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¡Me Enamoró! (Fukigen Na Mononokean) por RozenDark

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Notas del fanfic:

Una promesa que lleva casi un año sin cumplirse xD

 

Espero y esta historia sea recibida como las otras dos :D

Notas del capitulo:

Lo prometido es deuda, y aquí les traigo el fic que me pedían hasta en un grupo SasuNaruSasu xD

 

Pero no se diga más, los personajes de Fukigen Na Mononokean son propiedad de sus respectivos autores y los demás de mi propia autoría. La historia me pertenece, y no permito adaptación alguna. Las imágenes utilizadas a lo largo del fic, son propiedad de sus respectivos autores.

 

Y sin más que decir, les invito a leer (^3-)/

"Terrible Malentendido"

 

~.°.~.ღ.~.°.~

 

—¡Abeno-san debe escucharme! —, Ashiya trataba de poder al fin entablar una larga conversación con su ahora ex jefe.

—Ashiya —, miro con advertencia a aquel persistente muchacho —. Yo no quiero escuchar nada más, con lo que vi fue más que suficiente.

 

El joven de ojos azules solo pudo bajar la cabeza y apretar los puños con fuerza. Claro que sabía de lo que aquel rubio mal humorado hablaba, pero él tenía una buena explicación que dar, para así demostrar que lo ocurrido no había sido ni su culpa.

Mordió su labio con fuerza, al recordar como Yahiko salió ileso de la furia y odio de Abeno Haruitsuki, haciendo que todos esos sentimientos negativos caigan y fueran dirigidos a su persona.

 

—Lo que ocurrió no fue mi culpa. Yahiko fue el que causo ese desastre —, dijo desesperado.

—¿Y piensas que voy a creer lo que digas? —, inquirió con furia —. Ese desastre no solo daño al Yokai que nos contrató, también a Yahiko y a la Peluza, y el único que salió ileso en todo, fuiste tú. ¿Piensas que creeré siquiera que Yahiko se haría daño así mismo?, sin duda esto solo demuestra que me equivoque contigo. Eres como todas las personas —, siguió su camino sin mirar al chico —. Espero que te quede claro que ya no quiero que te me acerques y tampoco esperes que te deje estar cerca de la Peluza, porque es obvio que solo eres un peligro para él y cualquier otro Yokai.

 

Ashiya no dijo nada más. Simplemente vio al rubio alejarse de una manera por demás enojada. Por un momento quiso sentir odio hacia Yahiko, pero ni él mismo creía poder odiar de esa manera a otro ser.

Se puso a pensar en cómo fue que todo ese embrollo se hizo presente y en cómo es que Abeno comenzó a odiarlo de aquella manera. Mordió su labio inferior, mientras finas y cálidas lágrimas comenzaron a descender de sus azules y ahora tristes ojos.

 

---FLASHBACK---

Ese día era por demás problemático. Para empezar, les había llegado una misión un tanto difícil y no es que sea algo de suma importancia o algo imposible para el amo de la Mononokean, es solo que la misión consistía en exorcizar a un Yokai y convivir con la persona del lugar donde aquel ser sobrenatural andaba.

El problema no era solo ese. Para mala suerte de Abeno, Yahiko había decidido pasar todo ese día con él y eso implicaba en soportar tanto a Yahiko como a Ashiya.

 

—¡Ustedes dos!, ¡ya compórtense! —, les ordeno con furia.

 

Llevaba todo el trayecto de las escaleras que daban entrada al lugar a la gran casona, aguantando los molestos gritos de Ashiya y las incesantes risas de Yahiko y ciertamente, el amo de la Mononokean estaba a punto de cometer asesinato.

 

—Yo quiero estar en paz, pero Yahiko es el que me esta molestando —, se explicó nervioso, debido a la furiosa mirada que su jefe le enviaba.

—Prometo portarme bien, si Haruitsuki promete jugar al escondite durante todo un día —, Yahiko miró ansioso a su viejo amigo de juegos.

 

Abeno solamente miro de manera fulminante a ese par. Soltó un suspiro profundo y agradeció mentalmente a que la Peluza no fuera como ese par y que estuviera quieto en su hombro.

Dejo de lado ese tema, cuando al fin estaban en la puerta de la casona. Lugar donde ya los esperaban, tanto el Yokai, como la persona dueña del lugar.

 

—¿Usted debe ser Harada-san? —, preguntó amable y seriamente el rubio.

—Así es. Y usted debe ser el amo de la Mononokean, o al menos eso fue lo que Tora-san dijo —, respondió el muchacho de castaños cabellos.

 

Si algo que sorprendía de más a Abeno, era ver que aparte de Ashiya y Zenko, había alguien más que podía ver y escuchar a los Yokais. Y es que aquel muchacho, un tanto más grande que él y Ashiya, no solo tenía esas habilidades, sino que además cuido de aquel Yokai de nombre Tora, durante tanto tiempo.

 

—Se cuanto puede llegar a sorprender que pueda ver y escuchar a los Yokais —, murmuró comprensivo —. Y puede que piense que soy egoísta o tal vez piense que solamente le saque ventaja a mi acompañante, pero créame cuando le digo, que solo quiero que Tora-san este bien.

—Ritsu dice la verdad Abeno-dono —, el Yokai con forma de un mini tigre de bengala se hizo notar —. Llevo años postergando mi regreso al Inframundo, debido a que no quería dejar a Ritsu, pero al ver la preocupación de él y que se me hacía cada vez más difícil andar por este mundo, ambos concordamos que ya era hora de separar nuestros caminos.

 

Abeno solamente se dedicó a escuchar con lujo y detalle a ese par. Si bien en un principio creyó que aquel chico había obtenido lo que quería de una manera terrible, al oír las explicaciones de Tora-san, supo que había mal pensado.

Aceptó de buena gana, ayudar a ese par con la limpieza de la habitación donde el abuelo del chico, guardo no solo sus recuerdos, también cosas especiales para Tora, quien solamente buscaba llevarse una sola cosa.

~~

Después de arduas horas arreglando aquel desordenado lugar, por fin hallaron lo que buscaban. Una extraña caja de madera de color rojo vino.

Ya con todo listo para llamar la puerta al Inframundo, Abeno espero a que Ritsu y Tora se despidieran de manera definitiva.

Todo marchaba bien hasta el momento o eso creían, hasta que Yahiko decidió hacer una de sus bromas.

Algo salió demasiado mal y ante la vista de Abeno, Ashiya era el culpable en aquel embrollo.

Con todo el desastre que se creó, Tora-san quedó inconsciente, Yahiko y Peludito recibieron varios golpes, Ritsu se dañó la mano y Abeno casi es herido.

Nadie supo con exactitud qué fue lo que ocurrió, y definitivamente nadie tomó en cuenta que la caja que con tanto desespero queria Tora-san, se había abierto apenas y que algo salió de allí.

Lo más sensato que pudieron hacer, fue enviar a Tora-san al Inframundo, una vez despertó. Y pedir disculpas a Ritsu, por los problemas ocasionados.

Después de aquello, Abeno despidió de manera furiosa a Ashiya y desde aquello, habían transcurrido dos largos días.

---FIN DEL FLASHBACK---

 

—Estúpido Abeno-san —, murmuró dolido.

 

o.~~.o

 

—¿Y hasta cuando piensas decirle la verdad a Abeno? —, preguntó Zenko con calma.

 

Yahiko se erizo un poco, debido a la repentina pregunta de Zenko. Si bien en un principio le pareció gracioso su actuar, al ver como su rubio amigo trataba a Ashiya, supo que las cosas se habían salido de control.

Pero en verdad temía que, al confesar, Abeno lo odiara, como lo hacía ahora con Ashiya.

 

—M… Mañana lo haré —, respondió nervioso.

—Zenko suspiro resignada —. Sabes que debes de hacerlo, no solo porque Ashiya está muy deprimido, sino porque sabes que es lo correcto.

 

Zenko dejo de lado el tema, al menos tenía seguro que había dejado el bichito de la culpa en lo más profundo de Yahiko. Ella estaba segura de que él haría lo correcto.

 

o.~~.o

 

El día estaba transcurriendo de manera normal, claro que había excepciones, una de esas excepciones era que aquella mañana, mientras Ashiya se alistaba, escucho a su madre gritar.

Obviamente fue de manera rápida para ver lo que pasaba, sorprendiéndose de ver a su madre asustada y a una serpiente blanca merodear cerca de ella.

 

—¿Qué ocurrió? —, preguntó con cautela, mientras se acercaba a su madre.

—Es que sentí algo frío andar entre mis pies, pero por más que busco y miro, no encuentro nada —, se explicó de manera nerviosa.

 

Ashiya asintió, ya entendiendo lo que ocurría. Sonrió con calma y guio a su madre a la cocina.

No pasó mucho tiempo, cuando regresó a la sala y tomo entre sus manos a la serpiente.

 

—No sé lo que ocurrió para que vengas a mi casa, pero es mejor que me esperes aquí afuera, en lo que calmo a mi madre —, murmuró sonriente. Al menos con aquel pequeñín, tendría una buena excusa para acercarse a Abeno a tratar de arreglar las cosas.

—No hay problema, después de todo, ya tengo lo que quería —, murmuró el Yokai.

 

Ashiya no había entendido lo que la serpiente quiso decir, hasta que sintió una fuerte mordida en su mano. De manera rápida soltó al Yokai y lo miro con reproche, pero apenas abrió los ojos, se dio cuenta de que este ya no estaba.

 

—¿Qué acaba de pasar? —, se preguntó asustado.

 

Si o si, debía ir donde Abeno y contarle lo ocurrido. No solo porque un sospechoso Yokai lo había mordido, sino porque en verdad le preocupaba ese repentino actuar.

Por ahora, haría como que nada había pasado y desayunaría con su madre.

 

o.~~.o

 

Después de media hora, el chico de cabellos negros azulados, por fin iba caminando hacia la escuela. Y todo ese pequeño trayecto que había recorrido, se la había pasado viendo con miedo su mano.

En verdad le preocupaba que aquella mordida le afectará en algo peor que su salud, especialmente porque se le había formado una marca roja que iba de si dedo anular hasta su brazo.

 

—¿Y si me muero?... O peor, ¿y si Abeno-san no me quiere ayudar? —, se tomó con fuerza de los cabellos, mientras murmuraba aquellas preguntas.

 

No muy lejos, Zenko observaba al chico. Le envío una mirada a su compañero y este solamente asintió de manera derrotada.

 

—Me iré adelantando, tu mientras aprovecha en disculparte con Ashiya. Tal vez si él te perdona, lo cual, sé que va a pasar, te ayude a no recibir la ira de Abeno —, le sugirió con una casi imperceptible sonrisa.

—Yahiko asintió no muy seguro —. Lo haré Zenko, así que no te preocupes —, le respondió.

 

La chica asintió gustosa y de manera sonriente, se despidió de Yahiko, esperando muy en el fondo, que tanto Ashiya como Abeno no fueran tan rudos y rencorosos con aquel travieso Yokai.

Yahiko por su parte, decidió apresurarse a alcanzar a Ashiya. Claro que cuando lo alcanzó, no pudo evitar verlo como si fuera un bicho raro, especialmente porque el chico estaba murmurando toda clase de preguntas desquiciadas.

 

—Ashiya. —

 

El mencionado dejó de murmurar y decidió mirar al que le había hablado, sorprendiéndose al ver al causante de sus problemas.

Infló sus mejillas y decidió ignorarlo un poco.

 

—Yahiko tomó su forma humana y decidió apresurar su paso, hasta situarse frente al chico —. Se que estas enojado y lo entiendo. Esta vez me pase demasiado y solo quiero que sepas que lo siento mucho —, se disculpó de manera rápida, temiendo que el chico emprendiera huida —. También quiero que sepas que pienso decirle toda la verdad a Haruitsuki, aún si llega a odiarme —, se mordió el labio, mientras temblaba. Le aterraba no solo que Abeno lo odiara, también temía que Ashiya no lo perdonara.

—Ashiya solamente suspiro derrotado, mientras se inclinaba hasta quedar a la misma altura que el zorruno Yokai —. Tranquilo Yahiko. No soy rencoroso y sé que tu intención no era causar daño a nadie, así que como te disculpaste personalmente y que piensas ayudarme con Abeno-san, estamos a mano —, le dijo con calma y de manera sonriente —. Y descuida, no pienso dejar que Abeno-san te trate como lo hizo conmigo, así que me tendrás para apoyarte.

 

Yahiko miró con admiración a Ashiya. Encantado por la manera en la que lo perdono.

Ambos decidieron, que, por ahora, debían darse prisa para llegar a la escuela. Incluso habían comenzado a caminar de nuevo, pero algo en el entorno a su alrededor cambio.

Ambos se extrañaron al verse en un pequeño prado floreado y no en la calle.

 

—¿Qué ocurre? —, Ashiya solo observaba el lugar con intriga.

—Ashiya no te apartes de mi lado.

 

El chico solamente asintió de manera nerviosa, mientras se sobaba la mano que la serpiente le había herido aquella mañana. Por alguna razón desconocida para él, le estaba ardiendo.

 

—Veo que mi fiel mensajero hizo todo lo que le pedí. —

 

Tanto Ashiya como Yahiko miraron de manera nerviosa la ser que estaba frente a ellos.

Yahiko tomó su forma de zorro, mientras su pelaje se erizaba por completo, mientras que Ashiya caía de rodillas, mientras apretaba su mano.

 

—¿Quién eres?, y ¿qué quieres? —, Yahiko se colocó frente al chico, mientras miraba con advertencia a aquel extraño Yokai.

 

Aquel ser de cabellos de un color blanco platinado, sonrió con diversión al ver la osadía de aquel ser inferior. A Pesar de la media máscara que llevaba para cubrir sus ojos, pudo ver con lujo y detalle al chico, relamiendo sus pálidos labios al ver la marca en la mano derecha del chico.

 

—Contigo no quiero absolutamente nada —, le dijo a Yahiko con desprecio —. Pero con aquel chico lo quiero todo. Especialmente cuando lleva mi anillo de compromiso en su mano derecha.

 

Tanto Yahiko como Ashiya miraron el lugar al que se refería el misterioso Yokai. Ashiya buscando desesperado ese supuesto anillo y Yahiko espantado por lo idiota que el chico podía llegar a ser.

 

—¡¿Cómo diablos te comprometiste con un Yokai?! —, le pregunto a modo de reclamo.

—¡Pero si no me comprometí con nadie! —, exclamó Ashiya totalmente asustado —. Esto es la mordida de una serpiente Yokai —, explicó.

—Yahiko negó sin creerlo —. Precisamente era su intención. Ese tipo te obligó a comprometerte con él, por medio de esa serpiente —, explicó sin más.

—¡¿QUÉ?! —, exclamó completamente asustado. Miro nervioso al Yokai y negó con premura —. Lo siento señor, pero yo nunca aceptaría casarme con un perfecto extraño, así que lo mejor será que se busque a alguien más, además ambos somos hombres y…

 

Ninguno de los dos se dio cuenta en el momento en el que aquel ser se había situado frente a Ashiya.

 

—Se perfectamente que eres hombre, pero también sé que no eres del todo un varón, ¿o me equivoco mi lindo doncel?

 

Ashiya se puso sumamente nervioso y temeroso. Ese tipo no solo era descarado, también infundía muy bien el miedo. Estaba dispuesto a decir algo y a alejarse, cuando el Yokai se alejó de manera rápida, evadiendo el reciente ataque de Yahiko.

 

—No sé quién eres, ni lo que quieres, pero sé que no es nada bueno si quieres obligar a Ashiya a casarse contigo —, se colocó en modo de pelea, mientras comenzaba a gruñir.

—Eres tan patético —, murmuró furioso.

 

Ni Yahiko, y mucho menos Ashiya, se esperaron que aquel Yokai sacara de entre sus ropas una filosa y brillante katana. Tampoco se esperaron a que se abalanzara directamente hacia Yahiko.

 

—¡CUIDADO YAHIKO! —, gritó aterrado Ashiya.

 

Todo paso en cámara lenta para los tres, y para cuando aquel Yokai se dio cuenta de a quien había herido, era demasiado tarde.

Lo que Yahiko vio aterrado, fue un rojo intenso que floto por el aire en forma de gotas, las cuales no solo mancharon el suelo, también a él mismo. Quiso hablar, pero su voz no salía. Lo único que tenía asegurado, era que una vez más, Ashiya fue herido por su culpa.

 

—Mi dulce prometido —, murmuró arrepentido, mientras de manera rápida, tomaba entre sus brazos al ahora inconsciente y mal herido doncel.

 

El Yokai de máscara se mordió el labio inferior, de una manera por demás arrepentida al ver lo que le había hecho a su futuro esposo.

Ashiya tenía una terrible y sangrante herida en su hombro izquierdo. Y aunque quería mantenerse despierto, para evitar que dañaran a Yahiko, el horrible dolor de su atravesada carne y la pérdida alarmante de sangre, pudo más y lo llevó a la inconsistencia.

 

—Esto no ha acabado maldito estorbo. Te aseguro que pagaras el daño que me hiciste hacerle a mi futuro consorte —, amenazó furioso el Yokai, mientras comenzaba a desaparecer con el chico en sus brazos —. Te juro que te eliminare de la manera más dolorosa posible, pero ahora me importa más evitar que mi doncel siga sufriendo.

 

Para cuando Yahiko reaccionó del todo, ya era demasiado tarde, Ashiya había sido raptado por aquel poderoso Yokai.

 

—¡Debo avisarle a Haruitsuki! —, exclamó preocupado, al verse fuera de aquella extraña ilusión.

 

o.~~.o

 

Abeno miraba un tanto preocupado el lugar vacío de aquel chico que lo traía loco.

Aunque dejando de lado el tema del desastre, se le hacía demasiado raro que Ashiya no hubiera llegado a las primeras clases, pero decidió dejarlo de lado, engañándose de que no debía de importarle alguien como ese chico. Decidió mejor ir a la azotea y tomar una larga siesta.

Al llegar al lugar, respiro de manera profunda, mientras se estiraba. Iba a recostarse, cuando de la nada, Yahiko le salto encima.

Iba a reprocharle, pero al ver el pelaje del Yokai, manchado con sangre, se alarmó demasiado.

 

—¿Qué te ocurrió Yahiko? —, cuestionó preocupado.

—Ashiya —, Yahiko miro de manera triste y preocupada al rubio.

—¿Qué fue lo que te hizo ese mocoso? —, exigió saber con enojo hacía el chico.

—¡ÉL ME SALVO! —, grito con molestia y preocupación aquello —. Ashiya ni siquiera fue el causante de ese embrollo, él solo fue una víctima más de mis tonterías —, le reveló —. Y ahora por mi culpa un loco Yokai lo hirió y se lo llevó a un lugar desconocido.

 

Abeno escucho atento el relato de Yahiko. Si bien se enojó mucho con el Yokai zorruno al escuchar que aquel terrible incidente fue su culpa y no de Ashiya, supo que no era momento de reclamar ni pelear. Justo ahora estaba demasiado angustiado por el bienestar de aquel chico, especialmente cuando había captado que la sangre que Yahiko tenía impregnada en su pelaje, era de un mal herido Ashiya.

 

—Por el momento no hablaremos de lo sucedido hace tres días, pero necesito saber más sobre ese Yokai que se llevó a Ashiya —, le pidió lo más calmado que podía.

—Yahiko asintió de acuerdo —. Para empezar, ese tipo mando un pacto de compromiso por medio de una serpiente, y ahora Ashiya está comprometido con él —, procedió a contar aquello —. También creo saber de dónde vino la serpiente, pero no dije nada, porque no pensé que esto se saldría de control o que algo así ocurriría, pero pienso que el día que cause el accidente en casa del chico Harada, la caja que Tora-san llevaba, traía consigo algo relacionado con ese Yokai. Al menos me lo imagino por el olor que emanó cuando saco la katana con la que hirió a Ashiya —, explicó preocupado.

—Entonces tendremos que ir a ver a Harada-san y preguntarle sobre la procedencia de esa caja.

 

Yahiko podía ver que el rubio estaba no solo furioso, también muy preocupado. Definitivamente ayudaría en lo más que pudiera, para salvar a Ashiya, más cuando el chico arriesgo su propia vida por la suya.

 

o.~~.o

 

Aquel Yokai ya había hecho lo posible por detener la hemorragia de la herida de su prometido.

Se había quitado la máscara que traía, mostrando sus afilados y hermosos ojos plateados, viendo con lujo y detalle el hermoso ser que se había encontrado como su consorte.

 

—Tranquilo mi niño, me asegurare de cuidarte de ahora en adelante —, murmuró preocupado al ver la expresión dolida del joven doncel.

 

 

Continuará

 

Notas finales:

Y bueno, hasta aquí le llegue con el primer capítulo :D

 

Por cierto, les quiero contar algo, Ritsu Harada y Tora son personajes que ya he utilizado en dos de mis fics de Servamp. En uno de los fics, Ritsu es una chica y es la nieta de Mahiru y en el otro es un chico llamado Ritsu Harada y es la pareja y Eve de Tora, quien es el malo de ambos fics y noveno Servamp. Ustedes harán sus teorías locas de porque en esta historia tenia esa caja y que relación tiene con el Yokai que se quiere casar con Ashiya xD

 

Y si el fic les gusto y me lo hacen saber con sus hermosos comentarios, se los agradeceré muchísimo :3

 

En fin, nos leemos pronto

 

Chau chau (^3-)/


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