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Stilinski Addams por minima

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3.- Paseo por el bosque mientras el pequeño lobo ve

-¿Dos mujeres de negro? ¿Huiste de dos mujeres vestidas de negro?- la voz burlona de la hija menor de Talía Hale sonaba al borde de la risa, quizás era la única que había tomado con total diversión lo que su hermana mayor acababa de contar.

Lo cual era normal para una chica de su edad tomar oportunidades para burlarse de sus hermanos mayores que parecían ya creerse que sabían todo a pesar que solo la superaban en edad por unos cuantos años en su opinión.

-No eran simplemente dos mujeres de negro, eran… eran… no tengo idea que eran, pero no eran simplemente dos mujeres de negro-

-Cora deja de molestar a tu hermana, esto es serio-

-Entendería si hubiera visto un fantasma o algo peor, pero por lo que Laura conto simplemente eran un par de señoras con gustos muy extraños de cocina- se defendió la niña, Laura y Derek siempre parecían estar muy orgullosos de quienes eran y su autocontrol de sus poderes, que Laura de repente llegara asustada por dos señoras chismosas en una tienda valía la pena arriesgarse y burlarse de ella.

-Cora, si vas a seguir de esa manera será mejor que no participes en esta conversación-

-Bien, bien, daré un pequeño paseo- la niña se paró de un brinco del sofá que estaba ocupando en la sala donde estaba ocurriendo la conversación y se dirigió a la salida.

Talía suspiro un poco frustrada, tener a tus tres hijos hombres lobos en adolescencia, uno apenas saliendo de ella, otro en medio de esta y otra entrando en esta etapa era un tremendo dolor de cabeza constante; Laura ya estaba a un par de meses de ya entrar a la universidad y ya se creía toda una adulta que podía manejarlo todo sola; Derek se había apartado un poco de todos durante los últimos meses, por el aroma a perfume de mujer creían que tenía una novia nueva pero no querían que la conocieran, al menos no aun, era difícil guardar secretos en una casa llena de hombres lobo con buen olfato y oído por lo que era de común acuerdo que no lo molestarían, o al menos la mayoría no lo hacía por esto, se merecía al menos este poco de privacidad; y Cora, bueno, ella entrado a su etapa más respondona y rebelde, ya no era su dulce niña pero tampoco una mujer, y mientras se adaptaba a estos cambios de la adolescencia con su montaña rusa de emociones la menor a veces podía irse contra cualquiera que la pusiera de mal humor dentro de la casa.

-Ahora Laura, repíteme como eran estas mujeres- le pidió Talía a su hija mayor, cuando le hablo por celular hace media hora con voz alterada y en el borde de miedo pensó que algo realmente grave había sucedido y aun no estaba segura si realmente lo fue.

No es que subestimara el criterio de su hija mayor, después de todo la había educado y entrenado para suceder su poder de Alfa cuando fuera el momento por lo que era la más responsable de sus tres hijos, pero hablar de mujeres excéntricas del supermercado no sonaba tan grave, además, si realmente fueran seres realmente peligrosos no andarían en plena luz del día con prácticamente un cartel que desea que eran peligrosas, o al menos eso es lo que quería creer.

Cuando Cora salió de la casa no sabía exactamente a donde quería ir, no quería ir a la casa de sus primos a jugar, o encontrarse con cualquier otra persona para el caso, quería estar sola.

Últimamente los días le parecían más complicados, Laura era mandona, Derek ya no pasaba tanto tiempo con ella o cualquiera en la casa, parecía que había sido una eternidad cuando los tres hermanos pasaban tarde de juego entre ellos y a veces con los primos también, pero ahora sus hermanos mayores parecían más preocupados en sus propios asuntos.

Patio una piña de pino y suspiro, no quería realmente burlarse tanto de su hermana, pero cuando ella misma decía sus preocupaciones en voz alta y Laura escuchaba la trataba como si fuera un bebé lo cual la enfurecía mucho, en el fondo quería hacerla sentir como ella muchas veces la hiso sentir aun sabiendo que Laura realmente se veía preocupada por lo que sea que vio en el centro comercial.

Tal vez luego se disculparía con Laura, y luego sabrían quiénes eran exactamente ese par de señoras que dijo haber visto, tal vez fueran un par de druidas que pasaban por la ciudad, no sería la primera vez que un ser sobrenatural pasara por la ciudad sin estar totalmente al tanto que era territorio Hale, pero cuando eso pasaba su madre hablaba con ellos y no pasaba a mayores, no recordaba la última vez que algo tan grave hubiera preocupado a su Alfa por lo que no sentía que debía preocuparse tanto.

Vivian en Beacon Hills y lo más peligroso que vivía ahí eran su familia.

Con estos pensamientos rondando por la cabeza noto que había llegado a uno de los arroyos del bosque y al otro lado se percibía un aroma algo diferente.

-Creí que íbamos a jugar a los juicios de Salem-

-Y eso estamos haciendo-

-Pero las brujas en Salem se supone que las ahorcaron-

-Muy bien primo, veo que estas atento a tus clases de historia. Pero también hubo otras ejecuciones aparte del ahorcamiento-

-Ahh-

Eran voces las que oía no muy lejos de ahí, con una conversación más que rara. Quitando las palabras de la conversación logro distinguir tres voces, dos eran de chicos quizás de su edad, mientras que la tercera era claramente femenina y mucho mayor en edad, quizás como Laura.

Tenía los pelos de punta por alguna razón, pero la curiosidad era mayor, además era una mujer lobo, había pocas cosas que pudieran dañarle, o si, es el pensamiento de una joven que se cree invencible pero realmente no lo era.

No tardó mucho en llegar a la fuente de esas voces, eran cuatro personas, dos chicos de su edad y dos de quizás entre la edad de Laura y Derek, sus hermanos mayores, tres de ellos eran varones y la única fémina tenia cierto aire de mando.

Estaba escondida atrás de uno de los arboles al otro lado del rio para ver mejor a este extraño grupo, uno de ellos parecía acostado sobre las hojas secas y ¿atado de manos y pies?

-Era común atar de esta manera a los acusados de brujería o a los que decían estar relacionados con las brujas para así poder sacarles una confesión- explico con voz monótona la joven, no era muy alta y su vestido negro le parecía un poco anticuado, su piel era pálida como la nieve y sus ojos negros eran profundos y vacíos, casi sin vida.

-¿Para esto son las piedras?- uno de los niños hablo mientras señalaba un montón de piedras al lado del adolecente mayor que se encontraba atado en el suelo.

-Exacto, buena capacidad de observación- podría decir que lo había felicitado la chica, pero el tono monótono no se podía decir con certeza que hablaba con sinceridad o sarcasmo, tampoco el sonido de sus latidos parecía variar, de hecho sonaba demasiado suaves.

Momento, la voz de uno de los muchachos le parecía familiar, ¿Stilinski?

En la escuela no prestaba mucha atención a sus demás compañeros, mucho menos a los que iban en otros salones, pero incluso el más distraído por lo menos hubiera escuchado algún rumor del hijo del sheriff o visto de reojo en los pasillos por su peculiar forma de resaltar.

El chico era pálido, escuálido y ruidoso, no destacaría tanto del montón de chicos de su edad en la escuela en realidad si no fuera por los rumores que a veces corrían en la escuela de él o de su madre.

¿Qué hacia Stilinski en el bosque con estos chicos?

-Que comience el juicio contra el acusado- declaro la mayor mientras se paraba derecha y miraba al muchacho tirado en el suelo – ¿cómo se declara?- pregunto la joven de vestido negro.

-Inocente- dijo el muchacho.

-¡Empiezan a colocar las piedras sobre el acusado!-

-¿Eso es todo? ¿Y el juicio?- pregunto Stilinski.

-Era muy común en el caso de la Iglesia en estos casos iban directo a la sentencia, fue así que mataban más inocentes que culpables- dijo el otro chico de su edad que ahora que veía bien tenía un ¿bigote en la cara?

-Que pobre sistema, pero bueno, ¿me ayudas con la más grande Pubert?-

-Sera un placer primo-

Fue así como ambos muchachos agarraron una de las piedras más grandes planas y largas del montón, esa sí que parecía pesada, y la dejaron caer sin contemplación sobre el muchacho mayor tirado en el suelo.

-Seguiremos poniendo piedras hasta que el acusado confiese sus crímenes… o hasta que sus costillas se rompan- dijo la mayor, su corazón jamás vacilo, lo cual quería decir que hablaba con la verdad.

¡¿Pero qué rayos les pasaba a estas personas?! ¿Matarían a ese chico? ¿Qué debía de hacer?

Debía ir por ayuda, debía detenerlos, este era el territorio de su familia y su madre siempre decía que debían hacer lo posible de proteger a la gente de la ciudad de posibles amenazas y ser buenos ciudadanos.

-¡Alto! ¿Qué creen que están haciendo?- salió de su escondite y les grito a pesar que sentía que sus rodillas le temblaban un poco.

Las cuatro cabezas giraron inmediatamente a mirarla, pero ninguno pareció sorprendido al verla salir de repente, ni tampoco asustados o molestos, solo la miraban, como si realmente no fuera una molestia.

No sabía si sentirse molesta o más incómoda por este simple hecho.

-Estamos jugando a los juicios de Salem. Aunque creí que ya habrías escuchado ya que llevas rato ahí parada- respondió la mayor dando a entender que ya sabían de su presencia desde hace tiempo si no es que desde el principio notaron que habían estado siendo observados.

Cora se sorprendió, y trato de nuevo olfatear el aire, ellos no olían a hombres lobo, tenían cierto aroma a viejo, a hierbas y polvo entre otras cosas, pero no a otra creatura sobrenatural, por lo que no entendía como unos simples humanos podían haber sabido que ella había estado escondida espiándolos todo ese tiempo.

Aun con los nervios a flor de piel opino que estaba guardando muy bien una postura de calma, hasta que esa chica de nuevo hablo.

-¿El pequeño lobo quiere jugar también?-

*+*+*

Hoy había sido un largo día, y presentía que sería mucho más largo una vez que le diera las noticias que había descubierto recientemente a su hermana. Ya había llegado a la casa cuando vio a Cora correr con toda su velocidad hasta entrar a la casa gritando por su madre, eso lo puso en alerta y se adentró rápidamente al hogar de su familia para ver como la boca de Cora empezaba a soltar frases y fragmentos de oración sin mucho sentido.

-Ellos saben… juego de Salem… eran tan raros mamá… ¡Le estaban poniendo rocas encima para matar!... sabían pero ellos no olían a nada sobrenatural….-

-¡Cora! Hija, respira, tranquilízate primero y trata de comenzar de nuevo-

La hija menor de Talia parecía que le había hecho caso a su madre y comenzó a respirar más lentamente.

-Ahora, ¿Qué fue lo que viste en el bosque?-

-Me encontré con Stilinski en el bosque-

-¿El Sheriff?-

-No, su hijo. Stiles… y sus primos, ellos saben, no sé como pero… ¡Ellos saben! ¡Stiles siempre lo supo! Y sus primos daban miedo, especialmente la chica-

Eso puso en alerta a todos los presentes en la casa, podía escuchar como caían traste en la cocina donde su cuñado estaba, a Laura en el segundo piso abrir rápidamente la puerta de su cuarto y bajar las escaleras a grandes zancadas, y él se quedó asombrado pero no tan sorprendido como los demás en la casa.

Decidió que era buen momento para decirle a su hermana que había descubierto.

-Acabo de ir a la ciudad a hablar con el sheriff- dijo mientras se sentaba en uno de los sofás de la sala.

Poco a poco los demás miembros de la casa entraban a esa misma habitación.

-A pagar otra multa querrás decir- gruño Laura, parecía que él interrumpiendo la conversación de su madre en esos momentos no era el mejor momento pero todavía no terminaba de hablar. A veces sus sobrinos eran todos unos cascarrabias.

-Pero he hablado con el hombre, y darle palabras de apoyo, su esposa Claudia está en etapa terminal aunque por lo que escuche sigue comportándose igual. También comento que estaban de visita sus familiares…-

-Peter, no es momento para chismes de pueblo, está pasando algo serio y debemos…-

-Déjame terminar hermana, aun no te cuento la mejor parte, yo siempre te dije que la esposa del sheriff era demasiado peculiar. Ahora, ¿Dónde me quede? Ah sí, están de visita los familiares de Claudia en la ciudad, quizás el apellido te suene familiar, son los Addams-

-¿Addams?- pregunto su cuñado no encontrando nada especial ese apellido en particular.

-Los ADDAMS, querida hermana, quizás no sería tanta sorpresa si me hubieras dejado investigar un poco los antecedentes de Claudia Stilinski cuando te lo sugerí-

Addams, no era un apellido muy común, pero habia solo una familia con ese apellido que podria poner a un hombre lobo adulto tan nervioso como era su hija mayor, y ni se diga en la foma en que reacciono su hija menor Cora al ver a miembros de esta familia.

Que sus hijas hubieran tenido casi un ataque de pánico con estar solo en la presencia de miembros de esta familia ya cobraba más sentido.

Esto eran malas noticias.

Era difícil tratar con un Addams, nadie sabía a ciencia cierta que eran estos miembros de esta familia, parecían humanos a simple vista pero era obvio que eran más que eso, pero no encajaban con cualquier criatura sobrenatural que cualquier persona hubiera documentado. Cada miembro en esta familia era diferente, no era como un paquete de hombres lobo u cualquier comunidad de creatura sobrenatural como ya se dijo, por lo que cuando decía que era diferente es que cada miembro podría tener una peculiaridad diferente a la de sus familiares o igual a la de ellos, pero en general las características que resaltaban en dicha familia eran sus pieles pálidas, su alta tolerancia al dolor, algunos decían que podían aguantar perder un miembro y reír como si fuera una broma, y no se molestaban en ocultarse u ocultar sus rarezas al resto del mundo, no vivían con el miedo de que cazadores o fanáticos contra lo sobrenatural les atacaran, en realidad había escuchado historias de cazadores que habían terminado huyendo de enfrentamientos con miembros de esta familia o volverse locos después de toparse con ellos, los cazadores les temían.

Como alfa ¿Cómo debía reaccionar al enterarse que miembros de esta familia vivían y vendrían de visita a la ciudad en que su propia manada residía?

-Peter llama a todos en la manada, diles que es junta de emergencia, yo haré lo mismo-

-A la orden mi alfa- imitando saludo militar tomo su celular y comenzó a marcar el primer número de su directorio telefónico.

Peter sabía que esto podía ponerse muy feo si ganabas a un Addams como tu enemigo, no se diga a la familia entera, porque este era un dato que prefería guardar para más adelante y no poner más nerviosa a Talia, pero dentro de la conversación que tuvo con el sheriff sabía que aparentemente toda, y cuando dijo TODA era TODA la familia de Claudia vendría más delante de visita, quería decir que debían tomar buenas decisiones.

Claudia había vivido más de una década en la ciudad y no había buscado enemistades activamente o había mostrado ser mortalmente peligrosa, cuando mostro él curiosidad por investigarla Talia se lo prohibió como su alfa ya que veía innecesario molestar a la familia del sheriff, no querían que la atención de la policía fuera a su familia si descubrían que de repente alguien de su propia familia se ponía a investigar a la esposa de un miembro muy importante de la policía.

Si hubiera confiado más en sus habilidades esto no los hubiera agarrado tan sorpresa.

De algo si estaba seguro, las cosas se pondrían muy interesantes en la ciudad.

+*+*+

Su celular sonó con el tono que no debía de ignorar, el de su madre. Si hubiera sido cualquier otro quien estuviera llamándole lo ignoraría fácilmente, pero sino quería meterse en problemas era mejor que contestara.

-Mamá, ¿Qué pasa?-

-Derek, es urgente que vengas a la casa-

-¿Ocurrió algo?- pregunto algo preocupado, su madre no hablaba con ese tono autoritario a menos que estuviera ocurriendo algo grave o estuviera realmente enojada por algo.

-Te lo diré una vez que vengas a la casa, date prisa y regresa-

Antes de que pudiera decir algo más su madre colgó, debía ser algo realmente importante si su madre reaccionaba de esa manera, aun así no pudo ponerse de mal humor por el hecho de regresar a su hogar tan temprano.

-¿Quién era cariño?- suaves manos acariciaron sus hombros y luego sintió los suaves pechos apoyarse en su espalda.

-Era mi madre- responde y deja que el perfume de Kate le envuelva, a veces hasta siente que podría terminar drogándose con su dulce y adictivo aroma –dice que tengo que ir a la casa-

-¿Te vas tan pronto? ¿Por qué?- su voz suave y seductora parece levemente decepcionada de que tenga que partir tan pronto, pero tiene que obedecer a su madre, a su alfa, además no quiere levantar sospechas en su familia.

-Problemas familiares, lo siento Kate, por arruinar nuestra cita pero tengo que ir-

-No te preocupes cariño, comprendo. La familia es importante- ella toma su mentón y lo besa, no un suave beso o uno rápido, sino uno apasionado que lo hace dudar en seguir al pie de la letra el mandato de su alfa y quedarse con Kate, la mujer que lo vuelve loco, la mujer que no le ve como un chico sino como un hombre, que se entrega con pasión en cada encuentro que tienen y lo vuelven más adicto a ella –ve, nos pondremos de acuerdo para vernos otro día-

Quiere quedarse, en este cuarto de motel, en esta cama con aromas desagradables y desconocidos pero que también comparte la esencia de ambos cuerpos, quiere poder salir con ella como una pareja normal, sin temor al que dirán o las críticas, al juicio de la sociedad y sus consecuencias, a que la noticia que el hijo menor de edad de Talia y Adam Hale sale con una mujer mayor y que además es su maestra, provocando que los separaran y arruinaran su relación.

-Lo siento Kate- vuelve a repetir, lo dice con sinceridad y arrepentimiento, no pueden verse tan seguido o pueden ir a cualquier lugar, sus encuentros y citas deben ser cuidadosos y bien planeados, no pueden dejar que cualquiera los vea juntos o actuar en público como una pareja normal, si algo sale mal Kate tiene mucho más que perder que él.

-Está bien, lo sé. Ahora regresa con tu familia, podría ser algo grave, luego me cuentas que paso- le da otro beso no menos apasionado que el anterior pero más breve, se levanta de la cama y se dirige al pequeño baño del motel sin molestar en cubrir su desnudez.

Derek la mira y debate entre seguirla a la ducha o vestirse de una buena vez, sabiendo que eso llevaría a que se retrasara decide comenzar a vestirse y echarse desodorante en spray, un pobre intento de cubrir la evidencia de su reciente encuentro sexual a sus familiares con súper sentidos.

¿Qué será lo que tenía tan preocupada a su madre en estos momentos para arruinar su cita con Kate?

*+*+*

-Parecía que tenía prisa-comenta Pugsley desde el suelo al ver a la niña correr perdiéndose entre los árboles y los matorrales del bosque.

-¿Es compañera de tu escuela primo?- dice el chico con bigote tratando de seguir el mayor tiempo posible con la mirada a la pequeña loba.

-Sí, va en otro salón. Ella y su familia viven en este bosque, aunque no estamos dentro de los límites de su territorio, es al otro lado del rio así que no hay problema de invadir su territorio- explico el pequeño hijo del sheriff, su madre tan educada como era les había explicado que partes del bosque limitaban el territorio de los hombres lobo en el bosque para no ofenderlos, aunque se conocían de vista la familia jamás mostro interés en entablar amistad con ellos o viceversa.

A su madre jamás le molesto o mostro importancia, aunque decía que hubiera sido interesante participar en alguna luna llena con ellos pensó que era gente tímida. Por el comportamiento de Cora supuso que eran verdad las suposiciones de su madre.

-Pensé que la mayoría de los hombres lobo eran más… decididos- opino su prima mayor, su expresión no demostraba alguna emoción para quien no la conociera pero para sus familiares era obvio que estaba algo decepcionada por la reacción de la niña lobo. Hubiera sido interesante que la chica participara en sus juegos.

-Son algo tímidos- le dijo su primo empezando a tomar otra roca -¿hasta cuándo teníamos que colocarle rocas a Pugsley?-

-Hasta que confesara o se le rompieran las costillas, o hasta que llegue la hora de cenar. Mamá y la abuela dijeron que prepararían algo especial hoy-

-¡Genial! ¿Creen que me darían la receta de su avena si se lo pido a tía Morticia?-

-Creo que sí, si le pasas la receta de estofado de escorpión que hiciste el otro día. Tienes mucho talento en la cocina primo-

-Gracias Wednesday-

Era muy divertido jugar con sus primos estos días, lo ayudaban a distraerse mucho de tener que pensar que estos serían los últimos días que pasaría con su madre en vida, y estaba seguro que cuando viniera su demás familia le podrían dar la despedida que se merecía.

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