Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

El número 1 por chibibeast

[Reviews - 3]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Hablando de títulos vergas xD (?)

Un trocito de fluff para la legión <3

Notas del capitulo:

Aoi es berrinchudo, todos lo sabemos.

Este es el mpreg que tanto he querido escribir: KAOI <3 

Hay casi nada de ellos ;;

¡A LEER!

El séptimo mes llegó, el peor de los meses previos. Yuu se sentía horrible, su cuerpo dolía. Era un poco decepcionante, porque se sintió bien en la cita con la doctora Moriyuki, el día anterior. Tenía buena presión arterial, buen peso, nada de qué preocuparse fuera de los síntomas normales del embarazo. El bebé estuvo activo durante la cita, con lo que ella estaba satisfecha. El problema era que Yuu no podía adivinar cuándo tendría un día difícil o un excelente día, cuándo estaría disponible para terminar la melodía para una nueva canción o si se echaría en cualquier parte de la casa todo el día, quejándose como un viejo amargado. Ese día, se sentía abultado y enorme, su espalda y tobillos dolían.
 
Gruñó, mientras giraba sobre sí para ver la hora en el despertador, ni siquiera eran las seis de la mañana, pero ya estaba tan despierto como si hubiese mantenido cerrados los párpados durante toda la noche; incluso, Yutaka seguía dormido, aunque pronto despertaría. Estaba inmensamente agradecido de haber hecho un poco de trabajo extra, ayer, antes de ir a la cita médica.
 
Ha estado esperando a que alguien sacara la cama del cuarto de invitados para empezar a guardar algunos muebles del bebé, en los meses próximos. Gruñó, otra vez, a lo que se levantaba, cuidadosamente poniendo sus pies en el suelo; agradecía que tuviesen alfombras, en vez de pisos de madera. Últimamente, parecía llorar ante cada pequeña cosa. No le sorprendería, si el piso frío matutino lo causara, también.
 
Lo gracioso y frustrante de esto, era que no era culpa del embarazo, sino, era cosa del mismo Yuu; aprovechaba su estado para hacer berrinche de lo que le molestara —más de los normal—, también se enojaba consigo por demostrar tanta inmadurez.
 
Ya estando de pie, se encaminó hacia el baño. Analizó la bañera, era lo suficientemente grande para caber dos personas, lo que significaba que era del tamaño perfecto para su redondo cuerpo; se deshizo del pantalón y la camisa del pijama. Abrió la llave del agua caliente y, tan pronto estuvo satisfecho de que estuviese tibia, se introdujo al agua, recostó la espalda al borde de la tina y disfrutó del baño. Unos minutos después, Yutaka ingresó al cuarto, adormilado; fue despertado por el sonido de agua cayendo. 
 
—¿No puedes dormir? —preguntó, cubriendo un bostezo con una mano.
 
Yuu empezó a quejarse. “Demonios.”, pensó. 
 
—No sé por qué. Sólo quiero dormir, ¡Maldita sea! —cada vez más frustrado, soltaba la perorata de disgustos acerca de no saber por qué se quejaba tanto o por qué no podía dormir, o acerca del montón de dolores e inconformidades que se apoderaban de su cuerpo y de los intentos —desesperados— de controlarse y parar. Casi se ponía a llorar, sus manos chapoteaban bajo el agua, debido a todos los ademanes que realizaba. Con ojos acuoso, volteó la cabeza a donde supuso se encontraba su esposo, pero se dio cuenta de que él ya no estaba allí; lo que hizo descender una lágrima, al pensar que a Yutaka no le interesaba nada de lo que le sucedía. Recompuso su expresión cuando escuchó pasos regresar.
 
Yutaka apreció en la puerta con una taza en las manos, la cual le ofreció, sin decir palabra alguna. Yuu la aceptó. Inhaló el aroma del té, olía a limón. Té de sabia de limón. Tomó un trago, suspiró deleitado. Debía calmarle y ayudar con su insomnio, no estaba seguro si estaba funcionando, pero se sintió mejor casi de inmediato.
 
—Gracias. —murmuró, dando un trago más.
 
—No hay problema. —respondió, poniéndose de rodillas a un costado de la bañera y cerrando el grifo. Agarró una esponja, la humedeció y le untó jabón corporal; hizo que Yuu se inclinara hacia adelante, lo suficiente para alcanzar la espalda y lavarla, dando un suave masaje a la espalda baja. El embarazado hacía sonidos gustosos, mientras bebía su té.
 
 
 
 
_/_/_/_/_/_
 
 
 
 
Despertó descansado y desorientado, giró sobre sí y miró el reloj… ¡eran casi las diez de la mañana!, mas, no se sentía cansado. Redondo y adolorido, sí, pero en un menor grado del que sentía antes cuando estaba listo para arrancarle a alguien la cabeza de una mordida, si se atrevían a burlarse de él y convertirle en un pozo lleno de sentimientos culposos por haberlo hecho. Igual, nada le impidió gruñir al levantarse de la cama. Gruñir era su respuesta favorita para todo, al parecer.
 
Arrastró los pies desde que salió de la habitación hasta llegar a las escaleras, descendió con cuidado al primer piso, atravesó de la sala a la cocina, de donde podía oír música a volumen mínimo y el sonido del lavaplatos. Además, algo olía maravilloso. ¿Quién podría continuar en la casa? Entro en la cocina y vio al padre de su bebé, vertiendo jugo de frutas a un vaso, mientras que en la estufa había tres cazuelas humeantes; estaba sudado, como si acabara de ejercitarse.
 
—¿Qué haces aquí, todavía? —preguntó sorprendido. —Quiero decir, no es que no me agrade verte, pero ¿no deberías estar en una reunión con el staff y los demás?
 
—Los beneficios de ser el líder —guiño— incluyen tomar tiempo libre, si quiero agasajar al amor de mi vida. Bueno, el segundo. —dio un trago de jugo. —Takanori está a cargo, no hay de qué preocuparse.
 
—Espera, ¿soy el segundo? —elevó una ceja en disconformidad.
 
—Ahora que lo dices, eres el tercero. —dejó el vaso a un lado del lavaplatos y quedó en pose pensativa.
 
—Ah, ¿sí? ¿Se puede saber quién es más importante que yo? —daba golpecitos al piso con el pie, en señal de irritación.
 
—Es un secreto. —colocó el dedo índice encima de sus labios y dio un guiño, seguido de una divertida carcajada.
 
Yuu volteó para salir del lugar, no estaba para bromas, no le gustaba ser relegado y tampoco se quedaría a oír las risas del otro.
 
Alarmado por la expresión triste de su esposo, Yutaka apuró el paso para detenerlo y abrazarlo por detrás. Pasó ambos brazos debajo de los de Yuu, quedando estos en la cintura y ubicando las manos sobre el abultado vientre, una de ellas fue colada bajo la camiseta del pijama. Repartió caricias gentiles por toda la pálida piel a su alcance. Dio besos de mariposas al cuello expuesto, detrás de la oreja, en ambos costados. Suspiros contentos escapaban de los labios sonrosados, debido a la presión de los dientes que intentaban resguardarlos.
 
»—Yuu…
 
—¿Hum? —fue el único sonido que pudo emitir, la sensación le sobrecogía.
 
—Yuu Shiroyama, es mi segundo. Aoi, es el tercero. —intercalaba besos y superficiales mordiscos.
 
—¿Y el primero? —pronunció, apenas.
 
—Nuestro hijo y los que vengan, serán siempre el número uno, para mí y sé que piensas lo mismo.
—Acepto eso. 
 

Notas finales:

Al decir "Yuu" y "Aoi", se refiere a la persona original y al personaje que interpreta en escenarios/entrevistas.

¡Viva el fluff! ¡Viva el Kaoi! ¡Por más fanfics de estos dos bobos!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).