Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

la chica que me gusta por diavolo

[Reviews - 0]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

—Entonces hazme el favor de acomodar todo esto por aquí, ¿sí? Cuando termines con esas cajas serás libre, Soonyoung — Una mujer bastante joven que llevaba una bata blanca sobre su blusa de color rosa claro y una larga falda de color blanco también, le daba instrucciones sobre qué hacer con todo ese desastre de cajas apiladas una sobre otra, eran medicamentos que recién habían llegado.

 

—Claro, no se preocupe enfermera, cuando usted vuelva estará todo acomodado —

 

—De cualquier manera vendrá alguien a echarte una mano, no debe tardar pero de verdad necesito ir a la oficina a firmar los documentos de recibido y ver si no hace falta nada más — Explicó la mujer, dedicándole una sonrisa y después de ello salió de allí.

Soonyoung; agradable, bueno en los deportes, popular con las chicas de la escuela... estudiante del segundo año de la escuela media superior, encargado de ayudar en la enfermería como parte de un trato para que no lo echaran de la escuela después de haber golpeado a uno de sus compañeros. Sí, muy a menudo se veía envuelto en peleas, sino era en la escuela era fuera de ellas con los vagos de la calle, aunque no era del todo su culpa, simplemente no le gustaba que se metieran ni con él, ni con sus allegados. Y claro, no podía quedarse con la boca cerrada cuando esto pasaba.

 

Se encargó de acomodar la caja en la bodega de la enfermería y una vez lo hubo hecho, se dio la media vuelta para ir a por la siguiente.

 

 

—¿Hola? —

 

Soonyoung escuchó una voz que no era la de la enfermera y salió de la bodega de inmediato, quizás se trataba de alguien enfermo o que se sentía mal, necesitaba decirle que la encargada del sitio no se encontraba. —Hey — Se asomó por la puerta, buscando con la mirada a quien acababa de entrar al lugar.

 

—Ah, hola, eh... ayer quedé con la enfermera de venir y ayudarle para tener créditos extras —

 

Era una chica alta, delgada, de cabellos rubios y largos, rizado en las puntas; llevaba el uniforme de la escuela impecablemente acomodado y tenía las uñas largas y pintadas de color rojo. Soonyoung sin dudarlo se acercó a ella, ¿sería buen momento para poner en práctica sus dotes de galán o era muy pronto?

 

—¿Ya estamos en ése punto del semestre donde ponemos todas nuestras esperanzas de pasar en los créditos extras? — Preguntó el más alto riéndose en voz baja. —Soy Soonyoung, la enfermera me avisó que vendrías, de momento ella tuvo que salir — Explicó el joven, estudiando a la chica más de cerca. Olía realmente bien, como a... dulce, a frutas.

 

—Creo que sí, a menos que consiga un milagro no sé cómo voy a pasar Historia —Comentó ella riéndose con vergüenza, el semestre todavía no estaba cerca de terminar, pero vaya que era verdad que necesitaba ayuda en esa materia. —Hao — Extendió su mano en un gesto de amabilidad, gesto que el chico no tardó en corresponder.

 

—Me parece que no te había visto antes, Hao — El más alto estrechó la mano de la chica unos momentos y luego la soltó, tras decirle aquello último.

 

—Probablemente sea así, hace apenas un mes que me mudé de China a Corea, pero yo tampoco te había visto a ti, así que estamos a mano, ¿no? —Hao hizo una pausa para reírse en voz baja y se encogió de hombros ligeramente; miró a su alrededor y se dirigió hasta el escritorio de la enfermera, entonces comenzó a ordenar documentos y carpetas.

 

Bien, eso era nuevo para él, ¿realmente no había escuchado hablar sobre su persona? ¿NI UN POCO? ¿Ni poquito? —Ya decía yo que tenías acento — Venga, era popular, jugaba basketball y toda la cosa, ¿en serio nada? —Soy de tercer año —

 

—Pues no voy a llamarte oppa, ¿eh? — Se burló ella, negando con la cabeza —Yo estoy en primero, es mi segundo semestre — Aclaró, con la vista clavada en los papeles que tenía en las manos, no quería revolverlos y que fueran a traspapelarse.

 

Soonyoung se rio a la par suyo y se inclinó para tomar la siguiente caja, llevándola con las demás, acomodándola encima de otras. Solamente le quedaban dos, así que le metió velocidad a lo que hacía, todavía debía volver a clase; cuando hubo terminado todo lo que tenía a su cargo se sacudió el uniforme con ambas manos y se aclaró la garganta en un gesto exagerado.

 

—¿Hasta qué hora debes permanecer aquí? — Preguntó el mayor, habiéndose acercado hasta donde la chica se encontraba, doblando algunas sábanas blancas con las que cubrían las camillas.

 

—Ah... si te soy sincera no tengo ni la más mínima idea, no me dieron un horario — Hizo una pausa para mirar el reloj de pared que colgaba junto a la puerta —Aunque supongo que debería quedarme hasta que la enfermera venga, para que vea que vine y eso —

 

—Sí, creo que sería buena idea que te quedaras hasta que ella llegue... —

 

—Sí... —

 

—Entonces, nos vemos por ahí, ¿eh? —

 

—Sí, hasta entonces —

 

Soonyoung se dio la media vuelta tras despedirse y salió de la enfermería, dirigiéndose directo a su salón de clases.

 

 

 

 

Una semana entera transcurrió y no volvió a topársela, en ningún pasillo, ni en el patio, ni en la cancha, ni en la biblioteca, ni siquiera en la enfermería. ¿Era en serio? ¿En ningún lugar? Había intentado no pensar demasiado en ello, en ella, él no era el tipo de chico que se obsesionaba o se enamoraba fácilmente de nadie, lo que era más, en su corta vida jamás había tenido algo así como un "amor platónico" simple y sencillamente porque siempre conseguía a la chica que quería.

Esa era la verdad, no había chica que se resistiera a sus "encantos", punto. Pero algo en ella... algo había hecho "clic" dentro suyo, muy, muy dentro, y no dentro de sus pantalones, lo cual era todavía más sorprendente.

 

Tonterías, ni siquiera habían hablado demasiado rato, era una estupidez.

 

Soonyoung se encontraba ya fuera del instituto, con las manos metidas dentro de los bolsillos de sus pantalones escolares, listo para irse. Había estado esperando a Wonwoo, su mejor amigo, ellos dos era lo que se conocía en el lugar como "el dúo dinámico", siempre juntos, a todos lados.

 

—Disculpa que haya tardado tanto, pero la maestra de química de verdad está acabando conmigo, no tienes idea — Se quejó su amigo, mucho más alto que él y de complexión bastante más delgada. Wonwoo era el típico chico de mirada fría, aunque su corazón era cálido, por lo cual él era amable y atento, algo que lo había vuelto muy popular entre las chicas y también entre los chicos.

 

—No te preocupes — Soonyoung negó con la cabeza, sacudiendo los hombros para intentar acomodarse de mejor modo la mochila sobre estos.

 

Ambos se disponían a caminar, tomaban el mismo trayecto hasta la calle principal, donde se desviaban, Soonyoung a la derecha y Wonwoo a la izquierda, aunque sólo un par de cuadras. Aquella tarde en particular habían quedado para jugar videojuegos y Wonwoo ya había comenzado a hablar, estaba sugiriendo cuál era el que debían probar primero.

 

—Es ella — Dijo Soonyoung de pronto, dándole un par de golpes en el brazo a su amigo. —Es ella, es ella — Volvió a repetir, sin dejarle de pegar con la palma de la mano, buscando llamar su atención.

 

—¿Quién? Ouch, idiota, ¿quién? — Wonwoo se removía, buscando alejar la mano ajena, le había dolido.

 

—La chica de la que te hablé, es ella, allá va — Comentó emocionado el más bajo de los dos.

 

—Ve a hablarle, anda, rápido antes de que se escape, te espero en tu casa — Wonwoo se apresuró a darle un empujón a su amigo y decidió adelantar el paso para dejarles solos.

 

Joder, ¿y de qué se suponía que iba a hablarle? Muy tarde para pensarlo, sus pies ya le habían llevado hasta ella. —Hey — La llamó, justo al llegar a colocarse a su lado.

 

—Hey, qué sorpresa — Hao sonrió, sorprendida de encontrarse con ese chico nuevamente.

 

—Lo mismo digo, ¿qué tal has estado, mh? — Soonyoung se apresuró a preguntar aquello.

 

—Ah, todo bien, afortunadamente. Mis créditos extras están funcionando, aunque por ahora no puedo volver a la enfemería, como van a ser pronto los exámenes, necesito estudiar — Comentó la chica, pasándose la mano derecha por entre sus largos cabellos, los cuales estaban sujetos a una media coleta alta, la cual era envuelta por un listón rojo que formaba un moño. Sus uñas ya no eran rojas, sino blancas, pero seguían siendo igual de largas y prolijas.

 

—¿Realmente? Me alegra que estén funcionando, procura estudiar bastante, ¿eh? Y si necesitas ayuda no dudes en decírmelo — Comentó el mayor, sonriéndole.

 

—Ah, ¿eres bueno en los estudios? — Preguntó la chica, riéndose en voz baja —Pregunté por ahí acerca de ti, Kwon Soonyoung. Es así, ¿verdad? Estudiante de notas bastante regulares, jugador de basketball, popular... "¿cómo no vas a conocerlo?" me dijeron las chicas de mi clase —

 

—Tampoco es que sea tan popular y resulta que es verdad, no soy la gran cosa en los estudios, pero quién sabe, podría ser que si estudiamos juntos pueda subir mis notas — Soonyoung se encogió de hombros, riéndose. Había investigado sobre él, era una buena señal, ¿no?

 

Ambos se detuvieron en la parada del autobús y Hao se aclaró la garganta, encogiéndose de hombros. —Podría ser, sí —

 

Soonyoung se sacó la mochila y la abrió, entonces rebuscó su cajetilla de cigarrillos y se apresuró a sacar uno, mismo que se llevó a los labios inmediatamente.

 

—¿Me regalas uno? — Preguntó la chica, observándolo atentamente.

 

—¿Realmente? — El mayor la miró con sorpresa y sin dudarlo le ofreció uno, mismo que Hao aceptó sin rodeos. Usualmente las chicas con las que estaba siempre se quejaban del humo del cigarro, le parecía sorprendente que ella quisiera incluso fumar uno con él. —¿Tus amigas también fuman? —

 

—No tengo amigas — Respondió Hao, luego de encenderse el cigarrillo con ayuda del mechero que después le ofreciera el mayor. —Las chicas somos criaturas extrañas y usualmente nos gusta criticarnos hasta destruirnos, sobre todo si existen circunstancias diferentes entre nosotras —

 

—¿Circunstancias diferentes? —

 

—Sí, ya sabes... lunares visibles de formas extrañas, manicura que no esté a la moda... puede ser desde algo sumamente estúpido como alguna moda, hasta cosas que no podamos controlar como enfermedades o cosas que nos hagas distintas las unas de las otras. Hace años me esforzaba mucho por encajar, afortunadamente crecí y me di cuenta que no me importa lo que piensen los demás de mí —

 

 

Woah.

 

 

—¿Entonces no te importa? —

 

—Ni un poco. No me importa si piensan que estoy demasiado delgada, o que soy demasiado femenina o no lo suficientemente femenina para lo que los demás consideran, hago las cosas que me gustan y ya —

 

—¿Cuántos años tienes? —

 

—Quince, voy a cumplir dieciséis —

 

—¿Y de verdad piensas así? —

 

—Sí, ¿te incomoda? —

 

—Para nada —

 

—Qué bueno, estaba por decirte que ya me iba — Hao se rio y a la par de ella lo hizo Soonyoung, negando con su cabeza.

 

 

 

Dos horas. Dos horas enteras después fue que ambos se dieron cuenta de que ya habían pasado demasiado tiempo ahí sentados, conversando de cosas tontas y también otras demasiado profundas, aunque nada que los llevara demasiado a debatir... pero para ser sinceros, lo poco que habían debatido, había sido bastante satisfactorio. Las ideas similares y las ideas distintas de ambos eran algo tanto a Hao, como a Soonyoung, habían logrado interesar.

 

Inevitablemente existía, ahora no sólo por parte de Soonyoung, ése "clic".

 

—Tengo que irme — Hao se levantó, se había fumado tres cigarrillos en todo ese rato y las colillas tiradas en el suelo, mismas que ahora levantaba para llevárselas consigo, habían sido testigos de aquella larga charla.

 

—¿Te parece si mañana te espero aquí temprano para ir juntos a clase? — Preguntó Soonyoung, apresurándose a decirlo antes de que ella se alejara.

 

—Me parece — Asintió ella, sonriendo amplio.

 

—Entonces... hasta mañana —

 

—Hasta mañana —

 

 

Soonyoung se dio la media vuelta y se apresuró a encaminarse hacia su casa, probablemente Wonwoo iba a matarlo por dejarle abandonado de ese modo.

 

 

Hao por su parte respiró profundamente. El autobús justamente llegaba; subió, buscó un asiento al fondo con la mirada y se sentó en un asiento junto a la ventana. Su sonrisa había desaparecido y ahora tenía una mueca de desesperación demasiado clara, de angustia y confusión.

No quería estar demasiado feliz por aquello, aunque en realidad lo estuviera.

La esperanza era demasiado peligrosa. Ilusionarse era algo que había aprendido a no hacer a lo largo de su vida, pues generalmente las cosas nunca resultaban como ella quería.

 

Siempre existía un pequeño detalle.

 

Su detalle. Ése detalle.

 

No tenía idea de qué diablos iba a hacer... y lo único que deseaba, era que ya fuera la mañana siguiente, para verlo.  

 

Notas finales:

<3


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).