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Cuando amar se vuelve imposible por nekita_kurosaki

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Notas del capitulo:

Realmente no era mi idea de publicarlo, pero me dije ¡Que demonios! aqui esta lo que me saco de mi bloqueo, niguna de mis amigas tienen idea de que escribi este Fic, asi que ¡Sorpresa! ehehehe amo el drama.

espero que les gusten.¡besos!

 

Capítulo 1

 

Hay veces en la cual sientes que tu vida va en una espirar de fracaso, y hagas lo que hagas nada lo cambiara. Es como si cada decisión que hicieras te llevara continuamente a la mala suerte, irritándote, desilusionándote y sobre todo cortándote la esperanza de ser feliz.

 Hasta este punto Sasuke no entendía como todo se había reducido a esto. Enserio. No tenía ni la más puta idea de que su primo Obito atraparía al hombre del cual había estado enamorado por más de tres años en cuestión de un insignificante fin de semana.

¡Un jodido fin de semana!

¿Cómo siquiera era posible? Sasuke había intentado duramente por tres años que su mejor amigo lo viera como un hombre potencial para ser amante. Ninguna de sus tácticas había resultado, pero no significaba que él se daría por vencido. Se había conformado, hasta el momento, ser el mejor amigo fiel y leal. No era mucho, pero él podía disfrutar de la calidez que emanaba Kurama.

Y dioses, Kurama emanaba más que calidez. El hombre prácticamente cuando entraba en una habitación incendiaba sus pantalones, lo cual hacia un poco complicado mantenerse alrededor del hombre sin obtener una erección. Solo Dios sabia cuántas veces se había escabullido para aliviar su problema. Ni hablar cuando Kurama sonreía, era como un tsunami de orgasmos para la vista.

Para ser un simple mecánico, Kurama llenaba todos los estándares para ser clasificado como el hombre prefecto, masculino y terriblemente comestible. Era todo lo que cualquier hombre gay y mujer desearía tener como amante. Sasuke no era la excepción, una simple mirada y supo que era todo lo que quería.

Y como cualquier tonto enamorado, Sasuke se había prometido llegar al corazón de su amor platónico y por supuesto alejar las manos mañosas que querían arrebatarle a su mejor amigo.

Ese había sido su pensamiento durante todos estos años.

 Ah, pero llega Obito y en dos días logra quitarle todo lo que había deseado. Y ahora estaba ahí, en su casa, con el hombre de sus sueños sentado a su lado, en el mismo comedor de madera que había mandado hacer hace cinco meses y había armado con ayuda de Kurama. Había sido un gran recuerdo y ahora era manchado con la imagen de Obito, agarrado de la mano de Kurama, mientras tomaba su café matutino.

Maldita sea.

Sasuke sabía que había un pequeño tic en el ojo, la sonrisa forzada en sus labios ya comenzaba a doler de alguna manera. Sostuvo fuertemente su taza favorita de café mientras oía con falso interés las nuevas buenas de sus invitados.

«Alguien que me pellizque por favor.» rogó. Porque esto sin duda parecía una mala sueño de la cual quería despertar.

— Sé que suena estúpidamente cursi decirlo, pero sucedió de la nada, como si fuera predestinado. ¿Quién diría que resbalarme con una taza de salsa en mis manos me traería tanta felicidad?— Comentó divertido Obito, sonriéndole amorosamente a su nuevo novio. — No miento en que fue asqueroso lidiar con la salsa sobre mí. Pero me alegra que haya sucedido.

Kurama rio bajamente. Sasuke molió sus dientes cuando este se inclinó y le aparto un mechón negro del rostro de su primo. No sabía que le molestaba más, si el acto cariñoso o el brillo y sonrojo en el rostro de Obito.

«Perra. »

— Y todo esto es gracias a ti Sasuke — de repente, los ojos rojos rubí pulido de Kurama se centraron en él. — Si no me hubieras invitado a la reunión familiar en la casa de tus padres nunca habría conocido a Obito. Realmente te lo agradezco.

No me lo recuerdes ahora maldición.

Sasuke realmente forzó duramente una sonrisa, cuando en realidad quería llorar por la injusticia, pero seguro que se vio como una mueca. Aclarándose la garganta, asintió, mientras llevaba su taza de café a sus labios, pero no se atrevió a probarlo.

— Realmente no tienes nada de que agradecer — susurró—Yo… Me alegra poder haberlos ayudado inconscientemente a conocerse. Conociéndolos a los dos, estoy seguro serán felices por un buen tiempo… ambos se complementan perfectamente, estoy felices por que estén juntos.

Kurama y Obito sonrieron complacidos con sus palabras, mientras Sasuke se sentía una basura por estar mintiendo tan descaradamente a su mejor amigo. ¿Pero que más podía hacer? ¿Decirle que estaba celoso? ¿Qué había estado durante tres años enamorado de él? ¿Qué le estaban destrozándole el maldito corazón estando ahí tomados de las manos?

No. Él no podía decir ni una maldita palabra de lo que sentía, porque de nuevo, ya era demasiado tarde como para arremeter contra ellos cuando era claro que la culpa era suya. 

Si tan solo hubiera tenido los malditos cojones y confesado a Kurama sus sentimientos desde hace mucho tiempo, no tendría que pasar por esto, fingir que estaba feliz por su mejor amigo cuando realmente sentía un gran vacío instalarse en su estómago mientras los veía estúpidamente felices.

Esto era una porquería.

Y ya era hora que tirara la toalla. Porque era la única solución que quedaba, realmente amaba con cada aliento de su ser a Kurama y aunque suene cliché, sí estar con otra persona el hombre era feliz, Sasuke se apartaría a un lado enterrando sus sentimientos en una bóveda sin dificultarle la felicidad al hombre que más amaba en el mundo.

Aun así si su orgullo haya sido apuñalado.

Su confianza pateada.

Y esperanza aniquilada.

Parpadeo un par de veces, espantando las lágrimas que amenazaban mostrar el verdadero dolor que sentía al ver como los labios de Obito se juntaban con los de Kurama en un dulce y casto beso.

Sasuke aparto la mirada.

Dejando su taza sobre la mesa, se levantó en silencio y caminó hacia la nevera, Obito y Kurama cambiaron de tema a uno más trivial, riendo una que otra vez mientras terminaban el desayuno que él les había cérvido minutos antes de que le soltaran la noticia.

Tomó el yogurt de melocotón con cereales que había comprado la semana pasada para saciar su antojo. No tenía hambre, pero necesitaba algo con que distraerse. También necesitaba pensar en alguna forma de librarse de la nueva pareja. Entre más minutos pasaba, Sasuke no sabía cuánto más podía mantener la compostura.

Realmente quería estar solo.

— Entonces ¿Iras al trabajo hoy? — Kurama preguntó de repente mientras limpiaba el jarabe de sus labios con su lengua, viéndose malditamente provocador qué robaba el aliento. Sasuke sintió su corazón latir más rápido así que bajó la mirada hacia su yogurt tratando de ocultar el deseo que sentía por su mejor amigo.

« Dios, soy un idiota. El hombre me acaba de romper el corazón ¡No debería sentir deseo hacia el!

Pero esto acaba de suceder, no puedo simplemente barrer tres años de sentimientos bajo la alfombra. Joder.»

No es como si hubiera hecho cosas malas en su vida como para merecer esto, era solo un simple hombre de veinticuatro años con el mismo deseo de ser correspondido por el amor de su vida. Lo único malo que había hecho era no confesarle sus sentimientos a Kurama.

Y ahora el destino flipaba en su contra.

«Adiós, fin de semana tranquilo.

Hola, fin de semana lleno de lamento y dolor.»

Soltando un suspiró, respondió la pregunta manteniendo el tono de su voz normal y no uno que mostrara el verdadero dolor qué estaba sintiendo.

— No iré.

— ¿No iras? — Obito se inclinó mirándolo con curiosidad. — Pero ¿no que tenías qué entrevistar a unos fotógrafos? ¿Sucedió algo?

«Si, me acabas de robar el hombre que amo. ¿Qué esperabas? ¿Qué sonriera y continuara con mi vida? »

— Pedí el día libre hoy — dijo a cambio, encogiéndose de hombros como si eso lo explicara todo. — haré las entrevistas el lunes, por eso no tengo tanta prisa.

Eso le recordaba que debía llamar a su jefa y decirle que no iría hoy. Por suerte era viernes, revisaría los portafolios enviados en alguna hora del domingo y... A quien iba a engañar, realmente dudaba que pensara en algo sobre el trabajo durante estos días, la única decisión importante que tendría en mente era en qué tipo de helado sucumbir su miseria.

Más nada.

Kurama lo miró desde el otro lado de la mesa intensamente. Sasuke en inmediato desvió la mirada y se maldijo mentalmente ante el brillo de sospecha que había en los hermosos ojos rubí pulido. Kurama lo conocía bien y sabía que él nunca tomaba días libres, en lo personal los odiaba y siempre se esforzó en expresarlo. Es por eso que no se sorprendió cuando el hombre preguntó con escepticismo:

— ¿Estás seguro?

 ¿Ven? ¡Lo conocía perfectamente!

Asintiendo mecánicamente, desvió su mirada hacia el suelo y observo la punta de sus dedos asomarse por el borde su pantalones de pijama.

— Sí…

Cuando alzó la mirada de nuevo vio el ceño fruncido en el rostro de Kurama, distraídamente comenzó a jugar con el envase de su yogurt en sus manos. Por una parte se sintió mal por mentirle al hombre, pero recordó por lo que él mismo estaba pasando así que lo desechó.

Porque eso era lo que debía hacer ¿no?

No tenía que estar dando explicaciones. Estaba en su maldito derecho en pedir un día libre para así lamberse sus jodidas heridas en privado ¿Cierto? Bien. Entonces ¿Por qué se sentía como una mierda el no hacerlo?

« Idiota. Es Kurama de quien estamos hablando, es el hombre el cual amas con cada célula de tu ser, puede que él no te quiera de la misma manera pero tu estúpido corazón le sigue siendo leal.  »

Sacudiendo la cabeza, comenzó a comer furiosamente su yogurt. Estaba enojado más consigo que con Kurama o siquiera con Obito. Toda la ira que ahora recorría por sus venas estaba dirigida a él mismo.

Y con razón.

— Emm… bueno, ya que tienes el día libre hoy, ¿Por qué no nos acompañas a la casa de mis padres?

 Sasuke detuvo su cuchara a unos centímetros de su boca y arqueó una ceja al ver a Obito quien sonreía radiante.

— ¿A la casa de tus padres dices? — Preguntó curioso. Además ¿Por qué en el infierno iría a la casa de sus tíos? Eran buenos, pero su familia era terriblemente extraña, ya había tenido su sobredosis de este el fin de semana y mira como todo resulto. — ¿Quieres que vaya allá?

Obito asintió animadamente.

— Mi madre está preparando una barbacoa, ya sabes, papá tiene el día libre también y no desaprovecha la oportunidad para encender la parrilla. Quiero presentarles a mis padres a Kurama como mi novio oficial antes de hacerlo con la familia él próximo fin de semana. Ya sabes. Como para amortiguar el golpe, sé que a todos en nuestra familia le agradan Kurama, pero quiero hacer esto de la manera correcta, a pesar que me pone un poco nervioso porque ¿Qué si se niegan? Sé que me quieren y todo, pero aun así no puedo evitar estar nervioso y ya que eres el primero que lo sabes me ayudara a tener algo de confianza. Bueno eso es lo que pienso.

Sasuke simplemente parpadeó.

Sí, todos en su familia eran raros.

La profunda risa de Kurama segundos después de que Obito había terminado con su discurso lo tomó por sorpresa. Miró con curiosidad a su amigo, pero inmediatamente desvió la mirada al notar como Kurama había estirado sus brazos y tiró a un muy sonrojado Obito hacia su pecho.

— Es realmente adorable cuando se emociona demasiado ¿No crees Sasuke? — Dijo, dándole un beso en el oscuro cabello — Es como ver a un conejo saltando de emoción.

— Si… Muy adorable. — respondió entre dientes, mientras les daba la espalda y así poderse apoyar en el lavaplatos, intentado de controlar su respiración.

Esto iba mal.

— Son unos idiotas. — Oyó a Obito quejarse al fondo seguido de un gemido, Sasuke no quería ni imaginar por que fue. Apretó sus labios, mientras su pecho dolía y estaba a minutos de colapsar, sentía como si tuviera una daga escarbando hacia su corazón muy lentamente en cada segundo que pasaba. — Entonces Sasuke ¿Iras?

Cuando el infierno se congele.

Plasmando una sonrisa que no sentía en su rostro, respiró hondo y enfrentó a su primo.

— No… en realidad ya había quedado con Suigetsu —  dijo, metiendo casualmente sus manos en los bolsillos de su pijama. — Le prometí que le ayudaría con su Mazda y pasaríamos tiempo entre chicos, hace tiempo que no lo hacemos qué insistió en ello.

Lo cual vendría siendo otra mentira, ya que ayer había pasado la noche con el chico viendo Este es el Fin mientras bebían cerveza ¿Pero que importaba si mentía? Después de todo solo era el mejor amigo del novio de su primo. ¿Qué les iba a importar lo que estaba haciendo él? Así como no les importaba el desgarramiento actual de su pecho.

¡Y lo peor de todo era que ellos ni sabían!

Obito musitó un ahh, mientras se encogía de hombros y bebía el restante de su jugo de naranja. Por otra parte Kurama no fue el más fácil de convencer, eso si la mirada penetrante que el hombre le estaba dando le decía algo.

Sacando fuerza de donde no tenía, Sasuke se obligó a no titubear frente de Kurama y mantuvo la mirada firme mientras sonreía perezosamente como si nada le importara.

Si antes había ocultado sus sentimientos durante tres años a Kurama, él podría actuar como si no estuviera a segundos de romperse ahora.

Pero ¿Por cuánto tiempo podía resistir?

Amaba a Kurama, en verdad lo hacía… pero esto. Verlo ahí. Dejando en su cocina aquella exquisita fragancia masculina, viéndose absolutamente deliciosos con esa camisa blanca de botones y con su cabello sedoso suelto en su espalda dándole ese aspecto relajado que tanto le encantaba admirar en secreto… Era demasiado, realmente demasiado para su ya herido corazón.

Obito se levantó, sacándolo de sus pensamientos. La sonrisa fácil que el  hombre le dio solo le hizo más daño de lo que había pensado.

— Bueno. Esto estuvo delicioso primo, realmente no sabía que así eran sus viernes por la mañana, si Kurama no me lo hubiera pedido que viniera nunca lo habría imaginado ¡Eres un gran cocinero!

Sasuke parpadeo rápidamente cuando las lágrimas empujaron su salida, aclarando la garganta, asintió.

— Gracias.

— Si quieres podemos esperarte y darte un aventón a lo de Suigetsu. — sugirió Kurama tomando los platos y llevándolos hacia el lavado. — Así no tomaras taxi.

Él negó.

— Tengo algunas cosas que arreglar antes de que salga, me tomara algunas horas. Y no te preocupes por lavar, lo haré yo. Estoy seguro que llegaran tarde a donde sea que vayan a ir.

Kurama arqueó una ceja mientras dejaba la esponja a un lado y cerraba la llave. Sasuke apartó la mirada y salió de la cocina hacia el recibidor, por los paso a su espalda supo que ambos lo habían seguido. Sasuke abrió la puerta y forzó de nuevo una sonrisa en rostro, Kurama tomo su abrigo y Obito hizo lo mismo.

— Realmente habría querido que nos acompañara a casa de mis padres — Dijo Obito, saliendo. — ¿Seguro que no quieres ir?

— Lo siento, pero le di mi palabra a Suigetsu. Sabes que no me gusta romperla.

Obito soltó una pequeña risita — Bueno, al menos puedo decir que lo intente ¿no?

Kurama caminó a su lado, dejando caer la pesada mano en la cabeza de Sasuke revolviendo su cabello como siempre solía hacerlo. Era un acto que siempre había atesorado, pero ahora… Sasuke dio un paso hacia atrás cortándolo.

Kurama se congeló en su sitio, mirándolo pasmado de que él se había alejado de su tacto como si este le hubiera quemado, pero a Sasuke no le importaba, ya no le importaba lo que Kurama podría pensar de él.

Mentira. Si importaba.

Debía alejarse de él. Por más que le dolía la idea, su relación con Kurama no podía ser como la misma de antes.

— Hablamos después. Suerte en la parrillada. — susurró mientras comenzaba a cerrar la puerta. Por un breve instante sus ojos se conectaron con los de Kurama, pero antes de que este viera la miseria que estaba sintiendo, Sasuke trancó.

«Adiós…»

Apoyando su frente contra la superficie de la puerta, respiró hondamente y contuvo el aliento por unos segundos, para después soltarlo en un pequeño gemido. Poco a poco las lágrimas que había contenido durante toda la mañana comenzaron a caer sin tregua alguna. Sus piernas temblaron  y cedieron al instante dejándolo caer de rodillas.

Había sido un gran idiota en pensar que Kurama algún día sentiría algo más que cariño por él.

 

Notas finales:

¿Review? Gracias por leer :)


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