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Los Ilusionistas por Huitzil

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Notas del fanfic:

Atlas y Dylan comienzan a salir aunque el tiempo no es un aliado para ellos siempre tratan de comunicarse de una u otra manera. Los personajes aquí expuestos no son de mi autoría y no lucro con ellos ni la historia.

Notas del capitulo:

: Me gustaría decir  que de esta pareja no hay Fics en español o por lo menos yo no he encontrado de todas maneras como siempre soy yo y mi ridícula forma de ser me conformo por escribir estas tonterías que al final terminare releyendo para darme gusto y espero así que si existen personas ahí afuera que buscan fics de esta pareja logren encontrar un poco de calma en este fanfic.

 

ROSAS.

 

Eran besos que le daba en las noches a escondidas de todos los jinetes.

Eran rosas que recibía cada sábado como una invitación muda para verse.

Eran precisamente sus besos los que lo enloquecían.

Eran esas rosas las que le decían que estaba vivo.

No podía dejar de pensar en el moreno, en sus enormes y bellos ojos, en sus labios y en esa sonrisa de media vela que dibujaba cuando estaban cerca, de sus comentarios sarcásticos  de aquellas caricias lentas o rápidas dependiendo de la ocasión que le brindaba cuando tenía tiempo.

- ¿Quién diría que eras un jinete? – le preguntó una noche cuando dormían después de terminar un encuentro apasionado y romántico en la habitación de Atlas – antes de que lo supiera yo ya estaba enamorado de esa aura misteriosa que tenías – y realmente el castaño no esperaba una respuesta a todo lo que decía porque últimamente el agente del FBI tenía mucho trabajo y muchos problemas en su actual situación, era fácil de comprender que tener una doble vida o tercera vida era complicado y mucho más que eso, era difícil mantenerse despierto después de un encuentro tan emotivo – últimamente me han dado unas tremendas ganas de amarrarte a los tubos de la cama con tus esposas pero luego recuerdo que te puedes librar fácilmente de ellas y bueno, el encanto de tenerte siempre aprisionado únicamente para mí se pierde – le acaricio el cabello lentamente con cariño, disfrutando de la calidez que aquel cuerpo dormido le brindaba, escucho un leve ronquido bajo – No sabía que roncaras – finalmente se acomodó bajo las sabanas, se acorruco a lado de Dylan y se quedó dormido.

Al día siguiente cuando despertó, Dylan ya no estaba solamente había dejado una nota sobre la cómoda que decía “Te veré pronto” pero, ¿que era pronto para Dylan? ¿Unas horas, un día, algunas semanas?, ¿Que era pronto para ese jinete? Para Atlas pronto solo era un suspiro, una ida y venida al baño eso era pronto pero para el misterioso de Dylan un pronto podría significar un hasta siempre.

Dos meses después y estaba desayunando con los demás jinetes. Merrit no le apartaba la mirada mientras engullía aquel emparedado de mantequilla de maní y mermelada, el primer jinete se había cortado el cabello hace poco por una pos-depresión, quería ayudar a Dylan estar más tiempo a su lado y no encontraba mejor manera que contactando a esa misteriosa secta llamada el ojo pero sus pensamientos quizá traidores ahora estaban en blanco al no poder apartarte la mirada del mentalista analizándolo escrutadoramente mientras masticaba con la boca abierta ese sándwich.

- Lo que tengas que decir dímelo de una maldita vez – gruño malhumorado Atlas.

Merrit siguió viéndolo y trago lentamente dibujando al fin una sarcástica e incómoda sonrisa.

- ¿Por qué crees que quiero decirte algo? –

- No has dejado de  verme desde que me senté –

- quizá solo me gusta verte ¿algún problema? –

- eres un raro Merrit –Daniel se llevó la taza de café negro a los labios y Merrit lo miro con sorna

 – nunca dije que no lo fuera, pero ya que tocamos el tema de loas raritos sé que la primera vez que te vi rapado me sorprendí al punto de quedarme mudo pero, ahora que ya mi cerebro proceso la información, me muero por saber por qué en el equipo debe haber dos calvos siendo que con uno bastaba – Atlas miro entre incrédulo y molesto al mentalista y este continuo hablando – Déjame adivinar… es por la ida de Dylan quien a pesar de ser un grandioso amante en la cama es un pésimo enamorado –

- ¿Qué? – preguntó el castaño dejando el café en la mesa dispuesto a salir de ahí no quería escuchar las tonterías de su compañero – Olvídalo –

- Estoy seguro que acunas cada una de sus lecciones pero que deseas que pase más tiempo contigo que te tome en serio y él en verdad lo siente, lamenta no estar ahí para ti –

- Deja de estar utilizando tus mierdas contra mí – finalmente el líder estaba ya dispuesto a partir y el mentalista no se había movido de su lugar de hecho solamente se estaba preparando otro emparedado – tú no sabes lo que yo quiero y mucho menos lo que él siente así que resérvate tu acto de quinta para tus clientes de tercera de la sala de espera del aeropuerto –

- auch…  eso me dolió y a mis admiradores en los aeropuertos también pero tienes razón ¿Cómo voy a saber yo lo que quieres y Dylan siente? Salvo que tenga en mi posesión un hermoso ramo de rosas rojas con una nota dirigida para Daniel Atlas es decir… tú, pero ¿Qué puedo saber yo? –

Enseguida el más joven regreso sobre sus pasos y entonces efectivamente como Merrit dijo a lado del tarro de mermelada había un enorme ramo de rosas rojas con una nota entre las ramas.

- ¿lo leíste?- le preguntó fingiendo molestia siendo que al verlas su corazón estallaba de felicidad.

- no, no…- una mirada acusadora y levanto las manos en son de paz – bueno tal vez. Quizá. Está bien lo leí, no pude resistir la tentación, soy un ser curioso por naturaleza ¿Por qué crees que soy un mentalista? –

- y un raro – Atlas tomó aquel ramo de rosas y se lo llevo a su cuarto a pasos rápidos, cerro con llave y lo examino con una amplia sonrisa en el rostro enseguida se puso a contestar la nota.

Solo bastaron veinte palabras para encapsular todo el mar de sentimientos que tenía Atlas hacia Dylan. Palabras cuyo contenido el desvergonzado de Merrit leyó a escondidas y se rio a carcajadas por lo cursi que se podía escuchar cuando se decía en voz alta.

- me supongo que se escuchaba mejor en su mente – se dijo en un susurro dejando las cosas en su lugar y volviendo a la cocina para prepararse algún bocadillo.

- ¡Merrit!- exclamo el castaño entrando en la cocina furioso.

- ¿Cómo sabias que estaría aquí?- preguntó sorprendido el mentalista.

- siempre estas comiendo algo sino estabas aquí estarías con… ese no es el punto ¿leíste lo que escribí en la nota para Dylan? -

- Noup-

- Más te vale porque si lo hiciste te juro que…

- de las rosas que me das me quedan sus…-

El rostro de Atlas se pintó de un color puramente carmín hasta las orejas y comenzó a lanzarle cosas a Merrit molesto, de verdad muy molesto.

- ¡Te odio!- le grito abalanzándose al mentalista hasta que de una u otra manera aprendió a no molestar a Atlas.

- ¿y saben cuál es la moraleja de esto?-

Henley se cruzó de brazos viendo a dos de los cuatro jinetes cruzados de brazos y lastimados.

- golpear más fuerte a Merrit- contesto molesto Atlas.

- Cuando leas las cosas de Atlas corre por tu vida - dijo McKinney.

La chica comenzó a reírse - bueno si… más o menos así -

Fin.

 

Notas finales:

Lei en otra historia que decía que no al plagio pero siempre he creído que eso solo pasa con las historias muy populares con muchas lecturas y esas cosas, porque si alguien roba tu historia no es solo porque le haya gustado sino también significa  que cree que puede hacerla llegar a más personas que uno mismo y conseguir ser el centro de atención y bueno…. Estoy en contra del plagio pero si alguien quiere plagiar fics de los ilusionistas de inglés al español  yo no sería quien le dijera que no :v lo se… me iré al infierno pero de todas maneras de ahí soy. Gracias por leer y espero que les haya gustado este fanfic que a mi parecer no solo fue corto sino también romántico, besos y abrazos a todos por siempre suya…

- Huitzil

Pd. Acabo de salir de vaca

 


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