Todo el mundo sabía que el agente Whisky era no solo un enamorado empedernido, mujeriego, galante e infiel sino también abiertamente bisexual. Podía tener a tantas mujeres como a hombres en su cama y eso le venía importando lo mismo que nada a excepción de aquel día.
Al verlo su corazón pareció latir más rápido que de costumbre, golpeaba con insistencia su interior como si hubiera ahí varios hombrecillos con martillos trabajando duramente. Trago saliva y le vio con más detalle. Su nombre clave era Galahad otro kingsman de Londres. Era alto, de cabello castaño claro, su rostro joven, dientes perfectos de nariz respingada, mandíbula fuerte y piel blanca. Hermoso…
Por un momento se quedó como un tonto boquiabierto, con los ojos dilatados el pulso acelerado y una sonrisa emocionada ¿desde cuándo no se sentía así de feliz por ver a una persona? Era como si hubiera vuelto a enamorarse. Entusiasmado como toda su persona podía ser desde hace tiempo acepto la misión a su lado y tras una serie de fracasos para intentar cautivarlo e incluso invitarlo a una cita terminó en la tajante conclusión que aquel kingsman de nombre Eggsy quien tenía una princesa por esposa estaba enamorado de nada más y nada menos de un caballero de la mesa redonda del rey Arturo. No estábamos hablando de un príncipe o de un villano, solo hablaba de un normal, corriente y sin memoria ex kingsman. Pero aun sabiendo eso no se rendiría encontraría una manera de enamorar a Eggsy, le demostraría su valía incluso si tenía que jugársela con la muerte.
Tras pensarse demasiado quiso demostrar su valía como Kingsman, demostraría ser un gran conquistador. Su labia seria cautivadora y su carácter fuerte (que casi siempre era su arma secreta) en una misión le demostrarían al Londinense que era totalmente su tipo. Más sin embargo se vio rechazado no solo por el agente sino también por el objetivo y ambos se fueron a tener sexo a una carpa ¡esto no podía ser! ¿Sería acaso que estuviera perdiendo sus dotes como macho alfa? Recordaba claramente como el Kingsman “Galahad” le decía que un caballero, su mentor Harry Hart un buen día le había dicho que a una dama no importaba si esta perteneciera al lado bueno o malo debía ser tratada como lo que era… una dama y no como ramera. De todas maneras sus intentos solo le demostraron una sola cosa.
“Que nada funcionaba con el caballero actual Galahad.”
Debía probar ahora con su plan infalible de conquistar al hombre verdadero, no tratar de impresionar al Kingsman sino simplemente a Eggsy. Le invito a tomar un par de tragos, charlaron amenamente, el londinense hablaba sobre su prometida la princesa con simulada alegría y al tocar el tema del caballero sin memoria su mirar se ensombreció y comenzó a quejarse amargamente de su fortuna. Y lo que se suponía fuera una velada extraordinariamente alegre y efusiva con final feliz en la cama de un motel, término en lágrimas amargas hasta la madrugada en la barra de un bar. Por lo tanto el dictamen final…
No. nada funcionaba con Eggsy.
Decidió mostrar su lado humano sin dejar de ser un Kingsman, acompañar a Galahad para ver a su mentor y conocerle. Y le pareció un completo imbécil. En cuanto le vio la cara de idiota y su forma extravagante de ser le dieron ganas de vomitar, le odiaba pero odiaba más los ojos de cachorro que le dedicaba Eggsy a ese hombre que solo veía aleteos de mariposas a su alrededor. Cuando tuvo la oportunidad de hablar con él a solas le dejo bien en claro que lucharía por Eggsy.
- él es un buen Kingsman y entre más difícil se ponga para mi más interesante se volverá, yo le quiero ¿entiendes? Deberías dejarle hacer su vida, el sería mucho más feliz con alguien más – era claro que la memoria de Harry no era tan buena y no recordaba una pasión desbordante por el chico en cuestión.
- Lo que sientes no es mi problema y si lo entiendo o no, tampoco es tu problema, al final de cuentas el que tiene la decisión final es ese chico ¿no lo crees? ¿Cómo se llama? ¿Eggsy? Eggsy es quien debe decidir si es feliz con alguien más –
El señor “soy perfecto” le había dejado callado era mejor dejarle creer que había ganado pero la creencia ahora se estaba convirtiendo en una realidad puesto que aunque deseaba con todas su alma y fuerza de hombre tener al chico Eggsy siempre estaba pensando en Harry, su caballero de brillante armadura. Era como si no pudiera pensar en nada mas, como un cachorro amaestrado. Estaba planeando ya una nueva estrategia y fue hasta que, les vio a ambos en el corredor devorándose prácticamente con los labios. Se besaban tan fervientemente, tan apasionadamente. Eggsy acorralaba al mayor contra la pared, le abrazaba y le jalaba la ropa ajena como queriendo arrancarla puesto que estorbaba.
- Harry- murmuraba el menor en susurros y lágrimas – oh Harry….- se acercó de nuevo con la intención de probar los labios del mayor pero no le fue posible ya que aquel ex Kingsman se lo impidió.
- Eggsy ¿Dónde están tus modales? Me has desecho la ropa y me has estrellado contra la pared para atacarme. No digo que puse mucha resistencia porque también necesitaba de ese tacto pero no es el lugar para hacerlo – Eggsy asintió con la cabeza sin dejar de llorar aferrándose con las manos de los hombros de Harry – Te vez muy bien. Te has vuelto un kingsman honorable, salvaste al mundo, haz triunfado ahí donde yo fracase y estoy muy orgulloso de ti muchacho –
- Gra-cia… Gracias Harry – Una vez más el agente Whisky pudo notar aquel ligero sonrojo por parte de su víctima y como se abrazaban nuevamente – no vuelvas a irte de mi lado –
- ¿tomaste algo antes de venir aquí? Tus besos tienen un ligero sabor a alcohol - el joven sin dejar de llorar posiblemente por la felicidad asintió con la cabeza susurrando un poco audible pero imaginable “si”
- Un poco de Whisky – respondió tratando de recomponerse y regalándole la sonrisa más hermosa que jamás se hubiera visto dibujar en su joven y atractivo rostro. ¡Vaya ironía de la maldita vida! El mismísimo agente que portaba aquel sobrenombre envidiaba en su totalidad la bebida que cuando menos tuvo el placer de deslizarse al interior del joven kingsman. Lo que le daría por deslizarse en el interior de ese muñecote londinense.
- No es de mis bebidas favoritas pero viniendo de tus labios adquiere un sabor más embriagador - el mayor levanto la mirada topándose con el agente de cabello negro. Whisky notó perfectamente la sonrisa burlona pero elegante que Harry le dedico por unos breves momentos y si no fuera porque Eggsy estaba de espaldas podría a ver prescindido de igual manera de su presencia. No le perdonaría a ese caballero aquella burla puesto que con todo el cinismo y descaradamente le restregaba en la cara que Galahad nunca seria suyo para amar libremente.
Lo odiaba.
A paso apresurado el tercero sobrante se alejó con un nudo en la garganta “ganas esta Hart, pero la siguiente victoria será mía”
Cuando se quedaron a solas finalmente Harry vio como Egssy había dejado de ser aquel chico de antaño que dejase atrás – sigues siendo un crio – bromeo acomodándose el saco arrugado.
- Tu también eres un crio – le respondió el nuevo Galahad sonriendo ampliamente – Diciéndome cosas tan descaradas al oído y luego emborrachándome ¿sabías que eso es un problema para mí? Que me embriagues una y otra vez…-
- El verdadero problema no es la bebida sino la persona – interrumpió Harry a Edwin.
- Yo no hablaba de bebidas, me refería a tus besos y caricias – sonrió el castaño al ver que lograba sonrojar al mayor.
- Sigues siendo un crio – Harry comenzó a caminar y rápidamente Eggsy lo siguió.
- Yo también te amo – le dijo tranquilamente pero con su corazón entusiasmado y feliz. Ahora que ya tenía de vuelta a su caballero no le dejaría de repetir cuanto le amaba.