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Fresas, moras y sándwiches. por maryme

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Notas del fanfic:

Está historia  fue escrita en colaboración con @AlejandraZuniga. Todos los dialogos de Barry Allen le pertenecen. Lamentablemente ni Barry ni Hal son nuestros, pero igual los usamos para nuestras fantasias ;)

Era el hombre más veloz sobre la superficie de la tierra y aun así no había podido evitarlo. Lo  había visto venir… pero de alguna forma, no había encontrado la manera de solucionarlo antes de llegar al inevitable final.

 

—Bien hecho Barry  — suspiró frustrado abriendo una lata de cerveza (la sexta), y se la llevo a los labios, deseando que su organismo no procesara todo tan rápido y al menos así pudiera embriagarse y dejar las penas atrás.

 

Era demasiado veloz, pero no lo suficiente para escapar al remordimiento.

 

— Pegó la lata fría contra su frente sintiendo un malestar general que sabía no era físico, aunque así lo sintiera.

 

Iris lo había dejado, y con justa razón.

 

¿En qué punto había descuidado su relación?  Cuándo había dejado de ir a buscarla al trabajo, cuándo había comenzado a olvidar  las fechas importantes ¡Su aniversario!

 

 ¿Acaso había ido tan rápido que no se había dado cuenta?

 

No.

 

Barry era, después de todo, un genio.

 

Un genio que sabía exactamente la causa de todo aquello, de que su relación de seis años llegara a un abrupto final. La mujer con la que se supone se casaría, estaba en un avión rumbo a la otra mitad del mundo. Podría ir detrás de ella, llegar incluso antes que ella a su destino.

 

Tulipanes y fresas cubiertas de chocolate.

 

Sus favoritas.

 

Aparecería con tulipanes y fresas con chocolate, cuando bajara del avión. Podría funcionar... Entonces… ¿por qué seguía sentado ahí, abriendo la octava cerveza?

 

¿A dónde se había ido la séptima?

 

— Humm —cerró los ojos y se hundió en su sofá que se encontraba fresco. ¿O estaba fresco porque había dejado la ventana abierta? Podría cerrarla.

 

Cerrar la ventana. Anotado.

 

No. Espera, tachar eso.

 

— A Hal le gusta entrar por la ventana — el nombre le  provocó una sonrisa involuntaria a sus labios rememorando el rostro del castaño que a veces era demasiado rudo y mal hablado... divertido y encantador.

 

— ¿Soy gay?  —Miró el techo como si ahí pudiera encontrar la respuesta escrita. Pero no estaba ahí, y no creía poder  encontrarla en ninguna otra superficie del departamento.

 

Debería poder googlearlo

 

 "¿Amo a Hal Jordan?"

 

— .... "¿Amo a Hal Jordan?"— Sus dedos golpearon el teclado de la portátil que había sacado en un solo instante.

 

*Quizo decir amo a Hal Jordan.

 

 

— ¡NO! ¡ERA PREGUNTA, PREGUNTA!  —protestó indignado cuando el buscador quiso corregir por default, mostrando algunos sitios de fans dedicados al piloto aviador. — ¿Tienes páginas de fans? ¿En serio?  —Cerró la pantalla y torció los labios  —No amo a Hal Jordan, no soy gay, me gustan las mujeres, Iris es la mujer ideal, es linda, lista, y valiente y....  ¡AGHHHH! —se revolvió el rubio cabello. — Y Hal tiene la sonrisa más encantadora que...

 

Su cadena de pensamientos se interrumpió con brusquedad. Barry se puso en pie y comenzó a moverse por todo el lugar.

 

— ¡NO! Ok veamos oh si, si, definitivamente esto es lo que me gusta — En un segundo tenía una revista de moda en su manos que hojeó a toda velocidad—  mujeres, lindas mujeres... —lanzó la revista frustrado y dio unas vueltas por las estancia.— ¡NO SOY GAY!  —Exclamó frustrado dejándose caer sentado en el sofá de piel, sintiéndose miserable— Está fresco.

 

Cerró la ventana.

 

— No soy gay.

 

Abrió una  nueva cerveza y la bebió antes de apilar la lata en la torrecita que formaba a su lado.

 

-:-

 

Ser un linterna verde era fabuloso, toda aquella energía con la que era capaz de crear cualquier cosa, el abrumador valor  que sentía correr espeso en su sangre y que le impedía caer en  cualquier clase de miedo. La placa espacial... de acuerdo no tenía una placa espacial, pero eso no importaba, era popular con las chicas.... con algunas... un par... bien, no era popular con las chicas espaciales, lo cual no tenía sentido, porque existían dos reglas indestructibles en el universo, la primera, todo inicio lleva de la mano a un final y  la segunda, las chicas aman a los tipos en uniforme. Al menos así debería ser, de verdad, ser un linterna verde era genial.

 

 —Una genial basura, maldito seas Abin Sur pudiste morir en cualquier otro planeta de toda la galaxia —Hal aceleró su vuelo.

 

 

Aquellos meses estaban volviéndose infernales, el tiempo fuera de la tierra, trabajando en el problema de los planetas gemelos cada vez era más desgastante. Las hostilidades solo empeoraban y de no ser por él  la guerra galáctica ya se habría desatado y si, quizá el que Superman fracturara el núcleo de aquel sol rojo, había ayudado un poco, muy poco en realidad. Giró en sentido contrario a donde debería ir o era mejor decir que giró exactamente en la dirección a la que deseaba ir.

Hacía meses que no pisaba su departamento, bueno lo había pisado para sacar  ropa que luego trasladó al departamento de Barry Allen, su buen amigo rubio y sonriente y super rapido Flash. Todo había comenzado por un cartón de leche en mal estado, Hal acababa de regresar después de un tiempo indefinido en el  espacio y al llegar a casa había sentido una necesidad malsana de probar un poco de cereal, pero claro, aquel día un rinoceronte rojo de ocho patas le había quebrado una costilla y naturalmente la leche  de su refrigerador no servía y por los guardianes y toda la energía verde del universo, él no iba a salir de compras, ¡tenía una costilla rota! Así que pensó, donde podría conseguir comida sin importar la hora. ¿Quién tenía comida todo el tiempo? Un restaurante, claro, ¿había mencionado ya su costilla rota? No, un restaurante no era la opción y no tenía dinero para ordenar algo a domicilio. Aquella emergencia necesitaba de un amigo.

 

 

Flash.

 

 El resto se desató como  onda expansiva, encontró agradable el agua caliente de su bañera, le encantó el aroma de su shampoo, y sin darse cuenta se había quedado rendido sobre su sofá. Al despertar  Barry ya no estaba ahí, pero él tenía una manta encima. No quería regresar a su hogar a beber leche descompuesta  y a dormir sobre sus sabanas revueltas, quería un hogar habitable, un sitio donde él pudiera crear el desorden y no donde tuviera que ser el "huésped" del desorden.

 

 

 

Un niño dio un gritito de emoción, al ver pasar frente a su ventana una verdadera saeta verde. Hal estaba sucio, despeinado y totalmente agotado, la guardia aquella vez había durado más que un par de días, pero finalmente Superman y él habían logrado regresar. Si Superman quería quedarse en la atalaya a psicoanalizar al murciélago  ¡adelante! él no iba a pasar ni un solo segundo innecesario fuera del maldito planeta

 

— Ahí estás, hogar dulce hogar  —Sonrió de lado, volaba tan rápido que tuvo que detenerse de golpe y casi chocó contra el cristal. La ventana estaba cerrada.

 

—Cerrada— Pronunció entre dientes de manera sombría.

 

 

 Aquello debía ser un error, bueno si, a veces encontraba la ventana cerrada, uno debía tener cuidado con los criminales de la zona, pero los últimos días, aquella ventana había estado siempre abierta. ¿Por qué de  pronto volvía a estar cerrada?

 

Linterna se mantuvo flotando fuera  y pegó ambas manos al cristal para mirar hacia dentro


— ¡Barry!

 

El rubio colocaba su décimo sexta lata en la torre pero perdió la concentración cuando de pronto escuchó el grito y golpeó la montaña que se vino abajo.

 

 

“Uno, dos, tres, cuatro, doce, trece, quince”  — Dieciséis  — el velocista sonrió orgulloso recolocando las latas en un solo segundo para después mirar a la ventana y encontrarse con un rostro familiar.

 

O algo así.

 

— ¡HAL!  —Exclamó alarmado corriendo a abrir la ventana dejándolo entrar.

 

Por eso mantenía la ventana abierta, no por que entrara aire fresco.

 

— Oh  —se dijo a si mismo mirando al castaño volar hasta su sala de estar, se apoyó en la cornisa y se asomó mirando a todos lados asegurándose ninguno de sus vecinos estuviera mirándolo.

 

De nuevo.

 

— ¿Pero qué? ¡Es decir, leí el reporte, Batman lo envío pero... pensé... si… espera!  —en un solo segundo Hal había sido empujado al fresco sofá, y en su mano había un vaso con agua y Barry  le limpiaba las heridas superficiales de la piel con una gasa húmeda. — Tu piel está irritada.

 

Su suave piel.

 

No tan suave cuando olvida rasurarse después de dos días y su barbilla se siente áspera y delici...

 

—…¡OSA!  —Cuando vio la mirada del otro sacudió la cabeza  — ¡El otro día vi una mamá osa! En el parque Yellowstone, tenía dos bebés eran adorables  —se concentró en su labor "Concéntrate Barry ¡concéntrate!”  “¿En qué?”   "No lo sé pero en algo" "¿En Hal?" "No en Hal no" "¡Alfombra!" "Si, alfombra, podría funcionar. —Debo lavar mi alfombra  —dijo decidido mirando los ojos de Hal Jordan.

El antifaz sobre los ojos  oscuros desapareció, Hal frunció el ceño mirando al rubio.

 

— ¿A quién diablos le importa justo ahora tu alfombra?  —Se quejó bebiéndose el vaso con agua de un solo trago, no se había dado cuenta de lo sediento que estaba hasta aquel momento, eso solía suceder a menudo, Barry parecía saber con mucha anticipación lo que necesitaba, después de todo era muy rápido, aunque esa noche en específico le había fallado—Ni si quiera hace frio, de hecho hace calor, ¿por qué  cerraste la ventana? Casi choco con ella, ¡no fue agradable! ¿Sabes cuánto tiempo llevo volando desde otra galaxia para llegar aquí y encontrar la ventana cerrada? —Bufó y  de pronto miró los objetos detrás de Barry— ¿Por qué hay una torre de latas  de cerveza? ¿Tuviste una fiesta? Miró al rededor en busca de evidencias. —Tus fiestas deben ser realmente aburridas si  no hay nada roto, solo bebieron  dieciséis cervezas   y además vas a lavar la alfombra de manchas invisibles de tu salvaje diversión.

 

— No tuve una fiesta, ¡Oye, mis fiestas no son aburridas! Tú has ido, te diviertes, no puedes decir son aburridas porque no lo son, y yo me tome esas. ¿Sabías mi organismo es tan rápido que no puedo embriagarme? Bueno yo lo descubrí hoy, era una teoría pero ahora ya no es teoría, ahora es un hecho.

 

El vaso vacío desapareció de la mano de Hal y fue reemplazado por un emparedado.

 

Sin mayonesa.

 

Sin lechuga.

 

Doble jamón.

 

Queso americano, porque cualquier otro queso para Hal no era queso.

 

— ¿Semana difícil? — le dedicó una sonrisa, desapareciendo y reapareciendo al mismo tiempo que Hal a su alrededor encontraba cosas como: el control remoto de la televisión, un par de pantuflas, un par de analgésicos y una toalla limpia. — Lamento haber cerrado la ventana, tenía cosas en mi mente y lo olvidé.

 

NOTA MENTAL: NO CERRAR VENTANA.

 

—  Oye a mí me importa mi alfombra... y si estuviera sucia seguro te importaría a ti. Las alfombras sucias huelen mal.

 

 

Hal ya había extendido las piernas, cruzando  los tobillos  descansándolos en la mesa de centro, dejando caer sobre la superficie un poco de tierra que ni siquiera pertenecía a aquel planeta, había recibido el emparedado y al darle una mordida, echó la cabeza hacia atrás recargando la nuca en el sofá.

 

— Oh Barry— Gimió con placer—Estuve pensando en tus emparedados cada instante fuera de esta atmosfera —Su barba naciente oscurecía ligeramente su piel, pero esa misma piel agradecía las atenciones de Barry—  Chocamos con un sol rojo... bueno, Superman chocó, yo contuve la explosión, algo así, es una larga historia —Le restó importancia, demostrando cuan cansado estaba al no querer si quiera presumir  de su hazaña. Volvió a enderezar la cabeza y le dio otra mordida salvaje a su  emparedado, masticó y habló  con la boca media llena — ¿Fue solo una semana?—Él sentía que habían sido meses de auténtica tortura lejos de su hogar—Bien, ahora  —Se terminó el emparedado y  se sacudió las manos estirando un brazo para atrapar a Barry  acercándolo a su pecho  de manera posesiva— ¿Por qué tratabas de embriagarte? Iris te dejó, ¿no?

 

 

Los ojos azules de Barry se abrieron con sorpresa; había pensado que podía evitar el tema, de cualquier manera no es como si Hal fuera a notarlo... pero lo había notado.

 

Y no había necesitado ser un genio para hacerlo.

 

¡No es que Hal fuera un idiota! Pero no era un genio pero sin duda era un hombre muy listo y encantador  y tenía aquella barba que tanto le encantaba.

 

 

— Hal  —murmuró miserablemente abrazándosele de pronto con fuerza rompiendo en un llanto un tanto infantil  —Se fue— Gimoteó con sentimiento—se fue a Inglaterra, dijo que lo nuestro ya no funcionaba, que yo tenía otras cosas en mente, y si las tengo, siempre las tengo, no puedo evitarlo, sabes no puedo.

 

 Hal ya tenía un nuevo sándwich esperando por él en la mesita, lejos de la tierra de sus botas. Pero ni siquiera había notado el instante en que Barry se había ausentado de sus brazos y luego había regresado.

 

 

— Estuviste fuera nueve días, quince horas con dieciocho minutos  — el rubio continuó  sin separársele — Hal, ¿qué voy a hacer sin Iris?— se estremeció un poco —Ni siquiera puedo embriagarme  —se quejó  malhumorado sin poder evitar pasar su mano por la mejilla del otro, sintiendo una efervescente adicción a la sensación de aquella piel rasposa bajo su tacto.

 

NOTA MENTAL: Deshacerse de todos los rastrillos del hogar.

 

"Él puede aparecer los propios"

 

— Maldita sea —completó su pensamiento.

 

 

— ¿Estás seguro de que no lograste embriagarte?—Hal no pudo evitar sonreír un poco mientras le acariciaba la espalda  y lo atraía con mayor firmeza. — Oye, escucha, si  ella se fue a Inglaterra pudiste seguirla, llegar antes que ella y... no sé, llevarla a la cama súper rápido o algo— Lo meditó un momento y cambió de opinión— No Barry, ¿sabes qué? Ninguna mujer merece que tú la sigas, ¡es decir!  —tomó el nuevo sándwich con   una mano de energía verde que hizo salir de su anillo y  después la mano se convirtió en un plato flotante que quedó a su alcance— ¡Mira esto! mira este emparedado, sin mayonesa, sin lechuga, doble jamón y queso americano, de verdad, dónde va a encontrar ella a alguien que pueda poner todo eso junto y lograr un sabor tan delicioso. Te lo digo yo que he visitado  muchas galaxias y en ninguna he encontrado a alguien que pueda si quiera compararse. ¿Quiere largarse a Inglaterra y comer pescado con papas? ¡Bien! No la necesitamos— Sostuvo la suave barbilla del rubio y le acercó el emparedado a la boca— Vamos amigo, en serio, cuánto tiempo llevabas con ella, ¿tres meses? qué importa.

 

— Seis años, una semana y catorce horas —fue la respuesta del velocista que aceptó un bocado del sándwich aun con lágrimas suspendidas en los azules ojos, con sus mejillas ligeramente prendidas por el sentimiento que lo había embargado gracias a las palabras del linterna que sentía a veces le hablaba como  le hablaba a las chicas.

 

Pero él no era chica.

 

Y no era gay.

 

— Creo que soy gay  —dijo de pronto.

 

“¡NO, NO, ESO NO SALIÓ COMO  HABÍA PLANEADO!”

 

—Es decir no creo… —lo pensó— lo soy.

 

 

Abrió los ojos impactado ante su propia revelación. Le sonrió nervioso sin saber que más decir. Hal no parecía haber reaccionado ante sus palabras, quizá porque realmente pensaba que había  bebido demasiado, de cualquier forma, Barry trató de salir de ese profundo agujero que estaba cavando por sí mismo.

 

—Mira esta revista  —desapareció de los otros brazos y le entregó la revista que había estado hojeando antes, mientras se movía por la estancia limpiando y arreglando.

Hal solo veía flashazos escarlatas que empezaba a dejar marcas quemadas en la alfombra por la velocidad que estaba alcanzando, pero de pronto se detuvo en seco frente al castaño mirándolo atento.

 

— ¡Y es tu culpa y de ese cartón de leche! ¡¿Por qué no podías comprar de esa leche que jamás se echa a perder?!

Ante la relampagueante presencia  de Barry, Hal sentía como si estuviera cambiando de realidad ante cada parpadeo, algo había salido muy raro en aquella conversación. Pero estaba procesándolo de manera más lenta de lo usual o era mejor decir que flash iba demasiado a prisa.

— ¿Existe leche que no se echa a perder jamás?  —Fue lo primero que atinó a decir, francamente aquella información le sorprendía, por qué él no lo sabía, ¿cuándo la habían inventado? ¿Era verdad o Barry le mentía? Arrojó la revista a un lado en el sofá, pero al  ver que se abría en una página central dedicada a Eva Longoria, la tomó de regreso, la abrió y silbó sonriendo encandilado— Wow mírala.... si, realmente extrañaba el planeta— Se deleitó visualmente y con simpleza estiró la mano del anillo hacia un lado, ideando una "trampa" que   se activó cuando Barry pasó sobre ella y lo atrapó  obligándolo a detenerse.

Aquella sucesión de hechos necesitaba una pausa, Hal necesitaba procesar todo lo que acababa de escuchar y Barry necesitaba dejar de correr de un lado a otro para evitar un incendio. El policía espacial decidió tomar en sus manos aquella situación y tratar de resolverla de forma pacífica o al menos con mayor coherencia.

 

 — De acuerdo, detente en este instante y respira, te estás olvidando de respirar y respirar es importante. ¡Tú no eres gay! es decir si, lo he pensado algunas veces, muchas veces... de acuerdo lo he pensado siempre, ¡pero  es que mírate!  —Lo acusó desapareciendo la trampa  donde lo retenía para acercarse a él— Puedo sujetarte la  breve cintura con un brazo—lo rodeó de aquella forma para atraerlo hasta que aquel pecho pegara contra el suyo y de esa forma, demostrar su punto—  Tienes ese sedoso cabello rubio que huele a fresas y moras... fresas y moras son las frutas gay por excelencia, y sabes preparar buenos emparedados  —Recargó su frente contra la otra —Eres endemoniadamente gay. ¿Y qué?

— ¿Las fresas y moras son frutas gay por excelencia? No lo sabía, solo me gusta su aroma. ¡¿Es decir que siempre he sido gay?!  —se quejó consternado, levantando un poco la voz— pero me gustaba Iris y el sexo con ella era bueno, no era gay, tú me hiciste gay  —se giró  a mirar el apuesto rostro y le picó el pecho con un dedo, para después comenzar a dibujarle figuras invisibles algo apenado, aquellos pectorales firmes eran sensacionales— Es que  yo no era gay, es nuevo para mí esto de ser gay. ¡Un momento, espera! ¿Siempre has pensado soy gay?  ¡Pero estaba con Iris!  —Protestó indignado sin separarse del otro  —puedo durar sin respirar mucho tiempo  —le informó al linterna para volver a repasar la barbilla del otro con una de sus manos. Diablos, realmente amaba esa sensación rasposa.

 

Su mente era una vorágine de información y sensaciones, no podía parar de hablar.

 

— Hay leche que no tiene que refrigerarse y dura mucho tiempo en la nevera y  Eva Longoria saldrá en una nueva serie de televisión, se transmitirá los Martes cada semana, comienza el próximo mes—Suspiró profundamente—  No puedo creer siempre hayas pensado que soy gay, y el hacer buenos sándwiches no me hace gay  —se mordió un labio  inferior— solo se cómo te gustan a ti, no tiene nada de especial... y yo... es...

 

Barry estaba acostumbrado a convivir con la energía esmeralda del otro, era como una extensión del cuerpo de Hal, así que cuando el linterna lo tomaba a veces en una gigante mano verde para atraerlo, el otro se quedaba en total calma, sabiendo estaba a salvo. Sin embargo ahora no podía evitar que una deliciosa inquietud lo invadiera ante la constante cercanía de aquel hombre.

— ¡¿Por qué estás tan calmado!? ¡No deberías estar calmado! Que tú sospeches Clark siente algo por Bruce no significa sea lo de moda, y si lo fuera, no soy mucho de seguir modas.

—A ver, tienes el cabello rubio y corto, los ojos azules, usas un despampanante traje rojo que bien podría haber sido patrocinado por la compañía Ferrari y ¿dices que no eres mucho de seguir modas? ¡Luces como la mitad de norte américa!   —Se sonrió burlón, pero atrapó la mano de Barry  con la suya y recargó ahí su mejilla cerrando los ojos con calma— Además tienes la piel suave—Abrió los ojos para mirarlo—  Cinco minutos en mi base militar y no podrías sentarte en meses.— Reforzó su broma al deslizar la mano de su cintura a su trasero  para tocarlo con descaro— Ok,  déjame corregir, no podrías sentarte nunca jamás, harían fila para meterte su...—Cerró la boca de pronto al darse cuenta de lo que estaba diciendo y rompió a reír— Tengo niveles bajos de oxígeno, acabó de regresar del espacio, por eso no puedo alterarme demasiado, aunque me alteré mucho por encontrar la ventana cerrada, no la vuelvas a dejar cerrada, Allen— Advirtió con seriedad, su mano seguía sobre aquel trasero que ahora acariciaba distraídamente, como si fuera algo común de cada día— Por ley natural los verdaderos machos no saben cocinar, dame cinco minutos en tu cocina y llama a los bomberos, veras lo que hace un macho con dos rebanadas de pan  y un jamón. Ahora bien. Si, estabas con Iris —Le tocó una mejilla con la punta de su nariz— Pero uno, no creía que llevaras tanto tiempo a su lado y dos, tampoco creí que tuvieras sexo con ella.

 

El velocista no sabía si indignarse más, escandalizarse o emocionarse por  todas aquellas acciones y palabras. — Claro que teníamos sexo  ¿Crees  que se quedaba a ver películas? Bien a veces sí, pero a veces no. ¿Por qué estoy hablando de esto contigo?  ¿Escuchaste lo que dije? Hal te dije que es tu culpa que me sienta gay, ¡estás jugando conmigo! ¡Y nadie en el ejército me metería nada!  —Gritó, comenzando a sentirse acalorado de una manera que jamás le había pasado.

 

Eres tan gay Barry Allen.

 

TAN pero TAN. Super duper mil veces extra  gay. Respiró de manera profunda un par de veces antes de continuar con sus alegatos.

 

—Oh vaya... —su voz se había llenado de  resignación— Está bien, si, suelo seguir modas, es la verdad, pero no todas, y no siempre, además el rojo se me ve bien, siempre me lo has dicho y yo confío en ti  y no quiero incendies mi cocina. El no tener talento culinario no te hace masculino, solo te hace alguien sin talento culinario. No es  que yo sea un experto, pero ya sabes tengo que comer todo el tiempo, y no gano lo suficiente para comer fuera todo el tiempo, de manera literal.

 

Tocar el tema de las finanzas, arrancó un gruñido inconforme a los labios cerrados de Hal Jordan que finalmente interfirió de nuevo en aquel enorme monologo.

 

— No hablemos de sueldos ¿quieres? Ni siquiera tengo un sueldo por mi segundo empleo como linterna verde ¿sientes eso en tu pecho?  —Lo cuestionó  recargando su frente contra la del rubio un instante, encontrando deleite en tener que inclinarse un poco para alcanzarlo— ¿Esa cosa en tu corazón? Si, es el odio hacia Bruce “tengounmayordomo” Wayne  —Sonrió y  sin soltar a Barry dio un paso al frente, hacia Flash para hacerlo caminar hacia atrás— Vamos a dejar una cosa en claro Barry,  detuve una explosión solar de proporciones bíblicas, la biblia dice que el sol explotará ¿no?  —Cuestionó confundido— Como sea, estoy cansado y cuando estoy cansado por regla de conservación natural, no suelo jugar, ¿acaso parece como que estoy jugando? No.

 

 Lo hizo retroceder un par de veces más, porque a cada paso suyo, una de sus piernas terminaba en medio de las del rubio que tenía que seguir retrocediendo, hasta que sintió su nuca pegar con la pared  y el puño de la mano  izquierda de Hal descansó casual también en la pared, al lado de su cabeza. El cuerpo del linterna lo cubría por completo, apretándolo contra aquella superficie.

 

— El sexo con Iris era bueno, pero no era "wow" ese es mi último alegato que demuestra que siempre has sido gay.

 

 

Flash podía darle vueltas al mundo.

 

Varias.

 

Muchísimas.

 

Y en ese instante sentía las piernas débiles, temblando, amenazando con doblársele.

 

— No creo  que la biblia hable sobre la explosión del sol, Hal yo no quiero hablar del sexo que tenía con Iris ¡pero no era gay!— dijo muy convencido— Pero llegas tú, volando por la ventana, haciendo que mis vecinos se pregunten por que a veces mi ventana brilla verde y luego estas aquí sobre mi sofá comiéndote mis sándwiches y siendo lindo y encantador, ok tal vez no lindo.

 

Le miro  con un gesto casi severo.

 

— No, lindo no, pero si muy encantador y sexy — Su gestó se suavizó de nuevo ante los recuerdos que lo asaltaban — Y a veces vas por ahí caminando medio desnudo o desnudo por mi departamento, usando mi ropa, burlándote de lo justa que te queda, y ensuciando toda mi ropa al grado que tengo que empezar a usar la poca ropa limpia que trajiste contigo, para que después te burles de nuestra obvia diferencia de estaturas, y luego te vas... ¡TE VAS JORDAN! Y me quedo con tu playera que huele a ti  fresca como hierba buena y no vuelves, y no quiero salir a ningún lugar que no sea necesario, ya sabes, necesario como para salvar vidas en peligro  y entonces Iris viene y me dice "¡Barry Allen he tenido suficiente!" y sé que ella tiene razón, sé que debo decírselo, disculparme por haberme enamorado de ti —bajó la mirada derrotado— ¡Y en vez de eso me estoy preguntando si tengo suficiente queso americano en el refrigerador! Y  entonces, es obvio que estoy enamorado de ti y sé que es tu culpa, toda tu culpa...

 

 

Hal escuchó todas aquellas palabras sin moverse de su sitio, la manera en que la voz de Barry subía y bajaba y se expandía por la habitación era solo parte del encanto que lo mantenía atado  escuchando la historia que desde su punto de vista era divertida y encantadora, las últimas palabras de Barry, ablandaron la dureza  de su mirada, aquella mirada desafiante que no conocía el reflejo del miedo.

 

—Bueno, es obvio que has estado pensando mucho tiempo en esto  —Subió su mano derecha y el dorso de sus dedo índice se paseó por la mejilla del rubio hacia abajo,  hacia la línea de su mandíbula, recorriéndola hacia la barbilla  para finalmente subir y jalarle suavemente en labio inferior hacia abajo, entre abriéndole la boca con delicadeza— Debes tener todas las respuestas,  así que dime, ¿Tienes suficiente queso americano en el refrigerador?

 

 

 Barry pudo ver un destello en la otra mirada antes de que los labios de Hal presionaran los suyos y su boca fuera invadida por la otra lengua

—Uhm... — El sabor que estalló en el gusto de Hal hizo que el  castaño abrazara a Barry con tanta fuerza que  lo alzó un par de centímetros del suelo, contra la pared.

 

 

Barry respondió con un  gemidito, relajando todo su cuerpo de inmediato al obtener aquello que había anhelado desde hacía tanto tiempo que no tenía una cifra concreta para poder expresarlo— Ah... Hal— se estremeció—  tengo suficiente queso americano—Una sonrisa de profundo enamoramiento le llenó los labios  mientras sentía su corazón acelerarse aún más comenzando a vibrar; Barry tendía a vibrar cuando estaba emocionado.— He estado pensando en esto si  —Se obligó a dejar de vibrar, pues literalmente podía lograr que sus partículas atravesaran la pared y caería del edificio. No era así como quería seguir aquella noche que parecía tomar un camino maravilloso.

 

Al diablo los tulipanes, al diablo las fresas con chocolates.

 

Los sándwiches eran lo de hoy.

Notas finales:

Siempre he tenido la duda de saber qué tan popular es aquí el fandom de DC,  yo soy una fiel usuaria de amor yaoi pero últimamente publicó más en otras paginas. Gracias a todas las personas que siguen leyendome aquí, sus comentarios mantienen viva esta cuenta.  Oh! por cierto los invito a un grupo de facebook super divertido y con un montón de contenido si les gusta el  yaoi y DC, ese es el lugar ideal para ustedes :)

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