Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Solo por ti por Haruka Eastwood

[Reviews - 3]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Los personajes de One Piece anime/manga son propiedad de Oda-sensei y la historia (sin mucho sentido he de aclarar) es mia, hecha sin fines de lucho y bla bla bla...

Título: Solo por ti

Resumen: En la vida siempre hay obstáculos, pero por él, Zoro era capaz de superar cualquiera.
Categoría: One Piece
Clasificación: Mayores de13 años.
Género: Romance.
Advertencia: Ninguna

Autor: Haruka Eastwood

~ * o0O0o ♦ o0O0o * ~
Solo por ti

Roronoa Zoro Pov

Capítulo único: Obstáculos de amor

—¿Por qué? —pregunte sintiéndome más enojado que nunca, no sé si con él o conmigo por no poder hacer nada más.

—Entiéndelo Zoro, tu y yo no podemos estar juntos —me dijo con una expresión tan fría, que por momentos dude que fuera él—. Ni hoy ni nunca, deberías saberlo.

Esa expresión… aquella que tan bien conocía pero en el fondo sabía que no era otra cosa más que una simple máscara que ocultaba lo que realmente pensaba y sentía, guardando todo, como si cargando el peso de un destino autoimpuesto su vida tuviese sentido. Era su maldita defensa, molesta y casi impenetrable… casi. 

Tras cuatro largos años juntos creí que todo aquello había quedado en el olvido, pero parece que me equivoque. La mierda que posee por familia volvió a tomar todo lo que es importante para él, pulverizando sus emociones y su jodido futuro frente a sus ojos, sin darle la más mínima oportunidad de poder hacer algo.

—¿Es por ella?

—¡Ella no tiene nada que ver!

—Entonces explícamelo, Sanji…. ¡porque no te entiendo! —brame sujetándolo del cuello, sin embargo él no hizo nada por zafarse de mi agarre, incluso pareciera que me ofrecía la mejilla para soltarle el puñetazo que tanto ansiaba darle—. Quiero hacerlo, realmente quiero entender tus putas decisiones, pero si solo te apareces en mi casa a medianoche, diciéndome que lo nuestro debe acabar, ¡no me pidas que me quede sin hacer nada, mucho menos que entienda una decisión que no es tuya!

—Es mi decisión, siempre fueron mis decisiones, Zoro, y también es por mi deber como siguiente líder del Germa —me dijo a lo que simplemente lo solté dejándolo caer al suelo en un sonido sordo, uno que me quebraba por dentro, mientras apretaba los puños—. Ichiji murió, Niji se hace cargo de otros negocios vitales, así que el siguiente soy yo porque Yonji aún es un niño y padre no contempla a Reiju para esto.

Siempre ha sido así, siempre ve primero por aquellos malditos hijos de puta que por él mismo, siempre da prioridad a aquellos bastardos paranoicos que no dudaran en matarlo con tal de mantener a salvo sus malditos tratos ilegales. Odio reconocer que sé más de lo que debería y que es posible que yo causara esta mierda, y aunque fuera así no podía quedarme callado, no después de lograr aceptar que este estúpido cejas de remolino es a quien amo.

—Creí que no aceptarías —le dije sin mirarlo—. ¡Me hiciste creer que podríamos estar juntos! ¡Me hiciste creer que me amabas!

—¡Yo te amo! —Gritó sujetándome del mentón para obligarme a verlo a los ojos, esos preciosos ojos que ahora reflejaban la luna—. Siempre lo hago… yo… ¡Joder! ¿Por qué no puedes entender?

—¡¿Qué mierda quieres que entienda?! —Me solté de su agarre—. ¿Qué te casas con la princesita mimada? ¿O que eres un hijo de puta?

Di unos pasos atrás, dispuesto a encerrarme en mi habitación, sin importar que él siguiera en mi casa. Realmente necesitaba pensar, tenerlo lejos, después de todo es lo que quiere.

—¿Por qué todo lo complicas? —Me dijo deteniendo mi andar—. No siempre las cosas son tan fáciles, no siempre hay una solución para todo Zoro y hay veces que debemos hacer las cosas pese a que no queramos, eres abogado, deberías saberlo. Estamos atados de manos por un sistema de mierda al cual le debemos lealtad. Solo somos simples…

—Te equivocas —taje volteando a verlo—, nosotros no pertenecemos al sistema, somos el puto sistema y lo cambiaría si así me lo pidieras, iría en contra de quien fuera si me eligieras a mí antes que a tu maldita familia que no dudará ni un segundo en dejarte de lado cuando no te necesite —agachó la mirada y por un momento aquella imagen del chico dulce pero arrogante se desvaneció delante de mis ojos, no podía irme, no podía dejarlo solo—. Quédate conmigo por una jodida vez —pedí mientras lo abrazaba—, escógeme a mi… Sanji. Sabes que no puedo aceptar lo que me dices, eres todo lo que me queda.

Era verdad, ya no tenía nada, había perdido a mi madre en un accidente automovilístico quince años atrás, y mi padre a pesar de que seguía vivo parecía que murió con ella, se culpó por todo y cada noche la lloraba y la llamaba en sueños. Dos años después, justo en mi cumpleaños dieciocho, encontré su cadáver… se había suicidado. 

Me forcé a seguir adelante, intentando despejar la bruma y la sombra de la muerte que parecía haberse cernido a mí con desespero, clavándome las garras hasta hacerme sangrar, yendo cada vez más profundo, sintiéndome perdido y más solo que nunca. Tuve que soportar miradas de lastima, y palabras de compasión que me asquearon y casi me hundieron, entonces llego Kuina a mi vida, y le entregue mi corazón sin dudarlo, pero también me dejo… murió cuando tenía veinticinco.

Fue mi esposa, mi amiga, amante y confidente. La considere el amor de mi vida, pero cuando se fue, gran parte de mí también lo hizo, porque no solo la perdí a ella. Kuina murió en el parto de nuestro bebé… ninguno de los dos sobrevivió… de no ser por Sanji, hubiera terminado con mi patética vida aquella mañana que pensaba saltar del puente, pero ese ‘chiquillo’ de dieciséis me hizo entender que debía vivir.

Ahora quería gritar de rabia, maldecir y llorar, sabía muy bien que no podía tomar decisiones ni opinar acerca de lo que sucedía dentro de su maldita familia, mucho menos involucrarme si dos miembros de la mafia contraen matrimonio para formar una alianza.

Entonces sus brazos me  rodearon, como si en cualquier momento me fuera a desvanecer, pero aquí seguiría por él, esta vez todo sería diferente, porque no iba a permitir que cometiera una locura. Lentamente frote su espalda mientras miraba por la ventana observando la luna llena, aquella que me recordaba tanto los ojos de Sanji, unos ojos preciosos pero tan llenos de dolor.

Recuerdo que después de aquel desastroso primer encuentro nos hicimos muy cercanos, pese a que estuvimos separados un par de meses a causa de mi trabajo y su deber con los jodidos Vinsmoke, pero eso nunca le impidió llegar y abrazarme. Claro que siempre se ganaba una reprimenda de mi parte por ser un impulsivo, y sin llegar a planearlo me enamore de él, pero mi amor por Kuina fue un impedimento en muchas ocasiones.

Me negué a ver a quien tenía enfrente, quien me amaba sin reservas aun sin ser consciente de ello, todo porque estaba cegado y actuaba por impulso para proteger un lazo que ya estaba roto, debilitando en el proceso aquel que formaba con Sanji.

Pienso en Sanji y en el motivo de mi amor. Amo su sonrisa, aquella tan sincera y que pocas veces muestra, amó su carácter, su forma de ser, todo de él, pero me duele todo lo que hace, lo que nos hace y es que un mes atrás su familia decidió que Sanji se casaría con Charlotte Pudding, de esa forma él pasaría a ser la cabeza de ambas familias dentro de poco, pero me dijo que se negaría, sin embargo ahora viene y me dice que terminamos y que tiene un jodido deber para con ellos.

—No quiero perderte… —murmura contra mi cuello.

—Sabes que no lo harás. Eres tú el que me deja...

—Ellos lo saben —me dijo serio, por lo que me separe de su abrazo viéndolo a los ojos—. Te mataran si no hago lo que piden.

—No soy débil y tú mejor que nadie lo sabe —musite ofendido viéndolo con severidad—. Además, ¿desde cuándo haces tanto caso a lo que te dicen? Sin mencionar que es un crimen muy serio atentar contra la vida del gran Roronoa Zoro.

—Tú no entiendes.

—Te equivocas —taje tomándolo de los hombros—. Eres tú el que no entiende, joder Sanji… deberías entenderlo —suspire posando mi frente sobre la suya—. Si es necesario iré a matar a todos los de la familia Charlotte y Vinsmoke yo mismo. Después de todo soy tu novio, y tengo el deber de proteger a mi idiota ero-cook.

Soltó una risilla mientras me veía con ternura, para después reclamar mis labios como suyos en un suave beso que deseaba y fuera eterno. Al separarnos me abrazó y escondió su rostro en mi cuello haciéndome cosquillas con sus labios.

—Lo prometes.

—¿Lo de matar a tu familia?

—Eso no, marimo… —mordió suavemente mi cuello, sacándome un gruñido de molestia—. El quedarte conmigo…

—Sí, lo prometo.

—Zoro…

—¿Mmm…?

—No quiero casarme con Pudding.

—Entonces hay que impedir una boda.

—No es necesario —me miró a los ojos y yo fruncí el ceño—. Quiero que seas mi esposo, y me gustaría verte vestido de blanco. 

—Ni por ti me vestiría de novia.

—Te verías precioso —sonrió con burla.

—No, tú te verías precioso —susurre contra sus labios, deslizando mis manos por su cintura y cadera, deteniéndome en sus nalgas que apretuje con la suficiente fuerza para hacerlo jadear, adentrando mi lengua en su boquita.

No podía verlo bien, pero estaba casi seguro que su rostro era completamente rojo, por lo que intentó terminar el beso y desviar la mirada mientras me abrazaba con fuerza, como si temiera que en cualquier momento fuera a desaparecer. E inevitablemente sus labios atraparon los míos en un nuevo beso posesivo, territorial y tan necesitado que sentí escalofríos. Era una muda protesta que acepte gustoso.

—¿Te quedaras conmigo?

—Siempre voy a estar contigo, ya te lo había prometido —le mire a los ojos acunando su mejilla izquierda en la palma de mi mano—, y Roronoa Zoro nunca rompe sus promesas.

—Lo sé, y solo por ti... —ronroneó él—, solo por ti soy capaz de ir en contra de cualquiera, hasta de mi propia familia.

Entonces nos volvimos a besar, al final, sabíamos que no éramos los únicos que deseaban impedir una boda, y es que no era secreto que Pudding amaba a uno de los subordinados de Shanks… ahora me sentía mal por llamarla princesita mimada, aunque ya habrá tiempo para disculpas, por hoy… por hoy simplemente me dedicaré a disfrutar nuestra noche.

Y como si leyera mis pensamientos, sonrió, sonrió de una forma tan magnífica que por segundos creí que el brillo de sus ojos se intensificó gracias al reflejo de la luna. Ambos sabíamos que nada sería fácil a partir de ahora, pero también estábamos dispuestos a superarlo juntos. Solo por él… me dije con convicción, por Sanji.

~ * o0O0o ♦ o0O0o * ~
Fin

Notas finales:

Gracias por leer <3

Haruka Eastwood


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).