Aladdin nunca conoció a su madre puesto que murió antes de que cumpliera dos meses. Desconoce la razón porque Solomon estaba demasiado afectado por el tema y no quería herirle. "Él la extraña más." Se repetía una y otra vez. Lo cierto es que los ojitos se le llenaban de lágrimas al ver las fotos de Sheba, pero siempre las limpiaba con el dorso de la mano e imitaba su fantástica sonrisa.
-¡Cuidaré a papá en tu lugar!
De esa manera aprendió a realizar todas las labores domésticas. Desde lavar ropa, hasta cocinar e ir de compras; aunque para la última le acompaña el mayor puesto que aún tiene diez años. Así se divide el tiempo entre la escuela y el hogar.
Hoy, como de costumbre puso la ropa en la lavadora y subió a tenderla. El aroma de su padre llenó por completo sus sentidos al tomar su camisa y suspiró sonrojándose.
-¡Wah!
Gritó al darse cuenta de lo que hacia para caer de rodillas.
«-¡Yo no puedo...! ¿Qué me pasa? Es mi papá...»
-Buuu~
No pudo contener el llanto al darse cuenta del mounstruo que es.
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..,
Hace días que Solomon ve raro a su pequeño. Sonríe y platican como de costumbre, pero parece evitarle.
«-¿Acaso mi compañía le es incómoda? ¿Llegó a la edad en que prefiere su independencia?»
Comieron con relativa normalidad y Aladdin se puso en pie para levantar los trastes.
-Necesitamos hablar-el mayor.
-Tengo mucha tarea, lo lamento-se giró dando la espalda.
-Actuas muy extraño. ¿Tienes algún problema?
-Creo que no me siento muy bien. Iré a dormir.
Apenas dió un par de pasos, los brazos ajenos le rodearon en un cariñoso abrazo. Se estremeció.
-Eres mi único hijo. Siempre me preocupará tu felicidad.
Este se viró y ambos quedaron de frente. Su expresión da lastima.
-Papá yo...¡soy horrible!
-¿Por qué?-con serenidad.
-Siempre me dije que cuidaría de ti en lugar de mamá pero...pretendo usurpar su lugar porque...¡me enamoré de ti! ¡Seguro te doy asco y...!
Los labios de Solomon se pasearon por la cabecita con gentileza.
-No sé ni que le voy a decir a Sheba cuando me la encuentre en el otro mundo. Seguro me mata otra vez. Me reprochará que no te eduqué correctamente...
-No es tu culpa...
-Lo es porque-le tomó del mentón y los zafiros de ambos se conectaron-te amo desde hace mucho. Es probable que lo nuestro esté muy mal pero no puedo borrar el gran sentimiento que tengo por ti.
-¿L-lo dices enserio?
-Si.
Solomon acercó sus labios a los del pequeño, dejando su tibio aliento en ellos. Este se sonrojó y alejó con sus manitas.
-C-creo que aún es un poco raro. Papá, tengo mucho calor, ¿por qué?-con inocencia.
-Ungh...
En ese momento entendió que tendría que llevar la relación despacio, mucho.
«-¿Karma?»
Tomó la manita y depositó un beso.
-Aprendamos juntos mi amor.
-Je je je ¡si!
Si al final no puede ponerle un dedo encima ni quemar su piel da igual, porque lo que adora en realidad es su alma pura.