido de esa voz lo hizo voltear y ver a un niño a su lado o al que parecía ser un niño, pues rápidamente noto que el pequeño que era como de su edad no se veía como una persona real, pues tenía una larga cola de pez celeste.

-Ah…ah…ah…

-Creo que no estás bien.

-¿Qué? ¡No! ¡No! ¡No es eso! Es solo que…tú…tú…tienes cola de pez, ¿Eres un sueño?

-No lo soy. Soy un Tritón.

-¿Un…Tritón?

-Así es.

-¿Pero cómo? Digo, ¿De dónde fue que saliste?

-Estaba recorriendo la costa, me gustan las tormentas porque pocas personas se acercan al mar entonces y puedo estar cerca de la orilla. Pero entonces te vi cuando una ola te hizo caer, estaba por alejarme pero note que no podías nadar, así que decidí ayudarte, te lleve debajo de las olas y te traje hasta aquí, por suerte justo a tiempo.   

-Oh, muchas gracias por salvarme la vida.

-No fue nada.

-¿Cómo te llamas?

-Haru ¿Y tú quién eres?

-Soy Makoto.

-Bueno, fue un gusto conocerte, ¡Adiós!

El pequeño tritón comenzó a arrastrarse por la arena en dirección al agua, haciendo reaccionar al otro que se levantó y de inmediato se puso en su camino.

-¡Espera! ¡Espera! ¡No te vayas todavía!

-Tengo que irme.

-¡No quiero que te vayas!

-¿Por qué?

-Porque…yo…yo…yo…Haru-chan sé que apenas te conozco pero creo que…que…que ¡Me gustas!

-¿Gustar?

-Sí, me gustas mucho, en verdad me gustas, ¿No podrías quedarte conmigo?

-No puedo quedarme.

-Ah ¿Por qué?

-No puedo estar en la tierra, ni debo dejar que la gente me vea.

-Pero…

-Lo siento, pero no puedo quedarme, además me deben estar buscando y a ti igual.

-Pero yo…

-Sera mejor que regreses con los tuyos. Nuevamente adiós. 

-¡Haru no te vayas! ¡Quédate conmigo! ¡Se mío por favor!

Makoto se abalanzo sobre el otro e intento impedir que el otro regresara al agua, Haru por su parte estaba comenzando a asustarse, bien sabía que no debía ayudar ni salvar a un humano en problemas, pero al ver que solo era un niño decidió romper esa regla. Ahora se arrepentía, pues ese pequeño que se veía inocente, resultaba ser un verdadero problema. Haru intentaba con desesperación quitarse de encima a Makoto logrando finalmente empujarlo con sus brazos, de inmediato intento volver a las aguas pero el otro se recuperó y lo tomo por su larga cola empezando a arrastrarlo de vuelta a la playa, al ver que se alejaba más y más del agua su miedo se transformó en pánico, con un ágil movimiento hizo que su aleta golpeara en la cabeza su captor, haciendo que le soltase y dándole el tiempo suficiente para llegar al agua. Ya en ella se sentía a salvo pero antes de que pudiera llegar a un parte profunda sintió como era tomado por los hombros y alzado haciéndole salir del agua.

-¡No puedes irte! ¡Tú eres mío! ¡Tienes que quedarte!

-¡Yo no soy tuyo! ¡Suéltame! ¡Suéltame! ¡No debí ayudarte! ¡Me arrepiento! ¡Déjame ir ahora! ¡No quiero estar contigo!

Una fuerte y gran ola los impacto, aflojando el agarre de Makoto y permitiendo a Haru ser libre, volviendo a la seguridad de aguas más profundad.

-¡Haru-chan! ¡Espera! ¡Regresa! ¡No te vayas! ¡Quédate conmigo! ¡Vuelve!

Makoto solo alcanzo a ver como la figura de Haru desaparecía en las aguas sin que pudiese hacer nada para impedirlo. El pequeño regreso desanimado y molesto a su hogar, esa noche en su cama no paraba de pensar en cómo había perdido a ese chico que le gustaba, su mayor tesoro, así era como lo sentía. Fue entonces que decidió que volvería a encontrarlo y que un día, de alguna forma Haru seria suyo para siempre.

A partir de ese día Makoto buscaba todo lo posible sobre información y referencia a sirenas y tritones, lo que un principio fue considerado un hobbie por su familia, con el pasar del tiempo y los años, pasó a convertirse en una extraña e incomprensible obsesión. Makoto alegaba haber visto en verdad uno de esos seres increíbles, lógicamente nadie le creía, pues todos sabían que solo eran seres de fantasía. Su familia se preocupaba mucho por él, pues parecía que en su mente no había otra cosa, inclusive luego de que su abuelo hablara con él y le explicara una y otra vez que solo eran cuentos antiguos, no consiguió que volviera a la normalidad.

A los 16 años Makoto decidió mudarse a una casa propia que había conseguido tras mucho esfuerzo, además de que al estar trabajando en el cuerpo de bomberos ahora contaba con el solvente encomio propio que necesitaba para vivir. Debido a esos actos todos comenzaron a relajarse y a comenzar a pensar que finalmente dejo atrás esa obsesión con seres mágicos de los mares.

Lo que nadie sabía, era lo que hacía Makoto en su tiempo libre, pues había mandado hacer una cran caja de cristal que luego de traerla la coloco en la habitación más escondida, además en otro cuarto tenía un mural lleno de recortes, informes de noticias, fotografías y marcas que había hecho en mapas, todo referente a avistamientos sobre extraños seres en el agua a lo largo de esos años.

Una noche y tras estar revisando todas sus anotaciones y teorías finalmente consiguió hacer una posible predicción de cuando y donde sería posible encontrar a Haru. A la noche siguiente se encontraba en esa playa donde se conocieron hacia 10 años, el clima era idéntico al de ese entonces, por lo que con suerte su plan saldría a la perfección. Se acercó a la playa, hasta el punto donde llega la marea y vio el infinito mar.

-¡Haru! ¡¿Estas por ahí?! ¡Soy yo, Makoto! ¡No sé si puedas escucharme! ¡Pero quería decirte, que en verdad lo lamento! ¡Lamento mucho como me comporte ese día! ¡Lamento haberme puesto posesivo! ¡Lamento en verdad el haberte asustado! ¡Es solo que me enamore de ti! ¡Y no supe controlar mis sentimientos! ¡Quería pedirte perdón por lo de ese día! ¡Apenas te agradecí el haberme salvado, de no ser por ti ni si quiera estaría aquí hoy! ¡Haru, espero que puedas escucharme y de ser así, que seas capaz de perdonarme!

Makoto vio por una última vez el mar y después dio media vuelta comenzando a caminar de regreso. Fue cuando el sonido de una voz lo hizo detenerse.

-Makoto…

Al voltear vio ahí en la costa con su pecho fuera del agua a Haru quien lo miraba fijamente. El también había cambiado mucho con el pasar de los años, pero podía reconocerlo perfectamente, era el mismo Haru que lo salvo hacía diez años. Makoto se acercó lentamente a él, se agacho para estar a su altura y de que esa forma pudieran verse a los ojos. 

-Haru…

-Hola Makoto…

-No puedo creerlo, en verdad eres tu… ¿Acaso tu…me escuchaste?

-Sí, pude oír perfectamente lo que decías, es por eso que me acerque.

-Haru, yo en verdad…am, discúlpame, no sé lo que me paso en ese entonces, es solo que estaba tan emocionado, que solo pensé en mí y te asuste demasiado.

-No hay problema, eras un niño es normal que reaccionaras así.

-De cualquier forma, me siento culpable.

-Descuida, no debes sentirte así, te he perdonado hace tiempo, por eso no tienes que preocuparte.

-Haru… ¿Te iras de nuevo?...

-Si, mi hogar es el océano, es a donde pertenezco.

-Entonces, antes de que te vayas ¿Podría pedirte un último favor?

-Claro que puedes hacerlo.

-… ¿Me dejarías abrazarte?

-Si eso es lo que quieres.

Makoto se inclinó un poco para darle un cálido abrazo a Haru quien lo correspondió al instante, para el castaño era como estar en un sueño, el simple hecho de poder darle un abrazo era una sensación única, para Haru era una experiencia de otro mundo, muy pocas veces había visto a los seres humanos y aunque ayudo a Makoto cuando niño la experiencia no fue agradable, ahora era diferente, ese contacto entre ambos, era lo más reconfortante que había sentido en toda su vida, al punto de sentir lastima por tener que separarse.

-Gracias Haru, me has hecho muy feliz.

-Por nada Makoto.

-Es solo que, después de tanto tiempo… eres mío finalmente.

-… ¿Qué?...

Makoto dejo salir una pequeña sonrisa y Haru abrió sus ojos por completo al sentir peligro, lo siguiente que paso fue muy rápido, pues Makoto saco de su bolsillo una pequeña jeringa y en un movimiento la inyecto en el cuello de Haru. Este se apartó del otro quien solo se quedó de pie mirándolo, mientras se sujetaba con una de sus manos en ese punto, el dolor era muy fuerte y también sentía extraño su cuerpo, haciéndole difícil el moverse.

-Ah… ¿Qué?.... ¿Qué es lo que me hiciste?...

-Lo siento Haru, pero no puedo dejar que te vayas, no otra vez.

-Ag, Makoto…no…vete…déjame…

-Descuida, cuidare bien de ti.

-… ¿Por qué?... ¿Por qué haces esto?...

-… ¿Por qué?... Es muy simple. Porque te Amo.

Haru cayó a la arena mientras perdía el conocimiento, viendo el agua tan cerca y a la vez tan lejos de él, estiro su brazo izquierdo en un último intento de llegar a ella, pero sus fuerzas lo abandonaron. Solo sintió como era sujetado por el otro y el agua comenzaba a verse cada vez más lejos de su alcance.

Cayo totalmente en la inconsciencia, termino sumergido en el mundo de los sueños, mientras se veía a el mismo surcando el basto océano, conviviendo con todas su criaturas mientras era acompañado por los suyos. Esa era su vida, ese era el mundo al que pertenecía y en el que era tan feliz viviendo.  

Comenzó a despertar lentamente de su profundo sueño, su visión estaba borrosa, pero podía sentir el agua rodeándolo, por un momento pensó que consiguió escapar de Makoto y estaba a salvo, pero cuando empezó a estirar sus brazos rápidamente impactaron con algo, al normalizarse su vista, vio que estaba atrapado en una prisión de cristal, con apenas suficiente espacio para moverse.

El lugar fuera era completamente desconocido, no sabía que eran ninguno de esos extraños objetos, ni la misteriosa luz que colgaba del techo. Trato de empujar la parte superior para salir, sin embargo era evidente que no importaba que tanto lo intentara, no podría salir.

-Oh Haru, por fin despertaste.

-… ¿Makoto?

Makoto se veía bastante relajado, mientras que Haru no entendía lo que pasaba ni cómo fue que llego ahí.

-No te preocupes, ahora estaremos juntos, voy a cuidar de ti y te resguardare en este lugar para que estés seguro.

-¿Makoto?

-Todo estará bien amor, ahora podremos vivir en paz.

-…Makoto…

-FIN FLASHBACK-

Ahora varios meses después, se encontraba ahí mismo, como era habitual todos los días desde que Makoto lo había capturado, el chico apagaba la luz y encendía una linterna para poder verlo perfectamente y en detalle.

Makoto solo sonreía mientras lo miraba, Haru era como la más preciada de las joyas para él, era más valioso que cualquier premio del mundo, era tan increíble, especial y único que solamente el tenia derecho a apreciarlo. Y eso era lo que hacía siempre, admirar a Haru a través del cristal, pero estaba tan hipnotizado por la visión y el amor que sentía, que jamás se percataba de cómo se sentía Haru, este tenía miedo, nervios, dolor, preocupación y una gran impotencia al estar completamente atrapado sin posibilidad escapatoria.

-Haru…eres tan bello…y eres mío…solo mío.  

El de ojos azules solo podía ver directamente al de ojos verdes, y sabía que jamás podría escapar de Makoto, no solo por estar atrapado en ese lugar, pues aun si por la más asombrosa de las suertes del mundo lograse huir, Makoto lo encontraría de nuevo y volvería a capturarlo, jamás podría escapar de esos brillantes ojos verdes cual esmeralda. Si tan solo lo hubiese dejado ahogarse en ese entonces, nada de esto estaría pasando, ahora tendría que atenerse a las consecuencias y vivirá con esos ojos verdes sobre él, para siempre.

-Haru…eres mío finalmente.

Fin

Notas finales:

Vaya este One-shot fue más largo de lo que esperaba XD Bien pues este es el último fic que publico este 2016, es un pequeño regalo de mi para ustedes lectores por las fiestas de fin de año. Les deseo lo mejor del mundo, que se la pasen muy bien y espero que podamos vernos el próximo 2017.

Cualquier Review que quieran dejar, se los agradezco mucho. Pueden agregarme a Facebook si gustan, mi cuenta es igual. Yo soy Nekoboy mty y hasta la próxima. :) 


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