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Este será nuestro secreto por ami4alice

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Notas del capitulo:

hello! De nuevo he aparecido con otra historia, estar sin internet ayuda con la inspiración... ja ja.

Bueno, espero que les guste y como siempre: KKM no me pertecene si fuera  así Wolfram y Yuuri se hubiesen casado tres vecez <3

 

Todos se encontraban reunidos en el despacho. El ambiente era completamente tenso, parecía como si se encontraran en un funeral en vez de una reunión. Los leves sollozos de la pequeña princesa cubrían aquel silencio que parecía que nadie quería romper. ¿Cómo todo había terminado de esa manera? Solo dos personas eran las que no se hacían esa pregunta, el resto la formulaba en su mente sin obtener respuesta.

El cruce de miradas no paraba buscando a ver si alguno entendía el motivo de todo aquello que estaba pasando, nadie tenía una visión clara de todo aquello. ¿Qué estaba pasando? Una pregunta que aunque no quisiera la respuesta estaba enfrente. Yuuri Shibuya se encontraba en su escritorio mirando a todos los presentes, sobre todo a la persona que en esos momentos se encontraba enfrente de él. Wolfram von Bielefeld se encontraba tan calmado como un cielo despejado esperando a que aquello terminara.

-Majestad, ¿Hablan enserio? –la voz preocupaba de Conrad se dejó oír en el lugar.

-Sí –dijo sin ninguna duda en su voz -. Wolfram y yo hemos decidido romper el compromiso.

-¡Pero…!

-Lo hemos decidido, ya no daremos marcha atrás –comento Wolfram interrumpiendo la queja de Gwendal.

-¿No deberían pensarlo mejor? Decidirlo así no más… -Cherry intentaba aliviar el ambiente, pero sus intentos parecían en vano.

-No. Hemos tomado una decisión. Tanto Wolfram como yo hemos firmado ya el documento, falta que ustedes los nobles lo aprueben –nadie se creía las palabras que dejaba salir su rey. Sin poder evitarlo llevaron su vista al rubio buscando una respuesta.

-Aunque diga  eso Majestad… -soltó Gwendal mirando a Wolfram -. No comprendo, ¿Por qué?

-Luego de pensarlo un poco hemos llegado a la conclusión de que esto no llegara a nada, por eso hemos decidido que lo mejor es romper nuestro compromiso –dijo Wolfram con el mismo tono tranquilo, el mismo que usaba con Greta cuando tenían sus largas charlas sobre diferentes temas.

-Yuuri, ¿Ya no amas a Wolfram? ¿Wolfram tampoco ama más a Yuuri? –la pequeña princesa pregunto con su voz quebrada, no era extraño, sus padres se estaban separando era normal tener esa voz débil.

-No –ambos dijeron al unísono. Ante eso la habitación de nuevo fue cubierta por el silencio y los sollozos de Greta, parecía que se iba a quedar seca de tantas lágrimas que corrían por sus mejillas.

¿Cómo habían terminado en esa habitación con ese tipo de ambiente?

La respuesta retomaba unos días atrás. El reino estaba comenzando a terminar con su tiempo de paz y de nuevo parecía que iban a iniciar las guerras, aunque el rey de Shin Makoku no lo quisiera aceptar al inicio, su reino estaba siendo atacado, al parecer se habían infiltrado en su reino para producir unas guerras internas antes de que explotara la verdadera guerra. Como de costumbre de inmediato el  Maou salió a resolver el problema, apresando así al hombre responsable de todo aquel desastre.

Se le notaba el odio a la paz que había creado el Maou en sus expresiones y acciones. De inmediato fue mandado preso aun a pesar de que el moreno no deseaba algo como eso, no era extraño, Yuuri Shibuya era un hombre humilde que prefería resolver todo sin lastimar a nadie, pero el hombre no daba su brazo a torcer, terminando siendo los nobles quienes lo mandaron preso. Para su mala suerte el hombre no era estúpido, a los dos días de haber estado preso logro escapar, dejando en un gran problema a todos. Pero el hombre no se fue sin causar caos.

Así fue como se inició la búsqueda para atrapar de nuevo a aquel hombre antes de que volviera a iniciar su plan de dar comienzo a una guerra entre países. El hombre Jllian Sprigterz, un Mazoku de sangre pura, con mentalidad tan arrogante que creía que todos los humanos no eran más que seres que solo existían para ser esclavos. Ese hombre que buscaba destruí al actual Maou que trataba a todos por igual, aquel que antes de escapar de prisión sentenció con sus palabras al rey de Shin Makoku.

Pero… ¿Qué tenía que ver aquel asunto con que ahora Yuuri y Wolfram se estuvieran divorciando? La respuesta estaba unos días después de que Jllian escapara de la cárcel. Jllian avivo en Wolfram los pensamientos que había dejado de lado luego de conocer a Yuuri, aquellos pensamientos en donde sentenciaba que los Mazokus eran superiores. No era extraño que Wolfram cayera en las manos de Jllian, ese hombre sabía manipular a las personas a su alrededor, además de que Wolfram fue el que más contacto tuvo mientras lo tuvieron encerrado. Al escapar, las peleas que todos creían jamás volver a ver entre el Maou y su prometido comenzaron de nuevo dando un mal augurio.

Las peleas comenzaron a ser cada vez más fuerte, hasta que no pudieron continuar más con aquello, tomando esa decisión. Jllian había logrado romper la frágil relación que había entre Yuuri y Wolfram. Sin hacerse esperar el papel del rompimiento del compromiso parecía la solución más eficiente, ninguno dudo en firmar aquel papel para ser completamente libres de nuevo. Ni Wolfram ni Yuuri darían su brazo a torcer sobre ese asunto, además de que el estado actual del país causaba más peso en sus constantes peleas. Todo eso había producido que ahora se encontraran reunidos en aquel despacho.

-Si no vamos a hablar de más nada entonces me retirare –la voz de Wolfram saco a todos de sus pensamientos.

-Ya no hay más nada que hablar –Yuuri se levantó de su sillas mirando un instante aquel papel en su escritorio luego llevo su vista a los demás -. Eso es todo, pueden retirarse del despacho.

Sin agregar más nada el primero en dejarlo fue Wolfram, con su porte orgulloso y sin mirar atrás se fue de la habitación. Todos sintieron que estaban viendo al viejo Wolfram cuando vieron a lo lejos su espalda. Sus pensamientos estaban llenos con aquel asunto, habían creído que el rubio cambio con la llegada de Yuuri, pero en esos momentos esos pensamientos parecían simples mentiras para autosatisfacerse.

-Bueno, yo no tengo ninguna queja, siempre pensé que Lord mocoso no era bueno para su majestad –Gunter que había estado en silencio por fin decidió comentar algo.

-Yo no quiero que Yuuri y Wolfram se separen –sollozo la pequeña princesa antes de ir a donde estaba Yuuri y tomar con suavidad su manga -. Yuuri, el rompimiento es solo temporal ¿cierto? De nuevo te comprometerás con Wolfram y todo seguirá igual ¿no?

Las manos de Greta temblaban levemente, sin saber el motivo la pequeña sentía que la respuesta a sus palabras sería negativa y no estuvo muy lejos de ello.

-No. Greta… -dijo Yuuri con tono suave colocando la mano en la cabeza de la pequeña princesa -. No creo que Wolfram y yo volvamos, con todo lo que ha pasado nos hemos dado cuenta que esto no llegara a ningún lado –sus palabras eran como espinas en el corazón de la pequeña.

-Majestad, ¿Está seguro de eso? –Conrad quería salvar un poco aquello, aunque no estaba seguro.

-Sí, ya les dijimos que es lo mejor. Wolfram y yo… nosotros no tenemos la misma visión sobre las cosas, así que antes de que las cosas se pongan peor es mejor separarnos… -dijo con un leve suspiro el moreno.

-Todo este asunto para que al final decidieran separarse –soltó Gwendal frunciendo el ceño.

-Sí, lamentamos todo este asunto, aunque no olvidemos que desde el comienzo todo esto fue un error, una diferencia de culturas.

-¡Eso es cierto! –salto Gunter en defensa del moreno -. Su majestad solo fue atrapado por ese mocoso, desde el principio él fue claro sobre no querer ese compromiso –finalizo cruzándose de brazos.

-Si así lo decidieron ambos entonces no tengo nada que decir –dijo Cherry luego de un rato en un suspiro acomodando su cabello -. Aunque es un poco triste, de verdad quería ver a mi Honey casado con su majestad –dijo con una risa.

-Lo siento… -se disculpó el moreno pero Cherry hizo un gesto con la mano en negación de la disculpa, no venía al caso. Sin decirse más nada Cherry se llevó a la pequeña princesa que aun lloraba por la separación de sus padres, quedando así Gwendal, Gunter, Conrad y Yuuri en el despacho.

-¿Ahora qué haremos? –pregunto el mayor de los hermanos aun con el ceño fruncido.

-Ahora discutiremos sobre el problema que tenemos con Jllian Sprigterz –dijo Yuuri apartando el papel donde finiquitaba el rompimiento del compromiso. Tenían asuntos más importantes que tratar en esos momentos que un simple compromiso.

Horas más tarde ese mismo día ya se había corrido la noticia del rompimiento del compromiso del Maou y Wolfram. Ya estaba en bocas de todos aquella gran noticia, no solo eso, todos comenzaron a creer que era cierta cuando la escuadra de Wolfram esa misma noche partió del castillo pacto de sangre. Ahora era definitivo el hecho de que el Maou y Wolfram von Bielefeld no estaban comprometidos, ya no había nada entre ambos. Con la noticia no faltó la llegada de cartas de compromiso para el Maou, aun a pesar de la situación ningún noble quería perder la oportunidad de casar a su hija con un poderoso rey.

Yuuri rechazo todas las proposiciones con la excusa que en esos momentos tenía aun un asunto que resolver, así que el tema quedo completamente de lado. Por su parte Wolfram regreso a las tierras de su tío, había renunciado a ser la guardia del Maou, así que solo le quedaba ser un soldado de aquellas tierras, por supuesto su tío lo recibió con los brazos abiertos. El  tema del rompimiento no fue tocado en ningún momento, parecía ser un tema tabú en aquel castillo, así que el asunto no se mencionó por ningún motivo.

A los días del rompimiento otra nueva noticia comenzó a correr por los países. La noticia de que Wolfram von Bielefeld había sido el culpable de que Jllian Sprigterz escapara comenzó a rondar por todos lados, al final las pruebas apuntaban cada vez más que el rubio era culpable. Fue sentenciado de culpable y así fue como concurrieron a las tierras Bielefeld para encerrar al traidor. El rubio termino huyendo con aquella sentencia dejándose ver más su culpabilidad con aquel acto.

Ahora tanto el hombre que quería eliminar al Maou como el Mazoku que lo había ayudado estaban libres, las cosas parecían estar empeorando para Shin Makoku. Luego de todo aquello el Maou se encontraba en su patio intentando calmar todos sus pensamientos, no era extraño que se encontrara de esa forma, la persona con la que había estado comprometido le había traicionado, todos sentían lastima por el pobre rey que había sido apuñalado por la espalda en sentido figurado. Conrad decidió luego de unos minutos acercarse a su rey.

-Majestad… -el moreno clavo sus orbes negros en el mayor cuando escucho su nombre -. ¿Usted de verdad cree que Wolfram hizo eso? –esa pregunta parecía más dirigida a él mismo que al moreno.

-No lo sé, no sé qué pensar ya a estas alturas. Primero las peleas, creí que ya se habían acabado, que habíamos llegado a un acuerdo silencioso de que no haríamos eso, pero veo que me equivoque –dijo mientras apretaba sus manos.

-Yo… -dijo con algo de duda el castaño -. Yo no creo que Wolfram lo haya hecho, debe haber un motivo… Tal vez aquel hombre le amenazo.

-¿Crees que Wolfram tendría una actitud tan débil para dejarse amenazar? –ante aquella pregunta el castaño paso saliva sin dar respuesta -. Desde que conozco a Wolfram él siempre ha tenido ese comportamiento, desde el principio él era como ese hombre, así que no es extraño… si te pones a pensar un poco. Tienen cosa en común, era lógico que Wolfram congeniara más con Jllian que conmigo –finalizo en un suspiro.

-Aun así… no creo que sea culpable –en su tono de voz, en su mirada. En todo su comportamiento se notaba que quería creer eso desde el fondo de su corazón.

-Pero los hechos son irrefutable.

Antes de poder agregar algo más fueron interrumpidos cuando la voz de la pequeña princesa se escuchó a lo lejos llamar por el moreno. Esta llego a los minutos algo agitada, respiro hondo antes de mover sus manos con nerviosismo.

-Yuuri… ¿Wolfram estará bien, cierto? –pregunto insegura mirando con sus ojos cristalinos al moreno.

-No lo sé –dijo mirando con tristeza a la pequeña.

-Tú lo traerás con vida ¿cierto?  Yuuri, prométeme que harás eso… -dijo la pequeña comenzando a sollozar, se la había pasado en ese estado desde el rompimiento del compromiso.

-No puedo prometer eso Greta, ahora mismo Wolfram es un traidor… -comento el moreno produciendo que Greta comenzara a llorar con más fuerza.

Wolfram había sido acusado de haber traicionado al Maou, ahora no tenía ningún lugar en Shin Makoku. El rubio se había convertido en un prófugo y criminal, si alguien lo veía en tierras de Shin Makoku iba a ser reportado. Sin tener escapatoria al rubio no le quedó más que acudir a la única persona que ahora le podía comprender. A Wolfram no le quedo de otra que acudir al hombre que quería destruir la paz.

El hombre fue difícil de encontrar, pero cuando Wolfram fue sentenciado como criminal al rubio no le fue difícil dar con Jllian. Este a su parecer estaba esperando aquel momento, pues apareció delante del rubio justo en el mejor momento. Sin dudar Wolfram le siguió ya no tenía un hogar en pacto de sangre ni en Shin Makoku, Jllian no dudo en abrirle sus brazos, después de todo Wolfram era un Mazoku bastante poderoso y orgulloso.

-Al final paso como te dije Wolfram –el rubio escucho comentar a Jllian.

-Supongo que sí… -dijo sin ganas el rubio.

-No pongas esa cara Wolfram, ya verás que crearemos un mejor país que ese Maou. Los Mazokus somos superiores en todos los sentidos, por esa razón debemos de tener el poder completo –dijo con una sonrisa Jllian.

-Por supuesto que eso debe ser así. Nosotros tenemos mejores cualidades que esos humanos –comento Wolfram cruzándose de brazos y frunciendo levemente le ceño.

-Eso es así, por eso debemos terminar con ese ridículo Maou –dijo Jllian antes de acercarse al rubio lo suficiente para invadir su espacio personal -. Y ahora que estas de mi lado las cosas serán más sencillas –comento con una sonrisa.

Jllian llevo su mano al mentón del rubio para poder romper la poca distancia que tenían, pero antes de poder obtener su victoria Wolfram había detenido la acción del otro. Con su mano cubrió la boca ajena impidiendo que se diera el beso. El rubio sonrió levemente.

-Te falta mucho para que te permita eso –sentenció antes de alejarse de Jllian y comenzar a andar.

-¡Ja! Te gusta hacerte el difícil…pero ya verás como caerás en mis manos en más de un sentido –dijo Jllian con una sonrisa antes de caminar adelantando un poco al rubio.

Ese día se formó un pacto entre aquellos dos hombres. Ambos trabajarían juntos para acabar con el actual Maou, ese había sido el pacto silencioso que se formó en ese momento en que Wolfram termino por acudir a Jllian. Ambos Mazokus puros y poderosos, no había mejor combinación para acabar con el rey de Shin Makoku.

Los siguientes días se desato unas pequeñas guerras en ciertas partes, esas eran las pruebas para el Maou de que aquello aún no había terminado, apenas era el inicio. Parecía que esta vez los que iban un paso adelante eran los malos, pues siempre terminaban llegando tarde al lugar donde se provocaba la revuelta. Esa guerra parecía que la estaba perdiendo el moreno, las cartas no estaban para nada a su favor, aun a pesar de todo lo que estaba intentando para lograr ganar. Para la suerte del lado del moreno el gran sabio no apareció como tantas veces pasadas para brindar una mano, este parecía que no iba a llegar con la carta de triunfo, ahora tenían casi todas las manos atadas.

Lo que nadie se fijó con detalle o quizás sí lo hicieron pero había mejores cosas en las que centrar su mente así que no le prestaron atención, fue el hecho de que de vez en cuando el Maou desaparecía. Había ciertos momentos en donde nadie sabía con exactitud su ubicación. Una de esas oportunidades el castaño se encontraba buscándolo por el jardín sin mucha suerte, hasta que a los minutos le vio venir del sentido contrario al que andaba el mayor, mientras pasaba su mano levemente por su camisa negra.

-Majestad… -dijo en un suspiro cuando estuvieron frente a frente.

-¡Conrad! –soltó levemente exaltado el moreno -. ¿Qué sucede? –pregunto.

-Eso debería decirlo yo… -dijo con un suspiro el mayor -. Lo he estado buscando desde hace rato.

-Oh, lo siento por eso –se disculpó Yuuri con una corta risa -. ¿Para qué me buscabas?

-Es sobre el asunto de Jllian. Aún no hemos obtenido nada –soltó con desanimo el mayor.

-Así que es de esa forma… ¿Por qué tiene que pasar esto? Sobre todo ahora que no tenemos la ayuda de Murata… -dijo cruzándose de brazos.

-Eso es cierto Majestad –dijo Conrad apoyándolo.

-Supongo que es momento de que resolvamos los problema nosotros, he sido muy consentido por Murata siempre que tengo problemas –comento en un suspiro el moreno.

-No sé qué decirle sobre ese asunto –comento el castaño -. Será mejor ir al despacho, ahí deben estar Gwendal y Gunter –finalizo para comenzar a caminar a donde había indicado.

Tanto el castaño como el moreno comenzaron así a caminar en dirección del despacho del moreno. En mitad del camino se consiguieron con la pequeña princesa, en ese momento el castaño se adelantó al despacho para darle un poco de privacidad a la pequeña princesa y el Maou.

-Yuuri… ¿Wolfram no volverá más? –pregunto Greta, aun  a pesar de que entendiera todo lo que estaba pasando no quería creer todo lo que había escuchado y entendido.

-No tengo una respuesta a eso… -dijo con desanimo viendo como la menor encogía sus hombros al obtener esa respuesta.

-¿Tú quieres que él regrese? –pregunto de nuevo Greta.

-Yo… No creo que ese sea el deseo de Wolfram. Él decidió irse con ese hombre cuando fue acusado en vez de entregarse… -dijo pero se detuvo cuando escucho un sollozo ahogado de parte de la pequeña.

-Yuuri… ¿Ya no quieres a Wolfram? ¿Ya no lo amas? –sus manos temblaron levemente al dejar salir aquellas preguntas.

-Ya no estoy seguro de esas respuestas… -dijo el moreno en un suspiro.

La pequeña princesa sollozo levemente intentando ocultarlo, no quería creer aquello que estaba delante de ella. No quería creer que los padres que tanto amaba ya no se amaran entre sí, no solo eso, sino que uno de ellos fuera un traidor. Greta intento contener sus lágrimas mirando fijamente un momento al moreno, en ese momento que le vio notó algo que le llamo la atención. Llevo uno de sus dedos al lugar que había centrado su vista.

-Yuuri… aquí tienes una marca, ¿Te ha picado un insecto? –pregunto con inocencia.

-¿Eh? –soltó de manera ahogada el moreno antes de tapar la zona que se imagino estaba la marca -. S-si, como he estado hasta tarde con todo este asunto… -dijo sin mirar fijamente a la pequeña.

Greta podía ser pequeña, pero ella a esas alturas ya conocía las manías que se dejaban ver cuando el moreno mentía y en ese momento notó perfectamente el hecho de que no le estaba diciendo la verdad. No sabía porque le estaba mintiendo, pero no quiso indagar mucho en el asunto, no quería tener más respuestas que no le gustaran, así que simplemente asintió con la cabeza para sonreír levemente.

-Debes tener más cuidado con los insectos Yuuri –comento con una pequeña sonrisa.

-Sí, lo tendré. Ahora será mejor que vaya con Conrad y los demás –dijo con una sonrisa antes de acariciar los cabellos de la pequeña y así marcharse en dirección del despacho.

Las cosas parecían ir cada vez peor para el bando del moreno, parecían tener todas las de perder. En aquella lucha por el poder el lado de Jllian parecía estar teniendo ventaja, cualquiera que viera lo que sucedía podía decir que el ganador de todo eso sería Jllian. Eran más poderosos y a diferencia del moreno ellos no dudaban en usar la fuerza para poder demostrar su poder, eran agresivos, así que a través del miedo tomaban cada vez más tierras que estaban bajo la protección del Maou.

Un grupo de Jllian, el principal para ser exacto, se encontraban ubicados en un pequeño pueblo que habían destruido, cada vez estaban más cerca de su reino ideal. Era ya la noche pues el cielo estaba cubierto de las estrellas y los Mazokus se encontraban descansando de la batalla que habían tenido horas antes con los de Shin Makoku. Uno de ellos había salido de la tienda donde se encontraba Jllian, este le había indicado algo luego de salir, que buscara a un cierto Mazoku. Para nadie era un secreto que Jllian se traía algo con aquel Mazoku de fuego.

Camino por todo el lugar buscando al rubio pero no fue sino a los minutos que dio con él. Justo viniendo de donde se encontraban amarrados los caballos. El Mazoku no podía negar que aquel hombre era hermoso, no podía obviar las posibles razones por las que su líder había tomado cierto gusto por él. No solo era guapo también era fuerte, tenía todo lo que cualquiera podía desear. El Mazoku se esperó a que el rubio terminara de acercarse a donde se encontraba parado.

-Jllian te ha solicitado –dijo cuándo lo tuvo cerca. Wolfram le miró un corto segundo antes de decidirse a contestar.

-Está bien –fueron sus palabras antes de decidirse a continuar su camino.

El Mazoku le miró detallándolo un instante, notando así que estaba levemente sudado, no solo eso logro sentir cuando paso esos cortos minutos por su lado. Sintió su piel erizarse cuando un olor particular llego a su nariz. No era un olor común, lo reconoció perfectamente a los minutos, pero antes de poder terminar de asimilarlo escucho una voz a su costado.

-De verdad que Jllian tiene buenos gustos –otro de sus compañeros había caminado a unos pasos detrás de donde se encontraba parado.

-Ese tipo… -dijo con una corta pausa donde la vista del otro se centró en él -. El olor de ese tipo hace evidenciar que ya ha estado con alguien.

-Quizás ya Jllian y ese Mazoku de fuego lo han hecho, no sería para nada extraño –dijo el otro con una corta sonrisa -. Aunque siento un poco de envidia, yo también quiero tener bajo mis brazos a alguien tan orgullo y hermoso como él. Siento envidia de aquel que lo pueda dominar –comento poco después riendo antes de comenzar a caminar de regreso al campamento.

-Tal vez… -soltó el Mazoku que había venido a buscar al rubio, siguiendo unos minutos después al otro que se había marchado.

Con cada día que pasaba parecía estar más cerca el final de aquella batalla que se estaba librando y todo señalaba que este final no sería como el de los cuentos. El Maou tenía todas las de perder. Antes del día en que se libraría la batalla final que daría fin a todo ese asunto en pacto de sangre sucedió algo que sorprendería a sus residentes. Era de noche, bastante tarde para encontrarse rondando por los pasillos, pero aun así tres hombre andaban caminando por los alrededores del castillo para así tener el mismo punto de encuentro. Los tres hombres habían recibido un escrito de parte de su soberano indicándoles que tenía algo urgente que decirles.

Antes de entrar al lugar los hombres se miraron con cierta duda cuando se encontraron en la puerta de la habitación. Era extraños que a esas horas fueran solicitados, no solo eso, la manera en que fueron llamados también era extraña, dentro de unas horas tendrían la batalla que finalizaría con esa guerra al sentenciar un ganador. Los tres hombres se miraron con duda antes de abrir la puerta de aquel despacho. Al hacerlo se encontraron de inmediato con su rey que se encontraba parado al lado del escritorio viendo por la ventana que se encontraba abierta, haciendo que las cortinas estuvieran levemente levantadas por el viento que entrada.

-Majestad ¿qué sucede? ¿Algo malo? ¿Le sucedió algo muy, muy grave? –el primero que comenzó con las interrogantes fue Gunter.

-No para nada –dijo el moreno aun viendo por la ventana.

-Entonces, ¿Por qué hemos sido llamados a estas horas? –Fue Gwendal el segundo en preguntar.

-Eso es cierto Majestad, es extraño –Finalizó con Conrad quien fue el que cerró la puerta minutos antes.

-Tengo algo importante que decirles, que tiene relación con la batalla que libraremos dentro de poco –dijo para finalmente voltearse y mirar fijamente a los tres hombres -. Lo que tengo que decirles es…

Un secreto que quedo entre aquellas cuatro paredes y aquellos cuatro hombres. Un secreto que horas más adelante todos se enterarían de dicho secreto que fue dicho en aquella habitación. Uno que sorprendería bastante a todos los que lo descubrirían. Uno que el Maou había estado teniendo desde el inicio de todas aquellas batallas que había estado teniendo con Jllian.

Sin hacerse esperar el día de la pelea final dio inicio. Había un cielo completamente despejado ese día, perfecto para tener un día de campo, pero esos planes no estaba en ninguno de los presente. Los soldados de alto rango montados en sus caballos, los soltados a pie con su espada en mano listo para la batalla, cuando se diera la señal la batalla darían inicio. Antes de que todo comenzara los caballos de ambos líderes se acercaron, quedando en el medio de todo.

-¿Tiene algunas palabras para decir? –pregunto Jllia con una sonrisa en su rostro.

-Aun tienes oportunidad de rendirte por las buenas –dijo Yuuri en su típico noto amable.

-¡Ja! Que ridículo, jamás me someteré a tener que compartir con un inmundo humano –comento con evidente odio en su voz.

-Bien, no digas después que no te di la oportunidad –comento el moreno con una sonrisa antes de tomar el mango de su espada.

-No la necesito –dijo Jllian también desenvainando su espada.

-Veamos quién será el ganador –fueron las últimas palabras que se cruzaron antes de que comenzara la última batalla de esa guerra.

El sonido de las espadas, los gritos de los soldados, todo eso se podía escuchar con perfecta claridad cómo se unían en una caótica sinfonía. La batalla final había dado su inicio y todas las cartas parecía tenerlas el bando contrario, por lo menos así era visualmente. Jllian y Yuuri peleaban ferozmente entre todos los soldados que sin dudar defendían a su soberano. En un momento dado la cosa fue a favor de Jllian y se dejó ver cuando de un solo golpe pudo hacer que el Maou quedara desarmado. Y cuando estuvo preparado para llevar su espada al cuello del Maou una espada se interpuso en su camino.

La sorpresa paso rápidamente a furia cuando pudo ver con perfecta claridad quién había evitado que realizara su acción de degollar al Maou. La persona que creyó estaba de su lado, quien tenía su plena confianza fue la que en ese preciso momento le estaba traicionando. No, Jllian en ese momento proceso toda la información y fue entonces que capto todo, no le traiciono, no le pudo haber traicionado si en realidad nunca estuvo de su parte.

-Lo siento mucho, pero si alguna vez Yuuri merece ser degollado seré yo quien lo haga –Wolfram sonreía mientras detenía la espada de Jllian.

-Pues entonces yo tendré el placer de tener tu cabeza –dijo Jllian con furia antes de comenzar así su pelea con Wolfram.

La pelea duro solo un corto momento antes de que Wolfram audazmente lograra lanzar la espada de Jllian lejos. Había estado con él todo ese tiempo, así que no era extraño que hubiese aprendido la manera de pelear de aquel Mazoku, además de que Wolfram jamás llego a mostrar realmente su verdadera habilidad, esa pelea estaba decidida desde hace tiempo. Jllian chasqueó con enojo antes de comenzar así un conjuro, las cosas no quedarían así.

-La pelea aún no se acaba –dijo antes de que el caballo de Wolfram fuera atrapado impidiéndole así que pudiera moverse. El rubio chasqueo llevando su mirada al caballo antes de que de nuevo Jllian comenzara con un hechizo.

-Esta vez no te lo permitiré –la voz del moreno se dejó escuchar, antes de que se aparecieran en el lugar dos grandes dragones de agua. Antes de que Jllian pudiera acabar con su conjuro los dos dragones fueron directo a él para sin más tirarlos con fuerza del caballo que montaba.

Jllian fue lanzado hasta una gran piedra con la que golpeo su espalda, haciéndolo levemente escupir por el golpe que había recibido. Ahora se encontraba desarmado y levemente herido, pero aun así se levantó, con el ceño fruncido y una mano en el costado, mirando con desprecio a aquellos dos hombres que habían arruinado sus planes.

-¡Esto aún no se acaba! –grito para llevar su vista detrás de él -. ¡Acaben con todo!

Jllian grito de nuevo para así indicarles a sus hombres que fueran con todo lo que tenían, pero luego de ese grito un silencio fue cubierto en el lugar. El mayor llevo su vista por el alrededor con un toque de desesperación intentando entender porque ningún hombre se movía, todos solo le miraban sin realizar ninguna acción.

-Esto se ha terminado –la voz del Maou hizo que fijara su vista en él.

-Los pocos hombres que de verdad te seguían están ahora mismo siendo vigilados por mis hombres –dijo Wolfram -. Y los demás hombres solo te seguían por miedo.

-Ahora no tienes a nadie –dijo Yuuri para bajar del caballo.

-¿Cómo? –pregunto apretando con fuerza sus puños.

-Primero que nada… -el primero en hablar fue Wolfram -. No puedo creer que de verdad creyeras que traicionaría a Yuuri, eso fue lo más estúpido de todo –dijo con enojo.

-Wolfram… -soltó Yuuri en un suspiro -. Este es el final. Será mejor que te entregues –dijo con completa seriedad el moreno.

-Prefiero  morir antes de estar con eso humanos –fueron las últimas palabras que dejo salir Jllian.

Jllian comenzó a recitar un conjuro, todo saltaron para proteger al Maou creyendo que el otro le atacaría, pero a los minutos se dieron cuenta que así no eran las cosas. El Mazoku había iniciado un conjuro para lanzárselo a sí mismo y así acabar con su vida, prefirió la muerte antes de ser encerrado en un país donde los humanos y Mazokus eran iguales. Así la lucha con Jllian llego a su fin.

Luego de aquello el plan que habían ideado Yuuri y Wolfram salió a la luz. Todo ese tiempo, cada acción que había sucedido, la traición de Wolfram, el rompimiento del compromiso, todo había sido un plan que el rubio y el moreno habían ideado, aunque la verdad había sido idea de Wolfram, Yuuri solo siguió el plan como si estuviera interpretando un papel en una obra escolar. Nadie se había esperado que esos dos hubiesen ideado un plan como aquel para poder acabar con Jllian.

Al siguiente día de que se acabara aquella batalla que se habían tenido que enfrentar la pareja real de nuevo volvió a reanudar su compromiso. Con eso Gwendal y Conrad entendían el motivo por el que el moreno se había negado a un nuevo compromiso, ahora entendían todo perfectamente, en realidad llegaron a entender que todo estaba ahí. Si tan solo hubiesen prestado más atención se fuesen dado cuenta de la verdad. Habían caído por completo en el engaño de la pareja real.

-Bien, todo ha regresado a la normalidad –soltó Yuuri luego de haberle dado la cachetada a Wolfram.

-Pudiste darme con más suavidad –se quejó Wolfram.

-¿Eh? –dejo salir Yuuri pero antes de agregar algo fue interrumpido por los demás.

-No puedo creer que todo fue un engaño… -lloriqueaba Gunter con un pañuelo.

-Debimos verlo desde el principio, mi Honey jamás engañaría a su Majestad –dijo Cherry con una sonrisa.

-No puedo creer que caí en su engaño –dejaba salir con frustración Gwendal.

-Es bueno que todo fuera solo un acto –soltó Conrad con una sonrisa.

-Por supuesto, yo jamás traicionaría a Yuuri, primero me corto un brazo –dijo Wolfram sin ninguna duda.

-Wolfram… -dejo salir en un suspiro Yuuri.

-¡Ah! –soltó de manera alta la pequeña princesa -. ¡Ahora entiendo porque Yuuri tenía esa marca en el cuello! –dejo salir con emoción.

-¿¡Qué!? –soltaron al unísono Gwendal, Gunter y Cherry.

-¡Greta! ¿Q-qué cosas estas soltando de pronto? –dijo Yuuri ocultando su vergüenza.

-Es que cuando Yuuri me dijo que… -no termino su frase porque el moreno le tapó la boca.

-Creo que esas son cosas que no debe decir una niña como tu Greta…  -soltó con una risa el moreno sintiendo las miradas de todos los presentes.

-¿Qué estuvieron haciendo ustedes dos para que su majestad tuviera una marca? –dijo Cherry con picardía.

-No permitiré que profane a mi hermanito… -dijo Gwendal con su mano en el mango de la espada.

-¡Majestad! –grito horrorizado Gunter.

-¡No es lo que creen! –soltó Yuuri nervioso.

-Eres una niña muy inteligente Greta, por nada eres mi hija. Sabía que alguien lo notaría… -dijo mientras acariciaba los cabellos de la pequeña.

-¿Eh? ¡Wolfram! ¿¡Lo hiciste a propósito!? –soltó Yuuri con sorpresa.

-Por supuesto, no iba a dejar que alguna mujerzuela se aprovechara para acercarse a ti. Así que te deje una marca –dijo con completa seguridad el rubio.

-¡Wolf…! –iba a quejarse pero se silenció unos minutos. En ese momento hizo un gesto que Wolfram entendió perfectamente así que se acercó al moreno, este le susurro algo al oído rápidamente.

Todos los presentes se quedaron observando a la pareja esperando a ver que sucedía. Para su sorpresa luego del susurro del Maou el rubio fue cubierto por un todo carmesí hasta las orejas, se levantó con torpeza de donde se encontraba para ir a la puerta y antes de marcharse miró hacia adentro donde estaban todos los demás.

-¡Nunca! –grito el rubio antes de tirar la puerta para cerrarla. Por su parte del moreno solo rió de manera victoriosa.

-¡Majestad! –gritaron al unísono Cherry, Gwendal y Gunter, en sus respectivo tono. Cherry parecía curiosa y ansiosa por saber lo que había pasado, Gwendal parecía querer asesinar al Maou y Gunter parecía iba a morir por lo que acaba de pasar.

-Ah… ¡Ya les dije que no es lo que parece! –grito ahora siendo él el avergonzado antes de salir por la misma puerta que se había ido Wolfram, siendo seguido por aquel trío.

-Ah…nunca van a cambiar… -dijo en un suspiro Conrad quien aún seguía en la habitación.

-Pero… -soltó la pequeña princesa con una risa -. Lo importante es que todo regreso a la normalidad –dejo salir de manera alegre.

De esa manera fue que todos lograron superar aquellos problemas que se les había presentado volviendo a los días normales. Aunque con aquel evento solo se dejó ver que la relación entre Wolfram y Yuuri era completamente diferente a la que se imaginaban. Pudieron notar así que en algún punto sin que se dieran cuenta la relación entre los otros dos se había profundizado. Ahí había algo más que solo amistad y lo dejaron en evidencia con aquel plan que habían formulado y ejecutado.

Así los días pacíficos regresaron a Shin Makoku. 

Notas finales:

Espero hallan disfrutado de la historia tanto como yo al escribirla. 

Quiero escribir un extra de esta historia, pero aun no estoy segura de hacerlo, si es así nos veremos en el extra, sino, entonces hasta aquí hemos llegado <3

gracias por tomarse su tiempo de leer. <3


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