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Sonrisa de sol por IonAlue

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Notas del fanfic:

Espero que les guste me llego la inspiracion gracias a una de mis mejores amigas :)

Notas del capitulo:

Espero que les guste me esforze mucho espero que le den una pequeñita oportunidad :3

 

Sonrisa de sol

Las personas que tienen una sonrisa de sol son personas que brillan tan fuertemente como para impulsarte a seguir adelante. Irradian esa energía llena de positivismo que hace que nunca quieras apartar la vista de ellas, son tan libres pero… de un momento a otro simplemente desaparecen como si  solo fueran una ilusión creada por alguien, para demostrarte por un instante pequeño la felicidad que realmente puedes sentir, demostrarte que esa sonrisa de sol que es solo para ti no es mas que un momento efímero, un ligero sueño de algo de lo que ya no estas seguro si es real.

Las personas suelen decir que toparte con una persona con sonrisa de sol es lo mejor que te puede pasar, eso es algo que no podre jamás negar  ya que yo pude conocer a una persona tan brillante como el sol, una persona que día a día con aquella sonrisa hacía que todo mi cuerpo sintiera una calidez nacida de lo mas profundo de mi ser.

Fue una tarde de verano cuando la conocí, el sol resplandecía en su mas alto punto y ella como un ángel cantaba alegremente, danzando con los ojos cerrados entre los arboles de aquel bosque, dando a notar que conocía ese bosque como la palma de su mano. Parecía un espíritu o algún tipo de ninfa. Su largo cabello se balaceaba al ritmo de su tarareo, su fina figura parecía casi efímera, su blanca piel brillaba como la más fina porcelana, su canto se detuvo y abrió sus bellos ojos azules tan brillantes y tan intensos como un hermoso par de zafiros que me miraban mientras su sonrisa se dibujaba era tan brillante como el sol… su nombre era Helena.

Helena era una chica especial, siempre alegre, siempre libre, siempre comprensiva, siempre atenta, siempre tan luminosa…siempre tan rota, tan destruida, tan triste. En ese tiempo fui realmente tonta, ignorante como no me di cuenta que esa persona que tanto llegue a amar estaba tan rota, tan triste como toda su luminosidad no era más que un intento fallido de escapar de su realidad, un intento desesperado de querer volver a vivir, de volver a ser feliz.

No entiendo como no pude notar como era tragada por su propia obscuridad que era opacada por esa brillante sonrisa de sol, como se ahogaba en sus propias lagrimas, como extendía tímidamente su mano en busca de ayuda, como en el fondo de su ser pedía a gritos que alguien la salvara. 

La primera vez que pobre sus suaves labios fue una noche cálida en mi habitación, saladas lágrimas caían de sus mejillas, sus brazos se aferraban fuertemente a mi cuerpo con miedo a que la dejara sola, ella no quería regresar a aquel sitio que le causaba tanto dolor solo por ser un poco diferente, cuando nuestros labios se separaron suavemente casi en un susurro pronunciaste mi nombre, Selene aun lo puedo escuchar repicar como si fuera una campana una y otra vez para luego preguntar como si de un sueño lejano se tratara ¿Si busco las estrellas, crees que podría quedarme junto a ti para siempre? Fue su suave murmullo, sus ojos se volvían acuosos una vez mas, tanto  ella como yo sabíamos que nuestro amor era imposible pero esa noche no existiría nada ni nadie mas, esa noche era solo para nosotras.

Tome suavemente un mechón de su cabello otorgándole un suave beso, pase mis manos por sus mejillas limpiando suavemente las lágrimas traicioneras que habían osado salir, desabroche uno a uno los botones de su vestido para luego quitar la demás ropa que no hacía mas que estorbar, hasta que pude ver completamente su fina piel, la acosté sobre la cama y con mis manos contornee todo su cuerpo como si  fuera la mas delicada pieza de cristalería, tratando de memorizar cada línea, cada pliegue, cada curva, bese suavemente sus labios y procedí a quitarme mi ropa, tenía la imperiosa necesidad de sentir su piel contra la mía.

La temperatura de nuestros cuerpos aumentaba, nuestra respiración se hacia mas pesada y nuestros corazones se fundían junto nuestras almas haciendo un único ser mientras hacíamos el amor, nuestras manos entrelazadas mientras nos besábamos con miedo a que todo acabara. Deleitándome con cada centímetro de su piel, probando los dulces jugos que producía su sexo, sintiendo su lengua sobre mi sexo, sintiendo como probaba cada parte de mi piel y como sus finos dedos se hundían en mi sexo provocándome un  gran placer, llevándome al éxtasis, dejándome llevar por la hipnotízante figura de Helena en un vals de lujuria y placer hasta volverse toxico. Repetíamos una y otra vez cuanto nos amábamos como si de un hechizo se tratara.

Esa noche hicimos el amor hasta caer agotadas y con una muda promesa prometimos no volverlo a hacer ya que mi dulce y amada Helena no me pertenecía, no me podía pertenecer. Por primera vez desee poder encontrar las estrellas de las que tanto hablaba, aquellas estrellas que tanto anhelaba y podían conceder cualquier deseo, para así poder desear que fuera libre incluso si esto significaba que seria libre de mi amor. Esa muda promesa nunca se logro cumplir, nos entregamos al amor incontables noches sin desenfreno alguno sin ningún tipo de pudor, después de esa  primera noche de amor, pero que más podía decir ó hacer si después de todo desde el inicio no fue más que una mentira que Helena  y yo tratábamos con todas nuestras fuerzas hacer real.  

Agobiada por todo lo que la rodeaba, agobiada por las apariencias que le imponían, por la culpa, por el deseo y por el amor que no le era permitido tener. Helena solo fingía ser libre ante los ojos que la rodeaban, no importaba que tan brillante fuera si no era más que la perfecta representación de un pajarillo encerrada en una jaula de oro.

Un pajarillo que era tan hermoso que hacia que el corazón comenzara a doler al verla encerrada tratando de alzarse al vuelo. Mi amada Helena era tan pero tan especial que no podía creer que ella también me amara, pero nada de eso importaba, no importaba el echo de ser mujeres, no importaba el echo de vivir en mundos distintos, no importaba  si ella era tan brillante como el sol y yo tan parecida a la luna, incluso no importaba si compartíamos la misma sangre el problema era que ese amor, ese pecado que llegamos a cargar entre las dos no era mas que una buena puesta en escena de nuestros deseos y sueños que un día irremediablemente se rompería en miles de pedazos.  

 Fue una noche fresca cuando aquellos que ya sospechaban de nosotras, nos encontraron en nuestra desnudes entregándonos sin desenfreno al amor, los gritos, las expresiones de terror, los regaños y los golpes sobre nuestros cuerpos no se hicieron esperar por parte de aquellos que nos dieron la vida, de aquellos con los que compartíamos los mismos lazos de sangre.

Después de aquello fuimos encerradas en nuestras habitaciones, pude escuchar como mi corazón se rompía en mil pedazos al descubrir que mandarían lejos a mi amada Helena. En mis oídos podía escuchar suavemente el murmullo de Helena guiado por el viento diciendo a lo lejos te amo Selene, todos los días después de eso oír el dulce canto del viento era mi consuelo al no poder tener a mi amada helena en mis brazos, al no poder amarla mas.

Un día el viento me trajo un mensaje cruel era su adiós partía para nunca mas regresar, me asuste jamás podría ver de nuevo esa sonrisa de sol, jamás podría volver a escuchar su cantarina voz diciendo cuanto me amaba, rápidamente corrí a la puerta de mi prisión, golpeé un incontable numero de veces la puerta mientras rogaba que la abrieran, tenía que salvar a Helena, la rasguñe, la patee y grite hasta quedar afónica pero nadie parecía querer escucharme.

Goteo, goteo podía escuchar suavemente el goteo de mi propia sangre caer al suelo fue cuando note cuanto había lastimado mis manos, al tratar de ir en su ayuda. Algo dentro  de mí me hacía sentir intranquila, ese goteo constante que repicaba en mis oídos no me dejaba en paz era como si este me dijera que Helena estaba perdiendo su brillo.

La adorable anciana que me cuido desde que era una pequeña niña, se compadeció de mis gritos abriendo la puerta de mi prisión, asustándose al ver el estado de mis manos. Corrí a la habitación que se encontraba del otro lado del pasillo, abriendo la prisión de Helena para cuando llegue era demasiado tarde, Helena yacía fría en la cama como si en un tranquilo sueño se encontrara, de sus muñecas brotaba sangre, tenía una amplia sonrisa, era tan brillante como aquella sonrisa de sol que siempre me daba pero esta vez no era más que una estrella sin luz, un sol al que le fue negado brillar.

Bese suavemente sus fríos labios y lamí la herida de una de sus muñecas para que un pedacito de ella permaneciera dentro de mí y después comencé a llorar sin consuelo, tome una de sus frías manos en la que encontré una pequeña nota con un pequeño mensaje.

“Selene mi amor busca las estrellas para que ellas nos permitan estar por siempre juntas, Selene eres y siempre serás mi único amor”

Las personas que habitaban esa casa comenzaron a llegar y al igual que yo rompieron en llanto, incluso aquellos que habían cortado tu libertad. Honestamente eso no me parecía mas que hipocresía disfrazada de dolor, guarde aquel mensaje lo mas cerca de mi corazón.

Un día mientras caminaba escuche a alguien murmurar que las personas que son tan brillantes como el sol, suelen extinguirse. Creo que las personas que piensan aquello tienen la razón, muchas veces esas personas tan brillantes como el sol, solo son personas que tratan de ocultar su dolor, que tratan de esconder que tan rotas están con un resplandor tan deslumbrante que no te permita ver sus heridas, sus grietas y su dolor.     

Puedo jurar que busque aquellas estrellas pero no las logre encontrar, sinceramente no las he buscado durante un largo tiempo pero hoy se cumple un año desde que mi amada Helena cerró sus ojos, y por ello me tengo que disculpar con ella porque ya no las buscare más, porque yo ya he decidido que hoy la alcanzare a donde sea que haya ido, a donde sea que esté he decidido que estaré junto a ella.

Camine por aquel bosque en la vi por primera vez antes incluso de saber que era prohibida para mí, me senté a la sombra de aquel gran árbol que se encuentra en lo profundo de aquel bosque e ingerí una gran cantidad de pastillas para dormir, mis ojos se sienten pesados, iré contigo mi amada Helena ya no falta mucho para reencontrarnos pero incluso si no hay nada mas haya de la muerte es preferible que seguir en un mundo donde ya no te puedo ver mas, sonreí suavemente y en un susurro digo mis ultimas palabras –Buenas noches mi amada Helena –

Fin.

 

   

                   

      

Notas finales:

Espero que les haya gustado muchismas gracias por leer :3

No leemos despues :· Mattane!! :3

 


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