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Enishi por Tina Black

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Notas del capitulo:

Creo que les daré otro capítulo, para no perder el interes en esta historia, verdad? :V 

Se encontraba varado sobre lo mas alto del barco viendo a los lejos un imponente edificio blanco y en este se dejaba ver la silueta de una persona que no apartaba su vista del cocinero -<<¿En dónde estoy...? ¿Qué es este lugar...? >> -Al percatarse de la misteriosa silueta, pudo notar que de ella se reflejaban unos brillantes y hermosos ojos de un color rojo carmesí -<<¿Quién eres tú...?>> -Se preguntaba en sus adentros sin aun lograr distinguir la presencia de aquella persona. En eso, vio por un momento a sus pies y a sus manos y se dio cuenta que llevaba un traje de color negro, pero no era su acostumbrada vestimenta, era otra y a sus espaldas llevaba una larga capa -<<¿Qué está sucediendo...?>> -Pero antes de poder dar un paso para ir hacía aquel lugar, comenzó a sonar una pequeña alarma que lo sacó de su sueño.

Abrió lentamente los ojos y se quedó un rato recostado de cubito supino analizando aquel extraño sueño. Se levantó quedando sentado sobre la hamaca y observó al resto de sus nakamas quienes aun estaban dormidos -<<Otra vez ese sueño... >> -Dijo en sus pensamientos al recapitular la extraña escena; durante estos últimos quince días ha tenido el mismo sueño, en un principio fue algo que tomó de poca importancia, hasta el quinto día que comenzó a dudar al ver ese lugar y a la persona de los bellos ojos rojos. Prefirió mejor dejar a un lado el asunto y comenzar la mañana en preparar el desayuno para sus camaradas.

 

[*****]

Antes de continuar, empecemos desde el principio. Después de lo sucedido por la pelea fallida contra ese maldito robot, gracias a su habilidad, terminé en medio de una isla repleta de hombres extraños que tienen el afán de convertirme en uno de ellos, habían pasado dos días desde que llegué a la famosa isla Okama. Por más que había querido, no encontraba un rato de paz y del cual me dejara dormir aunque sea por cinco minutos. Hasta que a la noche del tercer día encontré un perfecto escondite para que ninguno me encontrara. Se trataba de una cueva, era algo pequeña, pero perfecta; entré y al recargarme en la pared del lugar cerré mis ojos por un momento y al volverlos a abrir, estaba en frente mío una puerta corrediza. Sabía que al fin había entrado en mis sueños. Abrí la puerta y encontré a una hermosa mujer. A simple vista uno diría que se trata de una diosa... Pero era alguien mucho mas importante, se trataba de... –Yuko-san...

Yuko se encontraba contemplando el brillo de las hojas de cerezo. Aquellas luces entre rosa y violeta que iluminaban el oscuro paisaje en el que se encontraban nuestros dos protagonistas. Al escuchar la voz de su cliente, volteó a verlo y le dedicó una serena sonrisa –Me estaba comenzando a preocupar... Supongo que no es necesario decírtelo ahora que estás separado de tus camaradas... –En eso mostró un gesto de tristeza –En verdad yo...

-Está bien... Sé por qué no me lo dijiste... Era algo inevitable... –Sanji sonrió –Estoy feliz de verte... No sabes el infierno que he pasado durante estos tres malditos días... –Suspiró y fue hacia donde se encontraba la sacerdotisa -¿Cómo has estado...?

-Muy bien, gracias... No me han llegado más clientes desde la última vez que nos vimos...

-¿Segura que estás bien...? –Preguntó con preocupación.

-Descuida, no pasa nada.

-¡Me alegra saber eso! En verdad creo que ese trabajo es muy cansado. Te mereces unas buenas vacaciones... –Los dos se sentaron bajo el árbol para contemplar mejor las luces –Es un hermoso sueño... Tienes muy buena imaginación...

-Este lugar... Llegó a existir en algún momento de mi vida... –Miró con nostalgia a aquel panorama –Me trae muchos recuerdos...

-Deben ser muy hermosos tus recuerdos...

-Más bien los recuerdos de mi otro yo... –Sanji no pudo entender muy bien la respuesta de su amiga –Sanji-san...

-¿Si...?

-Esto no lo tomes como algo malo. De aquí en adelante va a cambiar tu persona.

-Si crees que es divertido el hecho de saber que unos locos te estén persiguiendo para colocarte un maldito vestido... No lo es... –Dijo esto con unos pequeños escalofríos rodeando su cuerpo –Debo regresar con mi tripulación...

-Primero tienes que ser más fuerte...

-... –Agachó un poco la cabeza recordando lo sucedido en Archipiélago Sabaody -¿Qué es lo que debo hacer...?

-Primero debes aprender a lidiar con ellos... Por algo se presentaron en tu camino.

-Tienes razón... Lamento arruinarte así la noche...

-No te preocupes... Con el hecho de ver que te encuentres bien, me hace feliz. –Dijo esto dedicándole una bella sonrisa.

-¡¡¡Aaaaaahhhwww...!!! ¡¿Acaso mi querida Yuko-swan me está diciendo que me ama?! –Gritó con euforia y alegría mientras se le formaba un corazón en su ojo y ceja, pero recordó algo que lo hizo salir de esa felicidad-¡¡Es verdad!! ¡No tengo nada para ti! ¡Lo siento mucho! Yo...

-No hay necesidad de tener comida o alcohol para charlar... En verdad estoy feliz de que estés de vuelta aquí conmigo –Posó su mano sobre la espalda de su cliente –Es bueno verte de nuevo...

-Yuko-san... –Se sonrojó un poco al recibir este gesto de cariño –También disculpa si estoy sucio... No he encontrado la oportunidad para establecerme en este maldito lugar...

-Sabes que siempre eres bienvenido a la tienda...

-¡Ah, yo no quiero molestar! –Se sobresaltó un poco negando la oferta con las manos –No quiero abusar...

-En verdad eres muy lindo... –Dijo divertida.

-¡Ah, ah, ah...! ¡No es cierto...! –Se cubrió un poco la cara al sentir un rubor sobre esta.

-Jajajajaja... Esta noche ellos no te molestaran, así que puedes quedarte tranquilo. Necesitas descansar.

-Gr... Gracias...

-Anda, acompáñame a ver este bello lugar por el resto de la noche...

-Sí, Yuko-san.

Tal vez no habría aguantado por mucho en este sitio si no habría sido por el apoyo de la mujer que me ayudó, pero era algo que no duraría por mucho tiempo. Por ahora nos enfocaremos en el presente,  tomé la decisión más difícil, algo que lamentablemente me separaría de mis nakamas y de mi sueño.

 

[*****]

 

Semanas antes...

La tripulación por fin estaba reunida después del largo tiempo que se tomó estando separada por lo sucedido en Dressrosa, Zou, pero sobre todo lo ocurrido en Whale Cake y Wano. Tal vez era algo que había pasado semanas para por fin poder reunirse y ser la tripulación que era antes, para nuestros piratas fue una gran eternidad. Todos estaban haciendo sus actividades del diario; Nami se encontraba dibujando algunos planos de la última isla que visitaron en las mesitas de jardín, Luffy estaba hostigando a Sanji para que le diera comida, Jinbe también estaba haciéndoles compañía, solo que el estaba viendo lo gracioso que se veía ahora su ahora capitán pidiendo comida como un pequeño; Zoro estaba durmiendo en los arboles de mandarina y en cuanto al resto estaban jugando un amistoso partido de volibol cuyos equipos estaban integrados por: el equipo uno conformado por Robin y Chopper y el equipo dos por Franky y Usopp. En cuanto a Brook el era el arbitro de aquel divertido partido. Sonó el silbatazo para dar inicio a la segunda ronda, en eso, Sanji salió de la cocina dejando al capitán con su platón de takoyaki. Llevaba en la charola unos jugos y otra ración del platillo japonés subió por las escaleras y yendo con la navegante para entregarle su merienda junto con la de Robin.

-Gracias, Sanji-kun. –Dijo tomando la bebida y al darle el primer sorbo se maravilló con el dulce y fresco sabor del jugo de mandarina y lima.

-¡Aaaahh...! ¡Mi querida Nami-swaaaannn...! Te ves tan hermosa cuando sonríes...

-Imbécil...

-¡¿Quién dijo eso?! –Dijo con cólera el rubio volteando para todas partes.

-Déjate de tonterías... Tu escándalo no me deja dormir... –Dijo el marimo quien salió entre los árboles estirando su cuerpo.

-Ah, tú... Maldito césped parlante...

-¿Qué dijiste, cocinero pervertido?

-Ay, no... Otra vez no... –Dijo la navegante posando sus dedos sobre la sien –Muchachos, ¿no quieren ir a jugar con los demás?

-No tengo tiempo para esas tonterías... –Respondió de mala gana el espadachín.

-Ah, muchas gracias, Nami-san, pero aun estaré trabajando en la cocina, debo preparar la cena de esta noche... –Dijo rechazando con educación.

-Quiero arroz con curry... –Comentó con confianza el peli verde.

-¡No soy tu criado!

-Ustedes se ven muy bien juntos... –Comentó Robin quien iba de camino hacía donde se encontraban con una toalla en la espalda.

-Cállate... –Dijo mal humorado al ver a su nakama.

-¡Robin-chan que cosas dices! –Dijo con algo de vergüenza.

-Fufufufu... –Llegó  a la mesita para agarrar su vaso y tomar –Muchas gracias, Sanji.

-No hay de que, mi querida Robin-chwan.

-¿A dónde iremos ahora, Nami...? –Preguntó la arqueóloga recargando su mano sobre la mesita y dándole otro sorbo a su bebida.

-Bueno, según mis cálculos, no tardaremos mucho en llegar... Tal vez nos tome unos dos días. Lo único que pude averiguar es que será una isla de invierno.

-Eso significa que debemos ir previniendo nuestros abrigos... Será buen momento para hacer chocolate caliente antes de llegar al lugar. Es cierto, debo ir haciendo la comida... Dejé a Luffy e la cocina. Luego los veo. –Se retiró por fin el cocinero. El único que no le perdió de vista fue Zoro quien lo miraba con esa cara fruncida, pero era diferente al resto de sus caras.

-¿Y bien...? –Preguntó natural Robin.

-¿Y bien de qué? –Respondió a secas. Robin se le quedó mirando con esos ojos de picardía -No sé de que hablas...

-Bien, veo que aun no te has dado cuenta... –Se retiró del lugar para continuar jugando con los demás.

-¿De qué estaba hablando Robin? –Preguntó curiosa la navegante.

-Yo que voy a saber... Iré a descansar un poco...

-Tuviste una siesta de tres horas, ¿no es suficiente?

-Para mí no... Oye...

-¿Qué?

-¿Me vas a decir que fue lo que pasó?

-¿De qué hablas?

-Cuando fueron por ese idiota...

-Ah, bueno... No pasó gran cosa... Nos tardamos en volver por qué es claro que estuvimos en el territorio de una yonkou, tuvimos que ser pracavidos.

-¿Qué fue lo que hizo ese cocinero?

-Bueno... –Titubeó un poco la navegante. Era evidente, que si le decía lo que pasó durante el rescate de Sanji, Zoro se enfadaría con este, mas al saber la forma en cómo trató a Luffy, sabiendo que lo hizo para alejarlos del peligro de Big Mom –Calma... No pasó nada. Nos costó algo de trabajo encontrar a Sanji-kun. Eso fue todo. Y como ya dije, estuvimos en territorio yonkou.

-Últimamente a actuado extraño.

-¿Por qué? Ya casi no pelean, deberías alegrarte...

-...

-Vamos, vamos... Si te preocupas por su bienestar podrías hablar con el... No va a morderte...

-No haré lo que tú me digas...

-Bien, pero estoy segura que la curiosidad te carcomerá lenta y dolorosamente hasta llegar al puno en el que le preguntarás que es lo que tiene... –Dijo esto seguido de comer una bolita de takoyaki.

-Si, claro... –Se retiró por fin del lugar. Bajó para ir un rato a ver que estaban haciendo los muchachos, pero tal como dijo Nami, la curiosidad fue mas fuerte haciendo que Zoro decidiera echar un vistazo a la cocina. Vio por la ventana de ojo de pez, Luffy se estaba terminando su segundo platón de takoyaki mientras que Sanji se encontraba limpiando algunos platos –Normalmente no deja a Luffy como si nada en su “santuario” –Hizo un pequeño y burlón énfasis en eso último.

-¡Mas! –Gritó alegre con la boca llena.

-Luffy... –El cocinero volteó a verlo aun con un plato y el trapo en las manos con esa mirada seria y dijo -¿Nunca te has enfermado con mi comida?

-... –Tragó el gran bocado que tenía en su boca -¡Claro que no! ¡Todo lo que preparas es genial!

-Bien... ¿Jinbe, quieres mas?

-Muchas gracias, pero creo que ya estoy lleno.

-No tengas pena, puedes pedirme con confianza lo que quieras. –Dijo con una sonrisa.

-¡¿Qué?! –Exclamó el espadachín parando mas la oreja –No lo regañó ni nada como de costumbre...

-¿Qué harás de cenar? –Preguntó el capitán yendo a dejar el platón en la barra.

-Haré arroz con curry... –Dijo alegre tomando el platón y llenándolo con la última ración que le daría a su nakama –Este es el último, faltan los demás para compartirles...

-De acuerdo... –Echó a su boca un puño con de takoyakis. Una escena que pareció muy grotesca.

-Luffy... –Dijo ahora mal humorado el rubio –Ten... –Sacó del bolso de su pantalón una servilleta y se la dio a Luffy –No hables con la boca llena y límpiate esa cara...

-Lo siento... –Tragó su comida –Gracias... –Y tomó la servilleta.

-¡¿Pero qué?! –Sobre abrió su ojo al ver tal acción del cocinero –No lo regañó... Algo raro está pasando con ese pato parlanchín... –Se quedó pensando, y si darse cuenta, el cocinero se acercó a la puerta para abrirla. Esto provocó que Zoro se terminara cayendo.

-¡Ah, marimo! –Exclamó el cocinero haciéndose a un lado y dejar que el mencionado aterrizara en el suelo.

-¡Pudiste haber evitado que cayera!

-No soy tu colchón... Ya que estás aquí, hice takoyaki. Puedes agarrar todo el que quieras... Iré a entregar esto a los demás... –Levantó una charola la cual se encontraba sobre la barra y encima de esta, estaban los platos para el resto de los muchachos –En seguida regreso... –Dijo por fin saliendo del lugar.

-Durante estos días ha preparado comida japonesa... –Mencionó el capitán entretenido con su comida. Zoro se levantó y fue a sentarse a la mesa junto a Luffy –Esta vez se lució...

-¿Ya te aburrió el pescado?

-¡No, claro que no! ¡Esto es fantástico!

-¿No lo notas diferente?

-¿A qué te refieres?

-Pareciera como si algo le preocupara...

-Mmm... Parece que no va a cambiar...

-¿Sucedió algo?

-Debe sentirse aun culpable por la muerte de Pedro... –Dejó por un momento su comida.

-Ya veo...

-Dale tiempo, muchas cosas no se lograron como se tenía planeado. –Comentó el gioyin levantándose de la mesa. –Sería bueno que hablaras con el... –Dejó su plato en el lava trastes y se dirigió a la salida –Iré a ver que están haciendo los demás. –Salió dejando a los muchachos solos.

-Mmm... Creo que es a ti quien te tiene confianza... –Comentó natural el peli negro.

-¿Por qué crees eso?

-Siempre se pelean, eso es señal de que son muy cercanos...

-¡¡Eso no tiene ni la más mínima lógica!!

-¡Shishishishi!

-¡Chicos! –Gritó con emoción la navegante. Esto llamó la atención de los demás y dejaron a un lado sus actividades para prestarle atención. Zoro y Luffy salieron de inmediato de la cocina.

-¿Qué sucede Nami? –Preguntó el capitán.

-Hay una isla... –Dijo señalando la dirección de donde se encontraba el pedazo de tierra –Esto es extraño... El loge pose no lo registró.

-Es como si se tratase de una isla fantasma... –Comentó el artillero.

-O tal vez se trate de un gran rey marino... –Agregó Jinbe. De inmediato los muchachos recordaron la isla de Zou.

-Es cierto... No haría daño echar un pequeño vistazo... –Agregó la arqueóloga con una sonrisa.

-Me hacen falta algunos ingredientes para mis medicinas... –Comentó Chopper al revisar su mochila.

-Bueno, aun tenemos suministros para la comida, pero con el apetito de Luffy y ya que volveremos a ver a Law y a sus camaradas en la siguiente isla, creo que es mejor recolectar otro poco... Y quien sabe, podríamos hacer un festín. –Comentó el cocinero

-¿Celebrando? –Preguntó el espadachín algo escéptico –No tenemos ningún cumpleaños o algo por el estilo.

-Hicimos hace poco la bienvenida de Jinbe... –Comentó Franky acercándose al cocinero –No creo que sea necesario.

-Estaba pensando comprar un montonal de sake y soda hasta reventar...

-Ah, bueno... Pero creo que es una excelente idea convivir juntos como una familia y para que Jinbe se vaya adaptando a nuestro ambiente... –Dijo con más animo el cyborg.

-¡Yahooo! ¡No se diga mas! Tendremos un festín esta noche... –Dijo el capitán con euforia y se estiró para volar y aterrizó en su asiento especial -¡Andando!

-El festín será cuando nos reunamos con Law... –Comentó el rubio cansado –Nami-san... –La chica le prestó atención al muchacho -¿Entonces llegaremos a la otra isla en dos días?

-Si... Tal vez hasta tardemos en llegar en un día y medio o antes de lo esperado...

-Ese era mi pendiente... Gracias. Iré a preparar unos bentos. –Se fue d regreso a su santuario para preparar unos almuerzos.

-¿Por qué le preocupa que lleguemos en menos de dos días a...? ¿Cómo dijiste se llama la isla, Nami? –Preguntó apenado Usopp.

-Samara. O bueno, eso me comentaron unas personas antes de salir de Wano.

-Vaya... Creo que esa isla es famosa por tener en su mayoría mujeres habitando en ella, y mujeres muy hermosas... –Dijo con templanza el gyojin.

-¡¡Aaaaaahhh, por eso!! –Exclamaron todos juntos a excepción de Robin quien solo reía.

-¿Eh?

Mientras tanto, Sanji estaba preparando los almuerzos de los muchachos –Es cierto... Debo hacer otro almuerzo. –Comentó yendo a sacar una cajita –Bien... Pondré el resto del takoyaki y algo de arroz... También unos rollos de huevo... –Se quedó pensativo por un momento al ver una cajita que resaltaba del resto. Era de color rojo con algunos adornados –Pronto será luna llena. –Dijo algo triste tomando con cariño la cajita. –Ese sueño... –Recordó la extraña escena que había visto, entre todo lo que se encontraba, estaba muy centrado en aquella silueta –Espero y no sea nada malo. –Dijo entrecerrando los ojos con ese sentimiento de culpa aun carcomiéndole.

Notas finales:

Espero sus teorias locas XDD Bueno, lo que si, es que trataré esta vez de ser breve en esta segunda parte... Un tiempo después llevaremos mas de 50 capítulos :V No, pero habrá mas misterio al estilo CLAMP y claro mas personajes de estas grandes mangakas interactuando con los mugiwara. Hagan sus apuestas de quienes podrían entrar en la historia además de XXX Holic. Nos vemos.


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