20/octubre/2017
Viernes; llegué a Walmart, activé el gps del celular que mi jefe me dió para asegurarse de que estoy haciendo mi trabajo, como si a él le dijeran algo por traer a su novia en los viajes de trabaja, en fin, miré a la Gallina que vive en las pequeñas jardineras de la tienda, me gustaba saludarla y que me viera fijamente mientras metía y sacaba su cabeza en su habitual movimiento, a veces la había visto perseguir a los zanates que bajaban a descansar, me agradaba esa gallina. Saqué de mi mochila, rosa con negro, mi faja, mi cinta adhesiva y una pluma con el nombre de la marca para la que trabajaba y me dispuse a entrar, media hora de retraso no era tan malo cuando tu jefe no está en la ciudad, en fin, entré por la entrada de empleados, le di mi mochila al de seguridad y chequé mi entrada con el checador, tomé la foto que mi jefe pedía para demostrar que sí habíamos ido a la tienda y te busqué en recibo.
Vi tus charolas, no me sorprendió porque te llegaba pedido todos los días, no le di importancia, lo que era raro es que tú siempre estabas ahí a esa hora y me sonreías disimuladamente para que tu compañero, el tipo calvo y mayor, no se diera cuenta, o eso pensaba yo, nunca había querido preguntarte por qué disimulabas cuando me veías,q porque sabía que tus amigos se referían a mí como “tu amigo el puto” y la verdad no quería perjudicarte.
No había tarimas en el piso, eso significaba que o no había llegado trailer el día anterior o la mercancía ya estaba en la bodega correspondiente a cada departamento. Pasé al baño, mojé mi trapito para limpiar, me ví en el espejo, bufé una maldición a mi aspecto físico y fui rumbo a hacer mi trabajo.
Saludé al jefe de departamento, un tipo alto y mayor, flaco y con sonrisa desconfiada, no me caía mal pero no me agradaba del todo, no confiaba en él, ni en nadie, pocas eran las personas en las que confiaba después de haber entrado al mundo real.
Tonteéun poco antes de ponerme a trabajar, no tenía mucha mercancía para exhibir, tal vez solo bultos de 15 kg. Y haría limpieza, no era difícil.
-¡Sos todo, Gordo!- volteé la vista del punto invisible en la pared al que miraba- un tipo al que le decían rata, me hablaba, no me agradaba, en lo absoluto, tal vez demasiado amigable, no solían agradarme las personas así, pero fingía que sí. Al señor le gustaba burlarse de mí, se regodeaba riéndose de mí desde que se enteró que solía salir de trabajar horas después de mi hora de salida, cosas como “el gordo es bien chambeador porque sale hasta las nueve” o “el gordo ni se preocupa porque como quiera sale a las 9” odiaba la estupidez de las personas, era obvio que se burlaba de mí, podía ahorrarse su falsa amabilidad y decirme las cosas en la cara, sin rodeos. -Bien temprano y ya estás trabajando.
-Dehecho entré tarde.
-Pues sí, si sales tarde entra tarde.-me encogí de hombros y asentí, solía ser lo más cortante con ese tipo de personas, mientras más rápido terminará la conversación con ellos más rápido se iban y más rápido me quedaba tranquilo.
No tardé haciendo mi trabajo, tomando fotos y haciendo el inventario físico de mi mercancía, al final no limpié nada, para qué, al final se iba a ensuciar de nuevo.
De hecho sólo quería terminar pronto para poder ir a buscarte. Porque, aunque suene patético, amo esos pocos minutos que te veo al día los lunes, miércoles, viernes y sábados.
Tenía sed así que tomé una bolsa de plástico de frutas y verduras, de esas que ponen en los super para meter la fruta, y la llené con agua para poder tomar. Me despedí del jefe con un “ya quedó jefe, lo veo el miércoles” y fui hacia la salida.
Pasé por tu pasillo pero estaba un señor bajito, regordete y bigotón haciendo tu trabajo y entré en pánico, porque no era tu compañero de siempre, y no eras tú, obviamente ¿Y si te habían cambiado de tienda? No me habías dicho nada a pesar de que hablábamos por mensaje todos los días, me atemorizaba la idea de ya no verte en Walmart porque amaba a esa tienda, amaba verte ahí, amaba que la gente de ahí fuera amable, amaba que me dejaran hacer mi trabajo sin pedirme apoyo y lo digo de nuevo, amaba verte ahí.
14- Dónde estás?
14- qué pedo Wee?
14- hay un tipo que no eres tú.
14- sigues en Walmart?
14- agh!!!
14-Llegale!!! Qué te jodan!!!
No contestaste así que me di por vencido. Y no quedó otra opción más que irme de ahí, eran las 9:30 AM y aún me faltaban dos tiendas. Fui hacia recibo y te vi. Ahí estabas.
Sonreí, sonreí como nunca antes había sonreído, amaba sonreír cuando te veía, no era un sentimiento cursi como enrojecerse o sentir que el corazón se te salía del pecho, creo que eso sólo aplica a personas que se corresponden, pero este no era mi caso. Yo sonreía porque podía verte, porque amaba verte. Dios, era lo mejor.
Yono era mucho de sonrisas, no me gustaban, me veía más feo cuando sonreía y evitaba hacerlo frente a gente equis, pero contigo era inevitable. Y perdóname por regalarte esa imagen tan fea de mi. Pero eso me provocabas.
Tu no eras guapo, a lo mejor tenías algo que te hacía un poco atractivo pero no me parecías guapo, al menos no eras del tipo que a mí me gustaba, “demasiado principesco, irreal e imposible,” como decía Ixchel.
Alto,1.92 siendo exactos, demasiado flaco para mi gusto, no tienes siquiera cuerpo marcado, como esos tipos chacalones flacos pero marcados, tu cara podría parecer un poco femenina con rasgos duros, tu nariz un poco ancha y cejas que juras tu no te depilas pero siempre dudo de la veracidad de tu afirmación. Y una tez blanca, lechosa, que me encanta. Me encantas güey, tu perfume de Christian Dior, tu hermosa sonrisa de dientes un poco chuecos, tu porte de joven de 29 años, tu sexy caminado de tipo gordo que adelgazó y esa seguridad con la que haces tu trabajo.
No eres guapo, yo tampoco lo soy, pero eres hermoso, eres hermoso por dentro, muy hermoso, nunca me había enamorado de alguien que fuera hermoso en el interior pero aquí estoy.
Volteastea verme y me saludaste alzando una mano y okay, mi corazón se detuvo un momento quise correr a abrazarte porque ese, tal vez, era el deseo más lujurioso que tenía contigo, hundirme en tu pecho y ser envuelto por tus brazos y perderme para siempre en tu aroma y en la suavidad de la camisa de pequeños cuadros de tu uniforme y aferrarme a tu espalda y no soltarte y abrazarte fuerte y tratarte bien y jurar que yo no te lastimaré como Kass o Amanda, o la otra chica antes de Amanda, al contrario, yo quiero cuidarte y dártelo todo, humillarme por ti, en verdad me pones mal, y cada día que hablo contigo, cada que te veo, que me sonríes, que me hablas de cuán mal te va en el amor me rompo, me duele horrible y tengo ganas horribles de ser mujer, de gustarte, de poder estar contigo. Porque quiero poder tener permiso de amarte, quiero hacerlo de la manera correcta y la verdad muero por poder darte un abrazo, incluso más que un beso.
Odio sonreír por verte… odio todo lo que me haces sentir en general, aunque la verdad amo todo lo que me haces sentir y odio tener que obligarme a odiarlo porque tal vez es más fácil engañarme.
No me acerqué a ti porque estabas ocupado. Sólo agité mi mano en señal de despedida y salí rápido del Walmart, no me gustaba irme de dónde tú te quedabas.
Alsalir revisé mi celular y ví dos mensajes tuyos.
Giant- :facepalm:
Giant-En recibo.
Sonreíy perseguía con mi ruta, aún me faltaban 3 tiendas y ya eran las 9:30 AM.