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"Sin embargo todavía dudo de esta buena suerte, porque el cielo de tenerte me parece fantasía".
Tranquilo Jono, cuál es el problema, ¿¡cuál es el mandilo problema!?, mi cara seguramente estaba algo enrojecida por el enojo y el lápiz que mantenía entre mis manos estaba a punto de partirse hasta que hizo "crack" dando pie a un lápiz partido en dos mitades casi iguales.
—¿Te sientes bien Jono? -La cuestión de Yug solo hizo que un sentimiento de impotencia me invadiera.
—Hmmj -Un pequeño sonido sin afirmar ni negar nada, un sonido que ni siquiera le daba una respuesta a su pregunta salió de mis labios.
—¡Aaarg! -Bufé molestó acostando mi cabeza en el mesa-banco soltando las dos mitades de lápiz que segundos atrás aún estaban entre mis manos.
—Me preocupas sabes... -Yug seguía hablando, pero yo no quería responder nada, miré uno segundos la escena por la que me encontraba tan malditamente consternado.
—Creo que no necesitas decir nada -Yug sonrió levemente burlándose de mí coraje, era obvio que lo había notado, incluso yo sabía que más que enojado estaba celoso.
—¡Ese maldito bastardo! -Exclamé molestó, un maldito pelirosa de ojos de ojos aguamarina estaba con MI neko, ese maldito quién se creía para acercarse tanto a él.
—¿Cuál es tu problema con Siegfried?, solo es amigo de la infancia de Kaiba -Yugi no entendía nada, él no notaba las intenciones de ese idiota, arrogante, prepotente y vanidoso hijito de papi con mi novio.
—¡Es que no lo vez Yug! Desde que llegó de Alemania, no se le despega un solo momento, y sabiendo la obsesión que tiene Seto con la rivalidad en ámbitos tecnológicos, ocupa eso para hacer una lucha constante para llamar su atención -Tenía una semana de que ese estúpido Von Schro... no sé qué, había llegado de Alemania con el propósito de visitar "viejos amigos" según él, ya que en su país estaban de vacaciones, odiaba que ese chico me tuviera tantos años de ventaja al haber conocido desde pequeño a mi neko, algo en mí me hacía dudar y no, nunca de mi novio, pero sí de ese maldito bastardo, ¿por qué tenía que aparecer cuando estaba en mi mejor momento con mi familia? -Inclusive trajo con él una maldita foto donde aparecen juntos cuando solo eran unos niños, no sabes cuándo coraje me da.
—Sí, definitivamente estas celoso, pero tranquilo amigo, él no tardará en marcharse y podrás volver a la cotidianidad con tu novio -Yug sonrió cálidamente al decirme eso, al ver su sonrisa realmente quise creer en sus palabras.
—Ojalá Kami te oiga amigo, ojalá Kami te oiga...
El día escolar se había ido demasiado rápido, durante todo el tiempo ese estúpido de Siegfried había estado rondando a mi novio, no sabía cuál había sido el motivo de acompañarnos a la escuela, además de todo él que los maestros lo hubieran dejado conocer por un día como era el ámbito educativo en Japón, realmente fue el peor día de todos.
—¿Cachorro qué tanto piensas? -La voz de mi tormento de ojos azules me hizo reaccionar ya había llegado a la entrada de la escuela y Yug ya se había adelantado, ni cuenta me había dado de lo que había pasado, había pasado todo como en automático.
—En nada neko -Respondí tratando de sonreírle lo mejor que podía -Solo te extrañé, ¿cómo estuvo la junta con el direc....?
—¡Kaibaaaa! ¡No me digas que planeabas irte sin mí! -Ese estúpido pelirosa había cortado tajantemente mis palabras, sentí como de nuevo todo el coraje empezaba a invadir mi cuerpo, solo con escuchar su estúpida voz y su maldito acento alemán lo odiaba un segundo más antes que el anterior, inclusive, aunque amara ese idioma porque mi neko lo hablara a la perfección y a él se le escuchará encantadoramente bien.
—Claro que no Siegfried -Respondió mi neko con ese tono de voz tan frío que suele utilizar para sus empleados -A todo esto, ¿qué te quedaste hablando con el director?
—Nada importante, solo mi cambio aquí para estudiar lo que resta del ciclo escolar -Al escuchar sus palabras sentí ganas de matarlo, ahora no solo tenía que soportarlo de visita en la mansión Kaiba si no también en la escuela -Increíble, ¿no Jonouchi? -Me sonrió "educadamente" aunque entre líneas se podía leer a la perfección que solo lo decía para restregarme en la cara que estaría cada vez más cerca de mi neko, además él solo solía tratarme educadamente cundo estaba frente a Seto, mientras me ignoraba olímpicamente.
—Claro, lo es -Respondí sarcásticamente sonriéndole lo mejor que podía para no verme mal educado.
—¿Cómo está eso?, ¿qué no solo estabas de vacaciones?, ¿cómo piensas cambiarte a esta escuela? -Mi neko estaba sorprendido y pude reconocer su tono en desacuerdo con las acciones de Siegfried.
—¡Ese era el plan, pero me enamoré por completo de Dominó y pienso quedarme algún tiempo! -Sí claro, enamorarse de Dominó, ¡a otro perro con ese hueso!, si se ve a lenguas que va tras de mi neko, eso no pienso soportarlo.
—Bueno Siegfried, ya estás grande y tú tomas tus decisiones así que puedes hacer lo que quieras, vamos cachorro -Seto tomó mi mano para adelantarnos.
—¡Kaiba! No me dejes -No podía creer que la tortura apenas empezaría.
Dos semanas y era todo lo que podía soportar, a pesar de que el pelirosa no se estaba quedando en la mansión Kaiba parecía como si estuviera viviendo junto con nosotros, tal como hoy, antes del desayuno se presentó en la entrada y claro, no podíamos ser menos corteses y por educación lo invitamos a pasar y a desayunar de paso...
—¿Y cuéntame Moki qué es lo que más te gusta de la escuela? -Claro solo con el chibi solía ser un encanto de personas, Moki que es tan lindo y de buen corazón no ve las negras intenciones que se carga y le corresponde de manera animada, inclusive comenzó a osar llamarlo con yo, eso me hacía enojar muchísimo más.
—Pues la verdad todo Sieg, tengo buenos amigos y estoy con ellos en el equipo de basquetbol de la escuela, sé que ahora soy pequeño, pero sé que algún día estaré igual de alto que mi hermano -La bella sonrisa de mi chibi, al menos él estaba feliz y eso es algo que me agradaba.
—Que bien, algún día deberíamos de jugar basquetbol juntos, a mí también me encanta ese deporte -Lo que me faltaba, ahora hasta deportista salió el señorito "perfección".
—Eso sería genial, claro que Jono también nos acompañarás, ¿verdad? -Con esa linda sonrisa de Moki nadie puede negarle nada, aunque signifique encarar a mi tortura rozada.
—Claro que si Moki, me encantaría, sabes que nunca te digo que no -El chibi me sonrió como solo a mí sabe hacerlo, para que lo voy a negar si celo a Moki tanto como a su hermano, él solo pensar que alguien me pueda quitar el amor de ambos es algo que me perturba totalmente.
—¡Genial! Entonces los veré saliendo de clases para que jueguen conmigo, ¿tú también jugarás Seto? -Mi neko tampoco puede decirle que no al chibi, sin embargo, ya me había dicho que tenía trabajo en Kaiba Corp así que llegaría para la cena.
—Me encantaría Mokuba, pero hoy tengo trabajo, ¿te parece si lo dejamos para el fin de semana?
—Vaya Seto, tú sí que eres aburrido -El chibi sonrió al ya conocer a su hermano.
—Sí, Seto, eres realmente aburrido... -Una sonrisa ladina brotó de los labios de Siegfried, ¿¡qué se creía ese pelos de plumero para llamar por su nombre a MI neko!?, empuñé mi mano fuertemente al grado de que mis nudillos quedaran blancos del coraje.
—Hmmph -Ese sonido significaba desaprobación total -Bien, debo irme, hoy estaré desde temprano en Kaiba Corp, pero llegaré para cenar, cachorro, nuestro chofer se encargará de llevarlos a ti y a Moki a la escuela y Siegfried si quieres puedes irte con ellos.
—Claro, gracias Seto... -Una vez más, si ese estúpido se atrevía a pronunciar el nombre de mi Seto UNA sola vez más se iba a quedar sin ese maldito pelo rosa que tanto me molesta por ser tan raro y que incluso a Seto lo deja pensando en su extrañeza y eso que estamos acostumbrados a la exótica cabellera de mi amigo Yug.
De camino a la escuela a Moki lo dejamos en su primaria y de ahí a mí me llevaron a la escuela junto a la detestable compañía, todo el camino fue un constante choque de miradas entre Siegfried y yo, ambos habíamos permanecido en silencio hasta que él se cruzó de brazos y piernas y habló.
—No eres un idiota Jonouchi, así que más vale que te quites de en medio -¿Huh?, ¿estaba escuchando bien?, ese idiota me estaba diciendo a MÍ, qué me quitara de en medio cuando ÉL había venido a interferir en NUESTRA vida perfecta.
—Creo que escuché mal, ¿qué me quité de en medio? -Cuestioné molesto adoptando la misma pose de él.
—Claro, tú... solo eres un perro callejero, la verdad es que yo soy mucho mejor para Seto... -Esa, esa era la última vez que permitía que llamara a mi neko como solo nosotros, su familia, teníamos el derecho de llamarlo.
Me levanté dispuesto a plantarle un golpe en la cara cuando el auto se detuvo y la puerta fue abierta, Siegfried me miró ganadoramente, tuve que aguantarme el enojo que volvía a invadirme, ahora no era una locura, mis celos tenían un maldito fundamento.
Durante el receso le conté a Yug lo que había pasado, él me escuchaba atónito.
—Realmente no pensé que Siegfried fuera así, con todos se comporta muy bien -Mencionó sorbiendo de su refresco de manzana.
—Pero él mismo me lo dijo, es más lo citaré: "Tú... solo eres un perro callejero, la verdad es que yo soy mucho mejor para Seto", ¡no sabes las ganas de tuve de molerle la cara a golpes! -Exclamé tomando un bocado de mi comida.
—Deberías hablarlo con Kaiba, sé que él hará que se aleje lo más que pueda, todo con tal de estar bien contigo.
—Lo sé, sé que Seto lo haría, pero volvemos a lo mismo, es un amigo de la infancia, yo no quiero que se alejen por mi culpa...
—¿Entonces prefieres que Siegfried te quite del lado de tu "neko", de Mokuba y de todo lo que has logrado en lugar de hablarlo con Kaiba? -Esa pregunta me heló la sangre.
—Por supuesto que no, son mi familia Yug, lo que yo menos quiero en este mundo es perderlos -Agaché mi mirada ocultando mis ojos en mi flequillo, sentí como mi corazón comenzó a latir despacito, Yug tenía razón, debía de decírselo a Seto -Definitivamente, hoy en la noche lo hablaré con él -Yug asintió a mis palabras con una sonrisa.
—Ese es el Jonouchi que conozco, encarando las dificultades -Yo solo sonreí al escucharlo, ahora solo debía esperar a por Seto.
Al finalizar las clases regresamos a la mansión Kaiba, gracias a Kami Siegfried había decidido irse a parte y vernos allá así que durante el camino fue únicamente con mi chibi que me contó con lujo de detalles su día escolar.
—...y eso fue lo que hice en todo el día Jono -Mencionó sonriéndome feliz.
—Me alegro que haya sido un buen día Moki -Le revolví su cabellera en señal de cariño.
—Oye Jono... Tal vez... bueno mejor no -El chibi comenzó a tantear una idea, yo lo miré extrañado.
—¿Qué es lo que pasa Moki? -Cuestioné algo turbado, tal vez algo no había estado del todo bien en la escuela.
—Bueno... no sé cómo decirlo... -El peque estaba algo contrariado y se veía en su carita el no saber si debía hablar o no.
—Puedes decirme lo que sea chibi, sabes que yo siempre seré todo oídos contigo -Le sonreí como siempre para animarlo a hablar.
—Bueno, es sobre Siegfried, no sé, tal vez esté siendo muy malo, pero su presencia no me gusta del todo, siento que a fuerza se quiere meter en nuestras vidas y que él quiere quedarse con mi hermano... -Su voz se escuchaba entristecida, hasta el pequeño Moki había notado la obviedad de ese idiota.
—Yo también lo noté Moki, desde que llegó a Dominó pude darme cuenta de sus negras intenciones... -Respondí soltando un suspiro.
—¡Así que no era ideas mías! -Exclamó impresionado.
—Para nada Moki -Negué con la cabeza sonriéndole.
—Pero es muy tonto si creé que mi hermano se va fijar en él, nosotros ya te tenemos a ti y no queremos a nadie más -Las palabras de Moki sonaban llenas de orgullo, yo solo le abrí mis brazos para que él viniera a abrazarme.
—Tú Moki y Seto son lo más valioso que tengo y no me importa contra quien deba luchar, siempre lo haré para estar a su lado -El chibi me abrazo fuertemente mientras yo permanecía acariciando su cabello tal como una madre a su hijo.
El camino fue corto y al llegar ambos fuimos a hacer nuestros deberes para estar libres en la noche y disfrutar de la compañía de cierto portador de unos ojos zafiro que tanto amábamos, sin embargo, al llegarse la tarde apareció nuevamente el innombrable.
—Hola Moki, ¿listo para jugar? -El chibi le sonrió levemente.
—Por supuesto Sieg -Respondió suspirando por lo bajo -Vamos Jono -Yo asentí sonriéndole caminando a su lado.
Fuimos a jugar al jardín donde había una cancha especial para tenis y basquetbol, uno no sé imaginaría que tantas cosas tiene la mansión Kaiba hasta que vive dentro y eso que a mí aún me faltan muchas cosas por ver.
Comenzamos a jugar un buen rato, todo estaba bien hasta que noté como a propósito el idiota de Siegfried lanzaba el balón contra mí, según él solo eran accidentes, sí, claro, como si no pudiera detectar su cínica sonrisa y menos después de lo que habíamos hablado de camino a la escuela.
Al finalizar el juego todo había pasado sin ningún percance gracias a mi rapidez para esquivar cosas.
—Moki ve a darte una ducha, tú hermano está por venir y cenaremos -Mencioné sonriéndole.
—Lo que tú digas Jono -Respondió subiendo las finas escaleras de mármol de la estancia principal.
Yo me quedé junto a mi tortura pelirosa en la estancia.
—Iré a ducharme, puedes irte cuando gustes -Mencioné restándole importancia a mis palabras.
—Claro, pero más tarde volveré tengo un asunto pendiente que hablar con Seto, nos vemos Jono... -Cálmate Jono, no hagas una locura, no aquí, ese idiota se había referido a mi novio nuevamente por su nombre y por su fiera poco había mencionado e mío como si de un chiste se tratara, pero no, no era el lugar, ni el momento para hacer mis dramas.
Lo vi marcharse y posteriormente subí a mi habitación que compartía con Seto para ducharme y estar listo a la hora de la cena.
Gracias a Kami la cena pasó sin inconvenientes, ese idiota no se había aparecido y eso me había dejado un poco más tranquilo, casi para finalizar había un pequeño azabache durmiéndose sobre su plato de comida debido al cansancio que había tenido durante la tarde así que al terminar lo llevé a acostar y posteriormente fui a arreglar la habitación de Seto y mía para dormir mientras mi apuesto novio checaba unos últimos documentos en su despacho, trabajo y más trabajo, pero así era la vida del empresario más poderoso y joven de Japón.
Una vez que estuvo todo listo y al ver que pasaba más de media hora desde que había subido con Moki, me encaminé escaleras abajo para buscar a Seto en su despacho, antes de tocar pude escuchar una voz extra en su despacho.
—Solo son negocios Seto, negocios muy convenientes para nosotros dos... -Pude identificar rápidamente de quien se trataba, estaba a punto de abrir la puerta de un solo golpe cuando escuché algo golpear contra el escritorio.
—¡Ya estoy hartó de ti Siegfried, te he soportado lo suficiente por la consideración que te tengo desde que somos niños, pero ya no puedo soportar tu maldita actitud! -Hasta a mí me impactaron esas palabras y eso que no era a quien iban dirigidas.
—Todos estos años tras de ti y nunca lo has notado, para ser muy inteligente eres un hombre muy ingenuo herr* Kaiba.
—No me trates como un idiota, siempre supe tus intenciones, pero no eres alguien a quien valga la pena prestarle el mínimo interés.
—¡No te refieras a mí como si de tu estúpido novio, el perro faldero don nadie se tratase! -Eso fue todo lo que mi orgullo pudo soportar, abrí abruptamente las puertas cerrándolas tras de mí para que no saliera del despacho esa conversación, la escena que vi, me descolocó totalmente, el muy idiota de Siegfried había jalado a MI Seto de la corbata y estaba a centímetros de su rostro, sentí como la sangre me subió al rostro de coraje, ese maldito pelirosa dejaba de existir ahí sí o sí.
—Yo podré ser un perro faldero y todo lo que tú quieras, pero sabes qué Siegfried, yo tengo algo que tú nunca tendrás, eso es el valor de luchar por las personas que amo y la perseverancia para salir siempre a delante ante cualquier dificultad, ¡y eso es algo que alguien tan simple como tú, riquillo mimado hijito de papi nunca entenderá! -Me acerqué hasta a él tomándolo de su cabello alejándolo de mi novio, por fin estaba encarando a ese maldito bastardo, Seto solo me miró impresionado.
—Ya lo ha dicho mi novio, además, ¡NO TE PERMITO QUE LO TRATES COMO ALGUIEN COMÚN! ¡ÉL ES MIL VECES MEJOR QUE TÚ Y QUE QUIEN SEA! -Sus palabras hicieron acelerar a mi corazón, instintivamente fui hasta donde Seto y lo abracé, el hizo lo mismo.
—Seto... -Mencioné sonriéndole.
—Cachorro... -Si, solo para mí era esa expresión que estaba teniendo en ese momento, solo para mí ese ese gesto de cariño y de un amor sin igual.
—No puedo creerlo, ¡ustedes me dan asco!
—Si tanto asco te damos como dices, ¿¡por qué no te largas de nuestras vidas de una buena vez!? -Cuestioné de una forma ácida, la más ácida que me pudo salir y eso que me había costado mucho ya que no me gustaba ser sí, pero él realmente se lo merecía.
—Es mejor que te largues de aquí y que nunca se te vuelva a ocurrir aparecerte en nuestras vidas.
—Hmmph, algún día me pagarás este cruel rechazo herr Kaiba, algún día, ustedes dos me lo pagarán -Un bufido acompañado de la amenaza, más infantil jamás hecha salieron de sus labios y salió echando chispas del despacho.
—Al menos las cosas volverán a ser como antes -Mencioné suspirando.
—Si te molestaba ese idiota me lo hubieras dicho cachorro, creí que él simpatizaba contigo y con Mokuba y por eso permitía que siguiera acercándose.
—Debí hacerlo... -Un suspiro salió de mis labios.
—Para la próxima ten la confianza de decirme lo que te disgusta cachorro... -Asentí a sus labras con una sonrisa.
—De acuerdo neko, ahora solo quiero una cosa, reponer todo este tiempo que ese tonto pelirosado te mantuvo lejos de mí -Pasé mis brazos tras el cuello de mi apuesto novio dejando mi rostro a centímetros del suyo, Seto pasó sus brazos por mi cintura alzándome un poco para juntar nuestros labios finalmente, los cuales parecían que estuvieran sedientos de las caricias del otro separándonos únicamente para tomar un poco del muy estorboso oxígeno y volver a la tarea de entregarnos como solo él y yo sabíamos.
Podrían separarme de muchas cosas en la vida, pero jamás de mi lindo chibi y mucho menos de mi amado Seto Kaiba, mucho me había costado estar donde estaba ahora junto a las dos personas que más amaba en este mundo, mi familia, y nada iba a lograr nunca que yo me alejara de ellos, aunque pareciera un sueño o una simple fantasía, éramos felices y así íbamos a seguir mientras pudiera seguir llenándoles con mi amor sus vidas y ningún amigo de Kaiba iba a poder evitar eso.
Fin.
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