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Magia, arte y gore. por SublimeNightmare88

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Notas del fanfic:

Esta es una historia a la que le tengo mucho aprecio y es por eso que senti que tenia que pulirla y resubirla.

r13; No logro comprenderlo, Romi. r13;comentó Stell cerrando la novela negra que pasó leyendo la mayor parte su tarde.

r13; ¿Qué? r13;preguntó la joven de cabello negro corto acostada en su regazo desviando su atención del libro que leía.

r13; Dijiste que esta historia era interesante. r13;se inclinó hacia el frente teniendo cuidado de no mover mucho a su pareja, dejó “el tercer lado de los ojos” sobre la mesita de centro cerca del sofá donde estabanr13; También dijiste que iba a encontrar algo de los temas que me interesan, y hasta ahorita no hay nada de magia, ni arte. Lo único que hay un psicópata matando gente y jugando con sus cuerpos. r13;suspiró pesadamente mientras se estiraba, había estado demasiado tiempo en una sola posiciónr13; Después de tantos años conociéndonos deberías saber que no soy muy fan del gore.

Romine puso un separador para no perder la página, se levantó del sillón y dejo “estudio en escarlata” junto a la novela de Giorgio Faletti que la castaña acababa de abandonarr13; El gore también puede ser arte y tiene su propia “magia”, Stelly. r13;manifestó con una sonrisa que hizo que el cuerpo de la joven arquitecta se estremeciera.

Aquello le recordó a cuando poco tiempo atrás fueron testigos de un acto de extrema violencia en la cual no podían intervenir sin salir lastimadas. Una noche que salían del cine un par de sujetos con armas de fuego, molían literalmente a golpes a un pobre chico, este intentaba cubrirse el rostro sin éxito. Stella tomó a Romine del brazo y le preguntó que debían hacer. Fue entonces que se percató de sádica sonrisa mientras observaba en sangriento espectáculo. Mientras arrastraba a su pareja lejos del peligro, la castaña llamó a emergencias para que enviaran una patrulla. Desde entonces Stella no lograba verla de la misma manera que antes y más que cariño, le transmitía cierto miedo, pero no por eso dejaba de amarla.

 

Magia, Arte y gore.

 

Stella aceleró el paso para dejando atrás el edificio en construcción que le tocaba supervisar. La pequeña ciudad donde vivía, dejó de ser un pueblo poco antes de que ella naciera y aun siendo niña recordaba que no había muchas calles pavimentadas y era bastante común toparse con terrenos repletos de monte tan alto que rebasaban fácilmente a un adulto. Casi todas las semanas salía en el periódico por lo menos un caso de desaparición, a esas personas difícilmente se les hallaba vivos o muertos. Cuando la industria creció, también lo hizo la población. En solo 5 años la ciudad cambio por completo y se expandió, trayendo como consecuencia la impureza del aire, la contaminación de la playa y el río. En aquella época en la que grandes construcciones como túneles y puentes empezaron a edificarse la gente comenzó a desparecer con más frecuencia y por grupos. A diferencia de antes que no había distinción de edad o género entre las personas que extraviaban, los grupos solo se componían de mujeres jóvenes o niños.

Se detuvo para consultar la hora en su celular, tenía tiempo suficiente para caminar a casa de su pareja. Reanudó su camino mientras recordaba que un día en la cafetería de la secundaria le había comentado a Romine sobre los grupos de gente desaparecida.

r13; ¿No sabias? Cuando una construcción no queda y se cae una y otra vez, se le meten cadáveres a las estructuras para que ya no se caigan.

r13; ¿Cómo crees Romi? r13;le pregunté no creyendo sus palabrasr13; ¿De dónde sacaste eso?

r13; Mi papá me lo contó. r13;respondió.

Stella tragó saliva al termina de escuchar su respuesta.

El padre de su pareja era un hombre bastante extraño en todos los sentidos, él estudio dos carreras; arquitectura y medicina forense, por eso cuando nació Romine tenía casi cuarenta y su esposa recién había cumplido los cuarenta y cinco. Su embarazo fue de alto riesgo y falleció en el parto.

Romi, literalmente creció entre cadáveres y maquetas r13;el señor Melies ejercía ambas carreras, aunque sólo tomaba pedidos especiales en lo referente a su carrera de arquitector13;. Stella, al ser amiga de la pelinegra desde la guardería también tuvo su buena dosis de ver cosas desagradables y de fascinarse con las maquetas que hacia su suegro. A pesar de que él hombre era extraño, era un padre detallista y cariñoso y fue un excelente maestro que ayudo a Stella en más de una ocasión con sus trabajos y proyectos de la universidad, igual que hizo con su hija pues esta se inclinó a estudiar medicina. La relación entre los padres de ambas era bastante buena, y aunque no les agradaba mucho que su pequeña fuese a jugar a una casa construida sobre una morgue, preferían ignorar ese detalle confiando en que el señor Melies cuidaba bien de su hija.

Louis Melies falleció poco antes de que Romine se graduara de la universidad, eso fue un golpe bastante duro para ambas, obviamente más para su hija quien se hundió en una fuerte depresión. Stella permaneció con ella ayudándole a salir poco a poco de ese estado y en esa misma temporada Romine le pidió que se quedará siempre con ella, empezando así su relación.

r13; Últimamente te siento muy distante. r13;se quejó Romine en cuanto le abrió la puerta a Stella. La castaña había puesto algo de distancia entre ellas, y no era por el temor que a veces le provocaba, el motivo real era exceso de trabajo.

r13; Lo siento. r13;murmuró mientras entraba a la casa de la doctorar13; Estamos en cierre de mes, tenemos nuevos proyectos y diseñar planos absorbe mucho de mi tiempo libre. r13;al pasar a la sala vio la televisión encendida y reconoció a Leatherface que balanceaba de un lado a otro su sierra eléctrica mientras perseguía a una pobre mujer que gritaba a todo pulmón.

r13; Sí, soy consciente de ello, pero creo que se trata de otra cosa. r13;caminaron hacia el sofár13; Estas evitando verme a los ojos.

Stella no respondió nada, se dejó caer en el mueble que estaba frente a la pantalla, Romine se acomodó a su lado esperando una respuesta. La arquitecta le sonrió en un intento de calmar sus preocupaciones y le dio un rápido beso en los labios.

Luego de terminar sus respectivas carreras, Stella buscó trabajo y Romine tomó la especialidad de forense, al poco de terminar puso en funcionamiento la morgue bajo su casa que perteneció a su padre. Todo entre ellas se desarrolló bastante bien, hasta el incidente del cine.

Antes de aquella experiencia había cosas de Romine que pasaba por alto y no le importaban como; su extraña afición por tener animales en formol, su vicio excesivo por las películas terror y gore, al igual que libros del mismo género. Pero, desde la extraña sonrisa que había puesto mientras presenciaban el violento ataque a aquel joven empezó a darle importancia a eso…

Trataba de no demostrarlo y reprimir su miedo, pero tenía la certeza de que estaba haciendo un pésimo trabajo. A veces cuando Romine la observaba sentía que podía comprender todo su ser solo observándola y eso la aterraba.

El miedo hizo que la arquitecta se alejara de su pareja, se metió en varios proyectos que la dejaban con tiempo libre. Romine la comprendía cuando le decía que no podían verse y le daba su espacio. Eso hizo sentir mal a Stella y se odiaba por lo que estaba haciendo, después de todo ella amaba a Romine. En cuanto su horario se lo permitió decidió darle una sorpresa a su pareja. Pero, no estaba preparada para encontrarla platicando animadamente con una mujer frente a su casa y no pudo evitar sentirse entre molesta y triste cuando la pelinegra invitó a la desconocida a subir a su hogar.

Se dio vuelta y regreso a su departamento mientras se preguntaba si Romine ya la había reemplazado y si su ausencia fue tanta que ya no la amaba. Al llegar a su hogar fue directamente a su cama, aunque logró dormir despertó poco antes del amanecer por culpa de una pesadilla. Le fue imposible volver a conciliar el sueño y decidió que debía ir y afrontar a Romine. Saltó de su cama, se cambió de ropa y se apresuró a llegar a casa de su pareja. Tocó el timbre y tuvo que esperar varios minutos antes de que pareciera Romine con una expresión de no haber dormido muy bien, lo cual hizo que Stella se sintiera celosa por la posibilidad de que no hubiese pasado la noche sola.

r13; Stella… r13;Romine miró el celular en su mano y luego volvió su vista a ellar13; ¿Tienes idea de la hora que es?

r13; Te extraño. r13;respondió enseguida olvidando por completo el discurso y la serie de preguntas que preparó mentalmente camino ahí.

La pelinegra suspiró pesadamente y dio un paso al frente para abrazarlar13; ¿Quieres desayunar?

Stella asintió con la cabezar13; Yo lo hago.

r13; Mientras tanto limpiaré un poco mi habitación. r13;comentó separándose de ellar13; No está muy presentable.

La castaña optó por no hacer ningún comentario al respecto. Entraron a la casa y observó con completo detalle todo, intentando encontrar algo con lo cual poder confirmar o desmentir su sospechas de lo que pudo pasar la noche anterior, pero lo único que detectó fue la mano vendada de Romine.

Stella se acercó rápidamente a ella y tomó su mano con delicadezar13; ¿Qué te paso?

Romine retiro su manor13; No es nada. r13;al notar que no le creía, repitiór13; En serio, no es nada.

La castaña la miró con cierto recelo, pero prefirió ir a cocinar. Durante todo el tiempo que ella se mantuvo ocupada con el desayuno, Romine estuvo encerrada en su dormitorio. No es que Stella desconfiará de ella, pero quería sacarse de su cabeza la posibilidad de que su relación estuviese muriendo. Por eso cuando fue informarle que la comida estaba lista abrió la puerta sin avisar. En cuanto dio un paso dentro de la habitación, la pelinegra la tomó del codo y la atrajo hacia ella abrazándola.

r13; Tardaste mucho. r13;murmuró Romine recargando su barbilla en el hombro de su pareja.

Stella negó con la cabezar13; Sólo lo normal.

La doctora se inclinó un poco para besar a la castaña y esta le correspondió enseguida, de alguna manera se las reglaron para llegar a la cama sin interrumpir la acción. El resto de la tarde la pasaron recuperando el tiempo perdido. Para cuando decidieron dejar el dormitorio por culpa del hambre, ya era hora de cenar.

r13; Romine. r13;la llamó la arquitecta desde la sala.

r13; ¿Qué sucede? r13;preguntó mientras terminaba de lavar los platos.

Stella pensó por varios segundos como exponer la idea que se formuló en su cabeza durante el agradable rato que pasaron conversando y comiendo. Se dio cuenta de que estaba mal alejarse de Romine, en realidad ella nunca le había hecho nada que le hiciera dudar de su seguridad, tampoco tenía arranques de ira o violencia. Por lo que iba a tomar el miedo injustificado que le tenía y lo arrojaría fuera de su mente.

Se puso de pie y entró a la cocinar13; Creo que deberíamos vivir juntas.

r13; ¿Vivir juntas? r13;la doctora se giró evidentemente sorprendidar13; ¿Quieres vivir en una casa que esta sobre una morgue?

r13; No tengo problemas con eso.

Antes de que Romine pudiera decir algo al respecto su celular sonó, aunque Stella no quería que nadie interrumpiera esa importante conversación se vio obligada a responder al ver de quien se trataba.

Duncan era un amigo que ambas tenían en común, se conocían desde los 10 años, pero actualmente ya no pasaban tiempo los tres juntos y eso era porque él y Romine ya no se agradaban. Según la doctora era porque su amigo no estaba a favor de su relación, de hecho quería algo con Stella, pero ella lo negaba diciendo que nunca le había insinuado nada. Pero no fue lo que le reveló su pareja lo que hizo que también pusiera un poco de distancia entre ellos, sino el hecho de que Duncan en cuanto se enteró de su relación fue a contarles a los padres de Stella y ellos no se lo tomaron muy bien. No les molestaba su amistad, pero una relación entre personas del mismo sexo no les agradó nada. Stella estaba a pocos días de graduarse y gracias a eso no tuvo que soportar los comentarios desagradables de sus progenitores por mucho tiempo. En su momento se sintió decepcionada de sus padres r13;ya que siempre pensó en ellos como gente de mente abiertar13;. Actualmente seguían sin estar de acuerdo con su relación, pero por ella, hacían lo posible por tolerarlor13;además luego de 5 años con Romine ya sabían que no se iban a separarr13;. Duncan no tardo mucho tiempo en disculparse con ambas, Stella lo volvió a aceptar como amigo, pero Romine aún no podía estar con él en el mismo espacio por mucho tiempo.

Luego de la llamada de su amigo, la castaña no estuvo mucho más tiempo ahí, al día siguiente debía trabajar por lo que no se llegó a ninguna conclusión con el tema de vivir juntas.

Los días siguientes su relación volvió a la normalidad casi por completo. Stella estaba preocupada por su pareja, se dio cuenta de que Romine pasaba noches en vela ya que cuando se veían, la doctora se quedaba dormida en todos lados, se le empezaban a marcar ojeras y aparentemente no estaba siendo cuidadosa con el bisturí o por lo menos eso suponía la castaña al ver como su pareja aparecía a veces con heridas que parecían infringidas con un objeto filoso. Supuso que aquello era consecuencia de que no estuviese descansando correctamente, se quedaba dormida en medio de las necrocirugías y terminaba lastimándose.

Por desgracia, debido a su trabajo y un importante proyecto en el que sus jefes le preguntaron si quería trabajar r13;aunque realmente no era opcionalr13; estuvo ocupada. Hablaban a diario por teléfono y se mandaban mensajes de texto durante el día, le preocupaba que Romine no se estuviese cuidado adecuadamente. Por eso la noche que por fin se finiquitó el trabajo, en lugar de ir a celebrar con sus compañeros y sus jefes, fue directamente a buscar a su pareja.

Decepcionada, triste y traicionada fue como se sintió al llegar. Al llegar a la cuadra donde estaba la casa de Romine, logró visualizarla subiendo escaleras que iba puerta de entrada, hubiera corrido a su encuentro de no ser porque estaba acompañada de un sujeto que tenía su brazo sobre los hombros de su querida doctora. Molesta y con una horrible sensación en su pecho, Stella se dio vuelta y se fue a su casa.

Más tarde cuando ya estaba en su cama intentando dormir, escuchó que su celular sonaba. Lo tomó de la mesita de noche que estaba a un lado de su cama y al leer el mensaje de Romine un par de lágrimas se escurriendo por sus mejillas. Metió el móvil en un cajón, se volvió a recostar en el colchón, cerró los ojos esperando dormir pronto y dejó sin responder el mensaje que decía:

“Mañana es tu día libre ¿no? Ven a dormir a mi casa”.

El timbre de su celular la despertó varias horas después, eran las 7:00 a.m. y Romine la estaba llamando. No tenía ganas de hablar en ese momento por lo que de debatió un buen rato en si debía contestarle o no. Dejó que la llamada se fuera al buzón dos veces y respondió la tercera.

r13; Ábreme, estoy afuera y hace mucho frio. r13;fue todo lo que dijo la doctora.

Stella caminó perezosamente hacia la puerta tomándose todo el tiempo del mundo y cuando abrió se topó de frente con Romine. Se veía triste y tenía las manos dentro de los bolsillos de su pantalón de mezclilla.

r13; ¿Qué es lo que pasa? r13;preguntó la pelinegra.

r13; No sé a lo que te refieres. r13;se hizo a un lado para permitirle el paso.

r13; Te estuve esperando anoche. r13;entró, camino hacia la sala y se sentó.

r13; Estaba muy cansada y la verdad es que no tenía ganas de verte. r13;cerró la puerta y se acomodó en el sofá.

r13; ¿Hice algo malo? r13;Romine tomó las manos de Stella entre las suyas y entonces se percató de que tenía ambas vendadas, como vestía una playera manga larga no se percató de eso al abrir la puerta.

r13; No lo sé, tú dímelo… r13;murmuró tratando de seguir sonando neutral.

La doctora se levantó del sofá, metió su mano en una de las bolsas de su pantalón y saco una llave que Stella reconoció al instante. En sus veintinueve años de vida las únicas personas que poseían ese tipo de llaves antiguas de hierro r13;y no como adornor13; eran los Melies, se trababa de la llave de la puerta principal de su casa. Romine la puso sobre la mesa de centro y me dijo que eran para cuando ella no estuviese en casa. La arquitecta observo el objeto metálico mientras escuchaba que su pareja le pedía que no anduviera de curiosa en su área de trabajo o vería cosas no muy agradables. Stella sonrió y se dijo a si misma que si Romine estaba siéndole infiel no había manera de que le diera una copia de las llaves de su casa. Ahora estaba segura de que tenía que existir otra explicación para lo que vio, pero de momento no creía que fuese el momento de hablar de eso.

 

Sólo un par de días más tarde Stella pudo usar su llave por primera vez. Cuando llegó Romine iba de salida, le hablaron de su trabajo para un levantamiento, como era algo fuera de su horario esperaba que fuese rápido. Lo primero que la arquitecta hizo al entrar en la casa fue curiosear, esperaba que con eso los residuos de duda que aún persistían en su mente desaparecieran. Cuando llegó a la habitación de su pareja, se acercó al librero que tenía frente a la cama, de ahí pasó al escritorio donde estaba un libro abierto boca abajo, la cubierta era negra y tenía la palabra “Diario” en letras doradas.

Stella sonrió mientras lo tomaba, pensando en que nunca se imaginó que Romine tuviese ese tipo de hábitos, el tono amarillento de las hojas delató el hecho de que no era nuevo y la castaña se preguntó qué haría con ellos después de llenarlos. Al darle vuelta advirtió que las letras plasmadas en aquellas páginas no pertenecían a su pareja, pero si a alguien que ella conoció; su suegro.

 

Durante su formación académica ella nunca sufrió como la mayoría de sus compañeros, mientras ellos se pasaban horas estudiando, todo lo que Stella tenía que hacer era prestar atención en clase y hojear libros. Ella poseía memoria eidética de la cual estaba muy orgullosa, pues era prácticamente imposible que olvidará algo. Hasta aquel día, ella siempre estuvo agradecida de haber nacido con esa habilidad, pero ahora, varias horas después de haber leído por completo el diario de Louis Melies, por primera vez en su vida odiaba tener memoria eidética. Ahora fragmentos de lo que había leído saltaban en su mente una y otra vez. Se reprendió a si misma por no haberse detenido cuando se dio cuenta de que no se trababa del diario de Romine. Pero le hizo caso a su curiosidad y ahora no tenía idea de cómo afrontar la nueva información sobre su suegro y su pareja.

El cuerpo de Stella comenzó a temblar involuntariamente y sintió que el sudor frio se deslizaba por su espalda, tenía que tranquilizarse antes de que Romine regresara. Cubrió su rostro con sus manos y reprimió un sollozo. No iba a poder vivir sin saber que tan real era lo que estaba escrito en ese diario. Uno de los fragmentos saltó en su mente.

01 de marzo del 1991 

De alguna manera lograron convencerme para ayudarles con el nuevo puente, el problema era por más que intentaban con los materiales normales no quedaba. Entonces hice un comentario sobre cadáveres como soporte para la estructura, era solo una curiosidad que esperaba que se tomaran a broma. No debí decirlo, ya que ellos se lo tomaron demasiado en serio. Es verdad que no estoy en la mejor posición para ponerme de moralista, ya que yo tengo mi propio oscuro secreto debajo de los cimientos de esta casa…

Un repiqueteo la hizo casi saltar de donde estaba sentada, miró hacia la ventana dándose cuenta de que se traba de gotas de lluvia chocando contra la ventana. La temperatura había descendido mientras ella se encontraba perdida en sus cavilaciones. Se acercó puso sus manos en el marco de madera y abrió la ventana, vio la oxidaba escalera metálica que daba al patio trasero.

16 de junio del 1995 

¿Qué debería hacer?

Estaba ocupado en mi área con mis investigaciones cuando Romine apareció. Salió temprano de la escuela y vio abierta la entrada secreta. Ahora lo sabe. Mi estudio sobre la resistencia del cuerpo humano ya no es un secreto solo mío. Espero que ella lo comprenda, es una chica lista y de mente abierta así que no estoy muy preocupado al respecto. No hemos cruzado ni una sola palabra desde entonces. Espero que no piense que puedo hacerle daño de alguna manera…

Stella salió por la ventana y bajo por la escaleras hasta llegar al patio, inspeccionó el pasto por un rato hasta que encontró la escotilla camuflada. Cuando eran niñas ella y Romine rara vez jugaban ahí, aun así recordaba perfectamente el día que descubrió aquello, sin embargo en ese entonces no le llamo la atención tanto como ahora. No tenía candado ni cerradura, sólo tenía que jalar la puerta y podría entrar a confirmar por sí misma lo que leyó.

Abrió la escotilla y cerró sus ojos con fuerza y el miedo volvió a apoderarse de su cuerpo, con mucho cuidado y ayudándose de un brandal bajó las escaleras. Una vez que sintió que se acabaron los escalones, abrió los ojos, pero estaba demasiado oscuro como para poder apreciar el lugar. Buscó un interruptor en la pared cerca de donde estaba y cuando por fin dio con el y las luces se encendieron se estremeció al encontrar la respuesta a sus dudas.

 

Luego de huir de la habitación secreta que resguardaba la escotilla en el patio, la lluvia cayó con mayor intensidad, acompañada de relámpagos. Subió rápidamente la escalera metálica que iba al cuarto de su pareja r13;en lugar de entrar por la puerta traserar13;. Una vez estuvo ahí un relámpago iluminó el dormitorio y se topó de frente con Romine quien estaba sentada en su cama con los brazos cruzados y un semblante inexpresivo que provocó que Stella comenzará a temblar.

r13; El diario de mi padre… r13;la doctora bajó la mirada al libro negro junto a ella.

r13; R-Romi… r13;balbuceó la arquitecta sentía que el corazón se le iba a salir. No pudo contener el llanto por más tiempo.

r13; ¿Por qué lloras? r13;preguntó la pelinegra acercándose a ella.

r13; ¿Me vas a lastimar? r13;dijo Stella más como afirmación que como pregunta.

r13; ¿Por qué te lastimaría?

r13; Porque lo leí…

r13; Lo sé. r13;Seguía inexpresiva, pero su timbre de voz era tranquilo y sereno.  r13;¿Hasta dónde leíste?

Rápidamente hizo un recuento mental buscando una fecha que no incluyera a Rominer13; 12 de febrero del 1995.

La doctora la miro por algunos segundos antes de asentir con la cabeza y levantarse de la camar13; Dormiré en otra habitación. r13;salió del dormitorio y cerró la puerta de golpe.

El resto de la noche Stella no pudo dormir, se preguntaba si sería lo suficientemente importante para Romine como para no ser lastimada. Una parte de ella se preguntaba porque aún no salía corriendo de aquella casa. Por alguna razón estaba segura de que huir no era la mejor opción en ese momento y por eso siguió dando vueltas en la cama hasta la mañana siguiente.

Mientras la castaña observaba al techo la puerta se abrió provocando que saltará y se cubriera con las sabanas. Aún no estaba preparada para enfrentar a su pareja, seguía aterrada por lo que leyó y vio. Cerró los ojos con fuerza y espero.

r13; Yo no cocino tan mal. r13;dijo Romine en tono divertido.

Al abrir los ojos y retirar la sabana, Stella vio que la doctora tenía en sus manos una bandeja llena de sándwiches y dos vasos con jugo de naranja.

r13; Y-yo… creí… r13;guardó silencio y observó a Romine. No estaba molesta, ni triste. Su estado de ánimo era normal. Por lo que decidió no decir nada y empezar a comer.

r13; Las cosas que hizo mi papá. r13;hizo una pausa para asegurarse de que le estuviera poniendo atenciónr13; No era correcto. Olvidemos el tema ¿sí?

Stella se tomó el tiempo de analizar lo que Romine le decía, ver sus expresiones faciales y lenguaje corporal. Una vez estuvo segura de que estaba a salvo asintió con la cabeza y se abrazaron. Aún tenía algunas dudas por lo que vio el día anterior, pero lo mejor era no pensar demasiado en eso.

 

Stella iba saliendo de su oficina cuando le llegó un mensaje de su pareja diciéndole que llegaría un poco tarde para comer juntas. Tomó asiento en una banca que estaba frente al lugar donde había quedado de verse. Las cosas para ambas estaban mejorando, incluso estaban pensando seriamente en lo de vivir juntas. ¿Qué si tenía miedo? Sí. Pero creía que compartir una casa sería ideal para que Romine cambiara un poco su mentalidad. 

r13; Stelly. r13;una voz masculina la llamó.

Sonrió al darse cuenta de que se trataba de su amigo Duncan.r13; Hola.

r13; ¿Qué haces por aquí? r13;se sentó a su lador13; ¿Tomando un descanso?

r13; Esperando a Romi.

Él no respondió nada solo se quedó mirando a la banqueta mientras se formaba un incomodo silencio.

r13; ¿Por qué te cae mal Romi? r13;preguntó la castaña.

r13; No es que me caiga mal…

r13; ¿Entonces?

Tomó las manos de su amiga y decidió que debía decirle lo que sentíar13; Te amo.

Estaba tan sorprendida por la repentina declaración que no pudo responder, nunca creyó que lo que le decía Romine sobre Duncan fuese cierto, pero al parecer ella siempre tuvo razón. La arquitecta sintió una mano en su hombro que la hizo levantarse y que su amigo soltara sus manos.

r13; ¿Qué crees que estás haciendo? r13;le reclamó Romine. Duncan sólo la miró fijamente sin decir nada, se levantó de la banca y se fue del lugar.

r13; Romi yo…

r13; No pasa nada. r13;su voz era de evidente molestiar13; Vamos a comer.

Aquella tarde la tenían toda planificada, pero luego del encuentro con Duncan, Romine prefirió irse a casa a descansar y Stella no la detuvo, ella también debía pensar en la mejor manera de explicarle a su amigo que no podrían ser nada más que eso. 

Al día siguiente saliendo de la oficina se fue directamente a casa de Romine. Quería cocinar algo para cuando terminara su jornada laboral. Cuando llegó fue a la habitación de su pareja para cambiarse de ropa por algo más cómodo. Una vez lista se dio vuelta para salir de la habitación cuando el sonido de un relámpago llamó su atención, caminó a la ventana abierta y observó el cielo que amenazaba con hacer de esa tarde una muy húmeda. Sin poder evitarlo y recordando lo que leyó en el diario de su suegro bajo la mirada al patio y algo llamó su atención. Un objeto pequeño y rectangular estaba cerca de la escotilla.

04 de enero del 1995

Es increíble lo diferente que puede ser un cuerpo humano de otro. Hoy me di cuenta que no solo las mujeres pueden resistir mucho dolor, hay hombres que también lo soportan. Hasta ahorita de todos mis sujetos de “estudio”, es el primero de género masculino que sobrevive más de 20 días sin comida y sometido a constantes torturas.

Stella salió por la ventana y bajó al patio por la escalera. Se acercó a la escotilla y recogió el objeto que resultó ser un celular. No era de Romine. Inhaló y exhaló varias veces intentando contralar los nervios que sentía. Abrió la escotilla y bajó las escaleras con la misma precaución que la última vez y con más miedo. Al llegar al final encendió las luces recordando perfectamente donde estaba el interruptor. Las paredes y el techo eran color blanco, las manchas de mugre y moho seguía exactamente como las recordaba. La lámpara de focos blancos que colgaba del techo se balanceaba de un lado a otro por el viento que provenía del exterior. Las estanterías con frascos que tenían en su interior órganos en formol seguían en el mismo lugar.  Había dos mesas metálicas de operaciones con rastros de óxido. Una estaba vacía, y la otra tenía un bulto cubierto por una manta blanca con manchas rojas.

Stella se acercó y quito la tela que cubría lo que suponía que era un cuerpo y se llevó una horrible sorpresa. Soltó la sabana retrocedió y ahogó un grito con sus manos. Ahí frente a ella estaba lo que quedaba Duncan. Sus brazos habían sido cortados desde el hombro y sus piernas desde la rodilla, parecía estar inconsciente o muerto. Se acercó a él intentando no resbalarse con la sangre que había en el suelo. Un brazo la rodeo por la cintura y al bajar su vista se encontró con un bisturí cerca de su garganta.

r13; Stella… r13;la voz de Romine sonaba molestar13;No deberías estar aquí… r13;la castaña no pudo decir nada estaba en shock. r13; No te preocupes por Duncan. Él ya no siente nada. r13;murmuró para después girarla hacia ella y abrazarla con fuerza.

r13; Romi. r13;fue lo único que Stella pudo decir.

r13; Lo mejor será que no hables de esto con nadie. Porque por más que te ame, tendría que silenciarte.

 

Notas finales:

Es muy probable que esto tenga una secuela :D la idea esta rondando en mi cabeza desde hace tiempo, tenga o no una buena recepcion esta historia creo que es algo que me gustaria mucho seguir.


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