Sentía la brisa pasar por mi melena mientras esperaba ya algo impacientemente. Sabía que ya venía en camino, se había atrasado un poco pero por Dios, era muy mala esperando. No dejaba de mover alguna parte de mi cuerpo. Primero fueron mis dedos golpeando el respaldo restante de la banca. Después fue mi pierna golpeteando a cualquier ritmo el piso. Realmente me desesperaba con facilidad. Vi mi teléfono para poder ver la hora, ya eran quince minutos tarde. No era mucho pero quería ya poder ir a caminar y estaba super ansiosa de verla. Una risa escapó de mis labios. No podía creer todo el tiempo que había pasado a su lado, todo lo que habíamos vivido. Ante todo como es que uno termina estando con la persona que menos espera. Cerré mis ojos con un anueva brisa mientras una sonrisa se asomaba entre mis labios.
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Entraba a una pequeña habitación, en ella solo se encontraba una pequeña cama, dos mesas de noches, una mesa un poco más grande llena de cosas y el armario casi a la par de la puerta. Ella entró después de mi y como era costumbre moví la cama para pegarla a la pared debajo de la ventana. Ella solo se reía por mis locuras, podía realmente hacer, no me agradaba su cama, era muy pequeña para mi gusto. Me recoste en la cama y ella se puso cerca de mi. Inmediatamente después empezamos a hablar un poco de trivialidades. Claro yo solo quería saber un poco más cada vez que llegaba a su casa. No hace mucho que nos conocemos, compartimos amistades desde hace un año aproximadamente. Pero desdes hace como ocho meses comenzamos a hablar más seguido. Para mi mala suerte tenía novia, o eso se supone que es. Pero ella, sus ojos avellanados con algunos tonos verdes, su sonrisa y risa. Además de ser más directa que muchas personas que conocía.
Nos habíamos acomodado a lo largo de la cama, una pequeña estela de luz caía sobre sus ojos y parte de su rostro. No se en que momento deje de ver esos ojos que me llamaban para pasar a ver sus definidos labios. Ya no sabía de qué habla pero no podía dejar de verlos, de querer probarlos, de querer sentirlos contra los míos. Dios que estaba haciendo, en teoría tenía novia, pero con ella, con esos labios podía olvidar su presencia. Se levanto un momento, hace un momento había reaccionado que ya no seguía el hilo de la conversación. Se puso un poco de brillo en los labios, Dios no podía ser eso más tentador. Digo no solo ya estaba mal con sus labios solo así para que se pusiera brillo. No sabía si se había percatado de ellos, esperaba que no. Sentía como a cada momento mi temperatura aumentaba, como mi rostro empezaba arder. Cada segundo era más difícil tratar de verla a los ojos y que mi mirada no vagara para posarse en sus labios. No recuerdo bien que paso después, de que algo me salvó de cometer alguna locura, pero mi razón estaba a punto de desaparecer.
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Sonó mi celular en ese momento sacándome de mis pensamientos.
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Hola
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¡Lo siento! Juro que ya estoy cerca - Escuchaba su voz agitada como apenada
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Tranquila - Dije mientras me reía levemente
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¡Igual! Te veo en un momento
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Esta bien
Colgó en seguida, solo me podía reir. No había mucho que hacer aún más que esperar su llegada. En seguida cerré nuevamente los ojos, recordaba la primera vez que la bese.
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Llegue nuevamente a su casa, entre después de saludar a su abuela. Entramos a su cuarto enseguida, estábamos molestando. Las personas que siempre han dicho que no les gusta la saliva me da mucha risa y me gusta mucho molestarlas. Ella es una de esas personas, me parecía bastante gracioso toda la situación. De un momento a otro de estar platicando la empecé a babear. Y de un segundo a otro sentía que me retaba porque siempre que lo hacía me decía que de igual manera no importaba porque se lo podía borrar. No se si era o yo, pero sentía que me retaba, y la tentación de sus labios era inminente. Hacia todo lo posible por no hacerlo, no quería que se alejara de mi. Pero también estaba la posibilidad que todo saliera bien o no todo tan bien.
Con nervios y demasiadas dudas fue como le robe el beso, no hice nada me quede estática. La verdad no sabia que esperar, por un momento pense algun golpe o una cachetada pero al contrario. Solo se me quedó bien y seguio mi juego, solo sonreir. Recuerdo mi rostro arder y tener una sonrisa tímida de la emoción. Minutos después me llamaron mis padres que ya estaban afuera esperándome, de cierto como fue mi salvación. Bajando las gradas hacia su puerta, me estaba despidiendo, cuando de un momento a otro me robo un beso de regreso. Fue demasiada mi sorpresa solo recuerdo que me había mencionado algo sobre una venganza o estar a mano. Pero no sabía como tomarlo, si era buena o mala señal. La tomé más como buena. Salí de su casa con una gran sonrisa, mucha emoción, pero ante todo con muchos sentimientos que no conocía y preocupada en parte por mi novia de ese momento.
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Abrí mis ojos y la veía a la distancia, venía algo desarreglada y se notaba que se había corrido. Sonreí automáticamente, era una de las mejores imágenes que tenía enfrente. Me levanté de la banca en la que me encontraba y me dispuse a encontrar en el camino.
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Lo siento - Fue lo primero que me dijo
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No tengas pena amor, lo bueno es que ya estas aquí - Dije sinceramente
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¡Igual que pena! - Dijo algo angustiada
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Tranquila, mejor vamos a hacer nuestras actividades - Dije mientras tomaba su mano