OLVIDAR
-¡¡Grandulón hoy es la fiesta de Aphrodite no puedes hacerle esto a él!! –dijo Shura exasperado.
-Desea verte-agrego Aiolia con una sonrisa suplicante-Y no solo él además es indigno de ti hacer una descortesía.
-No tengo mucho ánimo de ir a fiestas-dijo el rubio grandulón vacilante-Tengo cosas que hacer.
-¡¡Es por ese mequetrefe ya ha pasado meses desde que el muy idiota te engaño!!-replico Harb molesto-¡¡Y tú sigues tan enamorado como siempre!!
-Es difícil explicarlo hermano –sonrió con tristeza-Necesito tiempo.
-¡¡Mas!!-grito York-, ¿hasta cuándo?
-No se…esto que tengo se me pasara…
Los ojos metálicos de York echaban fuego eso era señal que estaba a punto de golpear a GoldToro.
-Habiendo tantos chicos y chicas tan bellas. Tú te vienes a fijar en el chico más…-exclamo Marcus buscando un adjetivo que no fuera bello y perfecto tal como el concebía que era Camus Sasafran. A pesar de superar casi satisfactoriamente su historia de amor no correspondido, en su imaginación anhelaba que el hermoso pelirrojo estuviera a su lado.
-Desde que estaba en primaria estoy enamorado de el -dijo con una tristeza sus ojos estaban lagrimosos-¿Acaso tengo algo de malo?-pregunto mirando a sus amigos-Y sean sinceros…
Los cuatros se quedaron mirando al grandulón por un rato largo. Hasta que un sorpresivo abrazo del menos esperado el gran… Marcus York.
-Estúpido capitán aparte de tu nariz chueca-dijo con una sonrisa burlona-, y contando lo inútil que eres en casi todo. No tienes nada de malo, solo que como diría Harb Camus se lo pierde de tener un gran ser humano como tú.
-Estoy muy de acuerdo con Marcus-secundo Aiolia-Y tienes que hacer un esfuerzo por olvidarlo.
-Amigo casi eres tan buen conquistador como yo-presumió Shura-Y eso cualquier no lo puede ser, sabes lo que estamos aquí…te amamos eres nuestro hermano. Yo personalmente te admiro por ser como eres y quien quite que algún día Camus te corresponda-el chico de ojos verdes asomo un brillo de una ingenua esperanza.
Harb gruño por el ultimo comentario a lo que Aiolia le dio un cocotazo.
-Luc, vamos a la fiesta-insistió Aiolia ignorando el sollozo del menor-Te divertirás y tanto tu como Aphrodite pueden recordar viejos tiempos.-levanto sus cejas-Nos prometiste que te olvidarías de Camus.
El trio que tenía por amigos y su hermano lo escoltaban cuidando que este no se escapara y eso era lo que pensaba Aldebaran en esperar algún descuido para irse y más aun sabiendo que Camus se encontraba por ser el mejor amigo de su ex-novio.
-Lucas ya no quiero tener una relación amorosa contigo-dijo Aphrodite una tarde que se encontraban los dos conversando amenamente cosa que le sorprendió su relación era estable y la más larga de su vida: diez meses.
Al principio solo se rio pensando en el buen sentido del humor del sueco pero notando luego la muy evidente seriedad supo que no era juego.
-Aphrodite, no te entiendo-dijo sorprendido-Porque deseas córtame, ¿hice algo que te disgustara?
-Yo no puedo continuar contigo por el hecho que tú nunca te enamoraras de mí. Y si continuamos los nuestro el que saldrá perjudicado seré yo-reconoció con pesar.
-Aphrodite…-el brasileño estaba confuso durante esos meses su amor secreto había quedado relegado estaba muy a gusto con su relación. Aphrodite se caracterizaba por ser un chico independiente, responsable y divertido, durante un tiempo compitió con Shura por ganar la atención de tan bello ejemplar-¿Cómo piensas que te lastimare? Tú me encantas tanto.
-Es por Camus…
-Ahí esta Aphrodite-señalo Shura hacia la planta de arriba donde se visualizaba el sueco hablando por teléfono.
-Sabes que tu opción no es huir capitán-sentencio Marcus-Aquí los cinco nos vamos a divertir.
-Le deseare feliz cumpleaños y estaré un rato solamente-advirtió el grandulón mirando a los otros con seriedad-No quiero toparme con Camus ni con su novio.
-Pues no lo hagas -dijo Harb fastidiado.
- Nosotros cuidaremos que no pase-dijo York mirando con mala cara al menor.
-Desde luego-intervino Aiolia- Tenemos todo bajo control.
-Bueno dejemos de hablar tanto y vamos que Aphrodite espera-dijo Shura y haciendo una señal con sus ojos le indico a los demás que se retiraran.
Dieron unos pasos hasta quedar en un rincón cerca de la escalera.
-Shura yo conozco el camino.
-Si yo lo sé-dijo con una sonrisa y hurgaba en el bolsillo de su pantalón-Pero no estás preparado-su sonrisa se ensancho mostrando un par de preservativos-Y esto lo necesitaras.
-Shura ¿esto lo tenían planeado?-recrimino tomando los preservativos-Yo vine solo a felicitarlo no a tener sexo como si él fuera un cualquiera.
-Luc, por Athena santa a veces te pasas de inocentón. Aphrodite no desea solo charlar. Y tú necesitas calmar ese mal de amores que tienes.
-La lucha me relaja bastante.
-Pero nada como el sexo.
-Un día de esto vamos tu y yo hacerlo –dijo Alde en un tono de advertencia-Y espero que estés preparado para mí.
-Cuando quieras amigo-asintió y rieron los dos.
-No es broma, quizás más pronto de lo que tú crees -dijo antes de subir las escaleras a lo que Shura le guiño un ojo.
Shura sintió un agradable escalofrió recorrer su cuerpo.
-No estaría mal experimentar.-penso- Y menos con su amigo…
-¿Tienes frio?-pregunto el púgil colocándose detrás del bello rubio.
-Un poco, ¿Qué me sugieres?-dijo presionando su cuerpo contra el fuerte cuerpo del luchador que se sintió enseguida excitado por el sensual contacto-Pensé que no vendrías.
-Quería verte y desearte feliz cumpleaños-dijo besando las doradas hebreas con ternura-Aunque no sé si estas ocupado.
-Camus está aquí-dijo Aphrodite volteándose para observar el cambio de humor que sufría el de ojos verdes-Y a preguntado por ti varias veces.
-¡Yo vine verte a ti y no me interesa más nadie!-soltó enojado-¿Dime para que me querías ver?
El sueco sonrió sabía que había molestado al hercúleo rubio con la sola mención de su otro amigo.
-Lo único que tú puedes darme-respondió con indiferencia-Tu corazón le pertenece lamentablemente a Ca…
Apenas término de hablar cuando era besado con intensidad y su espalda estaba contra el frío balaustre, era incapaz de reaccionar, de pensar…de respirar las caricias rudas y sensuales de Aldebaran lo estaban volviendo loco y el solo podía gemir sintiendo como se frotaba el luchador en su entrepierna.
De un rápido movimiento el púgil lo volteo haciendo colocar sus manos sobre las barandas donde tenía una buena vista de sus invitados, pero no se distrajo mucho con su panorama debido que sentía los labios grueso en su cuello y como uno de su gigantes manos apretaba sus tetillas y la otra tocaba sus glúteos, apretaba sus ojos y reprimía sus gemidos, necesitaba aire, su cuello…pecho… espalda… sus manos sudadas y débiles por el tosco contacto con las barandas que vibraban o era su imaginación.
El GoldToro se movía con energía su mente solo podía contabilizar cada embestida que era sometido su cuerpo deseaba gritar y liberar aquella sensación de saciedad.
Placer…placer…placer…-era la sensación dominante en su cuerpo-su miembro estaba subyugado a unas enardecidas caricias y la intensidad de los embates atrofiaba su cerebro-Aldebaran lo rodeo con su brazo derecho y tomo aire unos segundos para dar una última y fuerte embestida que los hizo colapsar.
Quietud sus respiraciones se regularizaban Aphrodite era incapaz de pensar o hacer algo por su cuenta en ese momento, por lo que Aldebaran acomodo su ropa.
-¿Te sientes bien?-pregunto acomodando los bucles del bello chico que solo lo contemplaba.
-Muy bien gracias a ti-expreso con una sonrisa cómplice-Quédate hasta el final de la fiesta. Quiero…cumplir una fantasía contigo y de hacerlo puedo morir en paz.
Estaba claro que el cumpleañero quería más, una fantasía de Aphoridite le intrigo y asusto un poco estaba consciente de lo creativo que era ese chico en el sexo.
-De acuerdo hare todo lo que me pidas esta noche.
El sueco suspiro sensualmente imaginándose por unos instantes su fantasía.
-Disfruta de la fiesta y guarda energía.
Aphrodite se marchó para su cuarto a cambiarse de ropa la que tenía puesta se encontraba rasgada y como el gran anfitrión que es no podía permitirse estar desaliñado.
FIN