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Sirena por nayma17

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Notas del fanfic:

Los personajes pertenecen a Eiichiro Oda.

Notas del capitulo:

Muchas gracias por estar aquí, este KidLaw lo había pensado escribir desde hace tiempo xD 

 

Una aclaración: machete s m 1 Instrumento cortante parecido a un cuchillo, pero muy grande y pesado, que consta de un mango de madera o metal y una hoja metálica, ancha y filosa de un lado, que termina en punta o en gancho; se emplea para cortar cañas, pencas o leña, para abrir brechas en los campos o como arma: machete de monte. 

(Por si alguno no sabe lo que es)

 

 

Nos leemos abajo.

 

 

70 años han pasado desde que el nivel del mar subió, creando un solo y gran océano, dejando que los continentes se convirtieran en islas, los humanos fueron obligados a adaptarse a su nuevo mundo, todas las personas se transportan en barcos esperando no ser asesinados por el cruel océano o las criaturas que habitaban este, pues habían sirenas pero no de aquellas que seguramente desearías, no eran hermosas mujeres mitad pez que buscaban seducirte porque tuviese algún sentimiento o curiosidad por los humanos. Las sirenas eran embusteras, algunas poseían cánticos para hipnotizar a los marineros, haciendo que saltaran al agua por voluntad propia, ahí eran ahogados para después ser comidos pero sin duda los más peligrosos eran los tritones y sus variedades. Estos no poseían cánticos o alguna cosa similar, simplemente eran hermosos y manipuladores. Los humanos intentaron resolver el “problema” pescando a las sirenas y tritones, lograron reducir casi hasta su extinción a tan aterradoras criaturas pero sin darse cuenta habían reducido el principal alimento de los tritones más peligrosos.

 

 

 

 

 

Eustass Kid era un joven audaz y de carácter fuerte con un gran deseo de ser libre navegando los mares, no había isla que pudiera retenerlo por demasiado tiempo ya que él amaba el agua, le gustaba la soledad que creaba estar en medio de nada más que kilómetros de aquel liquido salado. Esa tarde era como cualquier otra, el sol brillaba en lo alto y el cielo no podría estar más despejado, algunas gaviotas se veían a la lejanía en señal de haber tierra firme aunque eso no le importaba mucho al pelirrojo, tenía reservas necesarias para uno o dos meses, su bote era pequeño y más de una persona se había ganado una paliza por burlarse o menospreciar su transporte, después de todo era algo que había construido él mismo y que le había salvado de incontables tormentas, era lo suficientemente fuerte como para atravesar todo el océano.

 

Se estiró al soltar la vela para que el viento decidiera su camino, la brisa golpeaba su rostro y pecho desnudo al haberse quitado la camisa para soportar el calor de aquel intenso sol. Podía relajarse pues nada daba señales de terminar mal, aunque le mantenía alerta la cantidad de tiburones que nadaban en esas aguas, esas criaturas ya habían probado la carne humana y sabían lo fácil que era comer personas por lo que caer sería ir a tu propia tumba.

 

 

 

 

En las profundidades de lo que antes era el mar atlántico se encontraba un tritón nadando lentamente, no tenía prisa por buscar comida al encontrarse en un banco de peces y tiburones blancos alrededor. Su aleta era de color negro con algunas franjas blancas a los lados y una aleta negra en la espalda seguida de pequeñas aletas a espaldas de su cola. Aunque parecía ser un tritón tipo ballena asesina su aleta se movía de un lado al otro como un tiburón. La mayoría de los tritones que habían sobrevivido a la masacre por parte de los humanos habían intentado dejar de comer carne humana para hacerles creer que ya no quedaba ninguno, sin embargo, este tritón no tenía problemas con ser descubierto como lo que era, pues cuando la persona sabía lo que era ya era demasiado tarde.

 

Su estomago rugió exigiendo comida y el hombre pez simplemente alzó la mirada viendo la cantidad y variedad de peces que nadaban sobre él pero eso no era lo que él quería comer, ya que comer peces significaba tener que atrapar a más de uno, en lugar de eso enfocó su mirada en una criatura marina más grande.

 

Nadó un poco más rápido, lo suficiente para simular ser la sombra de aquel imponente tiburón blanco, por el tamaño de este se podía saber que era hembra, el tritón sonrió dejando ver sus afilados dientes mientras sus pupilas se dilataban, de un rápido movimiento de cola avanzó atacando sin previo aviso a la hembra preñada.

La hilera de dientes se clavó en el vientre del escualo haciendo que este nadara con desesperación buscando que dejara de desgarrar su gruesa piel pero el tritón no tenía intenciones de detenerse, con una de sus manos se aferró al costado del enorme tiburón enterrando sus dedos por la fuerza que ejercía mientras con la otra mano rasguñaba donde antes estaban sus dientes, dando tomando así un ritmo de rasguñar y morder para abrirse paso por las capas de musculo de su victima, hasta que por fin alcanzó donde se encontraban sus crías.

 

Sin pensarlo tomó a la primera cría sacándola de su agonizante madre para arrancarle la cabeza de un mordisco. Tras unos minutos la hembra dejó de nadar, había muerto y con ella sus crías que eran devoradas como dulces de un cuenco, el tritón comió gran parte de aquel enorme animal hasta sentirse saciado, ahora se encontraba lleno y seguramente no necesitaría comida por unos días así que simplemente siguió su camino, nadando sin rumbo aparente, alejándose de la comida que ahora era robada por otros peces y sirenas, poco le importaba pues podría matar otro cuando quisiera.

 

Una hora pasó desde que comenzó a nadar alejándose de las sobras de su comida hasta que algo llamó su atención, sangre. Podía sentirla hasta a treinta kilómetros de distancia y aquello era solo una gota pero una que había caído al agua muy cerca de donde se encontraba nadando.

 

Fue hacía la superficie sacando su cabeza apenas hasta la altura de sus ojos, dejando a la vista sus grises ojos y su cabello negro, el agua aun cubría su nariz y pudo ver no muy lejos de donde estaba un bote, deslizó su puntiaguda lengua por su labio inferior antes de sumergirse de nuevo y comenzar a nadar hacía el bote.

 

 

Kid se encontraba preparando algunos anzuelos para pescar algo de comer. No era algo difícil colocar alguna carnada en el anzuelo pero se encontraba un poco somnoliento por la manera armoniosa en que el bote se balanceaba suavemente a causa del agua, cerró los ojos por un instante, disfrutando así del sonido del agua moverse y el leve rechinido de su bote hasta que el dolor del anzuelo pinchando su pulgar lo regresó a la realidad, se quejó mientras sacudía su mano haciendo que una gota de sangre cayera al agua. Succionó su pulgar buscando así detener el pequeño sangrado y aliviar un poco el dolor.

 

 

-¡Maldita sea!- refunfuñó molesto de su propia distracción antes de dar un brinco al escuchar otra voz

 

 

-Ayuda...- se escuchó aquella tenue voz

 

 

Los tiburones se habían alejado al notar la presencia del tritón, el cual solamente subió a la superficie hasta la altura de sus hombros, así podía ocultar su aleta en la espalda baja, sacó una de sus manos haciendo con algo de dificultad que las escamas en esta desaparecieran, así parecía una simple mano humana, se tomó de la orilla del bote con ella mientras miraba fijamente al pelirrojo para luego hacer un gesto de dolor y miedo antes de hablarle.

 

 

El pelirrojo había volteado lentamente para ver de quien era esa voz y grande fue su sorpresa al ver a alguien en el agua sosteniéndose de su barco, se acercó solo un poco examinándole con la mirada, su piel era morena y aquellos ojos resaltaban como dos perlas grises y brillantes, podía notar miedo en su rostro pero no quería confiarse, podría ser un pirata o lo que era peor, una sirena. Miró alrededor buscando alguna señal de otro barco o persona, no había nadie más que ellos dos. Por un momento pensó que se trataría de una sirena pero se supone que ya no existían, desde hace tiempo no se había escuchado ni rumores de ellas.

 

 

-¿Como llegaste aquí?- preguntó desconfiado mientras se agachaba lentamente para recoger un arpón de la cubierta del bote, aquello no pasó desapercibido por el tritón quien no dejaba su fachada.

 

 

 

-Estaba en mi barco pesquero junto con los demás pero chocamos con un arrecife, la nave se hundió y tuvimos que nadar hacia donde pudiéramos o creyéramos mejor pero aquí es mar abierto...- su tono de voz comenzó a bajar mientras se quebraba un poco casi al punto de llorar -...no se si sobrevivieron-

 

 

El silencio se apoderó del lugar, Kid pensando en si creer aquello y en lo convincente que sonaba todo así como la aparente tristeza de aquel sujeto, sus dudas se disiparon cuando sus ojos se encontraron dejándole ver como los del moreno se humedecían en suplica por ayuda.

 

 

-Si intentas algo te mataré- Le amenazó mientras dejaba caer el arpón en el suelo y se acercaba a la orilla del bote, se inclinó un poco extendiendo su mano para ofrecérsela al moreno, estaban a centímetros de que sus dedos se tocaran, un poco más y el moreno podría jalarlo al fondo del mar, sin embargo, la suerte del pelirrojo era grande, el cielo comenzó a oscurecerse y la marea se volvió un poco errática. Se levantó de golpe alejando así su mano de quien buscaba matarle.

 

 

-Esto es malo, tengo que recoger la vela o se rasgará y quedaremos varados- Dicho eso se alejó de la orilla y le arrojo una cuerda al moreno para que subiera por si mismo o se atara y así no alejarse del bote.

 

Por su parte se apresuró a recoger la vela que ya era golpeada por el fuerte viento que soplaba en contra de ellos, no pasó mucho tiempo cuando las gotas de agua caían sobre ellos, el moreno chasqueó la lengua y dejó la cuerda para nadar por debajo del bote, no le apetecía ser arrastrado por aquello. El viento amenazaba con tirar al pelirrojo de su embarcación pero él no se dejaría vencer tan fácilmente, mientras el moreno se lamentaba el que no se cayera e hiciera todo más fácil.

 

Kid con gran esfuerzo logró llevar su pequeña nave hasta tierra, recordaba a las gaviotas que había visto antes. Después de todo donde habían gaviotas había tierra.

 

Cuando sus pies al fin tocaron tierra se dejó caer sobre la arena, estaba a solo unos pasos del agua pero lo suficientemente lejos como para que el moreno no le alcanzara, la tormenta había pasado tan rápido como había llegado, quizás estaban en el ojo de la tormenta.

 

 

El tritón miraba fijamente al pelirrojo recostado boca abajo en la arena, no se movía por lo que podía estar inconsciente o muerto, lo pensó un poco antes de nadar hacía la orilla, en cada aletazo el agua le cubría menos, se ayudó de las pequeñas olas para quedar boca abajo en la arena también, estiró su mano buscando alcanzarlo pero fue inútil. Le faltaban al menos veinte centímetros para siquiera tocarlo, dejó caer su mano en la arena y hundió sus dedos en esta, estaba frustrado y molesto, hasta hace unos momentos casi lo tenía y ahora se encontraba varado en la orilla si siquiera alcanzarlo. Suspiró molesto y miró hacía el agua antes de ver de nuevo al pelirrojo, lo pensó unos momentos antes de empezar a arrastrarse por la arena, aunque no en dirección al pelirrojo, si no al lado contrario, intentaba impulsarse con su aleta pero era inútil.

 

Cuando estuvo suficientemente lejos del agua como para que no le tocase miró a los lados en busca de cualquier otro humano, al no encontrar a nadie dobló su cola y apretó la mandíbula buscando soportar el dolor que le generaba el partir su cola en dos, no tenía mucho tiempo para hacer aquello por lo que tenía que ser rápido y eso significaba ser más doloroso, unos minutos pasaron hasta que su cola se convirtió en piernas y su aleta se volvió un tatuaje sobre su piel o al menos eso parecía.

 

 

La transformación o camuflaje era algo que podían hacer algunos tritones y sirenas al pasar los 25 años de edad, así podían fingir ser humanos en ocasiones para poder llevarlos al mar. Intentó levantarse pero se encontraba agotado, nunca había experimentado el cansancio pero ahora a penas y podía mantener sus ojos abiertos antes de sucumbir ante este quedando inconsciente.

 

 

Lentamente el pelirrojo fue recuperando la conciencia, se había desmayado por el esfuerzo y el hambre que le acompañaba en ese momento, miró alrededor notando al moreno tirado en la arena, se acercó a él para revisarlo sorprendiéndose un poco por los tatuajes que adornaban su piel pero sobre todo preguntando el porque se encontraba desnudo, como le vio con vida y aparentemente sin lesiones fue a su barco para asegurarse de que estuviese intacto y así era, solo había perdido algunas cosas por la tormenta, dejó caer el ancla y ató una soga del barco a una palmera cercana pues se veían nubes negras en el horizonte, realmente estaban en el ojo de la tormenta, miró al rededor analizando el lugar rápidamente, no parecía una isla grande ni habitada en lo poco que podía ver debido a la vegetación, tomó lo necesario y lo metió a una mochila , se la colgó en el hombro y fue a recoger al moreno para cargarlo cual princesa por la arena, empezando así su caminata hacía el interior de la isla.

 

Entre tropezones y maldiciones el pelirrojo llegó al pie de una pequeña montaña donde se encontraba una cueva, hizo algo de ruido buscando señal de animales o quizás personas dentro pero nada así que se animó a entrar, era lo suficientemente alta como para andar de pie pero conforme se adentraba se iba haciendo cada vez más baja por lo que dejó al moreno en el suelo, no se pondría a explorar en ese momento, necesitaba un refugio lo antes posible.

 

Buscó en su mochila un machete y una camisa, no para él, no le importaba andar sin camisa pero seguramente aquel sujeto al despertar no le agradaría ser visto desnudo, le cubrió con esta y salió de la cueva sin rumbo aparente. Cortó un tronco seco en el suelo, así tendría leña para hacer una fogata, cargó con lo que pudo y regresó a la cueva con prisa, le dio una rápida mirada al moreno, seguía dormido.

 

Unos cuantos viajes más y había metido desde rocas a hojas enormes encontradas por ahí, con eso haría una cama improvisada, la lluvia regresó azotando la isla, el pelirrojo solamente esperaba que nada le pasara a su barco, cortó la leña en trozos delgados y los juntó, tomó dos varitas y comenzó a frotarlas entre si buscando crear fuego pero era inútil, la leña estaba un poco húmeda, así jamás lograría encender la fogata con la fricción, se maldijo mentalmente antes de ver como el moreno comenzaba a abrir los ojos.

 

 

-Al fin despertaste-

 

 

El moreno le miró sin entender del todo antes de recordar lo que había pasado, se sentó mirando sus piernas y sonrió ampliamente. Había funcionado, aquella era la primera vez que separaba su cola en su totalidad, tocó descuidadamente su cuerpo buscando alguna señal de escamas pero nada, llevó sus dedos a su boca, abriéndola para tantear sus dientes, no eran puntiagudos, realmente lucía como un humano, dejó salir una leve risa antes de notar que el pelirrojo le miraba confundido.

 

 

-¡Estoy vivo! Muchas gracias, creí que moriría y...- dejó de hablar al notar su entorno, no había agua cerca, no era la orilla pero podía escuchar la lluvia y ver por la entrada de la cueva como el cielo parecía caerse -...¿Donde estamos?-

 

 

-En una cueva, ¿No es obvio? Quedaste inconsciente en la orilla pero ¿Porque estas desnudo?-

 

 

EL moreno pareció pensarlo un poco, los humanos siempre traían cosas encima escondiendo su piel, como si eso les avergonzara o algo así

 

 

-Es más fácil nadar así-

 

 

-Umm, si tu lo dices, por cierto ¿Como te llamas?-

 

 

-Trafalgar Law- respondió rápido, los humanos suelen tener dos nombres, lo cual es algo tonto a su ver, ya que los tritones no tenían nombres o algo por el estilo pero al tener que atraer a sus presas debían inventar alguno tarde o temprano, por suerte él ya tenía uno preparado, aunque pensó que no volvería a usarlo después de tanto tiempo.

 

 

-Yo soy Eustass Kid-

 

 

El moreno solo le sonrió levemente, no sabía que se supone que seguía tras decir sus nombres, siguió examinando su cuerpo sorprendiéndose al ver algo entre sus piernas. ¿Acaso se había dividido de más? ¿Porque tenía aquello que parecía ser una pequeña pierna que jamás creció?. Se cubrió con ambas manos esperando que el pelirrojo no hubiese visto eso pero era tarde, aunque no se mostraba sorprendido ni nada por el estilo.

 

 

-¿No te parece un poco tarde para sentir vergüenza? Te he cargado todo el camino hasta aquí-

 

 

-¿También tienes uno?- Preguntó sin pensar a lo que el pelirrojo soltó una carcajada

 

 

-¡Drahaha! ¿Que pregunta es esa? ¿Te parezco a caso una mujer o te estás burlando de mi?-

 

 

-Entonces muéstramelo para ver que es cierto-

 

 

-¿Ah? Deja de jugar Trafalgar, no tengo porque mostrarte nada y ponte eso- Señaló la camisa que antes había puesto sobre él.

 

 

Law dudó al ver aquella prenda pero tenía que ponérsela como sea o el pelirrojo sospecharía, así que hizo su mejor esfuerzo para descifrar como es que aquello se ponía pero simplemente le fue inútil, terminó frustrado arrojando la prenda contra el rostro del menor quien no dudó en tomarle del brazo jalándole para levantarlo pero el moreno no se sostuvo, cayó al suelo en cuanto el otro le soltó.

 

-Eso duele maldito- Gruñó molesto, aún no sabía como usar esas cosas, aunque no creía tardar más de algunas horas.

 

 

-¿No puedes caminar?- Preguntó un tanto preocupado

 

 

-Si puedo pero en estos momentos no siento las piernas...estoy demasiado cansado por todo lo que tuve que nadar...- mintió

 

 

-Debió ser cansado y es una suerte que no se te hayan paralizado mientras nadabas o que te hubiera atacado un tiburón, en estas aguas hay demasiados-

 

 

-Supongo que tengo demasiada suerte Eustass~ya-

 

 

-¿Ya?- Aquel acento le había parecido extraño, en ninguna isla en las que había estado escuchó a alguien con ese acento

 

 

-Como sea, se que no debes querer usar la ropa de alguien más pero es necesario para evitar el frío- Decía Kid mientras le ponía la camisa de manga antes de comenzar a abotonarla, no sabía ni porque era tan malditamente amable con aquel sujeto pero le causaba algo de lastima.

 

 

-Eustass~ya, cuando me sienta mejor...- Dejó su mano sobre la del pelirrojo que ponía el ultimo botón y miró sus ojos -...y deje de llover, ¿Podríamos ir a nadar?-

 

 

EL pelirrojo se lo pensó antes de encogerse en hombros, no veía nada de malo en nadar, aunque primero tenía que estar seguro que no hubiera tiburones cerca y era algo extraño que quisiera nadar cuando casi había muerto en el mar, pero seguramente buscaba hacerse el fuerte.

 

 

-Claro Trafalgar, iremos a nadar cuando te mejores y la tormenta pase- 

Notas finales:

¡Muchas gracias por leer!

 

Bueno la idea en si es mía pero ya que esa idea la desarrolle (algunas partes) con alguien más pues le debo dar credito. 

Ela o Reita (aquí en AY) fue quien me ayudó a definir la personalidad de Kid mediente a un rol, así que agradecimientos a ella.

 

Ahora mis preguntas loquishas~ 

1.- ¿Que pasará con los fic pendientes? Seguirán pendientes hasta que tenga el cargador de la laptop para recuperar los capitulos escritos alv

 

2.- ¿Habrá segundo capitulo? yes

 

3.- ¿Kid será devorado?

4.- ¿Law es muy inocente como para ser el letal asesino que es?

5.- ¿Veremos otros personajes?

6.- ¿Que edad tiene Law? 

 

Nos leemos~ ♥


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