Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

MI ERROR por run4fun

[Reviews - 5]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

INICIANDO EL AÑO CON ESTE PEQUENO FIC 

AIORIA X SAGA

Notas del capitulo:

LES DEJO CON ESTE FIC, ESPERO LES GUSTE.

 

 

Hoy te vi nuevamente, estabas solo, sentado en una banca de la biblioteca leyendo un libro, oh amor mío, estas  tan fascinado con libros llenos de cuentos e historias, que haces que mis sentidos se eleven.

Intento leer la portada de tu libro, “El retrato de Dorian Gray” recuerdo haber leído ese libro hace un par de años, si, la trama sin duda es interesante y el desenlace te deja un sabor agridulce

Pero no es eso lo importante, veo atento como otro joven con cabellos azules, pero no tan largos como los míos, se acerca a ti, este tipo que se dice ser tu “amigo”  maldito aprovechado, se aprovecha de tu inocencia para acercarse a ti lo más posible, no lo soporto, no soporto verte con nadie que no sea yo. Odio a ese bastado infeliz que se atreve a  tomar tu mano, la mano de la que yo estoy privado.

Veo cómo te sonríe insinuadoramente, tu solo apartas tu mano con delicadeza y le dices que  estas algo ocupado como para acompañarlo.

Lo veo bajar la mirada, sonrió en mi interior, ese muchachito siempre se creyó tan apuesto y gallardo como para tener a cualquier persona a sus pies, pero contigo no puede, no podrá y eso me hace inmensamente feliz. 

Maldice lo bajo, para  luego despedirse   de ti  y apresurar  el paso hacia la salida, frustrado y molesto. Oh si, agradezco en el fondo que tú lo hayas rechazado.

Ángel mío, tu, eres tan bello y admirable que sueño contigo todas las noches.

Regreso la vista a mi vista hacia ti, pero ya no te encuentro, te busco con la mirada algo impaciente y desesperado, de repente escucho como apartan la silla a mi lado, ladeo mi rostro para ver de quien se trata y…o creo estar soñando, eres tú el que se sienta justo a mi lado con una enorme sonrisa. Trato de salir de mi ensoñación, pero me es difícil.

-hola…- me dices con una gran sonrisa, yo trato de controlarme pero no puedo un temblor se apodera de mí.

-¿tú eres el encargado de la biblioteca, ¿verdad?...Saga – me dices leyendo mi nombre impreso en mi playera.

Yo solo atino a asentir lentamente.

-quería saber si me prestas este libro, digo, es que no traje mi credencial y pues bueno…me fascino este libro y quisiera terminar de leerlo, por favor, no se lo diré a nadie. – me dices con un tono suplicante, tomando mi mano y mirándome a los ojos.

Trago grueso e intento retomar la calma, retiro mi mano de la tuya para levantarme de la silla y alejarme de ti.-

-no se puede, necesito tu credencial, lo lamento, pero esas son las reglas del establecimiento.- te digo serio y tajante, trato de no mirarte pues tu rostro se torna triste y decepcionado.

-bueno…entonces…que tal si yo te invito un café y tú me cuentas el desenlace, es que no voy a aguantar las ganas de saber qué pasa con el personaje principal del libro, que dices? – me miras expectante, yo te miro confundido, tu solo me sonríes.

-¿vamos?-

-no es gracioso, ¿sí? – te digo tratando de sonar serio.

-no es broma, vamos, aquí a la vuelta hay una cafetería, venden unos deliciosos pan quesitos. – me dices, yo te miro fijamente, tratando de asimilar que en verdad eres tú el que me propone algo así, no es que yo no quiera aceptar tu oferta, es solo que no lo puedo creer, tu invitándome a tomar un café,  a mí.

- tu turno ya está por terminar así que podemos irnos, que me dices?- me sorprendo, como es que sabes eso de mí.

-no…no creo que…-

-vamos saga, no te hagas de rogar, ve, hace mucho que no sales con nadie, creo que tu última cita fue hace 2 años. – escucho la voz de uno de mis compañeros.

-cállate Shura, sí. –sisero molesto, por su entrometimiento.

-¿qué? Es la verdad. –yo lo miro asesinamente, como se atreve a decir eso en frente de ti.

-¿y bien? – me vuelves a preguntar, yo te miro y algo inseguro.

-está bien. – digo en un susurro, tú te alegras y me tomas nuevamente de la mano.

-genial! Vamos.- me llevas rápidamente a la salida.

-¡no te preocupes, yo me encargo! -  me grita Shura, lanzándome mi chaqueta negra.

 

 

Llegamos a la cafetería, una  muy modesta, pero bonita. Tomas asiento y esperas a que yo tome asiento enfrente de ti.

-¿y bien? Que quieres, pide lo que sea, yo invito. – me dices sonriente.

-solo un café por favor.- le digo a la mesera, veo como tu pides lo mismo.

-bueno acabemos con esto de una vez, si quieres que te diga en que termina el drama de la historia, pues veras, el muchacho tan apuesto, vanidoso y arrogante, termina muerto al apuñalarle a su propio retrato. FIN.– te digo para después ponerme en pie, sin siquiera tomar el café que está servido en frente mío, te veo exaltarte y tomarme de la mano para detenerme.

-¡espera ¡ ¿por qué quieres huir de mí, tan malo soy? – me preguntas, sin dejar de sostenerme del brazo.

-¿por qué haces esto? – te pregunto serio.

-pues…si quieres saber la verdad….tú me gustas. -

-¿deja de decir estupideces, A quién demonios engañas? – te pregunto exaltado, tú me miras confundido.

-Te he estado observando por tanto tiempo y la verdad me sorprende que alguien tan joven,  apuesto y carismático como tú, se la pase las tardes metido en una biblioteca, digo, habiendo otros medios más directos y accesibles para leer libros, quiero decir, hoy en día  quién demonios termina sus días en una biblioteca! –

-tu.-

-es diferente, yo trabajo ahí, si, no tengo un trabajo tan emocionante, de hecho es el trabajo menos emocionante de todos, pero me gano la vida además…no necesito nada más, hago lo que me gusta. – me pongo en pie nuevamente.

- y si crees que puedes venir a burlarte de mí y decirme que te gusto  y…hacerme quedar como alguien patético pues quédate con las ganas, yo me voy. – intento irme más tú me detienes otra vez.

-¿Por qué no me crees?- me preguntas. Yo solo agacho la cabeza, jamás me imagine encontrarme en esa situación, si mis fantasías eran tan bellas, pero afrontar la realidad es tan ¿difícil?

--no…no es gracioso, alguien como tú, porque se interesa en alguien como yo, quiero decir tú debes de tener 21 años, yo tengo 30, todavía estudias, serás abogado, no me preguntes como lo sé, yo en cambio terminare mis días en una biblioteca porque la verdad no me queda de otra, esta es la vida que elegí.-

Tú me sonríes, tomas mi mano y te acercas a mí.

-no sé cómo…pero me gustas y mucho, dame una oportunidad de estar contigo, sí. – me dices cerca de mi oído, yo trago grueso, quiero creer que todo lo que sucede es verdad, que tú en verdad me estás diciendo que me quieres.

-yo…no.- rodeas tus manos en mi cuello para abrazarme, yo me aferro a ti con tanta fuerza, después sin pensarlo dos veces beso esos labios que soñé besar tantas beses.

Todo era perfecto, tú me amabas tanto como yo te amaba, jamás te dejaría ir de mi lado ni permitiría que nadie te apartara de mí.

 No soportaba tenerte lejos de mí, así que te propuse que viviéramos juntos, tu no lo dudaste ni un segundo, ambos vivíamos en  mi departamento, era pequeño, pero tú no te quejaste en lo absoluto, siempre me sonreías y me decías que me amabas.

Las noches junto a  ti eran las mejores, tenerte entre mis brazos y poder hacer contigo lo que me plazca era mi locura, jamás me había sentido tan feliz, tenía todo lo que necesitaba, a ti.

El verte a mi lado siempre era reconfortador. tú me ayudabas en la biblioteca, solíamos estar horas ahí, yo te ayudaba con tus estudios, buscaba los mejores libros, te ayudaba a estudiar, a veces nos pasábamos noches enteras estudiando, Ya casi te ibas a titular, solo te faltaba un año yo me esmeraba en ver que así fuera.

A veces te seguía hasta tu universidad, te veía hablar con tus compañeros, ese muchachito peli azul, llamado milo era objeto de mi repudio absoluto, pues seguía con sus insinuaciones, pero sabía que tú lo rechazarías. Siempre lo hacías.

Como te amo, Aioria, deseo tenerte siempre a mi lado. Nada te apartara de mí nunca. Soy tan feliz a tu lado.

A veces me preguntaba cómo es que llegue a ser tan afortunado.

Ya llevábamos un año y medio de relación y todo era perfecto.  Moría de ansias por casarme contigo, es más, hace mucho que había empezado a juntar dinero para comprarte un anillo, era muy hermoso y costoso, pero tú lo valías.

 

Te vi llegar, sonreí ampliamente, todo estaba listo, hice una cena deliciosa, no era de cocinar, pero tú me haces hacer cosas que jamás imagine, ansioso me acerce a ti, tú  te veías agotado y sumamente decaído, quise preguntarte que te pasaba, tu solo agachaste la mirada y te fuiste a encerrar a nuestro cuarto.

Me quede toda la noche pensativo, que era lo que te había pasado?

La duda creció en mí, no planeaba desconfiar de ti, pero cada vez te volvías más distante, como si de repente algo en ti hubiera cambiado. Ya no deseabas que te toque y a veces hasta te molestabas, yo no deseaba creer que había algo que se interponía entre nosotros.

Nunca me decías nada, por más que te preguntara, yo no toleraba tu silencio, cada vez las cosas se ponían más y más confusas.

Decidí seguirte, a todos lados, miraba con quienes andabas lo que hacías. Pero nada, al parecer todo tu siempre andabas solo, pero entonces, porque ese cambio de humor, porque.

Decidí registrar tus contactos en tu  computadora, registre todo, hasta que encontré un mensaje. Uno muy sospechoso.

Decía:

-“¿Aioria, donde estás?”

“Perdóname, por favor, perdóname, yo no quiero que me odies por lo que hice. Pero es que no podía, no podía ¡PERDONAME!

 Leí una u otra vez ese mensaje, no entendía nada, porque Aioria le pedía perdón a alguien. Vi que esa misma persona le respondía justo en ese momento.

“perdóname tu a mí, jamás supe apoyarte, ahora entiendo que perdí mucho tiempo, lejos de ti, ya no quiero que sea así, te necesito y te quiero nuevamente en mi vida, Aioria.

No lo podía creer, que demonios significaba todo eso, acaso Aioria…tu no podías estar engañándome, no…tu  no.

Quise averiguar más de ese hombre que te escribía, pero tuvo que dejar la computadora pues apareciste por la puerta.

-¿qué haces? – me preguntaste serio, yo solo me levante y salí de la recamara sin decirte nada, sí, nos habíamos distanciado mucho.

 Me quede pensando en lo que había leído en tu computadora, no podía creerlo, no deseaba ni siquiera pensar que tú me eras infiel, por qué? Yo te daba todo, te apoyaba incondicionalmente, lo eras todo para mí, por que…acaso tú solo me usaste.

Me quede pensando por una largo tiempo hasta que escuche que tu celular sonaba, me asome a la puerta para escuchar tu conversación.

-hola.- tu voz sonaba ansiosa, muy ansiosa.

-si…si…es que…es que no puedo creer que me estés hablando después de tanto tiempo….- te escuche sollozar.

-te he extrañado mucho, si, no tienes idea de lo mucho que me has hecho falta. -

-perdóname…perdóname por todo…no debí de haber hecho lo que hice pero…estaba desesperado, nadie me tendía la mano, estaba prácticamente solo  y tu…-

-sé que no actué bien, que lo jodi todo, pero…entiéndeme…necesitaba hacerlo… …-

-en verdad quieres verme, ahora ¿enserio? …si…si…claro que sí puedo, yo también,  te amo.

Me aleje, no lo podía creer, simplemente no podía creer lo que sucedía, tú me engañabas y no podía ni imaginarme quien era el desgraciado con el que me engañabas.

No lo podía creer, de seguro solo querías estar conmigo porque necesitabas a un estúpido que te ayudara con sus estudios, si claro, que conveniente, enamorarse del bibliotecario, te viniste a vivir conmigo   feliz, si yo te mantenía con el poco sueldo que ganaba, claro, tu nunca me quisiste, solo viste  que podías sacar provecho, ahora entiendo todo, ahora todo tiene sentido.

Me deje caer al suelo y comencé a llorar, a maldecirte, quise gritar en esos momentos, quise vengarme de ti, quise que sufrieras como yo sufría,  entonces abrí el cajón, ese cajón.

Saliste de la recamara, yo te di la espalda, no quería que vieras mi estado de ánimo.

 -Saga…-me miraste, pero yo no lo hice,--- yo…yo… --te notabas tenso e inquieto.-tengo que salir un momento, si, regreso pronto.-sin decir más tomaste un saco y te fuiste.

Yo te mire….no lo pensé ni un segundo decidí seguirte, te seguiría hasta al infierno.

Tomaste un taxi, si claro, no te atreviste a llevarte mi carro para encontrarte con ese bastardo infeliz, pero muy pronto me las pagarías, de mí no te burlarías.

Te vi bajar del taxi desesperado, le pagaste al taxista con el dinero que yo te daba…eres un maldito, pero me las pagarías.

Te seguía, a una distancia prudente.

El lugar en el que te citaste con tu amante, era lejos, una lugar apartado, de seguro querían estar a solas, malditos bastardos, me las pagarían.

Vi cómo te acercabas a un auto, el auto era rojo, un bonito convertible…de seguro ese era el bastardo que te mantenía antes que yo, que conveniente.

Cuando te vio, salió del coche apresurado, tú lo miraste y corriste a abrasarlo, ambos se abrasaban con fuerza, una escena conmovedora,  hasta podía ver las lágrimas que derramaban.  

Yo solo miraba atento como  ese hombre te besaba la frente y te acariciaba el rostro, tú le correspondías, te veías tan mansito, como nunca lo estuviste conmigo.

No lo soportaría por más tiempo, me las pagarías. Tome el arma que había cogido de ese cajón, la levante y te apunte. Estabas tan feliz entre sus brazos, que no notaste mi presencia detrás de ti.

Apunte justo a la altura de tu corazón, cerré los ojos y entonces…dispare, vi como todo se manchaba con tu sucia sangre, te lo merecías…tenías lo que te merecías.

El hombre con el que estabas no podía creer lo que pasaba, te tomo entre sus brazos mientras gritaba desesperado tu nombre, luego,  alzo la mirada hacia mí, yo lo mire para luego sonreírle, el me miro con odio, un odio infinito.

Estabas muerto, hubiera preferido que nunca te me acercaras, estaba mejor con mi ensoñación.

Me aleje, entre a mi auto y conduce como si nada hacia mi departamento.

Me recosté en mi cama.

Miraba el techo a la espera de que algo pasara, de seguro pronto vendría la policía, la verdad no me importaba, yo  no me arrepentía de lo que había hecho.

Gire mi rostro y vi tu computadora, decidí acercarme y terminar de leer la conversación habías tenido con ese tipo.

-seguía ahí la conversación que habías tenido, antes de que sonara tu celular. Entonces comencé a leer…

-

Decía:

¿Aioria, donde estás?

“Perdóname, por favor, perdóname, yo no quiero que me odies por lo que hice. Pero es que no podía, no podía ¡PERDONAME!

 “perdóname tu a mí, jamás supe apoyarte, ahora entiendo que perdí mucho tiempo, lejos de ti, ya no quiero que sea así, te necesito y te quiero nuevamente en mi vida, Aioria.

-¿hablas enserio??? ¿Me perdonarías el haberme ido de esa manera??-

-claro, al principio pensé que lo hacías, por puro capricho, pero créeme que te entiendo y  ahora estoy de tu lado, no harás nada que no quieras.-

-es que no….yo no quería que tu ni ellos se enfadaran conmigo, entiéndeme, yo no  me quería casar con esa persona, nuestros padres no podían obligarme, por más que dijeran que era por el bien de la familia, por eso me fui de la casa. –

-Lo sé, pero no debiste irte de esa manera, me asustaste, no sabíamos nada de ti, donde estabas que hacías, con quien estabas, era como si te hubiera tragado la tierra,  apenas y pude contactarte.-

-tenia tanto miedo que simplemente yo ¡lo siento!…perdóname, dime una cosa nuestros padres aún estánmolestos??-

-algo, aunque ya se van haciendo la idea de que no te casaras con el hijo  de ese tipo rico. -

-enserio?? me hubiera gustado no hacer lo que hice pero no tenía otra opción.-

-Aioria… como has estado, desde que te contacte no me has querido decir nada. –

- no es que no te haya querido decir nada, es solo que pensé que no querías hablar conmigo, pensé que me odiabas por haber perjudicado a la familia. –

-no, Aioria, yo jamás te odiaría, mejor dime que has estado haciendo. –

-bueno…entre a la carrera de, leyes, voy a ser abogado. –

-¿en serio?

-sí, de hecho solo me falta un año para titularme, estoy tan ansioso. –

-pero como le haces para sobrevivir?? –

- al principio, me fui a vivir a casa de un amigo, luego tome un trabajo en una cafetería, por las noches para mantener mi estudios, pero créeme que eso fue un martirio, a veces  iba a la biblioteca para descansar, ahí tenia paz, además repasaba unos libros que me encantaban. –

¿Libros? -vaya Quién lo diría. –

-sí, espera que no te he dicho lo mejor, conocí a alguien. –

¿Alguien?

-sí, lo conocí en la biblioteca, es uno de los encargados, se llama saga, es tan maduro, apuesto e inteligente, la primera vez que lo vi quede completamente enamorado de él, es algo mayor, pero no me importa, eso me gusta pues yo estoy cansado de los muchachos inmaduros que me frecuentan.-

-¿cómo cuantos años te lleva?

-7. –

-7 años, y…dime tú lo amas?

-sí, lo amo, ha sido lo mejor que me ha pasado en la vida, es muy bueno conmigo, me ayuda en mis estudios, de hecho ahora  estoy viviendo con él. –

-en serio, ¿estás enamorado de el? –

-sí, yo lo amo mucho y sé que el  a mí,  de hecho, me sentía muy triste los últimos días pues desde que tú me mandaste ese mail, me quede muy aturdido, tanto que ya no he podido hablar con él, no le comente nada de mi relación familiar, ….en verdad me hubiera gustado platicar con el sobre lo que paso, pero temo angustiarlo, el me ama tanto que  no tienes idea de cómo le afectaría saber todo esto así que  prefiero solucionarlo primero. –

-bueno…si eres feliz yo me conformo con eso... –

-soy muy feliz, muy muy feliz, más ahora que cuento contigo, no tienes idea de cómo me gustaría verte de nuevo…. –

-¿Aioros?,….hermano?

 

 

 

…Un hombre se suicidó luego de haber matado a su pareja.”

 El hermano de la víctima señaló que se reuniría con su hermano luego de dos años de no verse, cuando de la nada, apareció el enamorado de su hermano  y disparo contra él. Horas después el enamorado regreso a su departamento y se dio un tiro en la cabeza, la policía está investigando el caso, pero todo parece indicar que fue un asesinato por motivos pasionales. 

Notas finales:

GRACIAS POR LEER


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).