Un llanto común se dejaba escuchar en la mansión Vongola, los guardianes del decimo capo suspiraron yendo a la habitación de su jefe; el siempre alegre Tsuna ahora se encontraba semi pálido con grandes ojeras mientras arrullaba a un infante de alrededor de 6 meses de cabello negro el cual lloraba con fuerza, Hayato apiadándose de su jefe tomo al bebe de sus brazos mientras este se calmaba un poco fijando sus ojitos avellana en el mayor para después seguir llorando mientras era acurrucado por el guardián de la tormenta.
Tsuna se acostó en la cama visiblemente cansado mientras sus guardianes colocaban al bebé en la cuna; Mukuro creo un chupón para su boca logrando tranquilizarlo un momento; el heredero de los Vongola llevaba una semana en aquel estado desde que su otro progenitor había salido en una misión; lamentablemente aun quedaba una semana más para que este volviese.
El problema radicaba en que el llanto infantil venia acompañado de insomnio, por lo tanto, madre e hijo no podían dormir, ya que cuando conseguían que el infante se durmiera la siempre agitada mansión Vongola lo despertaba o cualquier minino ruido también y de vuelta al principio; ni Timoteo, ni Shamal, ni siquiera Nana habían logrado que el bebito durmiese y la situación empezaba a salirse de control.
- ¿y si le contamos un cuento para dormir? –
-es muy pequeño aún-
-aunque puede que funcione-
Todas las miradas se dirigieron a Tsuna cuya voz mostraba un tono de desesperación evidente; salieron del lugar mientras se dirigían a la biblioteca de la mansión donde se dirigieron a la sección infantil creada por Timoteo para uso exclusivo de su nieto, cada uno de ellos tomo un libro diferente mientras todos se veían entre sí, Mukuro suspiro mientras salía de allí-
-empezare yo, ustedes organícense para los demás días-
El ilusionista camino de regreso al cuarto de su jefe mientras ojeaba el libro entre sus manos y después lo botaba siendo atrapado por su alumna quien sonreía; suspiro recargándose en la puerta al ver a Tsuna semi dormido con su bebe al lado ambos semi dormidos hasta que el infante se removió despertando, Mukuro tomo lugar del otro lado evitando que el infante cayese logrando que este emitiera un pequeño quejidito.
-calma peque solo quiero narrarte un cuento-
Tsuna cerro sus ojos mientras escuchaba la voz de Mokuro narrando el cuento, sin ser consiente de la niebla que comenzaba a rodearlos.
-el cuento se llama la caperucita roja…no es así; realmente se llama el chico de la capa roja que ama ser devorado por el lobo erase una vez…-
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El joven capo de Vongola abrió los ojos mientras se extrañaba al ver que se encontraba en un prado se removió mientras recordaba que había pasado, se tallo los ojos debido a la intensa luz mientras se levantaba, una fresca brisa recorrió sus piernas alzando las orillas de su vestido las cuales sujeto para que no subieran más; un momento ¿traía puesto un vestido? Se empezó a revisar desesperadamente mientras intentaba quitárselo, pero no salía; su conjunto consistía en un corset negro ajustado a su delgada figura a juego con una falda de holanes negra y roja, junto a unos botines que le llegaban hasta la rodilla color negro.
- ¿Qué está pasando? –
-Tsu-kun, ven aquí-
Giro la cabeza encontrándose con una casa sencilla frente a él, dentro de ella se encontraba su guardián de la tormenta junto a su guardián de la lluvia y Kyoko; esta última era quien lo llamaba mientras en sus manos sostenía una capa roja junto una canasta.
- ¿Hayato, Takeshi, Ryoko; que esta pasando aquí? –
-Alicia…digo Tsuna-
-imbécil no te equivoques de cuento-
Sonrió levemente al ver como Hayato golpeaba a Takeshi ahora que lo notaba el de cabello grisáceo traía puesto su traje mientras Takeshi igual, pero él tenía puesto además un mandil de color azul mientras hacia algo de comer en la pequeña cocina del lugar; aquella escena se repetía en la vida real porque su guardián de la tormenta era pésimo cocinero.
-espera… ¿Qué hago aquí? –
Los tres alzaron la vista mientras el de ojos verdes suspiraba colocándole aquella caperuza color rojo al más bajo y también le entregaba sus guantes junto a la canasta que sostenía Kyoko.
-tienes una misión caperuza; debes entregarle estas cosas a el boxeador Ryohei quien vive en la colina, pero debes pasar por el bosque de las bestias para llegar hasta él-
A Tsuna casi se le cae la mandíbula ante esa “misión” hasta que Takeshi sonrió colocándole la mano en el hombro mientras abrochaba la caperuza y le acomodaba el vestido.
-por cierto, cuídate del lobo, adora comer conejo-
-pe-pero-
-vamos Tsuna caperuza el pequeño príncipe escucha, y debe dormir-
Sin darle tiempo a responder fue empujado fuera de la casa para después ver como Takeshi ponía medares en puertas y ventanas mientras se encerraban en la casa; la situación era por demás bizarra mientras suspiraba al ver un camino terrorífico frente a él.
Narrador: La caperuza de nombre Tsuna empezó a caminar por el bosque tenebroso mientras se abrazaba a si mismo por el miedo que sentía.
- “esa es la voz de Mokuro, parece que estoy en una especie cuento”-
Empezó a caminar mientras hacia lo que la voz de Mokuro le indicaba dio un suspiro mientras observaba el paisaje tenebroso; su mente solo sabía que estaba en el cuento de la caperucita roja, pero como las cosas progresaban “era al estilo Vongola” dio un suspiro debería traumar menos a sus guardianes con esa frase.
-parece que voy a tener que seguir el cuento-
Narrador: la caperuza estaba algo asustada por los ruidos del bosque así que encendió sus llamas para alumbrar su camino sin ser consiente de un par de ojos negro que le seguían.
- “realmente hago lo que dice”-
Se sorprendió a si mismo mientras encendía sus llamas al menos el camino estaba más alumbrado y podía ver donde pisaba aun así aquel lugar le provocaba escalofríos. Llego a un “claro” mientras una figura negra hacia acto de presencia, haciendo que el decimo capo de los Vongola diese un paso hacia atrás.
La figura avanzo hasta la luz que emitía el décimo Vongola revelando su identidad, mientras este se sorprendía mientras daba una leve sonrisa.
- ¿Reborn? –
-huele a conejo-
A Tsuna caperuza se le corto la respiración y no precisamente por miedo; inconscientemente se mordió el labio al ver a su esposo vestido únicamente con un pantalón negro dejando su torso al descubierto; se veía serio como siempre, aunque esta vez su cabello estaba adornado por un par de orejas de color grisáceo oscuro y de la parte trasera de su pantalón salía una cola que asemejaba a la de un lobo del mismo tono que las orejas.
Narrador: el lobo se acerco a la caperuza mientras lo olfateaba poniendo nervioso al chico quien sostenía la canasta en sus manos con fuerza; mientras este lo abrazaba por la cintura y mordisqueaba su hombro.
-delicioso-
Tsuna caperuza tembló, pero aun así se dejó hacer totalmente quieto sintiendo las manos de su esposo acariciar su vientre por encima de la ropa; sentía sus garras rozar la sensible piel del cuello y no pudo evitar dar un gemido; que parecía complacer al mayor quien tomo su mentón de forma salvaje dándole un beso apasionado.
-mi conejito-
Los colores subieron a su rostro mientras suspiraba al sentir las manos descaradas del mayor en su trasero masajeándolo con posesividad; este era el Reborn que lo enamoro en un principio; su sexy y jodidamente ególatra tutor había logrado robarle el aliento más de una vez, y cuando se dio cuenta ya había caído en sus redes justo como ahora.
-Reborn-
Para su sorpresa y desagrado el mayor lo soltó mientras se relamía los labios robándole otro beso, pero más calmado.
-aun no es tiempo; ve con el príncipe; ya casi regreso-
Tsuna caperuza hizo un puchero mientras se ponía de puntitas para darle un ultimo beso a su esposo, dando un largo suspiro.
-regresa pronto-
Tsuna caperuza siguió su camino mientras dejaba atrás a su apuesto marido; suspiro imaginando que planeaba su guardián.
Narrador: la caperuza detuvo su camino mientras muchos ojos a su alrededor se dejaban ver; aquellos ojos pertenecían a las bestias del bosque quienes rodeaban al pequeño castaño quien intentaba activar sus llamas sin lograrlo; hasta que fue atacado
Tsuna caperuza se asustó cuando Mukuro dijo eso ya que todo lo que decía se hacía verdad se cubrió ante el ataque inminente cuando una sombra oscura lo rodeo y sintió la calidez de unas llamas bien conocidas.
- ¡Reborn! –
Narrador: el lobo corrió al rescate de su caperuza aquella que le enseño a amar y con quien posteriormente tendría un hijo; el lobo le hizo espacio y por mero instinto caperuza activo sus llamas tipo cielo cuando pensó que atacarían a su querido lobo abriéndose camino a través de un X-buner a toda potencia.
- ¡X-Buner! –
Tsuna caperuza salió del bosque con heridas menores mientras Reborn se recargaba en un árbol con leves rasguños en el torso.
-no puedo salir del bosque caperuza, haz tu entrega y regresa aquí; guiare tu camino-
Tsuna caperuza asintió mientras llegaba a un prado que contrastado con el bosque anterior era colorido e incluso lo tocaba un arcoíris, toco a la puerta que se veía demasiado solida para su gusto y por una rendija se topo con unos ojos bicolores que conocía bien
- ¿Chrome? –
- ¿nombre clave? –
-soy Tsuna-
-incorrecto-
El pequeño capo se asustó mientras volaba esquivando unos disparos; volvió a bajar mientras esperaba unos minutos y su mente intentaba pensar correctamente, toco mientras observaba a su guardiana de la niebla.
- ¿nombre clave? –
- Tsuna caperuza-
-correcto-
La puerta se abre mientras Tsuna caperuza da un suspiro bajando la canasta viendo a Ryohei golpear un saco de boxeo, este se gira y sonríe mientras el de cabello castaño le entrega la canasta.
-me pidieron que te trajera esto-
-excelente-
Tsuna se impresiona al ver la cantidad de armas que hay allí guardadas mientras suspira ¿no debería ser un cuento infantil? Bueno criándose dentro de Vongola ya nada puede ser “normal”
- ¿para qué son? –
Su curiosidad lo lleva a acercarse mientras ve varias cosas que conoce, muchas armas para su gusto las cuales si no mal recuerda están escondidas por toda la mansión a orden de su esposo.
-derribaremos aquel bosque tenebroso-
Narrador: en ese momento un frio empieza a sentirse a su alrededor las miradas del boxeador-abuela y la guardaespaldas se dirigen a Tsuna caperuza quien con la mirada oculta pronuncia unas palabras aterradoras.
-Zero Point Breakthrought: First Edicion-
El lugar empieza a congelarse rápidamente mientras Tsuna caperuza sale de ahí rumbo al bosque tenebroso Reborn lo observa asombrado mientras suspira.
Narrador: así el lobo salvo a caperuza y Caperuza al lobo; ambos se casaron y tuvieron un lindo hijo de nombre Akira quien era mitad lobo
Tsuna abrió los ojos levemente confundido mientras se ubicaba de nuevo en su habitación, miro a su guardián que sonreía con descaro, mientras se levantaba de la cama.
-Mukuro-
Este le hizo una seña mientras señalaba a Hayato quien traía a su hijo en brazos completamente dormido.
- ¿funciono? –
-eso parece decimo-
Tsuna suspiro mientras observaba a sus guardianes y se sentaba poniendo una mirada seria; captando la atención de todos.
-les ordeno que durante esta semana le cuenten un cuento diferente a Akira para hacerlo dormir; ¿entendido? –
-si jefe-
Todos salieron de ahí mientras Tsuna se levantaba caminando hacia el ropero, tomo una camisa sin lavar de su esposo y se acostó con ella mientras la llevaba a su nariz.
-vuelve pronto-