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Stilinski Addams por minima

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11.- Viernes 13

Viernes 13. El calendario marcaba la fecha rodeado de un círculo rojo.

-Ya es el día- dijo Talía con un tono y convicción que parecía más a que iban a una ejecución a una cena, pero con los Addams, nunca se sabía.

Al final la alfa había estado un poco decepcionada de que Deaton no pudo organizar una reunión aparte de la cena, pero comprendía el sentimiento de no saber que decir enfrente de los Addams especialmente cuando el miedo te nublaba, además parecía que los Addams o al menos Morticia tenía el don de llevar siempre el ritmo de la conversación a donde ella deseaba.

Rechazar la invitación se tomaría como una falta de respeto y lo que menos querían los Hale era estar en malos términos con aquella familia. Aunque al menos podían evitar que algunos de ellos asistieran a tal evento.

No llevarían a toda la familia, pues podían excusar con que habían pensado que la invitación eran a los familiares más cercanos o la familia conformada con su esposo e hijos, o excusar que los demás miembros tenían compromisos que no podían ser pospuesto o ignorados si preguntaban.

Por lo que los padres de Talía, sus sobrinos, su hermana Helen y cuñado, y Cora, se quedarían en casa hasta recibir noticias de ellos o que los vieran regresar de la cena.

Acomodándose en la camioneta de Talía irían su esposo, sus dos hijos mayores, su hermano Peter y pasarían por Deaton quien ya había preparado talismanes y un saco de ceniza por si acaso, la elección de elegir el carro familiar aparte de ser lo suficientemente grande para todos ellos era que era más sencillo emprender la huida en un solo auto que en varios además que podían guardar cosas en el maletero para defenderse.

Todos estaban en diferentes estados de nerviosismo, desde Deaton que siempre parecía guardar serenidad hasta en los peores momentos, hasta la propia Talía que al ser la alfa podía sentir en el vínculo de los miembros de su manada y familia la incomodidad de esta situación en estos momentos.

El único que se libraba un poco de tener los nervios a flor de piel era Derek, que aunque también estaba nervioso el al menos conocía un poco más a los miembros más jóvenes de la temible familia Addams y la matriarca de esta no parecía que había tenido la intención de envenenarlos aunque su elección de hiervas para té era preocupante, aun así no era tan inconsciente como para no sentirse nervioso de conocer a los demás miembros de la familia.

Llegaron a la vieja casa de aspecto viejo y descuidado.

-¿En serio se están quedando ahí?- pregunto Laura incrédula, en su opinión nadie cuerdo viviría en una casa como esa al menos no en ese estado sino después de una remodelación y mejoras.

-Así es- respondió Deaton acomodando bien sus suministros en los bolsillos y compartimientos ocultos de su chaqueta “No te engañe su fachada y estén alertas a lo que hay adentro-

Todos sintieron un leve escalofrió al recordarlo, adentro estaban los Addams.

Bajaron de la camioneta con Talía al frente, su esposo a su derecha y su hermano a su izquierda, sus hijos atrás de ellos y Deaton en la retaguardia como respaldo. Al llegar a la puerta la alfa toco el escalofriante picaporte, pero esta vez quien abrió no fue el mayordomo de más de dos metros de largo sino un joven de aspecto de lo más normal en realidad.

Alto, de buena complexión, vestía con unos pantalones color caqui y una camiseta con el logo de Harvard, en realidad no era mal parecido y tenía un color de piel bronceado que desentonaba con las características típicas de los Addams.

-Buenas noches, supongo que no son vendedores de puerta en puerta y son los invitados de mis tíos ¿verdad?- dijo con una simpática sonrisa el joven que bien podría estar entrando en sus veintes.

-Ah… si, somos los Hale. ¿y tú eres?- dijo un poco desconcertada Talía, pues este joven no le brindaba esa sensación de alerta que le dio al conocer a los Addams.

-Tully para servirles, soy sobrino de Gomez y Morticia. Pasen, aún faltan algunos detalles para la cena pero casi está hecha- indico y apartándose de la entrada los invito a pasar.

La familia incluido Deaton tuvo que pasar de uno en uno por la estrecha entrada pero siempre procurando estar lo más cerca los unos de otros sin llegar a estorbarse.

El joven no lo tomo como un comportamiento inusual o al menos no pareció ofendido a pesar que cualquiera podría notar la tensión en sus cuerpos y posturas.

-Sobrino, ¿Quién era?- pregunto la sonora voz de un hombre desde el piso de arriba.

-Los Hale tío- respondió fuerte y claro pero no tan alto como para no ser un grito.

-¡Fantástico!- grito la voz para luego se escucharan sonoras pisadas hasta que se vio la figura de un hombre quien en un par de segundos uso la vieja barandilla de la escaleras, la madera gimió y crujió pareció amenazar con romperse pero la destreza y rapidez del hombre fue tal que parecía que esa era la menor de sus preocupaciones, en el último tramo dio un salto y callo de pie frente a los asombrados invitados -¡Bienvenidos!- dijo con notable alegría en sus ojos casi desquiciados.

Esa sí que había sido una entrada.

Todos se quedaron mudos por unos segundos hasta que Talía recordó la etiqueta básica de regresar el saludo recibido.

-Buenas noches, esperamos no llegar muy temprano-

-Entre más temprano mejor, nos da más tiempo de platicar y conocernos mejor- de la forma más galante tomo la mano de Talía y la beso, su pequeño bigote hiso cosquillas al contacto con la piel “sean bienvenidos a nuestro humilde hogar lejos del hogar- luego contraria a la delicadeza mostrada antes estrecho fuertemente la mano del esposo de Talía y su hermano -¡siéntanse como en su casa!- continuo repartiendo saludos repitiendo el beso en el dorso de la mano en Laura y fuertes apretones de mano en Derek y Deaton, por un momento en único humano sintió como algunos huesos crujieron pero nada había sido roto.

La efusividad de la cabeza de la familia Addams era algo abrumadora y mareante.

-Tío, ¿no estaba el tío Fester contigo?-

-Estábamos jugando ahorcado para matar el tiempo, el perdió y vine aquí tan rápido cuando dijiste que habían venido visitas-

-Sera mejor que lo descuelgue o estará ahí toda la noche-

-Sí, sería lo mejor. Una vez se quedó toda una semana debido a que lo ate muy bien, con eso creció unos centímetros-

-Con su permiso- se excusó el joven subiendo escaleras arriba.

Realmente no querían preguntar qué clase de juego de ahorcado era el que te hacia permanecer colgado literal o figurativamente hablando, pero con la plática reciente ya podían hacerse a una idea y ya querían dar media vuelta a la puerta.

-¿En que estábamos?- pregunto Gomez nuevamente dirigiendo su atención a sus invitados “Ah sí, sean bienvenidos. La cena estará lista dentro de poco, mientras tanto podemos pasar a la sala a platicar. Siempre es placentero tener visitas, no como ayer- hiso una mueca al recordar lo sucedido.

-¿Qué paso ayer?- pregunto Peter esperando saber cómo reaccionaban los Addams cuando las visitas no eran gratas. Al menos así podían hacerse a una idea de que esperar si acababan enemistados.

-La otra noche al parecer tuvimos un visitante sorpresa mientras cenábamos en la casa de mi prima, no pudimos atenderle o platicar con este como es debido, pero tal parece que al menos se entretuvo jugando con Teddy- el hombre parecía genuinamente decepcionado pero con la mención de este “Teddy” se recompuso.

-¿Teddy?-

-Ahí está, se le ve muy contento, no ha soltado esa bota en todo el día- señalo Gomez a la alfombra de piel de oso en la sala -Luego se la entregaremos a mi cuñado que se ofreció a buscar al dueño de esta. Uno nunca sabe cuándo es necesario un buen par de botas y perder una es una lástima, a menos que seas el primo Morgan, a él siempre le sobra un zapato ya que solo necesita uno debido a que tiene una pata de palo, siempre dice que es un robo tener que comprar el par en la tienda cuando solo necesita el izquierdo-


Debía ser una broma ¿verdad?

Las pieles no cobraban vida y los osos verdaderos no eran tan planos, además los hombres lobo no escuchaban pulso o respiración proveniente de esa escalofriante piel de oso, aun así ninguno se atrevió a acercarse mucho a esa cosa, la bota resaltaba en su hocicó y estaba por completo despedazada por lo que suponían los filosos dientes del animal.

Para conservar el coraje y cordura era mejor pensar que eso era una broma, de humor negro, al menos por el momento, más adelante se preguntarían quien había sido tan osado o estúpido para entrar a una casa Addams sin invitación por motivos sabes cuales, o como la bota parecía tener baba de verdad escurriendo de algunas partes.

Acomodándose en los viejos muebles, se escuchó un golpe seco y pesado en el piso de arriba y usando un poco de su buen oído los Hale escucharon una breve conversación de Tully y de un hombre con la voz algo chillante pero también estrangulada.

-“Gracias, creo que me quede dormido”-

-“No hay problema tío”-

Acercándose a una esquina de la habitación donde se encontraba un globo planetario que parecía muy antiguo, Gomez jalo la parte de arriba revelando un compartimiento secreto donde guardaba botellas de licores.

-¿Una bebida para abrir el apetito?-

Había borbone, coñaque, wiski, ron, vodka y otras botellas que no podían distinguir etiqueta alguna, estaban tan bien cerradas que ni siquiera con su olfato detectaron alguna muestra de olor de alcohol dentro de ellas.

-Yo creo que un poco de borbone no caería mal en estos momentos, ¿Qué?- dijo Peter para luego recibir un leve codazo de su hermana mayor.

Era difícil que un hombre lobo se embriagara debido a su metabolismo, pero con una buena y cotosa bebida nunca había razón para negarse, además era gratis.

-Excelente elección- de alguna parte de su mini bar escondido del globo terráqueo saco un gran cubo de hielo y con un cuchillo que tampoco estaban seguros de donde lo había sacado corto con un rápido movimiento de su mano pedazos de hielo adecuados para colocar en un vaso.

La agilidad y fuerza del hombre delante de ellos no dejaba de sorprenderlos. Y eso que teóricamente era “humano”.

Al pasar la bebida y al no recibir más pedidos Gomez tomo asiento en un sofá individual, si fuera otra persona admitirían que es un buen anfitrión, pero aun así no pueden bajar la guardia.

-Pensé que había una Hale más pequeña- comenta mientras da un trago a su bebida, el sonido del hielo contra el cristal y el crujir de la madera no se escucha debido al repentino ataque de tos de los padres de la mencionada.

-Es… ella no se sentía del todo bien, decidimos dejarla en casa con mis padres y demás…- responde un poco atropelladamente Talia, ganando una mirada algo asombrada de sus hijos que en muy contadas ocasiones la han visto alterada o nerviosa, pero guardan los comentarios y observaciones, en estos momentos solo rezan a que les haya creído la mentira.

-Oh pobrecilla, esperemos que no sea nada grave. Como padre uno siente mucha mortificación cuando uno de sus hijos cae en desconocidas y terribles enfermedades- los ojos de Gomez parecen apagarse un poco, perdiéndose al parecer en un recuerdo lejano.

-Sí, así es, pero solo parece un pequeño malestar estomacal. Es por eso que está en casa recuperándose-

-Deberían intentar el aceite de salamandra, hace maravillas- la suave voz de la fémina matriarca de la familia Addams los tomo por sorpresa, nadie la escucho acercarse.

-No hay nada como un buen remedio casero- concordó Gomez poniéndose de pie como todo un caballero al ver a su mujer entrar en la habitación.

-Sean bienvenidos, la cena estará lista dentro de poco. La abuela y Large se encargaran de los últimos detalles, espero no hacerlos esperar tanto-

-No, no hay problema-

Sin que se le dijera nada Gomez fue de nuevo a su mini bar en forma de globo terraquio y le preparo una bebida a su esposa con aquellas botellas difícil de identificar, en unos cuantos segundos preparo un coctel que olía a hierbas, humedad y algo picante y dulce, como veneno.

-Gracias querido-

-Todo un placer servir a mi amada- dijo tomando delicadamente la mano delgada y pálida, dándole varios besos que poco a poco subían por su brazo hasta su rostro y darle un beso a esos labios carmesí.

Los lobos trataron de no mostrar incomodidad en sus expresiones, pues no solo eran testigo de esas muestras de afecto tan abiertas y sinceras sino que podían oler en oleadas prácticamente la enorme excitación que exudaba el patriarca Addams al tener a su mujer a su lado, y en menor medida y más controlada eran capaces de oler la excitación en respuesta de su esposa. Si lo tuvieran que comparar seria como entrar en la habitación de un par de amantes apunto de consumar el acto carnal.

Podría decirse que de repente la pareja entro dentro de su propio mundo, pero Morticia dulcemente detuvo a su marido sabiendo que tenían visitas.

-Cariño, toma asiento-

-Oh, sí. Aún tenemos que hablar con los Hale- dijo como recordando de repente que tenían visitas. Lo cual no era extraño para quienes conocieran a los Addams el comportamiento tan distraído de Gomez, que bien podía interesarle una cosa en un minuto y olvidarla al siguiente, cosa que también se reflejaba en sus finanzas incluso, invirtiendo en cosas que le llamaban la atención solo por el nombre y olvidando que lo había hecho hasta que llegaban las cartas donde reflejaban el producto de esas inversiones.

Pero para los Hale era un comportamiento extraño y algo caótico para un líder de familia, jefe de un clan.

Los Addams no se movía con las típicas reglas, es lo que debían aprender.

-¿Y de que íbamos a hablar?-

-Creo que Deaton menciono que Talia quería hablar cosas importantes, ya que hay tiempo antes de la cena podemos aprovechar este tiempo ¿Talia?-

-Sí, yo…-

¿Ahora? Tan informal, tan descuidado, nada como se supone que le habían a hacer las cosas como un alfa, era difícil acostumbrarse a los cambios repentinos de ritmo y comportamiento de los Addams.

Toma una inhalación profunda y recuerda que ella es el alfa, tiene una familia y territorio que proteger.

-Sí, como alfa de la familia Hale quería hablar con ustedes-

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