Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Un inesperado reencuentro por XXIIIYamikoXIII

[Reviews - 4]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Bueno, este One Shot es parte del #BAERIweek que planearon las BaeRilovers y simplemente me gustó la idea por lo que aportaré con esta historia que no me gustó cómo me quedó pero Denn me vigila para que lo suba de todas formas. (? xD

 

 

Notas del capitulo:

No se entusiasmen con el lemon porque si lo escribía, se haría súper largo. xD *no la lee nadie por no tener porno* (? lol

 

 

¡A leer! ~

 

                                                                                                           

 

 

-¡Príncipe Lee!- la voz del anciano que ingresaba a la sala donde el joven de cabello castaño se hizo eco por todo el lugar.

 

-¡No me llames por mi apellido, abuelo! Se escucha como si fuera un cuarentón- suspira el chico de ojeras mientras seguía mirando la televisión ignorando al anciano quien no era su abuelo de sangre, pero lo apreciaba más que a los demás sirvientes de la mansión ya que el hombre solía cubrirlo con sus travesuras.

 

-¿Y cómo quiere ser llamado, joven príncipe?-

 

-Seungri- ríe.

 

-De acuerdo, príncipe Seungri- sonríe amable y desvía su vista hacia donde el castaño miraba la televisión.

 

-Dime sólo Seungri, abuelo- al notar que el anciano intentaba asomarse desde la puerta lo que estaba mirando, sonrió de lado y subió el volumen logrando que gemidos de mujeres se hicieran eco por toda la sala.

 

-¿Tan temprano y ya anda mirando pornografía?- niega ya que estaba tan acostumbrado a Seungri y sus locuras que no lo sorprendía como a los demás sirvientes.

 

-¿Qué tiene de malo?- se encoje de hombros.

 

-Que tiene diecisiete años, a punto de cumplir dieciocho y en vez de estar mirando esa clase de película, debería de ir escogiendo una bella dama para casarse y poder tomar el trono que momentáneamente lo tiene su primo Choi hasta que sea mayor de edad-

 

-Lo siento pero no estoy interesado en casarme- ríe mientras miraba la televisión ignorándolo nuevamente.

 

-Lamento que piense eso pero en estos momentos han llegado tres mujeres para que las conozca mejor y escoja a una como su futura esposa- sonríe al notar el pequeño berrinche que hizo el castaño sobre el sofá.

 

-Pero yo no quiero- se cruza de brazos.

 

-Su primo ha solicitado que se presente a las princesas para conocerlas y ser amable con ellas. Si no quiere que el Rey se enoje, obedezca porque sabe lo que sucederá si eso ocurre, ¿verdad príncipe Seungri?-   

 

-Sí, lo sé… me hará trabajar y humillará delante de todos como cuando no quise darle la mano a una princesa porque era horrible… y abuelo… ¡dime sólo Seungri!- hace un puchero levantándose de su cómodo sofá mientras apagaba el televisor.

 

-Me alegra que comprendiera la situación. Ahora vayamos al living que las princesas esperan ansiosas por conocerlo, Seungri- le acomoda el saco al castaño quien refunfuñaba y caminaron hacia donde las jóvenes se encontraban.

 

 

Una vez que Seungri se hizo presente junto con el anciano delante de aquellas mujeres quienes vestían elegantes vestidos largos, suspiró.

 

-¡Príncipe L…-

 

-Buenos días, princesas. Antes que arruinen mi poca paciencia y me enoje, llámenme Seungri- interrumpe a las tres jóvenes que intentaron saludarlo a la vez.

 

Las princesas sonrieron entusiasmadas ante lo apuesto que era Seungri y lo saludaron formalmente pero llamándolo como el castaño les había ordenado.

 

-Es momento que conozca a cada una y decida cuál será su esposa- comenta el anciano con una sonrisa.

 

El castaño rodó los ojos y caminó hacia la primera joven de la fila. Era un poco más baja que él, rubia de ojos celestes que se sonrojó al notar cómo Seungri la observaba.

-Eres muy linda pero te faltan unos buenos pechos- la ignora caminando hacia la segunda joven dejando a la primera princesa completamente sorprendida.

Observa a la segunda y frunce el ceño.

-¡Iugh!, ¡tienes un grano en la nariz!- camina hacia la tercera joven dejando a la princesa completamente avergonzada.

Observó a la tercera y la miró a los ojos desilusionado.

-¿Eres princesa siendo tan fea?- suspirando, volteó a ver al anciano sin notar que aquella joven intentó golpearlo ante su enojo pero fue detenida por las demás princesas.

 

-¿Qué sucede?- pregunta el anciano.

 

-Es broma, ¿verdad abuelo? ¡Son horribles!- se queja.

 

-Sea respetuoso con las damas. Es un príncipe y principalmente un hombre en crecimiento que ha sido educado como se debe- suspira.

 

-Pero es la verdad- frustrado, caminó hacia el anciano quien se acercó al oído del príncipe.

 

-Por lo menos si no le gusta ninguna, sea amable con ellas. ¿Qué sucederá si su primo se entera que usted trató mal a las princesas?- susurra logrando que el menor se asustara.

 

Pero al parecer a Seungri se le ocurrió una idea para que dejaran de molestarlo. 

 

-Lo siento por ser mal educado con ustedes, bellas princesas pero no me siento bien hoy por lo que no quiero escoger en estos momentos a mi futura esposa. Así que les propongo un juego- sonríe de manera falsa.

 

-¿Un juego?- preguntan curiosas las tres mientras que el anciano entrecerraba sus ojos ante la idea del castaño.

 

-Sí, en la tarde haré oficial el comunicado de mi juego. Convocaré a todas las princesas de aquí que deseen estar conmigo, para que participen y la que logre pasar cada obstáculo ganará la llave especial que abrirá nada más ni nada menos que la puerta de mi habitación. Una vez que ingrese la ganadora, que obviamente estaré esperando con ansias en mi amplia cama, será mi futura esposa-

 

-¡Estaremos atentas al comunicado! ¡Deseamos participar de su entretenido juego, príncipe Seungri!- comentan a la vez las jóvenes completamente emocionadas.

 

 

“¿Por qué hablan a la vez? Son tan feas y patéticas”

 

 

No pudo evitar pensar Seungri mientras reía por los obstáculos que tenía pensado aplicar.

 

-Es muy lindo cuando sonríe, príncipe Seungri- comenta una de ellas.

 

-Lo sé. Ahora si me disculpan, debo preparar mi plan para el juego por lo que estaré ocupado. Pueden retirarse, princesas- sonríe mientras miraba al anciano quien se encargó de acompañar a las mujeres hacia la salida.

 

Riendo a carcajadas, Seungri caminó nuevamente hacia su habitación.

-Pobres idiotas, ninguna logrará ganar porque son mujeres finas y delicadas para el juego sucio que haré. Y si una de ellas se sale con la suya, la llave será falsa-

 

 

**

 

 

Eran las cuatro de la tarde y Seungri quería salir a caminar por la ciudad. Y luego de rogarle a su primo para que lo dejara con la condición de portarse bien, logró su cometido y satisfecho con su buena actuación, salió de la mansión.

No se preocupó por vestir formal, por lo que llevaba puesto un jean oscuro y una remera blanca junto con unos coquetos lentes de sol.

Mirando las pocas personas que pasaban por una calle vacía que a él le gustaba caminar para que no lo molestaran, notó que la mayoría de las mujeres mayores de edad que divisó estaban comprometidas.

¿Cómo lo sabía? Porque según las reglas que impuso el Rey anterior, o sea su difunto padre, era que las mujeres mayores de dieciocho años que estuvieran en pareja debían vestir sin mostrar parte de su cuerpo. Es decir, no debían andar escotadas ni mostrar sus piernas. Y las jóvenes que aún eran menores, debían usar siempre vestidos de colores pasteles.

Con respecto a las mujeres que son prácticamente las zorras de la sociedad, podían vestir lo que quisieran. Desde musculosas con escotes, shorts y polleras cortas hasta vestidos entallados al cuerpo logrando mostrar sus curvas.

 

-No me molestaría admirar una belleza con un diminuto vestido en estos momentos, como la que vi hoy en la película porno- susurra dando un gran suspiro de frustración.

 

Y como si su deseo fuera concedido, pasó caminando a su lado de manera rápida una rubia platina de cabello corto hasta los hombros y llevaba puesto un vestido negro al igual que sus zapatos y el bolso masculino que sostenía de manera despreocupada.

Seungri se quedó hipnotizado por el aroma dulce y familiar que desprendió al pasar y por aquella ancha espalda, aunque le llamaba la atención su musculatura distinta a la de las demás mujeres.

Sin dudarlo, sintió curiosidad y la siguió un par de cuadras hasta que la rubia se le cayó algo que no pudo divisar Seungri pero apresuró su paso para tomarla notando que era un arete con forma de panda.

 

 

“Me dicen que me parezco a un panda y justo aparece una bella mujer a la cual se le cae un arete con aquel animal… ¿será el destino?”

 

 

Ríe y notó que la rubia, quien había caminado una cuadra más de distancia, se detuvo buscando lo que había perdido.

Regresó hacia donde el castaño estaba pero sin mirarlo a él, sino al suelo.

 

 

-Disculpa, ¿acaso buscas esto?- con toda caballerosidad, le extiende el arete.

 

La rubia miró su mano y asintió sonriendo de una manera que sus ojos se formaron unas adorables medias lunas.

 

 

“¡Oh my Seungri! Tiene una preciosa sonrisa aunque… se me hace familiar”

 

 

Suspirando aliviada, la rubia intentó tomar aquel arete pero Seungri cerró su mano.

 

-Eres muy hermosa pero tu vestimenta me llama la atención. ¿Sabes lo que significa estar con esas prendas?-

 

-S-Sí- su voz se escuchó demasiado baja y extraña.

 

 

“Es la primera vez que me excita una mujer que no es de una de mis películas porno preferidas… podría ir a un lugar y hacerla mía pero si se enteran en la mansión, me castigarán… ¿Cómo podría hacer que esta belleza esté en mi cama?”

 

 

Notó que la mujer lo observaba con claro intento de huir de él, por lo que el castaño rió.

 

-No te preocupes, soy un príncipe. No te haré daño-

 

La rubia volvió a suspirar aliviada e intentó tomar el arete.

 

-¿Lo quieres?-

 

Ella asintió.

 

-Bueno, si lo quieres debes participar del juego que realizaré en unos días. Debes de estar atenta al anuncio que haré con las reglas dentro de una hora- sonríe de lado.

 

Ambos se miraron a los ojos y Seungri por primera vez en años, sintió una punzada en su corazón logrando sorprenderlo.

 

-Presiento que serás la ganadora. Me transmites mucha energía y confianza en tu bella mirada- se acercó a ella y besó su frente de manera fugaz para luego retirarse rápidamente hacia la mansión, no sin antes saludar a distancia a la rubia.

 

 

Una vez que ella no divisó al príncipe, sonrió de lado.

-Estúpido y adorable Seungri. Nunca cambias, eh- su voz salió ronca y caminó en dirección contraria al castaño mientras se quitaba su rubia peluca logrando que se vea su verdadera cabellera. Rapado en los costados y un peinado elevado hacia atrás color rubio oscuro.

Tomó de su bolso un jean rasgado y se lo colocó por debajo del vestido. Miró hacia ambos lados por si alguien se acercara y se quitó el vestido quedando con el torso desnudo mostrando sus duros pectorales y finalmente se colocó una camisa negra para poder retomar su camino…

 

 

**  

 

 

Una vez que Seungri hiciera su anuncio del juego para el doce de Diciembre, justo en su cumpleaños, muchas princesas esperaban ansiosas por participar.

 

Al llegar el tan ansiado día, alrededor de veinte princesas se hicieron presentes.

El juego consistía en cuatro fases. La primera fase era ingresar al inmenso patio de la mansión con un buen regalo para el príncipe. Si aquel presente no era lo suficiente bueno para el castaño, quedaba descalificada.

La segunda fase era que las que lograban ingresar, debía de responder una serie de preguntas referidas al sexo. Lo cual, Seungri sabía que muy pocas mujeres lo lograría por ser tímidas en responder aquellas preguntas subidas de tono. Además de que eran vírgenes hasta de mente.

La tercera fase era la más sucia ya que debían nadar en una piscina llena de lodo para pasar hacia el otro lado donde el abuelo de Seungri esperaría a la ganadora con la llave que abriría la habitación del príncipe.

Pero el cumpleañero conocía a las princesas. Eran tan delicadas que ninguna se atrevería a ensuciarse.

 

-Me sorprende su inteligencia por ver a las tres princesas que quedaron- comenta el anciano quien se encontraba en la habitación del castaño observando desde la ventana a las competidoras para la tercera fase.

 

-¿Por qué lo dices?- mira al anciano entrecerrando sus ojos.

 

-Porque en esta fase las princesas sí o sí deben de usar traje de baño-

 

-Es mejor poder apreciar sus curvas antes de que la ganadora sea mi esposa, ¿no crees abuelo?- sonríe de lado.

 

-Si usted lo dice… aunque hay una joven que jamás he visto y es la única que usa ropa holgada- frunce el ceño al no conocerla.

 

-No te preocupes. Ella será la ganadora-

 

-¿Eh? ¿Cómo está tan seguro?- lo mira sorprendido.

 

-La he conocido mientras salí a caminar la otra vez. Y sé que ganará. Me transmite un sentimiento que he experimentado una vez de niño… creo que se llama amor- ríe divertido ya que desde que no volvió a ver más a aquella rubia, no pudo dejar de pensar en ella.

 

-¿Entonces está enamorado, príncipe Seungri?-

 

-¡Que me digas Seungri! Y sí, no sé si es amor o calentura pero mi corazón latió con fuerza cuando la vi-

 

-¿Qué hay del príncipe Dong?-

 

-¿Por qué me haces recordar mi infancia? Él se mudó a Francia prefiriendo ser un chico estudioso y mandar a la mierda mi amor- frunce el ceño.

 

-Él tenía sólo ocho años y usted seis. Era  muy pequeño y debía obedecer a sus padres- suspiró.

 

-No me hagas recordar más aquel suceso, ¿quieres? Ahora veamos a mi rubia hermosa que sé que ganará y pasará la cuarta fase-

 

El anciano suspiró y caminó hacia la puerta para dirigirse hacia donde esperaría a la ganadora.

-¿Qué sucedería si gana una de las otras princesas?-

 

-Simplemente no pasarán la cuarta fase. Sólo mi musculosa y sexy rubia logrará entender aquella fase y escoger la verdadera llave que abre esta habitación- sonríe.

 

El anciano negó sonriendo retirándose del lugar. No sin antes cerrarla con la verdadera llave para luego dejarla donde Seungri le indicó.

 

 

**

 

 

Una vez que sólo la rubia y una de las princesas se animara a meterse a la piscina, por amplia diferencia ganó aquella misteriosa mujer como Seungri lo había predijo.

 

Completamente sucia, la rubia toma la llave que el abuelo del castaño le extendió al igual que una toalla para que se limpiara lo más que podía.

 

-Usted es…-

 

-Shhh es una sorpresa- sonríe la rubia mientras se limpiaba su rostro.

 

El anciano sonrió alegre y dejó que la ganadora ingresara a la mansión.

 

Caminando rápidamente por las escaleras, se dirigió hacia la habitación de Seungri que se encontraba en el segundo piso, casi al final del pasillo.

Miró hacia la puerta y notó que había otra llave idéntica pero con el arete que se le había caído.

Sonriendo, miró la llave que el anciano le había entregado y la arrojó en el suelo mientras tomaba la verdadera y abría con cuidado la cerradura de aquella gran y elegante puerta.

Una vez que abrió completamente la puerta, Seungri la esperaba sentado de manera seductora con una bata de seda azul y sonriendo travieso.

 

-Sabía que ganarías- la mira coqueto.

 

Ella sólo sonrió logrando que el príncipe sintiera unas terribles ganas de hacerla suya pero estaba demasiado sucia para intimar.

 

-Ve al baño y dúchate para que luego vengas a acostarte conmigo- le guiña un ojo mientras que la rubia asintió y caminó hacia el fondo de la amplia habitación donde se encontraba el baño privado del castaño.

 

Seungri notó que no le había indicado dónde quedaba el baño por lo que se sorprendió.

-¿Cómo lo sabe?- finalmente se encogió de hombros y encendió el pequeño equipo de música que tenía a su lado para que una dulce melodía sonara para ambientar la habitación.

 

 

**

 

 

Luego de cinco minutos, la rubia salió del baño pero Seungri no lo notó ya que estaba escuchando su canción preferida. Por lo que estaba con sus ojos cerrados y una leve sonrisa se hizo presente.

 

-Desde que tengo memoria, siempre amaste esa canción… pandita-

 

Seungri se sorprendió y miró hacia dónde provenía el dueño de aquella masculina voz.

-¿YoungBae? ¿Qué haces aquí? ¿Dónde está mi bella rubia?- no pudo evitar morderse el labio inferior al notar que el príncipe Bae estaba completamente desnudo y sólo sostenía una pequeña toalla con su mano para secar su rubio cabello.

 

-¿Acaso no te has dado cuenta?- sonríe y le devuelve el arete que se le había caído cuando se reencontraron.

 

-¿Tú eres aquella preciosa mujer?- se levantó de la cama completamente asombrado.

 

-Creí que te darías cuenta en aquel momento pero veo que no fue así. ¿No has sentido una hermosa sensación cuando nos vimos el otro día? Aquel sentimiento de amor como cuando éramos pequeños- se acerca al castaño pero el menor se alejó unos pasos.

 

-Aquel sentimiento de amor que hablas desapareció cuando me dejaste aquí por irte a Francia- hace un adorable puchero para los ojos del rubio.

 

-Sabes bien el por qué me fui pero al parecer, olvidaste la promesa que te hice ¿verdad?-

 

 

“¿Promesa?”

 

 

Y como si su mente hubiera rebobinado una cinta, recordó el día antes de que Bae se marchara. Los dos estaban tomados de las manos mientras que Seungri no dejaba de llorar y el pequeño YoungBae le prometía bajo la puesta de Sol que regresaría cuando sea lo suficientemente maduro para poder ser independiente y vivir junto con él.

 

 

-¿Lo recordaste?- pregunta el rubio al notar que Seungri se quedó mirando un punto fijo.

 

-Y-Yo…-

 

 

Bae lo abrazó de una manera que el castaño sintió su cuerpo temblar de la emoción.

 

-¿Aún sigues con la idea de que este bello sentimiento de amor se ha ido?-

 

Seungri no podía hablar por lo que negó logrando que el rubio sonriera dulce y besara sus labios de manera dulce.

 

Con sutileza, el mayor recostó a Seungri sobre la cama admirando lo bello que era el castaño. Su vista se tornó de deseo al notar que la bata que llevaba el menor se había desatado logrando que ver parte de su suave piel.

 

-Te amo mi precioso príncipe panda. He añorado mucho este momento- sonríe comenzando a acariciar por debajo de la bata hasta alcanzar a tocar uno de sus pezones.

 

-¡E-Espera!- lo detiene.

 

-¿Qué sucede?-

 

-¿Por qué no me avisaste que vendrías?-

 

-Porque siempre que me quería comunicar contigo, me atendía tu abuelo con la excusa de que no estabas o estabas ocupado. Obviamente sé que él no es esa clase de personas que se entromete para hacer un mal, por lo que supuse que no querías hablar conmigo-

 

Seungri se sintió nervioso ya que su vida dio un vuelco desde que Bae se había marchado y volvió a suceder ahora que lo tenía frente a sus ojos.

-Lo siento. He olvidado la promesa e intenté olvidarte. Ni con las travesuras que he hecho durante estos años te he borrado de mi mente- levemente sonrojado, desvió su vista.

 

-¿Entonces me amas?-

 

-Sí, te amo YoungBae- lo mira y decide besarlo de manera dulce.

 

El rubio retomó sus caricias pero Seungri nuevamente lo detuvo.

 

-¿Y ahora qué?- no pudo evitar fruncir el ceño.

 

-¿Por qué estabas vestido de mujer cuando nos reencontramos?- lo mira curioso.

 

-Porque había perdido una apuesta con unos amigos y debía caminar al menos cinco cuadras con esa vestimenta hasta llegar a la casa de uno de ellos- ríe levemente avergonzado.

 

-¿Y por qué aceptaste venir a jugar en vez de relevar tu verdadera identidad?-

 

-Porque tu mirada de entusiasmo para que yo participara me pudo más y decidí seguirte el juego- sonríe.

 

Seungri no pudo evitar sonreír satisfecho ya que YoungBae solía hacer todo lo que él le proponía jugar cuando eran pequeños.

 

-Sabes que no deseo casarme aún… ¿verdad?-

 

-Sí, lo sé. Pero desde ahora que estaremos juntos, haré lo posible por convencerte al igual que a tu primo Seung Hyun para que permita que dos hombres se casen-

 

El menor no dijo nada y volvieron a conectar miradas. Sus ojos brillaban con ansias de amarse completamente por lo que Seungri abrazó al rubio atrayéndolo hacia él para poder unir sus labios nuevamente mientras que las caricias se hacían presentes.

Lo que no se esperaba el menor era que Bae profundizara el beso mientras deslizaba su mano entre sus glúteos logrando que lo detuviera.

 

-¿Qué haces?- lo mira asustado.

 

-¿No es obvio? ¿O no quieres hacer el amor conmigo?-

 

-No es eso-

 

-¿Entonces?-

 

-Es que está mal, yo debería ser el que domine-

 

Bae rió logrando que Seungri frunciera el ceño sonrojado.

 

-Eso crees tú mi lindo pandita- sonríe de lado retomando sus caricias mientras que Seungri forcejeaba para poder invertir la situación.

Pero luego de su fallido intento, comenzaba a jadear de placer al sentir las hábiles manos del rubio tocar zonas sensibles en él dejándose llevar por el amor y la pasión de su amado príncipe YoungBae…

 

 

 

 

Fin.

 

 

   

 

Notas finales:

¿Qué les pareció? o:

 

Pido disculpas si hay faltas de ortografía >:/

 

Espero les haya gustado. ^^

 

¡Gracias por leer! ~


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).